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XXXV: Primer amor

Fred daba vueltas en frente del mostrador, mientras veía una y otra vez el contenido de la pequeña caja.

—Fred, ya detente, me mareas demasiado —George recargo su mentón sobre la mano izquierda —, no puedo creer que estés tan nervioso, ya te casaste con ella, mañana será más fácil.

—Sí, pero cuando me case con ella en las Vegas estábamos solos, no habia nadie que nos viera ¿Qué tal si me caigo? — se recargo en el mostrador viendo a su gemelo— ¿Qué tal si pierdo la sortija o esto? — movió la cajita —, Sirius me mataría.

—A todo esto ¿Qué te dio tu suegro?

Fred le entrego la caja y George la abrió con cuidado viendo el contenido.

—Al parecer en la familia Black tienen la tradición de pasar esas mancuernillas y pisa corbatas al hijo próximo a casarse — explico con energía—, como Sirius no tiene ningún varón me las dio a mí, ya que Harry quien sabe cuándo se case... Si las pierdo, definitivamente estoy muerto.

George vio las cosas con atención, parecían antiguas y demasiado caras, tenían grabado el escudo de la familia Black.

—Pues cuídalo bien — se la devolvió a su hermano —, si se pierde yo no te ayudare.

—Iré a dejarlos a mi habitación ¿me cubres?

—¿Tengo otra opción?

—No.

Fred le sonrió y salió de ahí para subir al departamento.

George soltó un bostezo, al ser mediados de noviembre las ventas bajaban por la falta de estudiantes, pero al menos tenían las suficientes para no irse a la quiebra y eso, sin contar las de Hogsmeade.

La campanilla sonó indicando que alguien habia llegado, alzo el rostro para ofrecer su mejor sonrisa, pero de inmediato la borro.

—¿Tú? ¿Qué demonios haces aquí?

—Vine a verte, Georgie — la castaña se acercó a él —, y a decirte ¿Cómo es que andas con esa rubia tan molesta?

—La molesta eres tú ¿No fue suficiente con los problemas que causaste la vez pasada? —Frunció el ceño—, ya tuviste lo que querías, fuimos un espectáculo para ti, y Fred y yo nos peleamos...en serio, Katie, ¿Qué más quieres?

—A ti, George, solo te quiero a ti.

George se sobo el puente de la nariz.

—¿Cuándo vas a entender que ya no me interesas?

—¿Es por ella? ¿Por la estúpida veela?

—Deja de hablar así de ella — rugió George—, no, no es por ella, ya no te quiero Katie, de hecho, hasta te odio. Casi cagaste toda mi vida, ya desaparece de ella de una puta vez, tú y yo nunca volveremos a estar juntos.

—De seguro estas bajo sus poderes, por eso dices eso... tú sabes muy bien que estamos destinados a estar juntos

Katie parecía a punto de llorar, pero al pelirrojo poco le importaba, la odiaba.

—Katie, ya es suficiente, vete de aquí a tu casa o a tu trabajo, yo que sé, y deja de tratar de meterte en mi vida, estoy asqueado de ti, si tanto dices amarme déjame en paz.

—¡¿Trabajo?! — Ahora Katie tenía una expresión de ira —, por la estúpida de tu cuñada y de Delacour me corrieron, ¡Ya no tengo ni trabajo!

—Tú te lo buscaste al publicar esas cosas.

—¡George, te juro que si no estás a mi lado me encargare de que esa estúpida no se interponga entre nosotros! ¡Tú solo eres mío!

—¡Katie, maldita sea, no soy un puto objeto! ¡Ya supérame! ¡No te amo y nunca te amé!

Katie tomo su varita, parecía dispuesta a atacar a George, pero una pequeña chispa golpeo contra su cara.

—¡¿Qué demoni...?!

La pequeña chispa se transformó en un gran dragón lleno de fuego y luces, Katie trato de alejarlo con un hechizo, pero no lo logro, al contrario, triplico su tamaño, la castaña se alejó.

—¡George, te juro que volverás a ser mío no me importa qué!

Amenazo por última vez para salir de ahí siendo perseguida por el dragón de fuego.

