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XXXIII: Chúpala

Cormac Mcglagen un hombre rubio y demasiado atractivo para la población femenina, que sería el sueño de esposo para cualquier mujer, excepto para Lys.

Su relación con Cormac había sido de casi tres años, los primeros dos fueron miel sobre hojuelas, él siempre fue un chico dulce y atento con el único defecto de esos aires de grandeza. Pero todo cambio en el último año de relación, cuando el rubio dio inicio a la primera infidelidad, Delacour en ese entonces estaba "enamorada", aunque ahora pensándolo bien, más que amor era costumbre y el hecho de que su padre aceptara tanto a Cormac la hacía aguantar esa infidelidad y todas las siguientes.

La gota que derramo el vaso fue cuando el rubio la golpeo por primera vez, compartían un pequeño departamento en Francia y Lys lo encontró con una morena en la cama, se sentía tan decepcionada y harta de ser tratada como un juguete que exploto, reclamándole de todo. Mcglagen no tolero eso y le dio una bofetada en el rostro tumbándola al piso, y es que Cormac era grande y fornido a comparación de Lys.

Pero los golpes no se detuvieron ahí, Lys fue tan estúpida como para caer de nuevo en sus mentiras y manipulaciones, y con ello las palizas se volvieron comunes, ya fuera porque ella no quisiera tener sexo o por platicar con algún chico, de hecho, la paliza más fuerte fue cuando Cormac descubrió una de las viejas cartas de George le mandaba contándole cualquier cosa.

Cuando Lys se separó de Cormac fue a casa de sus padres esperando contar con su apoyo, Cecile Delacour, su madre, le brindo todo el cariño y protección que necesitaba al igual que su hermano mayor, Lyssandre.

Sin embargo, su padre Pierre Delacour le echó en cara que era su culpa lo que Cormac le hizo por no cumplir con el papel de una buena mujer, ya que, según él, las mujeres tenían que ser sumisas y obedientes ante los hombres, y lo peor fue cuando Lyssane decidió demandar a Cormac por acoso, violencia e intento de violación, Pierre se puso de lado de su ex yerno, culpo a su hija de mentirosa y la corrió de la casa, desheredándola y quitándole el apoyo de la familia Delacour.

Al menos Cecile y Lyssandre tomaron la decisión de alejarse del patriarca de la familia Delacour y apoyar a la rubia.

Lys pensó que se libraría de Cormac después de que la ministra de Francia le enviara un citatorio a la familia Mcglagen, ordenando a Cormac permanecer lejos de ella, no podían hacer más porque esa familia tenía tanto poder que podrían comprar a casi cualquier autoridad, y funciono por un tiempo, cuando se mudó a Londres estaba segura que en su vida lo volvería a ver.

Hasta hoy.

—¿Me extrañaste, dulzura?

"Dulzura" era la forma en la que la llamaba cuando estaban juntos, volver a escuchar esa palabra de sus labios le provocaba ganas de vomitar su estúpida cara.

—¿Qué haces aquí, Mcglagen? — no habia ningún atisbo de la sonrisa amable de la rubia

—Tal vez quería verte — el rubio no borraba esa sonrisa de autosuficiencia, dio dos pasos acercándose a Lys, la cual por auto reflejo se alejó —, vamos, Lyssane, no me digas que me temes.

Claro que le temía, a pesar de recibir ayuda para superar todo lo que habia sufrido con él, aun existían pequeñas cicatrices que la atormentaban.

—Mantente lejos de mí, Cormac.

—Vamos Lys, no seas tan dura conmigo —hizo una mueca de sufrimiento que a la rubia le resultaba repugnante —¿A caso ya no recuerdas nuestros viejos tiempos juntos? ¿El cómo te hacía de gritar de placer pidiéndome más?

Lys soltó un bufido de enojo, quería largarse de ahí cuanto antes.

—¿Pidiéndote más? — hablo irónicamente—, que yo recuerde, cuando gritaba era para pedir que detuvieras tus golpes.

La voz de la rubia salió tan seca y molesta que a ella misma la sorprendió escucharse.

—Al parecer eres muy rencorosa — le guiño el ojo mientras se encogía de hombros, y hablaba con una voz tan tranquila como si la conversación se tratara del clima —. Olvida lo malo, y piensa en lo bueno.

—¡Vete al demonio, Cormac!

Lys se dio la vuelta, prefería dar toda la vuelta al castillo para llegar a la oficina de la directora antes de seguir hablando con ese idiota egocéntrico.

—¿Qué? ¿A caso vas a buscar a ese payaso pelirrojo? — Escuchaba los pasos y la voz de Cormac tras ella —, he visto que son muy unidos — Lys miraba esperando que nadie pusiera atención en la discusión, pero lo único que veía era a sus alumnos de primer grado que buscaban las aulas —, inclusive terminaron en esa sucia comisaria muggle —agrego con asco—: ¿Ya le demostraste lo puta y salvaje que eres en la cama, Lyssane?

Lys se detuvo en seco, estaba demasiado molesta, lo único que quería era que Cormac desapareciera.

—¿Qué? — Cormac soltó una estúpida carcajada— Faltas a la moral, ¿no? Sabía que eras una zorra, pero no tonta como para revolcarte con ese imbécil en un parque — se acercó a ella y acaricio un mechón de su rubio cabello —, ¿Sabe satisfacerte muy bien? Recuerdo que eras algo exigente, siempre parecías querer más porque no llegabas, frígida.

Tomo la varita que estaba en la bolsa izquierda de su falda.

—¿Yo, frígida? Me hiciste tanto tiempo creer que estaba algo mal conmigo por no poder disfrutar del maldito sexo — lanzo un hechizo no verbal haciéndolo caer de bruces en el sueldo — ¡Cuando él de el maldito problema eres tú! ¡No sabes ni siquiera follar!¡Y para tu información, claro que George sabe hacerlo hasta cien mil veces mejor que tú! —un destello salió de su varita dando directo a Cormac el cual parecía a punto de vomitar— ¡Maldito, estúpido, pene chico!

Y de la boca de Mcglagen comenzaron a salir babosas, Lys paso a su lado dejándolo en el suelo para caminar rápidamente hacia la oficina de McGonagall, ya no iba a soportar más a ese estúpido.




Al salir de la chimenea pudo ver como varias personas iban de un lado a otro y algunas lechuzas tomaban distintas impresiones del Profeta, camino por el gran pasillo hasta acercarse a un escritorio que tenía encima un letrero donde indicaba "recepción"

—Buenos días.

Saludo la rubia a la chica que estaba frente a ella, parecía ser unos años más pequeña.

—Buenos días, ¿En qué puedo ayudarla?

—Soy Lyssane Delacour, busco a Barnabas Cuffe para hablar sobre unos artículos que han publicado sobre mí.

La chica pareció pensarlo por unos segundos y tomo un pedazo de pergamino que leyó rápidamente.

—Ah, sí, claro, muchas cartas han llegado dirigidas a los artículos que han escrito sobre usted... de hecho vino una señorita a hablar con el director Cuffe sobre lo mismo — hizo una pausa de unos segundos —, si gusta pasar... no creo que al director le moleste, es la puerta de hasta al fondo.

—Gracias — Lys le sonrió amablemente para caminar a donde le indicaron.

Sentía varias miradas sobre ella, pero trato de no darles importancia.

Al llegar, la puerta estaba abierta y pudo distinguir la silueta de una mujer y reconoció la voz de inmediato.

—¡Le juro que si no elimina esos estúpidos artículos me encargare yo misma de destruir su estúpido periódico de chismes! ¡Está dañando la reputación de mi familia!

Sonaba demasiado molesta mientras lanzaba malas miradas al hombre mayor.

—Pero señorita — Barnabas distinguió a la rubia parada en la puerta —... ¡Por merlín! También está la señorita Delacour, pase, pase.

Lys entro y vio a la azabache que tenía una copia del periódico en sus manos.

—Hola, Lys.

—Hola, Zib.

—Señorita Delacour, la señorita Black y yo estábamos hablando sobre los artículos publicados el día de ho...

—Sí, yo también vengo a hablar sobre eso — interrumpió Lys —, vengo a pedirle...no, más bien a exigirle que los borre está dañando nuestra imagen con esas noticias falsas e invadiendo nuestra privacidad.

—Es lo que le dije, pero no entiende — Zibelth tenía una mueca de enojo adornando su rostro.

—Señoritas, por favor entiendan que es lo que vende, todos quieren saber de la vida de las personas que tienen peso en el mundo mágico como lo son ustedes, y los dueños de Sortilegios Weasley.

Lys soltó un suspiro y se sobo el puente de la nariz.

—¿Y? ¿Solo por eso tienen derecho a invadir nuestra privacidad y a exponernos como si fuéramos un maldito espectáculo? tanto a Zibelth como a mí nos afectara en nuestros trabajos.

—Ya le expliqué también eso — Zib recargo las manos sobre el escritorio y vio fijamente a Cuffe —, Lys se lo está pidiendo por las buenas... pero yo no soy tan paciente, y de hecho tiene suerte que mi esposo y cuñado no lean el profeta...

—¿Esposo? — el hombre parecía sorprendido —, se supone que la boda seria el sábado, es uno de los eventos más importantes, el Profeta quería la primicia...

—La fiesta será el sábado, y en caso de que no se eliminen esos estúpidos artículos espero que a nadie de su estúpido equipo se atreva a aparecerse...

—Pero señori...señora Weasley, entiéndanos por favor, si no escribimos no vendemos.

—Señora Black-Weasley — corrigió a la azabache.

—También Hogwarts y la directora me respaldan para exigir que borren esos artículos — hizo una pequeña pausa —, y tampoco creo que al ministerio de magia británico le parezca perder los lazos de amistad con el ministerio de magia francesa — Barnabas veía con sorpresa a Lys —, por culpa de unos estúpidos artículos sin fundamentos.

—Ya escucho a Lys, igual, espero y sepa que la familia Black y Flamel retiraran todas las donaciones que alguna vez se hicieron a este estúpido diario, y por supuesto, me encargare que el ministerio escoja a otro periódico para todas las primicias y como medio de comunicación.

Barnabas Cuaffe veía a las dos mujeres frente a él, sin poder creer que dos chicas lo estuvieran amenazando.

—¿A caso me están amenazando?

—Advirtiendo.

Hablaron las dos al unísono.

—Por cierto, también exijo que dejen de hablar de mi esposo como si fuera un caza fortunas —Zib uso un tono más amenazador —, nunca habíamos hecho mención de esos temas durante siete años desde que salió el primer artículo sobre nuestro compromiso, pero ya estoy harta de que lo llamen así...así que a la primera que vea que lo llaman de esa forma, o a mi cuñado cumpliré con la advertencia de quitar todo el apoyo económico.

Barnabas parecía derrotado, no le podía llevar la contra a dos mujeres tan influyentes, era como ir a la guerra sin varita.

—De acuerdo, mandare a eliminarlo.

—También queremos una disculpa pública que será lanzada en el profeta vespertino de este día — Lys sonrió dulcemente —, y, que Katie Yaxley sea despedida.

—¡¿Qué?! — para el director, Yaxley era una de sus mejores periodistas ya que se encargaba de conseguir las noticias más impactantes.

—Ya escucho, Katie causo problemas entre Fred y George para obtener esas estúpidas noticias en las que según ellos se pelearon por mí por estar enamorados.

—¿Y no fue cierto? Habia muchas pruebas.

Zib sonrió y sus ojos se iluminaron, Lys reconoció ese gesto, siempre que Fred y Zibelth estaban juntos y hacían alguna broma o metían a George en problemas sus ojos brillaban de esa forma.

—Claro que no, George ya tiene prometida.

—¿Y por qué nadie sabía de eso? ¿Quién es?

—¿No es obvio? — observo a Lys, la cual solo le hizo una mueca indicando que se callara —, es Lys Delacour, si se da cuenta salen juntos en muchas fotos besándose, también ella está aquí, pensé que era más listo, Barnabas. George y Lys son novios, y están planeando casarse.

—¡Zib!

Lys sentía el rostro arder.

—¿Es cierto, señorita Delacour? ¿George Weasley no está enamorado de la esposa de su hermano?

Lys se dio cuenta que tendría que mentir, aunque bueno, una mentira piadosa no le haría daño a nadie.

—Lo que dijeron que George está enamorado de la esposa de su hermano es una completa falacia, porque él y yo nos vamos a casar, pensábamos decirlo después de que Fred y Zib se casaran, hasta ahora solo ellos lo sabían.

Zibelth sonreía triunfalmente, al parecer el plan que ella y Fred tenían, daba inicio.

—Exactamente, se imaginará el gran problema que causo en nuestra familia por esa mentira y ese artículo, todo el mundo mágico nos estaba juzgando sin si quiera saber la verdad — Zib era experta en fingir sufrimiento —, por eso queremos que Katie ya no trabaje más para este diario.

—O todo esto será informado a los demás periódicos, me imagino que le interesaran saber las faltas de ética que cometió el Profeta ¿no?

A completo Lys.

—¡Esta bien! ¡Me encargare de cumplir con sus peticiones, señorita Delacour y señora Black-Weasley!

Lo único que pasaba por la cabeza de Barnabas Cuaffe era lastima, lastima por los gemelos Weasley teniendo esas mujeres tan manipuladoras y amenazantes a su lado.

Lys salió seguida de Zibelth, la cual el tomo de la mano para arrastrarla a otra puerta.

—Oye, Zib, si me gustas y todo... pero no se me antoja un rapidin en una oficina, gracias por la oferta.

Zibelth dejó escapar una risa.

—No seas, tonta rubia — hizo una pausa —, recuerda que soy una mujer casada, tienes que respetarme.

—Mejor te falto al respeto cuando quieras.

Bromeo Lys mientras le guiñaba un ojo.

Zibelth solo le enseño la lengua para abrir la puerta y entrar a otra oficina sin soltar a la rubia.

—Buenas tar... — la castaña dejo las palabras al aire al ver quienes entraron a su oficina — ¡¿Qué demonios hacen ustedes aquí, par de zorras?!

Zib jalo una silla y sin importar qué, se sentó en ella quedando frente a Yaxley, Lys al verla inmuto su acción.

—Hola, Yaxley... leímos tus artículos.

—Una porquería, por cierto.

A completo la rubia la frase de la azabache.

—¿Qué, Zibelth? ¿Vienes a llorar porque ya no te vas a casar con el pobre de Freddie? ¿Y tú Lys? Seguramente estas muy triste porque Georgie ira detrás de Zib ahora que estas soltera, quizá deberías de volver a Francia — soltó con sorna Katie.

—Aparte de rogona estúpida...Katie ¿Creías que, con tus estupideces, Fred y yo no nos íbamos a casar? — Alzo la mano enseñándole el anillo de bodas y después bajo los demás dedos dejando solo el de en medio —, chúpala, Yaxley... pero eso no es todo, cuando seguías a George y Lys ¿no te diste cuenta? Sacaste muchas fotos de ellos juntos, supongo que ya te lo imaginaras ¿no? Lys y George son pareja — la azabache le guiño el ojo.

—¿De qué mierda hablas? — miro a la rubia de arriba abajo—, estas mintiendo Zibelth, seguramente está usando sus poderes para controlar a mi Georgie.

—A diferencia de ti yo no tengo que andar de rogona, amenazándolo o usando poderes para estar con él — hablo con voz segura la rubia para levantarse recargando las manos sobre el escritorio y ver fijamente a Yaxley —, pero, te diré algo, no quiero volver a verte cerca de George en la vida, ni volver a escuchar de ti o juro, que no sabes de lo que soy capaz, desearas no haber nacido en tu vida.

Zib la veía sorprendida, recordaba haber leído sobre las veela cuando iba en el instituto, todos los libros aparte de describirlas como hermosas también mencionaban que eran unas guerreras feroces que mataban a quien las desafiaran, y viendo ese brillo en los ojos de Lys que no eran nada amables en esos momentos, estaba segura que le hacía honor a su parte veela.

—Eso, Lys, marca tu territorio — Bromeo la azabache en voz baja.

—¿Crees que te tengo miedo? Imitación de hada barata.

Katie la veía molesta y alzaba el rostro ya que seguía sentada.

—Deberías, Katie — Lys se alejó—, hablo muy enserio, no me provoques, Yaxley — la rubia sonrió para tomar su bolsa —, y deberías de ir alzando todas tus cosas, son contadas las horas que te quedan aquí.

Katie tomo un gran portaplumas que estaba en el escritorio

—¡Cierra la boca, zorra! — le lanzo el portaplumas, pero Lys con un movimiento de varita lo convirtió en unas mariposas blancas, Katie tenía una expresión de ira y sus ojos parecían desorbitado — ¡Las dos, lárguense! ¡Largo!

Zib comenzó a reír para pararse e ir con la rubia a la puerta.

—Cuídate, Katie.

—¡Les juro que esto no se va a quedar así! ¡George volverá a ser mío!

Cerraron la puerta dejando que Katie gritara todo lo que quisiera en su oficina,

—Vaya, sí que está loca — las dos chicas caminaban hacia la salida del edificio —, resultaste muy amenazante, estoy segura de que a George le excita verte cuando eres dominante.

—¡Zib! — la rubia salió a lado de la azabache riendo.

—¿Qué? George se ve bien sumiso — se encogió de hombros — ¿Tienes que volver a Hogwarts?

—Me dieron el día libre — se fijó en su reloj —, apenas son las dos de la tarde...

—Día libre, eh — tomo su mano para caminar —, hoy eres mía.

—¿Qué? ¿A dónde vamos?

Sin decir más Zib hizo una aparición junto con Lys.

Ambas entraron a una tienda muy colorida, Lys alcanzo a ver varios conjuntos de ropa interior.

—Zib ¿Dónde estamos?

La rubia veía todo a su alrededor, todo era muy hermoso, nada que ver con los que vendía en las tiendas del mundo mágico en Londres, casi toda su ropa interior la habia comprado en Francia por lo que era menos recatada.

—En una tienda de lencería.

Entraron hasta la parte final de la tienda donde habia menos gente.

—¿Qué hacemos aquí?

—¿Recuerdas que me caso en unos días? — la rubia asintió —, si me caso significa que hay luna de miel, si hay luna de miel significa...

—Sexo, mucho sexo.

—Que lista eres— exclamo con burla la azabache —, y para eso necesito lencería... y por eso vinimos aquí.

—No sé para que la necesitas, si al final Fred te la va a quitar, creo que para él sería mucho más cómodo que andes desnuda toda la luna de miel, ya sabes, le ahorras tiempo...A parte, estuvieron cinco días en las Vegas, dudo que haya tardado tanto tiempo su boda — se acercó y la abrazo —, por cierto, ¡Felicidades!, señora Black-Weasley.

—Veo que recibiste mi carta — Zib correspondió el abrazo —, o sea, si esos días solo paseamos por las Vegas... ¡Gracias!

—De hecho, George me dijo y después me llego tú carta — Lys la veía de forma acusadora —, sí, claro, paseando...

—Bueno —alzo las manos en forma de rendición—, pasábamos en las noches en los pubs que hay ahí, en el día nos la pasamos en el hotel.

—Follando...

—Como si tú y George no lo hubieran hecho en los días en los que no estuve, si hasta en prisión terminaron.

El rostro de Lys se tiño de rojo y comenzó a ver la lencería frente a ella, Zibelth solo soltó una carcajada a verla.

—¿Por qué esto tiene un hoyo? —Lys le mostró una braga que tenía un orificio en medio.

Zib sentía que no podía controlar su risa, sin duda a la rubia le faltaba conocer más el mundo muggle.

—Lys, para que todo sea más rápido —ella la miro sin entender —, ya sabes, te lo pones cuando sabes que lo vas a hacer, y ahorras tiempo en quitarte las bragas...

—¡Dios! ¿Tú lo has usado?

Zib tomaba varios conjuntos muy pequeños de encaje.

—Algunas veces...cuando salgo con Fred y me pongo falda o vestido — explico con tranquilidad —, ya sabes, no siempre tenemos mucho tiempo o luego ni llegamos a la habitación.

—¡Enserio, ustedes lo hacen como si fueran conejos!

—Y, George y tú ¿no?

—Te odio.

—Deberías de escoger algunos, ya sabes, Fred y yo nos iremos por dos semanas de luna de miel —Zib la codeo—, tendrán todo el tiempo para ustedes solos... te recomiendo hacerlo en el mostrador de Sortilegios o en la encimera.

Lys recordó lo que habían hecho todo el fin de semana, sin duda la encimera era de sus lugares favoritos para tener sexo.

—La encimera no esta tan mal —musito mientras tomaba dos conjuntos iguales — ¿Cómo se paga aquí? ¿Aceptan galeones?

—Veo que ya la usaste con George, definitivamente muy recomendable — Zib ya llevaba varios conjuntos, de hecho, demasiados, parecía como si fuera uno para cada día —, con libras.

—¿Libras? — alzo la ceja mientras ponía la ropa de nuevo en su lugar—, solo traje galeones... ¿Para que llevas tantos?

—Llévatelo, yo pago hoy — Zib la detuvo antes de que dejara las cosas—, llevo varios porque Fred suele ser algo brusco — por primera vez Zib se sonrojaba —, ya sabes, luego las rompe, y eso se soluciona fácilmente con un reparo...pero, luego lo hacemos en otro lado y las pierdo.

—Espera... ¿Pierdes tus bragas? — Ahora era Lys la que reía—...no, ya vendré después por ellos.

—O sea, no siempre...pero hay veces en las que lo hemos hecho en lugares donde no deberíamos y simplemente huimos con una aparición — sonrió apenada—, al hacerla luego se me olvidan, ya sabes lo normal... ya llévatelos —insistió—, la próxima vez que salgamos tú pagas ¿de acuerdo?

—¡Por Merlín, Zib! ¿Cómo es que no te cansas de hacerlo? — Tomo la ropa que le extendía la azabache—, pero...es mucho, Zib.

—Siete años práctica, Lys, créeme que es un excelente ejercicio, gracias a eso mejore mi condición física — ambas rieron—, Fred siempre tiene mucha energía, las primeras veces que lo hicimos era más tranquilo y no en cualquier lado, pero conforme fuimos descubriendo lo que nos gustaba empezamos a experimentar — sonrió dulcemente para ir a la caja —, ya calla, y ponlo para que pague.

Lys soltó un suspiro.

—Después te lo pagare, Zib, lo prometo — dejo la ropa en la caja junto con la de la azabache —, George me conto que muchas veces los han descubierto...en el acto.

Zib saco su cartera buscando una tarjeta, cuando estuvo en las Vegas tanto ella como Fred decidieron abrir una cuenta para el mundo muggle ya que era más fácil que andar cargando dinero.

—Pequeño errores, pequeños errores que a veces nos sucedes a nosotros los dioses — hablo altaneramente tomando las bolsas —, es lo malo cuando la familia es muy grande... luego lo entenderás —le extendió unas bolsas a Lys —, se me antoja algo dulce, vamos, creo que hay una pastelería cerca.

Lys camino a lado de la Black que parecía conocer muy bien las calles de Londres muggle.

—¿Fred y tú piensan tener hijos?

—No lo hemos hablado al cien por ciento, si esta en nuestros planes, pero no sabemos cuándo... me gustarían dos, no sé, adoraría tener gemelos —entraron a un colorido local buscando una mesa vacía —, me agrada la idea de vestirlos igual.

Lys se sentó frente a ella dejando las bolsas sobre la silla que sobraba.

—Aunque, siento que llevan mucho tiempo juntos para no haber tenido aún hijos — Lys se fijó en la hora en su reloj nuevamente y comenzó a buscar algo en su bolsa—, ya sabes, la mayoría tiene hijos antes de los veinte.

