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Shelter

Hola a todos, decidí escribir esta pequeña nota de autora al inicio del one-shot para aclarar un pequeño punto del mismo que puede confundir a algunos.

En este fic los protagonistas serán mis OC: los hijos de las aves, sus amigos y hermanos. Principalmente desde el punto de vista de los mellizos. Como es probable que muchos de ustedes no conozcan aún a estos personajes decidí dejarles una pequeña lista para que tengan al menos una noción de quién es quién :

1- Sahira y Muharib : son los hijos de Rachel Roth y Damian Wayne. Son gemelos, aunque sus apariencias son diferentes. Sahira nació media hora antes que su hermano. Tienen unos 18 años aproximadamente.

2- Nada : ella es la única hija de Maya Ducard y Colin Wilkes. Es conocida por ser casi un clon de su madre, excepto en su apariencia e "inocencia" casual. Tiene la misma edad que los mellizos.

3- Dan-El : hijo de Jonathan Kent y Kathy Branden. Sahira y él viven como perro y gato. Es básicamente un Jon rubio. Tiene 17 años, es un año menor que Nada y los mellizos.

4- Mar'i : hija de Dick Grayson y Kory Anders. No creo que sea necesario explicar mucho de ella. Tiene unos 22/23 años. Es la mayor, aunque tiene el alma de una niña ( casi como la Starfire de "Teen Titans" )

5- Cadmium y Scarlett : hijo e hija de Jason Todd y Artemis. Cad es como Jason cuando era Robin, pero en pelirrojo, mientras que Scar es una Artemis morena. Cadmium es dos años mayor que su hermana y dos años menor que los mellizos. Tienen 16 y 14 años respectivamente.

Una vez aclaradas las dudas y presentados los personajes los dejo a su suerte. Debo decir también que me basé en la canción "Shelter" y su video musical, así como en el anime "Sword Art Online" y en algunos capítulos de la serie "Black Mirror", o en "Love Death and Robots".

Los espero en la nota de autor al final del fic, espero que les guste.

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Meet our family

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Sus ojos saludaron el techo de su habitación, parpadeando unos segundos mientras buscaban acostumbrarse a la luz del mediodía.

Aquello era extraño por decir lo menos, ella solía dormir muy pocas horas al día, era una mala costumbre que llevaba arrastrando desde que tenía memoria. Solía dormir a altas horas de la madrugada y despertar junto a los primeros rayos de sol en la mañana. Aunque el clima en Somnia cambiaba tan a seguido como cambiaba su paisaje, sus colores, sus olores y sus sonidos. En realidad, aquel era un lugar extraño, y a pesar de llevar años viviendo allí aún no lo sentía tan familiar como debiera, más bien algo frío, artifi—

Un ronquido la interrumpió.

Cierto, Nada se había quedado a dormir con ellos.

Ahora los recuerdos de la noche anterior llegaban a ella y así supo el motivo de su desvelo y prolongado sueño, despertar a tal hora ya no le parecía tan raro teniendo en cuenta la nochecita que pasó.

En definitiva, Nada no podía estar en la misma habitación que Muharib.

Una firme evidencia y respaldo a su afirmación es el hecho de que su hermano no esté por ningún lugar visible, probablemente durmió en la sala de estar... Eso si durmió en lo absoluto. Nada era su mejor amiga, pero cuando se trataba de ella y su hermano las cosas cambiaban un poco.

Digamos que la personalidad fría, misteriosa y seria de Muhar no se complementaba muy bien con la de Nada.

Casi como ella misma y Dan.

En fin.

Otro ronquido interrumpió su tren de pensamientos por segunda vez y ella recordó la razón por la que llevaba meses tratando de evadir los intentos de la peli cobriza para dormir en su habitación después de una noche de rememoraciones: la muy maldita roncaba demasiado.

Decidió levantarse de su cama y caminar hacia el baño, donde abandonó sus ropas y se sumergió en un relajante baño  caliente. Configuró las aguas y les confirió un color verde esmeralda, como sus ojos. Siempre le había gustado ese color. Prolongó el baño por minutos y minutos, se sentía rejuvenecedor aquello, y la relajación hubiese obtenido una deseada prórroga de no haber sido por los gritos provenientes de la cocina.

Conociendo las voces era muy probable que se tratara de Muharib peleando con Nada otra vez, quizás ella se había burlado de él, presionado las teclas correctas y el resultado sería una explosión proveniente de su hermano. Era eso o Muhar atrapó a Cadmium haciendo alguna tontería junto a su hermana. Cualquier opción se adecuaba a la situación.

Se hundió luego en la bañera, cerrando los ojos hasta que un ícono de notificación apareció en la esquina superior izquierda de su visión periférica. Tocó con sus dedos aquel ícono, aburrida y sin ganas de aceptar el mismo reto o recordatorio de siempre, probablemente solo sería Mar'i con un mensaje diciendo que quería juntarse con ellos para hacer algo juntos como familia y bla, bla, bla.

Ignorando todo —porque a pesar de ser una persona muy vivaz, enérgica y sarcástica cuando despertaba era, según sus amigos, peor que su hermano en actitud. Y eso era muy difícil de lograr— leyó el cartel que apareció frente a sus ojos. Para su sorpresa se trataba de un recordatorio, al parecer el tiempo de rotación llegaría a su fin dentro de unas horas y el Imperium elegiría a alguien nuevo antes de que el tiempo de expiración llegara. Suspiró en alivio, un mes bajo el mandato de Mar'i había sido demasiado para ella.

Con nuevas energías salió de la bañera, se vistió de negros y verdes, peinó sus cabellos de amatista oscuros y abandonó el baño. Cuando llegó a la cocina no pudo evitar suspirar en exasperación, agarrándose el puente de la nariz mientras respiraba profundamente, canalizando su paciencia en un intento de no degollar a alguien.

Al parecer los gritos que escuchaba eran nada más y nada menos que un poco de Heavy Metal que cierto pelirrojo había decidido poner, apoderándose de los altavoces del lugar.

Cadmium sacudía la cabeza enérgicamente, su hermana Scarlett se movía un poco en su lugar, Muharib apretaba los puños y la mandíbula en un intento fallido de concentrarse en su lectura y no matar a alguien, Dan asaltaba sus refrigerios, Mar'i se encontraba ausente a todo el desastre y Nada acababa de pararse a su lado, con las marcas de la almohada en sus mejillas, baba en la comisura de sus labios entreabiertos, cabello por todos lados y la mirada perdida, sin comprender nada de lo que ocurría aún.

—¡Sah! ¡Has despertado!

Ella respondió al saludo de la alegre ojiverde con un asentimiento de cabeza.

—Deberías decirle eso a Nada, yo desperté hace una hora, los ronquidos de cierta persona no me dejaban dormir.

Sintió un leve golpe en sus costillas, el cual devolvió con un poco más de fuerza causando que Nada se quejar a.

—Discúlpame por disfrutar de mi sueño.

—Discúlpame por decir la verdad.

Dan decidió interrumpir.

—Por cierto, ¿les ha llegado la notificación de Comienzo de Ciclo?

Todos asintieron, al mismo tiempo que Nada le arrojaba un zapato a la bocina, rompiéndola al instante y ganándose la atención de todos los presentes.

—¿Qué? Acabo de despertar y esa cosa estaba haciendo mucho ruido.

La ignoraron.

Un silencio incómodo.

Centenar de repentinas carcajadas.

Una vez que volvieron a calmarse Mar'i tomó la palabra, apuntando al mensaje que se mostraba flotando en la pantalla holográfica frente a ella.

—No es justo, yo quería pasar más tiempo con el Imperium.

—Todo lo bueno acaba... —dijo Scarlett.

—Y todo lo malo también —añadió su hermano entre risas bajas, ambos chocaron los puños mientras que Mar'i hacía presente un puchero sobreactuado.

—Sois un par de almas sin corazones.

No lo decía en serio, todos lo sabían y es por eso que volvieron a reír.

Sahira rió también, recuperando su humor usual y pensando en lo que había dicho la pelinegra.

Mar'i llevaba un período de tiempo relativamente corto con el Imperium, al menos en comparación con las fechas límites que solían tener. Durante ese tiempo habían convivido en todo tipo de lugares, desde los sitios más recónditos del universo hasta esos mundos rosados donde los unicornios vomitan arcoiris y defecan pastelitos con expresión de haber inhalado LSD del más potente.

Mar'i era la mayor de todos, pero aún era una niña en alma. Era, por decir lo menos, muy volátil e inesperada. Un día te daba un consejo y hablaba de una forma muy profunda, madura y especial y al otro corría de arriba para abajo y se emocionaba con las cosas más simples como si de una niña se tratase.

Y es ahí que se preguntó ¿quién se haría cargo del Imperium esta vez?

Nada solía llevarlos a ciudades inmensas, playas o sitios que parecían sacados de algún video musical de Gorillaz, una vez los llevó incluso a los Kong Studios. Scarlett construía el Olimpo, los transportaba a la antigua Grecia, marcando un contraste interesante con los paisajes cyberpunk que su hermano creaba. Dan los hacía volar, calmarse en una cabaña alejada del mundo en algún bosque lejano. Muharib volvía al barroco, a los palacios oscuros y mágicos, los incluía en paisajes de blanco y negro, en paisajes de Rembrandt, Caravaggio, Shakespeare o Van Gogh.

¿Y qué hay de ella?

Sahira no recibía el control del Imperium muy a seguido, pero cuando lo hacía gustaba de crear mundos fantásticos. Burbujas que flotan en el cielo, bibliotecas enormes, pinturas en las que puedes introducirte y vivir dentro de las mismas, cielos en los que se nada y mares en los que se vuela. Cuando ella tenía el control se centraba en construir ciudades en los cielos, jardines que colgaban de cabeza, plantas gigantes, paraísos e infiernos, sitios de mitología y fantasía. Ella construía sus sueños, esos que no podía alcanzar.

Es por eso que le gustaba tanto Civitas Somnia. Aquel lugar era, como bien decía su nombre, de sueños. No mentiría, deseaba estar a cargo del Imperium por un tiempo, la pantalla les concedía total control sobre Somnia, permitiéndoles construir mundos con infinidad de posibilidades, y todo sería real, todo podría ser como aquella persona con el aparato que todo lo controla deseara.

Decidieron que nadie podía vivir en posesión total del Imperium, el poder de construir todos los paisajes y mundos era demasiado pues además del horizonte también controlaba el clima, las distancias y las criaturas que imaginaban o inventaban. Es así que cada cierta determinada cantidad de tiempo se rotaban el Imperium, quedando este al cargo de una persona y una cantidad de tiempo elegidas al azar.

Ella construiría dragones con la misma gracia con que su hermano diseñaba criaturas mitológicas. Quizás algún murciélago rojo o una serpiente esmeralda, quizás una Hidra de Lerna o un centauro cazador. Ya estaba cansada de los unicornios y los gatos de Mar'i, cansada de sus extrañas criaturas con nombres impronunciables, probablemente escritos en algún idioma alienígena.

El tiempo pasó y el grupo decidió salir del lugar que ocupaban. Nunca habían visto antes la apariencia real de sus habitaciones, pues la casa cambiaba de acuerdo a la imaginación o los deseos de aquel al mando del Imperium, y actualmente parecía un planeta grande, morado y por mucho hermoso.

Se pararon en los aros del mismo, saltando de planeta en planeta como si fuesen piedras en un río hasta llegar a una versión demasiado hermosa e imponente de Saturno. El planeta encogió su tamaño hasta ser no más grande que una colina, Mar'i dibujó cinco lunas a su alrededor y juntos se sentaron en la cima, haciendo historias y visualizando el espacio hasta que un ícono de notificación apareció en la vista de cada uno.

El momento había llegado.

Lentamente el Imperium se convirtió en una pantalla holográfica que apareció frente a ellos, mostrando los nombres de cada uno y desmarcando el de Mar'i. Ellos eran los únicos en Civitas Somnia. No sabían si existían otras Civitas u otros Imperiums, solo sabían que habían más colonias escondidas en algún lugar, no cuántas eran, cuántas personas más habrían o cuáles eran sus características. Pero no era momento de pensar en ello.

El símbolo del Imperium se mostró en el centro de la pantalla, una serpiente que comía su propia cola, enroscada alrededor de una gema en forma de diamante carmesí. Pasaron unos segundos antes de que la barra bajo el mismo terminara su recorrido, el cartel de "Terminada la Transición" se hizo presente y entonces una luz cegadora los cubrió por completo...

Cuando abrió los ojos se encontraba de nuevo en su habitación, hasta que una notificación se abrió paso a través de su vista y al abrirla se dio cuenta de que ahora la nueva encargada del Imperium era ella. Sonrió, satisfecha, luego bajó las escaleras y al no encontrar a nadie en casa decidió tomar el Imperium y comenzar a construir su mundo.

—Oh, mierda.

—Pensé que al niño dorado no se le permitía hablar así.

—Lo siento, Muhar. Pero el Imperium decidió elegir a Sahira.

—¿Y? ¿Deseabas ahogarnos con tus campos solitarios y tus cabañas aburridas, Daniel?

—No me gusta ese nombre, ya lo sabes. Llámame Dan, porfa. Volviendo a lo de antes, tú sabes que Sahira es impredecible. Nunca se sabe en qué mundo nos pondrá o qué criatura nueva imaginará.

Su hermano resopló en su sitio, las letras holográficas se mostraban orgullosas frente a él, demostrando su desinterés en la conversación, así que ella decidió intervenir en la misma.

—Prefiero la incertidumbre de qué mundo crear al aburrimiento y tu constancia. No parecías quejarte cuando mi dragón-murciélago te abrazaba y besaba —Se defendió Sahira.

—Querrás decir "cuando me asfixiaba y llenaba de baba de dragón".

—No noto diferencia alguna.

Todos los demás aparecieron entonces, hasta que decidieron salir de la casa y se dieron cuenta de un detalle en particular.

—¿Dema otra vez?

—¿Es en serio?

El paisaje de una ciudad gris apareció frente a ellos. No era la primera vez que Sahira utilizaba el Imperium para llevarlos a esos lugares creados por una de sus bandas favoritas, sobra decir que ya se sabían la Ciudad de Dema y la piscina de Ned de memoria. No es como si les incomodara, después de todo cualquier cosa era mejor que el cementerio frente a los Kong Studios que Nada solía construir con demasiada frecuencia. Sahira sonrió de esa forma tan particular de ella, Muharib guardó su libro y se paró a un lado de su hermana, comprendiendo su plan y esperando junto a ella.

Pronto los muros que envolvían la ciudad comenzaron a caer, un buitre apareció frente a ellos y cuando alzó el vuelo se fundió con el sol ardiente, brillante y amarillo. Ya no estaban en la ciudad de perdición, ahora caminaban sin moverse sobre las cordilleras infinitas del lugar. Flores amarillas comenzaron a llover del cielo, el agua cubrió los bordes de los acantilados y continuó subiendo, alcanzándolos a todos y hundiéndolos en ella. Las aguas se volvieron verdes, el grupo nadaba sin mojarse y se movían en libertad.

Pronto el escenario cambió, la que parecía ser la superficie del agua se volvió el fondo y todo se volteó de cabeza. El que antes era el fondo del mar se había convertido en un cielo inacabable, un cielo en el que apareció un molino de viento y junto al grito emocionado de Nada todos supieron que se trataba de la isla flotante de Noodle. Todos tomaron asiento al borde de dicha isla, al igual que lo haría la japonesa en aquel video musical. Descansaron allí, alabando a Sahira pues siempre era ella la que creaba las aventuras más hermosas e impresionantes.

Luego de un rato ella volvió a dibujar en la pantalla del Imperium, la isla aceleró su paso y el molino de viento se detuvo mientras de la nada aparecía una torre de infinita altitud. El edificio de Feel Good Inc los saludó efusivamente, y mientras que los demás entraban a la torre detrás de sus pasos el ambiente volvió a distorsionarse. Ahora veían un castillo flotando en el cielo como si estuviesen parados sobre una plataforma en el mismo. La joven los guió al lugar, caminando sobre las nubes como si fuesen un puente y de un instante para otro el castillo se convirtió en una ciudad.

Sahira construyó el sitio con su adorada atención al detalle, no se olvidó de añadir edificios, calles, bares, parques y casas...

Los días pasaron y la joven continuaba dando rienda suelta a su creatividad. A su hermano le concedió un bosque de blancos y negros, de frutos rojos que alumbraban el firmamento. Recreó pinturas, entró dentro de las mismas y se perdió en conversaciones con Saskia, Vincent y Simonetta . Molestó un poco a Dan y permitió que Nada bailara en una habitación japonesa con una gran cabeza en su centro. Manejó una metrópolis Steampunk, una ciudad flotante donde los robots vivían en lugar de humanos, se perdió en un desierto de verdes aguas y en templos de blanco mármol.

Pero había algo que la inquietaba.

Pues un día, mientras caminaban por campos con flores que reemplazaban  las nubes y nubes que reemplazaban los lagos , un jardín apareció, uno que no había diseñado o previsto dentro del sitio. El jardín parecía florecer dentro de un desierto que ella veía a pesar de no estar allí. Sintió el toque de una mano pálida sobre su hombro, levantó la vista y se encontró con los ojos amatistas de su hermano sobre los propios.

Ella conocía a Muharib, y Muharib la conocía a ella. Habían nacido y crecido juntos, es por eso que con solo una mirada Sahira fue capaz de darse cuenta que él también había sido víctima de esa sensación al ver el jardín que en unos minutos apenas comenzó a desaparecer. Una sensación de familiaridad, de algo muy lejano a pesar de su cercanía, de una calidez fría. Ella bajó la mirada al Imperium, dejando a su cabello amatista oscuro cubrir la canela piel de su rostro al divisar en la pantalla el paisaje dibujado de las flores flotantes y charcos de nubes, mas ningún jardín.

Había pasado un tiempo desde aquello, a cada día que pasaba y a cada paisaje que construía esos errores y fantasmas creados, quizás, por su subconsciente iban apareciendo más a seguido y con más furia. Pozos verdes, cuevas oscuras, mansiones solitarias, dunas rojas, templos blancos, palacios árabes. Tanto ella como su hermano eran los únicos conscientes de aquello, los demás pensaban que esas construcciones que duraban segundos solo eran imaginaciones de Sahira mientras se decidía qué hacer. El Imperium nunca antes había fallado.

No se supone que falle nunca.

Pero pronto comenzaron a aparecer también en sus sueños, las pocas horas que solía dormir se redujeron a nada y todos supieron que algo andaba mal. La joven dejó de construir mundos fantásticos y en un momento dado solo utilizaba la pantalla del Imperium para construir algún sueño que se le escapaba de las manos.

Su mente trabajaba más rápido de lo normal, pensaba y cuestionaba todas esas cosas y detalles que nunca antes había mirado dos veces.

¿Cuándo habían llegado a Somnia?

¿Qué hacía que el lugar cambiase de tal forma?

¿Cuántas colonias existían?

¿Por qué habían colonias en primer lugar?

¿Quién construyó Civitas Somnia?

¿Por qué ellos eran los únicos que vivían allí?

¿Dónde estaban los demás?

¿Había siquiera alguien más?

¿Estaban solos?

O mejor dicho...

¿Dónde estaban?

Ella había estudiado, era una erudita al igual que su hermano y sin embargo la historia del mundo parecía haberse detenido en las primeras décadas del siglo veintiuno. Luego de la primera mitad de dicho siglo dejó de existir cualquier tipo de récord, libro, filme, fotografía, pintura o cualquier cosa en absoluto. Era extraño, y Sahira comenzaba a dudar.

Y mientras más insistentes se hacían estas dudas más recurrentes se volvían esos fantasmas.

Pronto le comunicó sus dudas, teorías e ideas a los demás. Se los dijo, porque no sabía qué más podía hacer.

Ese día Sahira decidió recrear el mismo jardín de aquella vez con el objetivo de reunirlos a todos en el lugar. Pensó que sería difícil para ella construir el jardín y que este fuese exactamente igual al de aquella vez, pero sin embargo, y en contra de todo pronóstico, fue demasiado fácil.

Las dudas florecían.

—Sah, ¿por qué nos trajiste aquí? Dijiste que tenías que decirnos algo ¿no? —cuestionó Scarlett.

Ella trató de reunir fuerzas, y tanto su mirada baja como el silencio de su hermano les dejaron saber a los demás que la situación, fuese cual fuese, era delicada.

—Scarlett, chicos... Creo... creo que deben saber esto...

—¡Pero dilo de una vez! No nos dejes con las dudas.

—Daniel...

Su hermano respondió con una mirada seria, el brillo de advertencia en sus ojos amatistas causó que el susodicho se encogiera en su lugar y tragara saliva.

—Está bien, Muhar. Yo sé que estais ansiosos, pero necesito que escuchen con calma...Prometedme que me escucharán hasta el final, no me interrumpan y hagan silencio... Porque las cosas no son tan simples como pueden parecer...

Ella se los dijo entonces.

Todo.

Sus sueños, sus visiones, esos bugs o errores que parecía tener el Imperium, sus dudas, sus preguntas, sus teorías. No saben cuánto tiempo tardó aquello, pero sí están seguros de  que cuando Sahira terminó de hablar un silencio profundo se adueñó del ambiente. La noche llegó al jardín al mismo tiempo que las mentes comenzaron a trabajar a millas por segundo, procesando la información y tratando de descifrar qué significaba aquello.

Nadie habló, hasta que Nada rompió el silencio.

—Esa es la razón... Te notaba ausente estos días y Muharib nunca quiso decirme el porqué... pero ahora...

—Esto... esto no tiene sentido, Sahira. ¿Dices que el Imperium ha fallado?... No, no puede ser... El Imperium nunca falla, eso es un hecho...

—¿Y si lo ha hecho? El Imperium no es infalible, no puedes fiarte de ello, Dan. Además, ese es otro de los puntos que quería discutir.

—¿De qué hablas?

—Díganme, y no se mientan a ustedes mismos ¿recuerdan cuándo vinieron a Civitas Somnia? ¿Recuerdan su vida antes de este lugar? ¿Recuerdan cualquier cosa?

El silencio se asentó, y es allí que todos cayeron en cuenta de que justamente, no recordaban nada. Sus vidas parecían haber empezado en Somnia, y cualquier memoria anterior a aquel lugar había
desaparecido. ¿Cuánto tiempo llevaban allí? No lo sabían. No tenían idea de cuántos años llevaban viviendo en ese lugar, qué día era, en qué año estaban o cuántos años tenían. Sabían, por ejemplo, que Mar'i era la mayor por cuatro años y que Scarlett era dos años menor que su hermano. Pero la cifra exacta se les escapaba de los labios.

¿Cómo eran sus vidas antes de Somnia?

¿Tuvieron siquiera alguna vida fuera de allí?

¿Existía algo más que ese lugar?

La existencia de colonias, el hecho de que Civitas era todo lo que conocían, el control del Imperium.

De repente se dieron cuenta que de todo lo que conocían, nada tenía el más mínimo sentido.

Muharib colocó una mano sobre el hombro de su hermana como venía haciendo tantas veces desde la primera aparición de aquel jardín. Sahira, decidida y harta del silencio y la incertidumbre, tomó el Imperium y comenzó a tocar cosas en él y a abrir archivos que nunca antes habían visto.

Eso los alertó.

—¡¿Pero qué estás haciendo?!

—Debe haber algo... Una pista, un archivo que nos diga quiénes éramos, por qué no recordamos nada o al menos dónde demonios estamos en realidad.. Este aparato es el culpable de todo, estoy segura. Y debo averiguar sus secretos.

—¿Y qué ocurriría si lo rompes? Es muy arriesgado.

—¿Acaso importa? Si se rompe entonces al menos sabremos la verdadera apariencia de este lugar. Vivimos entre mentiras, Mar'i , y estoy cansada. Acabamos de descubrir que nada de lo que pensábamos verdad era cierto. Todo lo que conocemos es una mentira y algo más grande que nosotros está ocurriendo. Necesito saber qué es.

Nadie dijo nada después de aquello.

Muharib tomó asiento a un lado de su hermana, aconsejándola y mostrándole archivos dentro del Imperium que pasaba por alto. Todos se acercaron a ella, formaron un círculo alrededor de la pantalla y en un momento dado, minutos después de iniciada la búsqueda, encontraron lo que deseaban.

Sahira se detuvo por un momento ante el extraño ícono, insegura de si tocarlo o no. No sabía lo que podría desencadenar, pero su hermano tomó su mano, le transmitió las fuerzas que le faltaban junto al resto de sus amigos y finalmente dio el paso. Su dedo chocó con la pantalla.

El Imperium se volvió negro en su totalidad, mostrando su logo una vez más. Pero ahora la serpiente que comía su propia cola comenzó a moverse, enroscandóse con fuerza a la gema carmesí que en unos segundos emitió un brillo incandescente.

Y luego el Imperium se apagó.

Silencio.

Los segundos corrían y aún no ocurría nada, el silencio los gobernaba y los chicos se miraban el uno al otro sin saber cómo reaccionar. Fue cuando Cadmium iba a hablar que todo a su alrededor comenzó a desaparecer, incluyendo el cielo, la tierra y el jardín. Todo se volvió negro, comenzaron a gritar pues no tenían idea de lo que ocurría. Un hoyo se abrió bajo el grupo, un agujero negro que los tragó sin esperar un segundo.

Y mientras caían al abismo todo se volvió, en definitiva, negro.

.

.

.

.

Cuando Sahira abrió los ojos ya no estaba en un jardín con flores en lugar de nubes y nubes en lugar de lagos, tampoco escuchaba las risas de sus amigos y es así que comprendió que ahora estaba completamente sola. No podía ver nada, hasta que pronto la figura de espaldas de una mujer la saludó. Parecía estar en una especie de laboratorio, no tenía el Imperium consigo y no tenía tampoco la más mínima idea de lo que ocurría. Su atención se centró en la mujer frente a ella, la cual parecía concentrarse en una especie de circunferencia de cristal y no notar su presencia.

La llamó, le preguntó dónde estaban y quién era, pero la figura parecía ignorarla. Harta, decidió tomar unos pasos al frente y tocar su hombro en un intento de llamar su atención. Pero fue cuando su mano atravesó el hombro de la desconocida que supo que algo no andaba bien. Se dio cuenta entonces que su figura no se reflejaba en los espejos de plata de aquellas máquinas, trató de mover algunos cables y simplemente los traspasó. Parecía ser, a falta de una descripción mejor, un fantasma.

Dio la vuelta alrededor del lugar en un intento de ver el rostro de la mujer, encontrándose con una versión mayor de sí misma. No. No era ella. Pero el parecido era tan grande que la sorprendió. La mujer, en cambio, tenía cabellos de chocolate oscuro, piel de una canela más profunda que la propia y los ángulos de su rostro eran por mucho más filosos. Pero los ojos, esos ojos de esmeralda con pupilas de serpiente eran los mismos. Nunca antes la había visto, y sin embargo su figura le era tan familiar que la asustaba.

Sataraa alealam qaribaan, Hafid.

Esas palabras dirigieron su vista al mismo lugar al que la mujer estaba mirando, donde, para sorpresa suya, se encontró con un orbe de cristal y hierro que encerraba dentro un feto... ¿Un feto?... Luego el tiempo pasó como una escena acelerada y cuando se dio cuenta ya estaba viendo al bebé siendo alzado en el aire por la de aura asesina, la cual le daba, además, la bienvenida a su mundo.

¿Qué significaría aquello?

¿Quién era la mujer?

¿Quién era el niño?

¿Por qué ella observaba esa historia?

El tiempo volvió a acelerar su paso y los años ya pasaban en minutos, ralentizándose cuando sucedía algo importante en la vida del niño de ojos esmeralda, como los suyos. Sahira vio peleas, sangre, heridas, guerras y torturas. Era demasiado y si ella no era capaz de soportarlo entonces no sabía cómo aquella criatura fue capaz de sobrevivir. El pequeño nunca tuvo infancia, pensó, no cuando desde los cuatro años ya tenía sangre en sus manitas.

Pero con esas mismas manos era capaz de escribir, tocar las más hermosas de las melodías en el violín y pintar las más bellas y grandiosas de las pinturas. Pero en algún momento dado el tiempo volvió a su curso normal, solo para dejarle ver todas esas pinturas, dibujos y libros ser quemados en una gran hoguera, y luego la velocidad volvió a apoderarse del curso de los años.

Ella había escuchado de Batman.

Era una leyenda, pero a pesar de haber hecho tanto eran pocos los archivos aún existentes sobre su persona. Pero nunca imaginó que el murciélago haya tenido un hijo.

El niño conoció a su padre a los diez años de edad, y a ella le pareció que su pelea acababa de comenzar. Todo lo que le habían enseñado cambió de un día para otro, antes no existía para su persona el blanco y el negro, el Yin y el Yang, solo habían grises y lo que debía ser hecho . Pero una vez que conoció a su padre todo cambió. Del día a la mañana tenía los conceptos del bien y el mal peleando en su cabeza con aquellos que traía de antaño. Luchaba constantemente con lo que fue y lo que se supone que sea.

Sahira simpatizó con él.

En un momento dado, días después de haber conocido al murciélago, el joven de infinitos nombres conoció a los que eran sus hermanos adoptivos, y ella, aún en su condición de "fantasma", se encontró con Cadmium. Él le dijo que no tenía idea de lo que ocurría, pero que parecía ver la vida de ese resurrecto de ojos grises y no tener opción al respecto. Por algún motivo ambos se encontraron, pero el tiempo volvió a acelerar su paso y Cadmium desapareció.

Estaba sola con la vida del de ojos esmerada otra vez.

Los momentos pasaban como flashes frente a sus ojos. El chico murió, y ella pasó junto a su padre el luto, se regocijó con sus hermanos y Cadmium ( al cual se había vuelto a encontrar) al volver el muchacho a la vida. Él quiso redimirse, y fue allí que Sahira se reencontró con Nada, la cual parecía seguir la vida de esa muchacha latina a la cual el chico comenzó a llamar "hermana" y algunos recuerdos del pelirrojo.

El tiempo volvió a pasar y ella se sentía cada vez más cercana al joven. Había algo acerca de él, algo familiar y cálido. Sentía que lo conocía, que eran más cercanos de lo que creía y eso debía significar algo.

Nada tenía sentido.

Mientras él iba creciendo y llegaba a la adolescencia Sahira fue capaz de notar ciertas similitudes entre ambos.

Los dos tenían la misma piel canela, las mismas líneas afiladas en el rostro, la misma sonrisa, las mismas miradas, la misma forma del cabello a pesar de tener colores diferentes, los mismos pómulos, las mismas cejas, los mismos ojos...

Definitivamente nada tenía sentido en lo absoluto.

Fue cuando el chico cumplió los 14 años que ella se reencontró con su hermano.

El muchacho acababa de conocer a un equipo de jóvenes con el cual compartiría sus días a partir de ese momento, y el reencuentro con Mar'i y Muharib fue inminente. La joven le dijo que vio los momentos de aquella flamante pelirroja, mientras que su hermano, en cambio, había seguido a esa joven que vestía de negros y se ocultaba bajo una capucha.

El momento en que el chico de ojos esmeralda y la muchacha de ojos amatista se conocieron pasó en cámara lenta, y fue allí que ambos hermanos supieron a ciencia cierta que aquellos dos estarían enlazados de por vida.

Y no estuvieron equivocados.

El tiempo volvió a pasar con prisas y ambos se encontraron con Dan —el cual vivía los recuerdos de un cierto super chico—, Mar'i, Nada y Cadmium más de una ocasión . Scarlett apareció luego, siguiendo a una pelirroja amazona que se juntaba con el hombre del mechón blanco. Aquellas aves de esmeralda y amatista giraban el uno junto al otro, vivieron apocalipsis y crisis juntos, se separaban, se herían y aún así siempre encontraban la forma de volver al lado del otro.

Fue inevitable el sentimiento.

Ambos hermanos lo supieron.

Pero los problemas llegaron.

Al igual que siempre lo hacían.

No vieron mucho de lo que ocurrió, pero al parecer algo causó que renegaran de la chica y en una gran pelea y discusión el muchacho volvió a sus raíces en aquel lugar de nombre Parbat. Años pasaron y cuando ambas aves se encontraron de nuevo ya eran lo suficientemente maduros como para abrazar ese sentimiento que los unía sin tapujos. El primer beso sucedió entonces.

La morena y el pelirrojo que guiaban a Nada se unieron a ellos en ese lugar, al igual que el forajido y la disidente guerrera.

Más años pasaron y en un momento dado los hermanos se quedaron sin habla.

La demonesa cargó al fruto de su amor en su vientre durante varios meses, pero en una noche de mayo los herederos decidieron saludar al mundo. La tarea fue ardua, media hora le fue necesaria para descansar entre un bebé y el otro, pero cuando terminó de recibir a sus retoños y ambos padres los abrazaron por vez primera los hermanos no supieron cómo reaccionar.

Son hermosos, Damian. Ella es igual a ti.

Lo son. Pero él es tu viva imagen, Rachel.

¿Estás seguro de que no quieres nombrarlos por nuestros padres?

Completamente. Sus nombres no pueden ser los mismos que los de alguien que ya ha tenido la oportunidad de vivir. Deben tener esa libertad. Es nuestro deber otorgárselas.

bien entonces...Bienvenidos a nuestro mundo, Sahira y Muharib.

bienvenidos a vuestro Mundo.

Sus mentes se detuvieron, los sonidos no los afectaban y ya no sentían nada.

Eran ellos.

Todo este tiempo...

El chico de los ojos verdes y la muchacha de ojos violetas...

Sus padres...

Estuvieron viendo la vida de sus padres.

Poco tiempo después se dieron cuenta de que no fueron los únicos.

El forajido que seguía Cadmium y la amazona que revivía Scarlett eran los padres de ambos.

La alienígena que veía  Mar'i era su mamá.

La latina y el pelirrojo eran los padres de Nada.

El granjero afable era el papá de Dan.

No tenía sentido.

Ya nada parecía tenerlo.

Los años pasaron y a pesar de ser extraño verse a sí mismo crecer, les inundaba una sensación de melancolía y cariño indescriptible cada vez que veían a sus padres abrazarlos cuando niños, besarlos y curar sus heridas. Dolía tanto como calentaba sus pechos el verse crecer entre jardines, cuevas oscuras, dunas, templos blancos y palacios árabes con verdes aguas. Todo era perfecto, pero todo lo bueno acaba.

Y esto no fue la excepción.

Una guerra cayó sobre sus hombros, una que no pudieron evitar sin importar sus esfuerzos.

Darkseid era un enemigo demasiado poderoso, nada podría contra él y Trigon ya estaba fuera de juego desde aquel momento hace años en que Damian ayudó a su amada a terminar con él de una vez por todas .

Las esperanzas eran nulas.

El fin se acercaba.

No podían luchar en su contra, solo serviría para acelerar el final, Death los observaba con pena y la cabeza agachada, ni siquiera los Eternos podían intervenir en tal afrenta. Una gran y retorcida broma del libro de Destino. Pero no podían rendirse, aún tenían mucho que defender y no podían permitir que tal monstruo les quitara a sus hijos sin darles aún ninguna oportunidad de vivir como lo merecían.

No le darían el gusto de verlos retorcerse sin pelear.

Pero sabían que cualquier movimiento era suicida, ellos no saldrían de aquello y lo único que les quedaba era proteger lo que aún podía ser protegido.

Con ayuda de un Cyborg moribundo, muchos genios desesperados, padres dedicados y la unión de los pocos que quedaban armaron un plan. Puede que no sobrevivieran al apocalipsis, pero aquellos hijos sí lo harían. A toda costa.

Crearon una interfaz virtual, un mundo en el que serían libres de todo desastre y en el que podrían vivir sus vidas sin el dolor de ver su hogar siendo destruido lentamente. Habían pequeños puntos de contacto, lugares en los que estarían protegidos sin importar lo que ocurriese ya que tal fue la voluntad de los difuntos Zatanna y Constantine, los cuales usaron todos sus recursos y poderes con tal de hacer tales sitios impenetrables y completamente seguros.

Parbat era uno de ellos.

Años pasaron antes de que el mundo estuviese listo, gastando la energía vital de Cyborg y costándoles la vida a cientos. Decidieron llamarle Civitas Somnia, un lugar en el que serían completamente libres, un lugar que podrían convertir en lo que quisiesen, un lugar en el que serían felices.

Habían decidido que aquellos que entraran allí desde los puntos seguros perderían todas sus memorias , y solamente recordarían lo acontecido desde el momento en el que entraran a Civitas. Es esa la razón por la que Damian y Rachel diseñaron su logo de aquella forma.

La serpiente simbolizaba a Damian, a sus ojos y a lo peligroso de la belleza, se comía a sí misma, representando un ciclo que nunca acaba, que se repite y se repite por toda  la eternidad. El rubí era Raven, una piedra preciosa a la cual la serpiente protege celosamente, el rojo era aquello que deseaba perdurar, un rojo sangre, un rojo pasión.

El logo era lo único que sus hijos tendrían de ellos una vez que entraran a Somnia.

Se resignaron a aquello, a abandonar a sus retoños y dejarlos crecer en un ambiente virtual, pues la realidad había perdido su encanto hace mucho tiempo.

Los meses pasaron y decenas de personas habían ingresado a diferentes Somnias desde varias localizaciones seguras, varias colonias. Nadie le temía al paso del tiempo o a la muerte. El equipo de Civitas escaneaba tu cerebro, tu alma y tu ser al momento de entrar allí, así que la vida en ese lugar era, además de libre, infinita.

Pero ellos aguardaban.

Querían vivir estos días que les quedaban con sus retoños, pues habían decidido atacar a Darkseid con todas sus fuerzas en un último intento de terminar todo aquello. Ingresarían a sus hijos en esa realidad virtual antes de partir, y los desconectarían cuando regresaran...

Cinco años habían pasado desde aquello.

.

.

.

.

Sahira despertó de un salto, ya no seguía a su padre, ya no se veía a sí misma, ya no se encontraba en una Tierra destruida.

Estaba de vuelta en Civitas Somnia, de vuelta en el jardín, las flores en lugar de nubes y las nubes en lugar de lagos.

Sus amigos estaban allí.

El Imperium estaba allí.

El logo... El logo...

Todos miraban al suelo, nadie era capaz de decir una palabra.

Mar'i comenzó a sollozar y luego de unos minutos los demás se le unieron.

Incluyendo a Sahira y Muharib.

Y nadie nunca los había visto llorar.

Sahira reunió sus fuerzas, y habló.

—Ellos... ellos querían que tuviésemos una oportunidad de vivir... Una oportunidad que ellos nunca tuvieron... Querían que fuésemos felices, que tuviésemos una vida aún si debía ser sin su presencia... Nunca les importó que no supiéramos quiénes eran... ¿Tanto así nos amaban?... ¿Tanto como para no importarles si los recordábamos o no siempre que estuviésemos a salvo?... Dijeron... dijeron que volverían... Dijeron que cuando regresaran de la guerra nos sacarían de este lugar y nos abrazarían por el resto de la eternidad...

«Han pasado cinco años y eso aún no sucede... Ellos.... ellos rompieron su promesa... Nuestros padres, los vuestros también... Pero no podemos decirlo con seguridad, ¿no es así?... Me gustaría pensar que en realidad sí regresaron y sí nos sacaron de Somnia, y que nosotros somos solamente residuos de propias nuestras mentes, simples copias que Civitas ha hecho de nosotros mismos ... Me gustaría pensar que es eso lo que ocurrió... Aunque sé que no es así...»

«¿Cómo pude haberlos olvidado?... Los cantos de papá, los abrazos de mamá... ¿Los recuerdas, Muharib?... ¿Cuando madre nos mecía en su pecho cuando éramos pequeños y no podíamos dormir?... ¿Cuando nos quejábamos porque padre nos obligaba a estar quietos por tanto tiempo para así poder pintarnos?... ¿Recuerdas aquella vez que me bañé con los óleos de papá y se enfadó tanto que se desquitó con la pobre lavandera?... ¿Lo recuerdas, hermano?...»

«Yo sí lo recuerdo... Lo recuerdo todo y eso duele... Es un dolor agridulce... Uno que me aprieta el corazón y sin embargo me hace sonreír... Y es aquí que me pregunto...»

«¿Cómo pudieron pensar que podríamos ser felices sin recordarlos a ellos?...»













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Está bien, lo admito : tengo un grave caso de favoritismo hacia Sahira .

Ahí está, lo dije.

En fin.

Este one-shot está basado en varias ideas, series y canciones, pero la principal ( diría yo), es la canción "Shelter" de Porter Robinson y Madeon, aunque me apoyé con más fuerza en su video musical. También me ayudaron las canciones "Fuera de la atmósfera del cráneo", de Calle 13, y "Everything I wanted", de Billie Eilish.

Como dije allá arriba otras de mis inspiraciones fueron el anime "Sword Art Online", y las series "Black Mirror" (especialmente el episodio llamado "San Junipero", para crear a Civitas Somnia) y "Love. Death and Robots". Ambas series hablan acerca de la tecnología y cómo esta puede afectarnos o influir en nuestras vidas. También se caracterizan por contar una historia diferente en cada episodio, aunque Love, Death and Robots sea un compendio de cortometrajes de animación, trabaja en base a la misma idea.

Quise hacer de mis OC los protagonistas en este fic debido a la letra de Shelter, la cual habla de la transición de padre a hijo y la importancia e influencia de alguien cercano a ti. El video musical refuerza esta idea, así como la que tenía yo antes de escribir este fic.

Repito lo dicho en el fic anterior, si desean saber más acerca de Sahira o su hermano pueden visitar mi perfil y buscar los libros llamados "Sahira" y "Muharib". Por allá se encontrarán la información principal de ambos así como headcanons y anécdotas . También respondo preguntas acerca de ambos y el grupo. Si quieren saber cómo lucen entonces los invito a pasar por "Artworks", donde pueden encontrarse con algunos fanarts de mi parte.

Una vez terminado el spam, sigamos adelante.

Me fue muy fácil escribir esto, me sentí libre y me quedé con ganas de escribir más, pero no se puede tener todo lo que se desea.

Hemos llegado muy lejos y ahora solo falta una última historia para culminar este viaje : Emperor's New Clothes, un song-fic basado en la canción de Panic! At the Disco.

Como siempre, voten si lo desean y comenten si sienten que tienen algo que decir.

A los que han llegado tan lejos, muchas gracias.

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