George no podía contener la risa al verla siendo perseguida, a los segundos se unió la risa de Fred que traía la varita en mano.

—Creí que necesitabas ayuda.

Fred guardo su varita.

—Gracias, hermano.

—George, enserio te fijas en puras locas, lo bueno que Lys es agradable.


Lys saco el vestido que se pondría ese día, al fin hoy era la boda de Fred y Zib.

Ajusto más la toalla en su cuerpo cuando escucho como algo golpeaba la ventana, la abrió inmediatamente y tres lechuzas entraron sosteniendo un gran ramo de tulipanes y gerberas blancas. Lo dejaron en la cama para irse de nuevo.

La rubia se acercó al ramo, lo alzo y tomo el pequeño sobre que traía amarrado, lo abrió para tomar un pequeño pergamino y sonrió al ver lo que decía:

"Mi amor:

Me muero por verte el día de hoy, apuesto que estarás tan preciosa como siempre.

Me gustas mucho, te mando miles de besos.

Pd: cuando vi las flores  me parecieron hermosas, tanto que creí que eran dignas de ti.

Quizá después te diga su significado.

Con cariño:

George Weasley"

Guardo recelosamente la carta en un cajón donde ponía documentos importantes y busco un frasco donde poner las flores.

—Aquamenti — de su varita salió un chorro de agua que cayó directo en el frasco y acomodo las flores que eran muy hermosas, todo su aroma inundaba la habitación.

George Weasley era muy romántico cuando quería, y la curiosidad la invadía por saber el significado del que hablaba.

Lys no pudo dejar de sonreír en toda la mañana mientras se alistaba para la boda, con cualquier cosa recordaba a George y lo dulce que era con ella.

George se ofreció ir por ella, pero Lys decidió que era mejor verlo en la Madriguera ya que seguramente tendría que ayudar a su familia con los preparativos que aún faltaban y no quería hacerlo perder tiempo.

Recogió su cabello en un sutil peinado, y opto por un maquillaje liviano con un labial en tono magenta. El vestido que uso para esa ocasión era color azul oscuro, largo ceñido al cuerpo con una hendidura en la pierna derecha con dos delgados tirantes sobre sus hombros, se puso la joyería a juego y unos altos tacones de ajuga que la hacían ver más alta.

Se observó en el espejo y le gusto el resultado, tomo su bolsa y el regalo para los novios, para salir de la habitación.

Cuando estaba por salir del castillo un niño de primer año se acercó a darle una pequeña nota, le sonrió dulcemente en agradecimiento y el pequeño salió corriendo con sus amigos.

Lys la desdoblo

"Lys, pequeña, Lys:

Tu querido George es un completo salvaje, no tengo ni idea en cómo te puedes fijar en un vulgar como él.

Tuve una interesante platica con tu padre a través de cartas, parece muy decepcionado, otra vez, de ti.

También he visto que te llevas mucho con la chica Black, hasta van de compras juntas, últimamente he pensado mucho en ti con esa pequeña y sugerente lencería puesta, me pregunto si tu sabor seguirá siendo el mismo

¿Tu pequeña lengua sigue siendo igual de ágil?

-C.M.

Pd. Ese vestido azul se te ve muy bien."

La rubia apretó la hoja en su mano, para ver hacia todos lados con pavor.

¿A caso Cormac la estaba siguiendo?

Estaba en Hogwarts, era uno de los lugares más seguros en el mundo mágico así que él no podía intentar hacerle nada, trato de tranquilizarse, pero no podía dejar de temblar y sus manos sudaban como si no hubiera mañana.

Salió del castillo tratando de lucir lo más segura que pudiera, volvió a ver a todos los lugares a su alrededor buscando al rubio, pero no habia ni rastro de él. Se concentró a donde quería ir y desapareció rápidamente de ahí.

Sin darse cuenta de que la observaban fijamente.

Al aparecerse en el gran jardín de la Madriguera, se fijó como varios pelirrojos van de un lado a otro, inclusive alcanzo a distinguir a Sirius y Remus que llevaban flotando varias mesas a dentro de una gran carpa.

