Las voces comenzaron a escucharse cada vez más agresivas.

¡Mierda Sebastián estaba desnudo!

¡Delante de Drogo!

Bajé corriendo al comedor y los vi discutir acaloradamente, dándose golpes en el pecho como si fueran simios peleando por la misma hembra.

-He venido a por Sun, así que aparta perro con pulgas.

-Ni loco Bartholy; Sun se queda conmigo.

- Pero ¡¿qué está pasando aquí?!

Ambos se giraron en mi dirección, momento en el cual Drogo aprovechó para darle un puñetazo a Sebastián, cayendo al suelo inconsciente.

- ¡Oh dios mío, Sebastián!

Comencé a correr hasta él, pero Drogo me sujetó del brazo, llevándome a mi habitación.

-No te preocupes, se despertará en un rato. Coge tu maleta y llénala ahora mismo, nos largamos de aquí.

-Pero Drogo, ¿Tú estás demente?!,¿Has visto lo que acabas de hacer?,¡Casi matas a Sebastián!

-Vamos cosita, no ha sido para tanto. Tienes dos minutos, sino te irás con lo puesto.

Lo miré alucinada; no iba a largarme a ningún sitio con él y menos después del numerito de la pedorra rubia que se trajo a la mansión.

-Vamos a hacer una cosa, tú vas por la pedorra esa que te trajiste anoche a la mansión y yo me quedo con Sebastián.

La sonrisa pícara de Drogo asomó de nuevo, ¿Es que aquel hombre no podía estar serio ni dos minutos?

-Mi cosita está celosa, quizás deba de darte más atención para que no estés enfadada conmigo.

- ¡Ni te me acerques!¡Odio los hombres que te ponen a la altura de cualquiera!,¡ quédate con esa rubia de bote y déjame en paz!

Drogo me aplastó contra la pared y miró mis labios con pasión. No podía caer de nuevo, no podía dejarme usar así...

- ¿Porque piensas tanto, cosita?

-Yo busco cosas que tú no buscas Drogo, además soy tu profesora.

-No sabes que intenciones tengo, apenas me diste la oportunidad de conocerme-Dijo con seriedad.

-No hace falta conocerte más; con lo que vi me bastó.

Intenté escapar de sus brazos, pero él tomó mis labios con violencia arrebatándome el aire de mis pulmones.

Sus manos comenzaron a tocarme sin pudor como aquella noche que irrumpió en la casa de Sebastián. Comencé a temblar y gemir como si mi cuerpo sintiera que aquellas manos eran las que me hacían enloquecer. No era solo placer, era como un ardor tan profundo que anudaba el estómago y burbujeaba en la cabeza.  

- ¡Te he dicho que no voy a irme de aquí y menos dejando a Sebastián inconsciente!

-Está bien, no de dejas otra opción...

Drogo me levantó con facilidad y me cargó sobre su hombro, sujetando mi trasero para evitar que me cayera.

- ¿¡PERO QUE HACES!?¡SUELTAME AHORA MISMO!

-Me temo que debemos de irnos una temporada de viaje; no quiero que ese perro se te acerque...

¿Un viaje? ¿Hablaba en serio?

-Drogo,¿Te tomaste algo antes de venir?

Él comenzó a reírse mientras nos acercábamos a su deportivo. Aquello era surrealista, era como cuando el príncipe detenía la boda de su amada para llevársela en su caballo, aunque en mi caso, el príncipe dejó k.o al que se supone que sería mi "prometido".

Drogo comenzó a conducir a toda prisa y yo le miraba con cara de curiosidad,¿Por qué me había sacado con tanta emergencia de la casa de Sebastián?

-Mañana por la mañana tomaremos un avión; nos vamos de Mistery Spell.

- ¿Y dónde te crees que vamos a ir?

Su sonrisa me estaba poniendo nerviosa, ¿Qué tenía planeado?

- ¿Qué te parece tu casa?

Oh no me jodas...