Coraline había quedado completamente paralizada...

A penas podía deformar un poco las comisuras de su boca para intentar formar una sonrisa nerviosa.

Su intento de conversar con Diyagore para sacarla del trance en el que se encontraba tras largas temporadas de tortura física y mental....

Termino en algo que no esperaba en lo absoluto.

Aquella prisionera confinada por su talento mágico tan ofensivo para los imperiales, era casi tan brillante como su hermano Saharam.

El aspecto demacrado de la joven había cambiado por completo, su piel morena se había tornado mucho más viva.

Sus cabellos dorados resplandecían majestuosamente, y sus ojos tenían una gloriosa luz cegadora.

La musculatura en su cuerpo volvió a su estado original, (si no es que se potenció mucho más).

Dandole un aspecto mucho más intimidante y brilloso.

Extendiendo su aura sagrada alrededor de todas las jaulas flotantes,
provocando que estas se sacudieran violentamente, amenazando con resquebrajarse.

-¡Patetica!...ni siquiera puedes moverte en la presencia de la hija del dios guardian de la luz,
..no cabe duda que los demonios estan perdiendo terreno en el plano mortal-.
Le dijo, sin apartar la fría mirada asesina que había clavado en Coraline desde el principio de su fulgor.

Esto provocó un miedo aún mas cargado de éxtasis en la joven de piel gris.

Quien por fin pudo hacer algo más que ver paralizada su posible muerte.

-¿Demonios?...te equivocas,
yo no soy un demonio...soy Coraline-.

....Y en un parpadeó....

Jajajaja....

-Siento que hacía mucho que no hacía eso...-.
Coraline se había teletransportado a las espaldas de Diyagore.

Tratando de contener sus ansias asesinas.

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-¡¡¡RODEEN EL LUGAR!!!, ¡NO QUIERO FALLAS EN EL PLAN!-.
Sheén había organizado a un pequeño equipo de soldados de contención.

Estos solo se asegurarían de que nada ni nadie escapara de la torre.

Pues este escenario ya había ocurrido en el pasado.

Para ese entonces, la falta de preparación permitió que la salvaje impía que se atrevía a portar los talentos de la luz, asesinara a más de medio centenar de guardias.

Un incidente que hubiese pasado a peor si el mano derecha del señor Shaelonhg no hubiera llegado en el momento justo.

Quizás, el guerrero no hubiese sido bendecido con los talentos de la luz ni ningun don mágico que le diera ventaja contra los demás.

Pero su origen humilde y mente "rota" por las brutales experiencias que vivió desde su niñez, junto a su fuerza de voluntad y entrenamiento superior.

Lo ayudo a vencer a aquella salvaje impía.

...Ahora...

La historia debía volver a repetirse si no quería que la única fuente de poder que alimentaba el domo terminara escapando.

La masacre de los soldados de la nación imperial era una cuestión lamentable pero poco preocupante.

...A comparación de la aberración sangrienta que rondaba a las afueras de la fortaleza...

-Dlyagore...la última vez quebrante tu espíritu...pero esta vez,
¡Romperé tu cuerpo!-.
A Sheén no le agradaba usar la violencia contra las personas.

A pesar de que desde su niñez había sido tratado como escoria por pertenecer a la clase baja de la civilización imperial.

No había adquirido un gusto por el maltrato en pos de su venganza.

En su lugar...preferiría guardar todo rencor para alimentar su furia y ansias de pelear.

Está vez, no invoco su lanza eléctrica,
si no que un enorme mazo de guerra lo reemplazo, con el mismo brillo resplandeciente de la electricidad contenida en runas mágicas.

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Endraegon temblaba bruscamente...

No por el terror que infundiria ver todo el poder liberado de Diyagore, desatado con furia contra el y los demas prisioneros que solo podían limitarse a aullar de dolor cada que las rafagas de aire chocaban contra sus celdas y provocaban que los sistemas de runas que los mantenían en el aire comenzarán a fallar.

No...Los espasmos del salvaje de tatuajes cenizos, en realidad se debían a la total emoción que le provocaba ver dos fuerzas contrarias desafiandose entre si.

...Una era la luz...

...Y la otra la oscuridad...

Y aunque la hija de aquel susodicho dios guardian de la luz, había sido sellada con aquel collar de contención.

Pudo quebrantar sus limitaciones para haci demostrar la furia en su interior.

Un instinto asesino desatado a causa de sus principios genéticos.

Pues aunque ella no lo supiera...

Era hija de un guerrero Eli....

Uno que hacía mucho había abandonado la senda de la familia sagrada, y se encomendó en un viaje donde termino pereciendo.

Manchando su honor y orgullo, no sin antes dejar descendencia.

Diyagore era solo uno de los frutos esparcidos por ese traidor de la familia Eli.

Pero no por eso el poder que residía en ella era inferior a comparación de los que la denominarian como una impía bastarda.

No...su núcleo salvaje tenía un gran brillo sagrado.

Al igual que su hermana menor...

-Debo admitirlo....si no fuera por tu asquerosa presencia, nunca habría despertado mi verdadero potencial...
gracias a ti logre romper las ataduras de mi cuerpo..¡Y ahora podré destruirte con todo el fulgor de mi ser!-.
La hija del guardian de la luz, se movió rápidamente en un remolino cegador que termino estampandose contra el sitio donde se suponía que estaba Coraline.

Quien a su vez, hizo todo lo posible para intentar poner a salvo a cuatro de los prisioneros que estaban justo en la dirección del ataque.

El resultado...la Titan fue lanzada contra la pared, chocando bruscamente contra su propio estómago, quijada y piernas.

Pero logro su cometido...

Salvo a posibles aliados durante su escape.

-¡Kjjjia!..M,maldición...t,tienes que escucharme, e,en lugar de atacarme como l,loca-.
Coraline se levantó con dificultad.

Pero una nueva ráfaga tempestuosa de energía sagrada choco contra ella.

Esta vez, rompiendo su piel para agrietarla dejando al descubierto carne envuelta en estática y sangre negra.

-¡!..¡¡AAAAAAJJJJJJKKKKJKKJKJJ!!-.

Rugió antes de apartar a Diyagore de un manotazo.

Su golpe no fue rápido, pero permitió que su gran fuerza revelara la deformidad de sus manos.

La Titan...estaba cambiando.

-Corrupcion...salvaje-.
Susurró antes de que su voz terminara por quebrarse, y convertirse en un gorgoteo animal.

Después..se abalanzo contra Diyagore, lanzando poderosas dentelladas y zarpazos que fácilmente abrirían las mejores corazas como simples papel quebradizo.

Pero la hija de aquel traidor, recibió con gusto tales ataques.

Manchando su cuerpo con horrorosas marcas negras y heridas donde brotaban grandes cantidades de sangre.

Aún con esto, su hermoso rostro no perdió el fulgor sagrado, y esbozó una sonrisa llena de odio.

-¿Eso es lo mejor que la hija del mal puede lograr?.. jajaja, dime una cosa..
¿Creés en el destino?..¡Porque el tuyo esta sellado!-.
Y Diyagore aparto fácilmente a Coraline con un brutal puñetazo cargado de energía.

Lanzandola de nuevo contra la pared, pero esta vez, rompiendo la estructura para salir al exterior.

La Titan choco contra el suelo, rodando un par de metros antes de detenerse para contemplar la brillante luz del sol.

Sonrió..pues hacia tiempo que extrañaba tal sensación.

..Aunque el pequeño gusto no duro demasiado...

Pues un nuevo sol se extendió a lo largo del cielo.

Creando una horrible sensación de angustia hirviente en todos los habitantes de la fortaleza.

-¡¿Que está sucediendo?!
Las voces asustadas no tardaron en escucharse.

