L: El fin de un todo
Dos días habían pasado desde que Lys fue atacada por Katie Yaxley, dejándola inconsciente, George siempre se la pasaba en el hospital, no quería alejarse ni un minuto de ella, solo lo hacía cuando Lyssandre llegaba en las noches para cuidarla.
Lyssandre parecía desconfiar de él, apenas y se hablaban era como si ninguno se tolerara.
En cambio, Louis-Philippe era más amable, de hecho, esos dos días habían desayuno y comido juntos y a veces jugaban Snap explosivo en espera que la rubia despertara, el menor era tan amable como Lyssane y un chico demasiado listo, a George le sorprendía el hecho de que pudiera memorizar todo lo que escuchaba.
George estaba un poco más tranquilo, ya que las enfermeras decían que Lys estaba presentando mejorías, ya no estaba en riego de muerte lo único que les quedaba era esperar.
Y claro que el esperaría el tiempo suficiente, a pesar de sentir que pasaba lentamente lo único que quería era hablar con ella y arreglar las cosas, que volvieran al punto en el que estaban antes.
La extrañaba.
Zibelth entro a la habitación con dos bolsas de papel.
—Hola — saludo al menor con un beso en la mejilla y después a su cuñado —, les traje comida.
—Gracias — Louis sonrió, Zib se sentó en medio de ambos.
—George, dice Fred que, si solo por hoy podrías ayudarlo unas cuantas horas, llegaron nuevos proveedores y Ron no es de mucha ayuda — la azabache observaba al pelirrojo con una mirada de disculpa por lo que pedía —, y realmente no se está dando abasto, yo trate de ayudarlo, pero no sé muy bien el manejo de la tienda.
George soltó un suspiro de resignación, tanto Fred y Zibelth eran muy comprensibles con toda la situación, trataban de encargarse de Sortilegios Weasley, pero sin él era imposible que pudieran.
—Está bien, iré — muy a su pesar se levantó de la incómoda silla —, cuida a tu hermana.
Observo al menor.
—Lo prometo, George, no te preocupes — los dos chicos chocaron los puños, en muy poco tiempo lograron entablar una buena relación.
—Cualquier cosa me avisan — dejo un beso en la mejilla de Zibelth para ir con la rubia que parecía dormir tranquilamente —... por favor, Lyssie, ya despierta.
Murmuro contra su oído para dejar un suave beso sobre los labios secos de Lys, George la quería de vuelta, ver a su pequeño sol iluminando su vida de nuevo
Las horas pasaban lentamente en Sortilegios Weasley, tanto George como Fred estaban en la bodega atendiendo a los nuevos proveedores que le ofrecían materias primas de mejor calidad.
Los gemelos no parecían muy convencidos, los precios eran elevados y la calidad parecía ser la misma, ya llevaban siete años en el negocio por lo que era fácil para ellos notar cuando un producto era bueno o no en relación costo-beneficio.
George soltó un suspiro, realmente no ponía mucha atención en lo que hablaban, solo la necesaria cuando necesitaba responder algo o dar alguna opinión.
Su mente divagaba, siempre terminaba en los recuerdos que tenía con Lys, los saboreaba con un tormento reprimido.
Recordaba vívidamente la tarde en que vio a Lyssane Delacour por primera vez. Ella estaba sola, afuera de la carpa donde se celebraba la boda de Bill y Fleur, llevaba un hermoso vestido verde que combinaba con sus ojos, le atrajo de inmediato, tanto que se acercó a ella para evaluarla de cerca y prontamente llego a la conclusión que se trataba de una mujer de belleza excepcional. Los ojos encendidos, la nariz fina e impertinente, la boca suave y expresiva, estaba estructurado con un delicado toque de perfección que capturaban su interés por completo.
Se regañaba a si mismo al darse cuenta de todo el tiempo que perdió para por fin comprender que a su vida le faltaría algo importante si carecía de Lyssane Delacour.
—Entonces, estamos de acuerdo en que el precio se reducirá en un treinta por ciento — la voz de Fred lo saco de su ensoñación —, si vemos que lo que nos ofrecen cuenta con la calidad que deseamos pagaremos un precio mayor hasta entonces.
—De acuerdo — era un señor mayor con semblante serio, parecía algo molesto tras aceptar lo que el gemelo mayor deseaba —, vendremos dentro de un mes para hablar sobre la calidad y precio.
—Perfecto ¿Verdad, George?
Fred se habia puesto de pie para guiar a los dos hombres a la salida.
—Claro, lo que tú digas, Fred.
Confiaba en que su gemelo hubiera tomado una buena decisión,
Se levantó de la silla para estirarse y salir de la bodega, tal vez ya podría irse y volver al hospital.
Al llegar al mostrador de la tienda saludo a Ron que atendía a unos cuantos chicos que compraban trucos de magia muggle.
—¿Cómo sigue Lys? — Ron termino de cobrar, el Weasley menor ya sabía todo lo que habia pasado con Yaxley y Lys, aún faltaba explicarles a los demás integrantes de la familia.
George se tendría que disculpar con ellos por todas sus acciones y las palabras tan groseras que dijo, a pesar de haber estado controlado se sentía culpable.
—Sigue sin despertar — respondió desanimado —, no se sabe cuándo lo hará, pero espero que pronto, de ahí en fuera todo parece estar bien con ella.
—Me alegro — le dio una sincera sonrisa al pelirrojo mayor que aun parecía demasiado preocupado —, todos en la familia están preocupados por ella, Bill y Fleur tuvieron que ir a Francia para decirle a la madre de Lys lo que sucedió.
—¿Su madre? La menciono algunas veces, pero nunca la conocí, de hecho, a nadie de su familia hasta ahora que vinieron sus hermanos.
—Tampoco es como que te los fuera a presentar de buenas a primeras — explico Ron—, no tenían nada formal aún, y aunque para nuestra familia no es necesario aclarar cuando la llevaste en qué tipo de relación estaba todos supusimos que eran más que amigos.
—Sí, supongo que tienes razón.
La campanilla sonó indicando que alguien nuevo habia entrado, George se giró para toparse con uno ojos tan verdes y profundos que por unos segundos le recordaron a los de Lys, pero al poner más atención tenían una gran diferencia, los de Lys siempre eran cálidos y amorosos e cambio los del hombre frente a él reflejaban superioridad y desagrado.
—Buenas tardes — saludo George con su mejor sonrisa — ¿En qué podemos ayudarle?
El mayor recorrió de arriba abajo a los pelirrojo frente a él con un gesto de asco.
—Estoy buscando a un Weasley — hizo una pausa recordando el nombre —, George Weasley.
George lo observó fijamente durante algunos segundos, no recordaba haberlo visto antes en su vida.
—Soy yo — respondió seguro sin apartar la mirada de él.
—Quiero hablar contigo — observo al pelirrojo menor que veía todo con curiosidad —, a solas.
—Bien, entendí, me voy — Ron salió del mostrador para ir a buscar a Fred que estaba afuera de la tienda.
—¿Sobre qué necesita hablar conmigo y quién es usted? No recuerdo conocerlo.
—Sé que eres muy cercano a mi hija —hablo con voz severa, George se sintió intimidado por unos segundos, pero recobro la compostura parándose recto, el rubio frente a él era unos centímetros más bajo—...Lyssane, tienen una relación algo extraña, realmente no me interesan los detalles.
—¿Usted es el padre de Lys?
—Soy Pierre Delacour — se sobo el puente de la nariz, no entendía como su hija se pudo fijar en un chico tan estúpido, no tenía ninguna gracia y mucho menos dinero o algo bueno que ofrecer —, si no me equivoco Lys esta inconsciente en el hospital.
—Aún no sabemos cuándo despertara — explico—, pero no recuerdo haberlo visto en San Mungo.
—Apenas llegue, no importa eso — la mirada glacial de Pierre no demostraba ningún sentimiento o preocupación por Lys, algo que a George se le hizo extraño —, tu ex novia fue la que la ataco.
—Veo que está al tanto de la situación.
—Por lo que es tu culpa que Lys terminara así.
—Disculpe ¿Pero de qué habla?
Se habia planteado la idea de que tal vez era su culpa, pero trataba de no atormentase con eso, pero que alguien más se lo dijera causaba una sensación de desagrado en su interior.
—Si tú no hubieras estado cerca de ella, esa chica lo la habría atacado — una sonrisa burlona adorno el rostro del rubio —, tu ex novia la ataco por tu culpa, por eso vine a hablar contigo — George estaba por replicar algo, pero él no se lo permitió —, quiero que te alejes de Lyssane, desaparece de su vida, como si nunca la hubieras conocido.
—No lo hare.
Musito el pelirrojo.
—No seas tonto, contigo solo estará en peligro — su tono de voz era como si estuviera dándole una orden —, esta vez termino en el hospital ¿Quién dice que la próxima no acabara muerta? No quieres eso para Lyssane ¿o sí?
—No le volverá a pasar nada...
Prometió George, no podía aceptar la petición de Pierre, no sería capaz de alejarse de Lys, aunque lo obligaran.
—No me obligues a tomar medidas drásticas — advirtió —, no creo que te guste ver sufrir a tu familia, se un poco sobre ellos, sería una lástima que pierdan sus puestos en el ministerio, tu hermano mayor también podría perder su trabajo en Gringotts y sería una pena que la tienda por la que tanto se esforzaron tu gemelo y tú termine clausurada ¿no crees?
—¿Me está amenazando?
George lo veía fijamente tratando de procesar lo que acababa de decirle.
—Yo no amenazo, George Weasley —hizo un ademan con la boca —, yo advierto y siempre cumplo con lo que digo.
—Es algo egoísta lo que me pide, Lys es la que debería de decidir si me alejo o no— el pelirrojo trataba de mantener la calma.
—Ella es una mujer tonta, no sabe tomar decisiones, por eso estoy yo, para velar por su bienestar...así que ya te dije, aléjate de ella o tu familia sufrirá las consecuencias.
George no sabía que responder, el miedo comenzó a hacerse presente y no podía pensar con claridad.
—Veo que sigues siendo igual de insoportable, Pierre — una voz masculina interrumpió la conversación— ¿Ahora porque amenazas al muchacho? No creo que te haya hecho nada malo ¿o sí?
George se giró y pudo ver a Sirius Black que venía a lado de Fred y Ron.
—Black ¿Qué haces aquí? ¿A caso eres su defensor?
Una batalla de miradas dio inicio, verde contra gris. Ambos hombres estaban tensos y apretaban las mandíbulas con fuerza.
Sirius parecía apunto de transformarse en el gran perro y atacarlo.
—Si quieres me puedes tomar como su defensor o lo que quieras — respondió con altanería—, pero no veo el motivo de que lo estés amenazando, George es un buen hombre.
—Solo le digo que se aleje de mi hija Lyssane — se acomodó el puño de la camisa con elegancia —, la ha puesto en peligro, tú también lo harías si se tratara de tu hija.
—Ese accidente no fue culpa de George —defendieron Fred y Ron al unísono ganándose una mala mirada por parte de Pierre.
—Lys es la que debería de decidir si se aleja o no de George — Sirius tenía un gesto serio —, que yo sepa tú y ella no tienen una muy relación, no creo que le agrade que te entrometas en sus relaciones.
—Ella no sabe nada de la vida, no te metas en asuntos que no te conciernen, Sirius.
—Me meto porque estas amenazando contra mi familia.
—¿Tu familia? ¿Qué relación puedes tener con ellos?
—Mi hija está casada con Fred — señalo al gemelo mayor —, con esa unión los Black y los Weasley pasaron a ser una sola familia, y como sabrás si atentas contra ellos lo haces contra mí y dudo que llegues a tener el mismo poder en Londres que en Francia.
Pierre soltó un pequeño gruñido, apenas audible, Sirius Black llegaba a ser un dolor en el culo.
—Solo me preocupo por Lys, deberías de entenderme ¿cómo estarías tú si tu hija fuera atacada por la ex novia de su esposo?
—Le dejaría a Anirak la decisión de alejarse de él o no.
—Tan sentimental como siempre, Black, los problemas se arrancan de raíz — Pierre comenzó a caminar y al pasar a lado de George palmeo su hombro y musito contra su oído —, espero que tomes la decisión correcta y no seas estúpido — lanzo una mirada de soslayo —, con permiso.
Salió de la tienda dejando a los tres Weasley con miradas de confusión.
— No le hagas caso, George, dudo que pueda hacer algo en Londres, no tiene tanto control en el ministerio como en Francia.
— ¿De dónde lo conoces? — Fred pregunto dando por zanjado el tema.
La cabeza de George daba vueltas, sabía que Pierre tenía razón, él tenía la culpa por lo sucedido con Lys.
Quizá ella merecía alguien mejor, alguien que no la pusiera en peligro por sus decisiones del pasado, lo que menos quería era que Lys sufriera más de lo que ya lo habia hecho. La quería ver feliz.
Tal vez la mejor decisión sería alejarse de ella, desaparecer de su vida.
Le dolería con el alma, pero Lyssane estaría a salvo, de seguro, Katie al enterarse que ya ellos ya no tenían ninguna relación la dejaría en paz.
Pero por más que trataba de permanecer seguro ante esa decisión era imposible hacerlo porque la amaba, en menos de un año Lyssane Delacour logro que él volviera amar con intensidad y esta vez era correspondido, Lys le habia dicho que estaba enamorada de él, y esperaba que eso fuera durante mucho tiempo. Porque a pesar de recibir una amenaza por parte de Pierre Delacour, no estaba dispuesto a dejarla tan fácilmente.
Estaba dispuesto a encargarse él mismo de Katie Yaxley con tal de que los dejara ser felices juntos.
—George — Fred que acababa de recibir un patronus de su esposa se acercó al gemelo menor —, Lys ha despertado.
Las piernas del gemelo menor se movían solas con rapidez recorriendo los pasillos abrumados de gente, apenas y saludo la recepcionista para tomar el elevador de inmediato y dirigirse al cuarto piso.
Fred después de darle la noticia habia desaparecido frente a él excusándose con que Zib lo necesitaba con urgencia, le extraño un poco su gesto, parecía preocupado y consternado, trato de no tomarle importancia tal vez se debería por alguno de los raros antojos de Zibelth, como el de ayer, cuando quiso una hamburguesa con triple queso bañada de chocolate y mostaza, George, Fred y Louis-Philippe casi vomitaron al verla comer ese pecado culinario, sin embargo la azabache parecía muy contenta y gustosa.
Un extraño presentimiento lo recorrió y el vello de la nuca se le erizo, era como si algo demasiado malo estuviera por pasar.
La ansiedad comenzó a hacerse presente cuando veía que el elevador no llegaba al piso que quería, incluso parecía ir más lento.
Esperaba que todo estuviera bien con Lyssane.
Ya no podía vivir sin ella, quería estar al lado de su pequeño sol.
Salió del elevador una vez que la puerta estuvo abierta y a grandes zancadas comenzó a caminar hacia la habitación en la que pasaba la mayor parte del tiempo en esos últimos días.
Tal vez debió de traerle flores o algún pequeño detalle a Lys, pero por la emoción no pudo, lo único que atino a tomar fue la pequeña caja donde guardaba el collar de sol, aquel que le habia dado en navidad cuando por fin ambos se querían.
Ese collar solo tenía una dueña y siempre seria Lys, la representaba tan bien que no se lo imaginaba a nadie más puesto.
Agradecía que Fred lo hubiera levantado y guardado después decirle esas cosas tan horribles a Lys, todos los días se arrepentía por eso, recordaba verla llorar y su corazón se estrujaba.
Tomo aire por unos segundos, se sentía nervioso y no comprendía porque, ¿Era debido a la emoción por volver a ver? Por fin podrían estar juntos, y si ella no le quería dar una oportunidad tan rápido, lo entendería y haría todo lo posible para volver a ganar su corazón le tomase el tiempo que le tomase, no estaba dispuesto a volverla a perder.
Al entrar a la habitación del hospital pudo distinguir a Lyssandre, Louis y a Fred y Zib que estaban un poco alejados, Fred sostenía a la azabache que parecía consternada, como si no creyera lo que estuviera pasando, mientras los demás tenían unos rostros que no podían descifrar.
George dejo escapar el aliento, en un intento de ordenar sus pensamientos ¿Por qué todos estaban tan callados y tenían un sombrío semblante?
No entendía nada de lo que sucedía en esos momentos, se supone que todos deberían de estar felices, Lys por fin estaba consiente.
—George — Zib fue la primera en acercase, tomo su brazo dándole una caricia como si tratara de reconfortarlo —...no entiendo nada de lo que sucede —puso atención en la azabache frente a él, tenía la mirada empañada de lágrimas —, cuando despertó, Lys parecía o...
—¿Cómo esta ella?
Zib no respondió y su preocupación creció al imaginarse que la rubia hubiera empeorado, a su lado Fred soltó un suspiro y con voz calmada contesto
—: Esta físicamente bien, pero...— hizo una pausa, parecía pelear consigo mismo buscando las palabras correctas—, lo mejor es que te acerques a ella.
George asintió y a paso lento se acercó a la camilla, a ambos lados estaban los hermanos de Lys, Lyssandre le dio una mirada que reconoció como triste, mientras el menor solo mordía su labio inferior con fuerza en un intento de retener las lágrimas que adornaban su rostro.
Lys miraba con los ojos dilatados, investigadores. Percibiá cada movimiento de los presentes, que parecían esperando una reacción.
—Lys — musito George al verla, lucia algo pálida y cansada, pero estaba igual de hermosa que siempre.
Al escuchar la voz ronca, observo al hombre frente a ella, inexplicablemente al verlo una punzada de ansiedad la recorrió desde la punta de los pies hasta la cabeza, aun antes de verle la cara. Desconcertada trato de hacerse más pequeña, observando cada uno de sus movimientos con cautela.
—Amor mío, despertaste — George se acercó un poco más ella, los demás los veían de forma expectante esperando a ver que sucedía —...estuviste dos días inconsciente.
Lys lo miro fijamente, llena de pánico, preguntándose cual de todas las personas ahí estarían más loca, el hombre frente a ella no parecía estar ebrio, al contrario, su forma de hablar y la mirada que le daba revelaba que gozaba de un perfecto uso de sus facultades.
¿Entonces por qué le decía amor y le hablaba como si la conociera?
—¿Lys, estas bien? — tomo delicadamente su mano.
La rubia lo veía a la cara. George vio como los ojos de color verde esmeralda lo reconocían, y la conexión que sintieron desde que se conocieron, refuljo con fuerza, calentándole el corazón.
Todos esos días. Todas esas horas...
—Lyssie — susurro.
Los ojos de la mujer se oscurecieron. El reconocimiento desapareció para ser remplazado de inmediato por la confusión y....miedo.
Antes de que pudiera impedírselo, Lys se soltó de su agarre y trato de alejarse.
—No — Lys puso los brazos frente a ella como protegiéndose — ¿Quién eres tú?
El dolor lo consumió, intento volver a tomar su mano, pero Lyssandre no lo permitió, ambos intercambiaron una mirada y el rubio mayor negó con la cabeza con un gesto de sufrimiento.
—Es como si hubiera perdido algunos recuerdos, George — Lyssandre parecía a punto de llorar.
¿Ella no recordaba? No podía ser cierto, él estaba mintiendo, tal vez era una mala broma de Fred en la que Lys se unió para vengarse por ser un hijo de puta con ella durante varios días.
—Lyssane, soy yo — trato de explicar desesperado —, soy George, sé que he sido una horrible persona, pero en serio, lo siento, Lyssie...
Lys lo veía con miedo, como si temiera que se acercara a ella.
George tuvo la sensación de que el corazón salía de su pecho y caía de forma lenta hasta el suelo bajo sus pies, para hacerse trisas.
—No sé quién eres, no te conozco.
El nudo que tenía en el pecho creció.
¿Era posible que enserio no lo recordara? ¿O solo estaba fingiendo?
Quería creer que se trataba de la segunda opción, que en cualquier momento ella comenzaría a reír para besarlo.
Vio como Lys hacia aparecer un escudo invisible, vio como sus ojos se oscurecían, como si estuviera viendo un desconocido.
Como si la conexión que siempre habían tenido nunca hubiera existido.
—Lys — trato de explicar —, soy George Weasley, tú y yo...estábamos ¿juntos? — no sabía cómo llamarle a lo que tenían —...nos queremos Lys, tú estás enamorada de mi como yo lo estoy de ti, preciosa.
—¿Juntos? Pero si yo estoy a punto de casarme.
A George le daba vueltas la cabeza y el corazón le atronaba los oídos, sentía como hasta el aire le hacía falta. Todos lo demás no sabían que decir.
—¿Casarte?
—Si — respondió segura —, con mi novio, Cormac — observo a Lyssandre —. Tú lo conoces, una vez te peleaste con él, pero no recuerdo el porqué.
Sintió como la bilis le subía por la garganta. La habitación le cayó encima tal como sucedió el día que se enteró que Katie ataco a Lys.
No conseguía respirar, sentía que pronto se desmayaría.
—Pettit-Soleil—hablo Lyssandre —...tú y Cormac ya no esta...
Como si la tensión no fuera ya suficiente, la puerta se abrió de golpe dejando que McLaggen hiciera acto de presencia.
—¿Amor? — los ojos de Lys se iluminaron al ver al rubio acercarse y una dulce sonrisa, como las que antes le dirigía a George, adorno su rostro.
—Perdón por tardar, dulzura, me topé con tu padre y nos quedamos hablando, en un momento vendrá — se acercó rápidamente a ella para dejar un beso sobre los labios de Lys.
Lyssandre y Louis parecían a punto de saltar sobre él.
Cerro los ojos y contuvo las lágrimas. De todas las posibilidades que habia imaginado a lo largo de las horas, esa no se le paso por la cabeza.
Que Lys no lo recordara y estuviera con Cormac.
Y que habia dicho que se casaría con McLaggen.
Lys no lo conocía, no lo abrazo o beso, solo se quedó allí plantada, mirándolo como si se tratara de cualquier persona y le...temiera.
La mirada verde de Lys y la avellana de George se volvieron a cruzar. Cuando sus ojos se encontraron, George por fin comprendió lo que no veía en su mirada: reconocimiento y amor. Solo habia vacío y desconfianza.
—¡Papá! — chillo Lys emocionada al ver a Pierre Delacour entrar a la habitación.
—Hola, cielo.
El mayor le lanzo una mirada de satisfacción y de forma rápida se acercó a Lys para dejar un beso sobre la frente.
—¡¿Qué le hicieron a nuestra hermana?!
Gruñeron los varones Delacour en contra de su padre, Fred tuvo que tomar al menor que parecía más que dispuesto a golpear a Pierre, mientras Cormac veía todo con una sonrisa de autosuficiencia.
Para el pelirrojo menor todo pasaba en cámara lenta, tenía el corazón completamente roto, era como si una parte de él estuviera muerta.
La habia perdido.
Habia perdido a Lyssane Delacour y era solo su culpa.
Por primera vez amo alguien y era correspondido, para que todo se fuera a la mierda por su pasado.
Odiaba a Katie, odiaba a Cormac, odiaba a Pierre, pero sobre todo se odiaba así mismo.
¿Alguna vez podría ser plenamente feliz?
—Te lo dije ¿no? Lys es una mujer que no sabe tomar decisiones y tuve que tomar ciertas medidas para que ella haga lo correcto— Pierre al parecer habia logrado zafarse de sus hijos, los cuales discutían con Cormac y Lys, estaba a su lado con un gesto arrogante, su rostro reflejaba el gozo que sentía por la situación en la que estaban—, George Weasley, los finales felices no existen para nadie y tú no ibas a ser la excepción.
Esas palabras resonaron en su cabeza, el mayor tenía razón, alguien como George Weasley no merecía ser feliz, todas sus decisiones lo habían llevado hasta ese punto.
Porque su vida no era una historia de amor con un final cliché en el que él se quedaba con la chica bonita y tenían una familia feliz
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¿Fin?
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