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Querida, querida muñeca

ADVERTENCIA: este capítulo no es apto para personas sensibles. Lean bajo su propio riesgo

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— dos y dos son cuatro y cuatro y dos son seis... — la pequeña niña de cabellera castaña brincó de un lado al otro por aquel avión que había dibujado y había rellenado con los números del uno al diez. Su pequeña muñeca de trapo cuyo cabello lacio rozaba levemente por sobre la manga del vestido de la castaña, se movieron torpemente debido a los leves saltos que daba la ojiverde — seis y dos son ocho y ocho dieciséis...

Flexionó sus rodillas y tomó la piedra que anteriormente había lanzado y había aterrizado en el número siete. Se levantó y volvió a saltar hasta completar su recorrido

— brinca la tablita yo ya la brinqué — se posicionó para volver a lanzar la piedra. Agarro fuerte a su pequeña muñeca y volvió a cantar — brincala de nuevo, yo ya me cansé...

El crujir de una rama llamó su atención. Giró su cabeza y alzó la mirada hacia los ojos que la veían con fascinación

— linda muñeca, tengo una hija y me gustaría comprarle una igual

— está me la regaló mi mami — sonrió con inocencia — pero... Te la puedo dar — le extendió la muñeca de cabellos castaños y ojos verdes

— eres una niña muy gentil — tomó la muñeca entre sus manos y acaricio con suavidad su lacio cabello — esta muñeca se parece a ti, ¿Estás segura de querer darme la?

— ¡si! — mencionó entusiasmada — yo ya fui feliz y quiero que alguien más sea feliz con mi muñeca

— ¿y cuál es el nombre de la muñeca?

— Helena

— ¿así le pusiste tu?

La pequeña negó

— cuando mamá me la dió, así venia en la etiqueta

— helena... — susurró — ¿Y cuál es tu nombre?

Los pequeños ojos brillantes de la castaña de cabellera lacia miraron con ternura al extraño que estaba frente a ella. De sus labios se formó una inocente sonrisa y se acercó más a él

— jennette

— Zenith

La pequeña no entendía, pero aún así, le sonrió

La figura frente a ella tomó la mano de la pequeña y tapo su boca para evitar que gritará

— así te llamaras — susurró.

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El cielo fue cubierto por una gran pincelada de oscuridad que era iluminada por los tenues rayos que desprendía la luna en compañía de las estrellas.

Athanasia se encontraba cerca de la ventana de su cuarto mirando con tristeza hacia afuera.

Su azulada mirada recorrió la banqueta dónde un avión y una muñeca se encontraban en el frío suelo, y a su alrededor, tres policías en compañía de sus tíos

— Atthy, querida

— ¿y jennette, mamá? — volteó hacia su progenitora y corrió hacia ella intentando retener sus lágrimas — hoy íbamos a jugar a la fiesta de té

— encontrarán a jennette, la encontrarán

La mayor abrazo a la pequeña de ojos azules y peinó sus ondulados cabellos dorados. Ella está igual o peor al enterarse que su sobrina había desaparecido sin dejar rastro alguno de su secuestrador.

— te traje un regalo — susurró levemente mientras se separaba un poco de ella y buscaba en el interior de su bolsa — ¿a Atthy le gustan las muñecas, verdad?

La nombrada asintio

— papá y yo fuimos a la jugueteria mientras tú estabas en la escuela — de su bolsa sacó una muñeca de trapo cuyos cabellos eran castaños y cuya mirada era verdosa — estás muñecas están de moda, así que papá pensó que sería un buen regalo para nuestro angelito — las yemas de sus dedos se deslizaron por el sonrojado cachete de su niña, limpiando sutilmente el leve rastro de agua que habían dejado sus lágrimas — se llama Zenith

Athanasia sonrió al tener el juguete entre sus manos y la abrazo mientras soltaba una que otra risilla

— me gusta... — sus pequeños dedos se dirigieron a acariciar el lacio cabello que poseía aquella muñeca, pero la repentina figura masculina recargada en el marco de la puerta, llamó su atención — mamá, hay un hombre azul en la puerta

La nombrada volteó hacia el intruso cuyo cabello azabache y ojos rojizos se encontraban en completa calma tras su repentino nombramiento

— ¿se le ofrece algo?

