Algo más 3
Al día siguiente, Ark... o más bien Ishigami Senku, intentó ir a la cafetería maid, pero Kohaku había hablado con su jefa para poner a Ark en la lista de acosadores (siendo un café Maid con muchas chicas hermosas, la lista era larga) y la seguridad no le permitió entrar.
Kohaku estaba bastante decepcionada tanto de su ídolo como de sus tontas ilusiones rotas, pero intentaba no pensar en eso ni tampoco quería hablar de eso con nadie, así que su plan era simplemente matarse trabajando, y eso estuvo haciendo por toda una semana... hasta que un día llegó a su trabajo y vio a una multitud obstruyendo la entrada, le fue difícil llegar hasta la puerta y al hacerlo vio a los de seguridad luchando por contener a chicas de entrar.
"Qué raro, casi siempre es un hombre al que están impidiéndole entrar..." pensó para sí misma, pero entonces entró al restaurante y vio que también había una multitud adentro.
"¡¿Qué rayos está pasando aquí?!"
—¡Kohaku, hasta que llegas! —Su jefa la jaló al área de cocina—. Cámbiate rápido y ponte a trabajar, les dije a todas esas muchachas que si no compran algo se largan y pidieron prácticamente todo lo disponible y al precio que se me dio la gana decirles, ¡hoy me hago rica! Así que trabajen, muchachas, ¡trabajen!
Kohaku se cambió rápidamente y se puso a trabajar con las demás, entregando muchos cafés, muchos panecillos, recalentando y horneando y glaseando, trabajando a toda velocidad hasta que eventualmente la jefa empezó a echar gente solo para que más pudieran entrar, pero luego la jefa de repente entró a la cocina y tomó la muñeca de Kohaku, confundiéndola.
—Muy bien, niña, esa celebridad dice que ya no va a esperar, que quiere verte o se irá.
—¿C-celebridad? ¿Qué?...
—¡¿Ni siquiera lo viste?! —gritaron sus compañeras, incrédulas.
Kohaku pestañeó, aturdida, antes de jadear.
—¿E-es Ishigami Senku?... ¡¿Está aquí?!
—¿Por qué crees que hay tanta gente? ¡Ahora ve y siéntate con él o te despido! —Su jefa la llevó a rastras hasta la mesa cuatro.
Allí vio a Senku ya sin el tonto peinado de Ark y sin los lentes, con una mueca de profundo fastidio y media docena de guardias de seguridad rodeando la mesa para impedir a las chicas acercarse a unos tres metros de él, aunque ellas seguían mirándolo y gritándole que lo amaban.
La jefa sentó a una boquiabierta e incrédula Kohaku delante de Senku y luego se retiró no sin antes dedicarle una mirada de advertencia de que obviamente quería que lo mantuviera allí más tiempo.
Kohaku lo miró boquiabierta, mientras que Senku la miró con amargura.
—Me bloqueaste —dijo él sin tapujo alguno.
Ella boqueó un par de veces antes de lograr encontrar su voz.
—Bu-bueno, por supuesto que sí, no quiero hablar contigo... —Al ver que muchos los estaban comenzando a grabar, tanto desde dentro como desde fuera, Kohaku se tapó los dos lados de la cara—. ¡¿Qué demonios estás haciendo en mi lugar de trabajo?
—Lamento la atención indeseada, pero supongo que eso logrará que saques a Ark de la lista de acosadores... —La miró con completo fastidio.
Ella lo miró boquiabierta.
—¡¿Todo esto es un truco para quitarte de esa lista?! —gruñó en un susurro.
—Básicamente... sí.
—¡Pues no! ¡Veté al diablo! —le gritó, levantándose impulsivamente y queriendo largarse, pero entonces vio a su jefa zapateando junto a los guardias de seguridad y gruñó desde el fondo de la garganta, volviendo a sentarse—. Me quedaré dos minutos más y luego me iré y espero ya no volver a verte...
—¿Tu jefa te amenazó para que me mantengas aquí? —Alzó una ceja.
Ella se negó a hablarle, cruzando los brazos y alzando mucho la barbilla, mirando al costado.
Lo oyó suspirar.
—Kohaku, vine aquí para pedirte vernos en uno de los restaurantes a los que íbamos, para que podamos hablar bien las cosas... Y lamento estarte molestando en tu trabajo, pero créeme que esto también me genera problemas, pero en serio quiero que entiendas que yo... —Se mordió el labio, pareciendo perder las palabras de repente—. Mira, por favor veámonos en otro lugar y hablemos, quiero explicarte todo.
Ella siguió negándose a hablarle y él finalmente suspiró y se levantó, dirigiéndose hacia su jefa antes de que pudiera detenerlo.
Le dijo algo al oído y luego le hizo una seña a sus guardias de seguridad, que lo ayudaron a abrirse paso entre la multitud para salir del restaurante.
La miró de reojo antes de cruzar la puerta, para luego finalmente marcharse.
Con él, muchas chicas se fueron siguiéndolo, tanto las de adentro como las de afuera, muy pocas se quedaron a esperar los pedidos que ya habían pagado, dejando a su jefa bastante contenta porque había ganado dinero sin siquiera tener que perder material.
—¡Bien, Kohaku-chan, te has ganado oficialmente un aumento! Muchas felicidades por conseguirte un novio famoso. Aunque dijo que te dijera que ya no iba a molestarte... ¡Y dijo que nos daría publicidad por sus redes! Será mejor que contrate más personal y añada más bocadillos al menú y... —Siguió hablando sola mientras Kohaku aún luchaba con su aturdimiento.
"Dijo que te dijera que ya no iba a molestarte..."
¿Ya no iba a molestarla? O sea que... ¿Ya no volvería a verlo?
Algo en su corazón se estrujó dolorosamente ante esa idea, pero todavía tenían clientes que atender, así que decidió ponerse a trabajar.
Al día siguiente, Amaryllis fue a su casa a reclamar que no le dijo nada de lo que pasó ayer y además a contarle que ella estaba en un video junto con Ishigami Senku por todas las redes sociales.
—¡No puedo creer que justo en mi día libre pasó todo eso! En verdad tengo mala suerte... igual que cuando me dejaste sola en el programa, aunque conocí a Soyuz pero aun así...
Kohaku no le prestó mucha atención, más concentrada en verse a sí misma en la televisión, en un canal de noticias con gente famosa especulando quién era ella y cuál era su relación con Senku, el famoso idol, el "general científico" de los cinco generales famosos.
Cuando fueron a trabajar más tarde ese día, se encontraron con muchos reporteros en la entrada del restaurante, y los de seguridad tuvieron que salvarla de ser hostigada por ellos y ayudarla a llegar a la cafetería, y allí dentro su jefa se mostró muy contenta porque de nuevo tenían mucha clientela y además los reporteros serían más publicidad.
—¡Es excelente, excelente! Todas estas chicas deben esperar que otro famoso llegue, espero que esto duré porque pedí muchos suministros, en fin, Kohaku-chan, tú tranquila y sigue trabajando, y si alguien te molesta me dices y me encargaré. —Le palmeó la cabeza como si fuera un perrito y se retiró.
A Kohaku no le quedó de otra más que acostumbrarse a toda la nueva atención, y la siguiente semana estuvo bastante fastidiada siendo perseguida por la prensa, pero un día le llegó otra sorpresa en la mesa cuatro...
Eran los cinco generales disfrazados otra vez... o los cuatro, más bien, porque Senku no estaba allí.
Esta vez sus disfraces eran mucho más elaborados, tenían pelucas y todo, pero Kohaku los reconoció fácilmente porque Gen tenía los mismos lentes verdes y Ryusui el mismo pañuelo naranja, y además porque todos la estaban mirando fijamente.
—Debemos hablar contigo, Kohaku-chan~.
Ella tomó aire.
Le era muy difícil no pensar en Senku, incluso había tomado otro trabajo de medio tiempo para distraerse, ¡¿y ahora le pasaba esto?! Nunca pensó que conocer a sus ídolos famosos pudiera ser tan estresante...
—Díganme ¿qué van a ordenar?
—Oye, en serio necesitas escucharnos, nosotros...
—Ordenaremos. —Ryusui chasqueó los dedos con una sonrisa—. Y quizás con una jugosa propina quieras escucharnos, preciosa. —Bajó sus lentes para guiñarle un ojo.
—Ja, sin duda son sus amigos, también piensan que pueden comprarme. —Los miró con decepción, antes de marcharse dejándolos palmeando sus frentes y suspirando y volver a la cocina y pedirle a Amaryllis que atienda la mesa cuatro.
Cuando Amaryllis regresó, lo hizo con una sonrisa culpable.
—Lo siento, pero los cuatro pidieron los cafés más caros del menú, y quieren que la maid que les dé las cucharadas en la boca seas tú.
—¡¿Qué?! ¡De ninguna manera!
—Kohaku, sabes que son las reglas... Aunque si son acosadores, puedes decirle a los de seguridad, pero pagaron mucho, pero la jefa nos odiará si no cobramos esos cafés, pero...
—Amaryllis, está bien. —Tomó aire—. No quiero meter a nadie más en esto, preparemos los cafés e iré a hablar con ellos.
Cuando volvieron a la mesa cuatro, dejaron los cafés y Kohaku asintió hacia Amaryllis para que la dejara sola con ellos, luego cruzó los brazos bajo su pecho.
—Muy bien, no pienso darles cucharadas en la boca, pero estoy harta de que sigan viniendo a molestarme a mi trabajo, así que díganme lo que deban y luego déjenme en paz.
—¡Senku está insoportable, tienes que...!... —Gen tapó la boca de Chrome antes de que llamara la atención de todo el mundo.
—Kohaku-chan, no sabemos exactamente qué pasó entre ustedes, pero intuimos que Senku-chan y su mal entendimiento sobre las emociones hicieron algo que te hirió, y luego de mucho pensarlo él decidió esforzarse para hablar contigo y arreglar las cosas, pedirte perdón o aclarar cualquier posible malentendido, pero tú no quieres escucharlo, y quisiéramos pedirte que le des la oportunidad —habló Gen con voz persuasiva y suave.
—Él nos prometió un juego de póker contigo en el equipo, ¡y yo no desistiré de ese deseo! —Ryusui chasqueó los dedos con una sonrisa avara de las suyas.
—Por favor, sé que Senku puede ser... difícil, sobre todo cuando se trata de las emociones, pero él siempre ha sido un buen amigo, se preocupa por las personas que lo quieren y a las que quiere, y tú has llegado a ser una persona que quiere. —Ukyo la miró con ojos preocupados—. Si pudieras darle una oportunidad para explicarse, estoy seguro de que podrían arreglar las cosas... o que al menos podrían terminar su amistad sin un sabor de boca tan amargo.
Kohaku abrazó la bandeja de los cafés contra su pecho, apartando la mirada.
Era increíble que sus ídolos le estuvieran hablando ahora, y casi que suplicándole que le diera una oportunidad a su más grande ídolo, pero esto ya no se trataba de fanatismo, y tampoco se trataba de amistad como ellos pensaban...
Ella realmente se había enamorado de Ark... de Senku... y él le rompió el corazón, cosa que no debería sorprenderla, porque eran de mundos totalmente diferentes, claro que enamorarse de alguien como él solo podría terminar así, y ella no quería seguir revolcándose en ese dolor, solo quería olvidarse de él y dejar de sufrir por algo que nunca podría ser.
—Lo siento... Entiendo que son buenos amigos de Senku, pero... yo ya no quiero tener nada que ver con él. —Negó con la cabeza—. Prefiero que todo termine aquí.
—Pero... —Chrome pareció querer decir algo, pero Gen le colocó una mano en el hombro.
—¿No podrías al menos desbloquear su número? —sugirió Gen, bajando sus lentes para mostrar su rostro inusualmente serio—. Él ahora mismo está respetando tu deseo de dejarte en paz, por eso no quiere venir, pero si desbloqueas su número, podría al menos mandarte un mensaje explicándote todo... y tú puedes elegir si quieres leerlo o no.
Kohaku se abrazó a sí misma, pensativa.
Podía ver que algunos clientes los estaban viendo, la mayoría mujeres y algún que otro hombre de esos raritos que siempre tuvieron como clientes habituales y uno nuevo que siempre se sentaba en un rincón oscuro como el rarito supremo. La publicidad trajo muchas clientas mujeres, pero de los hombres raritos nunca podían librarse.
Y ella aparentemente tampoco podría librarse de idol rarito favorito tan fácil...
Pero... era difícil pensar en tener que reunirse con él de nuevo...
—No quiero hablar con él...
—Ni verlo, lo sabemos, pero no tendrás que hacerlo, solo será un mensaje, se lo diremos, tienes nuestra palabra. —Los cuatro asintieron.
Kohaku se mordió el labio, antes de suspirar y asentir.
—Está bien, pero a cambio tienen que prometerme que ya no me molestarán en mi trabajo, ninguno de ustedes. —Los miró molesta y ellos sonrieron.
—¡Trato hecho!
Y así, Kohaku desbloqueó el número de Senku y... nada.
Él no le escribió en ningún momento, y ella se odió a sí misma por haber escuchado a esos malditos generales, porque ahora cada vez que sonaba una notificación se estremecía y se lanzaba para ver si era él, solo para decepcionarse al ver que no lo era.
Pasaron las semanas.
La prensa siguió acosándola, quizás porque, según dijo Amaryllis, Senku había dejado de participar en el programa de streaming de los cinco generales después de actuar muy raro y deprimido en el programa en vivo que hicieron cuando ella rompió lazos con él.
Todos estaban especulando qué le pasaba al general científico, y muchos la relacionaban con su falta en el equipo, diciendo que ella no lo dejaba ir al programa o algo así, por lo que algunos incluso empezaron a dejarle carteles de odio en la cafetería, para disgusto de su jefa que tuvo que contratar seguridad nocturna también, aunque últimamente ganaba tanto que igual no se quejaba mucho y estaba decidida a mantener a Kohaku en su puesto.
Kohaku había acabado confesándole toda la verdad a Ruri, que le aconsejó hablarle ella misma a Senku para ver si era cierto que quizás todo era un malentendido, pero Kohaku se negó y Ruri no hizo más comentarios al respecto... hasta que un día le pidió ir más temprano de lo normal a visitarla, extrañándola.
Cuando entró a la habitación de hospital de Ruri, casi se desmaya al ver a Chrome allí.
—¡¿TÚ?! ¡Les dije que no me molestarán en el trabajo! ¡¿Y ahora me molestan y además molestan a mi hermana?! —Lo miró con completa furia, acercándose a él con un puño en alto, a lo que él retrocedió hasta la cama de Ruri, donde Kohaku se congeló cuando repentinamente Ruri abrazó a Chrome y besó su mejilla, sonrojándolo—. Eh... ¿Ruri-nee?
—¿Recuerdas ese chico del que te hable? Pues... Kohaku, te presento a mi novio, Chrome.
—¡¿EEEEH?! —Casi se desmaya.
—Él tardó mucho en mostrarse con su verdadera identidad...
—Pero Ruri me descubrió, es muy lista, mi disfraz solo me duró dos visitas. —Chrome rio algo avergonzado.
—Pero —continuó Ruri— fue por una buena razón, no es que quisiera engañarme...
—Es por contrato. —Chrome hizo una mueca—. Nos obligan a no tener novias...
—¿Eh? —Pestañeó aturdida.
—De hecho... Senku nos contó que tú piensas que Luna es su novia. —Frotó su nuca—. Y... bueno, no ha querido hablar contigo porque confesarte lo que hace con Luna para que su padre le dé financiamiento tampoco lo deja muy bien parado que se diga...
—¡¿EH?!
—Así que se volvió un cobarde completo. —Bufó—. Bueno, le conté todo a Ruri ayer y ella dijo que debería decírtelo, y como nos dijiste que no volviéramos a tu trabajo, pues... los otros tres esperan que pueda convencerte para que hables con Senku, porque en serio que no ha sido el mismo desde que le dejaste de hablar y es un completo fastidio. —Bufó.
—Kohaku... —Ruri miró con dulzura a su rostro pasmado—. Sé que te lastimó, pero si te quedas con esa duda no te hará bien, necesitan hablar... así sea para cerrar la herida de una vez por todas, si luego no se vuelven a ver... será porque los dos lo decidieron.
Kohaku bajó la cabeza, pensando y pensando.
—Yo... necesito pensarlo...
—Pe... —Ruri calló a Chrome y asintió.
—Está bien, piénsalo todo lo que necesites. Ahora... ¿Qué tal si te cuento más de cómo nos conocimos?
Kohaku sonrió y decidió olvidarse de Senku por el momento, pero el domingo él no salió de su cabeza, y el lunes cuando iba de camino a trabajar no pudo evitar quedarse mirando a su celular, sintiendo la tentación de llamarlo.
Justo a una calle de llegar a la cafetería, de repente un auto lujoso se estacionó a su lado y la ventanilla bajó, mostrando a Luna, la novia de Senku con la que lo vio hace semanas.
—Kohaku ¿no? Necesito hablar contigo. —Abrió la puerta del auto para que entre.
—Eh... Debo trabajar...
—Solo serán unos minutos, pero descuida, tu jefa no va a despedirte, no con el dinero que Senku le está mandando... —Kohaku se congeló.
—¿Qué?...
—Sube.
Aturdida, Kohaku se subió al auto que era como una limosina y Luna la miró desde el asiento de adelante.
—Escucha, sé que Senku te quiere como una especie de amante, pero la oficial soy yo, apenas se termine su contrato con la empresa Idol él se va a casar conmigo, lo tiene por contrato, así que deja de quitarle su dinero o te vas a meter en problemas y todo será para nada porque él ya me prometió que se casará conmigo, conmigo, así que eso no irá a ningún lado, podrías tener algo de dignidad. —Cruzó los brazos, haciendo un puchero.
Kohaku la miró boquiabierta.
—No sé de qué rayos estás hablando... Él solo quería jugar póker conmigo, nunca me dijo nada de ser a-amantes ni nada, y hace semanas que no hablamos.
—¡Pero él está mandando dinero a tu cafetería! Rastreé sus cuentas. ¡Y también sé que están pagando parte de los tratamientos de tu hermana! —Le mostró las facturas y Kohaku se quedó boquiabierta.
Las facturas mostraban la parte del dinero que se suponía que debía estar pagando su padre... e incluso tratamientos nuevos y medicinas mejores y más caras para Ruri.
—Yo... no sabía nada de esto...
—¿Y esperas que lo creas? Él ha estado de obsesivo yendo a tu cafetería todas estas semanas...
—No es cierto, no se ha aparecido por ahí —la interrumpió—. ¿Cómo sé que todo esto no es una mentira tuya?
—Oh, él ha estado ahí. —Luna le enseñó unas fotos.
Kohaku jadeó, reconociendo al cliente nuevo que siempre se sentaba en el rincón oscuro, y luego viendo fotos de cómo se quitaba el disfraz poco a poco, revelando ser Senku.
Él había estado yendo disfrazado... pero se sentó en el área de otra camarera, entonces... ¿solo iba para verla sin hablarle?
Pestañeó aturdida y luego volteó a ver a Luna.
—Por favor aléjate de él, es mi novio, ¿acaso te gusta ser la segunda mujer?
Kohaku la miró en silencio un largo rato, antes de tomar aire.
—Escucha... Él y yo nunca fuimos nada, y yo no quiero que seamos nada... Le daré esta foto a los de seguridad y ya no lo dejaran entrar, y tú puedes decirle que no quiero su dinero, que me deje en paz de una vez. —Se abrazó a sí misma—. Solía admirarlo... pero ahora me parece un maldito loco, así que quédatelo.
Luna entrecerró los ojos, pero Kohaku la miró con toda su sinceridad, y finalmente la extranjera sonrió.
—Bien, te creo, entonces está decidido. Yo me lo quedaré.
—Que lo disfrutes. —Kohaku se bajó de un portazo.
No le importaba qué dijeran los demás, esto ya era espeluznante, era como un acosador, y ella no pensaba perdonarlo ni dejarlo explicarse, solo quería que saliera de su vida.
Tomó su celular y le tomó fotos a todas las pruebas que Luna le dio, luego se las mandó a Senku y escribió un mensaje:
"¿Quién te crees que eres? Aléjate de mí, no eres mi dueño, no eres nada para mí, solo déjame en paz".
Dicho eso, volvió a bloquearlo, esperando ahora sí no volver a verlo nunca más.
Fin.
¿O no?
Realmente no xP
Planeo continuarlo, pero ya me estaba quedando muy largo x'D Espero no tardarme mucho...
Gracias a mi querida Anahy por patrocinar este cap! Todas las gracias a ella :'D Espero te haya gustado :3
Espero les haya gustado a todos! Gracias por su apoyo TwT
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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