Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Señora Denisse XVI

Señora Denisse

Siempre tuve el sueño ligero, aunque pareciera que dormía como un tronco. Entonces sorprendí mucho a Denisse cuando ella comenzó a levantarse y yo la agarré.

—¿A dónde crees que vas?— susurré aún dormido en su oído y comencé a morderlo levemente.

Denisse jadeó, sorprendida y luego soltó una risita.

—Tengo que ir al baño.

—Mmm— la dejé ir mientras me caía en la cama de espaldas de nuevo—. Puerta de la derecha— gruñí.

No me molestaba que me haya despertado. Mí voz siempre era gruñona a la mañana. El sol no se había asomado aún y el departamento estaba con la luz de la lámpara de la mesita de café dónde había estado estudiando. Agradecí que estuviera encendida, porque pude ver el balanceo de las caderas de Denisse y su hermoso culo moverse mientras iba al baño con esa cosita que tenía puesto. Cómo siempre, mí polla se puso dura al verla, una sonrisa se asomó por mis labios en pesar en tenerla de nuevo.

Mí mente estaba llenándose de ideas, de todas las maneras en que quería tenerla, cuando Denisse salió del baño. Me senté en la cama cuando vi que sus pasos iban hacia la puerta y no a la cama.

—¿Adónde vas?

Denisse se detuvo y me miró.

—Debo volver a casa antes de que Santi despierte.

Mí sonrisa se borró cuando ella se volteó y siguió caminando hasta donde había dejado su tapado. Aparte la ropa de cama de un tirón y me levanté desnudo, sin importar andar mostrando mí pene erecto y caminé hacía ella.

Mí sangre hirviendo, pero está vez no de lujuria.

Agarré el tapado que ella había tomado y se lo saqué de un tirón, con un movimiento de muñeca voló por el departamento para terminar en el suelo cerca de la cama.

—¿A qué estás jugando, Denisse?— gruñí, está vez enojado.

Ella parpadeó, parecía sorprendida por mí arrebato y odié que no me contestará. Mí mano tomó su brazo con la suficiente fuerza para retenerla, pero no así para lastimarla.

— Contéstame ¿Esto es un juego para ti?

Denisse puso su fría mano en mí muñeca y me miró aún con los ojos asombrados.

—No — susurró.

—¿Entonces qué? ¿Pretendías venir aquí, follarme y luego irte a escondidas antes de que despierte "Santi"? ¿No pensabas hablar conmigo aunque sea?— Denisse abrió la boca para contestar, pero todas las preguntas que tenía para hacerle salieron de mí boca de un sólo golpe—. ¿Estás jugando con mí cabeza? Porque sabes que me calientas como nadie y por eso me besaste esa vez ¿verdad? Luego vas y me dices que no se repetirá. Después vienes a mí departamento, vestida así y dispuesta a dejarme follarte sin condón. ¿Sabes lo duro que he intentado no pensar en ti? Y después de follarme, te quieres ir. Estoy seguro que si no me hubiera despertado te habrías ido sin despedirte ¿o me equivoco?

Los ojos de Denisse se llenaron de culpa y dudó. Pero yo ya tenía mí respuesta.

—¡Maldita sea!— la solté para darme la vuelta y agarrar mí cabeza.

No podía creer que la mujer de mirada dulce que había conocido, que le gustaba escribir cosas sucias y le gusta que la jodan duro, estuviera jugando con mí cabeza. ¿Tal vez soy alguna clase de experimento?

— Mateo...— me llamó, pero yo no me volví. No quería que viera como me afectaba lo que ella me estaba haciendo—. Yo también he pensado mucho en ti, no estaba mintiendo. Pero sentí que no querías saber de mí cuando me bloqueaste de Face. Entonces no quise molestarte. Pero...

La miré sobre el hombro, ella tenía una hermosa sombra sobre sus mejillas.

—¿Cómo supiste que era mí cumpleaños y adónde vivo?— le pregunté.

Ella se mordió el labio.

—Me lo contó un amigo.

Los celos reventando en mí pecho.

—¿Qué clase de amigo?— mis ojos se entrecerraron mientras me giraba por completo hacía ella.

Denisse me miró con una ceja alzada, hasta que una sonrisa comenzó a asomarse por su boca.

—¿Estás celoso? — mis dientes se apretaron. Ella estiró sus manos para apoyarlas en mí torso y las paso por mis tetillas y bajo por mis abdominales—. No tienes que estarlo bebé. Tú eres lo único que quiero—, casi gimoteo mientras envolvía ambas manos en mí polla dura.

Tomé una inspiración fuerte mientras mis manos iba a sus hombros.

—No me distraigas, Denisse—, gemí—. ¿Qué quieres de mí? Quiero que me digas por qué viniste.

Ella se detuvo y mi polla se agitó en protesta, pero ambos la omitimos. Denisse me miró a los ojos cuando me contestó.

—Estos meses estuve pensando mucho y estoy cansada de estar sola y escribir cosas que nunca hago. Mateo, eres muy atractivo y aunque yo te llevo varios años, de verdad, de verdad me gustas. Quiero... — Denisse respiró hondo y cuadro los hombros—. Me gustaría que nos conozcamos más profundamente. No sólo quiero follar contigo ¿entiendes? Quiero algo más, pero tengo miedo...