—Sí, bueno, siempre nos hemos cuidado, yo antes tomaba pastillas anticonceptivas y la poción, pero mi cuerpo empezó a rechazarla, probamos usar condones, pero no funcionaba muy bien porque no siempre teníamos a la mano —explico tranquilamente mientras leía la carta de postres— así que Fred se ha estado cuidando, es muy responsable en eso desde que tuvimos un susto de embarazo.

Lys saco un pequeño frasco y una botella de agua.

—¿Hace cuánto fue tu susto de embarazo? — Lys saco una de las pequeñas pastillas para tomarla.

—¿Pastillas anticonceptivas? — Zib tomo el frasco viéndolas—, ah, ahora vienen más pequeñas...Teníamos diecinueve años —puso un gesto pensativo—, no sé qué pedir, todo parece ser demasiado delicioso ¿Crees que si pido una rebanada de cada pastel engorde mucho para el sábado? Me preocupa no entrar en el vestido, cuando paso mucho tiempo con Fred solo comemos comida chatarra

—Sí, ya sabes, aun no me siento lista para tener un bebé... ¿Qué hiciste cuando pensaste que estabas embarazada? — tomo el frasco que le extendía Zib para guardarlo en la bolsa —...Zib, tienes muy buen cuerpo dudo que el vestido no te quede.

—Fred y yo habíamos terminado, tuvimos una fuerte discusión por culpa de sus celos y yo lo evitaba todo lo que podía, George como siempre trataba de que nos reconciliáramos — llamo a una mesera—, cuando nos enteramos que al parecer estaba embarazada, él se quedó todo el tiempo conmigo, estábamos próximos a guerra no se alejaba ni cinco minutos de mí, después volvimos y llegamos a la conclusión de que ninguno quería un bebé y buscamos la forma. Ya sabes — Lys asintió entendiendo sus palabras, la palabra aborto no se podía mencionar en cualquier lugar, ya que algunas personas aún lo veían mal —... pero bueno, ya hablamos mucho de bebés y bodas...dime ¿Qué tal vas con Georgie?

La mesera llego y Zib pidió varias rebanadas de pastel, mientras Lys ordeno unos croissants.

—Creo que bien... me dijo que le gusto — Lys sonrió al recordar lo cursi que era George —, y yo le dije que me gusta.

—¿Entonces ya están juntos?

—Él no me ha preguntado nada para que sea algo oficial...

—Podrías preguntarlo tú — Zib sonrió —, ya sabes, estamos en pleno siglo veintiuno puedes dar tú el primer paso.

—Es raro, Zib. Con George me siento extraña ¿sabes? — la mesera puso frente a ellas todo lo que pidieron —, gracias...mi última relación no fue muy buena — un atisbo de tristeza se asomó por los jades que tenía Lys por ojos —, él era muy seco conmigo y siempre era primero él y después él... pero con George es distinto, es tan tierno y dulce, siempre se preocupa por mí y me hace sentir bien, es como si todo fuera un cuento de hadas, hace que mi corazón lata muy rápido...

—¿Y no es eso lo que sientes cuando estas enamorada?

Recalco la última palabra.

—Tiene tanto tiempo que no lo he estado que no recuerdo cómo se siente y es que George pone mi mundo de cabeza — hizo una pausa —, no sé si estoy enamorada de él, pero me gusta cómo se siente.

—Definitivamente...Lys Delacour estas cayendo completamente enamorada de George Weasley.




























(N/T: Hola, no sé ustedes, pero siempre he creído que las novias de los chicos se tienen que llevar bien, ya que siendo sinceras con ese par pasaran mucho tiempo juntas.

Con este capítulo doy inicio al pequeño maratón, aún no se si serán tres o cinco capítulos. Los iré subiendo cada cierta hora, ya que si los actualizo todos juntos wattpad me desordena todo y luego sube antes uno que no era y así.

Bueno, nos seguimos leyendo en unos minutos, jaja♥)

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