
09. mentiras nocturnas
DISCOVERING FEELINGS.
act one ♱ season four !
SEMPITERNAL, NINTH CHAPTER.
ACT ONE ! 𝟬𝟬𝟵, NIGHT LIES.
Era un sábado por la mañana cuando la joven castaña estaba en basura y más en la parte de arriba acompañada por Henry, Charlotte y Jasper mientras acomodaban algunas productos o platicaban entre ellos tranquilamente, aunque en especial se encontraban perdiendo el tiempo porque no había nada mejor que hacer, no crímenes, no aventuras, no villanos, no nada. La noche del show de Boo Man Group había terminado increíblemente bien para el grupo de amigos, se habían divertido como nunca pese a que ella nunca estuvo en un show como esos.
Charlotte aseguraba que era uno de los mejores cumpleaños que había tenido. Y bueno sorprendentemente los Boo Man Group no eran tan malos como la Smith había pensado, de hecho, habían empezado a gustarle.
—Hola niños—saludo Ray saliendo de la parte de atrás. —Miren el nuevo invento que acaba de hacer Schwoz para mí—con una sonrisa mostró una pequeña pluma de color rojo, dorada, plateada y un poco de azul metálico. —Miren.
—Wow, es una pluma, ¿le hacemos una fiesta? —pregunta Hope con sarcasmo.
Charlotte se ríe y se cruza de brazos diciendo; —No creo que Schwoz haya inventado la pluma.
—¿Crees que es una pluma? —inquiere Ray. —¡Cree que es una pluma! —exclama divertido y Henry se ríe.
—Nosotros también—comenta Jasper calmando su risa.
—Si, todos creímos que era una pluma—coincide Henry volviendo a su expresión seria.
—Bueno, también resulta ser...—hace una pausa y agita la pluma. —Un depilador de nariz.
—¿¡Qué!?
Ray se encoge de hombros llevándose la pluma-depilador a la nariz.
—Bien, lo quiero para mi—dice Charlotte.
—Y también dispara pequeños dardos venenosos—cuenta Ray volviendo agitar la pluma.
—¡Increíble! —se emociona Hope.
Ray lanza el pequeño dardo hacía una plata la cual se marchita en microsegundos. Y todos se sorprenden.
—¡Si! Eso es oro—menciona Henry.
—Y puedes rehusar los dardos, así que es renovable. Bueno para el aire y todo—sus palabras se vuelven más lentas cuando mira hacia el exterior de la tienda. —Oh, no. Oh, no, está aquí. No puede ser. ¿Por qué está aquí? ¿Por qué hoy? No, no, no, no.
—¿De qué hablas? —cuestiona Hope con el ceño fruncido.
—No, no, no—sigue repitiendo Ray mientras intenta esconderse detrás de su sobrina. —Ella es Lacey mi exnovia. No, ella...—deja de hablar cuando la mujer rubia entra.
—¿¡Ray!? —se emociona la mujer.
Al verla Hope abre un poco los ojos sorprendida recordando a la mujer que estuvo viendo por un período de poco tiempo.
—Hola, Lacey—saluda sorprendido. —¿Qué...? ¿Cómo estás? ¿Qué... estás aquí.
—Ray Manchester—dice abriendo sus brazos para abrazar al adulto. —¡Ay, que emoción! Cuánto tiempo ha pasado—se aleja de Ray y mira a su costado. —¡La pequeña Hope Smith!
La mencionada sonríe algo incómoda mientras se acerca a la mujer quien la abraza y Hope siente que casi se rompe en sus brazos, al alejarse ambas, la rubia apretuja las mejillas de la joven castaña sonriendo en grande.
—Tanto tiempo, pequeñuela—murmura.
—Creo que... doce—intervine Ray. —Doce años.
—Ah, doce años, bueno... te vez exactamente igual—habla la mujer.
—Gracias.
—Solo que más viejo.
Una pequeña "o" se forma en los labios de Hope y reprime una pequeña risa regresando con sus amigos.
—Olvide que eres graciosa.
Ambos ríen un poco incómodos.
—Así que...—Henry llama la atención desde detrás del mostrador. —Ray, ¿nos vas, nos vas a presentar?
—Si, claro. Lacey, él es Henry.
