Solo un sueño
Senku abrió los ojos lentamente.
Se sentía algo soñoliento, como si hubiera dormido mucho tiempo...
Bostezó un poco, y fue entonces que comenzó a notar algo raro con él, con su cuerpo.
Alzó una mano y de inmediato gritó al ver una pequeña mano de bebé, ¡y su grito también fue el de un bebé!
Oyó pasos llegar corriendo de inmediato.
—¡Senku, tranquilo, tranquilo! —De repente Byakuya estuvo enfrente de él, mucho más joven de lo que alguna vez recordaba haberlo visto, con una sonrisa preocupada—. ¿Qué pasa ahora, pequeño? ¿Tuviste una pesadilla? —Lo cargó en brazos, solo para reír de repente—. A veces haces unas caras muy graciosas, ahora me miras como si fuera un fantasma o algo así. —Rio más—. Buuuu~ Senkuuu~ —arrulló con voz tonta.
Senku siguió mirándolo con completa confusión.
¿Acaso esto era un sueño que lo estaba regresando a sus recuerdos de bebé o algo así?
Después de que Byakuya terminó de mecerlo y arrullarlo con palabras bobas, lo devolvió a la cuna y Senku comprobó que podía sentarse fácilmente, así que debía ser un bebé de ocho meses o algo así, quizás un poco más o un poco menos, tampoco era que fuera un experto en bebés, pero últimamente estaba leyendo libros porque...
Se congeló de repente, con las memorias llegando a él de golpe como una avalancha demoledora.
Pudo recordar a sus amigos, estaban en una fiesta... No, no era una fiesta, era una boda...
Era su propia boda... Podía recordar a Kohaku, marchando al altar, mirándolo fijamente con una de esas sonrisas radiantes suyas.
Recordó que los declararon marido y mujer, y se inclinó para besarla, pero... fue entonces que escuchó gritos.
Oyó el sonido de un arma, y luego... Kohaku poniéndose delante de él...
Y sangre... tanta, tanta sangre...
Recordaba que sus ojos se nublaron y fue incapaz de ver bien qué sucedía, recordaba sujetar a Kohaku entre sus brazos, recordaba que más disparos se oyeron... y luego solo podía recordad oscuridad...
—Senku... —Byakuya habló de repente, pasando una mano por las mejillas regordetas de bebé que tenía ahora—. ¿Por qué lloras? ¿La pesadilla fue muy fea?
Él no dijo nada (no es que pudiera, siendo un bebé), así que simplemente le extendió los brazos sin siquiera pensarlo, y Byakuya, conmovido y sorprendido, lo alzó en brazos y lo abrazó de inmediato.
¿Acaso estaba en coma, soñando con su padre cuando era bebé antes de perderlo para siempre con la petrificación? Si ese era el caso, mejor aprovechar, porque de verdad que lo había echado de menos, más cuando no pudieron encontrar nada de él incluso luego de que Whyman les prometiera petrificarlo cuando se inventara la máquina del tiempo a futuro.
Además... realmente necesitaba un abrazo ahora.
.
Cuando pasó una semana en ese "sueño" siendo un bebé, Senku comenzó a sospechar que algo no estaba del todo bien.
Todo se sentía tan real... y tan aburrido.
Además, estaba viendo una faceta de Byakuya que nunca había conocido, él parecía nervioso muchas veces, a veces triste, y muchas veces también lo encontraba llamando a doctores o amigos suyos para preguntar cómo criar a un bebé, cómo saber qué necesitaba y cosas así, lo que hacía que Senku se preguntara si siempre tuvo todos esos nervios con él y simplemente se volvió mejor en esconder todas sus dudas.
"¿El sueño es muy elaborado porque estoy en coma... o qué rayos se supone que está pasando aquí?"
Tenía sueño la mayor parte del día, pero aun así siempre que se iba a dormir tenía la esperanza de despertarse en la vida real, y en poder comprobar si Kohaku estaba bien...
Y así fue como los días siguieron pasando... y las semanas... y los meses...
—Vamos, ya tienes un año y medio... —Byakuya hizo pucheros mientras no dejaba de agitar peluches y cubos con letras frente a su cara—. ¿No quieres decir papá? Vamos, dilo~... Papá, papi, papito... ¿Nada?
Senku lo miró con aburrimiento.
Ya desde hace tiempo que podía hablar, muchas veces hablaba para sí mismo cuando estaba solo, pero con tantas visitas al pediatra que no dejaba de repetir lo que era normal o no para bebés de su edad no había querido hacer nada que llamara la atención, por más que esto fuera solo un elaborado y aburrido sueño, prefería seguir la corriente.
Pero bien, ahora probablemente sería raro que no comenzara a hablar delante de Byakuya siendo un bebé grande, así que suspiró.
—Papá —dijo simplemente en su vocecita asquerosamente aguda de bebé.
Los ojos de Byakuya se agrandaron tanto que bien podrían caérsele, pero pronto empezó a lagrimear y lo siguiente que Senku supo fue que ahora estaba siendo sometido a una lluvia de besos, mimos y abrazos que lo estaban haciendo sentir sumamente molesto y arrepentido de haber abierto la boca.
Aunque... era bueno ver a Byakuya tan feliz.
Cuando cumplió tres años, ya hablaba y caminaba con normalidad, aunque intentaba no hablar mucho porque luego se ganaba miradas extrañadas de parte de los adultos, aunque extrañamente Byakuya no se impresionaba tanto cuando decía algo poco apropiado para su edad, ese viejo rarito.
—¡Muy bien, Senku, ya llegó el día! —exclamó Byakuya con lagrimitas en los ojos mientras preparaba su uniforme—. ¡Irás al jardín de niños! ¡Papá está muy orgulloso! ¡¿Estás emocionado?!
—Eh, sí... —Genial, otro lugar en el cual aburrirse...
Ni siquiera tenía un celular y sería demasiado raro ir por ahí con libros de ciencia, aunque al menos de vez en cuando Byakuya lo dejaba ver televisión, pero mayormente lo que hacía era jugar con él con juegos muy infantiles a los que muy a regañadientes ya les había agarrado cierto gusto culposo.
Aun así, aburrirse no era mucho problema, al menos se podía mover a diferencia de cuando estuvo petrificado, así que mayormente se dedicaba a pensar, pensar en qué haría si el sueño continuaba, o incluso llegando a plantearse la loca posibilidad de que esto no fuera un sueño, sino una especie de segunda vida... pero eso no tenía sentido ¿verdad?
De todas maneras, no haría daño pensar en lo que pasaría si el sueño continuaba, así que comenzó a planear formas de estudiar más ciencia desde temprana edad, e incluso a teorizar con cosas que había aprendido antes de empezar con este sueño. Como Byakuya lo dejaba dibujar a veces tenía oportunidad de hacer sus cálculos, aunque tristemente luego debía echarles témpera o dibujar encima para que su padre no sospechara, aunque lo que era más importante intentaba esconderlo.
—¡Primer día de escuela, primer día de escuela! —Byakuya lo llevó en su auto al jardín de niños cantando como si él fuera el niño aquí—. ¡Estoy muy emocionado por ti, hijito! ¿Tú cómo te sientes? ¿Crees que puedes llorar? Me han dicho que algunos niños lloran, pero si quieres me puedo quedar contigo y...
—No voy a llorar —dijo rápidamente, a lo que su padre hizo pucheros.
—Bien, pero estaré atento por si tu maestra llama. ¡Y en solo cuatro horas volverás a casa con papá!
Senku solo hizo una mueca mientras su padre seguía parloteando.
La verdad, si iba a extrañarlo, él sin duda sería mejor compañía que un montón de bebés de tres años que seguramente se la pasarían balbuceando, babeando y cosas peores en las que no quería ni pensar.
"Ugh, por esto dudé tanto en casarme, soy malo con los mocosos, pero finalmente Kohaku me convenció y... Y ahora ya no tiene sentido, si es que estoy en coma sin posibilidad de despertar o si morí... Por lo menos espero que ella esté bien".
Byakuya lo llevó a su nuevo salón de clases y Senku lo vio hablar un poco con la maestra antes de despedirse e irse casi llorando.
Senku miró rápidamente por un lugar donde sentarse, y fue entonces que sus ojos se toparon con una coleta rubia desordenada que reconocería en cualquier parte...
Jadeo, por un momento casi se sintió a punto de desmayarse, pero luego corrió hacia la pequeña niñita de tres años que ya estaba coloreando furiosamente en una hoja de papel.
—¿K-Kohaku?
La niñita levantó la cabeza y él notó sus ojos azules mirarlo con curiosidad.
—Yo soy Kohaku —dijo ella con una vocecita muy adorable y aguda, pero que era sin duda esa voz característica suya en versión bebé—. ¿Tú cómo te chamas?
—¿Chamas? —Ladeó la cabeza.
—¿Cómo te cha-sha-llamas? —preguntó con algo de dificultad.
—Senku —dijo todavía sin salir del shock de estar viendo una Kohaku pequeña en el mundo moderno.
Esto definitivamente tenía que ser un loco sueño mientras estaba en coma.
—¡Hola, Sengu! ¡Seamos amigos! —Lo jaló para sentarlo a su lado, brincando de emoción.
Senku siguió mirándola con la boca abierta, sin poder dejar de mirarla ni siquiera cuando la maestra comenzó la clase, hasta que la maestra repentinamente sacudió su hombro con delicadeza.
—¿Hola? ¿Senku, no? Te pedí que dijeras tu nombre para todos tus compañeritos. ¿Sabes tu nombre completo, cariño?
—Ishigami Senku —se presentó rápidamente, para luego mirar de nuevo a Kohaku.
—Aww, ¿no habías visto a nadie con el cabello y los ojos de Kohaku-chan? Es que su mamá es extranjera, por eso es algo diferente. —La maestra palmeó su cabello y luego le pidió a Kohaku presentarse, cosa que ella hizo con mucho entusiasmo.
—¡Hizachi... no, soy Hizashi Kohaku, hola a todos! —exclamó con entusiasmo, a lo que la maestra la felicitó y luego pasó a otros niños.
Senku no dejó de mirar a la pequeña Kohaku, todavía sin poder creer lo que sus ojos veían.
Esto era solo un sueño... ¿no?
Fin.
¿O no?
No lo sé, me gustaría continuarlo pero quizás solo en FanFiction, en Wattpad andan calladitos por esta colección últimamente u, - ,u
En fin, no prometo nada xP
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro