XXIV: Frederick
—Ni creas que voy a dejar que te acerques a mi hija— Sirius parecía poner más fuerza en el agarre de Fred —, hasta que te calmes lo harás.
—¡Como si la fuera a lastimar!
—¡Fred! — Bill lo llamo —, la acabas de golpear, idiota.
El gemelo mayor tenía los nudillos llenos de sangre al igual que el rostro, un sentimiento de culpabilidad lo invadió al darse cuenta de que lo había hecho: golpeado a su prometida y también a su gemelo... pero al recordar lo que dijo Katie la ira regresaba y quería seguir golpeado a George porque lo había traicionado, siempre intentaba estar cerca de Zib y ahora Fred entendía porque, no era porque fuera muy amigos si no porque el gemelo menor estaba enamorado de ella. Seguramente inventaba cualquier excusa para intentar algo más.
—Vamos, Fred.
Bill y Sirius tomaron cada uno de sus brazos para hacerlo caminar a dentro de la casa, dejando a George, Remus y Charlie en el patio.
Entraron a la vieja habitación donde antes dormían los gemelos, Bill se encargó de las heridas de Fred mientras Sirius fue a ver a su hija.
—Casi matas a George a golpes.
—Escuchaste lo que dijo Katie — se fijó en su hermano mayor mientras apretaba los puños—, ¿Cómo querías que reaccionara?
—¡¿Y cómo estas tan seguro que ella no mentía?!
Fred soltó un gruñido cuando Bill apretó con fuerza su ceja izquierda mientras la limpiaba.
—¡Por qué vi las cartas y él una vez se lo dijo a Zib! — contesto con rabia —, no debí de haber ignorado eso.
Bill termino de limpiar las heridas del pelirrojo menor.
—¿A qué te refieres? — enarco la ceja mientras lo veía pararse — ¿Cómo que se lo dijo a Zib?
—Tengo que hablar con ella.
Fred comenzó a caminar hacia la puerta sin darle explicaciones a su hermano mayor.
Al entrar a la habitación de Ginny distinguió a su suegra y a Molly que platicaban mientras que Tonks curaba la nariz de Zibelth.
—¿Qué haces aquí, Fred?
Sirius se acercó a él, parecía muy molesto y lo entendía, no estaba muy contento con el hecho de haber golpeado a la azabache.
—Necesito hablar con Zib.
—¡Claro que no comadreja, no vas a hablar con ella, la golpeaste!
Exclamo el mayor con enojo.
—Por favor — imploro, alcanzaba a ver a la azabache que evitaba su mirada —, necesito — su voz tembló —, la necesito...
Zibelth Black era la única persona que le daba tranquilidad a Fred, desde que la conoció era como su propia poción tranquilizante, con solo una sonrisa de parte de ella el pelirrojo sabía que todo estaría bien.
—Largo, Fred, ya hiciste demasiado.
El Black mayor se acercó a él para tomarlo del cuello de la camisa, sabía que estaba dispuesto a golpearlo en cualquier momento.
—Sirius, si quieres golpéame o lo que quieras — aceptaba que la había cagado al pegarle, pero fue sin querer, él nunca la golpearía o haría algo para dañarla —, pero déjame hablar con ella.
—Fred...
—¡Papá, suéltalo!
Zibelth se había levantado de la cama, tanto su blusa como el pantalón tenían gotas de sangre y estaba más pálida de lo normal.
—Cariño...
Sirius dirigió la vista hacia su primogénita.
—Por favor, suéltalo, ya fue suficiente por hoy.
Su rostro reflejaba cansancio e inclusive alcanzo a distinguir decepción en su mirada cuando lo vio.
Sirius resoplo para soltar al pelirrojo.
—Estaré afuera, cariño — El mayor beso la frente de la chica, para hacerle una seña a las tres mujeres que salieron tras él cerrando la puerta.
—Amor...yo...
Se acercó a la chica con una mirada de arrepentimiento.
—¡¿Te das cuenta de lo que hiciste?! —la voz de Zibelth era de puro enojo — ¡Te comportaste como un estúpido e idiota cavernícola! ¡Como un troll y apuesto que ellos tienen más cerebro que tú! ¡Casi matas a golpes a George!
Los ojos de Zibelth se llenaron de lágrimas y Fred se sintió aun peor, podía darse cuenta que ella estaba decepcionada.
—Zib — tomo su mano con suavidad mientras le acariciaba el rostro —, escuchaste lo que dijo — rozo sus labios lentamente, siempre que tenían una pelea de esa forma la arreglaban, Zib bajaba todas sus defensas cuando él la besaba y terminaban haciendo el amor, algo que Fred amaba ya que la Black era la única que lo satisfacía, desde ella nunca había deseado a nadie más—, ¡George está enamorado de ti desde hace años, siempre que estaba contigo él seguramente estaba esperando el momento para que te fijaras en él! — soltó con enojo para atrapar los labios de la chica con los suyos, pero no hubo respuesta al contrario ella lo empujo alejándolo y la mejilla izquierda del pelirrojo comenzó a arder: lo había abofeteado — ¡¿Qué diablos te pasa, mujer?!
—¿Qué diablos me pasa a mí? — Zib tenía las mejillas rojas, pero era de enojo — ¡¿Qué diablos te pasa a ti, Frederick?! ¡Tu hermano nunca intento nada conmigo, al contrario, siempre hacia todo lo posible para arreglar nuestras peleas! — comenzó a caminar hacia la puerta —, puedo soportar y hasta cierto punto entender tus celos por Malfoy, pero no por George, él nunca te ha hecho nada para que actuaras así.
Abrió la puerta dispuesta salir de la habitación, pero Fred el tomo de la muñeca bruscamente metiéndola de nuevo a la habitación, cerrando la puerta y acorralándola entre esta y su cuerpo.
—¡Maldita sea, Zibelth! ¡Deja de ser tan inocente! ¡¿A caso no te das cuenta?! ¡Cualquiera se moriría por ti, harían lo que fuera porque te fijaras en ellos y George no es la excepción! — Zib resoplo con frustración, odiaba cuando Fred se ponía de esa forma, habían peleado muchas por el tema de Malfoy, pero ahora todo parecía distinto — ¿O qué? ¿A caso te gusta mi hermano?
—¡Fred, por favor! ¡Acepte casarme contigo! ¡Si me gustara George ni siquiera estaría contigo desde hace casi siete años! — Trato de hacerlo a un lado —, Fred muévete, quiero ir a ver que George este bien, te recuerdo que lo golpeaste de forma horrible.
Fred no se movió ni un centímetro, ¿Por qué Zib se preocupaba por su hermano y no por él? A él también lo habían golpeado.
—¡Él también me golpeo!
—¡Porque tu empezaste! ¡Si no se defiende eras capaz de dejarlo inconsciente! — siguió empujando el pecho del pelirrojo para hacerlo a un lado — ¡Ahora quítate, Frederick!
Fred tomo ambos brazos de la chica inmovilizándola.
—¡No voy a dejar que vayas con el imbécil de mi hermano!
—¡Suéltame, Fred! — se movía bruscamente entre el agarre de Fred esperando que la soltara, pero el parecía poner más fuerza — ¡Fred ya deja de comportarte como un idiota! ¡Suéltame!
—¡Qué no! — con facilidad la cargo para tirarla sobre la cama y él ponerse a horcajadas sobre de ella — ¡¿Para qué diablos quieres ir a ver a George?! ¡Solo tendrías que preocuparte por mí!
Al otro lado de la puerta se escuchaban los gritos de la pareja e inclusive algunas amenazas por lo que Sirius y Charlie decidieron interceder, al entrar observaron como Fred ya estaba en el suelo sobándose el estómago y Zib se ponía de pie de la cama caminando hacia él.
Sirius se acercó a su hija mientras Charlie ayudaba a su hermano a ponerse de pie.
—¡Los dos! — Sirius alzo la voz —, ya es suficiente, sus gritos se escuchan por toda la casa, ¡Compórtense como adultos! ¡No se han ni casado y ya pelean peor que un viejo matrimonio!
Fred le lanzo una mala mirada a suegro, no necesitaba ningún sermón ahorita, Zib veía a otro lado evitando cruzar la mirada con Fred, pero ninguno respondió nada.
—Volveremos a Grimmauld Place, Fred iras con nosotros, no dejare que le ocasiones problemas a Molly, ya fue demasiado con ver a sus dos hijos agarrarse a golpes — para sorpresa de todos Sirius parecía muy maduro y serio, él que siempre bromeaba o hacia comentarios burlescos parecía haberse convertido en un adulto de repente —, los espero abajo, y donde escuche otro grito, a ambos los convertiré en unas babosas.
Y salió de ahí dando un portazo dejando a Fred, Zib y Charlie que al parecer era el encargado de mantenerlos calmados y que no se lanzaran hechizos.
El gemelo mayor estaba acostado sobre la cama en la habitación de Zibelth mientras ella se bañaba, ya se sentía más calmado y su cabeza era un caos, se estaba dando cuenta de lo que había hecho, no debió de golpear a su hermano y tratarlo de traidor.
Fred siempre fue inseguro, a pesar de que demostrara lo contrario, era la persona más insegura y especialmente cuando se trataba de Zibelth Black, ella era su primer amor y estaba seguro que el amor de su vida, desde que la vio por primera vez se robó su corazón, era la mujer más hermosa que nunca había visto. A pesar de que ella aceptaba sus coqueteos nunca pensó que llegarían a algo más y menos cuando se enteró que estaba comprometida con Draco Malfoy la dio más que por perdida, pero cuando Zib dijo que no se quería casar con el hurón, Fred hizo todo lo posible para impedirlo.
Recordaba claramente cuando Zibelth le dijo que le gustaba, tuvieron una discusión muy estúpida por culpa nuevamente de las inseguridades de Fred, pero a pesar de todo se sintió la persona más feliz del mundo y ni decir cuando aceptaron ser pareja en frente de toda la gente, estaba seguro que podría morir en ese momento y lo haría agradecido con la vida.
Pero a pesar de que Zibelth siempre le dijera que lo amara y que era a la única persona que quería en su vida, él sentía que en cualquier momento lo podría remplazar por alguien mejor porque ella se merecía todo lo bueno en la vida, y porque cualquier persona era mejor que él.
Y a pesar de que Fred trataba de ser el mejor novio había veces en que la cagaba con ella, pero a Zib parecía no importarle, siempre era tan comprensiva con él.
Y algo que no era de mucha ayuda era escuchar decir a casi toda la población mágica que la Black menor debería de casarse con alguien mejor y no con un traidor de la sangre, él siempre trataba de ignorar esos comentarios, pero era imposible hacerlo.
Y ahora, resultaba que George también estaba enamorado de ella, quizá Fred ya lo sabía, pero negaba a aceptarlo, recordaba muy bien que su hermano se lo dijo una vez a Zib...
"Después de la batalla de los ocho Potters hubo dos heridos, uno de ellos fue George Weasley que perdió la oreja izquierda y la otra Zibelth Black, herida por su tía Bellatrix Lestrange.
A pesar de todo George se recuperó rápidamente, pero no fue lo mismo para la chica que ya llevaba dos días sin recuperar el conocimiento. Fred se sentía sumamente culpable porque no se pudo disculpar con ella antes de que pasara todo eso y mucho menos decirle cuanto la amaba.
Por eso dedicaba todo el tiempo a cuidarla y esperar que ella despertara para poder decirle cuanto lo sentía.
Fred salía de tomar una ducha para volver a la vieja habitación de Charlie que era donde Zibelth estaba, con la mano izquierda secaba su centelleante cabello pelirrojo con una toalla, pero antes de entrar por completo distinguió una sombra y una voz más que conocida para él.
—Hey, Zib, espero que despiertes pronto, ya sabes todos aquí te extrañamos — George tenía razón, todos en la madriguera extrañaban a la azabache con sus comentarios arrogantes, pero especialmente Fred, no se hacía a la idea de no tenerla a su lado —, Fred sufre mucho porque no estas y yo también — el gemelo menor dejo un pequeño beso sobre la mano de la chica que parecía no tener vida —, esto es estúpido y quizá no debería de decir, pero Zib, no te imaginas cuanto te amo.
Fred se quedó congelado al escuchar las últimas palabras de su hermano, realmente quería creer que George amaba a Zib de una forma distinta a la que Fred lo hacía, se negaba a creer que ambos estuvieran enamorados de la misma chica..."
Y eso lo hacía sentirse aún peor debió de adivinar que el amor de George no solo se trataba de algo fraternal si no como pareja, su hermano sufrió tantos años por verlos a los dos juntos, por escucharlo hablar de Zib todo el tiempo y no se imaginaba el dolor que habrá sentido cuando los encontraba teniendo sexo en cualquier lado, sin duda Fred no había sido un buen hermano.
Fred amaba a su hermano más que a nada, y se odiaba así mismo por ser tan impulsivo, pero era difícil para él controlarse con facilidad cuando se trataba de Zib, pero estaba seguro de algo, Zibelth sería más feliz si estaba con George y no con un idiota como él.
—¿Qué pasa?
La azabache acababa de salir del baño con solo una toalla cubriendo su cuerpo, Fred se detuvo unos segundos para verla, nunca se cansaría de admirar lo preciosa que era.
—Perdón — el pelirrojo soltó un suspiro —, lo siento por todo lo que te hice pasar y por el golpe.
—Deberías de disculparte con George y no conmigo — Zib dejo caer la toalla dejando ver que solo unas bragas negras cubrían su zona intima, Fred desvió la vista al ver los grandes pechos desnudos de su novia que tanto le encantaban —, sabes que exageraste ¿no?
La chica saco del closet el viejo jersey de Quidditch que Fred usaba cuando aún estudiaba en Hogwarts, y se lo puso, no era novedad que en la habitación de Zib hubiera ropa del chico Weasley o que en el departamento de Fred hubiera ropa y cosas personales de ella.
—No he sido un buen hermano durante estos años...
Bajo la mirada centrándose en sus dedos, lo que estaba por hacer le iba a doler en el alma, inclusive sentía un nudo en el pecho y lo que más le dolía era saber que iba a herir a su gran amor, pero, no podía seguir lastimando a su gemelo de esa forma.
—Freddie— la chica se sentó a su lado y él se levantó de la cama poniéndose frente a ella —, ¿qué pasa? Parece que quieres decir algo y no puedes.
A veces odiaba que lo conociera tan bien, era como si leyera sus pensamientos, ella tomo su mano dándole un pequeño apretón en señal de que continuara.
—Te he dicho siempre que era la mejor mujer que he conocido ¿No? — ella asintió, tenía el presentimiento que algo malo iba a pasar —, no te imaginas cuanto te amo, daría mi vida entera por verte feliz — beso los nudillos de la mano de la chica de forma cariñosa como siempre lo hacía —, y que realmente no logro entender como me amas o tan siquiera me volteaste a ver, eres perfecta, no tengo mucho que ofrecerte y por lo regular soy una persona muy explosiva y nunca mido mis palabras, algunas veces te he hecho enojar por eso y sin embargo siempre has estado conmigo.
—Porque te amo Fred...
Él no la dejo continuar.
—Y cuando aceptaste casarte conmigo me sentí en la gloria, no podía pedirle algo más a la vida — la voz de Fred comenzó a romperse, y sus ojos comenzaron a arder al igual que su nariz —, pero ahora que sé que he hecho sufrir a George, no puedo continuar con esto... Zibelth yo...
Ella soltó su mano para pararse, Fred alcanzo a ver que inclusive tembló por unos segundos mientras daba unos pasos hacia atrás poniendo distancia entre ambos.
—¿Quieres terminar?
Las lágrimas comenzaron a escurrir de las lagunas grises que Black tenia por ojos.
—No puedo seguir, sabiendo todo el daño que le he hecho a George...
Fred trato de acercarse a ella, pero Zib negó con la cabeza indicando que no quería que se acercara más a ella mientras que con los dorsos de las manos se secaba las lágrimas de forma brusca, a ella nunca le había gustado llorar frente a nadie.
—A veces eres tan idiota, Fred — él soltó un suspiro, no podía debatir contra eso —, siempre tienes que hacer las cosas sin escuchar razones antes. Sabes que a pesar que te amé con toda mi alma, no voy a rogar que cambies de opinión, ¿verdad?
Fred asintió, conocía a esa mujer mejor que nadie, Zibelth Black era orgullosa y nunca rogaba por nada, pero al mismo tiempo era tan sensible, varias veces la consoló y a pesar de que odiaba que la vieran llorar, siempre terminaba oculta en su pecho mientras las lágrimas desbordaban por sus ojos mojándole la camisa.
—Realmente te amo, Zibelth Black —contuvo las lágrimas que amenazaban con salir, mientras veía como ella trataba de no llorar ni un poco —, pero no puedo hacerle eso a mi hermano, no lo puedo destruir más como ya lo he hecho.
—Te lo he dicho siempre — la chica hablo con la voz cortada, parecía como si le faltara un poco el aire mientras que sus manos temblaban al tratar de sacarse el anillo del dedo anular —, yo no seré la persona que te haga elegir entre tu familia o yo, así que, si eso has decidido, adelante.
Se acercó a ella para inclinarse y besar su frente de forma lenta mientras sentía como sus propias lagrimas le mojaban las mejillas llegando hasta la cabellera negra de Zib, sabía muy bien que estaba dejando ir a lo mejor de su vida, pero no podía seguir con ella si dañaba a su gemelo.
Zib puso la sortija en la gran mano de Fred y sin más el pelirrojo salió de la habitación dejándola completamente sola.
Cuando cerró la puerta escucho los sollozos al otro lado de la puerta y sintió como su corazón terminaba de romperse en mil pedazos, cierta parte de él quería entrar ahí y abrazarla para decirle que todo estaría bien, que se casarían y vivirían en una bonita casa, y tiempo después, tal vez, tendrían un hijo que esperaba heredara toda la belleza de Zibelth, como lo habían planeado por tanto tiempo.
Pero eso ya no era posible, deseaba que Zibelth fuera feliz, aunque no estuviera a su lado.
Bajo las escaleras a paso rápido para ir a la puerta principal y salir de ahí, si se quedaba unos segundos más se arrepentiría de su decisión.
—¿Así? ¿Simplemente te vas? ¿No estas siendo muy cobarde? — escucho que alguien hablaba detrás de él —, pensé que eras un Griffyndor, pero al parecer el sombrero seleccionador se equivocó en la casa que te puso.
—¡Cállate!
Soltó con enojo, no tenía cabeza para escuchar reclamos, demasiado tenía con la culpa que lo carcomía.
—¿No que la amabas con toda tu alma? —el moreno siguió hablando sin importarle que Fred tuviera las manos hechas puños, dispuesto a golpear a cualquiera—, y solo la dejas, así como así estando a dos semanas de casarse, ¡La estas destruyendo!
—¡¿Y crees que no lo sé?! — Fred se giró sobre sus talones encarando a las dos personas que estaban ahí — ¡Pero, tú escuchaste todo, George la ama, no puedo hacerle eso! ¡Ya sufrió demasiado por mi maldita culpa! ¡Se supone que soy el mayor, yo debo de cuidarlo y no hacer que sufra!
—Deberías de hablar con tu hermano antes de tomar esa decisión tan absurda, Fred — Sirius soltó un suspiro, parecía calmado todo lo contrario al menor que estaba a su lado que era él que le había reclamado —, vas a herir más a George si haces eso, todos esos años serán en vano para él.
Fred no contesto y Sirius solo se fue de ahí dejando a los dos chicos solos.
—Tú me hiciste prometer que no lastimaría a tu hermana — Harry parecía muy molesto y decepcionado de él —, pero, en cambio tu estas lastimando a la mía.
Para nadie era sorpresa que Harry le dijera a Zibelth hermana, desde que se conocieron forjaron un lazo de hermandad rápidamente el cual se volvió más fuerte con los años de convivencia ya que ambos vivían juntos en Grimmauld Place.
—Harry, no lo entiendes.
—¿No entiendo qué? Zibelth te ama y lo sabes, te recuerdo que se puso en contra de su familia materna por ti, estaba dispuesta a renunciar a cualquier cosa por ti Fred, y tu simplemente la dejas — El pecho de Harry subía y bajaba al terminar de decir eso, el pelirrojo solo bajo la cabeza con arrepentimiento —, ¿sabes qué? Quizá lo mejor hubiera sido que ella se casara con alguien más, al parecer todos tenían razón. ¡Zib merecía a alguien mejor que tú! — escupió Potter con veneno y a Fred eso lo hizo sentir aun peor, Harry siempre le brindó apoyo para estar con ella — ¡No se te ocurra volver a buscarla! ¡O juro que te matare, Weasley!
—Lo siento, Harry.
Musito Fred para salir de ahí.
Una vez que estuvo afuera dejo de contener las lágrimas, estaba perdiendo todo lo que quería y ahora ni siquiera sabía a donde ir, no quería volver a Sortilegios Weasley o a la Madriguera para no toparse con nadie de su familia.
Y como si estuviera todo en contra de él, comenzó a llover, no le importaba mojarse por lo que siguió caminando por las vacías calles de Londres, hacia demasiado frio y su abrigo apenas lo cubría, deseaba estar en la cama con Zib a su lado mientras la abrazaba y ella le contaba como estuvo su día o discutían sus planes a futuro después de casarse, como todas las noches que pasaban juntos, pero sabía que ya nada volvería a ser igual, había dejado ir a Zib.
Se apareció en el único lugar donde sabía que nadie estaría, la casa que compro con Zibelth, en la cual suponía que vivirían juntos y como si no fuera lo suficiente masoquista se encerró en la habitación principal.
Al verla la gran recamara en tonos negros y blancos, la nostalgia y sufrimiento lo invadió, cuando recordó la primera vez que estuvo con Zibelth ahí, le había hecho el amor como tanto le encantaba de forma ruda, Zib y él siempre disfrutaban de ser salvajes el uno con el otro, ambos tenían esa química que los enloquecía y Fred no podía mantener su autocontrol cuando estaba a solas con ella, nunca podía sacarle las manos de encima.
Destapo la botella de Vodka — una bebida muggle que conoció gracias a su ex prometida, a la cual tenía poca resistencia —, y sin importarle que le dio un gran trago lo único que necesitaba era dejar de pensar por unas horas.
Pero su mente era traicionera y lo único que tenía en la cabeza eran todos los recuerdos de su chica especial, desde su primera cita, la primera vez que le hizo el amor, porque para él siempre había sido eso, amor en todas sus letras hasta como Zib le había dicho que lo amaba y cuando acepto casarse con él, ahora tan solo parecía un sueño muy lejano.
Y por otro lado estaba George, su gemelo, Fred siempre lo trataba de proteger muy a su manera, ambos se complementaban, pero ahora si la había cagado con él, durante tantos años lo hizo sufrir de la peor forma, el que debía de sentirse traicionado era George y no él.
Antes de quedarse dormido, la ultimo que imagino era a Zib con un pequeño pelirrojo y a su lado estaba otro chico, que no era él, si no George. Esperaba que en algún momento fueran felices, después de haberlos dañado tanto.
(N/T: Ya ahora si el último, es que este capitulo ha sido de mis favoritos y uno de los que más ha afectado mi estabilidad emocional.
Realmente siento que Fred, a pesar de no desmotrarlo tenia muchas inseguridades, asi que trate de reflejar un poco sus sentimientos, espero les guste.
Les dejo un edit de Zibelth Black, no sé, me encanta mucho, jaja.
Nos leemos ♥)
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