Se acercó buscando al pelirrojo que le falta una oreja, pero parece no haber ningún rastro de él.

—¡Lys! — escucho una voz varonil detrás de ella, asustándola demasiado que hasta grita —, perdón, no quería asustarte.

La rubia giro el cuerpo topándose con uno de los hermanos mayores de George.

—No te preocupes Charlie, estoy un poco distraída y no escuche que llegaras.

Ambos se saludaron con un beso en la mejilla y un pequeño abrazo.

—¿Está todo bien, Lys? Luces algo pálida — la escudriño con la mirada —, por cierto, te vez muy linda con ese vestido.

—Sí, todo bien...Gracias, tú también luces bien en traje.

—Ya ves, lo que tiene que hacer uno por sus hermanos menores — dice con una voz de sufrimiento —, George quien sabe dónde está, pero pasa, estás en tu casa.

—Gracias... ¿Los ayud...?

—Oye, Charlie, dice mamá... — la voz que tanto la vuelve loca se hizo presente — ¿Lys?

El gemelo menor se acercó rápidamente a donde están ellos, Lys lo recorrió con la mirada, lleva un elegante traje azul oscuro, para su sorpresa hace juego con su vestido, la corbata un poco floja y el centellante cabello rojo algo despeinado.

—Hola, Georgie.

Sin la rubia esperárselo, George la envolvió en un caluroso abrazo mientras besa su cabeza.

Lys correspondió al abrazo, dándose cuenta de cuanto lo necesitaba, George la hace sentir segura y protegida, mientras su aroma a algodón mezclado con pólvora y el perfume que siempre usa la embriagan por completo.

Charlie les lanzo una mirada picara y le guiñó el ojo a George para irse a seguir ayudando a sus otros hermanos.

George se separó para verla y tomar su mano haciendo que dé una vuelta mientras la devoraba con la mirada.

—Vaya...realmente eres malditamente hermosa — soltó un silbido mientras ambos reían —, tu vestido combina con mi traje...así la gente sabrá que venimos juntos.

—Gracias — Lys tenía el rostro rojo por los halagos y miradas de George —, tú también te vez muy guapo.

—Yo siempre —George tomo su mano entrelazando sus dedos — ¿Quieres ir a dejar tu bolsa dentro de la casa para que no te preocupes por ella?

—Por favor.

Estar en una boda y tener que estar cuidando sus objetos personales solía ser algo pesado porque no se podía concentrar en una sola cosa, así que lo mejor era dejarlas guardadas donde estuvieran seguras.

Siguió a George por toda la casa sin soltar su mano, en el transcurso saludo a Bill, Sirius, Hermione y Ron que estaban terminando de llevar unas cosas de la casa a la carpa mientras los demás ayudaban en la cocina o a desnogmizar el jardín, no habia ni rastro de Fred o Zibelth, lo más probable era que se estuvieran alistando para su gran día.

Subieron las escaleras, el pasillo estaba completamente solitario y antes de poder seguir, George tomo a Lys de la cintura metiéndola al baño.

—¿George? ¿Qué haces?

El pelirrojo puso el pestillo de la vieja puerta de madera.

—Eres completamente hermosa, Lyssane.

Puso ambas manos en la mandíbula de la chica para atraerla hacia él y besarla de forma salvaje, su lengua recorría toda su cavidad, mientras bajaba una de sus manos acariciando la piel de su cuello y hombros desnudos.

Lys aferro los brazos al cuello de George uniéndose más para hacer el beso más profundo y placentero para ambos.

Sin dejar de besarla, la tomo de la cintura alzándola para dejarla sobre el lavamanos. Una de sus grandes manos se coló por la hendidura del vestido acariciando la pierna derecha de Lys.

Los besos de George recorrieron desde su mandíbula hasta el escote del vestido.

—George...la boda...recuerda que eres el padrino.

Lys soltó un jadeo al sentir los dedos de George sobre la tela de la braga dejando movimientos circulares sobre ella.

—Todavía faltan unos minutos para que tenga que bajar.

—Apenas nos vimos en la semana ¿no puedes vivir sin mí?

George dejo su cuello y la vio directamente a los ojos, mientras hacía a un lado la tela de la braga tocando directamente su centro.

—Ya te lo dije — susurro con voz baja y ronca —, me he vuelto malditamente adicto a ti, nena.

Lys sintió que se le paro el corazón por unos segundos al escuchar la jodidamente sensual voz del Weasley.

George la volvió a besar callando los gemidos de Lys mientras la frotaba suavemente.

—Tengo algo para divertirnos.

Se separó dejando de acariciarla.

—Mmm — se quejó al sentir la falta de los dedos de George sobre su entrepierna — ¿Qué cosa?

George abrió su saco para sacar del interior una pequeña caja plateada, y abrirla con cuidado ante la atenta mirada de Lys.

—Una bala — sonrió—, leí las instrucciones y parece muy divertida.

—¿Dónde va? — La sonrisa de George se hizo aún más grande y con cuidado de no rasgar el vestido de la rubia lo alzo—, Georgie...

El pelirrojo tomo un pequeño objeto plateado con forma de una bala alargada mientras en la otra mano sostenía lo que parecía un pequeño control, puso el objeto sobre la entrepierna de Lys y la paso suavemente sobre la tela, la rubia suspiro al sentir la frialdad de la bala.

—¿Se siente bien? — Lys asintió —, espera...

La dejo con poca presión sobre el núcleo de Lys, mientras movía algo en el control.

—¡George! — Lys gimió con fuerza al sentir las vibraciones que emanaba la pequeña bala en la mano del pelirrojo —, se siente muy rico...

—Sabía que te iba a gustar.

Siguió estimulando a la rubia sobre la ropa interior, viendo como la tela se volvía más oscura por los fluidos de Lys.

Lys echaba la cabeza hacia atrás disfrutando de las vibraciones que la recorrían.

George dejo de hacerlo por unos segundos para bajar las bragas, Lys lo ayudo alzando la cadera para que saliera más fácil.

—Ahora, preciosa, necesito que abras las piernas.

Lys estaba tan excitada que las abrió viendo con George se quitaba por completo la corbata y dejaba el saco a un lado.

—Buena niña— George se agacho quedando a la altura de su núcleo, los rosados labios vaginales de Lys estaban húmedos y brillosos, luciendo demasiado antojables para él—, siempre luces deliciosa, Lys.

Comenzó a lamer los pliegues de la rubia de forma lenta y tortuosa para ella, Lys solo podía gemir y acariciar el brillante cabello de George esperando a que nadie los fuera a descubrir.

Abrió sus labios para atrapar su clítoris, succionándolo durante unos segundos para separarse y verla fijamente.

—Creo que ya estas lo suficiente húmeda —Lys tenía un pequeño puchero en los labios —, vamos, preciosa, te prometo que te va a gustar lo que haremos...ahorita no tenemos tanto tiempo para devorarte como me gustaría, sabes que me encanta chuparte como un desquiciado.

—Me la debes, George.

George le guiño el ojo para tomar la bala lamiéndola durante unos segundos ante la mirada de la rubia, que sintió mojarse aún más antes esa escena.

—Si te duele o algo, no dudes en decírmelo.

El pelirrojo llevo la bala plateada a sus labios vaginales, donde la humedeció con sus fluidos para ir hacia su entrada, Lys observaba todos los movimientos de George que resultaban hipnotizantes.

El Weasley la introdujo suavemente, alzando la vista para ver los gestos de Lys, sonrió con autosuficiencia cuando la chica hizo una mueca de placer y echo la cabeza hacia atrás jadeando.

George la introdujo por completo como decía en el instructivo dejando solo un pequeño cordón fuera de ella con lo que después la sacaría. Quito la braga que colgaba de la pierna de la rubia.

—Yo, me quedare con esto — le enseño la tela de encaje a la rubia y la guardo en el bolsillo de su pantalón —, así que disfrútalo, cielo.

La cargo con facilidad dejándola de pie en el suelo, Lys se sentía expuesta al no llevar ropa interior y era algo extraño sentir esa pequeña bala dentro de ella.

—Se siente raro.

—¿Te incomoda? — ella negó con un gesto de cabeza mientras se acomodaba el vestido —, bien.

El pelirrojo movió en el control poniendo el primer nivel de velocidad y lo encendió.

—¡Mierda! — Lys se inclinó un poco apretando las piernas sintiendo las vibraciones en su interior, un gran placer la recorría— ¡George, apágalo!

—¿Qué le suba a la velocidad? Bien — subió el siguiente nivel mientras disfrutaba ver a la rubia retorciéndose — ¿Lo disfrutas, amor?

—Te odio — se sostuvo del lavamanos soltado algunos jadeos y respirando agitadamente —, pero, maldita sea, que bien se siente.

George se paró tras ella, guardo el control en su otro bolsillo y llevo las manos a la cadera de Lys, recorriendo con suavidad su torso hasta llegar a sus pechos los cuales apretó frente al reflejo de ambos.

—Me gusta ver tu cara de placer — dejaba pequeños besos sobre la blanca piel de su cuello cada que la rubia echaba la cabeza hacia atrás —, me encantas demasiado, Lys — las palabras de Cormac aparecieron en su cabeza e hizo una marca con fuerza sobre el cuello de Lys —...eres mía.

—Quiero que me cojas, George, no puedo más — suplico la rubia con los ojos nublados por el placer, sintiendo toda su entrepierna húmeda, estaba segura que pronto sus fluidos bajarían por sus piernas —. George...

Gimoteaba la rubia.

—Tenemos que ir a una boda — dejo un último beso para apagar la bala —, aunque me encanta que me ruegues y sienta mi maldita polla explotar si no te la meto...tenemos que ir, soy el padrino.

Lys trataba de recuperar el aliento, estaba demasiado excitada, necesitaba sentir las manos de George sobre su piel desnuda.

—Georgie — giro quedando acorralada entre el gran cuerpo de George y el lavamanos —, te necesito...amor, hazme tuya.

Lys usaba un tono de voz demasiado sensual que sabía que calentaba al pelirrojo.

—Lys — George trataba de apartar la mirada, su miembro estaba demasiado empalmado y tener a la rubia demasiado sonrojada con un rostro de deseo no ayudaba demasiado —...me estas matando con esa voz...

—Hagámoslo rápido, mi cuerpo te necesita...

George parecía estar a punto de ceder cuando se escucharon varios golpes en la puerta.

—¡Lys, George! ¡Salgan de ahí, malditos calenturientos! —era la voz de Fred —... ¡Se me hizo tarde y necesito bañarme!

—Vamos, cielo... antes de Fred tire la puerta — George recogió su corbata y saco, para sentir como Lys le lanzaba malas miradas—, te prometo que te lo recompenso, nena.

Beso castamente sus labios para tomar su mano.

—Estoy demasiado excitada por tu culpa.

Recrimino Lys y George solo se carcajeo ante el reclamo de la rubia, tenía una mueca de enojo, pero le quedaba demasiado tierna.

Abrieron la puerta y salieron de ahí, topándose con Fred aun en pijama y con el cabello revuelto.

—¡Apúrense! — Fred los empujo para que caminara de ahí —¡Puto George, no me despertaste! — entro al baño y le enseño el dedo de en medio para dar un portazo — ¡Y tienes labial en la boca, ese color no te queda!

Grito el pelirrojo mayor mientras la pareja se alejaba, George se limpió la boca rápidamente para ponerse la corbata y saco.

—La boda empieza en media hora — Informo George —, tengo que ir a ver a Zib antes ¿me acompañas?

Lys acomodo un poco su peinado.

—Ve, cielo, yo iré a ayudar a tu madre en lo que necesite.

George la beso de forma suave y calmada.

—Te veo en unos minutos.

Lys sonrió y se dio la vuelta para bajar las escaleras.

George subió hasta la vieja habitación de Bill, donde Zibelth se terminaba de preparar para la boda, toco un par de veces la puerta para entrar, topándose con Harry sentando en la cama que platicaba con la azabache, mientras la madre de Zibelth y Tonks la terminaban de maquillar y ajustar el vestido.

