Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 41 - Tardes en pareja

Canción en multimedia: Pumped up kicks — Foster the people (Cover de Tanner Patrick)

Capítulo cuarenta y uno — Tardes en pareja

──── ∗ ⋅✦⋅ ∗ ────

Durante los últimos días de clase antes de que nos den las vacaciones apenas piso mi casa. Procuro pasar el mayor tiempo posible en la biblioteca estudiando y terminando trabajos que han ido mandándonos para estas fechas.

El miércoles, último día de clase, los Daking se confían y no les hace falta venir a buscarme para llevarme a la biblioteca así que voy andando, por primera vez en mucho tiempo, con Arianna, Trevor, Noah y Jack.

Durante el último tramo y después de que Jack se haya acoplado a mi plan trato de convencerle para que siga con su camino y se vaya a casa. Le conozco y sé que no va a hacer más que sacarme de quicio durante las horas que pasemos dentro del edificio, pero no consigo hacerle cambiar de opinión. 

—¿Para qué vamos a la biblioteca? —Jack abre la puerta del edificio para mí—. Por cierto, ¿te he dicho ya que me gusta la pulsera que llevas hoy? Quien la haya elegido debe de tener muy buen gusto.

—Yo voy a la biblioteca para hacer los ejercicios de química que han mandado para navidad. Tú no sé qué haces aquí.

—¿Ahora no puedo pasar tiempo con mi novia?

Señalo una de las mesas más alejadas y Jack es el primero en dejar sus cosas sobre la mesa. Ocupa la mitad sólo con su mochila, bolsa de deporte y abrigo. Lo extiende más a propósito, estoy segura de ello. No quiere a nadie más sentándose en nuestra mesa. Después se deja caer en el asiento a mi lado antes de poder apartarlo.

—La última vez que viniste nos echaron —le recuerdo. Fue la primera y, hasta ahora, última vez que esperaba coincidir con él aquí. Es incapaz de estarse quieto, se aburre con mucha facilidad y tiene un serio problema con la falta de atención.

Así que consiguió que nos echaron a ambos en menos de una hora.

—La vieja que vigila es odiosa, no fue mi culpa.

—Estuviste lanzando trozos de papel con saliva a través de un maldito bolígrafo a cualquier persona que pasara cerca.

Sonríe. El muy idiota sonríe orgulloso de su azaña. ¿Qué decir? Además de entretenerse rompió uno de mis bolígrafos para poder montar su cerbatana. Saco mi libro y apuntes de química, Jack apoya la barbilla sobre su mano.

—Podían no haber pasado por aquí.

—Jack, ya no eres un niño, ¿por qué te comportas como uno?

—Puedes quejarte, pero yo sé que te encanta que sea así —se regodea—. Si no no hubiera aceptado salir conmigo, ¿o me equivoco?

—Oh, cállate.

—¿Ves? No puedes negarlo. —Con eso acerca su silla a la mía, la arrastra y apoya el brazo sobre mi respaldo—. ¿Qué estás dando?

—Algo.

—Algo —repite—. Suena interesante.

—Si te digo la verdad, ni siquiera sé lo que estamos dando. Mira, lee aquí —señalo un ejercicio y Jack lo lee con el ceño más fruncido cada vez.

—Me gusta esto. —Señala un "NO SON DOS IONES!" que aparece en medio de un enunciado—. Es como si vuestro profesor se hubiera cansado y os estuviera gritando antes de hacer una estupidez.

Le miro incrédula de lo que se ha ganado su atención, ahí me río.

—Capaz. —Ahí es cuando me relajo con su presencia, lleva el brazo hasta mis hombros e intenta acomodarme a su lado a la mínima oportunidad. Está empezando como lo hizo la última vez, primero quiere atención, si no se la das busca otra forma de no aburrirse.

El problema es que por muy cómoda que esté así no puedo escribir y, por lo tanto, no puedo hacer nada de lo que he venido a hacer.

—Jack —bajo el tono al ver a la mujer que nos echó el otro día ordenando unos libros a pocos metros de aquí. Él escucha su nombre y lo toma como algo positivo así que cierra su mano sobre mi brazo y apoya su barbilla sobre mi cabeza.

