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Dia7: El norte recuerda (pacto de hielo y fuego)


La guerra estaba por terminar o eso creían muchos, a la muerte de la reina Rhaenyra, además de la muerte de su heredero, con tres hijos fallecidos, uno perdido y uno como rehén del usurpador, se podría decir que el trono había quedado en las manos manchadas de sangre de los verdes, en apariencia no había nada que hacer.

El usurpador ahora quemado y mutilado, desfigurado, si se puede decir asi seguía en el trono, su hermano una figura de terror absoluto con su dragona de guerra, había encontrado su final junto al príncipe canalla y la reina Alicent enfrentaba una dualidad emocional, satisfecha por quedarse con el poder y mas que nada por ver destruido lo que más odiaba, a Rhaenyra y sus bastardos, como ella les llamaba, pero devastada por la pérdida de su hijo favorito.

Incluso deseaba la muerte del pequeño, que tenían como rehén.

Y entonces llegó la hora del lobo, cuando el señor del norte finalmente llego a hacer justicia.

Llegó con el corazón roto, por haber llegado demasiado arde, su mejor amigo había muerto en la batalla de gaznate, y lo único que podía hacer por él, era hacer justicia y sentar a su hermanito en el trono.

Pero nadie sabia la verdad, nadie sabía porque había llegado tan tarde, ni porque tenia una pena tan grande en el corazón, que le había convertido en un tempano de hielo, ni por que su urgencia por hacer justica, o más bien tomar su venganza, nadie sabia del pacto de hielo y fuego y lo que realmente significaba.

Leyó por allí una charada de un viejo maestre al respecto. Tonto ignorante, nadie sabía, al menos nadie en el sur, el norte sí que sabia y callaba, guardaban el secreto, protegían a su señor. Pero el norte recuerda y lo hace en silencio.

Cregan, se encargó de poner orden, de conseguir que el pequeño Aegon, se sentara en el trono y después volvió al norte.

Pasaron los años y se escucharon rumores extraños, rumores sobre un hermoso dragón blanco con escamas platinadas, un dragón que se hacía avistado en el norte, cerca del muro.

La gente no lo creía del todo, los dragones se habían extinguido tras la danza, a los dragones no les gustaba el frio, pero lo más curioso de aquellos relatos eran los que hablaban sobre ese dragón con un jinete, pero ¿quién montaría a ese dragón?

─Jae ¿qué te he dicho sobre volar con tu dragón en lugares concurridos?

─Que no lo haga.

─ ¿Se puede saber porque lo has estado haciendo?

─Bueno...No eran muy concurridos, es solo que Glacies, ha crecido mucho y tenia ganas de volar, además ya no soy un niño, ya soy grande, no entiendo de que quieres protegerme.

─Jae, sabes quién eres, sabes tu linaje nunca te lo oculte, pero también sabes el riesgo.

─ ¿Cuál riesgo madre? Tu eliminaste a los desgraciados por los que murió mi padre, tu decidiste darle el trono al tío Aegon en vez de dármelo a mí, no te juzgo, ni te culpo, la verdad que esa silla incomoda no se me apetece, pero no me gustar estar escondido como si fuera un sucio secreto, yo no veo peligro ya y en dado caso, actualmente soy el único con un dragón. ¿Quién podría ser un riesgo para nosotros ahora?

Cregan miro a su hijo, un chiquillo de 14 años, era hermoso y muy parecido a su padre, Jaeharys, haba sido la razón por la que se unió tarde a la guerra, por la que llegó tarde, pues solo fue después de haberse recuperado al dar a luz a su hijo, al hijo del príncipe Jaecarys, su amado, su Alpha su esposo.

Porque si, Jaecarys Targaryen el heredero al trono era su Alpha y su esposo, ese era el verdadero pacto de hielo y fuego, cuando se casaron frente a un arciano y el príncipe le entrego el huevo de dragón, que le pido que colocara en la cuna de su hijo cuando naciera.

Porque si se habían casado por las leyes antiguas del norte, pero lo cierto es que él ya estaba esperando a Jae cuando eso ocurrió, por eso su príncipe le había entregado ese huevo de dragón.

Después de la muerte de su Alpha y de cómo termino todo, él jamás creyó que el huevo eclosionara, pero lo hizo, y el dragón crecía rápido, era hermoso, peligroso y totalmente ligado y dócil ante su hijo.

Que honestamente sería el verdadero heredero al trono, era un hijo legitimo del heredero, pero él no quería eso, su hijo pertenecía al norte, aunque era un Targaryen y todos lo sabían en el norte, el apellido que llevaba era el suyo Stark, pero si puso el nombre que su Jace había elegido. Aquel tan parecido al suyo.

Y quizá fuera cobarde de su parte haber cotado todos los lazos, pero pensaba que era mejor asi, mantenerse en su propio mundo con su hijo, cuidarlo con amor y protección y mantenerlo lejos de aquel trono que solo daba sed de sangre y ambición, que solo haba causado muerte y desolación. Para él estaba maldito.

Y de alguna forma quizá Aegon, el pequeño que sentó en el trono tuviera más derecho, era de la sangre del dragón completamente, aunque ya o tuviese ningún dragón bajo su mando.

─Cuando seas mayor de edad, podrás decidir si quieres presentarte como un Targaryen ante el rey, no creo que él sea como el anterior Aegon, no creo que trate de hacerte daño, sabe que yo fui quien le ayudo a tomar el poder y él amaba a Jace, creo que se podría feliz de tenerte. Quizá hice las cosas mal, pero eres todo lo que me queda de él, lo amaba Jae, y lo perdí por la batalla de ese trono, no quiero verte cerca de él, esa silla corrompe.

─Lo entiendo y no me interesa en verdad, pero no quiero me restrinjas volar, soy un lobo si, pero soy un dragón, soy un dragón de hielo.

─Sí es lo que eres. Él habría estado muy orgulloso.

Dijo abrazando a su hijo.

El chico le devolvió el abrazo, hubiera sido hermoso conocer a su padre, vivir como una familia, a menudo fantaseaba en como habría sido, sobre todo cuando veía a su madre ir ante el árbol donde se habían casado y quedarse absorto mirándolo por horas, perdido en sus recuerdos.

"Aquí sellaremos el pacto de hielo y fuego, siempre te amare mi lobo, siempre seré tu dragón"

"Mi príncipe, yo ya espero un dragón de hielo para ti, después debes poner un lobo de fuego en mi vientre"

Jace sonrió satisfecho y acaricio el vientre de su pareja.

"Sí, pero igual le voy a dar un huevo de dragón"

"Y un lobo huargo, ambos tendrán ambos"

Se habían besado riendo, pensando en un futuro juntos, pero no pudo ser.

Solo había nacido aquel dragón de hielo, que si tenía a su hermoso dragón Glacies y a su lobo huargo Lune.

"Me debiste una vida juntos y un cachorro de fuego Jace, pero Jae, es el único consuelo de mi alma ahora que no estas, es el pacto de hielo y fuego vivo.

Mi hijo, el cachorro que me dejaste, se parece tanto a ti, es tan hermoso, listo, valiente y noble como tú. Y quién lo diría es el último jinete de dragón.

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