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XXXIV: Siete tonalidades de rojo


(N/T: Ya saben que siempre hago mucho énfasis en el consentimiento para cualquier tipo de práctica o fetiche sexual, al igual que es muy importante el respeto entre pareja. Y aunque Lys no lo diga explícitamente, siempre entre George y Lys existe el consentimiento por parte de ambos. Nunca acepten algo que no quieren simplemente por presión, no se sientan mal por decir que no)

Zibelth entro con varias bolsas en las manos a Sortilegios Weasley, donde los pelirrojos giraron el rostro al escuchar la pequeña campanilla sonar.

—¡Amor! ¿A caso compraste todo el callejón Diagon? — Fred se acercó a su esposa para darle un pequeño beso en los labios y ayudarle con las bolsas.

—Esas son de Lys — señalo las que Fred tomaba.

El gemelo mayor de inmediato se las entregó a su gemelo.

—Tú chica, tus cosas.

—¿Lys está aquí?

George tomo lo que le extendía Fred.

—Nos topamos con Neville, están afuera pla...

El pelirrojo menor no dejo que la azabache terminara la oración porque salió casi corriendo de ahí con todo y bolsas.

Al salir de la tienda alcanzo a distinguir a dos rubios que hablaban animadamente, Lys como siempre estaba hermosa con esa ropa formal que tanto le gustaba a George. A grandes zancadas se acercó a ambos sin importarle empujar a quien se atravesara en su camino, su mandíbula estaba tensa y una vena de su cuello se encontraba demasiado marcaba, le daba rabia el ver como Longbotton reía con su chica.

—Hola, George.

Saludo Neville, pero no hubo respuesta, por el contrario, el pelirrojo solo tomo la muñeca de Lys bruscamente, la cual giro a encararlo, pero antes de si quiera poder decir una palabra desaparecieron en un "¡Crac!"

Lys se dejó caer sobre la cama, se sentía demasiado mareada por haber hecho esa aparición tan brusca.

—¡¿Qué mierda te pasa, George?!

El no contesto, dejo las bolsas en una esquina, saco su varita y lanzo dos hechizos a la puerta.

Lys se sentó en la cama observando al pelirrojo, sus ojos estaban completamente oscuros mientras se quitaba las mancuernillas de los puños de la manga de la camisa y las arremanga. Dejo los dos pequeños objetos en el mueble que estaba a su lado, quito su chaleco, y aflojo la corbata en un movimiento que resulto demasiado sensual para Lys.

Lys trago con fuerza al verlo acercarse, tenía esa mirada, como si él fuera un gran lobo y ella un pequeño conejo al cual están por devorar.

En un simple movimiento la hizo ponerse de pie y él sentarse sobre la cama.

—¿No me piensas hablar?

George le sonrió y la jalo de la cintura poniéndola sobre su regazo boca bajo, Lys soltó un pequeño grito.

—Eres una mala niña, Lyssane — susurro contra su oído mientras introducía la mano bajo la falda y acariciaba su trasero sobre la ropa interior —, tendré que castigarte.

—¿Pero que hice?

George subió la falda, dejando que se enrollara sobre la cintura de Lys, bajo la pequeña braga gris dejando el trasero de la rubia al aire.

—Sonreírle a Neville— la voz de George era ronca, sobo un poco ambas nalgas y agrego —, cuando termine contigo, tu bonito trasero va a tener siete distintas tonalidades de rojo —apunto con la varita a su cajón abierto— ¡Accio, esposas!

Las esposas llegaron hasta él rápidamente, tomo los brazos de Lys, la cual no puso mucha resistencia ya que George la aprisionaba con un brazo contra su regazo, y le coloco las esposas dejándola completamente expuesta a él.

—Pero, Geor... ¡Mierda!

George azoto con fuerza el trasero de Lys, ella dejo escapar un grito al sentir el escozor recorrer su piel.

—Esa boquita, Lys... ¿O quieres que tu castigo sea más fuerte?

La sensación de dolor que recorría a la rubia pronto de transformo en placer al sentir como George rozaba su núcleo.

Le gustaba que George fuera tan dominante y agresivo. La pesada mano de George volvió a caer sobre su blanca piel, la cual ya estaba tomando un tono rojizo

Lys soltaba pequeños gritos y gruñidos, quería usar las manos, pero las tenía esposadas contra su espalda, solo se podía mover tratando de zafarse, pero con la fuerza de George era imposible.

—Deja de moverte, Lys...

La orden de George resulto demasiado dominante y sensual para Delacour que sin rechistar obedeció.

Una

Dos

Tres

Cuatro

Cinco

Lys contaba cada azote, la mano del pelirrojo era pesada dejando su trasero completamente adolorido y rojo, la rubia no podía más que gemir y gruñir, pero a pesar de todo nunca le pido que se detuviera.

El ambiente se sentía tenso, y el pecho de Lys rozaba la gran erección de George sobre el pantalón, que estaba demasiado dura.

—Me gusta como se ve mi mano marcada en tu trasero — George lamio sus dos dedos dejándolos completamente llenos de saliva y los paso sobre su entrada —. Te pone que te azoté, ¿no?, pensé necesitar algo más para entrar en ti, pero estas completamente húmeda, Lys — los dedos de George se introdujeron en el núcleo de Lys.

—Georgie...

Lys soltó en un suspiro su nombre, no podía hacer más estaba completamente sometida por él.

—Me gusta cuando dices mi nombre de esa forma

George daba estocadas rápidas tratando de alcanzar lo más profundo para tocar el punto que a Lys tan loca la volvía.

—Quiero que te quede claro algo, Lys, tu sonrisa solo es para mí —Lys gimió al sentir como estimulaba su clítoris y con la mano libre jalaba bruscamente su cabello causando que echara la cabeza hacia atrás —, tus ojos solo me pueden ver a mi...y esto —apretó su entrada con la mano completa—, es completamente mío — el pelirrojo a pesar de a veces ser tan tierno, ahora era una persona completamente dominante —¿Entendiste, Lyssane?

—Sí — George detuvo por un momento sus caricias, Lys se sintió frustrada al ver que dejaba de estimularla—...si, daddy.

George sonrió y comenzó a estimular el clítoris ya hinchado de la rubia, se inclinó un poco y comenzó a esparcir besos sobre las nalgas completamente rojas de Lys.

—Gimes como toda una perra en celo, Lys.

La rubia sintió mojarse aún más, le excitaba cuando George le hablaba tan vulgarmente.

—Soy tu perra...

El pelirrojo sonrió al escucharla decir eso, la voz de Lys sonaba tan sensual y descarada que lo volvía loco, toda ella lo tenía a sus pies.

Los besos de George se dirigieron en medio de su trasero, la zona no estaba tan húmeda como su entrepierna, pero no le importo, comenzó a lamer sin dejar de estimular su clítoris y penetrar su otro orificio con los dedos.

—Mmm...amor —Lys gemía mientras echaba la cabeza hacia atrás, era demasiado el placer que sentía —, sigue así...no pares.

George lamia alrededor de su orificio trasero, tratando de acercarse lo más que podía a ella, para introducir lentamente la lengua, estaba tan sumamente apretada que era un poco difícil hacerlo.

—¡George!

Todas esas sensaciones eran nuevas para Lys, George tocaba varios lugares donde nunca antes nadie se habia atrevido.

El pelirrojo era todo lo contrario a su ex y a los otros hombres con los que habia estado, siempre le daba prioridad a lo que ella sentía y nunca la forzaba a nada.

Un cosquilleo recorrió a Lys desde la punta del pie hasta el vientre bajo, cuando George succiono al mismo tiempo que tocaba su punto G, a los pocos segundos el orgasmo la golpeo.

—Me encanta tu culo, Lys— Acaricio su espalda durante unos segundos y con facilidad la cargo, dejándola sobre las rodillas en la cama—, tanto me encanta que ahora lo voy a follar, amor.

—George, quítame las esposas — Lys aún seguía esposada y apenas podía mantener el equilibro.

—No lo creo, preciosa.

George sonreía con autosuficiencia para ir a su cajón, donde guardaba todos los juguetes sexuales que Fred le habia regalado, tomo un lubricante y uno de los preservativos con estimulante sexual.

—¡George, por favor!

—Es tu castigo por hablar con ese estúpido.

Se acercó a ella para quitar su pantalón junto con el bóxer.

—¡Solo somos amigos!

George abrió con cuidado la envoltura del condón, tomo su miembro y lo acaricio por unos segundos.

—Te quiere follar, Lys.

—¡Se va a casar!

—¿Y? —el pelirrojo rozo su miembro en medio de las nalgas de la rubia, soltando un gemido al sentir su suavidad —, eso no quita las ganas que te trae, te quiere coger como yo lo hago... ahora inclínate.

—¡Neville no me quiere coger!

George la ayudo acomodarse, el rostro de Lys quedo de lado izquierdo sobre la suave manta que cubría el frio colchón. Se colocó el preservativo rápidamente.

—Claro que sí, ahora deja de hablar de él, no me gusta hablar de otros hombres cuando te la estoy por meter.

Con una mano afirmo su cadera contra él, mientras con la otra puso una gran cantidad de lubricante en medio del trasero de la rubia, lentamente lo acerco a la entrada de su orificio.

—Eso está caliente...

—Siempre estoy caliente cuando te veo —George disfruto de la vista que le ofrecía el trasero de Lys abierto completamente para él —, Realmente le agradezco a Merlín por dejarme tenerte tan expuesta para mí. Inclusive me pondría a orar.

Lys soltó una risa ahogada por las estupideces que decía George cuando la estaba por follar, realmente era un tonto.

Con un solo movimiento se introdujo en ella, gracias al lubricante entro con mayor facilidad.

—¡Mierda, Georgie, duele!

George se quedó quieto unos segundos — Si quieres que lo saque, dímelo.

El pelirrojo la sujetaba con fuerza para no dejar que se callera directo a la cama.

—Me duele, pero me gusta...ya follame, amor, hazlo duro.

George se inclinó para besar la piel de la espalda de la chica, y dar estocadas suaves con movimientos circulares, como veía que la rubia se movía, comenzó a hacerlo más rápido.

—Me encanta que tu culo este tan apretado.

George llevo la mano al núcleo de Lys, donde frotaba todos sus pliegues aun húmedos por su anterior orgasmo.

Lys gritaba de placer, sentía completamente el miembro venoso de George aun a través del látex, y el preservativo tenía una textura extraña que la hacía disfrutar más.

George echaba la cabeza hacia atrás, el condón tenía un estimulante sexual que lo hacía sentir demasiado calor sobre su miembro con cada embestida que le proporcionaba a Lys.

Solo se escuchaba el chocar de la cadera de George contra el trasero bien formado de Lys, la mano del pelirrojo acabo sobre la rojiza piel con otro azote.

—Eso, Georgie, golpéame duro...

El pelirrojo no podía con la sensación de éxtasis que estaba sintiendo, sus penetraciones eran fuertes y precisas llenando por completo a Lys, mientras sus golpes eran tan secos y duros que la piel del trasero frente a él ya tenía pequeños puntos de sangre.

Pero, Delacour en lugar de quejarse parecía disfrutarlo demasiado.

—¡George me encanta que seas tan rudo y tu pene tan duro! — la rubia gritaba con cada embestida, una fina capa de sudor cubría la frente de George.

Su miembro comenzó a palpitar, y sus testículos a cosquillear, estaba por correrse, bajo la fuerza de las envestidas un poco para acariciar a Lys y sobar su golpeado trasero.

—Estoy por llegar, Lyssie — su voz estaba ronca y agitada —, y tú estás muy húmeda, lo haremos al mismo tiempo ¿De acuerdo?

—Sí, George.

Los dedos de George eran agiles con las estimulaciones sobre su clítoris palpitante.

—Bien, preciosa.

George aumento la fuerza otra vez, mientras introducía dos dedos en el núcleo de Lys sin deja el clítoris.

Estuvo haciendo lo mismo, cuando la rubia contrajo sus paredes y él termino con una fuerte penetración, por lo que tuvo que poner más fuerza en el agarre de la cadera de la rubia.

Ambos se corrieron al mismo tiempo.

George salió de ella y Lys cayo rendida sobre la cama con la respiración agitada. El pelirrojo la observo durante unos segundos, era una vista preciosa de Lys con el trasero rojo, esposada y la falda enrollada alrededor de su cintura.

—Voy al baño a tirar el condón, amor.

La voz del chico estaba agitada y cansada por el esfuerzo hecho.

—Sí, Georgie.

Él alzo su pantalón y rápidamente fue al baño, donde se quitó el condón tirándolo a la basura para lavarse las manos, y volverse a poner el pantalón y bóxer, se recargo por unos segundos sobre el lavamanos tratando de recuperar el aire que le hacía falta.

Al salir del baño, soltó una pequeña risa al ver que Lys seguía esposada.

—¡George, no te rías y ya quítame esto!

—Siento que debería de dejarte así para que no salgas de esta habitación y ningún estúpido te vea.

—¡Weasley! — gruño la rubia molesta.

—Ya voy, ya voy.

Él pelirrojo saco la llave del cajón para acercarse a ella y quitarlas rápidamente, Lys estiro los brazos y giro las muñecas.

—Me duele el trasero.

—¿Para qué te portas mal?

—¿Ahora no puedo tener amigos, George? —Lys soltó un suspiro dándose la vuelta, para ponerse de pie y buscar sus bragas — ¿Dónde las dejaste?

George se las mostro colgadas en su dedo.

—Me gusta que siempre sean tan pequeñas, te hacen ver más grande el culo que de por sí ya lo es.

—¡Dame eso!

—Se quedan para mi colección — George le robo un pequeño beso y se alejó —, te traeré algo para el ardor de trasero, quedo muy rojo.

Y antes de que dijera algo, George guardo las bragas en la bolsa de su pantalón y tomo la varita para quitar los hechizos de la puerta, y salir de ahí.

Lys se acercó al espejo que tenía George de cuerpo completo, se dio la vuelta y vio su trasero, tenía la mano de George marcada en las dos nalgas, y pequeños puntos de sangre la adornada...

Definitivamente, le iba a doler para sentarse.

George volvió a la habitación con un bote con crema verdosa acercándose a la rubia.

—¿Estas admirando tu bonito trasero?

—Me van a quedar muchas marcas, tienes la mano pesada.

—No parecías quejarte cuando te cogía, Lyssie — George se sentó en la cama y le hizo una seña a Lys —, ve aquí, cielo— Lys camino hacia él a paso lento—. Échate sobre mis piernas —la rubia sonrió y pareció pensarlo—, prometo no azotarte ahorita, es para ponerte la crema.

—Está bien.

Lys tomo la posición en la que George la puso al inicio, dejando todo su trasero expuesto a él.

—¿Te duele mucho? —George ahora parecía preocupado al ver lo rojo que estaba —, creo que si hay siete tonalidades distintas de rojo aquí.

—Me arde — un escalofrió la recorrió al sentir la crema sobre su piel —, pero me gusto.

—Sabes que siempre que me digas que pare lo hare ¿Verdad? —la rubia asintió —, me gusta hacerlo rudo contigo, pero también me importa que tú lo disfrutes y no te sientas incomoda.

Las manos de George esparcían suavemente la crema por todas las nalgas de la rubia con demasiado cariño.

—Lo sé, cielo, lo sé — disfrutaba de las manos de George, que a pesar de ser algo ásperas se sentían como la misma gloria —, me gusta hacerlo de esa forma, ya sabes...me gusta un poco el dolor.

—Masoquista— se burló el pelirrojo —, cada día me gustas más, amor... eres la mujer más hermosa del mundo.

Lys sintió su rostro arder por sus palabras, y recordó las palabras de Zib, tal vez tenia razón, estaba comenzando a enamorarse de George Weasley.

—También me gustas mucho, George.

Después de que George terminara de aplicarle la crema, él le entrego otra braga limpia de las varias que ya habia dejado en su departamento, se quedaron acostados un rato en la cama mientras el pelirrojo le hacía mimos en el cabello y dejaba pequeños besos sobre su rostro.

—¿Qué tanto compraron tú y Zib? —señalo las bolsas que estaban en una esquina.

—Ropa, fuimos de compras —explico—, me dieron el día libre en Hogwarts para arreglar unos asuntos y me tope a Zib.

—¿Así que pasas tu día libre con ella y no conmigo? —alzo la ceja con una mueca —, me siento traicionado.

Lys dejó escapar una risa nerviosa, ni siquiera le habia pasado por la mente que George quisiera pasar su día libre con ella.

—No sabía si querías verme hoy...

—Amor —George acaricio su mejilla viéndola fijamente a los ojos —, yo siempre quiero verte sin importar qué.

Lys sonrió y escondió la cabeza en su pecho abrazándolo con fuerza, George rodeo su cuerpo con sus brazos besando su cabello e inundándose de ese aroma a mandarinas que siempre emanaba su cabello.

Escucharon unos golpes en la puerta.

—Está abierto — ambos estaban casi completamente vestidos y tenían una manta cubriéndolos así que nadie vería nada extraño.

—¡Hola, tortolitos! — era la azabache que solo vestía una playera que le quedaba enorme, que seguramente era de Fred, y un pans —, Fred hizo la cena, así que ya salgan a comer, que no solo se vive de sexo.

Antes de que la almohada le diera en el rostro, Zibelth les guiño el ojo y salió de ahí dando un portazo mientras se reía.

—Creo que debemos de ir con ellos antes de vengan a molestar — George se levantó de la cama viendo a la rubia — ¿Te quedas con la falda o te paso uno de tus pantalones?

—Un pantalón.

George asintió para ir al armario, de donde saco un pantalón de Lys y una playera para él.

—Toma —Se lo entregó a la rubia para quitarse la camisa y remplazarla por una cómoda playera, en lo que ella se quitaba la falda y se ponía el pantalón — ¿Vamos?

—Ya es la segunda vez que me dejas con el trasero adolorido — La rubia camino hacia la puerta, saliendo por delante del pelirrojo.

—Hoy te puse crema —La siguió tomando su cintura mientras caminaban—, te podría doler peor.

— ¡Qué considerado!

Ambos entraron a la cocina, para toparse Fred con un delantal de color rosa pastel que decía "besa al chef" mientras terminaba de cocinar algo de forma muggle y Zib ponía la mesa.

—Fred, por mucho que te amé, no pienso besarte — bromeo George.

—¡Cállense y lávense las manos para comer!

Riño Fred con el rostro sonrojado mientras Zib solo reía poniendo la jarra de jugo de calabaza en la mesa.

—Uy, apenas llevas unos días de matrimonio y ya te estas amargando, Fred.

Lys siguió molestando a Fred junto con George.

—¡Amor! — se quejó el pelirrojo mayor —, me están molestando ¡Diles algo!

—Dejen de burlarse de Freddie — Zib se sentó y Fred se quitó el delantal para tomar asiento junto a ella. —, ya vamos a cenar.

Lys y George se sentaron frente a ellos sin dejar de reír.

—Los odio mucho — Fred beso la mejilla de la azabache para comenzar a comer.

—Por cierto ¿Qué tal estuvo su boda? No nos han contado nada, malditos.

George les lanzo una mirada acusatoria.

—¿Quieren ver las fotos? — los dos asintieron, Zib saco la varita para apuntar hacia la pequeña sala — ¡Accio sobre con fotografías!

George agacho la cabeza al escuchar como algo volaba hacia Zibelth la que atrapo el sobre con facilidad, rápidamente lo abrió y se las extendió a ambos.

Lys y George veían las fotos con atención, Fred llevaba una camisa y un pantalón negro luciendo formal y Zib un vestido rojo que George reconoció de inmediato.

—¿Ese vestido no es el que usaste cuando terminaste el compromiso con Draco?

—Fred lo escogió.

—Es mi vestido favorito — Fred se acercó al oído de la azabache para susurrarle—: porque fue el que usabas cuando hicimos por primera vez el amor.

Zibelth le sonrió para besarlo sin importarle los otros dos.

—¡Los escuchamos hasta acá! —Lys y George hablaron al unísono, pero los recién casados los ignoraron.

—¿Quién es él? — Lys señalo a la persona que los casaba — ¿Por qué usa esos extraños lentes?

—Es Elvis Presley, cielo — George miro a la pareja que dejaban de besarse — ¡¿Los caso Elvis Presley?!

—A ambos nos gusta como canta — contesto Zib sin dejar de ver a Fred que sonreía bobamente mientras besaba sus nudillos de forma cariñosa.

—Enserio que no esperaba menos de su boda en la boda...

La cena transcurrió entre bromas y chistes por parte de los cuatro, pero algo que no pasó desapercibido para Zib y Fred, eran las miradas que intercambiaban Lys y George y también el hecho de que el pelirrojo menor siempre buscaba tener, aunque fuera un pequeño contacto con la rubia, sin duda su plan sería mucho más fácil de llevar a cabo.

George dejo en la entrada del castillo a Lys, después de despedirse con un cariñoso beso hizo una aparición en el callejón Diagon, tenía que pasar a comprar unas cosas aún.

Al salir de Slug & Jiggers sintió como choco con alguien.

—Lo siento.

—¿Tú eres George Weasley? — el pelirrojo se fijó en el chico rubio y lo reconoció de inmediato —, fuimos juntos en Hogwarts.

—Comal ¿no?

George no recordaba bien su nombre, pero si lo ubicaba ya que varias veces faroleo con entrar al equipo de Quidditch y al parecer nunca lo logro, aparte de que siempre caía en sus bromas.

—Cormac McLaggen —se presentó con una sonrisa de superioridad —, veo que les va bien en su tienda de bromas.

Señalo el local numero noventa y tres del callejón Diagon, donde Fred y Zib pegaban algunos carteles publicitarios promocionando sus nuevos productos y promociones.

—Sí, ambas son un éxito — recalco el ambas al escuchar el tono tan despectivo que usaba el rubio.

—Que bien — la sonrisa no se iba de su rostro, algo que comenzaba a molestar a George, era demasiado estúpida — También...dicen por ahí que sales con Lys Delacour ¿Es cierto?

—¿De dónde la conoces?

Tenso la mandíbula y el cuerpo al escucharlo decir el nombre de la rubia.

—¿No te conto? Ella y yo fuimos novios.

Cormac le lanzo una mirada de asco.

—Supongo que no fuiste tan importante — se encogió de hombros tratando de que los celos no lo invadieran, últimamente se estaba dando cuenta que era una persona muy celosa cuando se trataba de Lys—, ella me cuenta todo y nunca te menciono.

Cormac agrando su sonrisa al ver el gesto de molestia que tenía el pelirrojo frente a él.

—De hecho, pensábamos en casarnos —George apretó los puños contando hasta diez tratando de controlarse —, pero al final termine con ella...aunque debo de decir y seguro tú no me dejaras mentir, es toda una insaciable ¿no?

—¿De qué hablas?

El pelirrojo se hizo el desentendido.

—Que Lys es una completa puta — Cormac paso la mano por su cabello —, una perra en la cama... ¿Te la ha chupado? Lo hace muy bien, pero es muy frígida, como si no sintiera nada, y siempre suplica por más, hace esos gemidos tan excitantes...y mierda, lo apretada que es. Si lo has hecho con ella, ¿no? Aunque no creo que seas el único con él que lo hace, de seguro se ha de meter con más de uno, ningún pene la llena por completo, por eso la termine —hizo una pausa—, por ser tan puta, de...

No pudo terminar porque cayo de bruces al suelo mientras su nariz sangraba, George lo tomo del cuello de la camisa alzándolo unos centímetros del piso.

—Escucha bien, McLaggen — lo veía ferozmente mientras la vena de su cien se marcaba por el enojo contenido —, primera y última vez que te vuelvo a escuchar hablar así de ella, a la próxima no te daré un solo golpe.

Lo lanzo con fuerza al suelo.

Cormac a pesar de estar adolorido soltó una risa burlesca.

—Al parecer sus poderes de veela funcionan muy bien contigo.

George salto sobre él dando inicio a una pelea, Cormac a pesar de ser mucho mas fornido no era muy bueno peleando en cambio George, el agarrarse seguido a golpes con sus hermanos le sirvió muy bien de práctica.

Los golpes del rubio no eran nada comparados con los que alguna vez le llego a dar Fred o Charlie. George logro dejar en el piso a McLaggen y atinarle varios puñetazos con furia en el rostro.

—¡No vuelvas a mencionar a Lys, maldito bastardo!

Por cada palabra le propino un puñetazo al chico bajo él, sus puños estaban manchado de sangre y el rubio ni siquiera podía hablar.

—¡George!

Zib y Fred llegaron corriendo, el pelirrojo mayor tuvo que sostener de los brazos a George para quitarlo de encima del rubio.

—¡Fred, suéltame!

Fred utilizo bastante fuerza para jalar a George hasta Sortilegios Weasley para que no matara a Cormac.

Zib se encargó de alzar las cosas que George dejo tiradas y lanzo una mirada de soslayo al rubio que seguía sangrando en el suelo.

—No sé qué le dijiste a George, pero estoy segura de que te mereces esa golpiza.

Cormac se sentó en el suelo, su nariz sangraba y tenía el ojo izquierdo tan inflamado que no lo podía abrir, junto con varios golpes en el rostro.

—Solo le dije la verdad, Zibelth, su novia es una completa puta.

—¿Tan poco hombre eres que tienes que hablar mal de una mujer? — Zibelth saco su varita —, me alegro de no haber permitido tu traslado al departamento de aurores, eres un completo asco.

—¿Qué? ¿También la defiendes? Lys no es más que una fácil que se mete con el primer hombre que tenga enfrente.

—Deberías de lavar tu boca — con un movimiento de varita lanzo un hechizo no verbal —, espero te des cuenta de que Lys no está sola, no sé qué clase de relación tengan o hayan tenido, pero mejor mantente lejos, McLaggen.

Cormac se inclinó al piso para escupir una gran cantidad de espuma de jabón, mientras la azabache se alejaba de ahí.
























(N/T:

No sé si en estos momentos odio más a Cormac, a Katie o al papá de Lys (aunque este wey aún no hace acto de presencia, jaja)

Por mientras, les dejo unos cuantos datos de Lys.

Nombre: Lyssane Rasalhague Delacour

Tipo de sangre: Mixta, cuarta parte veela.

Fecha de nacimiento: 28 de marzo de 1978

Hermanos: Uno mayor, uno menor.

Boggart: Cormac McLaggen.

Trabajo: Maestra DCLAO, jefa de la subsecretaria del ministerio mágico francés y consejera de la ministro, presidenta de la asociación "Femmes survivantes" (el nombre puede cambiar a lo largo de la historia)

Color favorito: Rosa palo.

Postre favorito: Macarons

Comida favorita: Quiche Lorraine

Situación sentimental: ¿?

(Más o menos esa fue la imagen en la cabeza de George cuando la vio en el cumpleaños de Victoire)

Nos seguimos leyendo♥

PD. Para las que no entendieron la posición en la que George puso a Lys, fue está:
JAJAJA

)

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