Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

02. the game shakers pt.1








PART I. DISCOVERING FEELINGS.

game shakers pt.one !
act one. season four.

𓍊𓋼𓆏𓋼𓍊

SEMPITERNAL, SECOND CHAPTER.
𝟬𝟬𝟮. HOPE POINT OF VIEW !

El primer quejido abandona mi boca tan rápido como siento el golpe en mis costillas, primero intenté ignorarlo con todas mis fuerzas, pero al recibir el tercer golpe por parte del codo de Henry opté por empujarlo con mi hombro para que sintiera lo mismo que yo. Un grave error. Aquello solo nos llevo a tener una pelea de diez minutos dónde solamente estuvimos golpeándonos el uno al otro para ver quién ganaba. El último golpe lo di yo antes de que él se rindiera de último momento.

Nuestra respiración era un desastre, pero intenté regularla para después comenzar a quejarme con Henry. Las alturas no eran mi cosa favorita, sin embargo, me atrevía a estar por el simple hecho de que podía vencer al doctor Minyak, en serio, ver su rostro de enojo cuando lo vencíamos era toda la recompensa que necesitaba; —Vamos, sácanos de aquí—apresure a Henry en un susurró.

—Es lo que hacía antes de que comenzarás a golpearme como una salvaje—refunfuña en voz baja y con el ceño fruncido. Era un poco difícil mirar las muecas en su rostro puesto que el espacio en el que estábamos era un poco pequeño por no decir que era casi diminuto, así que era medio difícil, pero lo conocía a la perfección como para saber que en este instante estaba colocando los ojos en blanco.

—Tú también me golpeaste, Hart—me defendí molesta.

—Solamente porqué tu comenzaste.

—Claro que no—negué ligeramente con mi cabeza, pero fue difícil puesto que como ya mencioné el espacio es diminuto—, tú comenzaste cuándo me golpeaste en las costillas con tu tonto codo.

—¡Fue un accidente, loca! —exclama.

—No me importa ni un poco.

Escuché cómo soltaba un suspiro frustrado antes de sacar una navaja de su pantalón para después cortar la superficie del sillón dónde estábamos metidos. Era raro estar dentro de un pequeño sillón, pero teníamos buenas razones para ello y es que el doctor Minyak secuestro a mi tío unas horas atrás cuando estábamos luchando contra él y todo para su tonto plan que ni yo ni Henry sabíamos de que se trataba, aunque tampoco era que me preocupara tanto porqué los planes del doctor Minyak no funcionaban para nada.

Lo cuál era gracioso.

Me removí incómoda, sin embargo, tuve que quedarme quieta porque Henry no podía abrir el maldito sillón y ciertamente estaba comenzando a sentir que me ahogaba al estar encerrada por tanto tiempo. Estaba desesperada por salir. Sentí como el avión tuvo pequeñas turbulencias, y por un momento me asusté, pero pronto todo volvió a estar en normalidad, ¿mencioné que estábamos en un avión? ¿No? Bueno, lamentablemente lo estábamos, supongo que tiene que ver con el tonto plan de Minyak.

Observe cómo Henry sacaba la cabeza del sillón y un alivió recorrió mi cuerpo entero, me alegraba saber que podía tomar todo el aire posible, odiaba los lugares pequeños con toda mi vida. Me hacían sentir una desesperación enorme, aunque nunca comprendí el porque exacto. El rubio sale primero del interior del sillón y una vez se asegura que nadie está viéndonos, me ofrece su mano para ayudarme a salir por lo que no dudo en tomarla para impulsarme hacía arriba y sacar mi cuerpo de ese horrible y pequeño sillón del demonio.

Una vez afuera tomé una gran bocada de aire que inmediatamente me hizo respirar un poco mejor, antes de que nos acercáramos a dos tipos enormes que estaban dándonos la espalda, usaban un par de vaqueros negros con una camiseta del mismo color y, aunque no es un dato sumamente importante debo decir que estaban demasiado musculosos, sería genial que pasarán su rutina. Sacudí la cabeza para no desviarme del tema y suspiré antes de atacar a los dos primeros hombres del avión dejándolos a un lado cuando ya estaban inconscientes. Ahora solamente faltaban dos.

Pero no me apresure a atacarlos porque los dos tipos restantes estaban sumamente ocupados escuchando atentamente la explicación del doctor Minyak que con voz ronca contaba su «grandioso plan» el cuál todos sabíamos que no iba a funcionar porque era un tonto. Opte por sacar mi teléfono de los bolsillos de mi traje para jugar Sky Whale porqué ni de chiste quiero escuchar a Minyak, suficiente tengo con tener que pelear con él.

De reojo pude observar como kid danger también estaba jugando y sonreí internamente porque seguramente mi tío también estaba haciéndolo, últimamente estábamos obsesionados con este juego, no sé que clase de genio creó esto, pero lo amo, literalmente me salvó de morir del aburrimiento. Resoplé cuando mis oídos volvieron a escuchar la irritante voz de Minyak por lo que me tumbe en el suelo al compás con Henry antes de intercambiar teléfonos para así seguir jugando.

Era fácil pues todo lo que tenías que hacer era comer donas y era divertido, pero después de unos minutos tuve que parar el juego con cierto dolor porque estaba a nada de ganar, lastimosamente teníamos que sacar a mi tío de la caja de cristal dónde estaba; —Es hora de sacarlo—susurré señalando discretamente a mi tío mientras le daba un leve codazo a Henry quién asintió algo desconcertado antes de levantarse de su lugar.

Henry uso un arma que Schwoz le había dado para que su láser disparara dos veces al mismo tiempo, del lado derecho e izquierdo de esa manera era más fácil dejar inconsistentes a los secuaces de Minyak. Por mi lado tuve que acercarme a la caja de cristal dónde estaba mi tío mirando su teléfono y al verme solo movió la cabeza en manera de saludó.

—¡Fire Girl! ¡Kid Danger! —exclama Minyak al mirarlos puesto que su cuerpo había girado en dirección a mi tío. La sorpresa es notoria en su rostro al igual que el nerviosismo en su voz, era obvio que no esperaba que estuviéramos aquí, pero lo estábamos e íbamos a arruinar sus planes, como siempre. Bueno, algunas veces los arruinaba el mismo porque era tonto, ustedes entienden.

—Hola, Minyak—lo saludé despreocupada, en realidad, no me daba miedo y sabía que era muy raro que el doctor Minyak peleara con golpes por lo general siempre mandaba a sus secuaces y esta vez no podía hacerlo porque ya los habíamos dejado inconsistentes.

Hope: 1. Minyak: 0.

—¿Cómo está? —me secundo Henry en el saludó y pude ver como le daba un pequeño asentimiento de cabeza, aunque seguramente Minyak lo tomaría como burla y después haría su usual drama de siempre.

Deje de prestarle atención a mi alrededor y me concentré en la pequeña cerradura de la caja, sabía usar mis poderes a la perfección gracias a que Gooch me había enseñado a controlarlos cuando comencé a trabajar en la capi cueva. Una lastima que ese hombre haya dejado de trabajar con nosotros. En fin, mi padre también me había enseñado, pero solamente lo básico puesto que él no quería que hiciera uso de mis poderes, porque quería que fuera una «niña normal» cosa que nunca fui ni seré, en realidad. Con mi aliento de fuego pude derretir lo suficiente la cerradura como para que mi tío saliera de la caja cuando quisiera.

—¿Qué le hicieron a mis secuaces? —cuestiona el doctor Minyak con evidente frustración incluso enojó puesto que esyoy segura que sabía que en algún momento lo venceríamos—. Robert—lo llama alzando sus manos para aplaudir en un intento de despertarlo, supongo—. Trevor, ¡despierten! —exclama—. ¡Ya estamos sobre la presa!

Comencé nuevamente a intercambiar teléfonos con Henry consiguiendo el mío de vuelta mientras que capitán man abre la caja de un golpe ocasionado que Minyak retroceda un poco sobresaltado puesto que él estaba recargando en ella. Mi tío suelta un extraño grito antes de sacar su cuerpo completo de la caja de cristal para después posarse a nuestro lado con una sonrisa triunfadora antes de saludarnos sin mirarnos dado que su vista y atención estaban en el teléfono que sostenían sus manos.

—Miren, ya casi llegó cinco mil—presume kid danger enseñándonos su teléfono por lo que sonreí victoriosa puesto que iba mucho más adelantada que él y me encantaba restregarle ese tipo de cosas en la cara, pero antes de poder hacerlo mi tío llama la atención.

—Si, pues miren a su amigo que está apunto de llegar a seis mil—pasa su teléfono cerca de nuestros rostros y Henry lo sigue con impresión, sin embargo, yo pegó un pequeño brincó emocionada. ¡Les había ganado!

—¡Ja! ¡Yo les gané! Porqué esta mañana llegué a siete mil y estoy a nada de conseguir los ocho—me burlé orgullosamente mientras me miraban con sorpresa. Ambos se negaban a aceptarlo, pero era lo cierto. Había estado tan obsesionada con este juego que a penas dormía, casi todo el tiempo estaba jugándolo.

—¡Ya basta! —Minyak suelta un grito molesto y me preparó mentalmente para poder soportar su pequeño berrinche. Aunque para berrinches estaba el niñote, ese villano era lo peor, me llevaba hasta el límite de mi paciencia—. Ustedes no hablaran de un tonto juego móvil mientras les hablo sobre mi malvado plan.

—Tu plan se acabo, Minyak—espeta mi tío mirándolo solamente unos momentos antes de volver a centrar su atención en el teléfono, incluso intercambiamos «nuevamente» teléfonos.

—Yo creo que no—se burla Minyak, pero al parecer es al único al que le da risa porque nadie además de él se ríe. No lo pongo atención, simplemente continué con mi juego—. Billy, Dean, Gil.

Los tres mencionados hacen acto de presencia después de haber salido del área de controles del avión, me cuestionaba mentalmente quién era quién estaba conduciendo esta cosa porque claramente no eran Minyak y sus secuaces, incluso dudaba que supieran pilotar un avión... Minyak a penas y sabía conducir un auto.

—Cómo sea, se comen una dona y ya—murmura mi tío girándose nuevamente hacía nosotros ignorando al par de secuaces de Minyak por lo que también centre mi atención en mi tío hasta que uno de los hombres se acerca a nosotros sonriendo macabramente.

—Hola—lo saludé haciendo un gesto con mi mano antes de devolver mi vista al teléfono, pero creo que necesitaba algo porque no se apartaba de nuestro frente, solamente nos miraba fijamente con una sonrisa aterradora.

—¿Qué hay, grandulón? —pregunta Henry.

—¿Qué quieres? —cuestiona mi tío sin quisiera mirarlo, ni por error.

—Billy... ayuda a Capitán Man, Kid Danger y Fire Girl a poner su teléfono en modo avión—escuche que ordenaba Minyak con voz firme, pero por un momento no le tome importancia hasta que grandulón frente a nosotros sonríe enseñando su dentadura de metal y tuve que tragar saliva al mismo tiempo que él nos arrebataba el móvil de las manos.

—Un segundo...—intente detenerlo.

—Oye no toques eso—demanda Henry mirándolo con el ceño fruncido—. Es mi teléfono.

—No es de tu propiedad—musita mi tío.

Todo pasa en cámara lenta, mi teléfono junto a los otros dos son destruidos frente a mi con un simple apretón de mano y mientras Minyak se ríe, yo siento que voy a desmayarme. Mi teléfono, era mi vida y ahora no estaba más, gracias a que el grandulón lo deshizo con sus malditas manos. Oh, más le valía que fuera a pagar eso porque con mi paga del mes no completaré para uno nuevo.

—¡No tenías que hacer eso! —exclame de pronto, no pretendía hacerlo, pero las palabras habían salido de mi boca tan rápido como las había pensado.

—El modo avión esta en la configuración—gruñe Henry.

—Hey, ¿deletreas la palabra puño? —pregunta mi tío molesto y el tipo parece pensarlo por unos momentos, cómo si le costará, lo que no me sorprende en lo absoluto porque Minyak contrataba a puro idiota.

El hombre separa los labios y la primer palabra sale de lo profundo de su garganta y sé que va a intentar deletrear la palabra «puño» cómo mi tío se le pidió, pero antes de poder hacerlo, es capitán man quién lo interrumpe golpeando su rostro con el puño cerrado, mismo que lo manda hacía un costado, directo contra una computadora, dónde lastimosamente aprieta el botón equivocado y por desgracia abre las puertas traseras del avión.

¿Por qué nada podía salir bien?

—¡No, No, No! —exclamaba Minyak.

Miramos a Capitán Man quien asiente para después irse contra de Billy mientras que kid danger y yo vamos por los otros dos. Uno de los hombres de Minyak con tatuajes por todo el cuerpo intenta golpearme con su puño, sin embargo, logré esquivarlo cuando me agaché, estirando mis piernas al momento para golpear sus pies con los míos. Uno de los primeros trucos que me había enseñado Drex, alguien a quién no quería recordar en este momento. Pasé saliva mientras me incorporaba en mi lugar para después usar mi aliento de hielo y apartarlo de mi vista haciendo uso de mi telekinesis.

Sonreí para después de colgarme sobre uno de los tubos que estaban en el techo del avión, me balancee, moviendo mis pies de adelante hacía atrás para tomar ventaja y golpear al hombre que atacaba a Kid Danger; —De nada—murmure guiñándole un ojo a Henry antes de hacer que mis pies toquen el suelo nuevamente.

Puedo ver como Henry titubea por unos segundos antes de darme una sonrisa nerviosa, lo que me hacía gracia puesto que siempre era él quién me ponía nerviosa a mi, y era divertido verlo ocupar mi lugar. Era tierno ponerlo nervioso, porque eran las cosas más mínimas del mundo.

—¡Oigan, vámonos! —grita uno de los secuaces de Minyak.

—Oigan, cobardes—los llama Minyak al ver que estos mismos están intentando escapar con unos paracaídas en la espalda—. ¿Se van a escapar?

—No, vamos a saltar—corrige uno de ellos antes de saltar al vacío junto a los otros dos.

—¡No!

Caminamos hasta el borde viendo cómo los tres idiotas comienza a descender. Sonreí.

—Bueno, chicos parece que derrotáramos al doctor Minyak—murmura mi tío haciendo una mueca con sus labios, aunque más bien parece ser una sonrisa. No lo culpaba, a cualquier le gustaba ganarle a Minyak—, otra vez.

—Yo creo no—niega el mencionado detrás de nosotros para después señalar con su cabeza el paracaídas que llevaba consigo mismo—. Este es el último paracaídas.

Se ríe malévolamente antes de comenzar a correr para saltar al vacío, pero ponemos nuestro pie en el listo que cuelga de su paracaídas haciendo que salte sin nada encima; —Se le cayó el paracaídas—dice Henry con un falso puchero.

—Si, allá va—murmure.

—Apuesto a que aterriza en un...—las palabras de mi tío quedan en el aire cuando ve a Henry, quién raramente está colocándose el paracaídas en la espalda—. Oye, ese es el último, ¿por qué te toca a ti?

—Lo compartiré con ustedes—responde de manera obvia.

Me cuelgo en la espalda de mi tío, rodeando su cintura con mis piernas mientras él se acerca a Henry y pasa su brazo por el cuello del rubio y juntas los brazos que tienen libres para simular que bailan. Son un par de idiotas, pero al menos me divierto con ellos, así me olvido de todo un rato, incluso de mis sentimientos por cierto rubio molesto.

Me reí antes de que saltar al vacío.

*****

No habían pasado tantas cosas después de haber saltado al vacío, además de haber dado una entrevista burlándonos del doctor Minyak y sus planes fallidos, también el hecho de que Jasper se había encontrado a un niño de al menos de cuatro años y lo había adoptado como su hijo negándose a entregarlo a la policía o a buscar a sus padres. Mi padre había viajado por negocios por lo que prácticamente tenía mi casa sola, sin embargo, no quería estar ahí por lo que en ese momento me encontraba caminando detrás de Charlotte mientras ella toma la perilla de la puerta de la residencia Hart y la empujaba hacía adentro para poder ingresar al interior del hogar, Henry venía detrás de mi con el ceño fruncido y Jasper caminaba con calma mientras tomaba la mano de su hijo nuevo, ignorando el hecho de que nos encontrábamos peleando por su maldita culpa.

—¡Él sabe que no puede! —refunfuña Charlotte como si nosotros pudiéramos hacer algo en contra de los pensamientos de Jasper. Era casi imposible quitarle la idea de la cabeza, estaba segura de que no iba aceptar devolver al niño con sus padres.

—No voy a decirle nada, ¿si? —me molesté.

—Tienen que decirle otra vez—continúa ignorando mi comentario y tengo que suspirar para controlar mis emociones.

—No es nuestra responsabilidad—declara Henry quitándose la mochila del hombro y dejándola sobre el sofá de su casa, el cual estaba a unos metros de la puerta, ni tan lejos ni tan cerca, por mi parte repetí su acción de dejar mi mochila en el sillón.

—¡Si lo es! —exclama al escucharlo y me cruzo de brazos negando ligeramente al mismo tiempo que Henry. No éramos responsables por las acciones de Jasper las cuales casi siempre no tenían nada que ver con nosotros.

—¿Ves? ¡Si! Mira—menciona Jasper ingresando al interior de la casa junto a niño pequeño rubio, el mismo que se había robado—, esta es una casa. Haber di casa. Ca-sa.

—Casa—repite el niño de una manera sencilla encogiéndose de hombros, incluso puedo notar que arrastra las palabras.

—¿Qué tan difícil es decir casa? —cuestiona el papá de Henry mirándolo mientras sacude su cuerpo—. Digo "casa" uhg... que difícil.

—Papá puedes decirle a Jasper que no puede robar a un niño—pide Henry, exhausto por todo lo que estaba pasando y después de que todos miráramos de manera extraña al hombre de la familia Hart, él concentro su atención en su padre.

—Su nombre es Barthfield—corrige Jasper.

—No, no lo es—niega el rubio después de reírse y acercándose a él—, ¿si, amigo? Nadie se llama Barthfield... nadie en toda la galaxia se llama Barth algo.

—De acuerdo, ¿por qué no vuelvas a España y se lo dices a la buena gente de Barfelona? —reprocha Jasper.

No pude evitar soltar una risa ante lo estúpido que era su comentario; —En serio Jasper, hay algo muy mal contigo—murmura para después alejarme de ellos mientras negaba con la cabeza, sacudiendo mi cabello castaño. Me encamine hasta la cocina para poder saludar a la joven rubia que se encontraba ahí, la hermana menor de Henry podía ser menor que nosotros, pero me llevaba muy bien con ella pese a la diferencia de edad, mientras besaba su cabello escuche como el señor Hart se quejaba por los golpes en la puerta principal—. Hola, Blondie—saludé—, ¿cómo está todo?

—Me tratas como una niña pequeña—se queja, no obstante, puedo notar como esconde una sonrisa ligeramente tierna—, pero supongo que todo está bien—se encoge de hombros restándole importancia mientras continuamos hablando de su tan ocupado día y quiero reírme cuando escucho sus quejas sobre su hermano. Ninguna sorpresa.

Piper y Henry peleaban todo el tiempo que a nadie le sorprendía tal cosa, a veces ni parecían que eran hermanos, sin embargo, también sabíamos cuanto Henry amaba a su pequeña hermana, a pesar de todo siempre estaba al pendiente de ella y haría cualquier cosa porque estuviera a salvo. Continuamos hablando entre murmullos hasta que el padre de Henry interrumpió nuestra conversación al llamar a su hija menor, me di vuelta para mirar hacía la puerta y pude notar a un duo de policías recargados en esta.

—Piper—llama a su hija con el ceño fruncido y con un tono de voz extraño, como si estuviera cansado o como si ya se esperaba aquello—, ¿qué hiciste? —cuestiona ladeando la cabeza. Era gracioso saber que pensaban que ella había hecho algo, ni siquiera podía contar las veces que Piper termino en la cárcel.

Hice una mueca para después alejarme de ella yendo directo hacía el sillón para tomar asiento, sabiendo lo que pasaría después de esto porque ciertamente la policía no estaba aquí por algo que había hecho Piper, el culpable de todo era Jasper y su nuevo hijo adoptivo que encontró en unos arbustos. Las cosas iban a terminar muy bien o muy mal, solamente esperaba que ese niño pudiera volver a los brazos de sus padres.

—¿Me fueron a delatar? —cuestiona Jasper incrédulo mientras el duo de policías ingresa al interior de la residencia después de que el señor Hart les diera permiso de entrar.

—¿Qué? Am... sabes yo no estoy seguro—comienza a balbucear el rubio que delante de mí, de una manera no muy disimulada empieza a señalar a Charlotte para delatarla, aquello me recordaba que no debía confiarle a Henry ninguno de mis secretos—, yo no fui, así que...

—Charlotte—riñe Jasper cruzándose de brazos mientras mira mal a nuestra amiga quién bufa ante el llamado.

—Gracias—se dirige a Henry con una mueca molesta—, ¿oye porque no vamos a afuera para que me atropelle un autobús?

—Pido ir primero—intervine asomando mi cabeza entre ellos, logrando que nieguen con la cabeza, aunque soy capaz de notar como Henry reprime una sonrisa.

—Oficiales encontramos a un niño—habla Henry ignorándonos o más bien ignorándome a mí en particular.

—YO lo encontré—interviene Jasper inmediatamente mientras recalca la palabra «yo» estaba segura de que haría un drama por ese niño—. En un arbusto cercano.

—Arbusto cercano—repite uno de los oficiales, anotando las palabras en su pequeña libreta.

—Y nuestro amigo Jasper cree que puede quedárselo—dijo Charlotte colocando los ojos en blanco, exasperada, Jasper solía ponerla en ese estado más veces de las que me gustaría admitir.

—Si tiene razón—asiente el oficial.

—¿Qué? —arrugue las cejas ante su tonta respuesta. ¿Cómo podría tener razón? No, era imposible.

—¡Ja! —celebra Jasper orgulloso.

—Esperen... —los detiene Charlotte—, ¿es enserio?

—Si, los padres tienen 48 horas para reclamar al niño perdido—señalaron al niño rubio que estaba en un sofá individual. Era ridículo, ni que ese niño rubio fuera alguna clase de objeto... bueno, era Swellview, nada ni nadie debía sorprenderme a estas alturas.

—Pero si no lo hacen entonces pertenecen a quien lo haya encontrado.

—Se los dije.

—¿Qué? —inquiere Charlotte exaltada.

—Bueno, adiós—se despiden encogiéndose de hombros al mismo tiempos mientras mi cabeza no es capaz de procesar lo que acaban de decir. ¿Cómo demonios un desconocido podía quedarse con un niño solamente porque lo había encontrado en un arbusto?

—Esperen...

—Oigan...

—No se vayan...

Intentamos detenerlos mientras ellos caminaban hacía la puerta ignorando nuestros claros llamados, lo que menos me sorprendía era que el padre de Henry no hiciera nada, a ellos nunca parecía importarles mucho sus hijos, mucho menos iba a importarles que Jasper tuviera un niño con él, lo que era demasiado raro, pero no me gustaba cuestionar a nadie.

—¡Ay no! —se lamenta el oficial moreno—. Creo que deje mi arma en la panadería—dice mostrando un pedazo de pan que había tomado de su cinturón, ¿qué demonios?

—¡Ay, Jerry! —se queja su compañero.

Los oficiales abandonaron la propiedad Hart y observamos cómo Jasper abrazaba a "su hijo" de manera tierna debo decir, pero aun así esto era tan raro, ¿qué pasaba con esos oficiales? ¿Qué pasaba con la gente de aquí? Cada vez eran más raro y eso aumentaba mis ganas de querer irme de la ciudad, no digo que Nueva York sea mejor, pero seguramente será mucho más normal que todo esto. Después de varias discusiones por parte de Charlotte y Jasper, decidimos ir la man cave, aunque en realidad no era una elección sino más que mi tío nos había llamado para que lo ayudáramos con algo, una tontería de seguro, él nunca tenía un tema serio que tratar.

Sabía que sería una tontería, pero lo aceptaba porque no quería estar en mi casa, era demasiado grande y no me gustaba sentirme sola, digo, había algunos días en que me gustaba mi soledad, pero existían otros en que lo odiaba. Y por esa misma razón es que estaba arrancándoles las cabezas a un par de cuerpos de muñecas mientras en los monitores se trasmitía una entrevista del rapero Double G, yo no era su mayor fan, eso era cierto, pero el tipo tenía buena música.

—Recientemente mi gran amigo Snoop Dog dio un concierto de caridad, pero lamentablemente solo junto 227 millones de dólares—hizo una pausa y fingió un puchero—. Pero obvio 25 eran míos así que de hecho Snoop Dog solo junto 226, 999 mil 975 dólares. Cuéntenlo—insistió—. ¡Yo lo hice! Ahora estoy orgulloso de anunciar que el viernes en la noche yo Double G—el ruido de que alguien masticaba hizo que el hombre moreno se detuviera—, ¡Bunny saca tu manota de esa bolsa de frituras! —grita golpeando la bolsa ocasionando que esta caiga al suelo y algunas personas de su alrededor jadean por la sorpresa—. Ahora el viernes en la noche... yo Double G estaré haciendo mi propio concierto de caridad con la gran meta de 300 millones de dólares.

Termina de hablar e inmediatamente se pone a festejar, sin embargo, esta claro que es un poco violento porque vuelve a tirar a la bolsa de frituras que había recogido con anterioridad el hombre al que le había gritado en un principio. Siguió hablando mientras nosotros seguíamos arrancando cabezas.

»mi concierto de caridad, que ayudará a niños necesitados, será televisado por todo el mundo a 193 países que incidentalmente, serán 3 países más que el de Snoop Dogg. Ahora denme todo su amor.

El hombre al que le había gritado comenzó a alabar su nombre y nosotros hicimos lo mismo mientras lanzábamos las cabezas de las muñecas hasta un par de cajas de plástico que estaban cercas; —¡Double G! ¡Double G! ¡Double G! ¡Double G!

Seguimos así por un rato hasta que me cansé y dejé que ellos hicieran el trabajo hasta terminar, nunca terminaba nada de lo que comenzaba, una parte de mi era porque en serio me cansaba y la otra porque sabía que al final del día era Henry quién terminaría haciendo mi parte sin quejarse, no entendía porque lo hacía, pero tampoco lo cuestionaba, temía que dejara de hacerlo.

—¿Vamos al cine en la noche? —le pregunte al rubio tonto que estaba en el gabinete terminando con las últimas muñecas—. Saldrá una película nueva que quiero ver—anuncie y pude ver la confusión en su rostro que se mezclaba con otra, pero esa no supe identificarla o tal vez no quise hacerlo—, no es que me emocione ir contigo—dije rápidamente, pero sabía que era mentira. No iba a admitirlo frente a él ni mucho menos ante mi misma—, solamente quiero que pagues.

Se ríe y asiente ligeramente; —¿Cuál es? —cuestiona.

—No la conoces.

—Está bien, acepto ir si después de eso vamos a comer hamburguesas.

—Suena genial—sonreí. Lo observe en silencio mientras le quitaba a la cabeza a la última muñeca y se colocaba de pie para después tenderme la mano y ayudarme a ponerme de pie.

—Vamos a mi casa y así avisamos a mis padres.

Suponía que llegaríamos tarde, no era que Henry y yo fuéramos muy amigos, sin embargo, por alguna tonta razón siempre terminábamos haciendo planes juntos, tal vez porqué estábamos tan acostumbrados a la compañía del otro que era extraño cuando no estábamos juntos. Sentía que perdía una parte de mí cuando no estaba con él. Por un momento mire nuestras manos entrelazadas y entrecerré mis ojos confundida ante la repentina sensación que recorría mi cuerpo.

—¿Van a tener una cita? —indaga mi tío dándose la vuelta para mirarnos con sospecha, supuse que Henry le había dicho que nos retirábamos.

—¿Qué? —pregunte sorprendida apartando la mirada de nuestras manos.

—¿Qué? —repite Henry con un tono nervioso—. No... no vamos a tener una cita—niega muchas veces—, solo es una salida de amigos, ¡sí, eso es! ¡Una salida de amigos! —exclama con afirmación provocando una risa en mí.

—Adiós Ray—me despido tirando de Henry para que pare con sus tontas preguntas. ¿Henry y yo en una cita? Pff, seguro que primero encontrábamos un dinosaurio con vida.

—No lo nieguen, ¡tendrán una cita! —exclama señalándonos mientras aplaude con una sonrisa enorme en los labios—. ¡Honry es real!

¿Honry?

—Eso suena horrible—me burlé.

—Si, amigo—Henry me dio la razón—. Es horrible.

—El nombre de Hope es horrible.

—¡Oye! —me quejé caminando hasta los tubos—. Tu nombre también es horrible, Raymond.

—Retráctate—ordena apuntándome con su dedo índice, pero solo me burlé.

—Adiós Ray—se despide Henry soltando mi mano y siento el frío en ella, pero me abstengo de decir algo tonto. Nos colocamos en nuestros respectivos tubos y alzó la cabeza para después dejar salir un «por el tubo» e irnos de la man cave.

*****

Un rato más tarde nos encontrábamos en la residencia Hart mientras caminábamos por la parte trasera de esta y terminábamos la llamada en la que estábamos con mi tío, muertos de la risa, entramos al interior juntos. Había todo un tema en la man cave dado que Jasper en serio se creía el hecho de que era padre, cosa que era totalmente mentira, pero tenía harto a mi tío al igual que a Charlotte, quién no podía más con nuestro amigo.

—Oigan, mamá y papá iré al cine con...—anunciaba Henry cuando se detuvo abruptamente porqué yo prácticamente salté a su lado para esquivar la maleta que caía de arriba de las escaleras mientras que su rostro pasaba de la confusión a la preocupación en segundos al entender todo. Un fuerte estruendo llenó nuestros oídos provocando una mueca.

—¿Qué fue eso? —escuché vagamente que preguntaban los padres de Henry al mismo tiempo, pero su hijo tenía todo su atención en mi persona.

—¿Estás bien? ¿Te lastimó? —cuestiona con un tono de voz que revelaba lo preocupado que se encontraba y algo dentro de mi quiso calmarlo de inmediato.

Pero no tuve ninguna oportunidad puesto que una maleta más cayó encima de él, tirándolo suelo por el peso de esta misma; —¡Henry! —exclamé de inmediato colocándome sobre mis rodillas para asegurarme que estuviera bien, suspire antes de ayudarlo a colocarse de pie con cuidado mientras sus padres se acercaban en nuestra dirección.

—Mi amor... ¿estás bien? —le pregunta su madre en un tono suave y agradable lo que de alguna manera me hace preguntarme internamente si mi madre sería como ella. ¿Sería mejor o peor? ¿Me amaría y se preocuparía de la misma manera que ella? Puaj, opto por apartar esos pensamientos fugaces antes de que se conviertan en un problema serio por la noche.

Mi mirada se alza cuando notó que una chica rubia baja las escaleras y por supuesto es Piper quién camina tranquilamente y sin mirar a nadie mientras le da una orden a Henry; —Oye, trae esas maletas para acá, ¿quieres?

—Piper explica...—comienza Jake Hart

—¡Y ahora! —termina la mujer rubia a su lado.

—Lo haré—concede la infante rubia mientras alza la mirada, observándonos detenidamente—. Necesitaba ganar dinero para dárselo al príncipe Fuh'ard, así que enlisté nuestra casa en Air Bienvenidos.

—¿¡Tú qué!? —inquiere Jake exaltado y lo entiendo, Piper es la hija que saca a sus padres de sus propias casillas, a veces siento que lo hace con un propósito, pero otras simplemente porqué es parte de quién es.

Mis ojos buscan la figura de Henry quién está detrás de mí sin prestar la más mínima atención a lo que pasaba dado que estaba más entretenido tocando la parte trasera de su cabeza y supe que algo andaba mal cuando hizo una mueca de dolor, sus siguientes palabras lo confirmaron; —Ah... chicos, si estoy sangrando—murmura con una mueca antes que con su mano libre atrape mi muñeca entre sus dedos y tire de mi, dirigiéndonos hacía las escaleras—, vamos a subir a limpiar mi cabeza.

—Agh, que asco—se disgusta su padre.

—No usen las toallas limpias—advierte la señora Hart sin siquiera mirarnos y estuve apunto de darme la vuelta y reclamarles por lo tontos que sonaban. Su hijo acaba de decirles que estaba sangrando y ellos no habían movido un solo dedo para ayudarlo.

—Gracias por tu preocupación—masculla Henry tirando nuevamente de mi mientras negaba ligeramente con mi cabeza. Sus padres eran increíbles y no en el buen sentido.

Caminamos en silencio hasta su habitación, aunque antes hicimos una parada para tomar el pequeño kit de primeros auxilios de su baño, mientras nos adentrábamos a su habitación lo escuchaba quejarse en voz baja, quizás hasta estaba maldiciendo, pero deje de tomarle importancia cuando se sentó en el borde y yo me senté a su espalda para poder limpiar mejor la herida. Estábamos sumidos en un silencio incómodo y yo rogaba porqué alguno de los dos dijera algo para llenarlo, odiaba los silencios incómodos.

Gracias a Dios que fue él quién rompió el silencio; —Entonces... ¿puedo preguntarte algo? —inquiere y noto como su rodilla sube y baja, una clara señal de que esta nervioso.

Presionando con cuidado la gasa con alcohol sobre la parte lastimada de su cabeza, hable; —Ya lo hiciste, campeón.

—Otra.

—Supongo que si—respondo encogiéndome de hombros, aunque él no pueda verme—. Pregunta, Hart.

—Por equivocación escuche a Leila hablando con sus amigas y bueno soy curioso—murmura entre cortas risas nerviosas—. Es solo por curiosidad, ¿eh? —aclara nuevamente—, pero ¿estás saliendo con alguien en específico?

—¿Por qué? ¿Quieres ser el afortunado que salga con la hija de Maverick Smith? —lo moleste, aunque lo más probable es que note que todo es una broma por la diversión que se filtra en mi tono de voz.

Fijamente observo como los músculos de su espalda se tensan de un momento a otro antes de que comience a negar repetidas veces; —¿Qué? No, por dios, no... yo... bueno no era eso...—balbuceaba incoherencias intentando excusarse por alguna razón y al estar diciendo las cosas rápidamente me era imposible seguirle el ritmo—. No preguntaba por eso, es que...

—Henry, relájate—le pido entre risas—, estaba molestándote. Para serte honesta, no, no salgo con nadie—conteste su pregunta con tranquilidad—. Estoy demasiada ocupada con la escuela y el trabajo como ayudante, que no me da tiempo para nada. Mucho menos para pensar en chicos.

Una pequeña decepción se instala en mi pecho, aunque no sé exactamente el porqué, pero opto por ignorar cualquier amarga sensación cuando siento como relaja los músculos y suelta un suspiro aliviado por lo que anuncio que su herida esta lista mientras me bajo de la cama para darle una ligera sonrisa, la cuál me devuelve de inmediato mientras soy consumida por el color miel de sus ojos, mi cuerpo parece perder movilidad al igual que el suyo puesto que nos quedamos quietos por unos segundos, parecen eternos en mi mente. Creo que nunca me había detenido a pensar en lo atractivo que Henry era, supongo que todo cambió en aquella misión, cuando comencé a verlo cómo algo más que un compañero y amigo.

A veces tengo la sensación de que las cosas cambiaron para ambos ese día, supe que algo era diferente al siguiente día porqué su mirada generaba sensaciones extrañas en mi vientre y tener que estar cerca de él me ponía sumamente nerviosa «lo que era raro en mí.» No sabía cómo formular bien las palabras, ni siquiera era capaz de completar una pequeña oración correctamente, llegué hasta el grado de avergonzarme a mi misma por ello. Pero me sentó bien saber que no era la única, Henry también actuaba extraño cuando estaba cerca de mi, solía balbucear incoherencias hasta el punto de que todos a nuestro alrededor lo miraban de manera extraña por su comportamiento. Era bien sabido que Henry no conocía el significado de la palabra indiscreción.

Yo solía aparentar frente a los demás, pero él... bueno no se le daba tan bien como a mí. Toda esa revuelta situación hizo que nos alejáramos por un par de semanas y el destino jugaba a nuestro favor porqué entre esos días pocas veces nos cruzamos, eran pocas las misiones a las que asistíamos juntos y nos dio tiempo para arreglar cualquier desastre que tuviéramos dentro. Después de eso, continuamos hablando con naturalidad cómo si nada hubiera pasado, aunque en realidad nada pasó, yo no lograba entenderlo y él menos, sin embargo, sé que ambos estábamos seguros de que no estábamos listos para descubrirlo, o quizás si, pero nos negábamos a esa pequeña posibilidad.

—¿Bajamos? —llamo su atención después de desviar la mirada hacía su mesita de noche porqué no tenía el valor para seguir sosteniendo su mirada.

Mis palabras parecer hacerlo reaccionar porqué parpadea repetidas veces antes de asentir ligeramente con la cabeza mientras se colocaba de pie y yo me encaminaba hacía la puerta, siendo consciente de que estaba pisándome los talones; —Quiero saber que película veremos—me dice, pero me niego a decirle.

—Dios bendiga America—murmure exasperada, ese había sido nuestro tema de conversación todo el camino hacía acá y estaba cansándome lo suficiente—, no te diré, Henry, quiero que sea una completa sorpresa.

—Tú me hiciste odiar las sorpresas, Smith—refuta con el ceño fruncido mientras abandonamos el cálido interior de su habitación—. ¿Lo recuerdas? Fue aquel estúpido día en que decidí ser lindo por ti y organicé una fiesta sorpresa, pero en lugar de agradecerme me golpeaste con un sartén—reclama y el recuerdo me roba una sonrisa.

—No reclames, eso fue tu culpa por tener todo a oscuras y gritarme en el oído—me burle.

Niega con la cabeza ligeramente divertido y sé que también ha recordado aquello, era mi cumpleaños número quince así que no podía olvidarlo, además Charlotte había grabado el momento exacto por lo que cada que podía lo veía para reírme un rato y olvidarme de todo, especialmente cuando mis pensamientos me consumían o cuando echaba de menos a una persona que nunca conocí; Cordelia Manchester. Al llegar a la planta baja puedo observar como dos adolescentes se encuentran cerca de la puerta principal mientras parecen hablar con los padres de Henry mientras que otros dos chicos están a unos metros de ellas, sé perfectamente por la expresión en el rostro de Henry que él tampoco los conoce de nada.

—Mhm... este... ¿él es su hijo? —cuestiona una de las jóvenes mientras señala discretamente «el sarcasmo en toda la palabra» a Henry, quién frunce el ceño.

—Si—contesta el señor Hart con las manos en sus bolsillos mientras alza sus hombros despreocupado.

—Si, lo reconsideramos...

—Cambiamos de opinión.

—Su hijo se puede quedar.

—Es mejor que se quede.

—Es como si tuviera que pasar—murmura una de ellas mientras que camina lentamente hacía mi... Henry, hacía Henry y se coloca a su lado logrando que su otra amiga copie su acción, cada una en los costados de Henry, observándolo con atención.

Solo me queda reírme en voz baja mientras niego ligeramente al ver que ambas me ignorar por lo que me alejó con cautela observando como ambas coquetean con el rubio, nada discretas al momento de demostrar que gustan del hermano mayor de Piper, tampoco es como que las culpe... hasta hace unos momentos estaba observando su atractivo por lo que es normal que ambas estén detrás de él para llamar su atención. En algún punto llega a ser gracioso ya que ambas parecen menores que nosotros y Henry se ve tan incomodo entre ambas que me hace disfrutar el momento en silencio.

A diferencia de ellas, los dos jóvenes «tan diferentes físicamente, pero igual en personalidad» que las acompañan si me hablan incluso creo que tratan de coquetear conmigo, sin embargo, en su lugar terminan contándome chistes malos. Me hacen reír tanto que me duele el estómago hasta que Piper propone ir por comida china para los jóvenes y Henry acepta de inmediato, sé que lo hace para poner distancia entre él y las chicas, pero no me entusiasma la idea de que me arrastre con él, no puedo negarme porqué ni siquiera me da la oportunidad de eso.

Hablamos todo el camino, creo que una parte de mi siempre ha sabido que somos Henry y yo contra el mundo y en momentos como este cuando puedo hablar de cualquier cosa que pase por mi mente mientras él me escucha atentamente, siento que es verdad, que sin importar que pase, seguiremos siendo nosotros contra el mundo entero.

—Lamento que no hayamos podido ir al cine—se disculpa Henry mientras nos acercamos a su casa después de un par de risas—. Me hubiera encantado ir, ¿sabes?

—No te preocupes, Henry—le reste importancia porqué entendía que esto no era su culpa, solamente eran situaciones, ya tendríamos tiempo para ir al cine sin que nadie nos lo impidiera—. Otro día iremos—asegure, aunque pongo un poco en duda eso, con el trabajo que tenemos es casi imposible dado que siempre hay algo que terminan arruinando todo—, entonces... ya eres todo un galán—me burlo de él alzando ambas cejas—, ¿viste cómo te miraban esas chicas?

—Primero; yo ya era un galán—presume, pero después hace una mueca con sus labios—.Segundo; ellas me dan algo de miedo, no sé.

Suelto una pequeña risa cuando llegamos al pórtico de su hogar y choco mi hombro con el suyo de manera juguetona; —Oh, vamos, ¿en serio puedes culparlas?

—No, claro que no—niega con una sonrisa altanera—, quiero decir, es obvio que se sientan así. Soy guapo, listo, guapo y gu...

Okey, fue mi culpa por alentarlo cuando sabía que eso solo inflaría su bendito ego, pongo los ojos en blanco antes de empujarlo ligeramente; —Bueno, chico guapo, ya entendí. Ahora entra.

Lo escuché reírse mientras empujaba la puerta hacía adentro para que pudiéramos entrar al interior, anunciando lo evidente, que habíamos vuelto con comida china. No creo que haya sido tan buena idea volver puesto que encontramos con que ambas chicas estaban usando el bálsamo labial de Henry y al hacer notar nuestra presencia ellas sueltan un pequeño grito antes de que los nervios las invadan para comenzar a guardar las cosas de mi compañero en su lugar, de dónde no debían haber salido, pero me ahorro mis comentarios porqué no quiero hacer más incómoda esta situación.

Elijo irme hacía la cocina para colocar las bolsas de comida sobre la pequeña barra dónde se encuentran Triple y Hudson quiénes se ofrecen a ayudarme por lo que les agradezco con una ligera sonrisa en mis labios, y murmuran algo que para mis oídos es imposible de entender, recargo mis codos sobre la superficie de la barra par observar como ambas jóvenes incomodan a Henry, hasta cierto punto llega a desagradarme, sin embargo, mi cerebro era consciente de que no podía hacer nada para ayudarlo con la situación.

—Henry, Henry, hola—lo saluda Babe con una sonrisa que no se exactamente cómo describir.

—Ya volviste—murmura Kenzie lo evidente—. Te fuiste mucho tiempo.

—Si, nos estábamos preocupando por ti—menciona Babe mientras comienza a jugar con un mechón de cabello mientras mi ceño se frunce porqué a penas estuvimos fuera más de media hora, no había razón para preocuparse.

—Si... nos fuimos como por quince minutos—murmura Henry mirando el reloj en su muñeca.

—Es todo lo que quiero—susurra Babe coqueta.

—Si, bebé—Kenzie sonríe.

—¿Ah? —pregunta Henry desconcertado mientras baja su mirada hasta su brazo derecho donde Kenzie había colocado su mano para sostenerse de él. A Henry nunca le había incomodado el contacto físico, pero esta ocasión, era diferente, al menos eso suponía.

Pongo todo mi esfuerzo en contener las ganas de reírme porqué las chicas parecían odiarme con esas miradas de muerte que me lanzaban y no quería darles más motivos, los otros dos chicos se colocan a mi lado, mirándose confundidos por la escena, pero no tienen mucho tiempo de preguntar porqué Piper entra al interior de la propiedad alzando una bolsa de comida.

—Bien, chicos, más comida china para ustedes—declara con una sonrisa.

Nadie lo observa, pero no es ninguna sorpresa para mi porqué mis ojos siempre están puestos en él, y me deleito viéndolo caminar hacía mi con la ansiedad reflejándose en su rostro, quiero decir que me preocupa o hacer algo para que las chicas dejen de incomodarlo, pero simplemente no puedo. Frunzo el ceño, y me desconcierta más verlo tomar mi antebrazo antes de tirar de el para que nos alejemos un poco de todos, como si fuera un secreto. Así me siento algunas veces.

—¿Lo viste? —me pregunta agrandando los ojos ligeramente—. Estaban revisando mis cosas, ¡mi mochila! Dios—pasa una de sus manos por todo su rostro mientras la otra todavía sostiene mi brazo.

—Si, las traes locas.

—Okey, esto no es gracioso. Te digo porque, porqué parece acoso—vuelve a susurrar exageradamente.

—Cálmate, ¿quieres? —pido conservando la calma por los dos. Era una cosa de nosotros, algunas veces él perdía el control y otras veces era yo, pero siempre nos manteníamos alerta del otro, protegiéndonos incluso cuando no sabíamos el porqué exacto.

—Todo es culpa de Piper.

—Henry—me tomo la libertad de tomarle la mano y sonreírle para tranquilizarlo—. Cálmate, ellas no son psicopatas, solo les gustas y listo. Además ¿qué pueden hacerte? Solo tienen cómo trece o catorce años—es como si mis palabras de verdad lo aliviaran porqué suspira para después asentir ligeramente—, ahora, ¿puedes soltar mi brazo para que pueda ir a comer?

—Solo si prometes quedarte a mi lado por el resto de la noche—murmura y mi boca se entreabre para hablar, pero me calla de inmediato—, por el meñique—añade o terminar su advertencia de algún modo.

Lo fulmino con la mirada, él sabe que si lo prometo por el meñique no voy a romper la promesa, es algo tonto y yo misma lo sé, pero es la única manera de que me tome algo en serio, es cuando hago pinky promise, una ridiculez, pero esa ridiculez es sagrada para mí y él ridículamente lo sabe. Jamás debí decírselo, pero soy una bocona cuando estoy con él y más cuando tenemos conversaciones a media noche por mensajes, algunas veces incluso, se cuela por mi ventana solamente para escucharme hablar.

Patético, lo sé.

—Bien—acepto su petición y enlazó mi meñique con el de él logrando que sonría triunfante.

Después de matarlo con la mirada por, quién sabe cuanta vez en el día, nos acercamos a todos nuevamente para ayudarlos a colocar la mesa y cenar, honestamente lo que menos quiero es estar aquí con todos ellos, pero debo quedarme por Henry por lo que lo ayudo a tomar algunos platos de la vajilla de su madre para comenzar a comer mientras los demás hacen otra cosa para ayudar.

—¿Es un juego nuevo? —pregunta Piper confundida y es entonces cuando mi atención se centra en ella y las chicas, y no en el chico que tengo a mis espaldas. Su aliento caliente choca con los laterales de mi cuello cuando se inclina para dejar un plato sobre mis manos y atrapo entre mis dientes mi labio inferior, nerviosa.

—Si, hacemos videojuegos—responde Babe, vaya me esperaba muchas cosas menos eso... supongo que es normal dado que están aquí, siendo menores de edad, sin un adulto y actuando como dos obsesionadas con Henry.

—Tenemos una compañía.

—Game Shakers.

—Super exitosa—recalca Kenzie guiñándole el ojo al chico detrás de mí quién frunce el ceño confundido mientras yo suelto una pequeña risa, provocando que mi pecho tiemble ante ello.

—¿Game Shakers? —cuestiona Piper y por el tono de voz puedo identificar que está sorprendida por ello, aunque no sé muy bien porqué—, esperen, ¿ustedes hicieron Sky Whale?

—Oh si.

—Así es.

Es cuando entiendo el porqué. Dios bendiga America, hasta yo misma estoy sorprendida, no puedo creer que estos cuatro jóvenes hayan inventando el mejor juego que he jugado en toda mi vida, es cosa de otro mundo para mi. Por un momento, incluso, me siento inferior a ellos, tan pequeña que se me hace imposible alcanzarlo, son tan jóvenes y han de ganar tan buen dinero... por el amor de dios.

—¡Cierra la boca! —exclama Henry mientras se acerca a la mesa, por mi lado me quedo en la barra simplemente observándolos en silencio, la sorpresa simplemente no cabe en mí.

—Esta bien—titubea Babe.

—No... es... solo—Henry suspira—. Es nuestro juego favorito. ¿Cuándo...? —intenta cuestionar algo, pero se detiene cuando su teléfono comienza a sonar por lo que se aleja pidiendo disculpas rápidamente.

Dejo a las chicas hablar mientras me doy vuelta para mirar a sus amigos que estaban murmurando al mismo tiempo que me miraba, aunque dejan de hacerlo en cuanto notan mi mirada; —Entonces, ¿ustedes también participaron en la creación del juego? —interrogo porqué no sé de que otra cosa hablarles y odio el silencio, pero sonrío a medias cuando ambos asienten—. Eso es absolutamente increíble.

—¿También es tu juego favorito? —pregunta Triple curiosamente y me ofende que pregunte.

—¡Claro que si! —exclame con una sonrisa en los labios—. ¡Lo amo! No hay día que no lo juegue, desde que sé de su existencia me obsesione. Es muy bueno y ustedes son unos genios por crearlo.

Ambos me miran embobados y por alguna razón siento un cosquilleo en mi columna antes de que sea Hudson quién se robe mi atención; —¿Te han dicho que tienes la sonrisa más hermosa? —inquiere.

Su comentario hace que el calor suba hasta mis mejillas mientras el pecho me tiembla ante la risa de vergüenza que suelto bajando la cabeza, estoy por agradecerle cuando alguien se acerca a nosotros y me toma por el brazo, ni siquiera tengo que mirarlo porqué sé exactamente quién es, reconozco su olor, aunque lo odie por ello. Estúpido Henry.

—Disculpen, me la voy a robar unos minutos—murmura y no espera respuesta, tira de mi brazo mientras nos distanciamos de ellos.

—¡Oye! —me quejo.

—Ray quiere hablar contigo—es lo único que dice cuando me tiende el teléfono de mala gana por lo que frunzo el ceño por su cambio de humor, aunque de igual forma me acerco a él para que podamos escuchar las tonterías que tiene que decir mi tío.

—¿Cuál es el problema? —cuestione en voz alta para que me pudiera escuchar a travez del teléfono.

—Jasper quiere incapacidad paterna.

Dios bendiga America... seguían con ese tema. Maldito Jasper.

—Tengo un hijo, su nombre es Barfield—escuche como decía Jasper mientras miraba cómo Henry saludaba a las chicas con una sonrisa forzada, una punzada en mi pecho me hizo tensar la mandíbula—, y lo encontré en un arbusto. Y de acuerdo con la ley...

—¡Agh! —se queja mi tío.

—Cuando una persona se convierte en nuevo padre, ese padre tiene derecho a tres meses de vacaciones pagadas para que él o ella tenga tiempo de calidad para cuidar a su hijo—continua Jasper con su vago intento de conseguir incapacidad paterna, cosa que nadie iba a permitir que pasara.

—Tú no eres padre—replica Ray.

—Si nadie reclama a mí hijo para mañana, ¡claro que lo soy! —lo escucho refunfuñar—. Y la ley estatal dice que tienes que darme incapacidad.

Escuché como ambos comenzaron a pelear y mire a Henry aburrida, sabía que él estaba igual que yo, a veces eran cansadas las peleas que mi tío tenía con Jasper y no entendía porqué simplemente no podían llevarse bien... digo Jasper no era tan insoportable siempre, ¿saben? A veces era inteligente y gracioso, además era tierno... en ocasiones.

—¿Quieres alcanzarlo? Oh, tal vez eres muy bajito para ser padre—se burlaba Ray.

—Y aún estás al teléfono con Henry y Hope—escuche que decía y lo agradecí internamente porqué estaba cansándome de solamente escucharlos pelear.

—¿Por qué siempre dicen primero tu nombre? —cuestione con el ceño fruncido, odiaba que hicieran eso, me sentía una segundona cuando no era, Henry había llegado después de mi.

—Porque soy mejor que tú.

Le doy un golpe ligero en el brazo y me sonríe burlón. Tenía una linda sonrisa, y adoraba que a veces solamente fueran para mí, de algún modo me hacían sentir especial... y ya estoy divagando demasiado.

—Ay, es verdad, olvide a Henry y Hope.

—Oigan alguien guárdeme mushu—pide Henry observando a los chicos—. Me gusta el mushu.

—¿Qué quieres qué? —inquiere Ray cuándo se acuerda que esta en llamada.

—¿Qué?

A lo lejos escuchó un pequeño grito proveniente de Charlotte.

—¡Barfield! —grita Jasper—. ¡Regresa hijo! ¡Irresponsable!

Suelto una risa antes de negar ligeramente.

—¿Oye estás ahí? —le cuestiona Henry a Ray.

—Si, escuchó que tienen invitados.

—Ah si, unos niños rentaron nuestra casa por unos días—explica Henry con calma.

—Qué estúpido—se mofa.

—No, es genial—dice Henry—, porque son los game shakers.

—Si, no sé de qué hablas.

—Por supuesto que no—suelto una risa burlona—, eres demasiado viejo para estás cosas—Henry también se ríe—, son unos niños que crean muchos juegos incluyendo Sky Whale.

—Espera... ¿están diciendo que la gente que creó el juego Sky Whale está en la casa de Henry ahora?

—Si—contesta Henry con una sonrisa, aunque mi tío no es capaz de verlo—. ¿No es genial? —pregunta, pero nadie responde—, ¿Ray? ¿No es genial? ¿Hola? ¿Estás ahí? ¿Amigo me dejaste colgado?

En ningún momento obtenemos respuesta y dejo escapar un bufido; —Odio cuando hace eso.

Regresamos a la mesa en silencio, y Henry obliga a su hermana menor a moverse de lugar para poder quedarse a mi lado, una vez que terminamos nos quedamos alrededor de la mesa que esta en la cocina para leer nuestras galletas de la fortuna, no era muy fanática de estás cosas, sin embargo, tampoco me podía quejar, esto era mucho mejor que estar en casa, sola, porque mi progenitor estaba de viaje... como siempre.

—Muy bien—Piper llama la atención para abrir su galleta de la fortuna—. Mi fortuna dice: Se
atrapan más moscas con miel que con vinagre—murmura y por inercia mi ceño se frunce, no entiendo este tipo de cosas, si mi galleta dice lo mismo, estaré decepcionada—, ¿¡qué demonios es eso!?

—Es tu fortuna—contesta Henry señalándola mientras se encoge de hombros con simpleza. «respuesta incorrecta» pienso para mis adentros.

—¡No! —niega con enfado—. Una fortuna predice algo que va a pasar en el futuro.

—Tiene razón—coincide Kenzie con la joven rubia—, creo que tu fortuna es más como una sugerencia.

—¿Si? ¡Pues es basura! —exclama la rubia. Todos jadean sorprendidos, excepto por mi, estoy acostumbrada al enojo de Piper, Henry también debería estarlo después de todo la conocía más tiempo que yo—. Pues no me gusto su sugerencia—informa Piper confundida y todos asienten dándole razón.

La hermana pequeña de Henry toma los palillos y camina hasta la puerta trasera, pero la detengo confundida; —Oye, blondie, ¿adónde vas con los palillos? —inquiero algo temerosa por la respuesta que me dará.

—Voy al restaurante chino a decirles que no tomare su sugerencia—contesta antes de abandonar la propiedad.

—Bueno...—comienza Babe colocándose de pie para tomar asiento en el lugar donde solía estar Piper—, mi fortuna dice: un buen chico llamado Henry se enamorará de ti, oh por dios.

—Am... eso es muy específico—dice Henry nerviosamente, evitando mirarla.

—Tú eres muy específico.

—¿Disculpa? —pregunta casi al instante de que ella ha terminado la oración.

Presione mis labios para no reírme, era mucho más fácil fingir que me daba gracia que centrarme en la pequeña punzada de molestia que se extendía lentamente por mi pecho ante la insistencia de la joven castaña, por debajo de la mesa, Henry toma mi mano y le da un leve apretón lo que en otro momento me hubiera hecho sonreír solamente que en este momento me hace pasar saliva nerviosa y me acomodo mejor en la silla mientras ignoro a todos. Nadie es capaz de decir algo puesto que la pequeña ventana que esta junto a la puerta principal se rompe.

No tengo que adivinar quién es. Es por esa razón que nos dejo colgados en un principio, capitán man cómo ya sospechaba entra al interior de la casa de Henry haciendo una pose heroica mientras todos se levantan, gracias a que Henry sostiene mi mano me tengo que levantar también.

—Wow...

—No puede ser.

Henry me observaba confundido y me encojo de hombros divertida; —No debimos decirle que aquí estaban los game shakers—murmuro.

—No, definitivamente no debimos decirle.

—Muy bien, ahora díganme donde esta el ladrón—ordena Ray mirando a todos lados, aunque él sabe perfectamente que no hay ningún ladrón.

—Wow, es capitán man—señala Hudson con una gran sonrisa en los labios.

—No lo puedo creer—dice Babe mientras observa a mi tío quien lanza una patada al aire para lucirse, siento el frío en mi mano cuando Henry la suelta antes de tomar su teléfono.

—Llamar al repara vidrios—murmura ignorando a todos.

—Esperen, esperen—nos detiene Kenzie—. No puede ser el verdadero Capitan Man.

—Si no fuera el verdadero capitán man, ¿podría hacer esto? —cuestiona mi tío antes de tomar un jarrón color lila de la casa de Henry y romperlo en su cabeza—, y luego decir: estoy bien.

Los game shakers comienzan a alardear ante aquello mientras me giro para mirar a Henry quien mira a Ray incrédulo, y entiendo porqué, yo lo ayude a elegir aquel florero para su madre, ahora no era más que dinero perdido.

—Yo le compré eso a mi madre—se queja alzando sus brazos molesto.

—Wow, el Capitán Man... creí verte entrar a esta casa—indica un infante moreno que ingresaba al interior de la propiedad Hart de la nada, sin permiso ni nada, entraba como juan por su casa. Increíblemente patético.

—Oigan, ¿quién es él, a quién no había visto antes hasta ahora? —interroga mi tío mientras hace una pose extremadamente ridícula para ni visión, tal vez inclusive para la de Henry porqué se encamina hacía él para mirarlo fijamente.

—No lo sé... y ¿por qué estás hablando...—hace una pausa antes de copear el tono de voz y la pose de capitán man—, así?

Ray lo miraba mal mientras yo reía en voz baja.

—Capitán Man—lo llama el joven.

—¿Si?

—Como eres un súper héroe asombroso...

—Bueno...—inicia soltando algunas risas extremadamente falsas—, continúa.

—Y ya empezó—dice Henry y suelto una última risa, porqué esto es tan patético.

Esta situación estaba siendo totalmente divertida porqué, estaba cien por ciento segura de que Ray había contratado al niño minutos de entrar a la casa de Henry; —Apuesto treinta dólares a que contrato al niño—le susurro a mi compañero y alza una ceja.

—Eso es algo obvio—me dice y esta vez soy yo quién alza la ceja—. Bien, acepto.

Sonrío en grande y él me observa antes de negar también con una sonrisa en sus labios.

—Me gustaría que hubiera un videojuego sobre ti—recalca mirando a los Game Shakers.

Ellos no conocen la palabra «disimulo.»

—¿Un videojuego sobre mí? —cuestiona Ray fingiendo estar sorprendido—. Vamos...

—Yo lo jugaría, yo creo todos lo jugarían—indica el joven.

Los Game Shakers se miran entre si mientras asienten.

—Bueno... quizá tengas razón—dice mi tío y le da cinco dólares al joven «disimuladamente» —. Cuídate.

—Dijiste que podría usar el láser.

Lo mire incrédula mientras negaba con desaprobación. No podía permitir eso, aunque al parecer si podía. Maldito irresponsable.

—Shhh, toma—Ray le da el láser al niño—. Tráelo en diez minutos.

—¡Oh, sí! —exclama el niño felizmente mientras abandona la casa y comienza a disparar a cualquier lugar con el láser.

—Así que... capitán man, ¿por qué estás aquí?—interroga Henry acercándose a él—, en mi casa.

—Pues para detener al ladrón.

—Mhm, bueno no hay ladrón—digo acercándome a ellos para evitar cualquier pelea que nos pueda delatar.

—Bueno, no estamos seguros.

—Bueno, estoy seguro...—inicia Henry.

—Bueno—lo interrumpe Ray mientras nos pasa de largo y se acerca a los Game Shakers.

—Oye, ¿dónde esta Kid Danger?—inquiere Triple.

—Oh si, ¿y Fire Girl? —cuestionan los cuatro adolescentes emocionados.

—Ah... Kid Danger está arreglándose las uñas—contesta y me aguanto las ganas de reír al ver la expresión de fastidio en el rostro de Henry—, y fire girl, arreglando su moto.

—¿Saben? De verdad dudo que Kid Danger haga algo así...—comienza—, pero esta bien—Henry se detiene al ver cómo los cuatro adolescentes lo ignoraban por primera vez en la noche.

—Por eso es que tienes las uñas tan bien—razono mirando a Henry con fingido interés—. Deberías pasarme el número de tu estilista o el tip, cualquiera de los dos sirven.

Me mira con una sonrisa sarcástica; —¡No me arregló las uñas! —exclama en un susurro.

—Eso no es lo que dice capitán man.

Paso por su lado con una sonrisa mientras miro al grupo de chicos, quienes están presionando a Babe para que se acerque a Capitan man.

—Ammm... hola Capitán Man—lo saluda nerviosamente—. Somos de New York, somos dueños de una compañía de juegos.

—Se llama Game Shakers—dice Kenzie antes de hacer su cabello para atrás y mirar a Henry sobre su hombro coqueta—. Súper exitosa.

Henry sonríe incómodo mientras que yo suelto un bufido, cruzándome de brazos.

—¿Entonces son los Game Shakers? —pregunta Ray.

—Si—contestan los cuatros al unísono.

—Bueno, eso me da gusto.

—Si, bueno si quieres hablar sobre hacer un videojuego del capitán, pues estaríamos muy intere...—Babe deja de hablar cuando el teléfono de Ray comienza a sonar robándose la atención de todos, incluida la mía.

—¡Ah! Diablos. Espera un segundo—le pide a Babe amablemente, lo que relativamente me sorprende.

—Aloha, desde Hawaii... Capitán Man—escuchó la voz del doctor Minyak y me levanto junto a Henry de inmediato, era imposible... ¿cómo demonios sobrevivió? ¿Qué era? ¿Un maldito dios?

—Vaya, vaya... el doctor Minyak—dice mi tío tranquilamente.

—¿Qué? ¿Cómo sobrevivió? —increpa Henry y los cuatro adolescentes se giran para mirarlo ante su repentina pregunta—, lo vimos saltar de ese avión sin un...—su voz se va perdiendo poco a poco al darse cuenta de la situación—, paracaídas.

—¿Un avión? —cuestiona Kenzie.

Idiota, eso es lo que es, un completo idiota, estos jóvenes son mucho más inteligentes que la gente de Swellview, un error y podrían darse cuenta de todo.

—¿Hola? ¿Hola? —llama el doctor Minyak al otro lado del teléfono—. ¡Hola!

—¿Qué quieres Minyak?

—Ah nada, solo pensé que como estoy aquí relajándome en Hawai, les contaría mi nuevo plan.

—¿Qué plan?

—Bueno de seguro has oído de esta celebridad, Double G.

—Oye ese es mi papa—dice el joven moreno—, yo soy Triple G.

—Oh, estoy en una reunión ahora, con gente que quiere hacerme un videojuego, es sobre mí, así que... ¿vas a contarme el plan o no?

Me acercó para escuchar mejor.

—Claro que si por eso te llamo desde Hawai—dice alegremente Minyak, pero suelto una carcajada cuando la manta detrás de él se cae dejando ver un lugar laminado y lleno de cosas que son cualquier cosa menos Hawai.

—Minyak, creo tu Hawai se cayó—habla Ray mientras Minkay hace un baile raro para distraernos de lo que acaba de pasar.

—No, no creo que este en Hawai.

—Ahora—continúa el "villano" cuando la lona ya esta bien puesta—. Quizás oíste que Double G, dará un gran concierto en la ciudad de New York.

—Si, todos saben de ese concierto...

—Bueno, ese concierto de caridad. No va a pasar, porqué, yo el doctor Horacio de Minyak, voy a detenerlo y a sabotearlo y no hay nada que tú y esos tontos de los Dangers puedan hacer—se ríe malvadamente o am menos lo intenta—. ¡Mahalo!

—Oh, por Dios...—susurra Babe.

—¿Quién era el hombre malo? —cuestiona Kenzie.

—El doctor Minyak—contesta Henry de inmediato y lo miro mal haciendo que se detenga dramáticamente.

—Así le dicen es las noticias—invento rápidamente para salvarlo de esta, la próxima lo golpearé en su bonito rostro.

—Bueno, ¿qué tiene ese tonto contra mi papa?

—No se preocupen por Minkay, sus planes no funcionan—asegura Ray tranquilamente.

—Si, porqué es un completo idiota—pienso en voz alta y suelto una risa nerviosa cuando todos me miran e ignoro la mirada divertida de Henry—. Eso es lo que he visto en las noticias—balbuceo.

—Bueno, que tal que este plan si...

—Shhhh—Ray silencia al moreno poniendo un dedo sobre sus labios—, ahora, este juego que van a hacer sobre mí...—hace un extraño movimiento para comenzar a caminar—. Imagínenme, el capitán man, luchando con Robots de la luna con mis ayudantes—pienso que por primera vez se ha acordado de nosotros, pero la decepción se hace presente ante sus siguientes palabras—, dos chihuahueños hembras.

Henry se atraganta con su refresco mientras yo fulmino a mi tío con la mirada.

—Lo adoro.

—Me encanta.

—Si.

—Increíble.

Los cinco comienzan a alburear hasta que Henry los detiene; —Lo siento y ¿donde esta Kid Danger? —cuestiona.

—Si, y ¿qué hay de Fire Girl?

Como de costumbre mi tío nos termina ignorando para ser él el centro de atención, lo cuál ya no me sorprende ni un poco, pero aún así, hago el intento porqué se tome en cuenta a fire girl... a pesar de todo, quiero estar en el bendito juego.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro