CAPÍTULO 1
Me encontraba tranquilamente leyendo un libro sobre mitos y criaturas mitológicas. Aquellos libros siempre me parecieron fascinantes y atrapantes. Allá donde viajaba estudiaba los mitos de cada ciudad y la parte verdadera de dichas leyendas, era como descubrir un tesoro en medio del mar.
Vivía con mis padres porque acababa de sacar mi carrera y aún no tenía un trabajo. Mis padres eran geniales con una mente abierta y gran sabiduría, pero odiaba ser mantenida por ellos, ya que me hacía sentir inútil.
Deseaba encontrar un buen trabajo y ser independiente. Necesitaba tener la posibilidad de viajar y ver mundo e investigar mas mitos alrededor del mundo.
Mientras que mis fantasías golpeaban mi acelerada mente, mi móvil comenzó a sonar:era Sebastián.
-Hola Sun, buenos días;que gusto hablar contigo.
-¡Hola Sebi!, cuanto tiempo sin saber de ti.Siento no haber podido llamarte, pero entre mi nuevo puesto y las expediciones apenas tuve tiempo libre.
-No te preocupes, ya recuperaremos el tiempo perdido,¿Se te ofrece algo?
Si bueno, me sabe mal pedirte esto porque sé que hace poco te licenciaste pero necesito tu ayuda; debo de marcharme a una investigación que me contrataron,es en la India y el tiempo no es seguro porque depende de lo que encontremos allí.
-¿Algún tipo de mito?-Le pregunté interesada.
-Sí, se trata de un castillo del siglo XVI donde están desapareciendo cosas y apareciendo en otros sitios. Lo más intrigante de todo es que en las grabaciones no se ve a nadie moviendo los objetos.
Era tan interesante oírlo hablar; me encantaba su vida, la aventura que lo envolvía. Quizás si lo ayudaba, el me contrataría y podría viajar.
-¿En qué puedo ayudarte?-Le pregunté con entusiasmo.
-Verás, yo soy profesor de historia en la universidad de Mistery Spell pero debo dejar mi puesto temporalmente así que pensé en ti ya que adoras los misterios y no trabajas aún.
Aquel ofrecimiento me quitó el aliento; estaba tan feliz que comencé a pegar saltos con el teléfono en la oreja.
-¡Cuenta conmigo Sebastián!
-No sabes cuanto te lo agradezco. Te instalarás en mi casa así no tendrás que instalarte en un hotel de mala muerte y poco seguro. Mi casa es bastante acogedora y está en el centro de la ciudad así que te gustará.
Aquello parecía un bello sueño, era increíble poder tener aquella oportunidad y poder viajar a tierras desconocidas.
-¿Cuando tengo que estar en Mistery Spell?
-Mañana por la mañana, sobre las diez de la mañana. La primera clase es a las doce así que tendrás tiempo para dejar la maleta y prepararte la clase. El tema de la clase te la pasaré por correo electrónico. Ah y tranquila, sé que lo harás bien.
-Mil gracias Sebastián, significa mucho para mí que alguien como tú piense en una novata como yo.
-Sé que vales mucho y eres una muchacha muy inteligente; podrás con todo.
Entonces colgué el teléfono y pegué un grito de alegría; Mi madre salió armada con una cuchara de palo.
-¿Donde está la rata?- Comenzó a vociferar mientras agitaba su "arma"
-No es una rata mamá; me ofrecieron trabajo como profesora de historia.
-Pero hija mía...me mataste del susto,¡Que alegría que me diste!¡Verás cuando tu padre venga, la alegría que se va a llevar!
-Ehm...es que...debo marcharme ya mamá.
-¿Como que marcharte?¿Donde?-Me preguntó asustada.
-Voy a cubrir una vacante en Mistery Spell. Mi profesor de historia y amigo Sebastián me ha ofrecido su puesto de forma temporal hasta que vuelva de un viaje.
Mi madre bajó los ojos con tristeza y me obligó a sentarme tomándome de las manos.
-Hija...por favor no te vayas...aquel sitio no es bueno para tí.
-¿Porqué dices eso, mamá?, no es el primer sitio que voy que dicen que tiene mil leyendas y maldiciones; no me pasará nada.
-Tengo un pálpito amor,como si algo te pasara si fueras...
-Si veo algo raro o incómodo volveré a casa; te lo prometo-Le dije con una sonrisa.
La abracé con fuerza y me despedí de ella prometiéndole que iba a llamarla cada fin de semana sin falta e informarle como era mi vida en la ciudad.
Subí a mi cuarto y mi pequeño Bee estaba durmiendo sobre mi cama; lo echaría de menos pero tenía que volar y ser independiente. Besé su cabecita peluda y maulló de gusto, estirándose para aceptar mis caricias. Le sonreí y le prometí que volvería pronto de visita con una bolsa de croquetas.
Comencé a hacer las maletas con mucha alegría pero con cierta tristeza y miedo. A partir de ahora iba a enfrentarme a la vida adulta, a tener trabajo y pagar facturas y todo ello iba a ser en una ciudad nueva. Aunque el reto parecía inmenso, mi ímpetu y fortaleza eran mayores; comenzaba un nuevo capítulo en mi vida y esperaba que fuera cargado de emoción y nada tranquilo.
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