— me gustaría interrogar a la pequeña

— ella no estuvo cuando secuestraron a mi sobrina — agarro la mano de su hija y la apegó más a ella — ¿Por qué necesita interrogar la?

— diana... — Claude se hizo presente junto a su hermano quien trataba de consolar a su esposa. — no tomara mucho tiempo

La de mirada violeta soltó un suspiro y empujó a su pequeña

— ve

La ojiazul tímidamente tomó la mano del pelinegro quien la veía con tristeza. El más que nadie sabe lo que se siente perder a alguien importante y es por eso que ha estado trabajando en la brigada anti- secuestros. Desde su llegada a dicha área, el robo de niños ha disminuido un 20%, pero aún así es muy poco a comparación de la cantidad real de los niños que son arrebatados de sus familia y cuyos cuerpos encuentran cercas del lago.

Miró de reojo a la pequeña, percatandose de la muñeca que estaba abrazando

— linda muñeca

— mi mami me la dió

— ¿Cuál es su nombre?

— Zenith — sonrió

— es un nombre bastante lindo

Bajaron las escaleras y llegaron al comedor. Él agente a cargo del caso le mostró la muñeca que anteriormente le había pertenecido a su prima

— ¿reconoces esto?

— es su muñeca... — sus ojos enrojecieron y al instante, pequeños cuerpos de agua descendieron por su mejilla — le gustaba mucho Helena...

Con sus pequeñas manitas talló sus azulados ojos en un intento desesperado por retener sus lágrimas.

El pelinegro frente a ella sacó una foto y se la mostró— ¿lo reconoces?

— Isekiel... — susurró

— ¿Cuando fue la última vez que lo viste?

— hace tres días

Su mirada rojiza se dirigió a un pequeño trozo de papel y apuntó todo lo que la pequeña le decía

— según tus tíos... Él estaba obsesionado con su hija — no tenía porque decirle eso a una niña, pero tenía que saberlo y decirle todo lo que conocía de él si quería encontrar a su prima — tuvieron una discusión porque...

— jennette se negó a ir a su casa a jugar

El detective asintio

— no puedo decirte esto... Pero lo haré — se quitó su sombrero y se arrodilló frente a ella — lo más seguro es que tu prima ya esté muerta. Su secuestrador es el mismo que ha dejado los cuerpos degollados cerca del lago

Athanasia soltó un sollozo, abrazo ambas muñecas y negó con la cabeza

— no... ¡No!...  E-ella, ¡ella está viva!

— niña — su mano se dirigió a su dorado cabello. Tomó un mechón y lo acaricio lentamente — entiende que no puedo darle falsas esperanzas a nadie, así que ten en mente que tu prima ha muerto y lo único que buscamos es su cuerpo

— n-no, ¡no!

La miró por unos diez largos segundos y soltó un suspiro

— Lucas... Lucas shwich — le extendió la mano y señaló la muñeca que anteriormente le pertenecía a su prima. Athanasia entendió al instante y se la entrego — sabes mi nombre, así que deja de llorar

— qu-quiero, ¡quiero a jennette! — volvió a llorar más fuerte que antes — ¿La encontrarás?

— haré lo posible

Caminó hacia la salida, se despidió de la familia y partió rumbo a su despacho.

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"Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho dieciséis

Tengo una muñeca vestida de azul, con su camisita y su canesú

— a Helena le gusta tomar largos paseos por la tarde y espera enamorarse de un chico alto y guapo

— ¿Cómo lo sabes?

— porque helena me lo dijo

Sonrió y miró su prima — ¿y yo? — la pequeña de mirada azulada se señaló a si misma y esperó a que su prima le respondiera

Jennette sonrió y bajo la mirada mientras tomaba la otra muñeca de mechones rojizos y las ponía frente a Athanasia

Atthy sueña con ser la mejor amiga de la señorita lirio y la señorita Helena — movió ambas muñecas hacia el suelo y las sentó frente a su prima — mi nombre es helena y quiero ser la mejor amiga de Atthy

— ¡Atthy quiere ser la mejor amiga de jennette!

La mensionada alzó su mirada y le dedicó una bella y simple sonrisa

Atthy y yo ya éramos mejores amigas

..

— gracias — diana suspiró con pesadez y se recargo contra la pared — yo les aviso... Muchas gracias

— ¿mami quien era?

Los labios de la mayor titubearon en cuanto su mirada dió con los azulados ojos de su pequeña niña. ¿Cómo puede decirle que un maldito enfermo le quitó la vida a su prima?

— encontraron a jennette — ambas voltearon hacia aquella tercera voz que hacía acto de presencia en el comedor de la casa perteneciente a Claude. Penélope suspiró con pequeñas pausas y trato de limpiar sus lágrimas

— ¡¿jennette?! — se acercó feliz a su tía — ¡Le mostraré mi nueva muñeca! ¡Tia, la muñeca que me dió mami se llama Zenith! ¡Helena y zenith serán muy buenas amigas, así como jennette y yo lo somos!

— ¡está muerta! — no pudo más y se soltó a llorar. Su corazón, que bombeaba sangre con tanto fulgor, ahora parecía querer detenerse ante aquella lamentable verdad.

Su hija, su querida niña de ojos color verde olivo y cabello castaño parecido a la paja, había sido encontrada a las cercanías de un río sin vida. Su angelical y tierno rostro estaba desfigurado y su largo y lacio cabello había sido arrancado con ferocidad, dejando grandes manchas de sangre por todo su cuero cabelludo. Según los oficiales, el cuerpo de la pequeña llevaba ya una semana sin vida.

Aquella sonrisa que adornaba sus recuerdos con alegría e inocencia, había sido reemplazada por una triste faceta dónde el llanto y la desesperación eran los principales matices que adornaban sus pupilas ya opacas, la última reacción que tuvo la pequeña ante aquella trágica situación fue terror e incertidumbre por regresar con sus padres y poder abrazarlos como lo hacía antes.

Penélope no pudo evitar abrazar el cuerpo ya inerte de su pequeño pedazo de cielo y de igual forma, tampoco pudo evitar que las palabras "tranquila, te encontramos" salieran de sus labios en forma de suspiró ante el asfixiante dolor que sentía

Tuvo que hacerse a la idea de ya no volver a escuchar su alegre voz resonar contra las paredes de su casa mientras repite una y otra vez la palabra "mamá". Ya no habrá más abrazos o besos por la mañana que le recuerden que tiene una bella hija a la que adora con todo su ser, no... Ella se fue y no puede hacer nada al respecto.

— Atthy, tu tía y yo necesitamos estar a solas — Diana se agachó hasta quedar a la altura de su pequeña hija y le sonrió dulcemente cuando por dentro sentía un gran nudo en su garganta. — ¿Puedes hacerme ese favor?

— Zenith dice que quiere abrazar a la tía — mostró su muñeca — ¿Puede?

— Atthy, cariño tu tía necesita un tiempo a solas

— pero...

— por favor — su mirada suplicante se centro en la mirada inocente que desprendía Athanasia, quien parecía ser ajena al dolor que embriagó la habitación

Athanasia apegó el rostro de su muñeca a su oído, cerró sus ojos y asintió en silencio

— Zenith dice que lamenta ser una mala hija — sus firmes ojos se clavaron en la mirada violeta de su madre, quien no lograba entender lo que su pequeña trataba de decir — también me dijo que quiere darle un último abrazo a la tía, antes de partir al cielo

— déjala... — susurró Penélope, creyendo que era un inocente juego de palabras que coincidían con su terrible realidad. Alzó su verdosa mirada y abrió sus brazos hacia la pequeña de cabello rubio quien al instante corrió hacia ella y le dió un fuerte abrazo mientras ponía de intermedio a su muñeca. Aquel hermoso lazo duro muy pocos segundos después de que un ligero susurró llegará al oído de la castaña y le hiciera temblar del dolor

Te quiero mamá.

La mayor apartó a su sobrina y la miró a los ojos. Pudo escuchar claramente la delicada voz que tanto caracterizaba a su hija, ir hacia ella en forma de un tenue susurró que pudo aliviar un poco su triste corazón

Tal vez se está volviendo loca y empieza a imaginar cosas sin sentido alguno.

— gracias Atthy...

La nombrada miró fijamente a su tía y con sus pequeñas manitas empezó a limpiar el rastro de lágrimas que sus rojizas mejillas tenían como adorno

— ella es Zenith — le mostró su muñeca — mi muñeca

Penélope la tomó en brazos y empezó a acariciar su castaño cabello

[Dile a mi mami que lo siento]

Dice que lo lamenta

— ¿Que cosa? — exclamó Penélope entre suspiros

Los finos labios de Athanasia se cerraron por un delgado hilo de tiempo, luego, de sus bellos ojos empezaron a brotar pequeñas lágrimas que se deslizaban de sus mejillas a la comisura de sus labios.

— ...lamenta haber muerto

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[—Helena me habló de como era antes

— ¿Que te dijo?

— que extraña a sus papás]

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El ataúd de color blanco bajaba lentamente en dirección a la tierra, donde sería enterrado tres metros bajo el suelo.

Los múltiples espectadores se acercaron a dejarle una pequeña margarita, cuyo significado puro e inocente solía relacionarse muy bien con aquella niña de mirada alegre que hace dos semanas perdió la vida

Sus padres se encontraban sentados y tomados de las manos mientras lloraban en silencio. Athanasius no pudo evitar abrazar a su mujer al sentir una pequeña corriente fría recorrer su cuerpo de la cabeza a los pies, luego miró fijamente como la caja blanca descendió poco a poco y a su mente llegó aquel día donde la recibió en sus brazos mientras ella lloraba al recibir por primera vez la suave corriente de aire que rozaba levemente su pequeño cuerpo, indicándole que por fin había nacido y estaba en brazos de su padre.

Sus labios se curvearon en una triste faceta la cual estuvo acompañada de ligeras lágrimas que descendían en silencio mientras intentaba torpemente ocultar sus fuertes sollozos. La manzana de Adán del rubio bajó y subió con brusquedad al no poder seguir ocultando sus fuertes deseos de gritar

— ugh... — mordió su lengua y limpio sus lágrimas, pero el repentino recuerdo de su pequeña rodear su dedo índice mientras lo guiaba a jugar con ella, fue el detonante para que se soltará a llorar todo lo que había callado desde que encontraron su pequeño cuerpo sin vida — ¡perdón! — gritó y cayó de rodillas mientras sus uñas se enterraban en la levemente mojada tierra — ¡perdóname! — sus lágrimas poco a poco crearon un pequeño charco debajo de su rostro que se negaba a mirar al cielo

Claude miraba a la distancia el lamentable actuar de su hermano. No sé inmutó a detenerlo, porque sabía que necesitaba desahogarse

— papá — la pequeña mano de Athanasia jaló el saco negro que llevaba su padre — ¿puedo ir con mi tía?

La mirada azulada viajó de su hija a su cuñada, quien seguía sentada sollozando en silencio

— ve

Athanasia corrió hacia la castaña y la abrazo fuertemente

— gracias Atthy... — sus delicadas y finas manos viajaron por el contorno del rostro de su sobrina, quien se mantenía apegada a su cuerpo — ...gracias

No muy a lo lejos se encontraba un chico de cabellos azabaches y mirada rojiza quien observaba todo en silencio

«tan molesto» pensó mientras veía como poco a poco cubrían con tierra el lugar donde la pequeña había sido enterrada.

— ¡¿Que haces aquí?! — exclamó con indignación Diana — ¡¿No te bastó con matar a mi sobrina y todavía tienes el descaro de presentarse en su funeral?!

— no entiendo lo que está diciendo — la mirada dorada observaba con cierta duda el raro actuar de la madre de Athanasia — me está inculpado sin tener pruebas — levemente sonrió

— ¡lárgate! — Athanasius caminó hacia el con sus manos en forma de puños, pero fue detenido por Claude y Lucas quienes se pusieron al frente intentando evitar una pelea

Isekiel soltó una pequeña risa burlona mientras sus lágrimas caían poco a poco

— yo no la maté — sonrió — aunque me hubiera gustado jugar un poco más con ella

Penélope abrazó fuertemente a su sobrina y se fue de aquel lugar junto con ella. No deseaba escuchar la forma en como torturó a su pequeña hasta la muerte

— ... — Lucas observo en silencio todo, mientras que la pequeña grabadora de su bolsillo derecho empezaba a registrar cada una de las palabras de aquel peliblanco

Según su ardua investigación, todas las pruebas apuntaban a Isekiel Alfierce como el asesino de la pequeña Jennette, pero necesitaban un último dato para poder ponerlo tras las rejas de por vida.

El de mirada dorada vió a lo lejos como la madre de la pequeña castaña se iba sin mirar atrás.sus labios se curvearon en una triste sonrisa, luego limpio sus lágrimas e intento caminar al ataúd con una rosa blanca en su mano derecha

— yo no la maté — volvió a repetir, intentando con insistencia poder pasar hasta donde se encuentra su lápida — yo no la maté — sus lágrimas bajaron hasta su mentón y se detuvieron por breves segundos antes de ser empujadas por el fuerte viento que llegó a él repentinamente

— ¡lárgate!

— ¡yo no la maté!

— déjenlo hablar — susurró Lucas

— solo... — sus manos viajaron hacia sus labios, dónde los cubrió con fuerza para evitar soltar una risa burlona — ... Solo abusé de ella

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su sangre era tan espesa que logró manchar cada una de mis blancas prendas — El Alfierce suspiró aliviado y prosiguió con su declaración sin importarle los múltiples moretones que se encontraban en su cuerpo por parte del padre de jennette — su cabello era tan lacio y hermoso que lo quise tener solo para mí

— ¿Que hiciste con el cuerpo?

— ¿su cuerpo? — subió sus pies a la mesa y recargo su barbilla en su mano derecha — la marque para que solamente fuera mia, ¿Quieres saber cómo? Con una daga le quite un poco de su piel...

— silencio

— escribí mis iniciales con la punta del cuchillo, y luego...

— ¡silencio! — Lucas golpeó la mesa, apagó la grabadora y salió con prisa de aquel lugar — estar toda la vida encerrado será más que suficiente, porque la ley ya no aprueba matar a los prisioneros de tu asqueroso nivel de maldad

— ¿y sabes que? — su mirada dorada vago entre las cuatro paredes que lo mantenían encerrado — disfrute ver cómo lloraba

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La familia De Alger Obelia luchó en la corte porque el juez aceptará ejecutar al maldito que mató a miles de niños, arrebatandoles la vida y su bella sonrisa para solo dejar marcas de dolor, sufrimiento y terror tras ya no poder ver la luz del día.

Fue el oficial Shwich quien se hizo cargo de dar el caso por finalizado, garantizando la seguridad de los niños y la estabilidad emocional de los padres, pero tal parece que no todo terminó ahí

— maldita sea — susurró mientras lavaba sus manos cubiertas de sangre

— ¿Lucas, estás ahí?

— ¿que quieres top?

El mencionado entró al despacho del azabache y dejó una carpeta sobre su escritorio

— tienes que ver esto — vio como el de mirada rojiza se acercaba a él y alzaba una de sus cejas en señal de no entender la orden que les habían mandado — padece de esquizofrenia y trastorno bipolar 

— no lo dudo — sus ojos se quedaron clavados en el diagnóstico de Isekiel, para después recorrer el documento hasta llegar al nombre del hospital psiquiátrico más cercano a su unidad — hay que trasladarlo bajo una orden de arresto, así no podrán sacarlo tan fácilmente

— lo que digas — de su bolsillo sacó una caja de cigarros, tomó uno y le ofreció a su superior, quien acepto al instante — y otra cosa

— ¿Qué? — tomó su chaqueta negra, la puso en su hombro y prendió su cigarrillo para después liberar el primer sorbo de humo blanco que había pasado por cada rincón de su cavidad bucal

— ¿la reconoces? — por la mesa de madera deslizó una foto de una niña rubia de ojos azules — desapareció hace tres días

El pelinegro solo chasqueo la lengua

— tomaré el caso — agitó con la yema de sus dedos su cigarrillo hasta ver las colillas ya consumidas sobre el cenicero que estaba a la izquierda de su mesa — asegúrate de dejar todos los documentos sobre mi escritorio mañana por la mañana — caminó hacia la salida, tomó su maletín y giró hacia su subordinado — y asegúrate de que mi café no llegué frío como hoy

— lo que usted diga

Lucas asintio en silencio y avanzo hasta llegar a su carro, se subió y puso en el estéreo la estación con la terminación 99.76 dónde se empezó a transmitir su banda de música favorita

Sus manos al volante y su vista en la carretera era una de las muchas cosas que le gustaban hacer... Claro, esa y otra pequeña cosa más.

Al llegar a su hogar, se apresuró a entrar al sótano donde la luz tenue apenas podía iluminar una de las cuatro paredes a su alrededor.

Se acercó a la mesa y con la yema de sus dedos recorrió delicadamente el cabello dorado que se encontraba con leves charcos de sangre a su alrededor.

Sonrió.

— al fin llegue princesa — susurró y tomó la muñeca rubia con ojos azules entre sus manos — ¿Cuál era tu nombre? ¿Athanasia? — sus pies se dirigieron hacia un sillón que tenía en el fondo de dicha habitación, se sentó y optó por sacar otro cigarrillo de la bolsa derecha de su pantalón — tus padres te están buscando, ¿debería dejar tu cuerpo en el mismo lugar que el de tu prima?

El color rojo de sus ojos brilló con intensidad después de ver el cuerpo de la pequeña niña recostado a su lado derecho.

Apegó a la muñeca a su pecho y empezó a cantar la curiosa canción que la niña de cabellos castaños cantaba mientras el la observaba a la lejanía

Dos y dos son cuatro y cuatro y dos son seis... Seis y dos son ocho

y ocho dieciséis — dejó el cigarro en el cenicero y empezó a cerrar sus ojos con la muñeca entre sus manos.

Está vez haría las cosas bien
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Hola!!!! Cuánto tiempo jajajaja espero haya Sido de su agrado este capítulo, que como ya lo había comentado anteriormente, tenía ganas de hacer una historia medio tétrica XD

Y si, como pueden ver, Lucas siempre fue el asesino.

La verdad es un milagro que la haya podido acabar tal y como quería ya que tuve dudas acerca del capitulo y el rumbo que tomaría, pero afortunadamente llegó al final que siempre había planeado

Realmente me gustaría saber su opinión acerca de este tipo de temática y si les gustaría alguna otra. Claro que el villano o pareja seria incierta como en esta ocasión

Sin más que decir, nos vemos!!!!

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