—¿Sí?

—Contigo así no puedo hacer nada.

—¿Y qué más querrías hacer? Son navidades, vas a tener dos semanas para terminar esos ejercicios.

—Pero...

—¿Y si vamos a tomar algo?

—Ya tenía mi plan hecho.

—Te traeré de vuelta antes de que cierren, lo prometo —insiste.

—¿Ves? Por esto no quería que vinieras —Me aparto y cierro mi cuaderno con más fuerza de la necesaria. Lo guardo todo en mi mochila y me la echo al hombro cuando me levanto—. Anda, vámonos.

—¿De verdad?

—No me vas a dejar hacer nada, ¿qué otra opción tengo?

En realidad tengo tantas ganas de ir como él, sólo que admitirlo inflaría un ego al que ya le han dado demasiada cuerda.

—No es lo que quería escuchar, pero está bien. —Jack se pone el abrigo y vuelve a cargar con su mochila y bolsa de deporte—. Hay un local aquí cerca que es genial, voy a por las llaves de mi coche y pasamos ahí la tarde. Te va a encantar.

Una vez fuera vuelve el frío.

—¿Va a ser otro de eso donde hay motoristas al que quieres ir para reírte un rato más de mí?

Hace una mueca.

—¿Cómo no se me ha ocurrido eso antes? —Sonrío con su pregunta—. Para la próxima, esta vez iremos a uno que no han dejado de recomendarme.

—Está bien.

El resto del camino es bastante tranquilo, al menos quitando cuando me tropiezo con la nada y Jack se ríe de mí durante los siguientes minutos por haberme caído. Aunque ha llegado a extender la mano para ayudarme a volver a ponerme en pie ha preferido reírse a evitar la caída.

En un momento dado señala una casa que han llenado de decoración navideña.

—¿Has visto el trineo en ese tejado?

Entrecierro los ojos para verlo mejor. Lo primero que noto es que es más grande que todos los que hemos visto hasta ahora, sonrío ante mi siguiente ocurrencia.

—Guau, es casi tan grande como tu ego.

Jack deja de andar por un segundo, baja el brazo y me mira incrédulo. Me giro para poder mirarle mientras ando, marcha atrás esta vez.

—¿Qué? —pregunto.

Jack sonríe y dos segundos después me levanta del suelo y envuelve entre sus brazos.

—Cómo echaba de menos tus pullas.

Besa mi mejilla antes de dejarme en el suelo después de casi aplastarme por la fuerza que ha utilizado. Acuna mis mejillas y me deja sentir el tacto de sus labios sobre los míos. Da igual el tiempo que pase, no termino de acostumbrarme, es como probar algo por primera vez. Lo siento todo.

—No es como si haya dejado de molestarte —Le beso una vez más porque no quiero dejarle ir. Cuando él cierra su mano sobre la mía y me incita a volver a su lado para seguir andando siento la decepción por haberlo dejado terminar.

—Pero te has relajado bastante.

—No lo he hecho.

—Lo has hecho —ríe—. Dime, ¿cuándo fue la última vez que intentaste dañar mi ego?

—¿Hace unos segundos?

—Antes de eso.

—¿Haberte presentado como un amigo ante Brigitte cuenta?

Se lo piensa.

—Eso es de nivel bajo —dice después—. Has perdido tu toque.

—Yo no he perdido mi toque —me siento inmediatamente ofendida.

—Entonces has perdido nivel.

—Eso tampoco. —Suelto su mano y la escondo en el bolsillo de mi abrigo.

—Tranquila, ambos sabíamos que en algún momento uno de nosotros tomaría la delantera, también sabíamos que sería yo.

—¿Que tú qué? ¿Sabes qué? ¡Eres un cretino!

Acelero el paso dispuesta a dejarle atrás, el peso de mi mochila es demasiado molesto cuando lo hago.

—¡Todavía muy suave! —grita él detrás de mí.

Escucho sus paso volverse más rápido y yo hago lo mismo.     Pronto miro sobre mi hombro y, cuando está a punto de alcanzarme echo a correr. Odio correr con mochila, pero para nosotros es muy fácil ponernos a competir con cualquier oportunidad y yo la tomo.