—Hola, ¿cómo estás? —saluda el rubio.
—Y ella es Charlotte.
—Hola.
—Y él es alguien—señala a Jasper disimuladamente. —Y bueno, Hope—la mencionada sonríe. —Ella es Lacey Lumbar, mi exnovia.
—Un gusto conocerlos, chicos.
Los tres adolescentes respondieron con un, "igualmente" al mismo tiempo.
—¿Puedo robarme a Ray un momento? —pide Henry tomando el ante brazo de capitán man.
—Claro.
—¿Enserio?
Hope, Charlotte y Jasper se quedan platicando tranquilamente mientras Henry y Ray se alejan a una pequeña esquina donde no puedan escucharlos.
El hombre que venía con Lacey aclara su garganta.
—¡Claro! —exclama la rubia. —Ray, Hope, quiero que conozcan a mi esposo—coloca su mano en el hombro del hombre mientras ambos Manchester se acercan.
Hope abre un poco la boca sorprendida y lo único que sale de sus labios es; —Oh...
—Me llamo Reynolds, Roger Reynolds—se presentó elegantemente mientras extendía su mano.
Hope fue la primera en tomarla mientras se sentía incómoda; —Un gusto Roger.
El tipo sonrió de lado y después tomo la mano de Ray.
—Es un gusto Roger Reynolds, ¿qué eres de la guardia de la reina? —cuestiona sarcásticamente y voltea a ver a los jóvenes. —Buena.
Los cuatro niegan ligeramente.
—Ray, ¿sabías que Roger trabaja para el Servicio Secreto Británico? —presumió Lacey.
—¿Cómo podría saber?
—Cierto.
—Wow, ¿es verdad? —se metió Charlotte.
—¿Así que eres como un espía? —cuestionó Jasper.
—¿Cómo él James Bond de la vida real? —continuó Henry.
—Ah, no diría exactamente como James Bond—se detuvo un segundo. —Bueno, si.
—¡Wow!
—¡Asombroso!
—¿Escuchaste eso?
—¡Maravilloso!
Los jóvenes lo alabaron y voltearon a ver a Ray quien los mataba con la mirada así que los cuatro decidieron volver al mostrador callados y lentamente.
Hope miró nuevamente a su tío e hizo una mueca antes de volver a curiosear las cosas de la tienda para ignorar a los adultos tranquilamente.
—Oye, Roger—lo llamó Charlotte mientras se acercaban. —Queremos escuchar una historia de espía.
—Si dinos como es ser un espía—pidió Hope emocionada.
—No, no, no queremos—negó Ray en voz alta. —Es un lugar de trabajo, ¿sí? Deberíamos estar trabajando, ¿sí? Trabajando, no escuchando historias ni nada de eso.
Lacey se acercó a él.
—Ray, escucha, parece que te va muy bien—mencionó colocando su mano en el brazo de Ray.
—Si, me va genial.
—Pero te vez celoso.
«mala elección de palabras» pensó Hope para sí misma.
—¿Ce...? ¿Ce...? —ni siquiera podía decir la palabra.
—Celoso—terminó Jasper por él.
—Sé lo que dijo—se molestó Ray.
Henry paso por un lado de Hope caminando hasta Ray.
—Ray solo cálmate—pidió.
—No, no, ¿qué te hace pensar que estoy celoso de Reginald Robert Torpe justo aquí? —se dirigió a Lacey.
—Su nombre es Roger—corrigió molesta. —Y bueno, es solo que él va a misiones emocionantes de espía—habló mientras caminaba hacía su esposo. —Derrota criminales y salva a la gente. Mientras tú trabajas aquí rodeado de cosas que gente tiró.
—Muy bien, está bien, bueno déjame hacerte saber un secreto sobre este tipo querida—saco el tubo de gomas. —Adivina que hace esto—masticó una goma para transformarse en capitán man.
Hope negó y todos se fueron contra él para qué no cometiera la locura que tenía planeada. Nadie, ni siquiera Lacey podría saber el secreto por ello hicieron que Ray escupiera la goma.
—¡No estoy celoso!
—No lo está—aseguró Henry. —¿Saben por qué? Porque salva gente también—los jóvenes quisieron intervenir, pero Henry alzó su mano para que se callarán. —Si, sabes, él am....me salvo a mí. Y a ella—abrazó a Charlotte y después señaló a Jasper. —Y a él.
