Cinco Sabios
En un pequeño pueblo rodeado de ríos y montañas, todas las cabezas se alzaron hacia arriba cuando un gigantesco dragón sobrevoló el cielo sobre ellos.
Ver volar dragones no era tan raro, ya que varios vivían en las montañas, pero normalmente eran apenas tres o cuatro veces más grande que un ser humano, ¡este parecía del tamaño de un barco!
—¡JA, JA! ¡Otro pueblo y otras mil miradas asombradas al fabuloso dragón Perseo! —Encima del dragón, justo sobre su cabeza, su dueño Nanami Ryusui chasqueó los dedos con orgullo—. ¡Fue una gran adquisición para los cinco generales!
—¿Por qué sigues diciendo que somos cinco? —Ukyo, sentado detrás de él, suspiró con resignación—. Solo somos cuatro. Además no creo que lleguemos a convertirnos en los cinco sabios que anunció la profecía de hace tres mil setecientos años.
—¡Tan ingenuo como siempre, Ukyo! —Ryusui se sentó a su lado, pasando un brazo por sus hombros—. ¡Fue predicho el día que nací que mi destino sería la grandeza! ¡Y en cuanto cumplí diez años contrataron a la mejor bruja para hacerme una profecía, solo para descubrir que desde hace mucho que mi destino había sido profetizado!
—Pero nunca aclararon qué profecía fue esa…
—¡Claramente es la mejor profecía! ¡La más antigua y la que más grandezas traerá a los cinco reinos! ¡Cinco reinos que necesitan a sus cinco sabios! Además, Gen lo confirmó. —Señaló triunfante al chico de cabello blanco y negro, que estaba contando cartas tranquilamente en la base del cuello del dragón.
—¡Así es!~ ¡Una de mis habilidades como mago es interpretar y descifrar profecías!~ ¡Ryusui-chan, Ukyo-chan, Senku-chan, alguien más y yo seremos los tan esperados cinco sabios!~ —Alzó sus manos, disparando fuegos artificiales de sus dedos.
—Yo aún no descartó que seas un estafador. —Ukyo se preguntó no por primera vez por qué les había creído y se unió a ese grupo de locos.
—Ni yo —dijo Senku, acercándose desde los omóplatos del dragón, mirando con ojos entrecerrados a una bola de cristal que tenía colgando de su muñeca.
—¡¿EEH?! ¡¿Tú también crees que soy un estafador Senku-chan?!~ ¡Pero qué cruel!~
Senku ignoró a Gen y miró a Ryusui muy seriamente.
—Dile a Perseo que se detenga aquí, debemos visitar este pueblo.
—¿Eh? ¿Por qué? —Gen miró con curiosidad hacia el pueblo que ya casi habían sobrepasado—. Es muy pequeño, ¿acaso hay algo que te interese aquí?
—Sí, hay otro hechicero poderoso aquí. —Les enseño la bola de cristal, que estaba emitiendo cierto brillo.
—¿Y dónde está el punto blanco que mide su nivel de energía? —Ryusui y Gen entrecerraron los ojos, mientras que Ukyo solo se quedó con la boca abierta.
—¿Qué no se dan cuenta?... ¡Toda la esfera está blanca! —Ante las palabras de Ukyo, los otros dos se quedaron boquiabiertos también.
—¡Perseo, detente y baja a una montaña cercana al pueblo! —ordenó Ryusui corriendo a la cabeza del dragón—. ¡JA, JA! ¡Este debe ser nuestro quinto general, lo sé y ya deseo que se una a nosotros! —Chasqueó los dedos, carcajeándose de alegría.
—Bueno, al menos espero que haya chicas bonitas en el pueblo. —Gen sonrió con entusiasmo, siguiendo al rubio avaricioso.
Apenas los otros dos se fueron, Ukyo observó con preocupación la forma en la que Senku observaba la esfera.
—¿Qué sucede? —También miró a la esfera—. Sabes que soy un elfo con dotes mágicos, no un hechicero ni mago ni brujo, no sé interpretar esas cosas…
—La luz parpadea levemente —dijo Senku, dejando a la esfera caer colgada de su muñeca otra vez—. Significa que su magia es inestable, o bien… que hay alguna especie de interferencia, algo que la opaca o la contrarresta… No estoy seguro, pero no hay que ir a investigar tan confiados, bien podría ser un grupo del Reino X.
