Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

003

— Tampoco ha sido para tanto—soltó Logan alzando el pecho y la barbilla. Mis amigos y yo nos miramos antes de estallar en carcajadas.

— ¿Tenemos que recordar los gritos tan agudos que has soltado durante toda la película?Además de que la señora de atrás me pidió que si mi novia estaba asustada la sacase de la sala—se burló Luca.

— Se refería a Cobain—gruñó mi amigo, ya con el pecho abajo y la cabeza mirando el suelo.

— A mi no me acuses, niñato—le reñí, negué con la cabeza mientras mi pelo bailaba a los lados de mi cara—. Yo no he soltado ni una palabra en toda la película.

— Auch, aún me duele el brazo después de tener tus uñas clavadas en mi antebrazo durante casi 2 horas—Jordan mostraba sus heridas de guerra, unas uñas dibujadas con sangre sobre su piel.

— Fue su culpa, yo les dije que películas de miedo no.

Le dimos todos un golpe en la cabeza, negándolo— No me seas crio—murmuré yo.

Caminamos hacia el coche de Logan, un Mercedes negro de última generación. Me sorprendió gratamente el hecho de que no se lo hubieran robado, al fin y al cabo, este no era el barrio más seguro de la ciudad. Pero si el mejor en cuanto a la hostelería; los cines y restaurantes eran los mejores de todo el estado— Ahora estoy dudando de si dejarlos aquí tirados—se hizo el interesante, llevándose el dedo a la barbilla.

— Eso sería maltrato animal—le recordó Luca mirando a Jordan el cual se mantenía ajeno a la conversación, observando a un grupo de chicas caminar hacia el centro comercial.

Reí por lo bajo y empujé con el hombro a Logan para que abriera el coche— ¡Me pido el asiento de copiloto!—gritó el animal de mi amigo empujandonos a todos para llegar a su puerta.

— No se puede ser más niño—rodó los ojos Luca, acercándose a la puerta trasera y ofreciéndome pasar. Lo hice con una sonrisa en los labios, debía admitir que siempre aparecían mariposas en mi estómago cuando él se mostraba tan caballeroso, pero era simplemente eso, mariposas que luego ahogaba con alcohol ácido—. Oye, querido amigo—comenzó el chico a mi lado, refiriéndose al conductor—. ¿Cuando me dejarás conducir esta monada?

— Cuando Cobain tenga novio—rió entre dientes, haciendo ese comentario mientras chocaba puños con el chico a su lado—. Osea nunca.

Me crucé de brazos y le saqué el dedo del medio— ¿Porque siempre se meten conmigo?

— Porque eliges películas de miedo—recrimina Logan con una sonrisa

—Serás desgraciado—le espeté, dando una patada al asiento delantero, haciendo perder un poco el control del coche, el cual hizo una pequeña "S" en la carretera.

— ¡Casi nos matas, neo-nazi!—gritaron los tres al unisón. Luca parecía haberse cagado en los pantalones y Logan volvía a mostrarse igual de asustado como en la película.

— No sean críos—les saqué la lengua mientras me acomodaba de nuevo en mi asiento.

Pasaron unos minutos de silencio, cada uno mirando por la ventana de su lugar, menos Logan que estaba con los ojos puestos en la carretera. Creo que evitaba más un accidente por su coche que por lo que nos pasara a nosotros— ¿Te dejo en casa Cobain?—preguntó, mirándome por el retrovisor. Asentí sin decir nada, estaba un poco molesta con ellos, pero se me pasaría pronto. Siempre lo hacía.

Mi mente viajó instintivamente a Cara, mi compañera de piso debía estar maldiciéndome a mí y a las 3 generaciones antes de mi. Me había puesto a la defensiva al instante, había sido un acto reflejo ante su inesperado ataque hacia alguien que amaba. Con Pola no tenía mucha confianza, nunca la había habido, pero era mi amiga y la quería. El comentario hiriente de Cara había sido completamente desafortunado y debía hablar con ella— ¿Piensas en maneras de asesinar a nuestro chófer?—preguntó Luca señalando con un dedo al nombrado y sacándome de mis pensamientos.