—¿Los salvo de qué? —indago Lacey.
—De, ya sabes...
—¡De la vida en la calle! —intervino Hope rápidamente.
—¡Si!
—Cuéntele niños—pidió Ray.
—Ray nos adoptó, así que...—inicio Henry.
—Así es.
—Es nuestro papi ahora—continuo Jasper abrazando a Ray y dejando un beso en su mejilla.
Ray emitió un sonido en desacuerdo y se alejó del joven.
—Mhmn, si, si, así es—murmuro caminando. —Y no, no solo soy dueño de esta tienda, ¿sí? Tengo otro trabajo. Que es muy genial. Es realmente genial. ¡Soy inventor!
Henry estuvo de acuerdo mientras bajaba la cabeza y hablaba; —Si, así es.
—Si, inventó muchas cosas...—Ray hizo una breve pausa. —Cosas asombrosas.
—¿Y cómo qué? —cuestionó Roger.
—Ah... como esto—mostró la pluma que había inventado Schwoz para él. —Miren, pluma—la agitó un poco. —Depilador de nariz—repitió la misma acción de agitar. —Dispara dardos venenosos.
Cuando dispara el dardo da contra Jasper quien no puede evitar quejarse y soltar un; —Papi, ¿por qué?
—Sácalo—ordena Ray de inmediato mientras los demás corren hacía él. —¡Sáquenselo!
Hope sostiene el brazo de Jasper con fuerza y le arrebata el dardo de la piel mientras el antes lastimado se tambalea un poco y trata de sostener a Charlotte.
—Como sea, ellos son mis niños—Ray señala a tres de los adolescentes. —Y soy inventor asombroso y vivo en una linda casa, así que...
—Bueno, me encantaría ver tu casa antes de irnos mañana—menciona Lacey con una sonrisa.
—No tenemos planes para cenar hoy.
—Es cierto—le da la razón Lacey a su esposo.
—Oh, pues bueno.
—Papi no—habla Charlotte con dureza.
Pero Ray solo hizo una seña y volteó a mirar nuevamente a la pareja. Hope tenía la leve sospecha de que nada saldría bien en aquella noche.
Veinte minutos más tarde cuando Lacey y su esposo se marcharon, decidieron bajar hasta la capi cueva para seguir las órdenes de Ray.
—Bien, rápido, ustedes vayan en línea y busquen lindas casas en venta en Swellview—demandó Ray.
—Espera, ¿qué? —preguntó Henry.
—¿Qué?
—¿Te volviste completamente loco? —inquiere Hope.
—Compraré una casa—fue la respuesta de Ray. —Ya saben, mi tonta exnovia y su presumido esposo vendrán a cenar a mi casa esta noche. Y el gran problema con mi casa, ¡es que no tengo!
—Mira amigo si quieres hacer lo de la cena, ¿por qué no lo haces en la casa de Charlotte? —inquiere Henry.
—Ah, porque no—responde la morena.
—La casa de Hope, entonces—ofrece Henry.
—Ray jamás pondrá un pie en mi casa—niega la joven castaña. —Además mi padre llega hoy por la tarde, así que... es imposible.
Ray bufa.
—Oye, Ray—lo llama Schwoz. —Mira esto—pide con una sonrisa.
Una pequeña bola de color amarillo con rojo sale a la superficie y después una pequeña luz azul apunta hacía el cuerpo de Schwoz quien con sus dedos eleva tres botones de la maquina y después desaparece por completo.
Hope abre su boca sorprendida.
—¿Adónde...? —inicia Charlotte.
—Aquí estoy—se escucha la voz chillona de Schwoz quien toca el hombro de Ray. Capitán man suelta un pequeño grito mientras se mueve de lugar.
Hope suelta una risa.
—¿Qué? ¿Oye cómo lo hiciste? —pregunta Henry con una enorme sonrisa.
—Wow.
—Fue increíble, Schwoz.
—Bueno, ¿recuerdan la feria de ciencias dónde el proyecto de Charlotte se arruinó y lo convertí en un aparato de teletransportación?
—Sí, es difícil olvidar algo así—responde Charlotte.
Unos minutos en silencio es todo lo que se escucha antes de que Schwoz vuelva a hablar.
—¡Pues miren! Hice uno mejor—se acerca a su máquina.
—Espera, entonces, ¿esta cosa puede mover a quien sea a dónde sea? —cuestiona Hope sorprendida.
—No, no—niega Schwoz. —No solo personas—Schwoz hace a un lado a los tres adolescentes. —Miren, vean el sillón redondo, bien, primero...—mueve algunos botos y después la misma luz azul que lo apunto a él, apunta al sillón.
—Oye, Schwoz, de verdad me gusta el gabinete—menciona Ray. —Así que no lo teletransportes.
—Y ahora—Schwoz lo ignora, unos minutos más tarde el sillón desaparece.
Los tres jóvenes comienzan a aplaudir mientras sueltan un "wow".
—Es increíble.
—Es asombroso.
—Es genial.
—¿Y dónde está el gabinete? —inquiere Ray molesto. —Bien, olviden el sillón y empecemos a planear la cena familiar de hoy en la casa de Henry.
—Ay, amigo, no podemos hacer la cena en mi casa, ¿entiendes? —niega Henry. —Mi familia fue a un torneo de tenis y seguramente ya vienen para acá.
—¿Cómo regresarán a casa? —pregunta.
—Ah... en metro, ¿por qué?
Ray se queda unos segundos pensando y después chasquea los dedos.
—Porque Schwoz—se acerca al mencionado. —¿Puede jaquear la red de transporte de la ciudad y accesar al control maestro del metro?
—¿Prometes llevarme más tarde por helado de choco chispas?
—No, pero si lo haces prometo no golpear tu cara—responde Ray.
—Bueno, no es tan bueno, pero bueno.
Fue cuestión de minutos para que Schwoz encontrara a los padres de Henry por la cámara del metro.
—Oye, ¿quién es el hombre que está a un lado de tú madre? —cuestiona Hope con el ceño fruncido.
—Ah, ese es Dharius—responde. —Es el instructor de mamá.
—Schwoz, ¿puedes asegurarte de que la familia de Henry y el instructor de tenis de su madre se queden dentro las próximas cinco horas? —pregunta Ray.
—¡Claro! —el genio mueve tan solo unos botones y después se recarga en la silla. —Listo.
—Genial, ustedes—señala a los tres adolescentes. —Vayan a casa de Henry, ahora. Tomen las fotos familiares y acábenlas.
—¿Por qué quieres acabarlas?
—¿En serio?
—¿Estás loco?
—Bueno, escóndanlas—responde. —Vayan, vayan.
Rápidamente los tres adolescentes desaparecen usando los tubos para ir directo a la casa de Henry y arreglar todo. Solo podían suplicar porque todo saliera perfectamente bien.
*****
La joven de cabello castaño lucía un vestido de flores en tonos verdes claros con tirantes, complementado con una sudadera más oscura y transparente. Llevaba puesto un collar con colgantes en forma de corazón, así como unos aretes del mismo diseño. En su muñeca brillaba un reloj y calzaba unas zapatillas blancas.
A Hope le encantaban los accesorios, ya que solían destacar en cualquier atuendo que eligiera.
Entró a la morada de los Hart justo cuando Henry y Charlotte descendían por las escaleras, mientras Schwoz se encontraba en la cocina vistiendo un traje de mucama.
—Hola, es mi guapo hijo Henry—mencionó Ray con orgullo. —Mi hermosa hija Marabel y mi preciosa sobrina, Hope.
—¿Marabel? —cuestiona Charlotte confundida.
—Si, siempre quise una hija con ese nombre—responde Ray. —El nombre de Charlotte, no me gusta.
—Oye, ¿no crees que mi uña se ve rara? —inquiere y Ray se inclina para mirarla.
—No lo sé, déjame ver.
Con su uña Charlotte le dio un leve golpe en la frente a Ray haciendo que incorporara mientras Henry y Hope reprimían una risa.
—Muy bien, todos los apieritivos y la cena están servidos—menciona Schwoz.
—Gracias, Schwoz.
Hope comienza reírse a carcajadas cuando nota como Ray y Henry empiezan a pelear porque este primero quería peinar su cabello con su mano mojada de baba y el segundo se negaba a permitir tal cosa.
Ray detuvo la pelea al ver los cuerpos de Lacey y Roger en la entrada principal. Mirando a su sobrina, dijo: —Tessabelle, por favor, abre la puerta.
Hope sintió cómo la vergüenza invadía su cuerpo y el rubor subía a sus mejillas al escuchar aquel nombre que sus padres le habían dado. Henry y Charlotte fruncieron el ceño.
—¿Tessabelle? —preguntó Henry confundido.
—Olviden eso por favor—suplicó Hope mientras corría hacia la puerta.
Recordaba las incontables veces en las que los niños de los amigos de su padre se burlaban de ella sin piedad alguna. A pesar de no odiar su nombre, prefería guardárselo para sí misma, ya que sabía que las personas podían ser crueles cuando se encontraban con algo diferente.
—Hola, pequeña Hope—saludó Lacey con una sonrisa.
Hope fingió su mejor sonrisa y estiro su brazo diciendo; —Hola, bienvenidos a la casa de Ray Manchester. Por favor pasen.
—Lacey...—mencionó Ray con una sonrisa y dejaron dos besos en sus mejillas. —¡Roger! Viniste—Ray comienza a pasearse por la casa. —Que bueno que vinieron. Esta es mi casa, mis muebles, mis escaleras y ya conocen a mis hijos Henry, Charlotte a la cual le decimos Marabel y por supuesto Hope.
—Ya saben—se ríe Charlotte.
Schwoz aclara su garganta llamando la atención de Ray.
—Oh, si y nuestro amo de llaves, Schwoz—lo presentó Ray.
—Oh, Schwoz, que nombre tan interesante—mencionó Lacey.
—Gracias—agradece este. —En mi país significa tortuga ninja.
—Oh, ya veo.
—Ya entiendo.
—Ray, ¿dónde esta tu otro hijo? —inquiere Lacey curiosa.
—¿Mhm?
—El niño incómodo—habla Roger.
—Jasper—le susurra Henry.
—¡Ah, si! Jasper, esta, esta...—chasquea sus dedos mientras busca una excusa.
La última vez que habían visto a Jasper había sido después de que Lacey y su esposo dejarán basura y más, luego ya no supieron mucho de él.
*****
—Así que yo corrí justo a través de los lagartos, salté a mí motocicleta y conduje directo hacía la pared de concreto—relataba Roger mientras cenaban. —Y luego pase el resto de la tarde rescatando a los niños discapacitados.
—¡Wow!
—Wow.
Hope sólo sonrió de lado, no le creía ni una sola palabra al tipo, pero disfrutaba de la cena.
—¿Rescató a todos los niños? —preguntó Hope.
—Si, pero en cierto modo ellos me rescataron a mí.
—Oww.
—Awww.
Ray y Hope soltaron un resoplido casi al mismo tiempo. Un pequeño pitido interrumpió el silencio.
—¡Uh! Mi pan ya está listo—anunció Schwoz. —¿Ya están listos para mi pan de mantequilla?
Todos estaban por soltar un "si", pero Ray lo interrumpió gritando un "no".
—¿No podemos comer el pan? —cuestiona Charlotte.
—Papá el pan—dice Henry.
—Miren, pasamos toda la cena escuchando a Roger, hablando sobre su fantástica y emocionante vida.
—Ray, no estés celoso—pide Lacey. —Digo, si, Roger es un hombre excepcional. Pero seguro tienes muchas historias geniales sobre vender basura y más.
El tono burlón de Lacey no paso por alto y Hope frunció el ceño.
—No olviden que mi tío es un gran inventor—intervino con una sonrisa forzada.
—Mhm, es como un genio—Charlotte estuvo de acuerdo.
—Es un gran hombre mi papi—dice Henry y Ray palmea su mano.
—Oh, es cierto, muéstrame esa linda pluma que hiciste otra vez.
—¡Si! La pequeña pluma que se convierte en depilador de nariz—murmura Roger.
—Eso fue muy impresionante.
Hope cerró sus manos haciéndolas puño, no le gustaba cuando se burlaban de su familia.
—Oh, ¿se quieren impresionar? —pregunta Ray. —¡Se quieren impresionar! Ah, muy bien. Les diré que antes de comer pan de mantequilla, ¿por qué no ven otro de mis inventos que acabo de hacer la semana pasada?
—Amigo...—lo llama Henry cuando Ray saca la máquina de teletransportación de Schwoz.
—Ah, ¡papá para ti!
—Papá no creo que tengas que mostrarles eso.
—No necesitas mostrarle eso.
—Guarda eso, Manchester.
—Si tengo que—dice Ray. —Pero como todos los grandes inventores necesitare a mi amo de llaves, Schwoz.
Hope recargo su cabeza en la superficie de la mesa cansada. Las cosas definitivamente no terminarían bien.
—Si, señor Manchester.
—Ayúdame a teletransportar esa mesa—pide Ray señalando la mesa principal.
Lacey, Hope, Charlotte y Henry se colocan de pie casi de inmediato mientras Schwoz explica casa paso de la máquina y Ray bueno... él sólo repetía lo que escuchaba.
Minutos más tarde la mesa desapareció y apareció cerca de la puerta mientras Ray se acercaba a sus hijos falsos y sobrina.
—Creaste un aparato de teletransportación—se emociona Roger mirando la mesa.
—Oh, Ray, este es el invento más asombroso de todos.
—Si, gracias—agradece. —¿Y quién quiere pan?
Emocionados todos se dirigieron a la cocina para disfrutar del sabroso pan de mantequilla que cocinaba Schwoz.
—No, gracias—los detuvo Roger. —Temo que Lacey y yo no comeremos pan de mantequilla.
—¿Por qué no? —cuestiona Hope con el ceño fruncido.
—Es pan de mantequilla—responde Henry.
—Lo siento, ahora debo teletransportarme a mí y a mi esposa y a mi nuevo invento al cuartel de Inglaterra.
—¿De que estás hablando? —cuestiona con voz firme Henry.
Roger los apuntaba con un láser.
—Mostraré este aparto de teletransportación que YO invente al parlamento británico e incluso a la reina—informa el tipo elegante.
—Oh, Roger—murmura Lacey sorprendida.
—¿En serio, Lacey? —pregunta Ray dando pasos hacía adelante. —¿Respetas a un hombre que roba el invento de alguien y finge que es suyo?
—Es exactamente lo que tú hiciste—susurra Hope sobre su hombro.
—Cállate—ordena su tío. —Y en cuanto a ti—señala a Roger quien dispara el láser.
—Ja, Ja, todos se quedarán justo dónde están y ahora odiamos comer e irnos, pero es tiempo de que Lacey y yo y mi nuevo invento nos teletransportemos hacía Inglaterra.
—Oigan, acérquense—pide Schwoz.
Schwoz menciona algo que Hope es incapaz de comprender por el balbuceó que Henry y Ray emitían hasta que finalmente Ray se aleja del pequeño círculo.
—Oye, Roger—lo llama. —Ah, mira mi amo de llaves recordó que el aparato no se ha perfeccionado.
—Si—coincidió Henry. —No puede transportar a dos personas a la vez.
—Si, y si lo intentan puede que algo terrible le pase.
—Oh Ray, siempre fuiste un mal mentiroso—se burla Lacey.
—Buen invento, viejo inventor.
—¿Viejo?
—Fue bueno verlos, Ray y Hope—se despide Lacey.
Intentan detenerlos, pero fue imposible Roger ya había intentado teletransportarlos y el aparato no funciono cómo debía así que ambos adultos se convirtieron en una grande y terrible bola humana.
—Ay que feo—dice Schwoz.
—Schwoz, ¿qué paso? ¿Qué es eso? —cuestiona Henry.
—Mi aparato tomo a Lacey y Roger y los convirtió en esta fea cosa—explica.
—Dios, voy a vomitar—murmuro Hope asqueada.
—Bueno, ¿qué hacemos con ellos? ¿Eso? —inquiere Charlotte.
Bueno, la noche definitivamente no terminó como esperaban, por lo que su mejor curso de acción fue llevar esa cosa al templo Israel para que los ayudarán, así que después de conducir por un par de horas, los dejaron abandonados allí mientras huían sin ningún tipo de culpa.
Pobres Lacey y Roger, pero al menos ahora estarían juntos para siempre, ¿verdad?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro