CAPÍTULO 21
Al llegar a la mansión, un atónito Nicolae nos recibió en la puerta. Su mirada fue directa mi cara desencajada por la ira que sentía hacia Drogo y por el shock de saber que, en unas horas, aquel maníaco iba a llevarme a casa.
E íbamos a vivir con mis padres...
Mis padres...Drogo...
Dios mío...
"Y ellos que deseaban que tuviera un novio estable, en cuanto me viera a aparecer con él, iban a fastidiar con el tema"
Iban a empezar con; "¿Y para cuando la boda? ¿Y los niños? ¿Dónde viviréis? ¿En qué trabaja?¡Quiero conocer a sus padres!"
Iba a ser una auténtica locura.
Nicolae nos dejó pasar, ordenándonos que nos sentáramos en la mesa. Tenía cara de querer explicaciones; demasiado serio para mi gusto.
- ¿Se puede saber que pasa aquí?¡Está Sun temblando!,¿Qué le hiciste, Drogo?
-No le hice nada que no quisiera hacer.
Mi mirada hubiera matado a una piedra, pero él me sonrió como el mayor de los idiotas sin mostrarse intimidado.
Nicolae estaba perdiendo la paciencia, sus manos daban pequeños golpes sobre la mesa y sus mejillas tenían un ligero tono rosado.
Drogo se puso más serio y comenzó a explicarle lo sucedido a Nicolae.
-Verás, resulta que Sun vive con el perro de Jones, así que me vi en la obligación de sacarla de allí. Aquel tipo tiene las hormonas revueltas y no trataría de sobrepasarse con ella; de hecho, ya lo hizo.
La cara de Nicolae se desencajó completamente; mostraba la más profunda de las iras. Y aunque aquella mirada no iba dirigida a mí, no podía sentirme menos aterrada.
- ¿Qué te hizo, Sun?
-Intentó acostarse conmigo, pero al final lo entendió. No te preocupes, Sebi no me hubiera violado jamás; él es un buen hombre.
Nicolae y Drogo comenzaron a reírse a la vez, ¿Pero ahora que había dicho?
-Sun, eres tan inocente. No hay hombre bueno cuando está con la mujer que le altera las hormonas.
Nicolae comenzó a acercarse a mí, tomándome entre sus brazos y pegándose más a mí.
-Tienes razón hermano, cuando los instintos salen, es difícil reprimirse.
Drogo comenzó a carraspear incómodo, ¿Ahora qué le pasaba?
-Creo que deberías dejar a Sun, bastante susto se llevó con el idiota de Jones.
-No voy a hacerle daño; más bien todo lo contrario.
A Nicolae no le importaba que hubiera alguien delante, sus manos fueron directas a mi trasero, dándome un gran apretón. Aquella posesividad me hizo sentir deseada, pero algo había cambiado. Me sentía, distinta.
El brazo de Drogo tiró de mi y me alejó del agarre de Nicolae, ahora peleas no...
-He dicho que la dejes,Nicolae; merece descansar y eso es lo que va a hacer. Cuando descanse la llevaré a que coma algo fuera de la mansión para que se despeje de lo del incidente de hoy.
-¿Y por qué voy a permitir que salgas con ella,Drogo?
-Porque yo soy menos insistente que tú.
Ambos comenzaron a gruñir y a mirarse como si se disputaran el mejor territorio. Yo estaba cansada de tanta idiotez, así que comencé a subir las escaleras en busca de una cama en la que tirarme en plancha.
En aquel pasillo, me di de bruces con Peter, el cual me sonrió con calidez, cerrando de golpe el libro que leía.
-Buenas noches Sun, ¿Qué haces aquí?
-Digamos que tuve un percance y voy a quedarme esta noche en la mansión, ¿Podrías indicarme donde podría dormir?
-Ah si, si claro, ven conmigo.
Comenzamos a caminar por aquel majestuoso pasillo, abriendo la puerta del fondo. Una habitación típica de Sisi emperatriz se desplegaba ante mi vista. Por fin algo de tranquilidad...
-Me alegro mucho de tu visita, espero que puedas contarme más, pero por el momento te dejo descansar.
-Muchísimas gracias Peter; lo necesitaba.
Daba gracias a que, al menos, en aquella casa de locos, un alma tranquila y caritativa me hacía sentir en calma y a salvo.
Mi cabeza no paraba de dar vueltas acerca de la actitud de Drogo. No entendía por que se molestaba cuando su hermano me abrazaba o me sonreía, no éramos novios, pero estábamos cerca. Deseaba que me lo pidiera cuanto antes para que el idiota de Drogo entendiera el mensaje y dejara de acercarse tanto a mí.
En mi mente no podía evitar sentir preocupación por Sebastián. No sabía su estado o si necesitaba ir al hospital. Drogo parecía muy seguro de que no le pasaría nada.
Debía de averiguar el motivo por el que parecía que el tema de Sebastián fastidiaba a ambos, ¿En verdad era tan peligroso como dicen ellos?
Me tumbé en la cama respirando profundamente. Mi vida había tomado un carril extraño y aquel viaje tan de improvisto me había dejado aun más perpleja. ¿Qué pasaría con mi trabajo?, ahora que era feliz por fin en un lugar, viene Drogo y sus idioteces a fastidiar mi tranquila vida. A veces pienso que mi hada madrina está tuerta o bien que se las pasa borracha, porque en cuestión de suerte últimamente estaba sembrada.
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