CAPÍTULO 29
Capítulo bomba, espero que os guste :)
La voz de Sebastián era preocupada y alterada, ¿Qué excusa puedo decirle para mi repentina huida?
-Sebi...discúlpame de verdad...tuve que irme a Busan de nuevo. Tuve un pequeño problema y...no pude avisarte, ¿Tú estás bien?
-Aparte del susto que me diste estoy bien, ¿Porqué lo preguntas?
Mierda,¿Y el golpe?¿Es que no se acuerda?
Decidí que lo mejor era dejarlo estar para no empeorar las cosas. Sebastián comenzó a preguntarme aún más preocupado:
-¿Ha ocurrido algo grave? ¿Quieres que vaya para allá?, cojo un vuelvo ahora mismo.
-¡No!, está bien no te preocupes, solo que mi madre me necesitaba y tuve que venir. Pronto volveré a Mistery Spell, espero que puedas perdonarme.
-No hay nada que perdonar,Sun; la familia es lo primero en eso tu y yo estamos de acuerdo.
Sonreí aliviada, al menos él estaba bien, pero me extrañaba que no recordara nada del golpe.
-Por cierto Sun, no te preocupes por tu puesto de trabajo; yo te cubriré hasta que vuelvas.
-No sabes lo mucho que te quiero Sebi, mil gracias.
-De nada pequeña, te estaré esperando.
Cuando colgué mi abuela me miraba con su eterna sonrisa, ¿Qué pasaba ahora?
-Mi pequeña nieta es una rompecorazones; hasta se ha ligado a su profesor de la facultad.
-¡abuela, solo es un amigo!-Grité ofendida.
-Tu abuelo y yo también éramos amigos delante de mis padres, pero cuando se daban la vuelta él bien que me levantaba las faldas.
Comencé a toser de los nervios, ¿Es que aquella mujer no podía parar ni aunque tuviera la edad que tenía?
-¿Sabes?, Drogo me recuerda mucho a tu abuelo: salvaje, apasionado, indómito...me levantaba la piel solo con mirarlo...
-No es mi caso abuela, prefiero los hombres tranquilos.
Ella comenzó a reírse mientras golpeaba el suelo con su bastón, yo la miraba con los ojos entrecerrados con un enfado creciente que bullía en mis sienes.
-Querida mía, ¿Aún no caíste el porqué de que tus relaciones siempre acababan en desastre?, te aburrías, tú misma lo dijiste más de una vez.
-Eso es que no encontré el indicado, abuela.
-Eso es que, aunque reniegues del caos del peligro y de la pasión, es algo que necesitas, ¿Porqué te gusta meterte en casas embrujadas a investigar?, por el peligro, la adrenalina que sientes bullir por tus venas. Necesitas a alguien como Drogo para que tu vida sea más salada y menos dulce.
-Creo que te equivocas...-Le dije apartando la vista de ella.
-Sabes que tengo razón porque tú misma lo piensas. Da igual lo que te diga tu padre o tu madre; ellos prefirieron vivir una vida apacible. Tu padre al principio no era tan recto y serio como lo es ahora; él era apasionado y siempre buscaba mil planes disparatados para él y tu madre, pero ella se negaba una y otra vez. Por culpa de eso, apenas se hablan y la llama del amor está poco a poco consumiéndose.
Aquello me hizo entristecer, no quería eso para mí. No quería ver como la persona que me ama poco a poco deja de mirarme con la misma intensidad que el primer día. Quizás mi abuela tenía razón, pero como me dijo Peter, este viaje es para reencontrarme conmigo misma y calmar las hormonas. Tenía que aclararme...
Mi abuela me miró en silencio y se acercó a mí, poniendo su mano envejecida por el tiempo sobre mi hombro.
-Sun, ven conmigo; creo que hay algo que debo mostrarte.
-¿Ocurre algo, abuela?, te pusiste seria.
-Es solo que...pensaba que me moriría sin dar mi testigo a la siguiente generación...
No entendía nada de lo que ella me decía. Nunca estaba tan seria como aquel momento. A pesar de su arrugada piel, la alegría y el entusiasmo que emanaba de ella no le hacía notar su edad, pero en aquel momento, sus 82 años le cayeron de golpe.
Llegamos al cuarto de mi abuela sentándose sobre la cama y abriendo el cajón de su mesilla. De dentro de él sacó un pequeño libro de tapa verde y un brazalete.
-Esto que tengo en mis manos, solo deben pasarse a las generaciones de la familia destinadas a ello. En esta familia guardamos un secreto que nadie debe saber,Sun. Sé que tú eres la siguiente; he visto lo que tú viste aquel día. Aquella mujer que tanto miedo te causó, aquella mujer que te pidió ayuda.
-¿Cómo...cómo sabes eso...?
-Es fácil para alguien como tú y como yo-Me dijo con una tierna sonrisa.
-Abuela, no sé donde quieres ir a parar...
-Sun, nuestra familia es originaria de Mistery Spell como todas las criaturas mágicas que han surgido en el mundo, pero nuestra familia después de tantísimos años, emigró a Busan para escapar de un mundo lleno de magia y leyendas. Deseaban ser personas normales aunque, muy en el fondo, no lo eran.
-¿Me está diciendo que no somos humanos?-Dije sorprendida con las manos en la boca.
-Somos más que eso querida, somos los descendientes de los primeros brujos que poblaron la humanidad. Somos la familia de brujos más antigua que queda aún en pie.
-¿Mi...mi madre es una bruja...?
-No cariño, solo algunos y algunas descendientes de nuestra familia nacen con el don. Solo quedamos tú y yo.
-Entonces, todo ese rollo místico y ese interés por la magia no era injustificado...
-Cada uno de nosotros, brujo o no, se le enseña el arte y conocimiento de la magia para que aprenda a respetarla ya que no se sabe si el próximo descendiente sea brujo o no.
-Entonces vi a ese fantasma, ¿Por qué soy una bruja?
-No solo somos exactamente brujas, tenemos múltiples habilidades conferidas por nuestros antepasados. El término sería brujas caminantes; brujas que han sentido la muerte en su propia piel y han comprendido los secretos de ella. Somos una fusión de médiums y brujas con dotes de clarividencia, por esa razón, sé que tu viste lo que viste. Sé meterme en la mente de las personas con relativa facilidad, sé reconocer cuando hay una criatura no humana a mi lado.
-Pero eso que dices es demasiada responsabilidad para mí,abuela;no puedo llevar conmigo un don así.
-Tu don está escondido esperando a ser manejado. Este brazalete te ayudará y protegerá de todo mal al igual que nuestros antepasados. Este libro contiene los conocimientos que nuestra familia ha ido acumulando con el paso de los años. Ahora todo esto, es tuyo.
Mirando aquella joya de forma intrincada, sentía como una fuerza iba posándose sobre mí. Mi abuela me tomó de las manos y me miró fijamente:
-Mi niña, no ocultes los que sientes, no tengas miedo a sentir porque eso te hará desgraciada. Toma lo que la vida te da sin pensarlo; si te equivocas no importa porque la vida te recompensa con una buena moraleja y una lección aprendida. Date una oportunidad y sé quien realmente eres, sin miedo.
Asentí con lágrimas en los ojos, colocando aquella joya en mi fina muñeca. Mi abuela tomó fuerte mis manos entre las suyas dándome un beso cargado de cariño.
-Tu destino está más cerca de lo que crees, querida.
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