CAPITULO XIX
— NO ME TOQUES —
Regulus ánimo a Brook a qué se levantará y siguiera a ambas pelirrojas. Brook lo hizo y como lo intuyó las encontró en el baño más cerca al Gran Comedor.
Brook no entro, ya que aún así podía escuchar perfectamente a las pelirrojas.
— Opino que vayas con Pomfrey — Escucho la voz de Lily y después una arcada de Kaia.
— Es mi culpa — Kaia hablo — Mi madre me había dicho que tomara las pociones luego de regresar del parque de diversiones.
— ¿Segura que es por eso?
— Totalmente — Después se escuchó el ruido de la llave — Yo tomaré las pociones que mi madre puso en mi baúl y si veo que las molestias no cesan, iré con Madame Pomfrey.
— Siento que puede que no sea la montaña rusa — Lily dijo un poco insegura.
— ¿Entonces? — Kaia preguntó. — Comencé a sentirme así cuando me baje del juego.
Todo se quedó en silencio y Brook decidió marcharse antes de que la descubrieran. Debía hablar con los chicos.
•••
El primer día de clases fue un poco cansado, a Kaia y sus compañeros les recordaban que ahora son alumnos de E.X.T.A.S.I.S y debían estar más enfocados en lo que querían después de Hogwarts.
Lo malo para Kaia fue compartir todas sus clases con los tres Slytherin y también, a la hora de entregarle su horario no supo que responderle a Mcgonagall, sobre que quería dedicarse, y le dijo que pocionista.
La Ravenclaw suspiro mientras se dirigía a el aula de pociones. Sin mirar a nadie decidio sentarse en la mesa del fondo y al ver qué aún no comenzaba la clase, se bebió la poción que su madre le dio.
Kaia jugaba con el frasco que se encontraba en sus manos y sin darse cuenta los sitios a su lado ya se encontraban ocupados.
Cuando Slughorn comenzó a hablar se encontró con Vladimir Mckinnon sentado a un lado de ella, el le dedico una sonrisa y ella solo alzó ambas cejas en su dirección. Después, en especial las chicas, se vieron sumamente interesadas en las pociones que explicaba y tenía ahí mismo el profesor.
— Está es amortentia y me gustaría que la señorita Potter me dijera que es.
Kaia miro al profesor y con voz monótona hablo:
— Un filtro de amor.
— Exacto, dígame señorita Potter, ¿cómo reconocerías la amortentia?
Kaia maldijo internamente al profesor.
— Por su brillo nacarado, su vapor en espiral y aparte, cada persona percibe un aroma diferente.
— Justo eso. ¿Que huele usted?
Kaia parecía querer matar a Slughorn y todos parecían curiosos por saber a qué olía.
— Libros nuevos, fragancia y al olor de mi casa en épocas navideñas. — Respondió la chica con desinterés.
— Muchas gracias, señorita Potter. 20 puntos para Ravenclaw — Slughorn siguió dando su clase y todos se emocionaron, excepto Kaia, cuando el profesor dijo que obsequiará una pequeña dosis de Félix felicis a la persona que le haga el mejor filtro de muertos en vida.
Kaia, sin nada de interés por ganar, comenzó a hacer la poción sin apoyarse en el libro, su padre le había enseñado y aún recuerda todo el procedimiento. Bien dicen que lo que bien se aprende jamás se olvida.
La Potter noto que la mayoría parecía batallar con el procedimiento y también se dio cuenta que era la única que no tenía el libro abierto.
Después que todos terminaron su poción, el profesor Slughorn las inspeccionó.
— Señor Black, excelente trabajo — Slughorn adulo. — Aquí está el posible ganador.
Slughorn continuo con la siguiente mesa y después llegó a la mesa donde se encontraba Kaia. Hacia muecas a cada nada mientras observaba los calderos, hasta que se detuvo en el de la chica Potter.
— Señorita Potter, muchas felicidades — Slughorn colocó la botellita de felix felicis en la mesa — Es una poción perfecta y me atrevo a preguntar, ¿cómo aprendiste a hacerla?
— Mi padre me enseñó a hacerla hace un par de años. — Kaia respondió mientras tomaba el frasco bajo la mirada de Vladimir y lo guardaba en su mochila.
— Pero claro, Fleamont Potter es el mejor pocionista que haya conocido — Slughorn decía mientras daba la clase por terminada.
Kaia al pasar a un lado de un filtro de muertos en vida espantoso, llegó a sus fosas nasales el horrible olor y nuevamente las náuseas la atacaron, haciendo que se apresurara a correr al baño más cercano.
Se arrodilló frente al escusado y comenzo a desechar lo que ese día había desayunado. Tiro de la palanca del escusado y se levantó, camino hacia los lavabos y comenzó a lavarse su boca, para eliminar cualquier residuo del vómito que haya quedado.
Se miro al espejo y vio que sus ojos se encontraban rojos y llorosos, sh nariz se veía colorada y su cabello estaba realmente esponjado.
Kaia suspiro y salió del baño, en cuanto abrió la puerta vio al trío de Slytherin y decidió ignorarlos, ya no tenía nada que hablar con ellos.
Kaia probablemente no fue muy rápida a la hora de ignorarlos porque estuvo de frente con Brook.
— ¿Estás bien? — Brook preguntó mientras intentaba poner su mano en el hombro de la Potter, pero Kaia fue más rápida y se movió.
— No te importa — Respondió Kaia y dio media vuelta. Brook, un poco cabizbaja, bajo su cabeza y miro al suelo mientras movía sus dedos. Rabastan al ver lo mal que se puso su amiga, probablemente no pensó con claridad, empujó a Kaia haciendo que la chica, al no estar prevenida, cayera al suelo y el frasco que tenía en su mano se rompiera.
La mano de Kaia comenzó a sangrar mientras un pedazo de vidrio estaba encajado.
La pelirroja se encargo de sentarse y simplemente observar como su mano sangraba, los Merodeadores iban pasando y Lily Evans corrió hacia la hermana de James.
— ¿Que sucedió? — Lily preguntó mientras tomaba la mano de la chica Potter.
— Solo me caí y bueno, llevaba la poción en la mano — Kaia respondió.
Brook reprochaba con la mirada a Rabastan y Regulus solo veía como Kaia se mordía sus labios aguantandose el dolor.
— Voy a buscar las cosas y llevenla a la sala común — Remus dijo para después salir corriendo mientras Peter lo seguía muy cerca.
Lily volteo a ver a los Slytherin con los ojos entrecerrados y después miro a James y Sirius. Sirius se apresuró a ayudar a Kaia a ponerse de pie, Lily tomo las cosas de la chica y James veía a los tres Slytherin.
— Más les vale no estar involucrados — James les dijo.
— ¿Que vas a hacer? — Preguntó Rabastan.
James se tapo la boca y después de eso, los Gryffindor se llevaron a la Ravenclaw con ellos mientras Regulus veía la sangre que había quedado de Kaia.
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