—No creo, no pueden rastrearnos, yo me aseguré de ello. Y también podría detectarlos si se acercan, sabes que una de mis especialidades es detectar al enemigo.
—Por ahora rastrea la fuente de este poder. Y rastrea si hay algún otro poder grande cercano.
Ambos asintieron y tomaron caminos diferentes para preparar todo y así bajar al pueblo.
Los cuatro se pusieron capuchas y entraron al pueblo lo más sigilosamente posible.
—Si hago un espectáculo, seguro atraería a mucha gente~. Y entonces podríamos buscar a nuestro quinto integrante~.
—¡Suena a una gran idea! —Ryusui estuvo de acuerdo.
—No. —Senku y Ukyo se negaron de inmediato.
—Y de paso podría conseguir un poco de oro para los ahorros del grupo~.
—Muy bien, hazlo. —Gen y Ryusui celebraron ante la contestación de Senku, mientras que Ukyo solo pudo suspirar.
—Bien, yo iré por mi cuenta entonces. Así cubriremos más terreno —se excusó el elfo, intentando escapar.
—No es mala idea, también iré por mi cuenta. —Senku dio media vuelta y tomó otro camino, dejando a Gen y Ryusui haciendo pucheros ridículos.
Mientras merodeaba solo por las calles del pequeño pueblo, Senku notó con curiosidad que habían varios tipos de criaturas habitandolo: humanos normales, elfos, enanos y hasta troles.
Hmm, este pueblo sin duda pertenecía al reino de Soyuz, era el reino más benevolente de los cinco, y el único en el que todos los tipos de criaturas podían coexistir en paz. Y era su reino natal.
Senku hizo una mueca al pensar que ya llevaba mucho tiempo sin pisar este reino, tanto que ni siquiera había notado que debía estar en sus límites.
Desde que su pueblo fue destruido ya no tuvo a dónde ir, y aún no estaba seguro de si haberse encontrado con Gen y Ryusui fue una suerte o una desgracia. Ryusui era un príncipe del reino Nanami, obsesionado con que él era uno de los cinco sabios y debía reunir a los otros cuatro. Gen fue contratado por él para encontrar la predicción en la que aparecía y los dos se convencieron de que era la más antigua, la que traería paz a los cinco reinos.
Buscaban a jóvenes talentosos para formar su grupo, y Senku los aceptó más por su ambición de ser un mejor hechicero y contribuir a acabar con las guerras absurdas que destruían a los cinco reinos.
Encontraron a Ukyo hace un par de meses, él era un ex soldado del Reino Shishio (que sufrió un golpe de Estado hace poco y tenía un nuevo rey joven y fuerte). Ukyo se negó a dominar otros pueblos y escapó para ayudar a los desamparados por las guerras, y desde que él se unió al equipo ellos se dedicaban a hacer buenas acciones todo el tiempo, aunque ya las hacían desde antes, pero no tan seguido y mucho menos gratis. Pero bueno, esa fue la condición de su nuevo integrante.
Y ahora podrían tener a su quinto integrante y quién sabe cuál sería la siguiente locura a la que Ryusui los sometería por su capricho.
Senku alzó la bola de cristal en su muñeca y la miró con ojos entrecerrados.
Tenía otro motivo para prestarse a esta idiotez. Un motivo que lo haría irse al infierno sin ni un milímetro de duda, pero del que no podía desistir.
Ahora que estaba de regreso en su reino natal, quizás debería intentar cumplir con ese objetivo…
Negó con la cabeza, decidiendo volver a concentrarse en su búsqueda, y fue entonces que sus ojos detectaron a la chica más hermosa que había visto nunca. Tan hermosa que no podía ser humana.
Era rubia, de ojos azules, con el cabello atado en una coleta desordenada, su vestido rasgado y llena de polvo y tierra, y aún así era absurdamente preciosa.
Definitivamente no era humana.
Al notar su mirada fija, la chica que había estado haciendo fila para comprar vegetales le frunció el ceño.
—¿Tienes algún problema? —Su voz también era bonita, ya no había duda.
Era un hada, un hada de tamaño humano.
Se suponía que estaban extintas, pero aquí adelante tenía una.
—Sí, de hecho. —Antes de pensarlo dos veces, se acercó a ella con una sonrisa despreocupada—. Creo que tú eres la razón de la interferencia, así que tú puedes ayudarme a encontrar a quien buscó.
—¿Ah? —Lo miró como si fuera un bicho raro—. ¿De qué diablos hablas?
Senku miró a su alrededor con cautela, antes de enseñarle la esfera de cristal.
—Soy un hechicero… y tú conoces a otro, ¿o me equivoco? —Sonrió triunfante al verla mirarlo con sorpresa pero también como si hubiera sido descubierta.
—No sé de qué hablas…
—No tienes que fingir, ya sé que eres un hada —susurró, dejándola con la boca aún más abierta—. Es más, ya sé que eres la…
—Shh… —Los ojos azules de la chica empezaron a brillar y Senku maldijo, sintiendo su voluntad desaparecer.
Mierda, no debió subestimarla.
.
—¿Kohaku-chan? ¿La están molestando? —El vendedor la miró con preocupación al haber presenciado todo.
—No, no se preocupe. —Kohaku sonrió felizmente, tomando la mano del hechicero de cabello raro y entrelazando sus dedos—. Es mi novio, y es un poco gruñón, ¿verdad?
—Sí. Lo siento. —El pobre idiota hipnotizado asintió.
—Bien, bien, ya es tu turno, querida.
Kohaku compró los vegetales que su hermana necesitaba y comenzó a jalar al hechicero en dirección a su casa.
—¿Tu nombre? —preguntó mientras caminaban con sus manos juntas.
—Ishigami Senku —contestó sumisamente.
—Muy bien, Senku, ¿qué viniste a hacer aquí?
—Vine a buscar la fuente de un gran poder.
—¿Con quién?
—Con mis amigos.
—¿Y quién los manda?
—Es un capricho de Ryusui, buscamos a un nuevo integrante para nuestro grupo.
Kohaku frunció el ceño.
¿Acaso no estaban detrás de ella y su hermana?
—¿No vienen por órdenes de los enemigos de este reino?
—Ryusui es uno de los príncipes de Nanami, ellos tienen buena relación con Soyuz.
Un príncipe del reino Nanami, ¿eh? Qué extraño. ¿Qué podrían querer allí?
—No entiendo, dime cómo descubriste que soy un hada.
—Eres la chica más hermosa que he visto. —Muy en contra de su voluntad, Kohaku sintió sus mejillas enrojecer levemente.
—Explícame bien por qué estás aquí, Senku.
—Mi amigo Nanami Ryusui está obsesionado con la profecía de los cinco sabios, está convencido de que él es uno de ellos y ha estado reuniendo jóvenes con habilidades mágicas absurdamente poderosas. El mago Asagiri Gen confirmó su teoría, y los dos me reclutaron, creyendo que yo soy otro. —Kohaku dejó de caminar, congelada en su sitio—. Hace unos meses reclutamos a nuestro cuarto integrante, y ahora creen que el hechicero poderoso que vive aquí es el quinto sabio.
Ella lo miró con la boca abierta y de inmediato soltó su mano y la agitó frente a su rostro, liberándolo de la hipnosis.
—Lo es —le susurró, atónita y con el rostro pálido.
—¿Qué? —Él parpadeó aturdido, aún sin recuperarse del todo de haber salido de su control.
—Chrome. El hechicero que buscas. —Lo miró muy seriamente—. Él es uno de los cinco sabios.
—¡¿Qué?!
Kohaku volvió a tomar su mano y lo arrastró rápidamente hasta su casa, maldiciendo al no ver a Chrome y Ruri por ningún lado.
—Diablos, siguen de compras… ¡¿Por qué se tardan tanto?!
Justo en ese momento, la puerta se abrió y su hermana y Chrome entraron acompañados de otros tres tipos, un elfo, un mago y un híbrido dragón-humano, que debía ser el príncipe Nanami.
—Aquí estás, Senku. —El elfo suspiró aliviado, antes de voltear con los otros dos—. Les dije que ya estaba aquí.
—Es una gran coincidencia. —El mago sonrió alegremente—. Nosotros nos encontramos con el hechicero, y tú con la otra hada que lo acompaña.
—Yo sigo sin entender qué diablos pasa aquí. —Chrome se cruzó de brazos y se sentó encima de la mesa del comedor—. Quiero decir, siempre supe que era un sabio, lo predijeron desde que nací, pero ¿cómo es que de golpe aparecen los otros cuatro?
—En realidad no es del todo seguro que nosotros seamos sabios. —El elfo rió nerviosamente.
—¡Pero claro que es seguro! —El príncipe chasqueó los dedos—. Gen y yo lo tenemos seguro, y tampoco puede ser un error haber encontrado a Senku y Ukyo, ¡el destino así lo quiso!
—No tiene sentido… —Chrome se cruzó de brazos, luciendo muy confundido—. Creí que solo podíamos ser sabios cuando fuéramos ancianos o algo así.
—¡¿Y perdernos toda la gloria en plena juventud?! ¡JAMÁS! —El príncipe era bastante escandaloso.
—Eh… Mucho gusto, soy Ruri. —Su hermana se presentó con Senku, interrumpiendo a los chicos—. Kohaku, te presento a Ukyo-san, Gen-san y Ryusui-san. —Señaló a cada uno—. Veo que ya conociste al quinto sabio.
—Nos encontramos por casualidad. —Hizo una mueca—. Me reconoció como un hada y lo hipnotice.
—¡Kohaku! ¡¿Cómo pudiste hacer eso con un sabio?! Sabes que es muy desagradable ser hipnotizado, discúlpate. —La miró con reproche.
—Bien, bien, lo siento. —Miró de mala gana a Senku, que simplemente encogió los hombros.
—No te preocupes, al menos yo también conseguí cierta información. —Kohaku hizo una mueca, sin gustarle nada su mirada penetrante.
—Deberíamos dejarlos hablar a los cinco, por el momento. Kohaku, ayúdame a hacer la cena. —La jaló a la cocina junto con la canasta de vegetales.
—¡¿Eeh?! ¡Pero si dices que soy un peligro para la cocina!
—Kohaku, tranquila. Debemos hablar también —le susurró, arrastrándola a la cocina y luego hasta las escaleras, lo más lejos posible de los chicos—. Sabes que tengo el don de adivinar el futuro, pero si lo digo…
—Pero si lo dices hay pocas probabilidades de que pase, lo sé. —Asintió—. Pero hay cosas que no pueden cambiar, ¿al menos ya sabes si esos tipos son de fiar? Y aunque no hayas visto nada del futuro aún puedes percibir las buenas o malas intenciones de la gente, ¿así que qué dices? ¿Son quienes dicen ser? —La miró ansiosa.
—No sé si todos ellos lo son, pero al menos de Nanami Ryusui lo puedo confirmar. —Asintió—. Y sé que todos tienen un buen corazón, lo siento.
Kohaku suspiró aliviada.
—Bien, ahora si me siento mal por hipnotizar a ese Senku, pero estaba actuando demasiado sospechoso… —murmuró, antes de estremecerse—. Ja, olvídalo, no me siento mal, se lo merece. Es ridículo saber que soy un hada solo por mi belleza, también existen las ninfas. Creo que es solo un pervertido. —Bufó.
Ruri sonrió con ternura.
—¿Si recuerdas la profecía que hicieron cuando cumplí doce años, verdad?
—Pff, yo no creo que eso sea verdad…
—Pero lo es, nuestra madre jamás se equivocó. —Acarició su rostro con ternura—. El primero de los cinco sabios al que conozca será el amor de mi vida. —La miró emocionada—. Y el segundo de los cinco sabios al que tú conozcas será el amor de tu…
—¡Yo no creo en esa tontería! —Se cubrió los oídos, sacudiendo la cabeza frenéticamente—. ¡Tal vez en tu caso sea cierto pero en el mío no! ¡Ni siquiera están seguros de que sean sabios!
—Bueno, solo el tiempo lo dirá. —Ruri le dio un corto abrazo antes de dirigirse a la cocina—. Por las dudas, deberías ir preparando el corazón, sino fue Senku-san entonces fue alguno de los otros tres. —Rió al verla palidecer aún más.
Kohaku se apoyó contra la pared de su choza, mirando al techo.
En realidad, Senku le parecía mucho más atractivo que los otros, pero…
Aunque ella no era tan perceptiva como su hermana, aún así la percepción estaba dentro de sus poderes, y podía percibir que ese tal Senku ocultaba algo. ¿Cómo podía ser el amor de su vida si ni siquiera podía confiar en él? Además de que, a pesar de que la llamó hermosa, él tampoco parecía muy feliz cerca de ella después de que lo hipnotizó.
Esto sería un desastre.
Algo era seguro: ese encuentro les cambiaría la vida a ambos, para bien o para mal.
Fin.
¿O no?
Quizás, depende de si les gusta xD Ojalá que si les haya gustado uwu
Otro fic para la Semana SenHaku!
Tema: Magia.
Espero que no haya sido muy raro y les gustara, no olviden que se les ama!~ :3
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaa!
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