Jack echa a correr detrás de mí, no me hace falta mirar hacia atrás para verlo.

Que no me alcance, que no me alcance.

Giro en la siguiente calle y me siento de nuevo como una niña, porque eso es lo que estamos haciendo, jugar como niños en medio de la calle. Siento su mano rozando mi brazo y me muevo bruscamente con la primera idea que me pasa por la cabeza para ganarle: cruzar la carretera.

Veo un coche venir por la izquierda seguido de tres o cuatro más y una moto lista para meterse desde el otro carril al mismo tiempo. No me preocupo demasiado por calcular si me dará, o no, tiempo. Cruzo a tiempo de esquivar el coche y freno en medio de la carretera para que la moto que llega desde la otra dirección no me embista. Después sigo corriendo recibiendo el pitido del coche que iba detrás de la moto y casi me pasa por encima. Pero llego al otro lado de la calle y levanto los brazos a modo de victoria.

Giro sobre mis talones emocionada, Jack ha buscado el paso de cebra y espera a que los coches dejen de pasar para cruzar. Se acerca con lentitud, mi emoción se apaga al notarlo. Cuando parece dispuesto a echarme la bronca como si se tratara de mis padres lanza un brazo sobre mis hombros y deja un beso sobre mi cabello.

—Coches no —pide—. Si vas a hacer trampas intenta evitar que tenga que ver con coches.

Oh, mierda. Su hermano.

—Pero he ganado.

Jack me dedica una media sonrisa y me acerca más a él al acercarnos a la que señala como su casa.

—Has ganado —acepta—. Pero no vuelvas a hacer algo así.

—¿Y lo dices justamente tú?

—Sé que no soy la persona más apropiada para hablar de seguridad, pero todo lo que tenga que ver con un accidente de coche me pone demasiado nervioso.

—Lo sé, me había olvidado, lo siento.

—No lo sientas. —Al llegar a la puerta de su casa aparta el brazo de mis hombros. Abre la puerta, un cuerpo pequeño baja las escaleras corriendo para lanzarse a él. Jack levanta a la niña y la acomoda para poder sostenerla—. ¿Qué tal estás, enana?

La niña es adorable, con dos trencitas y una sonrisa cargada de la más pura inocencia.

—¿Quieres conocer a alguien? —le pregunta a la niña. Se gira para que pueda verme—. Maia, mira, esta es Ashley, ¿por qué no la saludas?

La niña mueve la mano hacia mí antes de esconderse contra el cuerpo de su hermano.

—Es algo vergonzosa —murmura Jack hacia mí. Con eso baja a su hermana de nuevo al suelo—. ¿Te quedas con Ashley en lo que dejo esto?

—¿Quién es Ashley?

Otra niña llega a la entrada, con un móvil entre sus manos y explotando una bola de chicle. Mira a Jack y después a mí.

—Hola, hermano idiota —saluda ella antes de volverse hacia mí—. Oh, así que ella es la chica a la que le compraste la pulsera. Ashley, ¿te puedes creer que no quiso comprarme una igual? Qué desperdicio de hermano.

No termina de gustarme la forma en la que se dirige a él, pero a Jack no parece importarle. Él le revuelve el pelo y llama mocosa antes de irse escaleras arriba para dejar las cosas. Maia vuelve al salón y a quien reconozco como Audrey se queda conmigo, mirándome con atención.

—Así que tú eres Audrey, Jack me ha hablado mucho de ti.

Mi sonrisa cae con la mirada que ella me dedica.

—No te equivoques, no vamos a ser "amigas del alma" porque ahora estás con mi hermano. Tú no eres Ana. —Se vuelve hacia su móvil y vuelvo a escuchar los pasos de Jack cuando baja a gran velocidad las escaleras. Su hermana le mira y apunta su móvil hacia él antes de guardarlo—. ¿A qué hora le digo a mamá que vuelves?

—A las ocho, ¿está el entrenador en casa, no?

—Está en el jardín arreglando no sé qué de la ventana que no cierra.

—Vale, os veo luego entonces.

—Adiós —se gira de tal forma que su melena se mueve con el gesto.

Jack no ha notado su forma tan cortante de responderme ni creo que haga falta que la conozca. Es su hermana y la adora, claro que tampoco me esperaba que fuera a tratarme así sin siquiera habernos llegado a conocer.

Gira el llavero entre sus dedos y abre la puerta.

—Todavía no has visto mi choche, ¿no?

—Sí lo he visto.

—¿Seguro?

—Me llevaste al bar de tu tío el mes pasado.

—Verdad —Aprieta el botón de la llave y su coche se desbloquea. Me meto con rapidez en busca de calor. Jack hace lo mismo, mete la llave en el contacto y lo primero que hace es poner la calefacción—. Puedes dejar la mochila en los asientos de atrás, luego te llevo a la biblioteca y la recoges.

Hago lo que me dice y me pongo el cinturón.

—¿Me dejarías elegir la música?

Saca el móvil de su bolsillo y me lo pasa.

—La contraseña es 2-1-3-2-9-7.

—Dos, uno, tres, dos...

—Nueve, siete.

—Nueve, siete. —Termino de pulsarlos y voy directa a spotify—. ¿Puedo elegir lo que yo quiera?

Arranca el coche.

—Tú tienes el móvil, así que sí, tú mandas.

—Genial.

—¿Qué vas a poner ahora?

"Use somebody" busco. Encuentro la de Kings of Leon y le doy. Segundos después está sonando en la radio del coche y subo desde ahí más el volumen.

—¿Qué es eso? —pregunta.

Shhh —la adelanto un poco y encuentro la frustración en Jack cuando la canción no le convence. A mí me gusta, tanto esta como las siguientes que voy poniendo.

Él hace una mueca con Crashing Cars, sonríe ligeramente al escuchar Believe y me intenta quitar el móvil cuando pongo Don't Speak.

Al aparcar y apagar la música suelta un suspiro de alivio.

—La próxima vez mejor canciones de este siglo —murmura al salir del coche.

Ruedo los ojos. A mí me gustan las que he puesto y tampoco es que sean muy muy antiguas, quizás un poco, pero no demasiado.

Jack abre los brazos como si quisiera abrazar el local al que nos ha traído. Me quedo a su lado, incapaz de ver qué es lo que él ama de este lugar es un bar más.

Toma mi mano—. Vamos.

Y dentro tampoco cambia mucho. Hay música baja que a Jack parece gustarle más, es un ambiente algo oscuro y tienen tiras de luces blancas adornando las paredes. Él me lleva hasta una de las mesas más alejadas. Empiezo a preguntarme si encontrar la zona con más intimidad posible es una de sus manías, no es la primera vez que le veo hacerlo.

Son mesas de madera pequeñas con dos sofás de respaldo muy alto a los lados. Nos sentamos en el mismo, yo junto al cristal. Jack agarra la carta y la abre, dejándola sobre la mesa para que ambos podamos verla.

—Los pastelitos de limón de aquí eran los favoritos de mi hermano, pero yo te recomiendo las magdalenas de coco o un trozo de tarta de arándanos. Y los batidos son geniales todos —Pasa los dedos sobre los nombres—. La copa de "Amor por el chocolate" está para chuparse los dedos.

—La tarta esa ha sonado bien. —Leo el nombre de los batidos y su contenido una y otra vez—. Y la copa de "Galleta y vainilla" para mí.

—Bien.

Cierra la carta hace un par de gestos y puedo jurar ver el momento exacto en el que su mirada se cruza con una de las camareras. Porque al mismo tiempo que ella se sorprende, él sonríe. Y yo finjo estar mirando por la ventana cuando deslizo mi mano hasta alcanzar la suya. Jack cierra sus dedos sobre los míos y durante los segundos que pasan hasta que escucho otra voz a nuestro lado me relajo.

—Jack, ¿qué haces aquí? Hace años que no venías.

—Ha sido algo improvisado —No deja de sonreír, ella tampoco. Siento un nudo en la garganta que ni siquiera sentir su mano junto a la mía puede borrar—. Por cierto, ¿recuerdas a la chica de la que te hablé?

La castaña me mira con una mezcla de sorpresa y una emoción que aunque no termino de distinguir no llega a gustarme.

—No me digas que es ella —responde la camarera. Sin importarle nada se sienta en el sofá frente a nosotros—. Estoy encantada de poder conocerte, soy Ana.