— Tal vez—una sonrisa genuina se dibujó en mis labios, mirando a Logan.

— Si me matáis no tendréis quien os lleve.

— Jordan se sacara el carné—respondí sonriendo a mi amigo.

— Si queréis matarnos es un buen plan—rió Logan, ganándose un puñetazo por parte de su copiloto.

— Seguro que conduzco mucho mejor que tú.

— Eso no lo tengo tan claro—después de eso comenzó una discusión entre ambos acerca de quién sería mejor conductor. Así eran las cosas, había peleas entre nosotros, piques inocentes que acababan en un enfado mayor. Pero siempre volvíamos, era así, siempre lo había sido. Como decía Laura, "Somos como una relación tóxica entre el chico malo y la virgen inocente. Nos peleamos, decimos cosas hirientes que deseamos no haber dicho y seguimos adelante"

— Como sea—rodó los ojos el chico frente a mi—. Ya estamos aquí señorita.

Parpadee dos veces antes de mirar el gran edificio en el que habíamos aparcado, era viejo y parecía abandonado. Suspiré agarrando mi bolso y acercándome hacia Logan y Jordan, les dí un beso en la mejilla a ambos— ¿No puedo subir a ver a Cara?—preguntó Jordan, con aquellos ojos de cachorrito que tanto utilizaba y poco le servía.

Desde que me mudé a ese apartamento, Jordan siempre se había fijado en Cara. No le culpaba, ella era alta, delgada y con el pelo rizado perfectamente. Su piel morena brillaba a la luz del sol y tenía unos ojos verdes esmeralda que la hacían destacar sobre todos los demás. Será por eso que era modelo y actriz a tiempo completo; una de las revistas más famosas de la ciudad la llamó el futuro de la industria, tanto en actuación como en el modelaje.

Ellie también tenía un espacio guardado en esta ciudad, siendo escritora y periodista en uno de los mejores periódicos del país la habían llevado a la fama en pocos meses. Algunos de sus compañeros la habían descrito como una joven con un comienzo impactante y un futuro rompedor, además de dejar claro que ella no se dejó afectar por la fama tan repentina que había estado recibiendo. Así era ella, una chica sincera y calurosa, siempre le regalaba una sonrisa a todos los que la rodeaban, conocidos o desconocidos. Su cabello rojizo me había dejado babeando la primera vez que la vi, y seguía haciéndolo ahora. Los ojos de distinto color, uno miel y otro azul, la habían hecho protagonista de muchas miradas, algo que recibía encantada.

Yo era la única de mis compañeras con una vida pésima, antes con un trabajo a jornada completa en un hospital de desagradecidos que por más que lo intentaba no podía ascender pues era una chica. Siempre me había sentido juzgada por el hecho de ser lo que era, una chica tan ordinaria que daba pena. Mi pelo no destacaba en lo absoluto, mis ojos eran los más comunes que jamás hayan existido, mi piel era horrible y llena de imperfecciones y para nada tenía una figura deseable o sensual.

— No creo que sea buena idea—le sonreír triste—. Nos peleamos y ya sabes lo que eso significa.

— Guerra en la que mejor no meterse porque acabaría con todas mis extremidades a ambos lados de la carretera—enumeró mirando al frente finalizando con un asentimiento de cabeza—. Entendido comandante.

Reí por la nariz volviendo a incorporarme y dirigiéndome al chico rubio que me miraba— Ahora que has vuelto a tocar—

— No lo digas, por favor—le susurré—. No seas como todos a mi alrededor. No quiero, no puedo. Eres el único anormal en mi vida que me puede mantener cuerda.

— ¡Oye!—gritaron los tres—. Nosotros somos completamente anormales—se señalaron Jordan y Logan.

— No sé si tomarme eso como un insulto o como un cumplido—rió mi mejor amigo, abrió sus brazos y me dejó entrar. Me acurruque en su pecho y cerré los ojos—. Ya sabes que lo que te digo lo digo porque estoy completamente seguro de que lograrás lo que te propongas.

