Está vez...dos jaulas compartieron la cima.

Una emitía un ligero brillo calido, y la otra..estaba sumergida en la oscuridad.

Levemente delatada por el fulgor caótico dentro de Diyagore.

Una Eli bastarda que no parecía tener lugar ni con los "salvajes", ni con los "civilizados".

Su mente había vuelto al orrido turbamiento que los efectos de la cima podían ofrecerle.

Deliraba sin control, vociferando recuerdos borrosos que no quería sentir.

Pero que debía limitarse a sufrir.

...Por su parte...

Coraline no podía estar mejor...

Se hallaba sumergida en un vacío interno..una soledad absoluta que carcomía su mente.

¿Eso era todo?...se repetía una y otra vez como en el principio.

Al fin había tenido una oportunidad para escapar..para luchar.

Pero fue vencida sin que siquiera pudiera preveer lo.

La Titan trataba infructuosamente de salir de aquel trance.

Quería volver a intentar ser libre.

Muy en su interior, un instinto de supervivencia se agolpaba contra las paredes de su voluntad.

Como si supiera que rendirse solo la acarrearía hacia una muerte lenta y amarga.

-No...debo resistir-.
Susurró casi de forma ininteligible, antes de girar la cabeza hacia donde se suponía estaba su contra parte.

Su carta de triunfo.

-Di,Diyagore-.

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Lejos de los vestigios de la maldad humana.

...Una criatura de aspecto aberrante y piel rojiza con carne y venas palpitantes, reptaba atraves de los gigantescos árboles del bosque Sain.

La entidad impía se sentía abandonada.

Soltada a su suerte con tan solo los instintos grabados en su ser, por un dios roto y sellado.

Grantiusz había hecho un exelente trabajo al reconstruir la estructura genética de aquella criatura.

Una que apenas era una bebe blood pain, cuya familia entera fue masacrada por los resplandores del cielo y sus jueces.

Si...eso era lo que estaba grabado en su mente corrompida y salvaje.

Devoured, la aberración sangrienta,
impulsaba todos sus sentidos y esfuerzos, con este código de venganza y hambre.

Pues aborrecía a aquellos que portaban la vida, una vida tan delicada y provocativa para sus fauces.

-Kkkkkkkkkkrrrr-.
Bramo débilmente, haciendo vibrar sus colmillos para llamar la atención de un grupo de mercaderes custodiados por un gran regimiento de mercenarios hombres bestia.

Los imbéciles se habían aventura al bosque Sain, en busca de los restos de una importante caravana perdida ahí.

Sabían que un tal Kataye había sido el encargado de guiarla atravez de el engañoso terreno.

Pero también, a sabiendas de los horrores que los aguardaban en caso de tener mala suerte, decidieron arriesgarse con tal de obtener riquezas.

Total...en el camino habían capturado a un buen número de prisioneros.

Estúpidos que alguna vez fueron los esclavos de la caravana perdida.

Pero que huyeron durante un accidente que termino con la vida de todos los comerciantes y guardias.

-¡Jajajajajaaa!-.
Se rió la tanda de imbéciles, antes de comenzar a torturar a unos cuantos ex esclavos para haci sacarles mas información.

..Los pobres estaban devastados..

Después de tantos esfuerzos y nobles sacrificios..volvían a caer en las terribles garras de los avaros.

Pero antes de que cualquiera de ellos hablara, una mancha roja se estrello contra el suelo justo en medio de la caravana.

Derribando varias carrozas y lanzando por los aires a todo tipo de monturas y animales de carga que se estrellaron en todas direcciónes.

..Las criaturas chillaban estridente mente, si es que no estaban muertas ya.

Pues les faltaban varías partes del cuerpo.

...Absorbidas por el simple tacto...

De aquella aberración.

-...¡¡¡KKRRIIIAAAAAAAAAAAA!!!-.

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En una capilla privada...

Un anciano rezaba amargamente rogando la piedad del cielo.

Que aquellos guardianes celestiales que alguna vez salvaron a la humanidad de la completa oscuridad del fin.

Los socorrieran en esos momentos difíciles.

Shaelonhg sabía que era cuestión de tiempo para que lo dicho por Sheén se hiciera realidad.

No solo eso...la misión de conseguir una cura estable para la enfermedad que habían liberado en la nación Luzhian jamas había llegado.

O al menos los encargados de custodiar a quién se suponía crearía la fórmula para erradicar un mal antiguo desarrollado por el rencor humano.

La doctora Ivanovich, al igual que muchos otros incautos humanos impuros, tan solo eran piezas de ajedrez en una partida cuyos movimientos estaban fríamente calculados.

El dominio del nuevo génesis estaba asegurado por los grandes profetas imperiales, custodiando su avance con la vigilia de la familia Eli.

Pero...muy pronto.

El anciano llegó a la fatídica conclusión, que parte de las encomiendas para la supremacía de la humanidad.

Estaban destinadas a quedar estancadas en el fracaso y el olvido.

Junto a cientos de miles o millones de seres sacrificados en pos del futuro.

Shaelonhg bien podría ser un sacrificio.

Uno inesperado dadas las circunstancias de asedió.

...Pero lo aceptaba...

Moriría..¡Pero no sin antes completar una última tarea!.

El anciano se levantó de golpe, caminando a paso rápido mientras era seguido de cerca por Bástheon y otro humano de figura erratica que aparentaba tener muchos moretones en el rostro.

-Mi señor, los calabozos ya han sido ajustados..la ejecución de Shanoóth ya esta programada para el amanecer-.

-Perfecto-.
Declaró el señor de la fortaleza sin atraverse a mirar a Bástheon.

Sabía muy bien que al jefe de los berserkers blindados le desagradaba en lo absoluto la presencia de Herjell.

Un siniestro ex fugitivo de la nación, culpable de cientos de crímenes contra la humanidad.

Pero cuyos talentos de tortura le eran muy necesarios para sacar información y controlar a las masas.

Este, era el segundo súbdito bajo su mando directo, el otro era Sheén.

La contra parte de lo que era aquel hombre de mirada lasciva y larga cabellera plateada y descuidada.

-Bator dice que el pequeño torneo que organizara mañana, levantara el animo de la población...ver cómo sus "gloriosos" estudiantes son todos unos Elitezards destacados, ayudara a que el terror por ese demonio disminuya-.
Herjell noto el disgusto el rostro de su señor...

Al anciano no le había gustado como dijo la palabra, gloriosos.

Pero aún haci, el verdugo sonrió por lo bajo.

Ante la mirada atenta del goliat Bástheon.

-¿Que tanto me ves, te gustó o?-.
Herjell lo estaba incitando a base de susurros, intentando ganar alguna excusa para luchar contra el gigante.

Pero Shaelonhg se detuvo en seco para mirarlo a los ojos.

Con una expresión tan seria, que se vió obligado a poner el rostro en blanco.

-"El torneo", es solo una excusa para sacar a relucir los talentos de la luz que porta Saharam...el resto es solo para alzarle la moral a Bator y a sus alumnos...-.
El anciano negó con lastima.. recordando el gran número de alumnos con los que se suponía aquel maestro Elitezard había llegado a la fortaleza.

Aquel día dónde conocieron el verdadero terror...

...La llegada de Devoured...