Las chozas más humildes comenzaron a prenderse en fuego, y el calor se volvía cada vez más insoportable.

-Hoy sera el día en el que sabrás la injusta diferencia entre los viles, y sus jueces-.
Diyagore se poso de frente a Coraline, apuntando una mano al cielo mientras la bajaba lentamente para hacer descender el falso sol que irradiaba tanto calor.

-¡No si puedo evitarlo!-.
Y en los últimos segundos, la voz furiosa y desesperada de Sheén, se hizo escuchar por encima del crepitar del fuego y el caos.

-¡!-.
Deslizándose rapazmente por un costado de Diyagore, dándole un fuerte mazazo cargado de rayos justo en las costillas.

-¡Ufjk!-.
La joven salió disparada, doblada de forma antinatural, mientras la gigantesca esfera infernal, desaparecía sin dejar rastros, dejando tan solo las chozas quemándose.

Coraline, que para ese entonces yacia de pie, paralizada mientras contemplaba el espacio donde había estado la esfera que casi la borraba de la existencia.

...Pues todas sus fuerzas desaparecieron en cuanto Diyagore apareció frente a ella...

No pudo mover ni un solo músculo...

La transformación corrupta en su cuerpo había desaparecido por completo.

Dejándola en el mismo estado que antes.

Solo que sus heridas eran altamente graves.

Aún haci, permanecía de pie.

Observando como aquel hombre de brillante arma electrica dejaba caer, mazazo tras mazazo.

Intentando frenar a Diyagore.

Quién tampoco podía hacer más, que permanecer tumbada en el suelo, en un cráter que se hacía más y más grande tras cada impacto.

Sheén fue tan rápido como Endraegon había mencionado.

Colocando no solo el collar de contención, si no que múltiples runas de sello más sobre la espalda de la chica impura.

-Tienes que detenerte Diyagore...
mataras no solo a la gente que te a causado tanto daño, si no que también a los tuyos-.
Le advirtió Sheén, no parando de azotarla una y otra vez con su arma.

Pues sabía que una vez que se detuviera, los sellos sobre ella serían completamente inútiles.

Coraline, por su parte, contempló la posibilidad de escapar.

Pero cuando intento usar su parpadeó oscuro, una presión punzante llegó a su nuca.

-No me equivoqué con respecto a traerte a la torre de extracción...-.
Dijo la fría y arrogante voz de Shaelonhg.

Quién dejo caer el cuerpo inconsciente de Coraline, antes de caminar hacia Sheén y hablarle con calma.

-Detente..terminarás matando a la verdadera razon por la que seguimos vivos-.

-Tsk...señor, esta chica nos mataría a todos si con eso aplacara la sed de sangre en su interior-.
Sheén se detuvo para recargarse sobre su mazo.

Este estaba cubierto por una espesa capa de sangre y carne de Diyagore.

Pero la joven impía había regenerado todas sus heridas, quedando inconsciente por la cantidad de daño que recibió, y por sobre exigir la capacidad de su núcleo.

-Una bastarda...lo supe desde la primera vez que la vi..desde entonces solo hemos tenido problemas-.
Reconoció el señor de la fortaleza, mientras observava con cara de asco las facciones Eli de la salvaje.

~Si tan solo los hubiéramos dejado en paz~.

-Estariamos muertos-.

-¡!-.

-Que no se te olvide quien es tu señor,
Sheén..tomate unos días de descanso, te lo has ganado..-.
Shaelonhg espero a que su subordinado intentara asimilar lo que había pasado.

Pero era obvio que uso la misma lectura mental que aquel joven llamado Saharam.

Un verdadero Eli puro.

-¿Y la torre de extracción?, ¡Diyagore podría volver a intentar escapar!-.

-Je...no lo creo, la has vuelto a derrotar, rompiste su espíritu..-.
El anciano comenzó a retirarse, haciendo que un grupo de soldados se llevaran a las dos prisioneras de vuelta a las jaulas.
-Una vez mas-.