Suspiré contra su ropa, el olor que expandía era tan familiar, canela tostada con una pizca de tabaco. Tenía ese aura que atraía a todas las chicas habidas y por haber, un aura de chico inocente— Pero tengo miedo—sonó más como un susurro que como algo que debía decir más alto. Había luchado por contenerlo, pero el tenerlo tan cerca apoyándome, era lo último que necesitaba para derrumbarme.

— Ya lo sé, girasol—sonreí con la tela de su camisa apoyada sobre mi mejilla—. Pero no debes dejar que ese miedo te controle, has vivido en tus propias carnes lo que es perder por algo tan estúpido como el miedo. Tienes una pasión, talento es lo que corre por tus venas, la guitarra es tu transporte y tu voz el billete hacia donde quieras. Será difícil pero siempre tendrás a todos estos idiotas apoyándote—vi con el rabillo del ojo los asentimientos por parte de los chicos y no pude evitar dejar caer una lágrima—. Siempre me tendrás.

[...]

Después de aquella charla con mis amigos, me sentía más liberada, ligera. Aún recordaba el abrazo apretados en el coche, cada uno como podía. Había olvidado lo que se sentía al pasar un día con ellos, el no tener que estar trabajando todo el tiempo.

Me sentía mal, tanto conmigo misma como con todos mis amigos, siempre había pensado que hacía lo correcto, trabajando hasta matarme y ganando todo el dinero posible. Fue una vía de escape cuando pasó, fue mi refugio junto con el alcohol. Pero había dejado apartado en un rincón oscuro a las únicas personas que me querían. No me guardaban rencor por ello, lo entendían y siempre me apoyaban; eso me hizo sentir aún peor.

Gire las llaves sobre la cerradura y solté el bolso a un lado, me sorprendió ver a mis compañeras de piso sentadas ambas en el sofá, con los brazos y piernas cruzadas, estaban calladas.

"Mala señal"

— ¿Qué pasa?—pregunté cautelosa. Estaba apretando inconscientemente el pomo de la puerta con tanta fuerza que mis dedos palpitaban de dolor. Ellie fue la que habló, Cara mantenía los ojos en el suelo.

— Ha llegado una carta para ti—comentó, levantándose y caminando hacía mi. Abrí la boca para pronunciar palabra, pero solo se escapó un suspiro temeroso—. Sabemos que nos dijiste que no abrieramos nada, que cualquier cosa que viniese de esa dirección la quemásemos—

— Díselo ya Ellie, no seas así—gruñó la morena desde el sofá por primera vez, lanzándome una mirada cargada de rencor y comprensión.

— Ellie—mi voz sonó más temblorosa de lo que esperaba—. Por favor.

Ella sacó una carta abierta de detrás de su espalda, tenía las manos temblando y los ojos aguosos— Lo siento tanto, ponía urgente en el papel y pensé que si lo leía jamás te enterarías. Nunca las lees y pensaba que esta sería como las de siempre pero—

— No lo es—terminé por ella, mi mirada viajó a la carta que sostenía entre sus dedos; quería moverme, pero era como si mis músculos fuesen de piedra.

— Si no quieres leerla no te obligaremos, pero creemos que deberías hacerlo—los ojos alternos de Ellie caminaban entre mi figura y la de la chica sentada en el sofá. Ambas estaban tensas.

Une merde—el fuerte acento francés de Cara nos dejó a ambas sorprendidas. Jamás hablaba su idioma a no ser que algo le carcomiera—. On ne peut pas la protéger de tout—finalizó en un suspiro. El poco francés aprendido en el instituto había sido útil, al fin y al cabo.

— Ellie ¿Qué pasa?—sabía que no iba a leer la carta, no podía. No era lo suficientemente fuerte como para poder hacerlo.

— Él ha escrito. Dice que es la última carta que escribe, que tu madre está muy enferma y espera que le puedas ayudar.

— Ella no es mi madre—gruñí apretando los puños—. Y de todas maneras ¿Porque les creería?¡¿Quién me asegura que no es otra de sus estrategias para ir a comprarse más de esa mierda?!—mis nervios estaban a flor de piel, y la cordura había desaparecido dejando que la rabia se apoderase de todas mis acciones.

"Son frecuentes los ataques de rabia, muy violentos. Esos son los efectos secundarios de dejar algo después de mucho tiempo. Pero lo que estás haciendo es muy valiente, Cobain. Eres una luchadora"

— Nadie lo puede asegurar pero parece sincero—murmuró Cara desde el rincón. Ellie le dio la razón con un movimiento rápido y constante de cabeza.

— ¡Me importa poco lo que parezca o no!¡Ustedes no conocen a ese hombre, no conocen de lo que es capaz!

Los recuerdos amargos se agolparon en mi mente, creando un colapso diminuto con el cual pude volver a presenciar el comienzo de todo.

" Aquella noche era como todas, fría y solitaria. Parecía que ni siquiera un solo alma quisiera adentrarse en aquel camino oscuro y desconocido al que yo llamaba hogar.

Un orfanato en medio del bosque no parecía el lugar idílico para criar a unos niños huérfanos. Pero era lo más barato en aquel lugar y la paga que la seguridad social les daba era lo que más les importaba a los dueños de aquella institución.

Un drogadicto y una borracha a cargo de aquel espacio era lo que inquietaba a mi pequeña yo, una niña de 12 años que había vivido toda su vida en la oscuridad.

Las constantes disputas entre ambos ya eran rutina en aquel lugar, y al ser la mayor, debía encargarme de que ninguno de los niños bajase para meterse dentro de aquellas peleas. Siempre lloraban a gritos y debía ser yo la que los calmase.

Los gritos se volvieron a escuchar aquella noche más abajo de las escaleras, pero eran gritos de socorro; gritos desesperados que suplicaban por ayuda. Hice mal en bajar aquella noche, hice mal en dejar que mi humanidad fuese más fuerte que mi supervivencia.

Las cosas se descontrolaron en aquella fatídica noche y la oscuridad que reinaba puertas para afuera fue testigo de las cosas horribles que pasaron en el salón de esa casa."

— Esto está acabando con mi paciencia—masajeé las sienes con fuerza, la cabeza me dolía como el infierno y gotas gruesas de sudor bajaban por mi frente. Caminé hacia mi habitación en busca de un mechero, lo agarré aún con los dedos temblorosos y busqué la carta que Ellie sostenía entre sus manos. Ambas me miraban con ojos tristes, pero no era su decisión—. Pueden conseguir el dinero de donde se supone que deberían hacerlo, ya tengo suficientes problemas.

Apreté el pedal del objeto, dejando que la mecha rozase gentilmente la punta de mi dedo. El ardor sobre mi piel hizo que las cosas sucediesen muy rápido, acerqué el fuego al papel y mientras ardía lo dejé en el fregadero de la cocina. Me quedé de pie viendo como el papel se convertía en cenizas.

Después de ese incidente me encaminé a mi habitación y la cerré detrás de mí. No estaba de humor para lidiar con ninguna de mis amigas. Me dejé caer sobre la cama y sostuve el ordenador sobre mi tronco, apretándose contra mi abdomen. Lo abrí y busqué una película para calmarme, me decanté por "Amor a medianoche"

Miré con asombro la valentía de la chica, tocando en una parada de tren en medio de la noche, sonriendo y segura de sí misma.

" Esto no es una película, Cobain. Estás en la vida real y aquí las cosas son grises"

La voz fría de mi conciencia retumbó en mi cabeza antes de que todo se volviera negro y descansase en los cálidos brazos de Morfeo. Cuando ya estaba completamente dormida, un mensaje se coló en mi bandeja de entrada, a la espera de ser respondido.

" Mañana, 17:00, Café Bombón. Te espero. No llegues tarde, agente ;) "

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro