Tierra, San Francisco, Parador de la flota espacial #86. Fecha estelar 2.11.2348.

Maryam estaba en su cama, mirando al techo de la habitación del parador.

La habitación era amplia, pero no muy grande. Las paredes tapizadas junto con el techo retroiluminado le daban un tono acogedor, aunque se sentía un tanto artificial. Una cama con sábanas oscuras se ubicaba con la cabecera al centro de la pared izquierda, mientras que al frente de la misma había una pequeña zona que podía fungir como oficina. De frente se veían las grandes ventanas que permitían ver la academia, al otro lado del puente.

Pasaba del medio día, aunque el cielo permanecía nublado

Pensaba en lo que sus padres podrían estar haciendo, pues, aunque actuaba como si no le importaran, algunas veces los extrañaba.

Sus pensamientos fueron distraídos por una vibración en su comunicador personal. Un mensaje había llegado, proveniente de la Flota Espacial

"A todos los miembros de la generación 2384 asignados a la NFF Emont. Se les informa que por disposiciones de la flota, la Emont zarpará antes de lo previsto, por lo que pueden solicitar su transferencia a otra nave de la Vigésimo Primer Fuerza de Tarea. En caso de decidir zarpar con antelación, presentarse en la Base Estelar #1 para abordar la Emont en la fecha estelar 3.11.2348 a las 800 hrs."

Maryam la leyó, extrañada. "Los buques insignia no suelen zarpar sin su flota", pensó. La joven no estaba segura si debía salir al día siguiente, o disfrutar su tiempo libre. Después de todo, llevaba más de cuatro años preparándose para ese momento, aunque, justamente ese era el problema: Cuatro años sin muchas vacaciones, sin muchas distracciones, cuatro años perdidos, o quizás ganados.

De pronto, alguien golpeó a su puerta.

-Adelante- Dijo Maryam en voz alta

Rotfet abrió la ligera puerta.

-¿También recibiste el mensaje?- Preguntó Michelle

-Sip. No sé qué decidir-

-Yo tomaría el tiempo de descanso extra, realmente se vuelve un tanto pesada la vida en una nave. Además, entre nosotros, mi oficial superior trabajó un tiempo con el Almirante Grant, el capitán de la Emont. Solía decir que es insoportable.- Dijo Rotfet, divertida

-¿Sabes quién es el Primer Oficial?- Preguntó Maryam, pensativa

-No recuerdo su nombre, pero ahí cambia el panorama, compañera. Otro de los oficiales de la Broome solía hablar maravillas de ella.- Respondió Michelle, emocionada. -¿Por qué la Pregunta?-

-Quería saber si la tripulación es buena.- Se limitó a decir Maryam, mientras buscaba el resto de los curriculums de la tripulación.

-Pffffff, vaya pregunta. Se supone que son los mejores de la flota, por eso tienen la nave insignia.-

-Entonces iré. Vale la pena, creo. En realidad aún no decido.- Dijo Maryam, suspirando, y dejándose caer en la cama.

-Yo ya te dije mi recomendación. Date un respiro, lo necesitarás, y más por la rama en la que estamos.-

-Creo que decidiré un poco más tarde.- Respondió Maryam, frotándose la cara.

-Me parece bien. Cambiando de tema, yo y algunos más iremos a dar la vuelta por la ciudad. ¿Vienes?- Preguntó Rotfet, mientras miraba su comunicador.

-No lo creo, la última vez que fui contigo terminé en el hospital.- Alcanzó a decir Maryam, divertida.

-Tu te lo pierdes. Si cambias de parecer, envíame un mensaje.- Dijo Rotfet, justo antes de lanzarle un beso desde la puerta a modo de despedida.

Maryam se quedó perpleja.

"Llevo días de conocerte, ¿Por qué haces eso?". Se preguntó.

Después de descubrirse mirando a la puerta y absorta en sus pensamientos, Maryam se levantó de la cama, se sentó en el pequeño escritorio que la habitación del parador tenía y comenzó a leer los reportes de acción de la Emont.

Realmente quería descansar, pero sabía que darse por vencida justo ahora, no era la mejor decisión.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Mientras tanto, el Hub de San Francisco tenía una actividad un tanto inusual.

El Elevador de Carga Orbital y sus cuatro líneas habían sido reservadas exclusivamente para el uso de la flota, Más específicamente para abastecer a la Emont.

Oficialmente, se abastecía a la Base Estelar #1, y aunque era verdad en cierta medida, gran parte de los recursos eran de uso y producción militar, destinados a la Emont.

Armas, municiones, equipo científico, materiales de laboratorio, y sobre todo, nuevos uniformes para todos los oficiales.

Alessandra Khöler, a bordo de la Emont, supervisaba los cargamentos entrantes, pues una de sus labores como Primer Oficial era mantener la seguridad dentro de la nave.

"No sé que trames Esdraz, pero esto es importante" Pensó, mientras firmaba en un pad la entrega de un conjunto de cajas con el símbolo de la 31 a los lados.

De pronto un oficial la interrumpió cordialmente.

-Señora, necesito que firme esto. Son haberes personales del capitán Grant.- Dijo el hombre

-El capitán no me informó sobre ello, ¿Qué contiene?.- Preguntó Khöler, dudosa

-Le aseguro, comandante, que el capitán solicitó que usted firmara esto. Y no puedo revelar el contenido.- Replicó el oficial

-No voy a firmar nada que no sepa que contiene, ¿entendió, oficial Ankara?- Le respondió Khöler molesta, mirando el nombre en el uniforme del hombre.

-Comandante, tiene que firmarlo, órdenes del capitán.- Insistió Ankara.

-Señor, no me haga repetirlo, o haré que lo echen de mi nave.- Le advirtió Alessandra

-No será necesario, comandante, yo me encargo.- Interrumpió Grant, dirigiéndose a Khöler.

Khöler lo miró, sorprendida

-¿Dónde estabas?- Preguntó ella

Grant levantó la mano izquierda pidiéndole un momento, mientras se dirigía a Ankara.

Tras una fugaz charla y un apretón de manos, Grant volvió con Khöler.

-Lo siento.- Dijo Grant con las manos en el aire.

-¿Qué rayos fue eso?- Preguntó Alessandra, molesta.

-Creí que con mis órdenes sería suficiente, disculpa el inconveniente.- Dijo él, apenado.

-No, ese no es el problema. Cajas de la 31, equipos armados hasta los dientes, ¿y ahora contenedores con "haberes personales"? Creí que teníamos confianza.- Le espetó ella

-Te expliqué en el mensaje que envié.- Replicó Grant.

-Lo único que decía era que me explicarías en la nave.- Dijo ella, tajante.

Grant hizo una mueca extraña, preocupado.

-Okay, te veo en mi oficina en cuanto termines con esto, ¿Te parece?- Preguntó.

-Ya terminé.- Le respondió Khöler fríamente.

-Entonces te veo en unos minutos, ¿si?- Dijo Esdraz, mientras se apresuraba a tomar un Turbotransit.

Khöler se quedó parada, mirándolo, con una sensación de confusión. Momentos después tomó un Turbo Transit a su habitación, de donde tomó una pequeña memoria cristal.

Las habitaciones de la tripulación del puente eran más espaciosas que las de la mayoría de los oficiales. Además estaban separadas a lo ancho de la nave, para evitar riesgos en caso de daños a la misma. Especialmente, las de Khöler y Grant estaban a cada uno de los lados de la nave, pues eran los oficiales de mayor rango.

Tras unos minutos, Khöler tocó la puerta de la oficina de Grant, no muy lejos del puente.

-Adelante.- Respondió el Capitán

-¿Y?- Preguntó Khöler mientras entraba.

Inmediatamente se sentó en el sofá de la oficina

-Claro, siéntate.- Dijo él, irónico.

Alessandra puso los ojos en blanco, riendo.

-¿Me dirás que te traes entre manos?-

Grant se limitó a bajar la cabeza. Después se dirigió al pequeño taburete que estaba frente a Khöle y se sentó frente a ella.

-Nos sacaron de la Fuerza de Tarea.-

-¿Por qué?- Preguntó Khöler, confundida.

-Y nos asignaron como la Flota Aegis.-

Alessandra abrió los ojos como platos, estupefacta.

-¿Y cuándo me ibas a decir?- Preguntó exaltada.

-Justo ahora.- Respondió Grant, encogiendo los hombros.

-Me imagino que tiene que ver con los ataques a Nueva Alexandría y las demás colonias.- Dijo ella, un poco más calmada

-Y el ataque a San Francisco.-

-Cierto. ¿Cómo está ella?- Preguntó Khöler, refiriéndose a Morgan

-Nada bien, pero no es el momento de hablar sobre ella.- Dijo el, con cierta tristeza en la voz

-Okay. ¿Qué hay de las cajas de la 31? ¿Son parte de Aegis?-

-Sí, y también tienen los nuevos uniformes.- Dijo él, un recobrando la compostura.

-Entendido. ¿Me explicarás lo de los "haberes personales".- Preguntó Alessandra, un poco más seria.

Grant sólo la miró, con la cabeza inclinada.

-Creí que ya no lo necesitabas. Nos dijiste que ya no lo necesitabas.- Replicó ella.

-No sé qué pasó. No pude evitarlo, y, creo que tengo una recaída.- Dijo el, aflijido

-Sabes que no es bueno, tienes que hacer algo.-

-Lo intento Alessandra, lo intento.- Respondió el capitán, irritado.

-Entiendo.- Se limitó a decir ella. Acto seguido miró el reloj en la pared y continuó. -Bueno, partimos en unas horas, y debo seguir con algunos protocolos.

-Si, claro. Yo debo arreglar algunas cosas en la base, vuelvo en un rato.-

-Deberías dormir, ¿Cuánto llevas sin cerrar los ojos?- Preguntó Khöler.

-Creo que 50 horas, algo así.-

Khöler hizo un gesto de desagrado, pero Grant la interrumpió.

-Por cierto, necesito que esto permanezca entre nosotros, aún no es tiempo de decirle a los demás.-

-Okay. Después de todo, no es el primer secreto que guardo.- Dijo ella, sonriente.

-No sé de qué hablas.- Respondió él, evasivo.

-Vamos, te divertiste.-

-Fue poco profesional.-

-Pero te gustó.- respondió Khöler, levantando las cejas

-Eso parecía, pero no. El alcohol no es agradable.- dijo él, serio

-Ahh, vamos. Es bueno que te sueltes un poco de vez en cuando.-

-Odio la resaca.- dijo el capitán, tajante

Khöler sólo se rió, mientras salía de la oficina.

-Te veo en un rato.- Dijo ella, despidiéndose, mientras se perdía en el pasillo.