Cuando extiende la mano hacia mí suelto la de Jack para aceptar el gesto. Al soltarla no vuelvo a tomar la de él. El comentario de Audrey todavía está demasiado presente como para hacerlo y esa es mi forma de mostrar molestia de forma más indirecta.

—Yo Ashley.

"Tú no eres Ana". ¿Sería una novia antigua a la que sus padres y sus hermanas le terminaron teniendo cariño? No. Él me dijo que sus relaciones duraban poco. Entonces quizás una buena amiga. Aun así la idea no termina de gustarme, no por la forma de Audrey de haberme despachado y puesto a ella por encima con tal facilidad. Debe de haber sido alguien muy importante como para que una niña haga algo así.

—Llevas la pulsera. —Los ojos de Ana se iluminan al verla. Siento la tentación de esconder la mano bajo la mesa—. ¿Te gustó entonces? Estuvimos una tarde entera para elegirla.

Los celos son algo nuevo para mí. Con Sean podía perfectamente saber que se iba de fiesta él con un amigo suyo y siete amigas que no me importaría. Aunque con él supongo que en vez de por la confianza era porque no había sentimientos entre nosotros. Y, sí, eso también me hacía saber que no iba a engañarme. Si lo único que él quería era a una chica con la que pasar el rato, yo estaba, no necesitaba a nadie más. Entendimos eso rápido.

Ahora tengo unos sentimientos que nunca antes habían aparecido y me es difícil lidiar con ellos.

—Me ha gustado —me limito a responder.

Jack desliza la mano hasta mi cintura y me tenso al instante. Debe de notarlo pero no saber cómo interpretarlo porque en lugar de apartar la mano intenta acercarme a su cuerpo.

—¿Ves, Jack? Te lo dije, mi gusto es bueno —sonríe ella.

—Como si no me lo hubieras dicho ya cien veces. Por cierto, ¿a qué hora sales hoy?

—Mi turno termina en una hora.

—Si no tenéis mucha gente puedes quedarte un rato con nosotros —Cuando Jack lo ofrece la tentación de echarme a un lado es demasiado. La única razón por la que no me muevo y, en su lugar, sonrío un poco para fingir que me parece bien la idea es para que no se note tanto lo que de verdad está pasando por mi cabeza.

No puedo creerme que Jack haya querido venir aquí sólo para verla. Que me haya traído aquí para eso. No me gusta.

—Mi jefa es estricta, pero gracias de todas formas. Y, Ashley, me ha encantado conocerte, ya puedes tratarle bien —Se pone en pie de nuevo—. ¿Sabéis ya qué vais a pedir?

—Tres magdalenas de coco y una copa de chocolate para mí y para ella tarta de arándanos y la copa de "Galletas y vainilla".

Ana lo anota—. Fantástico, ahora os lo traigo.

Me molesta que me haya hecho venir para ver a alguien más, ¿a quién no le molestaría eso? Agarro la carta de nuevo y finjo leer cuando me aparto algo de él.

—Me estás aplastando —miento—, échate un poco hacia un lado.

Él me hace caso.

──── ∗ ⋅✦⋅ ∗ ────

──── ∗ ⋅✦⋅ ∗ ────

Sólo puedo imaginarme a Jack apareciendo el día anterior por la biblioteca tal que:

Jack: Me aburro, ¿cómo des aburrirme? Ya sé, iré a molestar a Ashley.

Ashley: Adiós estudiar. Mataré a Jack.

Enumeremos: ESTA LOCA QUE CASI ES ATROPELLADA POR GANAR A JACK... ¿Le lanzamos el trofeo ya o esperamos? Una victoria es una victoria 7u7

La Ashley que se nos puso celosa. MIRA QUE NO DECIRLE QUIÉN ES ANA. MAL, JACK, MAL, ¡VETE A PENSAR AL RINCÓN! ValeNo. Mi bebé es un sol :,)

¿Ya os podéis imaginar a Jack en el próximo capítulo no? Disfrutará como un crío, estoy segura jajajaja, será algo así como:

Traducción: *insertar sonrisa orgullosa* Estás celoso/a

—Lana 🐾

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro