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Capítulo 22: Las bajas suceden



Territorio de la federación, Sector 2, a 3500 años luz de la tierra, Órbita de Nueva Alexandría.

NFF Emont. Fecha Espacial 20.11.2348.

El cielo del ocaso se teñía de un curioso color rojizo anaranjado, mientras la luz de la estrella Apolus, astro rey del sistema, se escondía detrás del horizonte.

Köhler miraba fijamente hacia hacia el ocaso, paralelo a la pista recién construida, que corría por lo que hacía dos semanas eran simples campos vacíos, mientras su cabello ondulaba por las débiles rachas de viento.

-¿Tu también estuviste aquí, no?- Preguntó Grant, interrumpiendo los pensamientos de Khöler.

-Si. Aquí ocurrió el accidente.- Dijo ella, firme.

-¿Ese accidente?.-

-Si. Fue duro en el momento.-

-Lo entiendo.- Dijo Grant, poniendo su mano sobre el hombro de Alessandra.

-Lo sé. También lo siento.- Dijo ella, tomando el brazo de Grant a la altura del codo, estrechándolo.

-Si quieres hablar, sabes dónde encontrarme. Aunque, tal vez te serviría hacerlo con Hale.- Dijo él, estrechando también el brazo de Köhler.

-Uhm.-

-Oh. Entonces, sabes dónde estoy.-

-Gracias, Esdraz.- Respondió Khöler, sonriendo nostálgicamente.

-La veo en la nave, comandante.- Dijo él, alejándose.

Alessandra permaneció mirando los últimos rayos de luz, mientras una lágrima corría por su mejilla.



Mientras tanto, en la Emont, el día académico terminaba para los alumnos.

Maryam caminaba al lado de Rithaller, junto con las demás parejas de oficiales de comando, saliendo del laboratorio de biología.

-¿Viste cómo lo hizo Emily?.- Dijo Montero.

-Claro, Montero, tenía razón. La mejor de su clase, definitivamente nos servirá.- Dijo Rithaller.

-Vamos Valeshka, deja de verlos como meros activos, serán nuestros compañeros.-

-Tiene que entender que no son nuestros compañeros. Son subordinados.-

-Su rango no les quita el ser nuestros compañeros.- Dijo Montero

-¿A caso te sientes compañera del señor Sókolov? ¿O de la comandante Köhler?-

-Creo que no entiendes mi punto, Valeshka.- Respondió Maryam.

-No, no lo entiendo señorita Montero. Creo que es momento de dejar las cosas claras. Nuestra relación no es de compañerismo. Soy su oficial superior, y por lo tanto, me responde y obedece a mí.- Le espetó Rithaller, volteando hacia Maryam, mientras se señalaba a ella misma.

-Pe..- Empezó Maryam, hasta que Valeshka le interrumpió.

-Sin peros. Nuestro equipo nos responde a ambas, y la única razón de tener un equipo es que debemos completar misiones, que por cierto, empiezan en dos días. Así que, si no puedes comportarte, te recuerdo que puedes renunciar en cualquier momento. ¿Queda claro?- Continuó Rithaller, molesta.

-Si señora.- Dijo Maryam, con la sangre hirviéndole.

-Muy bien. Te veré a las 0800, en la práctica de tiro.-

-Si señora.- volvió a responder Maryam.

Valeshka asintió, y se dió media vuelta, dirigiéndose a los dormitorios.

"No creí que fuera así", Pensó Maryam. Se sentía frustrada, y confundida. Jamás se había imaginado que las relaciones de poder en la Flota fueran así.

"Podría ser su historial, o lo que vivió en la Executor, al fin, es una nave militar." murmuró

Maryam siguió dándole vueltas a las razones del actuar de su compañera. O mejor dicho, oficial superior. La idea la asqueaba: ¿Un sistema de autoridad inquebrantable? No era posible. El éxito siempre resulta del debate, ¿o no?

Sin darse cuenta, Maryam llegó a uno de los comedores, un tanto similares a las cafeterías, pero, con comida real, en lugar de solo replicadores.

"Un poco de comida no me caería mal" Se dijo, y fue por un plato, para servir.

Normalmente, los comedores hacían raciones suficientes para la mitad de la nave, durante los primeros dos meses de viaje, pues la comida fresca no duraba demasiado, sin embargo, naves como la Emont, y algunas otras solían ser reabastecidas regularmente, permitiendo así ofrecer un menú natural casi en cualquier momento.

El menú del día eran Papas Horneadas, Ramen y chuletas de cerdo, por lo que Maryam se emocionó bastante, tenía años que no comía chuletas.

Después de pasar por sus porciones, se dirigió a una de las largas mesas que cruzaban el recinto, y se sentó a comer.

-Insignia Montero, sabe que esas chuletas no son reales, ¿verdad?- Preguntó Emily Brown, una de las oficiales científicas bajo el mando de Maryam y Valeshka.

-Claro que sí, señorita Brown. Son creadas en laboratorio para evitar el sufrimiento animal y tener una producción mucho mayor, pero... Saben mucho mejor que las de replicador.-

-En eso estoy de acuerdo, señora.- Dijo Brown, sentándose junto a Maryam.

-¿Por qué me dices señora? ¿Y, por qué te sientas junto a mi?-

-Por que es mi oficial superior. Y, por que me agrada, aunque si lo prefiere, me retiro.- Respondió Brown, apenada

-No, no, perdona, no me refería a eso. Mira, los rangos, olvídalos, somos un equipo. La única diferencia es que yo me como los regaños. Llámame Maryam.-

Emily se rió, y le respondió -Muy bien, Maryam. Quería preguntarte, ¿por qué me eligieron? Me refiero, hay muchos más aprendices en la nave, varios llevan aquí bastante más que yo, así que, ¿por qué a mi?-

-Es una buena pregunta. Pero no te contestaré. Eso lo harás tú misma, y se lo presentarás a Rithaller. Si, es una orden.- Dijo Maryam, impidiendo que Brown la interrumpiera.

-¿Es una prueba?- Preguntó Emily.

-Podría serlo. Depende de si la pasas.- Respondió Maryam, llevándose un trozo de chuleta a la boca.

-¿Entonces si lo es?- Preguntó Brown, dudosa.

Montero se limitó a alzar los hombros, pues tenía la boca llena.

-Bueno. Ya veremos. Provecho, por cierto.- Dijo Emily.

Maryam asintió agradecida, mientras devoraba sus porciones. Algunos minutos más tarde, se levantó, y después de despedirse cordialmente de Emily, se fue a su dormitorio.

Se sentía cansada del día. Planetología, Bioquímica y después Astrobiología. El día 3 era un castigo para ella, aunque en el fondo, le encantaba.

Sin embargo, se recostó, emocionada por el día siguiente, pues tenía clase de combate, con Köhler, y después astrofísica, con el profesor Sókolov.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el timbre de su puerta.

-Adelante.- Dijo Maryam sentándose en la orilla de la cama.

La puerta se abrió, con el distintivo chirrido neumático de los accesos.

-Señorita Montero, ¿puedo pasar?- Preguntó Valeshka desde el marco de la puerta.-

-Adelante, señorita Rithaller. Dijo ella, levantándose.-

-Gracias. Uhm, quería...- Empezó Rithaller, mirando a Maryam.

Montero le señaló una silla frente al escritorio de la habitación, invitándole a sentarse.

-Gracias, gracias. Sólo quería disculparme por mi comportamiento en los últimos días. Me parece que no ha sido el correcto, y menos si vamos a llevar a cabo nuestra primer misión real. Así que, le ofrezco disculpas, cabo.-

Maryam Asintió, dejando que Valeshka continuara.

-Hace 3 días me citó el Capitán en su oficina, para informarme de recientes ataques en algunas colonias, entre ellas Nova Ojotsk, la colonia donde residían mis padres. Ellos murieron, y, creo que ello ha afectado mi forma de relacionarme con usted, cabo.- Dijo Valeshka, intentando no quebrar su voz.

-Deja los rangos, Valeshka. Lo siento.- Dijo Maryam, tomando las manos de su compañera.

En ese momento, Rithaller rompió en llanto. Las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos, escurriendo por sus mejillas. Su gesto cambió, arrugando el gesto, consternada

Maryam se levantó y la abrazó, tomando su cabeza entre sus manos. No sabía qué decirle.

Valeshka la abrazó, mientras sollozaba afligida.

-T...Tenía cu-cu-cuatro años sin...-Empezo ella, tartamudeando.

-Calma, calma.- Susurraba Maryam, acariciando el pelo de la chica.

-Sin verlos.- Logró terminar Rithaller, resoplando.

-No te culpes por eso, calma.- dijo Maryam.En su cabeza había cientos de preguntas. ¿Por qué me lo dice?¿Qué hago?¿Qué le digo?

Puente de la NFF Emont.

-¿Sin lugar a dudas, señor Sókolv?- Preguntó Khöler.

-Ninguna comandante. Todos los estudios arrojaron el mismo resultado. Todos los escombros coinciden, y de hecho encontramos un trozo del proyectil.-

-¿Y el patrón es consistente?- Preguntó Grant.

-Si señor. Los proyectiles impactaron en lugares muy específicos. No creo que hayan sido lanzados al azar. El daño a la estructura fue contundente.-

-Entendido. ¿Detectaron fugas de información?-

-Por suerte sólo se podía acceder a planes de contingencia sanitaria en la zona que quedó descubierta- Dijo Sókolov señalando una foto aérea de la zona de los ataques -pero aún así, parece que hicieron copias de todo el servidor.-

-No fue un ataque al azar. En Nueva Alexandría se guardaban algunos de los planes de guerra más antiguos. No tengo idea de qué nos espera en Hera.-Dijo Grant.

-Según recuerdo, Hera tenía planos navales, algunos protocolos de contingencia y otras cosas. ¿Qué demonios buscaban?- Exclamó Khöler, desesperada.

-En San Francisco, después del ataque, robaron Planos Navales, todos de cargueros.- Dijo Grant.

-Debe tener relación con las recientes actividades de los liberatoris. Siguen robando equipo, las municiones disparadas aquí son prueba de ello.- Comentó Sókolov.

-Sókolov, ¿Informaste a Gungnir de esto?- Preguntó Grant.

-No señor, ¿debería hacerlo?- inquirió este.

-Omite la parte de los planos navales. No es necesario que sepan todo.- Dijo Khöler, adelantándose a Grant.

-Si señora.-

-Bien, a sus estaciones, es hora de partir a Hera.-

-Uhm, solo algo más, señor.- Interrumpió Aleksander.

-¿Si?-

-Tengo entendido que los chicos de Operaciones Tácticas serán los encargados de los análisis en Hera.-Dijo Sókolov, tímidamente.

-Así es. ¿Alguna objeción?-Preguntó Grant.

-Ninguna, señor. Es sólo que, me preguntaba si como encargado de ciencias podría asesorarlos.- Dijo él

-Claro que sí, aunque, te recomiendo que los dejes ir por sí mismos. No son novatos...Excepto una de ellos, pero; bueno la mayoría tienen al menos 3 años de experiencia.-

-Entendido señor. Aunque, prefiero mantenerlos vigilados.-

-El oficial científico eres tú, no yo.- Dijo Grant, sonriendo y dándole una palmada en el hombro.

Sókolov asintió, satisfecho, y se dirigió a su estación.

-Reporte de estado, por favor-

-Todo listo para partir, capitán.- Dijo Mercerón

-Muy bien. ¿Qué tal los niveles de combustible?- Preguntó Grant

-Solo utilizamos un 12%, señor.-

-Excelente, pero no sabemos si necesitaremos más en el futuro. Curvatura 60, tracen curso a Hera.-

-Curso trazado, tiempo estimado... Doce horas. En espera de sus órdenes señor.-

-Adelante, Marek.-

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