Rey Vs. Reina
Senku supo que estaba jodido en el momento en el que escuchó el distintivo sonido de los pasos de la princesa Kohaku acercarse al rincón donde estaba acorralado.
Sin embargo... ella dijo algo que él nunca habría esperado...
—¿Quién eres tú?
Y él se congeló.
—¿No me...? —Se calló antes de terminar la pregunta, llamándose a sí mismo idiota.
Era prácticamente un regalo caído del cielo que ella no lo recordara, era su salvación, y ahora debería estar pensando en una forma de sacar provecho de esto, en vez de estar sintiéndose ofendido de que él no causó ningún impacto en ella, no como ella en él.
—Princesa Hizashi, disculpe, vengo como parte de la comitiva diplomática de los tres reinos y me separé del grupo, no era mi intención merodear.
—Entiendo. —Ella lo miró muy seria, nada parecida a la Kohaku vivaz y audaz que recordaba—. Debes ser el tutor que mencionó Lord Saionji antes de irse. Pido disculpas por no haberlo encontrado antes, el castillo es muy grande, pero los sirvientes debieron haberlo encontrado si hubieran hecho un trabajo decente. —Miró con desaprobación a sus guardias personales, Kinro y Ginro, que se estremecieron.
Senku frunció el ceño.
"¿Ukyo ya se fue? Entonces toda la comitiva debió irse... Claro, no pudieron esperarme, las relaciones entre los reinos son demasiado tensas como para romper el horario establecido sin una buena razón, no tuvo otra opción más que abandonarme, pero dejó una excusa para mí en caso de que no me escapara antes de ser descubierto... Arriesgado, pero me salvó el pellejo".
Aunque eso le dejaba otra pregunta y era... ¿Ukyo sabía que la princesa no lo reconocería? En verdad que su excusa fue muy arriesgada... y además un poco estúpida, porque ahora estaba obligado a tutelar a la princesa del reino que le había declarado la guerra a su padre, a su familia y a todo su reino.
Hmm, Ukyo no le haría una maldad como esa, sin duda Gen y Ryusui tenían algo que ver...
Bien que desde los trece años él mantuvo un perfil bastante bajo por el miedo de su padre a que atentaran contra su vida, pero las dos princesas Hizashi lo habían visto antes, así que tomaron un riesgo muy grande con esa idea.
—Me imagino que Lord Saionji mencionó que la tutela será corta... —Hizo una mueca, maldiciendo mentalmente a Ryusui y Gen por seguramente instigar a Ukyo a hacer eso.
—Así es, dos semanas, pero me imaginó que será más que suficiente para que me enseñé algo tan sencillo como el Ishteran.
Senku alzó una ceja.
Poseía avanzados conocimientos en prácticamente todas las ramas enseñadas en todas las universidades más avanzadas del continente y ¿lo harían perder tiempo dando una tutela de un juego de mesa? Ugh, esto definitivamente fue idea de Ryusui y Gen.
—Claro... Siendo la princesa Hizashi Kohaku una estratega tan brillante como los rumores dicen, usted no tendrá ningún problema, alteza.
Ella por primera vez le sonrió.
—Excelente. ¿Y cómo te llamas?
—Soy... Sebastian. Sirvo a Lord Saionji y al reino Archer —inventó rápidamente.
Porque claro, no había forma de que se presentara como quien realmente era, el príncipe heredero de Ishigami, hijo del rey que su padre había jurado matar, y su ex prometido.
.
Senku debió sospechar que la mentira no iba a durar mucho.
No con su bocota.
Fue solo cuestión de una semana para que le escapara la única palabra que despertó en ella la sensación de familiaridad suficiente para que repentinamente lo recordara.
"Leona".
Pudo ver sus ojos ampliarse y llenarse de familiaridad, recordando su verdadera identidad.
Senku culpaba más que nunca a Gen y Ryusui, porque el Ishteran tenía precisamente como rey y reina la figura de un león y una leona, y para Senku fue inevitable soltar ese viejo apodo cuando ella por primera vez logró acorralar a su rey rojo con su reina blanca en un movimiento que redujo todo a una batalla rey vs. reina.
Debió esperar que eso sería el detonante para que ella finalmente lo recordara.
Sí... debió esperarlo, pero lo que definitivamente no esperó fue que repentinamente ella se lanzara a abrazarlo, susurrando su nombre una y otra vez.
—Senku, Senku, Senku...
Se congeló por completo, sintiendo su cuerpo tembloroso apretarse contra el suyo aún por encima de su lujoso vestido y las múltiples capas de ropa elegante que los marcaba como miembros distinguidos de la realeza.
—Mi padre me dijo que estabas muerto... —murmuró ella con voz llorosa, y toda la incredulidad de Senku pasó rápidamente a ira.
—¿Qué dices?...
—Él d-dijo que... —Se apartó, frotando sus ojos con rabia—. Dijo que tu padre te envió al reino oscuro sin guardias... que no le importó tu vida... Y yo... —Sus ojos se llenaron de horror—. Lo he estado ayudando a atacar a tu padre... pensé que... Creí que... De verdad creí en sus...
Ella pareció perder la voz y él solo la miró en silencio, intentando contener las ganas de servirle una copa llena del más mortal de los venenos al hombre que una vez anheló fuera su suegro.
"Kokuyo justifica la guerra ante los otros pueblos diciendo que mi padre asesinó a su esposa, justifica la guerra ante su propio pueblo diciendo que mi padre dejó morir a la reina con medicinas falsas y les robó su dinero, por supuesto que debí pensar que justificaría la guerra también ante Kohaku, pero nunca pensé que me usaría a mí para ello..."
—Mi padre de verdad intentó salvar a tu madre, Kohaku... —Eso fue todo lo que le salió decir en ese momento.
Ella se apartó levemente de él y por un momento temió que había dicho algo equivocado, pero entonces sintió sus manos posarse en sus mejillas y la vio sonreír con tristeza.
—Yo estaba en la habitación cuando ella murió... Lo vi intentar salvarla... Nunca hubiera colaborado con mi padre para esa guerra absurda... pero pensé que la locura había alcanzado a tu padre al verse amenazado y te descuidó... y sentí tanta ira... pero debí saber que tu padre nunca haría eso. —Bajó la mirada, avergonzada—. Ja, en verdad me parezco a mi padre... me dejó cegar fácilmente... Él no merece perdón... y yo tampoco...
Senku tensó la mandíbula.
—Vine aquí escondido entre la comitiva de los tres reinos para encontrar esas rutas secretas de tu palacio que mencionaste cuando éramos niños... y fue porque mi ejército planea invadir tu castillo si logramos avanzar desde el noreste... y mi padre y yo nos opusimos férreamente a asesinar a tu familia si ese fuera el caso... Entonces, el plan era sacarte a ti y a tu hermana por esos pasadizos, para que no fueran dañadas... incluso si tú querías matarnos a nosotros, yo insistí...
Ella lo miró en silencio un largo rato.
—Han sido mis estrategias las que provocaron sus múltiples derrotas en puntos clave a lo largo de estos últimos años, y yo misma me he jactado de ello incluso frente a los otros reinos... Entonces, ¿por qué me tendrían esa consideración?...
—Porque mi padre no quiere conquistar tus tierras, quiere abogar por la paz, y él aún tiene la esperanza de retomar el matrimonio que uniría nuestros reinos... y, honestamente, yo también.
Ella lo miró sorprendida, pálida en un primer momento, para luego enrojecer levemente.
—Eso es una locura... Nadie lo aceptaría... Un matrimonio entre nosotros...
—En este punto no me importa si nadie lo acepta, quiero saber qué piensas tú. —La miró fijamente a los ojos, pero ella evitó su mirada, alejándose varios pasos de él, que de inmediato la siguió, hasta que ella estuvo frente a la puerta, su mirada gacha.
—La única forma en la que un matrimonio entre nosotros podría ser posible, es derrocando a mi padre... quizás matándolo...
—Eso no es lo que mi padre ni yo...
—Que no lo quieran no significa que no sea cierto. —Volteó a verlo de lleno—. He dedicado mis últimos años a ganar esta guerra, por las razones equivocadas, pero... ahora mismo, soy tu enemiga... Deberías odiarme, no pedirme matrimonio.
—Pues ya lo hice. —Rascó su oído con el meñique, una sonrisa divertida tirando de una esquina de su boca.
Ella lo miró sorprendida un momento, antes de soltar una carcajada.
—Realmente eres el mismo Senku de siempre... —Lo miró con ojos suaves.
—Tomaré eso como un "sí, acepto".
—¡No he dicho que sí! —Lo miró fastidiada, pero él solo se rio—. Ja, míranos, parecemos niños otra vez... Pero dime, en todos estos años, con nuestro compromiso evidentemente roto, ¿no ha surgido ningún otro acuerdo entre tú y otra princesa o noble de alta cuna? Porque mi padre tiene varios pretendientes en mente para mí.
Senku hizo una leve mueca, su sonrisa desapareciendo.
—Mi padre me hizo mantener un bajo perfil para protegerme, lo que jugó a favor de la mentira absurda de tu padre, pero, como dije, los dos aún esperábamos poder honrar ese compromiso algún día... incluso si debe ser derrocando a tu padre en el camino. A mi padre le gustaría una solución más pacifica, pero yo estoy dispuesto a ir por un camino más violento... con tal de tenerla a usted, princesa leona. —Sonrió descaradamente.
Ella sacó una daga de entre los pliegues de su vestido y la apuntó a su cuello, pero Senku no se movió, aunque ella pudo ver una pizca de temor en sus ojos, pero también confianza y leve diversión.
—Ah, qué recuerdos, como la primera vez que nos conocimos. —Rio, sudando un poco.
—¡Cállate! —gruñó ella, con el rostro profundamente enrojecido—. Siempre has sido oportunista, nunca ocultaste tus deseos de poseer los recursos de mi reino, me dejaste en claro que una unión entre nosotros solo sería de tu agrado si obtenías algún beneficio, así que no te atrevas a hablar como si me desearas...
—Para ser honesto, aún quiero los recursos de tu reino, con todas esas minas para explorar y la vasta tierra fértil. —Sonrió socarronamente y ella acercó más la daga a su cuello, a lo que esta vez si retrocedió un paso, sudando más—. Sin embargo, la maduración le ha sentado de maravilla, princesa leona, y no niego querer explorar lo que oculta bajo ese vestido y la fertilidad de sus... ¡AGH! —Ella lo cayó golpeándolo con el mango de la daga, casi tirándolo al piso de la fuerza, con el rostro casi humeando.
—Sigues sin saber cuándo cerrar la boca. —Guardó la daga, abanicándose para bajar el asfixiante calor envolviendo su rostro—. Eres una escoria sin remedio alguno.
—Soy sincero, tú hablaste de deseo, así que te demostré que efectivamente deseo por ti no me falta. —Ella volvió a mirarlo mal y él retrocedió más—. Claro que si tu padre me escuchara, probablemente mi reino caería mañana, y yo en ese mismo instante.
—Ja, yo misma debería matarte... Además, me refería a que no quiero que hables de mí como si me amaras, hace años que no nos vemos, y solo ha pasado una semana desde nuestro reencuentro... Sebastian. —Lo miró con sequedad.
—Una semana bastante agitada, debo decir. —Bufó con solo recordar todo lo que había tenido que pasar—. Sin embargo, más que suficiente para reafirmar que no quiero a ninguna otra mujer a mi lado. —La miró ahora con completa seriedad.
Ella mordió su labio, desviando su mirada a una ventana que daba al río que rodeaba al palacio.
Aún después de todo este tiempo, seguía volviéndose débil ante Senku.
Él era el hombre más débil que conocía, pero aun así lograba derrotarla solo con unas cuantas palabras o una mirada... Y ella como una tonta seguía tan enamorada como cuando tenía apenas trece años.
—Si me quieres... tienes que derrotarme en esta guerra... Mis estrategias ya han sido repartidas a los batallones... y no puedo traicionarlos mandando a mis soldados a la muerte diciéndote sus puntos débiles...
—Entonces, solo tengo que vencerte, tal como te vencí en el Ishteran. —Sonrió ladinamente.
—Ja, aún no terminamos este juego, y esta vez estuve a punto de vencerte. —Lo miró con burla.
—Ah, sí, mi rey acorralado por tu reina, pero resulta que... fue solo un truco para que bajes la guardia. —Se acercó al tablero y señaló a su jinete perfectamente alineado para matar a la reina blanca y al mismo tiempo acorralar sin salida al rey blanco.
Ella se quedó boquiabierta al ver que con ese solo movimiento acabó totalmente vencida luego de creer que estaba a punto de ganar, y él aprovechó su aturdimiento para repentinamente acercarse y juntar sus labios con los suyos, robándole un beso que la hizo olvidar totalmente el juego.
Kohaku jadeo, saltando hacia atrás de inmediato y sacando su daga, su rostro completamente enrojecido una vez más, su corazón latiendo como nunca antes.
Senku rio victoriosamente.
—Y eso, princesa leona, fue otro truco para obtener lo que quiero... Shah Mat.
Fin.
¿O no?
No sé, me encantaría continuarlo, tengo algunas ideas OwO
En fin, lo último significa Jaque Mate xP
No he tenido mucho tiempo para la SenHaku Week de Twitter, pero espero ponerme al día luego x'D
Por ahora les dejo esto para el tema de Romance secreto / prohibido :3
Ojala les haya gustado!
El fanart es hecho por Retrogamer Bendy, un amigo muy talentoso!
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro