Aquel intento de James Bond no funcionó conmigo y puse la cara más neutra que sabía poner. Aquel rubio teñido (tendría que serlo), tenía el ego tan enorme como el Everest y provocaba en mí tal indiferencia que pronto tendría que irse al hospital por culpa de mi acuchilladora mirada de exasperación.

-Y bueno, no sé vuestros nombres-Dije intentando cambiar el tema, o aburrir a aquel tipo y que se fuera por donde había venido.

-Yo soy Peter y él es Drogo, mi hermano.

"Y yo Carolina de Mónaco"

Ante mi mirada de sorpresa, el rubio me preguntó:

-¿Qué ocurre, no se cree que seamos hermanos o bien piensa que soy demasiado hermoso para ser el hermano de Peter?

-De hecho, él me parece más guapo que tú.

"Mierda Sun, eres la profesora, no puedes decir esas cosas o ir con esas bromas"

A pesar del comentario, Peter no se molestó acerca de mi comentario; le hizo hasta gracia.

-Gracias por el cumplido señorita Sun.

Pero Drogo no se rendía y parecía ser que, aunque le echara los trastos a su hermano no se daba por vencido.

-Y bueno Sun, ¿Qué la trae a un sitio como este?

-Soy amiga del profesor Jones, de hecho, fui alumna suya y comenzamos a llevarnos bien.

Mierda, me estaba mirando raro, ¿Qué iba a decir aquel idiota de libro?

-Pensaba que eras su novia-Me dijo con una sonrisa descarada.

Me recompuse y tomé aire para tranquilizarme y pensar bien la respuesta.

-Verás Drogo, piensa que soy tu profesora y que no debes dirigirte a mí de esa manera. Lo que yo sea o haga en mi vida privada no debe de interesarte.

"Buena respuesta, si señor"

-Bueno es que tengo un problema con eso; soy incapaz de verte como mi profesora, demasiado sexy para serlo.

Peter parecía tan molesto como yo; me estaba comenzando a molestar aquella actitud.

-Drogo, si no cambias tu tono, voy a tener que tomar cartas en el asunto y tener que expulsarte de las escuelas varios días o...hablar con tus padres como si fueras un nuño de primaria.

Peter comenzó a reírse con fuerza; lo había callado de golpe, pero su eterna sonrisa de lado no se iba.

-Me gustaría ir a verla a su despacho mañana, tengo dudas acerca del tema que diste hoy.

"¿Me tomas por tonta?, quieres ir para molestar...

Pero al ser la profesora, no podía decirle que no.

-Pásate mañana a las 11 de la mañana y resolveré tus dudas-Le dije con una sonrisa fingida.

Y mostró una expresión triunfal.

"Maldito creído, ¿Dónde estaban los hombres en Mistery Spell?"

-Bueno señorita Sun, mi hermano y yo debemos marcharnos a casa. Si lo desea podemos llevarla-Dijo amablemente Peter.

-Oh no, muchísimas gracias por el ofrecimiento, pero tomaré un taxi-Le dije dedicándole una sonrisa.

-Buenas noches Sun, cuidado con los fantasmas, pueden asustar a una mujer desvalida en cualquier momento.

-Tranquilo Drogo, tú no me asustas.

Y ambos se fueron riéndose a carcajadas.

Estaba claro que no me iba a dejar hundir por nadie; debía inspirar respeto y autoridad costara lo que costara.

Terminé la bebida que tenía entre mis manos y tomé un taxi que no se demoró en llegar.

Me descalcé y mis dedos crujieron de la tensión del día; por fin estaba en casa.

Me quité el maquillaje y todo el traje improvisado que llevaba y me quedé en ropa interior. Comencé a sentir hambre, así que fui a la alacena para prepararme algo rico y rápido.

"ramencito rico de mi corazón..."

Y comencé a cantarle una oda a aquel bol que emitía humo caliente y un olor que provocaba conciertos en mi estómago.

"Hora del baile del triunfo"

Y con el bol entre mis manos comencé a bailar torpemente mientras comía; era como un anuncio de comida instantánea japonés.

https://youtu.be/ZJs8FyaGO5I

Puse la canción que más gracia me hacía; si, yo era incapaz de vivir sin humor ni risas.

Y así fue como transformé mi salón en una pista de baile de los 80.

Mi maestría comiendo fideos era mortal, podía dar giros sin derramar absolutamente nada.

"Tengo que apuntarme a un concurso o a unas olimpiadas"

Mientras bailaba como una demente o una alumna de último año que aprueba su última asignatura de la carrera, mi móvil sonó indicando que alguien me había mandado un mensaje.

- "Espero que descanses bien"

- "¡Oh gracias Sebi,tu igualmente guapo!

- "¿Quién te dijo que soy "Sebi"?"

- ¿Cómo de llamas entonces"

- "Bueno tengo muchos nombres..."

Uf un idiota pesado, no iba a volver a contestarle. Esperaba que se cansara, pero no, otro mensaje me llegó.

- "¿No quieres saber cómo me llamo?"

- "Pues no, vete a fastidiar a otra"

- "No te enfades Sun"

Esa forma de hablar...ese tono seductor... ¡DROGO!

¡TENÍA MI MALDITO MÓVIL!

Oh espera, soy su profesora; tiene acceso a mi correo y a mi teléfono.

Ahora sí que estaba perdida.

Decidí mandarle un último mensaje con una sonrisa endemoniada

- "mañana hablaremos Drogo"

- "Vaya descubriste uno de mis nombres"

Cuando iba a acostarme, sonó otra vez de nuevo.

- "Mi otro nombre es Gabriel"

- "¿Y puedo saber el motivo de porqué tienes ese ridículo nombre?"

- "Porque es al ángel que vas a rezarle para que te posea de mil maneras"

Tiré el móvil al sofá como si me quemara, ¿Qué leches...pero que...?

Pero que calor....

"Ducha y a dormir, ducha y a dormir" era mi mantra esta noche. Aquel mensaje me había dado taquicardia y era solo el primer día; ahora sí que tenía miedo.