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†Capitulo 161† En un frio parpadeo

Estaba realmente herido....
ni siquiera pudo hacer nada para defenderse del ataque del bastardo de pelo largo.

Herjell había inyectado una peligrosa rafaga de aire en el estómago de Demian, dejándolo fuera de combate en un solo movimiento.

El Titan había estado tirado en el suelo, escuchando con gran agonía la batalla de Shanoóth contra aquel perverso Imperial.

Pero sabía que tenía que hacer algo...
Elketh le rogaba que se pusiera de pie, que ayudara a su padre.

...Y sin embargo...no pudo hacer nada.

El líder de los salvajes fue derrotado tras dar todo de sí... intento con todo su ser proteger a su hijo y a su gente.

Pero ahora yacia al igual que el... como un debilucho incapaz de ponerse de pie.

-Ti, tienes que ayudar a mi hijo-.
Le rogó el poderoso guerrero antes de que dejara caer todo su peso, rindiendose por el dolor.

Sus huesos vibraban y sus extremidades estaban demasiado cansadas para responderle.

El padre de Elketh ya no podía dar más.

Pero Demian si...el no estaba en tan mal estado como aquel guerrero que lucho por proteger lo que más amaba en este mundo.

Quizás el Titan debía hacer lo mismo...

El tal Bator se había llevado al pequeño, y un grupo de guardias acorazados entraron al calabozo con picas eléctricas conteniendo aa todos los prisioneros que armaban alboroto tras la aterradora pelea.

Era obvio que intentaban ganar tiempo para que los Imperiales no llegaran hasta su líder.

Querían que este tuviera las fuerzas suficientes para luchar y haci dirigir lo que habían estado esperando durante mucho tiempo.

...Pero Shanoóth no lo hizo...

Ahora tenían a su hijo...

Y si antes no se levantó en armas para escapar junto a los suyos por miedo a que su pequeño terminará herido..

Ahora mucho menos opondria resistencia, esos bastardos tenían algo demasiado preciado como para arriesgarse.

-Tienes que salvarlo.. es lo único que tengo-.
Resollo el imponente guerrero, su voz estaba quebrantada, al igual que su cuerpo.

Estaba tan debilitado que incluso susaa leales hombres estaban atónitos por lo que veían.

Nunca nadie se había enfrentado a Herjell con tanta ferocidad como lo había hecho el.

Y sin embargo... ahí estaba.

Cómo un despojo suplicante.

-...Lo haré-.
Demian asintió, dirigiendo la punta d wsus dedos hacía el collar en su cuello.

Elketh lo había desactivado...sus poderes habían vuelto.

Y con un destello púrpura, el joven Titan salió del calabozo.

-¡!-.
Los guerreros salvajes quedaron asombrados, apresurandose a asistir a su líder antes de que los guardias llegaran hasta ellos.

-¡Ya basta de este maldito alboroto!-.
Bramo un Imperial antes de clavar la punta de su lanza eléctrica en el costado de algún pobre prisionero.

Sus compañeros hacían lo mismo, y pronto recuperaron el control de aquella prisión de salvajes.

.........................

El aire del exterior inundó sus pulmones, Demian disfrutó aquella sensación.

Era como si una ventisca fría se hubiese aglomerado alrededor de el,
pues según tenía entendido, aún se encontraban en temporada de verano.

Aquella fresca sensación solo le podría recordar a su viaje en las tierras...

...Del frío antiguo...

De pronto....

Sufrió un repentino espanto que lo hizo girarse rápidamente, elevando un puñetazo que dejó caer en cuanto vislumbro un rostro joven.

¡Fuosh!

El muchacho Imperial esquivó el golpe a penas por unos miserables milímetros.

Sus ojos estaban sorprendidos, clavados en la mirada feroz y asustada del salvaje de cabello púrpura.

-Debo admitir que no creí que alguien fuese capaz de detectar mi presencia haci de fácil, jeje-.
Hablo el muchacho Imperial.

Tenía una tez blanca pálida, cabello rubio peinado con una larga coleta que le daba un aspecto bélico, y vestía un traje azul con algunas partes acorazadas de color negro y dorado.

Tenía las mismas características del uniforme de aquel hombre misterioso que se llevó a Elketh, e incluso, una gélida aura ventosa lo envolvía de manera sutil.

Su mirada era fría y burlona... pero fingía cierto tono cortes.

-¿Quien eres?-.
Pregunto Demian con los brazos en posición de combate, realmente no había detectado la presencia de aquel chico.

Solo fue casualidad que volteara por mero instinto.

Como si quisiera ver de dónde provenía aquel frío realmente.

-¿Que quién soy?.. bueno, jeje, no es algo que un salvaje extraviado como tú debería saber, pero...-.
El muchacho señalo a lo lejos, dónde podía verse a un escuadrón de guardias entrando a la zona del calabozo.
-A vistas de que te escapaste muy fácilmente, te concedere aquella pregunta-.

Demian permaneció callado, observando la imagen frívola de quién fuera a ser el segundo mejor alumno de Bator.

-¡Mi nombre es Beasly, de la gran familia Riellan!-.
Beasly alzo la voz a propósito, adoptando un tono orgulloso lleno de emoción.
-No es por presumir, pero estoy en camino a graduarme como miembro de elite de los Elitezards-.

Sonrió, pero el aura que lo rodeaba se volvió hostil de repente.

Causando que Demian se tensara en el instante justo para que el aprendiz Elitezard levantara una mano de forma furtiva y disparara una esfera blanca de energía.

Esta paso volando a centímetros del rostro del Titan, pero dejo atrás un rastro de escarcha, y cuando chocó a metros de distancia a sus espaldas...

Exploto formando un gran montículo de estacas gélidas que se alzaron de forma aterradora.

-Jejeee...Ups, lo siento.. creo que sew fue la man¡ujk!-.
Beasly quiso burlarse del salvaje fugitivo.

Sin embargo, aquel joven sin tatuajes,
desapareció en un parpadeó y con un brillo morado se posicionó a un palmo del imperial para soltarle un poderoso puñetazo que lo mando a chocar contra el suelo.

Beasly se quejo de forma chillona antes de gruñir enojado.

Se levantó lo más rápido que pudo, pero un rodillazo impacto su quijada.

-No te levantes, Beasly...si no quieres usar tu propio hielo para calmar el dolor que te voy a causar-.
La voz de Demian contrasto con el pesado pie que colocó en la nuca del aprendiz Elitezard.

Su aura púrpura comenzó a distorsionar el espacio alrededor, consumiendo haci el ambiente frío que Beasly portaba.

-Tsk...muy bien, chico salvaje,
¡Ni siquiera tendré que ponerme de pie!-.

-¡!-.

¡Krujk!

Una estaca de hielo surgió del suelo,
estando a milímetros de penetrar en el cuello del Titan dimensional.

Quien solo pego un respingo ante la sorpresa.

-¿Que fue lo que dijiste sobre usar el hielo para calmar el dolor?-.

-Je-.
Demian sonrió, reconociendo lo rápido que había actuado aquel muchacho.

Unos breves segundos habían pasado, pero la tensión de la filosa estaca cerca del cuello de Demian no había desaparecido.

En su lugar, Beasly ya se había puesto de pie y sacudió su uniforme con bastante delicadeza.

Por parpadeos miraba al salvaje frente a el, tratando de adivinar cual sería su procedencia.

¿Porque estaba con los salvajes comunes si claramente portaba magia en su interior?...

~Mis superiores no lo sabían..eso es evidente~.
Beasly ensanchó su sonrisa arrogante, y casi pudo escuchar el como lo alabarian por su descubrimiento.

Tan solo medio minuto había transcurrido, y Demian no planeaba quedarse haci.

Quizo analizar la situación, sin embargo, aquel joven rubio y frívolo, no parecía querer hacer algo más que mirarlo con superioridad.

Por lo que imitó su misma actitud mientras mantenía el cuello alzado y tembloroso.

-¿Que tan rápido eres?-.
Pregunto Demian, causando que el aprendiz girara la cabeza bastante confundido.

Pero ya era demasiado tarde, el Titan ya se había teletransportado a buena distancia.

Observando como un grupo de estacas se alargaban y estallaban justo en el mismo lugar en el que el había estado.

-¡¿A dónde te has ido?!-.
Grito Beasly mirando a todas partes, estaba realmente impactado.

No conocía a nadie haci de rápido...no tenía sentido.

Alguna vez había oído sobre lo veloces que eran Herjell y Sheén...

Pero eso era demasiado...

Ni siquiera un parpadeó, un borrón de movimientos...

Eso era imposible.

-¿Aún quieres intentar lo del hielo?-.
Le susurró Demian al oído, antes de propinarle un fuerte codazo en la nuca y estamparlo contra el suelo.

Beasly cayo con los ojos en blanco, su cuerpo temblaba espasmodicamente.

Había sufrido una fuerte contusión y todos sus sentidos estaban destruidos momentáneamente.

Pero en los últimos momentos de lucidez cada vez más apagada.

Pudo ver como aquel salvaje de cabello púrpura se envolvía en una esfera de energía morada, y se levantaba en el aire para salir volando.

-.......-.
Beasly solo lo observó tendido en el suelo... podía escuchar varías pisadas y voces preocupadas corriendo en su dirección, y sonrió... había subestimado a aquel joven, y quería preguntarle su nombre.
-Zero-.

Pronunció casi con un susurró ininteligible...

Mientras la esfera de Demian caía en picada gracias a un gran peso en su interior.

Desapareciendo para dejar ver una enorme pelota de hielo cuyo interior estaba ocupado por un joven de cabello púrpura.

El Titan dimensional había sido derrotado...

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