—Hola — saludo a Harry el cual volteó a verlo y le sonrió — ¿Ya están listos?

—Casi —respondió Potter, parecía algo nervioso, igual que todos en esa casa —. Ya solo falta el velo, creo.

—¿Puedo hablar con Zib un momento? — Pidió George a las mujeres que estaban ahí, la azabache volteo a verlo y al pelirrojo se le fueron las palabras de la boca — ¡Merlín!

—Me han dicho que me parezco, pero yo soy más guapa — bromeo la Black mientras sonreía viendo al gemelo de su esposo, George solo dejo salir una pequeña risa —, el azul te queda bien, ¿Ya fuiste por Lys?

—Los dejamos para que platiquen.

Hablaron las dos mujeres, dejando el velo sobre el mueble que estaba frente a Zib y salir de ahí llevándose a Harry con ellas.

Cuando salieron, el pelirrojo se acercó a la chica.

—Te ves hermosa...Creo que no he hablado contigo —la azabache lo miro con la ceja alzada —, ya sabes sobre todo lo que paso con Katie y que casi arruinara tu boda, lo sien...

—Tú no tienes la culpa, Georgie — Zib se puso de pie para acercarse y quedar frente a él —, Katie está loca y tu hermano a veces es un impulsivo de mierda... pero, yo sabía que Katie mentía.

—No, no mentía.

—¡¿Qué?! ¿George, tú estás enamorado de mí?

George soltó un suspiro, sabía que ya tenía que dejar salir todo lo que calló durante años, si se lo dijo a Fred sería mucho más fácil con Zibelth que es mucho más compresiva.

—Lo estuve, casi desde que te conocí — Zib lo veía sin poder creer lo que decía —, no me veas así, no es extraño que me haya enamorado de ti, siempre has sido hermosa, amable y demasiado divertida, no lo pude evitar —hizo una pausa—, simplemente me enamore de ti, Zibelth, pero no con la misma intensidad que Fred.

—George...yo— Trato de interrumpir Zib sin saber bien que decirle al pelirrojo.

—Deja que termine ¿sí? Luego me dirás lo que quieras — Zib soltó un suspiro y asintió con un gesto de cabeza —, creí estar enamorado de ti por casi siete años, pero me di cuenta de algo, estuve completamente enamorado los primero dos años, te amo y demasiado...pero ya no estoy enamorado de ti, estaba enamorado de la idea de ti como novia, enamorado de la fantasía de tener una relación contigo como la que Fred tiene, de cierta forma envidiaba como eres con él, como cada que lo ves parece que no hay nadie más en el mundo y me acostumbre tanto a eso que confundí mis sentimientos — ella no podía ni verlo a los ojos, sentía que iba a llorar, últimamente estaba demasiado sensible —, y siempre vas a ser mi primer gran amor Zibelth, pero en estos últimos meses me di cuenta de que te he amado, como amo a Fred, como a una hermana, Zibelth, eres mi chica favorita pero no te veo como una mujer — pareció pensarlo—, o sea, no digo que no seas mujer, pero me refiero a que para mí siempre vas a ser la niña que conocí cuando teníamos diecisiete años, la que tengo que cuidar de sus propias decisiones porque Fred en lugar de detenerse un segundo a pensar en las consecuencia te alienta. Zib enserio, te amo y quiero verte siempre feliz... y entiendo si ya no me quieres tener cerca...

—¡Georgie, eres un idiota! — Zib salto a sus brazos abrazándolo con fuerza, dejando salir varias lagrimas— ¿Cómo crees que no te voy a querer tener cerca? ¡Te amo demasiado, George! ¡Eres mi mejor amigo, como mi hermano junto con Harry! Eres estúpido por pensar que quiero que te alejes, eres una de las personas más importantes para mí, maldito sonso.

George el abrazo con la misma fuerza, por fin le habia dicho todo, era como si ya no cargara con nada.

El secreto que por tantos años lo estuvo matando internamente ya no existía, por fin había sido sincero con todos.

