Dia 6 fuego de dragón (Lujuria a primera vista)
Cuando etas decepcionado del amor puedes hacer cualquier locura, como tirarte de un precipicio, echar por la borda tu dignidad y arrastrarte por quien te dejo, o como yo ahogarte en un bar cuando de hecho no sabes beber, por que una simple cerveza te deja mareado, dos te dejan adormilado, tres...te desinhiben por completo y cuatro, lo juro solo fueron cuatro y termine teniendo sexo con un desconocido.,
Debería culpar a mi decepción amorosa, darme cuenta que mi novio me puso el cuerno justo una noche antes de nuestro aniversario, al confrontarlo me acuso de ser un mojigato y no darle lo que necesita, maldita fuera mi educación moralista, yo quería esperar al matrimonio asi me educaron en principios de honor, de dignidad, de al diablo todo eso.
Me pregunto si se lo hubiera dado, realmente habría estado bien o al final del día siempre iba a ser un infiel.
Y quien diría que estúpidamente ebrio le regale fácilmente a un extraño lo que por un año le negué a mi novio, podría echarle la culpa al alcohol o tal vez solo quería venganza, saber que se sentía.
Quien sabe, solo termine de una extraña y lujuriosa forma comiéndome con aquel atractivo y sensual dragón, porque no podría definirlo de otra forma, no solo por el tatuaje que cubría gran parte de su cuerpo, si no por el fuego con el que me tomo.
Era un encuentro pasional, que no tenia anda que ver como el romance o el idealismo, era solo un encuentro erótico, las feromonas haciendo de las suyas y las hormonas alocadas, era mirarlo y desearlo y yo como un cachorrito estúpido caí presa de aquella bestia ardiente.
No puedo decir que se haya aprovechado de mí, la verdad no, estaba bebido sí, pero no es como si é,l no lo hubiera puntualizado unas cuatro o cinco veces, me pregunto si estaba seguro, me dijo que quizá lo lamentaría cuando estuviera sobrio, que podríamos tener una cita primero, conocernos y si quería luego hacerlo.
Claro que me lo decía entre beso y beso y yo solo quería mas de su sabor, solo quería lanzar por la ventana mi virginidad y darle gusto al cuerpo por primera vez en mi vida, al carajo la educación, el honor, lo que se espera de mí.
La verdad no podio culpar al puto infiel de mi novio, porque es verdad que yo no le di nada más que besos de noviazgo infantil porque además nunca lo presente a mi familia, porque de hecho nadie sabia que en realidad soy gay.
Entonces un novio a pan y agua que además no es reconocido, no la verdad, no puedo culparlo del todo, peor me habría gustado que al menso el estúpido me hubiera dicho que era mejor terminar y no engañarme asi, quizá por que estaba listo a darle mi cuerpo como deseaba la noche de nuestro aniversario, quizá porque me había decidido a salir del closet, después de nuestra primera vez, quizá que no me esperara me decepciono tanto,
Por eso ahora en un cuarto de un hotel de lujo estaba con ese hermoso extraño- Jaecarys dijo que se llamaba, era alto y delgado peor con los músculos muy bien definidos, se sentían suaves y firmes al tacto.
Tan calientes, sus labios eran una delicia, tanto por su sabor como su textura y sus manos sabían como y dónde tocar, yo solo me deje hacer como todo un inexperto, pero no actúe tímido quizá el estar ante tan bello hombre o la bebida o la decepción o la locura.
No sabía a quién o a que culpar, pero estaba tomando lo que deseaba y lo deseaba a él.
─ ¿Eres activo o pasivo?
Pregunto con esa voz seductora que me hechizaba. No supe que responder, no era nada, solo gay, solo me gustan los chicos, pero nunca he tenido experiencia de ningún tipo.
─Soy virgen, no sé, yo nunca...
─Entonces aquí lo dejamos, no puedo abusar de un chico ebrio y virgen, me odiaras por la mañana y quizá me odie también por abusivo.
─Pero yo quiero, quiero hacerlo.
─Debes hacerlo con alguien a quien conozcas bien y quieras, la primera vez es importante, sobre todo debes hacerlo estando en tus cinco sentidos.
Él tenia razón, claro que sí, pero estaba decidido a tenerlo. Nunca antes sentí una lujuria tan fuerte, era casi como si en vez de cervezas, hubiera tomado un afrodisiaco o quizá el afrodisiaco fuera el aroma de ese hombre, pero no esta dispuesto a ser rechazado, asi que simplemente lleve mi mano a su entrepierna frotándolo, le mire a los ojos y respondí.
─Voy a tener sexo hoy contigo o sin ti, si no me tomas ahora, entonces volveré al bar en busca de alguien que sí quiera.
Era mentira, la verdad no tendría el valor de hacerlo y tampoco me imaginaba deseando tanto a algún otro tipo, menos un extraño, quería hacerlo por que era él y me infundía confianza, además de que algo dentro de mi decía que él era el indicado, aun si fuera un encuentro de una única vez, valdría la pena, era hermoso y atento, justo lo que necesitaba, pero pensé que tal vez eso le hiciera decidirse y no me equivoque.
De pronto aparto mi mano de su erección y me lanzo al colchón, no tardo nada en deshacerse de mi ropa y de terminar de quitarse la suya, de pues ya solo sentí la lluvia de besos que cayeron sobre mi y sus manos tocándome en los puntos mas necesitados de mi cuerpo, le sentí lamerme y morderme, como si fuese un platillo que desea devorar, y sentí como iba prepeando mi cuerpo para lo que vendría.
No volvió preguntar que rol quería tomar, quizá solo escogió el que siempre era él, o tal vez por mi inexperiencia, yo solo me deje ir y disfrute cada caricia, cada toque eléctrico que me hacia estremecerme como si estuviera en un trance hipnótico, lo sentí entrar en mí, fue tan intenso que me perdí a mi mismo, ya no era quien era, no recordaba ni mi nombre, solo me sentí como un lobo hambriento con instintos primitivos, y lo único que era capaz de ver era aquel dragón de fuego consumiéndome y llenándome por completo.
Cada embestida me llevaba al limite, cada caricia, y cada momento atrevido entre los dos, dando vueltas en una danza tan antigua como el tiempo.
Quizá al día siguiente no pudiera caminar, no importaba, daba igual, valía la pena por haber volado montado en un gran dragón.
─No me acuesto con desconocidos, pero tú, eres toda una excepción quiero repetirlo si quieres.
Delinee el tatuaje de dragón que cubría todo su pecho y espalda, era tan sensual.
─Ya sabes que no hago esto, fue mi primera vez y sí también lo quiero repetir.
El dragón me sonrió, tenia una sonrisa bonita, era muy guapo. Y yo me sentía muy afortunado de ser su amante.
─Bueno mi dragón de fuego, ansió nuestro próximo encuentro.
─ ¿Qué te hace pensar que ya termino este pequeño lobesno? Estamos empezando y ahora que estas sobrio será mucho mas intenso.
Bueno no sabia si sentirme asustado o afortunado.
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