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Capítulo 36 - Noches de fiesta, noches de drama

Gracias por los 100k leídos, sois increíbles, ¿lo celebramos con otro capítulo?(; ♥ 

Canción en multimedia: Lie — Halsey

Capítulo treinta y seis — Noches de fiesta, noches de drama 

──── ∗ ⋅✦⋅ ∗ ────

Jack apoya ambas manos sobre el césped y estira sus piernas, incapaz de mirarme, baja la vista hasta los trozos de césped que parece a punto de arrancar.

—Mi relación con el rugby es complicada —empieza—. Me gusta entrenar y jugar, el resto del equipo son como mi segunda familia. Al fin y al cabo tengo ahí a mis mejores amigos y mi vida, pero no es lo mío y mi padre no lo entiende. Él y Spencer eran un gran equipo, les veía despertarse a las cinco de la mañana para salir a correr y hacer unos pases en el jardín desde que mi hermano entró en el equipo. El entrenador contrató a un dietista para él, le hacía ir al fisio cada mes para cuidar las lesiones y le animaba muchísimo. Sé que se sintió también orgulloso de mí cuando entré, pero era diferente. Yo sólo seguía a mi hermano, pero él era bueno, muy bueno, le querían fichar para equipos universitarios dos años antes de graduarse, lo tenía todo hecho.

Le veo reflejar la tristeza en un intento de sonrisa antes de seguir.

—Así que después de que muriera, no sé, sentía que me tocaba a mí vivir lo que él no pudo, hacer eso por él, y me quedé en el equipo. Me he esforzado durante estos años para poder mantener las notas altas y que me permitieran jugar, pero él no ve eso. El entrenador sólo me presiona más cada día como si alguna vez pudiera llegar a ser tan bueno como lo era Spencer. Y no lo soy, y no quiero serlo. Hoy he... me he distraído, no me he dado cuenta de un pase y no he llegado a tiempo para recibirlo.

Su forma de decirlo, como si estuviera listo para recibir un castigo por ello me hace inclinarme hacia adelante, tratando de entender. "Es sólo un pase", quiero decir, pero me callo porque, para él, no parece sólo eso.

—Estaba cansado, me distraje sólo un momento y, aunque ganamos por mucho, el entrenador no se lo tomó bien, me gritó delante de todo el equipo cuando fuimos a los vestuarios. Trevor se metió, pero tampoco pudo ayudar demasiado. Así que salí de ahí con el entrenador para hablarlo con tranquilidad, pero él no dejaba de decirme que tenía que estar más enfocado, que él ya me había avisado que habrían ojeados y que yo lo había hecho mal por demostrarle algo a él —niega—. Así que estallé.

Me mira a la espera de algo, algo que no sé reconocer. No sé qué se supone que deba de decir en estos casos, Ben es bueno para algo así, no yo. Únicamente puedo esperar, en silencio, a que Jack termine la historia, esta vez mirándome con una súplica implícita: que no le culpe.

—Le grité que si estaba tratando de perder a sus dos hijos iba por el buen camino, Ashley. 

Esconde el rostro entre sus manos.

—Le dije que si yo fuera Spencer habría chocado ese coche sólo para dejar de escuchar sus continuas quejas y que ojalá hubiera sido yo porque parece que él lleva desde que mi hermano murió queriendo que hubiera sido así. Y luego me fui, sólo me fui dejándole ahí porque no era capaz de enfrentarle después de haber soltado eso. Estaba enfadado, acababa de gritarme delante de todo el equipo y no es la primera vez, pero le dije a un padre que había perdido a un hijo que su otro hijo preferiría morir a seguir aguantándole.

Se forma un nudo en mi garganta, dejo mi vaso sobre la tumbona y cierro las manos sobre mis piernas. No puedo decirle que no es nada, no puedo mentirle así, ni siquiera para reconfortarle. Ha cruzado una línea que nadie debería pisar. 

—Por favor, di algo —ruega—. Has prometido que nada de lo que dijera cambiaría tu opinión de mí.

—Es que no sé qué decir, Jack.

Se levanta bruscamente, directo a por la botella que levanta para comprobar si queda algo. Limpia la boca de la botella con su camiseta, listo para llevársela a los labios cuando yo apoyo la mano sobre su brazo. No es más que un simple roce que se vuelve suficiente para impedir el gesto. Sin dejar de mirarle, le arrebato la botella, dejo que sus dedos suelten el cristal poco a poco, que él, rendido, termine aceptando mi abrazo cuando, vacilante, le traigo hacia mí.

Dejo caer la botella al suelo, el golpe me hace saber que no se ha roto y envuelvo a Jack entre mis brazos cuando él es incapaz de hacer lo mismo conmigo.

—No puedo decirte que hayas tenido una excusa, siento si esto no es lo que querías escuchar, pero fuiste tú quien dijo que en el fondo los padres solo quieren lo mejor para nosotros. Aunque estuvieras enfadado esa no es razón para ser tan cruel con él.

Jack se apoya sobre mi hombro, siento su peso, ya no sé si es porque haya bebido o porque esté mal, pero le cuesta sostenerse.

—Lo siento —Por fin me devuelve el abrazo, lo hace con fuerza, con necesidad—. Lo siento, Ashley.

—No es a mí a quien tienes que pedir disculpas.

—Siento haberte decepcionado.

—Lo que me ha decepcionado es que sigas pensando que alguien cree que debiste haber sido tú, Jack. Me preocupa la opinión que tienes de ti mismo porque no es la primera vez que te lo escucho decir.

—Lo sé, lo siento —murmura de nuevo.

—Pero es que no lo sientes —Quiero apartarle, llevo las manos hasta sus mejillas para encontrarme con su mirada abatida. Tan diferente a la del chico divertido que encuentro en el instituto que me cuesta unirles en mi mente como a una única persona—. Jack, no tienes que ser igual que tu hermano, no tienes que superarle, sino encontrar tu propio camino. Él no querría verte así. Tu padre no querría que hubieras sido tú quien murió aquel día, yo no querría que lo hubieras sido, tampoco tus amigos ni familia, Spencer no lo hubiera querido. Así que, por favor, no lo quieras tú. Y no me des la razón como a los tontos sólo porque no quieres que me moleste contigo.

Él aparta la mirada, no cedo.

—Jack, es normal querer cambiarte por un ser querido al que has perdido, pero no puedes desear que pase. No fue tu culpa, ¿lo entiendes? No tienes que ser como él, no tienes que ser él, tienes que ser tú, porque tú puede que no seas un gran jugador de rugby, pero puedes destacar en otra cosa. Y para eso necesito que dejes de pensar así porque te juro que si te escucho decir una vez más que querrías haber sido tú quien murió voy a ser yo quien termine mal, ¿vale?

Encuentro el momento exacto en el que su mirada se suaviza y cualquier vacío se convierte en arrepentimiento real. Ocurre justo cuando mi voz se rompe sólo de imaginar lo que está pasando, de pensar en todo a lo que ese hilo de pensamientos puede llevar a una persona.

Jack suelta un suspiro, después besa mi mejilla.

—No estés mal —pide, sus labios sobre mi rostro como el más puro chantaje para ganar la partida. Llega a la comisura de mis labios y me es difícil no besarle, tengo que mantener en mi mente qué es lo que me ha molestado para no hacerlo. Está cerca de no ser suficiente, porque no puedo estar enfadada con él, no puedo mirarle y no olvidarme del problema cuando me mira con la ternura con la que lo hace, cuando me centra como única importancia y sonríe hacia mí.

Acaricio su mejilla.

—Empieza a no gustarme cuando bebes, ya van dos veces que te veo mal —digo.

¿Cómo olvidar la primera vez que esas palabras entraron en mi corazón y me enseñaron la imagen que tiene de sí mismo? Que se odia, que se odia por no ser como su hermano, por haberle perdido. Ahí encontré a un chico al que no conocía, uno que me hizo entender cómo su faceta de chico divertido es una exageración para distraerse y como la que encuentro por las noches tampoco es él por completo sino una parte más profunda que todavía sufre los efectos de esos pensamientos que ha liberado para mí. No he conocido al Jack real, no al que mezcla cada una de las personalidades que enseña al resto de personas porque esa parte de él está rota, fragmentada por culpa de un único pensamiento.

Quisiera saber, con desesperación, cómo era antes de perder a Spencer, haber conocido más al chico con el que terminé encerrada en el vestuario antes de que la oscuridad llenase sus recuerdos. Siento que él me lo está dando todo, que me está dejando ver cada fragmento y fractura, que está tratando de arreglarse, ojalá yo supiera hacer algo más que poder entenderlo, que querer entenderlo.

—Ya sabes lo que dicen, a la tercera va la vencida.

Bajo las manos hasta sus hombros, ¿cómo puede sonreír ahora?

—No tiene gracia —Pero da igual lo que yo diga, porque para él si parece haberla tenido porque se está riendo—. No te rías, no la tiene.

—Eres tú que no se la ves.

—No ti... —Y me besa.

¿A quién quiero engañar? Le devuelvo el beso porque hoy he entendido que aceptar salir con él ha sido una de las mejores decisiones que he podido tomar. No sé si Jack tendrá razón a la larga, pero, por ahora, ya hay muchas cosas que ha cambiado en mí con solo su presencia, incluidos mis sentimientos. 

El corazón se me acelera, siento un cosquilleo en las manos que escondo al deslizarlas sobre su nuca. Con Sean no era así, no encuentro el punto que les diferencia porque Sean no era brusco, tampoco buscaba con suavidad, es más, podría decir que es él si mi cuerpo no reaccionara como lo hace, si Jack no dejara mis sentimientos expuestos de tal forma que negarlo sería imposible.

¿Cómo un beso, tan similar, puede hacer tanta diferencia dependiendo de quién te lo dé?

Escucho movimiento, las ramas de los árboles moviéndose y alguna que otra queja que me hacen romper el beso. Bajo la cabeza y siento los labios de Jack sobre mi frente cuando miro hacia la entrada de este pequeño jardín, no tardo en distinguir a Noah.

—Mason, necesitamos tu ayuda, he habido un pequeño incidente.

Jack acomoda una mano en la parte baja de mi espalda y asiente hacia su amigo.

—Es urgente —repite Noah—, Trevor ha estado a punto de descuartizar a Wyatt de forma muy literal.

—¿A Wyatt? —No puedo evitar lanzar la pregunta. Cuando Noah me mira de nuevo los sé: es al Wyatt al que conozco. 

Las fiestas a las que Jack me invita empiezan a tener un patrón para mí. Las confesiones de Jack y las peleas de mis amigos. Primero Ben y ahora Wyatt, me pregunto qué lo habrá causado esta vez. 

Sin poder evitarlo, voy hacia los árboles, pido a Noah que me haga un sitio y salgo al jardín principal de nuevo. Escucho a Noah explicándole algo a Jack que no me paro a escuchar, en su lugar miro a la gente, a la poca que hay aquí y entro a la casa. Todos están cerca de la entrada, todos mirando, señalando, murmurando.

Me hago un hueco como puedo para ir avanzando.

Escucho a Jack llamándome, miro sobre mi hombro para centrarle, él lo está teniendo más difícil para avanzar. Por una vez la curiosidad de las personas es más fuerte que su capacidad para conseguir que se aparten para él. 

—¡Ashley, no salgas! Espera —pide.

Por un momento no es él el que trata de abrirse hueco, sino Noah. Noah está empujando y metiéndose con cualquiera que esté en su camino, Jack está esperando una respuesta. Se la doy cuando me vuelvo hacia la puerta y aprovecho tener un cuerpo más pequeño que el suyo para seguir abriéndome camino.

Consigo llegar hasta la puerta y no caerme en los escalones que hay para bajar al jardín. Aquí hay menos gente, lo que es normal teniendo en cuenta la escena. Wyatt está sentado en el suelo, con un trozo de tela apoyado sobre su labio. Frente a él, César y Adam están sujetando a Trevor, se mantienen cerca de él mientras que su hermana le grita. Le insulta y él le responde también a gritos. Me sorprende no ver a Arianna cerca.

Me acerco corriendo a Wyatt, agachándome a su lado, él no aparta la mirada de los hermanos, rabioso, dolido.

—¿Pero qué os ha pasado? —Llevo la mano al trozo de tela que sostiene, apartándolo para encontrarme con sangre, le han partido el labio—. Wyatt, ¿qué ha pasado?

Sigo su mirada hacia los hermanos, sin darme cuenta de que alguien acaba de apoyar una mano sobre mi espalda. Jack se acuclilla a mi lado.

—¿Estás bien? —me pregunta.

—No soy yo a quien han golpeado.

Jack mira a Wyatt y hace lo mismo que yo, busca la gravedad de las heridas.