—Pensé que ya no me ibas a querer tener cerca, por todo lo que dije...y por lo que provoco Katie.

—George, tu ex está loca, eso lo sabíamos desde que me trato de lanzar un crucio... y claro que quiero tenerte cerca ¿Lo recuerdas? Tú eres parte del paquete.

George soltó una carcajada para dejar un beso sobre la frente de Zib y secar las lágrimas que mojaban su rostro.

—Deja de llorar, elfo, vas a arruinarte el maquillaje.

—Maldito troll.

Zib le dio una de esas sonrisas tan dulces que siempre alegraban a George.

—Por cierto — busco dentro de la otra bolsa de su saco —, mamá me dijo que te faltaba algo azul, no se de sus extrañas tradiciones de boda. Pero dijo que no encontraste nada que te gustara.

—Sí, nada era lindo para usarlo hoy.

George saco una caja transparente que tenía una fina peineta decorada con joyería blanca y azul.

—A ver si te gusta — le extendió la peineta, la cual la chica tomo viéndola fijamente —, quería darte algo especial por el día de tu boda aparte del regalo de pareja, algo que solo fuera para ti...pensé que te gustaría.

—Es...hermosa, Georgie —las pequeñas piedras azules eran como si tuvieran un pedazo de mar encerrado que se movía con fuerza formando pequeñas olas y las blancas eran como nubes miniaturas esponjosas — ¿Me la puedes poner?

George la tomo para acercarse y ponerla arriba del peinado que usaba la azabache, no era muy producido, pero hacia realzar demasiado sus facciones.

—Se ve bien —George tomo el velo —, ahora quédate quieta, que falta esta cosa.

—¿Sabes poner un velo?

—¿Qué tan difícil puede ser?

George intento por varios minutos colocarlo en la cabeza de Zibelth, fue una tarea muy difícil ya que ninguno estaba seguro como iba, e inclusive casi le pica el ojo a la chica.

Pero al final logro ponerlo.

—Bueno — se fijó en el reloj —, faltan diez minutos, ¿estas listas para casarte por segunda vez con mi estúpida copia?

Zib sonrió emocionada.

—Siento que voy a vomitar.

George le extendió el brazo, Zib lo tomo rápidamente mientras respiraba tranquilamente tratando de calmarse.

—Vamos, Sirius te ha de estar esperando a bajo.

Ambos salieron de la habitación, la casa parecía completamente vacía.

Al salir de la Madriguera pudieron observar a varia gente ya dentro de la carpa, Sirius se acercó rápidamente a ambos con una sonrisa en el rostro.

—Ya está todo listo — se fijó en George—, deberías de ir con el idiota de tu hermano parece que está apunto de desmayarse.

—Ya voy — soltó delicadamente el brazo de la chica y alzo el velo para dejar un beso sobre su frente —, te veré en un rato, te quiero Zib, suerte. Espero y te caigas.

Sin esperar respuesta fue a dentro de la carpa lanzándole una última mirada a la que alguna vez fue su primer gran amor.
















(N/T:

Bien, creo que en este capítulo queda claro como George quiere a Zib, su declaración fue solo para sacar todo lo que llevaba cargado por esos años y como dijo él —porque vi varios comentarios diciendo que George jugaba con Lysxd— más que enamorado estaba acostumbrado a sentirse de esa forma, cuando llego Lys sus ideas comenzaron a cambiar, y aunque no está explicito, Lys al inicio solo veía a George como alguien con quien tener sexo, era simplemente una atracción carnal. Pero con el tiempo se fue haciendo más fuerte, así que ninguno jugo con los sentimientos del otro.

Para mí estar enamorado de una persona, es cuando la vez como una pareja y decir que un "te amo" puede aplicar a cualquier persona, desde un hermano a un amigo o mascota.

Espero y me entiendan. Jajaja.

Laetitia es la mamá de Zibelth, quizá algunas ya la conozcan de mi otro fanfic, pero para futuras referencias los aclaro.

Estaba leyendo sus comentarios, y déjenme decirle que son demasiados divertidos, he estado como media hora riéndome.)

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