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Señora Hinata 💕 I

Señora Hinata 💕

- Hagas lo que hagas, no mires a su madre.

Levanté una ceja cuando Kiba me susurró ello mientras esperábamos que Sasuke abriera la puerta de su casa. Casi me río con lo que dijo.

-Tengo novia, Kiba. ¿No sé si lo recuerdas?- Kiba me miró escéptico-. Además, es la madre de Sasuke-, disimulé el escalofrío que me corrió por la espalda imaginando una versión de mí amigo en femenino.

Sólo diré que no era atractivo.

-La señora Hinata es la madre adoptiva de Sasuke, imbécil- gruñó-. Está para comerla mil veces. Pero ni la mires, Sasuke te partiría la cara.

Mí ceño se frunció, no sabía que Sasuke era adoptado.

-Hace unos años se divorció y se puso como un camión, viejo, es la cosita más caliente que vieron mis ojos.

Me reí bajo porque Kiba parecía completamente enamorado de la señora. Bueno, si ese era el caso, no me preocupaba. Estaba felizmente de novio con Shion desde la preparatoria y aunque ahora que yo había empezado la universidad, no nos veríamos tanto, era la niña de mis ojos. Pero, después de todo, la señora Hinata ¿cuántos años me llevaba? Más de diez era seguro.

Me gustaba las mujeres jóvenes, de mí edad. Podía estar muy buena, pero yo estaba en otra honda.

-No hay problema viejo. No me gustan las mamás de mis amigos.

Kiba se rió.

-¿Sigues esa regla de que las madres y hermanas tienen bigotes?- Asentí con una media sonrisa-. La señora Hinata es sexy hasta con mostacho.

-¿Quién?

Kiba se tensó y yo aguanté mí diversión cuando ambos nos giramos a ver a Sasuke.

-Una amiga, viejo-, aclaró rápido Kiba, sonriendo nerviosamente.

Sasuke alzó una ceja.

-¿A si? ¿Cómo se llama?- gruñó con sus ojos negros entre cerrados.

Kiba me miró pidiendo auxilio y me encogí de hombros. Hombre, que salga de su propia tumba sin ayuda, ya que solito se metió.

-Oh, no la conoces. Se llama... Uuh.. ah, Temari...

-¿Temari?- preguntó Sasuke-. ¿La novia de Shikamaru?- parecía sorprendido.

-¡No! Tamaki, si si. Tamaki ¿Por qué? ¿De quién pensabas que hablaba viejo?- Kiba carcajeó.

Sasuke dudo, y yo oculte mí sonrisa. Pero al final el moreno no dijo nada y nos dejó pasar a su casa.

-¿Que hay amigo?- nos saludamos golpeando nuestro puños.

Una vez que entre en su casa mí boca se abrió mirando todo. La casa era enorme y con una decoración algo excéntrica, parecía esas típicas casa de ricos que ves en las noveles. Escultura y todo. Miré hacia el techo y reí entre dientes al ver la lámpara araña llena de gotas de cristal.

Parecía una casa de estirados.

Sabía que Sasuke tenía dinero, más bien su familia, pero jamás creí que fuera tanto. Acomodé mí mochila llena de libros en mí hombro y me giré para ver a mis nuevos amigos de la universidad. Era algo duro entrar a la universidad a los 22, aunque no era el más viejo, ni por lejos, estos chicos apenas tenían 19 y habían terminado la prepa el año pasado. Mientras yo trabajé duro hasta conseguir una casa para mí solo y luego para pagar parte de la universidad. Fue una desilusión no llegar a la media beca, pero también sabía que no era el mejor en el estudio, entonces me esforzaba el triple.

Los estudios y el trabajo no me dejaban tiempo, apenas para descansar. Esa era una de nuestras peleas con Shion últimamente. Ella iba a otra universidad, pero su padre le pagaba el estudio y no tenía que preocuparse más que en aprender. Mientras mí vida era más complicada.

Seguimos a Sasuke a la sala, que era un lugar más grandes con sillones y jarrones y mesas por doquier.

-¿Cuántos viven aquí, Teme?- pregunté al ver lo grande que era la casa.

- Sólo mamá y yo- dijo mientras se movía a lo que parecía la cocina.

Kiba y yo lo seguimos. La cocina no se quedaba atrás. Un gran refrigerador de última generación estaba contra la pared a un lado de una larga mesada con varios electrodomésticos. Había una mesada central que tenía colgadas sartenes y otros utensilios.

Mí ceja se alzó, el lugar era enorme para sólo dos personas.

Sasuke abrió la nevera y metió la cabeza adentro.

-¿Quieren unas cervezas?

-¡Claro!

Yo asentí, era sábado y teníamos que hacer un proyecto. Por suerte el día siguiente era mí día libre y no tenía que preocuparme por ir a trabajar con una resaca.

Sasuke sacó las latas y nos las lanzó, atrapé la mía en el aire sin dejar de mirar la cocina.

Kiba seguía teniendo las orejas rojas por el momento de sudor que pasó cuando Sasuke abrió la puerta. Fue el primero en abrir su lata y beberse casi la mitad. Iba a preguntar algo más cuando la puerta de la cocina volvió a abrirse.

Mí boca y ojos quedaron abiertos de par en par cuando vi a la mujer que entro en la cocina con la mirada fija en su celular.

Con un simple vestido blanco, pero entallado en todo su cuerpo exuberante, la mujer de cabello negro azulado y piel pálida, se quedó con el ceño fruncido sin ser consciente de nuestra presencia. Moje mis labios resecos mirando desde sus hermosas piernas hasta sus increíbles tetas que apenas se ocultaban tras su vestidito.

Esta mujer no podía ser la madre de Sasuke... Ni en mil años. Tal vez era su novia..

Casi me atragantó con la cerveza cuando Sasuke habló.

-¿Sucede algo mamá?

La mujer levantó la mirada, su ceño aflojándose y sonriendo casi dulcemente.

Yo no podía dejar de mirarla.

-¡Oh! No noté que estabas aquí, cariño-. Ella sonrió al ver a Kiba-. ¿Cómo estás Kiba? Tanto tiempo.

-Hola señora Hinata.

Mis cejas se alzaron al ver cómo las mejillas de Kiba se sonrojaban, parecía un adolescente. Hasta que la señora Hinata miró hacia mí dirección y fue como si la respiración se me atorará en el pecho. Ella ladeó el rostro y me dió una sonrisa tan dulce que casi me convierto en un charco de imbécil.

-¿Y tu quién eres?

Mí boca se abrió y cerró como si fuera un maldito pez fuera del agua. Nunca, jamás me había quedado mudo frente a una mujer, pero ésta, ésta mujer podía sacarme el oxígeno.

Sasuke dió un paso hacía adelante.

-Es un compañero de la universidad. Naruto, esta es mí madre Hinata. Mamá, él es Naruto.

Ella sonrió más y se acercó con pasos lentos, sus caderas balanceándose, sus tacones sonando con un tic que era lo único que podía escuchar por arriba de mis latidos locos.

-Es un gusto conocerte- dijo con una leve inclinación a unos pasos de la mesada central y tragué saliva al ver un poco más de sus senos asomarse por su escote.

Me dí una cachetada mental y al fin pude reaccionar.

-El gustó es mío, señora Hinata.

Ella asintió y miró a Sasuke.

-¿Podemos hablar unos minutos, cariño?

Sasuke asintió y dejó la lata en la mesada, nos dió una mirada sobre el hombro. Gracias a Dios, desvíe la mía antes de que me atrapará viendo el trasero redondo con forma de corazón de su madre.

- Ahora vengo.

Ambos asentimos y al fin pudo respirar cuando ella se fue de la habitación. Kiba me dió un codazo en el brazo y lo miré.

-¿Y? ¿No es sexy hasta con mostacho?

Me reí e intente negarlo. Era la madre de mí mejor amigo, aunque fuera adoptiva.

Pero mi mochila se burlaba de mí al saber que ocultaba la furiosa erección que me dió verla.

Continuará...

¿¿¿La imagen de la historia de borró???

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