—Lo siento, tío. Noah me lo ha contado y mientras no la dañes sabes que tienes nuestro apoyo —Con eso se pone en pie y hace caso a Noah que lleva llamándole desde que se ha acercado. Puede que Noah sea muy cercano a ellos, uno de sus mejores amigos, pero Trevor y Jack son como hermanos, eso no va a quitárselo nadie.

Jack se acerca primero a Ginny, ella sigue alterada, pero la presencia de Jack parece aliviarla un poco.

—A ver si tú eres capaz de hacer entrar en razón a esta basura de persona —Gruñe ella y está, ¿llorando? ¿Ginebra Wilcox es capaz de llorar? Se vuelve hacia su hermano—. Te odio, Trevor, y te lo has ganado a pulso.

—¿Por no dejar que se aprovechen de mi hermana? —lanza él de vuelta, con notorio cabreo.

Jack impide que Ginny se acerque más a su hermano, le dice algo tan bajo que no puedo escucharlo, pero ella asiente hacia él.

—¿Cuándo aprenderás a pensar en los demás en vez de sólo obcecarte en que tú tienes la razón? Ojalá no fueras mi hermano.

Con esas últimas palabras, Jack aprovecha para llevarse a Trevor con él. Trevor se resiste y trata de alcanzar a su hermana, gritándole que es ella quien no escucha, quien está actuando como una cría. Ginny lo ignora. Pierdo de vista a Jack, Trevor y Noah, los dos amigos alejan al pelirrojo de la fiesta. Adam y César disuelven al resto de personas, consiguen que se metan de nuevo en la casa de una forma tan hábil que no parece la primera vez.

Ginny se deja caer junto a Wyatt, con sus ojos azules llenos de lágrimas cuando le abraza. Wyatt le devuelve el gesto con el brazo libre y cierra los ojos.

—Lo siento tanto, mon cheri —solloza ella.

La comprensión me paraliza. ¿Ginny Wilcox y Wyatt? ¿Juntos? Porque su forma de mirarse, de tratarse en estos momentos no es porque Trevor haya podido verles cercanos, se nota que viene de antes. Es algo tan extraño que no termino de entenderlo.

—¿Estás bien? —pregunta Ginny. Wyatt aparta el pelo de Ginny de su rostro, algo confuso al ver sus lágrimas y la escena es demasiado tierna como para poder irme por mucha intimidad que quiera darles. Wyatt asiente.

—Me han placado más fuerte esta tarde, tu hermano golpea suave —Todos sabemos que miente, pero el gesto es suficiente como para que Ginny se relaje un poco.

Ahí es cuando por fin me convenzo de que no es lugar para mí, por muy preocupada que haya podido estar por mi amigo, estar aquí es algo incómodo. Así que me pongo en pie. Ni siquiera sé si debo decir algo o irme directamente, por suerte, Wyatt lo nota.

—Mañana te lo explico todo —me dice—. ¿Te veo en casa de Ben después de comer?

—Claro.

Con eso él vuelve a centrarse en Ginny, pasa una mano por el pelo de ella y le habla con suavidad. Me encojo bajo mi cazadora al entrar en la casa, buscando un lugar tranquilo donde esperar a que Jack vuelva. Es ahí, al decidirme por el jardín, que encuentro la cabellera rubia que antes he echado en falta. Arianna está sentada al borde de la piscina, con sus zapatos a un lado y los pies en el agua. 

Ella no estaba en el jardín, claro que no estaba. Me dijeron que le gustaba Wyatt y se ha enterado tan de golpe como el resto que ya tenía pareja. Además, una de sus amigas.

Me siento a su lado.

—Acabo de enterarme —digo.

—Soy una tonta, Ash, pensé que le gustaba y él sólo estaba siendo amable —Arianna me abraza en busca de apoyo—. ¿Por qué siempre tengo que enamorarme de quien no me corresponde? 

—Sé que igual no es el mejor momento, pero, ¿sabes que a Trevor le gustas, no?

Ella hace una mueca.

—Él es así, Ashley, sólo bromea.

—No es lo que me ha parecido.

Arianna apoya una mano sobre la tela de su blusa para distraerse con algo. Mueve un poco los pies en el agua.

—¿Por qué no podía ser Wyatt? —murmura ella exasperada—. Él es tan atento, tan amable, tan dulce, ¿por qué tenía que estar con Ginny? Y ella ni siquiera me lo dijo, lo sabía y no me dijo nada.

Lo único que puedo hacer es tratar de reconfortarla en lo que ella se plantea cada una de las decisiones que ha tomado, avergonzada y llegando a sentir rabia en un momento dado. Sus emociones cambian a medida que habla y se desahoga. 

Y así pasa el tiempo, tiempo en el que su gemela, María y algún par más de chicas del equipo se pasan para ver qué es lo que le pasa. La dejo rodeada de amigas que se preocupan por ella y vuelvo a entrar en la casa, ya desganada. Había escuchado que las noches podían complicarse, pero, ¿tanto? Es salir para pasarlo bien y terminar de marrón en marrón. 

Espero cerca de la entrada hasta que vuelvo a ver a Jack o, mejor dicho, él me ve a mí. Le dice algo a Trevor y mira una última vez a Noah antes de acercarse.

—¿Qué tal ha ido? —pregunto.

Jack toma mi mano y me guía hasta uno de los sofás desocupados del salón. Siento el corazón en un puño al encontrar a Wen a pocos metros, con un vaso en la mano y una rápida mirada que me avisa que sabe que estamos aquí aunque nos está dando la espalda.

—Ha ido —Hace una mueca y pasa la mano libre por su pelo, echándolo hacia atrás por corto que sea—. ¿Y tú? ¿Ha habido algún problema?

—Ninguno ¿Tú sabías que Wyatt y Ginny estaban juntos?

—Sabía que Ginny estaba con alguien, me lo contó hace tiempo para tener a alguien que le respaldara cuando fuera a contárselo a su hermano, pero no me dijo con quién. Trevor es muy sobreprotector con ella, no sabe controlarse.

—Lo he notado —Pero lo peor no ha sido ver la herida en el rostro de Wyatt, lo peor ha sido su mirada, ese sentimiento de traición al entender lo que estaba pasando. 

Jack lleva una mano hasta mi mejilla.

—Se le pasará —promete.

—No puedes saber eso.

Su mano cae.

—Le conozco demasiado bien como para saber que sólo necesita tiempo y un par de charlas más.

—¿Y estás seguro de que eres bueno con ese tipo de charlas? —No puedo evitar pincharle con cada oportunidad, lo hago porque sé que él me lo devolverá, que le gusta eso tanto como a mí.

—Bueno, sé que querré colgar de una farola al primer novio que tenga alguna de mis hermanas, pero puedo fingir que no lo haré para convencer a Trevor.

—¿Sabes? Creo que entiendo un poco a Ginny.

—¿Sí? —Lanza la pregunta como un susurro al creer que estoy refiriéndome a él. Se acerca, tanteando el terreno.

—Sí, los Daking actuaron igual con Sean.

Eso le hace apartarse, perplejo al darse cuenta que sus pensamientos no han ido por el rumbo acertado. Frunce el ceño, acomoda al brazo sobre el respaldo del sofá y pregunta el nombre con cierto desagrado.

—Es una larg... —me interrumpo a mí misma. "Nada de medias versiones", recuerdo antes de hablar—. Es un novio que tuve entre los quince y dieciséis años, había bastante tensión de por medio y tres semanas después de habérselo presentado a los Daking todo terminó. Brigitte creo que le odiaba porque, en fin, me sacaba casi tres años y era esa clase de chico tatuado y con piercings que no es fruto de devoción de cualquier padre. Y el señor Daking, bueno él no sé si le odiaba a él o a mí, creo que a ambos. 

—Espera, entonces, ¿tú tenías quince y él dieciocho?

—Los cumplió cuando ya estábamos juntos y yo poco después, pero durante algunas semanas, sí.

—Parece como que se aprovechó un poco.

Ruedo los ojos—. No. Mira, puede que discutiéramos mucho y que saliéramos mal parados, pero no es un mal chico. Ambos teníamos problemas y encajamos, no se aprovechó.

No es fácil notar que no quiere aceptar del todo mi versión. Sí, son casi tres años, pero fue como coincidió, cuando yo tenía dieciséis y Sean dieciocho todo nos iba bien, él siempre estaba ahí, no nos queríamos como deberíamos, pero estábamos para el otro. En cierta forma, él me hizo dejar de huir de cada roce y a aprender que la libertad era buena,  me encontró cuando más perdida estaba y eso es por lo que no puedo odiarle por muy mal que termináramos.

—¿Que hizo qué? —Escucho preguntar a Wen, se ríe con fuerza y nos mira, el vaso en mano. A su lado, Trixie se encoge un poco. Las palabras de Wen son algo lentas, pesadas cuando vuelve a hablar. Señala a Jack con la mano en la que sostiene el vaso consiguiendo que la mitad caiga sobre otro de los sofás. No le importa—. Tú estás intentando salir con medio equipo de Voley, pues  acabas de equivocarte chico, porque Ash no ha entrado.

Se ríe sola, apoyándose en Trixie.

—¿Está borracha? —Me pregunta Jack.

¿De verdad quiere que remarque lo obvio? Lo está, claro que lo está.

—Mira, puede que ya no seamos amigash porque tú, bueno, te has portao como una perra —El vaso se cae de su mano y ella lo ve caer antes del volver a mirarme—. Pero el karma me está escuchando, ¿verdad que sí, Jack? 

—¿Te enfadarías mucho si le respondo? —vuelve a preguntarme, ambos sabemos que se refiere a una respuesta poco endulzada.

—Wen —hablo yo—, basta.

—Yo estoy tratando de ayudarte, este chico ha salido con, ¿cuántas has dicho Trix? ¿Cinco o siete chicas del equipo? —Cuando se gira hacia Trixie ella busca apoyo en Charlotte, pero Wen no nota el gesto y lo interpreta de otra forma—. Sí, estuvo con Charlotte, María, tuvo algo con Agatha y Cristina y ¡oh! No olvidemos a tu buena amisga Arianna. ¿Vas a por el pleno?

Jack hace una mueca, se levanta la sofá y tira de mi mano para que me vaya con él. No se para a responder a Wen, no, en su lugar se gira hacia Trixie.

—Te creía más inteligente, Trixie, pero después de que hayas dado la espalda hasta a Ginny supongo que tenía que haberlo visto venir.

Él quiere que nos vayamos, yo no puedo hacerlo, no cuando la única idea de Wen es pisarme cada vez que aparece. Así que me suelto de Jack sólo para quedar frente a ella. Porque si algo he aprendido es que hay un momento en el que tenemos que dejar de correr.

—No sé qué es lo que he podido hacerte para que me odies tanto, Wen. No sé qué es lo que se te ha metido en la cabeza para pagar tu mal humor conmigo, pero por respeto a haber sido amigas no voy a hacer lo mismo contigo. Te lo dije, yo nunca he hecho nada en tu contra, ahora si no me crees es tu problema, pero no te metas en mi vida. Menos en mi relación.

Wen me dedica una falsa sonrisa demasiado notoria como para no adivinarlo.

—Disfruta cuando te dejen como hacen todos.

Responderle está demás, estoy decepcionada con ella, pero más conmigo por saber que sería capaz de perdonarla si sólo me lo pidiera. Vuelvo a tomar la mano de Jack y le pido que nos vayamos, él no duda ni un segundo.

Descarto las palabras de Wen al momento, Jack ya me había dicho que tuvo otras relaciones que no duraron demasiado ¿Qué quiere ella? ¿Que le culpe por ello? Eso no tiene el más mínimo sentido. Aun así siento esa pequeña molestia de saber que nunca seré la primera, de saber que él tampoco será mi primero pese a sentir que en mi corazón sí lo ha sido.

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Estos últimos capítulos se me están yendo de las manos con la largura, pero ¡ey! ya ha habido algo de drama :') 

#Ginny&Wyatt ¿Winny? ¿Estáis a favor o encontra?

Creo que ya dije que Wyatt siempre defendía a Ginny cuando se metían con ella en la mesa y, lo mal que trató Ginny a Ashley en la prueba para entrar al equipo de voleibol... digamos que la frase de "alguien podría ponerse celoso" de Wyatt no era por Jack... BADABUM.

#WenSigueSiendoUnaPerra

Me imagino a ellas tal que: 

Wen: (traducción): Hey, mira ¡Es falso! ¡Todo es falso!

Ashley: (traducción): Por favor, cuéntame más

Espero que os haya gustado el capítulo y (ahora sí) nos leemos el próximo sábado ¡Un beso! ♥

—Lana 🐾



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