Mí enojo se esfumó con sus palabras y mis manos en sus hombros se aflojaron para acariciar sus brazos. Yo había pensado que sólo estaba jugando conmigo, pero que ella me dijera que quería conocerme más...

—Lo siento, delicia. Perdóname por mí arrebato, pero a mí también me gustas demasiado y creí que tú, sólo estabas jugando conmigo. O sea, soy más joven y te puedo follar de muchas formas y creí que estabas buscando una aventura o algo así.

Ella se apretó contra mí pecho, su cuerpo frío contra el mío caliente, y la abracé.

—Me gustaría intentar algo... Sólo que necesito tiempo. Jamás he estado con alguien tan joven y yo...

—Mi intención no es lastimarte Denisse—, dije tomando su mentón en mí mano y subiendo su rostro para conectar nuestro ojos—. Sólo dime lo que necesites de mí y yo te lo daré.

Denisse miró mí rostro, calculando con sus ojos inteligentes, si yo decía la verdad.

—¿Podrás ser paciente conmigo?

Sonreí.

—Puedo hacer todo lo que quieras— medio bromeé medio fui sincero. Ella captó enseguida mí tono juguetón.

—Entonces, ahora tengo que irme—. Mi ceja se alzó y mí cuerpo se tensó—. Por favor, Mateo. Vamos despacio ¿Ok?

Mis labios se apretaron, pero terminé soltándola. Caminé a dónde había tirado su tapado y lo levanté. Se lo ofrecí y ella lo tomó. Mientras se lo ponía me miraba y me sentí demasiado expuesto, y no sólo porque estaba desnudo.

Supongo que eso sentían las mujeres cuando pensaban que los hombros las usaban para una follada y luego se iban antes de que saliera el sol...

Era horrible.

Me moví para ponerme mí chandal mientras ella se abrochaba su tapado. Mis cejas se alzaron mientras se sentaba en la cama y se ponía los zapatos.

—¿Te irás así vestida?— pregunté incrédulo.

Denisse me miró con diversión.

— Llegué así vestida ¿o no?— mí cara debió mostrar que no me divertía ni un poco su comentario—. Tengo el auto estacionado abajo, bebé. No te preocupes.

—Te acompaño— gruñí mientras me ponía una chamarra sin siquiera ponerme una remera encima.

Ella pareció querer oponerse, pero se habrá dado cuenta que no podría convencerme así que asintió. Me puse las zapatillas rápido y le abrí la puerta, acompañándola los dos pisos hasta llegar a la recepción.

La madrugada estaba fría y sentí el viento helado querer meterse bajo mí piel. La acompañe los pocos pasos que había para su auto y cuando llegó a la puerta del conductor, se volteó a mí.

Las manos de Denisse fueron a mí cuello y las mías a su cintura de forma automática. La apreté contra mí cuerpo y bajé la cabeza, dándole un beso profundo y largo que nos excitó a ambos. Apreté su espalda contra el auto, queriendo correr su tapado y meter mí polla tiesa en ella, pero Denisse rompió el beso con la respiración agitada.

—Debo irme...

—Lo sé— y aún así, mí mano apretó su pecho por sobre la ropa. Denisse gimió suavemente.

—¿Mateo?

—Humm— murmuré mientras mí nariz recorría su cuello, grabando su perfume en mí cabeza.

—Vamos bebé..

—¿Cuándo volverás?— pregunté con mis labios pegados a su cuello.

A Denisse se le cortó la respiración y gimió de nuevo, un poco más fuerte.

—Este fin de semana ¿Quieres?— Gemí porque ese día recién era miércoles—. Me quedaré hasta el domingo.

—Si, quiero— gruñí apretando mí polla en su estómago y mis dedos encontrando su pezón duro—. Te follaré hasta que ya no tengas huesos. Te vas a correr en mí boca y mí polla tantas veces que vamos a perder la cuenta.

Las piernas de Denisse fallaron un poco y la apreté un poco más contra el auto. Sus dedos finos pasando por mí cabeza, despeinado mí pelo ya enmarañado. Mí cuerpo se tensó cuando escuché un chiflido en la calle. Busqué con mis ojos, sin apartar mí cara de su cuello, la fuente, y se entrecerraron al ver al grupo de hombres que siempre recogían la basura. Nos miraban fijamente, mis dientes se apretaron.

—Ahora sube al auto y ve directamente a casa. Una vez que te suelte, entras y cierras con llave el auto ¿me oyes?— No creía que ellos intentarían hacer algo con ella, pero siempre había algún depravado en la calle y no estaba contento con que ella se fuera sin mí a esa hora. Denisse asintió—. Muy bien delicia. Vete antes de que te suba a mí hombro para meterte en mí departamento y follarte de nuevo.

Dí un paso hacía atrás y la solté. Las piernas de Denisse parecían algo inestables cuando abrió su coche y se metió. Mis manos se escondieron en mí chamarra y la ví irse con su auto de vidrios polarizados.

No presté atención lo que estaban gritando los que limpiaban la calle. Subí a mí departamento y volví a acostarme, pero ya no pude dormir.

Simplemente pensé.

Tal vez yo saldría herido de esto...

Pero valía la pena intentar.

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro