XLVII: La verdad
George caminaba de un lado a otro en el gran salón, no se le había ocurrido otra cosa que llevar a Lys a la casa Black-Weasley.
—Ella está bien, George — Zib estaba sentada en uno de los sillones mientras tomaba chocolate caliente —...mi duda es ¿Eres el verdadero Georgie o el otro?
—¿Fred no está? — George trataba de tranquilizarse, Draco estaba atendiendo a Lyssane que se había desmayado después de tener sexo en un callejón.
—Papá y Harry tuvieron un problema en la casa Black, no sé muy bien cual porque le llego un patronus a Fred así que tuvo que ir...por mucho que no le agradara, le pidió a Draco que me acompaña hasta la casa y a los pocos minutos llegaste tú.
—¿No me odias?
—Cierta parte de mi lo hace — Zib dio un sorbo a la taza entre sus manos —. Mi duda es ¿Por qué estabas en el caldero chorreante? ¿Por qué pareces tan preocupado por Lys, si se supone que estas con Katie?
El pelirrojo se dejó caer a lado de su cuñada.
—No sé qué está pasando, Zibelth — confeso el pelirrojo, estaba asustado por todo lo que ocurría dentro de él —, creía que todo lo que Katie me decía era verdad, pero ahora no sé qué creer.
—¿Por qué? — la azabache en el interior estaba feliz, al parecer el hechizo estaba cediendo — ¿Aceptaste que ella te miente?
— Encontré unas cartas de Lys, de hace años y Katie me dijo que la conocí el año pasado, las fechas no cuadran, tengo una gran laguna mental, algo más falta — paso las manos entre su cabello con frustración—, y no puedo controlar mi cuerpo, actúa solo, hoy fui al caldero chorreante al ver que tú ibas hacia allá, quería hablar contigo pero sé que si Fred estaba cerca no me iba a permitir acercarme a ti — explico tratando de mantener la calma —, pero después vi a Lys ir al baño seguida de Blaise y un sentimiento de ira y enojo me invadió, cuando me di cuenta ya lo estaba golpeando, no podía dejar a Lys ahí, la quería llevar conmigo.
— ¿Al fin te estás dando cuenta? Katie te usa de su marioneta — George la miro sin entender —, George, tú terminaste con Katie desde hace mucho tiempo, conociste a Lys en la boda de Bill y Fleur. Cinco años después la reencontraste en la fiesta de cumpleaños de Victoire — la cabeza de George comenzó a doler —, pasaron muchas cosas pero a Fred le dijiste que la querías, en diciembre ella tuvo que ir a Francia por asuntos de su asociación — hizo una pausa para que George procesara sus palabras —, no sé qué paso esos días porque tuve que salir, pero tu clon me dijo que estuviste raro y de repente desapareciste de la casa por unos días sin ir al trabajo, y cuando regresaste estabas con Katie.
El pelirrojo apretó con fuerza su cabeza cerrando los ojos y un impulso por salir de ahí lo invadió, Zib se iba a acercar, pero su cuñado se alejó.
—Zib, no sé qué me paso — él gruñía por el dolor —, no te acerques — el miedo recorrió a Zib, sabía que Katie lo estaba controlando y lo obligaría a hacer cualquier cosa —...no sé qué diablos me pasa, pero tengo que irme — unas gotas de sangre salieron de la nariz del pelirrojo —. Cuídala ¿Quieres?
Zib asintió energéticamente, sabía que se refería a Lys, claro que quería ayudarlo, pero no sabía cómo, aparte de que los impostores estaban demasiado inquietos y apenas podía moverse.
George la observo por última vez para salir de ahí.
Camino rápidamente por el callejón Diagon, la casa de su hermano y esposa no estaba nada lejos de Sortilegios Weasley por lo que le era fácil llegar caminando, la cabeza seguía molestándole, pero al menos el sangrado ya había parado.
Las palabras de Zibelth daban vueltas en su cabeza, si ella decía la verdad estaba más que claro que Katie Yale lo estaba controlando, y de eso estaba más que seguro, siempre que intentaba hablar con ella para terminar algo se lo impedía y lo obligaba a seguir a su lado.
Entro a la tienda y subió al departamento, el aroma a lavanda lo invadió y las náuseas se hicieron presentes, no soportaba el olor de Katie ni nada que tuviera que ver con ella.
—¿Amor? — Katie salió de la habitación, estaba en pijama que constaba en una blusa casi transparente y un pequeño short — ¿Dónde estabas?
—Con mi cuñada — apenas y la vio para caminar a la habitación que compartían —. Estoy cansado.
La castaña tomo su brazo para empujarlo contra la pared arrinconándolo contra ella.
—¿Por qué estabas con ella? — Katie estaba demasiado molesta — ¡Ella siempre me trata horrible!
—¡Porqué es parte de mi familia! —exclamo con enojo.
—¡Y yo soy tu novia! — Katie paso los brazos alrededor de su cuello —, solo me tienes que amar a mí, Georgie...
Su voz salió aterciopelada y el pelirrojo se sintió hipnotizado, su cuerpo ya no respondía y sin pensarlo atrapo sus labios en un beso.
Los dos se besaban de forma muy caliente, George llevo las manos a su trasero para alzarla, ella puso las piernas alrededor de su cadera.
George camino con ella en brazos hacia la habitación, quería detenerse y no tener sexo con Katie, hacia todo lo posible por soltarla, pero sus manos no respondían, pero no podía hacer otra cosa más que besarla y llevarla a la cama.
La dejo sobre la gran cama que estaba en su habitación para ponerse sobre ella, George se quitó la camisa en un movimiento quedando con el torso desnudo.
—George, estoy tan caliente — musito la castaña cuando el pelirrojo comenzó a besar su cuello y metió la mano bajo su short acariciando sus pliegues sobre la braga.
—Te sientes tan bien — murmuro sobre su cuello —...Lys.
Yaxley estaba tan concentrada en el placer que le brindaba el pelirrojo que no escucho que suspiraba por otra mujer.
La única mujer que deseaba George era Lyssane Delacour, era con la única que se podía imaginar teniendo sexo.
—¡Oh, mierda, George! — gimoteo con fuerza cuando atrapo su clítoris entre los dedos.
—Mierda — succiono la piel de su cuello y con voz fuerte y clara exclamo—...te amo, Lys.
Katie abrió los ojos con sorpresa, no lo podía creer, había reforzado el hechizo en George, entonces ¿Por qué seguía pensando en esa zorra? ¿Por qué amaba a Lys y no a ella? ¿Qué tenía la rubia que ella no?
Sus hechizos nunca fallaban, sabía que con Zibelth todo iba a la perfección, cada vez le quedaban menos días de vida, pero con Lys y George no funcionaban bien.
Apenas y podía controlar al pelirrojo, era como si algo más fuerte lo protegiera y su conciencia comenzara a escapar lentamente.
Con Lys sucedía lo mismo, la orillo a acostarse con otro hombre, pero George llego a detenerla, por más que los intentaba mantener lejos ellos siempre volvían a estar juntos como si fueran imanes que se atraían con fuerza, uno siempre estaba al pendiente del otro protegiéndose.
George se alejó bruscamente de Katie, y se bajó de la cama tomando su playera.
—Yo...dormiré en la habitación de Fred — Katie tenía los ojos llenos de lágrimas, la culpa no invadió a George por mencionar a la rubia, lo único que deseaba era salir de ahí —...será lo mejor.
Rápidamente tomo un pans para dormir y la vieja caja donde estaban las cartas de Lys, solo sentía como Katie lo observaba mientras lagrimas bajaban por sus ojos, no sabía que decir o hacer por lo que prefirió huir.
La castaña observo como salió el pelirrojo de ahí, y lo decidió, si sus hechizos no funcionaban ella misma se encargaría de desaparecer a Lyssane Delacour por siempre.
Ya no le importaba nada, su odio era mucho más grande que cualquier cosa, estaba más que claro que no permitiría que esa estúpida fuera feliz y mucho menos a lado de su amado George Weasley
George cerró la puerta de la vieja habitación de Fred que estaba casi completamente vacía excepto por la cama y los muebles de madera, las paredes ya no estaban adornadas por los portarretratos con fotos mágicas.
Se sentó sobre la cama y paso la mano entre su cabello con frustración, quería irse de ahí, ir con Lys Delacour y no estar en ese viejo departamento con Katie.
Se acostó y cerró los ojos tratando de recordar que era lo que había pasado para terminar en el punto en que estaba, imágenes borrosas y murmuras eran lo único que inundaba su mente.
No supo en que momento, pero todo se volvió completamente negro y cayó en la inconciencia como si se tratara de un pozo sin fondo.
Sintió como sus pies golpeaban en el suelo y el aroma a pasto mojado, madera y vainilla lo invadió, era el aroma de la Madriguera.
Tallo sus ojos con las manos para observar todo alrededor, había una gran carpa y el sonido de la música y festejo provenía de ella, supuso que se trataba de alguna fiesta. Camino a los alrededores de la Madriguera, aún era noche, pero, seguía sin comprender cuando llego ahí, no podía entrar y acercarse a su familia porque sabía que en esos monumentos todo mundo lo odiaba y no los culpaba.
A lo lejos alcanzo a distinguir dos figuras, una chica y un chico que reconoció de inmediato, se trataban de Fred y Zib, pero parecían años más jóvenes. Se acercó a ellos para hablarles.
—Aun no pienso volver contigo — era la azabache la que hablaba, Fred tomo su mano deteniendo su caminata.
— Muñeca...
Musito el gemelo mayor, parecía a punto de comenzar a insistirle.
—No puedo aguantar más tus celos, Fred, siempre es lo mismo...
George estaba en medio de ambos, pero era como si no existiera o fuera invisible, ninguno le tomaba atención.
—Ven — escucho otra voz atrás de él, y dos risas, se giró de inmediato para toparse con una chica rubia que sostenía la mano de otro pelirrojo —...vamos, Lys.
Dejo de escuchar la conversación de Fred y Zibelth, para seguir a la otra pareja.
—No camines tan rápido, traigo tacones, George.
Él observo al otro chico, se trataba de él mismo con años menos, cuando tenía diecinueve y acababa de perder la oreja.
George los siguió y ambos llegaron al pequeño lago que estaba a algunos metros de la Madriguera.
Cuando las versiones jóvenes de Lys y George estaban completamente solos comenzaron a besarse con intensidad, de un momento a otro ambos estaban en el suelo, el chico sobre ella besaba su cuello mientras Lys acariciaba su cabello.
Nadie lo notaba y por fin se dio cuenta, estaba en sus recuerdos, esos que faltaban, en esos momentos se encontraban en la boda de Bill y Fleur, cuando conoció a Lys, y ambos después de coquetearse por un gran rato y que George le robara un pequeño beso a la rubia se escabulleron para besarse a la orilla del lago.
Los volvió a ver y el George joven ya estaba sin corbata ni chaleco y con la camisa completamente desabotonada, mientras Lys ya tenía los tirantes de vestido a bajo, dejando a la vista sus hermosos senos.
Lys fue a la primera mujer que pudo desear por completo cuando aún estaba enamorado de Zibelth, esa noche por fin pudo dejar de pensar en la novia de su hermano y concentrarse en otra mujer.
Un remolino de colores absorbió la imagen frente a él, todo el panorama cambio ahora se encontraba en una sala, tenía una chimenea ardiente, algunos murmureos se escuchaban y el aroma a mandarinas mezclado con lana y pólvora se hizo presente.
Se acercó más hasta llegar en medio del salón y se reconoció a él mismo, acariciaba la espalda y hombros desnudos de Lys sin dejar de verle el rostro, tenía una mezcla de satisfacción y adoración en la mirada.
La rubia se encontraba completamente dormida entre sus brazos.
— Sé que estas dormida — lo único que se escuchaba en el salón era el sonido que emitía la chimenea del fuego quemando la madera y la voz ronca y suave de George— no puedo entenderme, tan solo hace unos meses juraba estar completamente enamorado de la que ahora es la esposa de mi hermano, pero luego tú volviste a aparecer en mi vida, provocando que perdiera el control de mi monótona vida — hizo un pequeña pausa y paso la mano sobre el rubio cabello—, quiero que sepas lo mucho que significas para mí, te has vuelto tan importante que siempre estoy pensando en ti, en tus bonitos ojos, en tus comentarios y tus bromas que siempre me hacen sonreír—beso su cabello viendo como el pecho de Lys subía y bajaba lentamente por su respiración acompasada— . Eres tan malditamente perfecta que siento que no te merezco, Lyssane, te quiero.
Una punzada golpeo su pecho, la calidez lo invadió parecía que realmente la quería con todo el corazón.
Retrocedió unos pasos y cerró los ojos con fuerza, todos los recuerdos que tenía con Lys Delacour lo invadieron por completo, ella siempre estuvo para él, siempre lo apoyo y era tan dulce, poco a poco se fue ganando su corazón y el cayo rendido a sus pies sin darse cuenta.
Su familia la adoraba, pasaban todo el tiempo que podían juntos y él quería pedirle que fuera su novia cuando volviera de Francia, en esa semana que la rubia no estuvo, un día tuvo que ir a comprar algunas cosas al Londres muggle donde de repente sintió la necesidad de estar con Katie.
Ella de un momento a otro apareció llevándoselo a una vieja casa de campo, no recordaba mucho solo que estaba sentado y la castaña murmuraba varias cosas mientras prendía velas, el aroma a incienso era muy fuerte, para sentir que le arrancaban un poco de cabello, todo se volvió negro y cuando despertó no recordaba nada más.
Abrió los ojos, sus extraños sueños que se trataban de recuerdos llegaron a su fin, se sentó en la cama tratando de recobrar la compostura.
Al darse cuenta de todas sus acciones la culpa lo invadió, había tratado de forma horrible a su familia, y especialmente a Lys, le dijo cosas horribles y todas eran mentiras.
Porque, después de todo lo que paso, estaba más que seguro de algo.
Estaba completa e irrevocablemente enamorado de Lyssane Delacour.
(N/T:
¡Holi, les dejo otro cap! Al parecer ya tenemos devuelta a nuestro Georgieeee.
Muchas gracias a todas las que votan, comentan y leen. También les agradezco a todas las que me han mandado sus edits sobre la historia, si quieren verlos se pueden dar una vuelta por mi ig @gaste.lier en donde encontraran muchas cosas sobre la historia y los personajes.
Bueno, las tqm+.
Nos leemos♥)
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