Drogo en la foto :)

https://youtu.be/EpKguq8ygbQ

Me desperté sobre el torso de Drogo, pero no me encontraba en la cama sino en el sofá. La promesa de que no pisaría la cama en toda la noche la cumplió a rajatabla. Comencé a estirarme sobre él, notando como algo se movía ligeramente bajo mi estómago.

¡LA HOSTIA ESTÁ EMPALMADO!

Ayer estaba tan ocupada que no había visto todo lo que me ofrecía el cuerpo de Drogo. Pero ahora, en la claridad del día, era realmente magnífico.

pero entonces la realidad cayó de golpe, ¿Qué mierda había hecho?

¡Me acosté con mi alumno!

y... ¿Qué hora era?

¡Mierda me perdí la hora de clase!

¡Mierda como se entere Sebastián!

El teléfono comenzó a sonar y al ver la pantalla, me quedé aún más pálida de lo que soy: era Sebastián.

- "Sun, ¿Qué pasó que no fuiste a clase?

-Lo siento Sebi, es que me levanté regular del estómago...¡ahh!

Drogo me había dado un mordisco en mi cintura, Pero ¿qué pretendía aquel idiota?

-Eh... ¿Sun estás bien? Te noto bastante mal...-Dijo con voz preocupada.

-Si...¡Ah!, perdona es que me están dando espasmos..¡ah!, tengo que colgar...hablamos luego...

Miré a Drogo con mucho, mucho rencor.

- ¿Eres idiota?¡Puedo perder el trabajo!

-No creo que Sebastián sea tan idiota de dejarte ir, desde que tú das clase las clases están llenas.

Eso si que era una sorpresa...

Cuando Drogo nombró a Sebastián, noté como un cierto tono agresivo, ¿Es que le caía mal?

- ¿Acaso te cae mal Sebastián?

-Es un idiota, nunca me ha gustado.

- ¡Eh, respétalo que es mi amigo y mi casero!

Drogo se puso lívido, ¿Qué había dicho?

-Espera... ¿Estás viviendo en casa de Sebastián? ¿Ésta es la casa de Sebastián?

- ¿Algún problema? -Le pregunté encogiendo los hombros.

Su risa divertida se convirtió en una de molestia y sus ojos centelleaban de rabia.

-Debes de largarte de aquí cuanto antes. Si no tienes donde ir, ven conmigo a la mansión.

- ¿Y por qué iba a irme a tu casa?, esta casa me gusta y además, yo confío en Sebastían, siempre me ha tendido una mano cuando lo he necesitado-Le dije molesta.

- ¿Nunca te has preguntado la razón?, quizás el motivo no era tan desinteresado...

- ¿Qué quieres decir?

- ¡Pues que ese asqueroso perro se quiere poner entre tus piernas, Sun!

- ¡Soy lo suficientemente adulta para saber con quien juntarme y con quién no!

Drogo comenzó a reírse mientras que yo estaba de brazos cruzados dando golpes en el suelo con impaciencia.

-Permíteme que lo dude, cosita...

- ¡Está claro que lo que pasó anoche fue un error!, fui una estúpida y no volverá a repetirse-Le dije aún más molesta.

-Sabes que es mentira...

Le eché una mirada cargada de enfado y molestia; quería que se largara antes de cometer otra tontería como la de anoche.

-Vístete y lárgate de aquí; lo que pasó anoche realmente no pasó, ¿entendiste? Tu hermano es la persona indicada para mí, necesito alguien tranquilo a mi lado que no me provoque infartos o estados de ira intermitentes.

-Nicolae solo es un parche temporal Sun. Tú misma sabes lo que necesitas y sabes que el miedo te hace elegir lo que es más fácil para ti. Arriesgarse es vivir y hasta esta noche, no había vivido.

Por primera vez, Drogo hablaba con tono serio y maduro. Por primera vez, lo veía como un hombre realmente interesante; lástima que esa seriedad se viera una vez cada mucho tiempo como los eclipses.

Drogo comenzó a vestirse en silencio y yo me sentí un poco incómoda. No quería que la cosa fuera tensa entre nosotros, sino que lo que ocurrió quedara como algo divertido pero que no iría a más y no se repetiría.

Drogo se dio la vuelta mirándome con seriedad; temía lo que rondara por aquella cabecita. Me tomó de la cintura y me miró a los ojos apoyando su nariz en la mía.

-Te doy 24 horas para que recojas tus cosas. Volveré a por ti y te vendrás conmigo a la mansión.

Pero antes de replicar me besó con furia y se largó de casa.

¿Qué...que acababa de decir...?

Me senté en el sofá desorientada, aquello que Drogo me había dicho no sabía si tomármelo en serio o no. Aquel hombre era tan impredecible; era un torbellino que arramblaba con todo, un volcán que se tragaba todo a su paso. Era una fuerza de la naturaleza, salvaje y pasional.

Aun sentía el hormigueo de lo que había pasado anoche; mi cuerpo parecía que lo volvía a echar de menos, pero debía de controlarme. Era hora de calmar mis nervios y volver a la realidad, Drogo no es el tipo de chico con el que pasar una vida sino una noche y eso ya había pasado, así que no habría nada más.

El timbre me sobresaltó y pensé que quizás era Nicolae. Aquel pensamiento me hizo sonreír y me ayudó a calmarme drásticamente, pero no, no era Nicolae.

-¿Sebastián...?