Capítulo 13. Explicación y ¡¿qué demonios?!
Capítulo 13. Explicación y ¡¿qué demonios?!
Se acercó a la puerta del comedor con miedo. Había ido rápidamente a cambiarse para ponerse su uniforme, aunque sólo era una excusa. Ella temía la reacción de la furia pelirroja. No Rose, ni mucho menos Molly. Siquiera Lucy y ella a veces te hacía temblar. Lily era quien se ganaba todo, era gritona, era roja, era malhumorada, era roja, era grosera, era roja, era maldita y... ¡Roja!
—Yo no quiero —balbucea cuando James la empuja para entrar—. Ella va a matarme.
—Nah... Va a torturarte, la muerte es muy simple.
— ¡James!
—Yo te protegeré —se burla rodando los ojos, le hace una seña a sus amigos para que abran las puertas—. Vamos, nena, eres una Gryffindor.
—No me digas nena, suena feo —se queja recordando a todas las profesoras que al no recordar su nombre le decían nena, eso hasta que ella se volvió... Viral (merodeadora, cof)—. Conoces a Lily, me arrancará mi fina cabellera.
—Pobre de ti... ¡¿No es Zac Efron el de allá?! Vaya, tenías razón, sí es un mago —dice Fred metiendo la cabeza al comedor.
— ¡¿En verdad?! —chilla emocionada, ingenua—. ¡Siempre te amaré, Troy Bolton!
Entra a tropezones al comedor, con los ojos buscando a Zac Efron. Luego pensó en la emoción de Fred al decirlo y recordó que él odia a ese actor... Maldito mentiroso. Voltea para mirar a sus amigos con odio y alguien la taclea desde atrás.
De no ser porque estuvo mejorando sus reflejos se habría dado de cara al suelo. Logró interponer sus manos para no destruir esa creación de dioses (literal). Sintió que algo se le subía la espalda, era lo suficientemente ligero para voltear y levantarse, pero Meredith sabe que Lily odia cuando alguien demuestra ser más fuerte que ella.
— ¡¿Dónde te habías metido, maldita perra?! —le preguntó histérica, inclinándose a su oreja derecha—. Desapareciste del mapa tanto tiempo y ahora entras saltando al comedor. Eso no tiene perdón, ah-ah.
—Lily, haz el favor de no matar a tu amiga —escuchó decir a James en un intento de controlarla—. Sabes que la muy asmática no puede respirar boca abajo.
— ¡Eso es mentira! —jadea y frunce el ceño al notar que tenía cierta dificultad al respirar—. Oh por Merlín, es verdad, ¿eres psíquico?
Lily la voltea con poca delicadeza. Meredith le dedica una gran y bonita sonrisa intentando darle aunque sea lástima o ternura. Pero la pelirroja es dura de roer, sigue mirándola con seriedad.
— ¿Dónde estuviste? Me preocupé mucho. Llegué temprano a clases, hice mi tarea, dejé de acosar a la gente... Mar, me hiciste daño —dramatiza y se lleva una mano al pecho—. Tu desaparición me cambió.
—Se nota, tal parece que hoy te peinaste —bromea y luego le guiña un ojo—. Bañarte te hace ver más guapa, peli-peli pasión.
Las mejillas de Lily se colorean y ya no puede ocultar su sonrisa.
—Bueno, pues tu hiciste ejercicio o una liposucción, porque ya no siento la misma cantidad de grasa en su barriguita, perra la ornitorrinco.
Meredith abre los ojos como platos y suelta una carcajada —Te extrañé tanto.
Percy se inclina hacia James y sin dejar de mirar la extraña escena le murmura — ¿Son amigas o novias? Esto me confunde.
—Son amigas, amantes a veces, esposas... Es complicado —explica con media sonrisa. Entonces frunce el ceño y lo mira sin disimulo—. ¿Y tú? ¿Qué eres de ella ahora?
—Medio hermano —adopta una pose más firme, le devuelve la misma mirada—. ¿Tú?
—James Potter —aparta la vista con arrogancia—. Lo dice todo.
—Huh —bufa el semidiós y se aparta con las manos en los bolsillos—. Debí decir Percy Jackson, héroe del olimpo o algo así —murmura.
—Encontré la comida mágica —Troy volvió, quien sabe a dónde fue (a la mesa de Hufflepuf a robar comida de los niños). Alzó las manos que escondían algo, sus ojos brillaban con ilusión digna de un pequeño—. Es chocolate, creo.
Abrió las palmas y una pequeña rana de chocolate saltó de ella directo a la cabeza de Frank. Él retrocedió y chocó contra Fred, pisándole los pies. El pelirrojo le dedicó una mirada de odio mientras Longbottom se disculpaba avergonzado. Troy volvió a tomar a la rana y esperó un nuevo salto.
—Sólo saltan una vez —explica Frank.
—Ah... Qué poco divertido —vuelve a ponerla en su cabello.
—Uh, no lo dejes ahí... Bien —suspira derrotado.
Cuando Meredith terminó de armar escenitas en el comedor pudo sentarse a desayunar. Annabeth, Percy y Troy estaban junto a ella probando todo y escuchando la conversación atentos. Lily no se apartaba de su lado. Y, aunque no se había acercado, Meredith sabía que Albus estaba mirandola desde la mesa de las serpiertes. Por ello sus mejillas no podían estar más rojas y apenas podía comer normalmente.
— ¿Vas a decir o no por qué te fuiste? —Lucy le dio una mirada entre insistente y preocupada, se había mudado de la mesa de los tejones para poder interrogarla—. Albus y tu tienen un secretillo, él es una tumba pero deberían saber que somos familia y todo se puede confiar a la familia.
Fred asintió sin levantar la mirada de su plato mientras lo cargaba con más comida. Roxanne alzó una mano mientras trataba de acabar su zumo de naranja.
—Voy a decírselo, en serio —murmura hundiéndose un poco en su lugar—. Ahora sólo quiero comer.
— ¿Cuándo no quieres comer? —farfullan con burla Percy y James a la vez, luego se miran con el ceño fruncido.
Lily rueda los ojos ante eso, deja su plato a un lado y se acerca un poco más a Mar.
—Una pregunta... ¿El chico Troy tiene novia? No sé de dónde vino, pero —lo mira comer— creo que me he enamorado —bromea codeándola.
Meredith rueda los ojos e intenta ocultar una sonrisa. Extrañó tanto a Lily, ahora lo notaba.
—Yo lo vi primero —susurra divertida—. Ya hasta le pisé los pies.
—Santa cachucha, va en serio.
Ríen como un par de focas epilépticas. Percy le dedica una mirada de odio a Troy dado que pudo escuchar la conversación. El hijo de Ares los mira un segundo y vuelve a su atraco sin más. Poco le importaba si lo miraban mal o no.
***
—Entonces fuiste a un campamento en medio de la noche, en temporada de clases... Eso no suena creíble —resalta Rose cruzada de brazos, observaba a la nerviosa Meredith como si fuese un objeto de estudio. Al fin se decidió hablar del tema, luego de todo un día sin tocarlo, los hizo sufrir hasta la noche.
—No es raro si viste lo que pasó.
—Bueno, hermano, da la casualidad que no estuvimos ahí —le recuerda James a Albus mientras pasa a su lado y le da una colleja—. Así que, pueden comenzar.
Albus hace una mueca y se sienta junto a Meredith, ella entró en pánico. Era usual que sea tan dramática, su vida se basaba en ello, y cada contacto cercano con el Potter ahora era una locura.
—Yo... Yo hice que se levantara —balbucea alzando las manos y moviéndolas patéticamente. Todos sus amigos le miraban extraño—. Y ufff, pufff, ¡waaa! Bam.
—Ésta explicación llena por completo las expectativas —bromea Lucy en voz baja.
—Siento vergüenza ajena —murmura Percy, Annabeth le mira mal—. Ya me callaba.
Meredith comenzó a preguntarse si en verdad debía contarles lo que sucedió. Sabía que todos ahí eran de confianza, eran como su familia. Pero igual no sabía expresarse. De repente siente que le toman la mano, Albus le miraba como si le diera ánimos para seguir, él sí confiaba en que ella podía expresarse mejor y soltarlo todo.
—Yo hice que el lago se levantara —dice sin titubear, mirando a los ojos al chico, él sonríe de lado—. Como una enorme ola.
Hay un silencio, voltea hacia los demás otra vez. Lily parecía esperar más.
— ¿Y? Hay hechizos para hacer eso, Mar —le recuerda con un tono casi burlón.
La semidiosa tensa los hombros y mueve la cabeza en negación.
—Yo no usé hechizos. No tenía mi varita en mano, saben que yo no sé hacer hechizos sin varita —se ríe de sí misma—. Apenas sé hacerlos con ella.
Toma unos segundos para mirarlos con los ojos brillosos, ellos vuelven a su expresión de confundidos.
—Sentí algo extraño en mi ombligo —relata, Percy asiente lentamente, comprendiéndola—, como si hubiese algo que tirara de mí. No se sentía como cuando hago boberías con mi varita, se sentía como si estuviese usando mi propia energía, todo... Yo...
—Madre mía, ¡eres una bruja! —grita James haciendo que salten en su lugar, lo miran con cara de pocos amigos—. Lo siento, sentía la maldita necesidad de hacerlo.
—Sí James, soy una bruja, ya lo sabías —suelta Meredith un poco enfadada—. ¡Soy una bruja y también semidiosa! —suelta abriendo los brazos y sonriendo incómoda.
Se hace el silencio incómodo. Meredith sigue con sus manos de jazz mientras sus amigos lo digieren. Lily es la primera en bufar y reírse.
—Nena, eres guapísima, pero no te pongas tan alto. El ego es malo, Sirenita —le dice con tono jocoso.
—Ay, no me vengas con eso. Soy hermosa —sacude la cabeza—. ¡Pero sí soy semidiosa!... ¡Ellos igual! —señala tan rápido a los chicos que estos retroceden pegándose a la pared, Troy alcanza a sacar un cuchillo de su espalda.
Meredith entra en pánico y se acerca a él —High School Musical, no armas frente a ellos. Recuerda lo que dijo Quirón.
Troy asiente. A Rose se le prende la lamparita.
—Quirón era un centauro, un tutor de héroes... De la antigua Grecia —explica a sus primos, camina hacia los semidioses —. Era muy sabio en todo.
—Pero no conoce muy bien Facebook —comenta Percy—. Lo confunde con instagram.
Se escucha un suspiro de "por favor, basta" por parte de Annabeth, quien se tapa la cara con ambas manos.
—Hablas de él como si lo conocieras.
—Es que lo conocemos —dice la listilla—. Quirón es el director de actividades en nuestro campamento. Y sí, es verdad, somos semidioses porque en realidad uno de nuestros padres es dios, no por otra cosa —añade mirando a Lily.
Fred deja escapar el aire retenido —Si la rubia bonita lo dijo, ya lo creo.
—Meredith —suelta Lucy, cruzada de brazos mira a su amiga—. ¿Es así?
La morena asiente una y otra vez con la cabeza. Señala a Annabeth —Ella debió hablar desde el inicio.
—Tu padre es un dios... —murmura Frank.
—Eso... —sigue Fred.
— ¡Gana el puesto de genialidad de la semana! —grita James avanzando hacia ella y tomando su mano para estrecharla—. Señorita Greengrass, le ha quitado el puesto al récord del joven Fred con sus tres palitos en cada orificio de la nariz.
—Ugh —hace una mueca de asco al imaginarlo—. ¿No van a... tardar más en creerlo?
Se miran entre ellos y se encogen de hombros. Molly habla.
—Mar, somos una gran familia de pelirrojos magos cuyos abuelos viven en una casa que se mantiene en pie gracias a la magia —sonríe un poco.
—Admito que suena un poco loco, pero me lo creo —dice Roxanne moviendo las manos, quitándole importancia.
—Entonces van a creerse lo demás también —suelta tranquila la morena—. Que los Malfoy son mis hermanos.
— ¡¿Qué demonios dices, maldita loca?!
—Exactamente eso —dice alguien arrastrando las palabras.
Todos voltean para encontrarse con el par de rubios Malfoy. Ambos con expresiones serias, Narcissa daba más miedo que el otro. James se sujetó dramáticamente por los hombros de Frank.
—Amigo... Ellos... Ella... —señala a los Malfoy y a Meredith de forma simultánea—. Es imposible.
—Pero si Meredith es una pequeña mo... —comienza a decir Lily, tartamudeando.
— ¡No seas racista! —gruñe su amiga—. Sé muy bien lo que ibas a decir, Luna, y si te atreves a hacerlo voy a...
—Es por su madre, ¿no? —dice Rose con mirada crítica, el trío de hermanos asiente sin mirarla—. Lo sabía.
— ¿Es que lo sabes todo? —murmura Roxanne.
—Vi el nombre completo de Scorpius la otra vez —comenta sin darle mucha importancia, el nombrado le mira con el ceño fruncido—. Ayudaba a la profesora de Astronomía con las calificaciones. Era la primera vez que veía su segundo apellido, y nunca hablan de su madre...
Albus le da una mirada para que deje de hablar. La voz de Rose se disipa y avergonzada nota el poco tacto que tuvo al decir todo eso. Masculla una disculpa y se sienta con las mejillas rojas.
— ¿Te enteraste de todo en un día, linda? —pregunta con pena Frank, Meredith asiente encogiéndose de hombros.
—Pues para qué esperar a lanzar la otra bomba otro día —farfulla y mira de reojo a los Malfoy—. Ahora tengo papá y tres hermanos —hace un mohín—. Hasta donde sé sólo son tres en total.
Percy levanta la mano —Podría asegurarte que sólo somos nosotros por parte de papá... Pero yo creía ser el único hasta que llegaste tú así que...
—No ayudas, Percy.
Siguen una corta conversación sobre el tema hasta que Rose dice que se está haciendo muy tarde y que todos deberían ir a dormir. Apenas terminó la oración Scorpius salió de allí a paso rápido. Todos lo miraron con la boca abierta, incluso Narcissa durante unos segundos.
—Seguro ya nadie de Ravenclaw está afuera —se lamentó un poco Molly, Frank trastabilló cuando intentó acercársele.
—Yo... Yo podría acompañarte. Digo, si quieres. Ya sabes, compañía. Sala común, pasillos —ríe nervioso.
Molly se sonroja y asiente. Ambos se despiden ignorando las miradas de insinuación de la mayoría. Meredith golpea el brazo de Fred con emoción cuando el par se aleja.
—Al fin van a estar solitos y juntos —dice con la voz distorsionada por la alegría—. Yo seré la madrina de su boda.
—No digas boberías, esa seré yo. Soy su hermana —recuerda Lucy y le sonríe—. Buenas noches, yo debo bajar varias escaleras.
Da unos pasos antes de que Fred camine hacia ella —Y yo quiero mi bocadillo nocturno antes de dormir. Los tejones son suertudos con su sala común.
James rueda los ojos. Poco a poco el lugar se vacía, hasta que sólo quedan los semidioses, los hermanos Potter y Narcissa. Esta última miró un largo tiempo a Meredith antes de respirar hondo y dar la vuelta.
—Espera —dijo Albus, todos pusieron expresión confundida—. Vamos al mismo lugar, yo te acompaño.
La rubia asintió sin más. Un calor subió por el cuerpo de Meredith mientras veía a su amigo (y chico que la tiene loca) irse junto a su "hermana" (y chica que le hace maldades) como si fuesen viejos colegas.
— ¿Y nosotros dónde dormiremos? —dice Troy, rompiendo el silencio—. Luego de hacer mi ronda quiero morir hasta mañana.
—Duerme en mi cama —soltó en voz baja y sin pensar Lily, James le pinchó el brazo—. ¡Ay Merlín! Se me baja el azúcar, necesito ir a la cocina... ¿Alguien más?
Percy avanza de inmediato. Annabeth y Troy igual. La pelirroja observa a los otros dos pero ellos niegan con la cabeza. Se encoge de hombros y dice que luego llevará a los semidioses a su cuarto junto con Fred, dado que él aún estaba en la cocina.
Meredith y James quedan sólos en el pasillo. Ella jugaba tristemente con la manga de su túnica, él parecía pensar mientras hacía una mueca.
— ¿Te sientes bien?
—Me siento extraña —confiesa—. Quiero golpear a Albus.
Una risa corta se le escapa al muchacho —Esos celos hablan por ti. Aunque se lo merecería. Malfoy, ¿en serio?
—Tú creías que era guapa.
—Es linda por fuera, una arpía sin corazón por dentro. Hay que admitirlo —sacude la cabeza—. Pero tú me hiciste ver la realidad a tiempo, al menos.
Comienzan a caminar, Meredith le sonríe.
—Cuantas veces lo necesites voy a tirarte un zapato a la cabeza, James.
—Eres una buena persona —dice sarcástico.
Están a punto de llegar a la sala común cuando Meredith se recuesta por la pared y suspira. James le observa con una mueca.
—Es estúpido, me siento horrible sólo porque se fue con ella —se ríe de sí misma—. Es que... ¿Ahora Malfoy viene para quitarme a mi amigo también? Albus siquiera me miró antes de irse.
Él se acerca y posa una mano en su hombro.
—Nadie va a quitarte a tu amigo, Mar... Mírame, sigo aquí, conmigo basta y sobra —le guiña un ojo—. Imagina las posibilidades.
—Merlín —suelta una carcajada—. Cállate.
Él sonríe mientras se aparta —Y no digas boberías como que sólo es porque te está quitando a tu amigo... Te gusta Albus, Mar, ya todos lo sabemos. Admite que no quieres que te quite a tu chico.
Mira al suelo y se encoge de hombros.
— ¿Para qué negarlo? Él me encanta y ella es una maldita, no puedo ni verla.
—Es verdad, tal vez mañana ya siquiera se miren, como antes. Tranquila.
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