5. ¿Gustar o atraer no es lo mismo?
The Sadows había terminado de tocar y ahora estaban guardando todos los instrumentos en la combi roja. La fiesta ya había terminado y solo quedaban las personas encargadas de la limpieza, tuve la oportunidad de conocer a los padres de Joshua y ahora entendía de dónde habían heredado la belleza.
— Por qué no vamos a la playa - Sara se acercó a nosotras - Necesito relajarme un poco antes de llegar a casa.
— Deberías de ir a descansar - Fernando se acercó por detrás abrazándola con cuidado y repartiendo besos en su cabello despeinado color rosa - Podemos quedarnos en la casa y así no tienes que ir a la tuya.
— ¿Otra vez con los problemas? - Seline hablo esta vez.
— Sí, no puedo dejar a mi hermanito pequeño con esos irresponsables. La semana pasada estuvo todo el día sin comer por culpa de su maldito vicio - Sara hablo enojada con los ojos algo llorosos - tengo miedo de no llegar y que pase lo peor.
— En el camino le compraremos comida a Leo, no te preocupes amor. Iré por mi moto —. Fernando le dio un beso antes de irse.
— ¿Lucio no te ha comentado nada sobre el problema? - Seline me miró un momento y me sonrió - ¿Me puedes esperar un momento en lo que hablo con Sara?.
Asentí con la cabeza y se alejaron para hablar en privado, entendía que debía ser algo delicado para hablarlo enfrente mío. Amanda se acercó con Adrián y Josh hablando sobre un entrenamiento que tenían mañana en la tarde.
— ¿Qué haces aquí sola? - Josh se acercó apoyando su brazo sobre mis hombros con confianza y mostrando su perfecta sonrisa - Seline por fin te dejo.
— Deja de molestar - Amanda lo empujó, lo cual fue chistoso por qué no lo movió ni un centímetro.
— No estoy sola y tampoco soy una cosa para que me dejará - voltee los ojos - ¿No tienes algo mejor que hacer?
— Aparte de gritar como una cabra loca, la chica es ruda - Adrián se rio fuerte.
— Y no querrás adivinar que más puedo hacer.
— Tranquila, yo te defiendo hermosa - Joshua afianzó más su abrazo - Vete a jugar con tus muñequitos de Star wars.
Adrián le dedicó una mirada molesta, sus facciones se endurecieron y se marcaron a un más haciéndolo ver muy bien, era una lástima pensar que cada vez que habría la boca me caía peor.
— No son muñecos, son figuras coleccionables y cuestan más que tus zapatos de marca. Nos vemos mañana - Se alejó molesto.
— No te enojes conmigo, tú empezaste - Joshua se fue detrás de él.
Seline venía caminando hacia mi y no pude evitar pensar en lo bien que le quedaba ese estilo rockero, con su cabello azabache que contrastaba muy bien con su piel pálida, pero lo que más me gustaba de ella eran sus facciones delicadas y sus pecas esparcidas en su nariz el cual adornaba el arito que tenía colgado en la nariz. Ese sentimiento nuevo de atracción lo sentí tan ajeno a mí que no sabía cómo sentirme.
—¿Quieres irte ya o podemos ir a otro lugar? —. Su voz me saco de mis más íntimos pensamientos.
— ¿Depende? - Respondí.
— ¿Confías en mí?.
— Bueno, creo que no tengo de otra - Reí algo nerviosa - Además no sé ni dónde estamos y volver a mi casa está algo difícil por qué tampoco tengo transporte - Mordí mi labio inconscientemente.
— Solo déjate llevar, tranquila después te llevaré a tu casa.
Fue por la moto y nos despedimos de todos, salió por el mismo camino que entramos. Volvimos a retomar la autopista por un largo rato que sentí eterno hasta que se desvió hacia la derecha, tomando un camino alterno. Las luces lograron alumbrar una señal en la que se leía «Playa Carmen».
Fue disminuyendo la velocidad gradualmente, y más adelante alcancé a divisar el enorme océano con sus olas rebeldes, que se rompían al estamparse en las piedras. La brisa salada golpeó nuestros cuerpos. Tras unos quince minutos, nos acercamos a la costa, pero me sentí confundida cuando ella optó por seguir de largo, hasta llegar a una especie de bosque que estaba escondido. Pasamos por un camino boscoso hasta llegar a una playa más tranquila, sin olas.
La Luna se veía hermosa, era el mejor complemento para un paisaje espectacular ante los ojos de un artista. Al bajar, noté que se me hundieron los tacones, así que me agaché para quitarlos. No obstante, Seline se me adelantó, ayudándome a soltar el broche de mis tacones. No pude evitar sentir un cosquilleo en todo el cuerpo ante el tacto con su piel. Repitió la maniobra con la otra pierna, lo cual comenzaba a hacer estragos en mi cuerpo.
— Gracias - Mi voz apenas sonó audible, a lo cual sonrió divertida.
—¿Te gusta? Es mi lugar favorito, vengo aquí cuando quiero estar sola - explicó.
Se sentó en la arena y me invitó a hacer lo mismo. Yo accedí.
—Me agrada —esta vez mi voz sonó más grave — ¿Aquí traes a tus conquistas? —bromeé.
— A todas - Me siguió la corriente, pero luego respondió rápido— Has sido la única hasta ahora.
Se puso de pie y fue hacia la parte trasera de su motocicleta, dónde tenía un maletín de cuero de color café. Dentro de este, había una botella de Jack Daniel's casi llena. Al sentarse a la par mía la destapó y se bebió un buen sorbo del líquido.
—¿Quieres? —me ofreció.
La empiné en mi boca. Sentí el licor quemando mi garganta, pero no me importó.
—Te gusta el güisqui, ¿verdad? —le pregunté.
— Me gusta el sabor entre dulce y picoso, este en especial me recuerda a naranjas recién peladas, madera recién cortada y canela caliente, No todos, pero este en específico sabe a eso —respondió.
Nunca imaginé que me describieran el sabor a un licor tan específicamente. La miré tan concentrada mientras la luz de la luna nos iluminaba. En sus ojos se reflejaban los destellos del mar delante de nosotras, así que lo único que se me ocurrió fue decir.
—¿Quieres ir a nadar?
Sonrió pícaramente y asintió, quitándome la botella y bebiendo otra vez.
Me deshice del vestido hasta quedar en bragas, ya que no llevaba sostén. «No debería importar, somos mujeres a fin de cuentas», pensé. Le di la espalda, así que no me percaté de su reacción al principio. Sin embargo, cuando miré por el rabillo del ojo, me di cuenta del error que había cometido al asumir aquello. Estaba notoriamente asombrada.
Por impulso, corrí hacia el agua, que se sentía fría, no me inmuté hasta que me llegó un poco más arriba del busto, dejando que mis pezones se asomaran. Luego envolví mis pechos con los brazos.
Seline estaba quitándose la ropa en la orilla. Me sentí nerviosa al verla en ropa interior, no porque no hubiera visto antes a una chica en ropa interior, sino porque se trataba de ella. Esta sensación se volvió interminable a medida que notaba que ella también me estaba observando con insistencia. Me preguntaba si había sido el alcohol lo que me dio el valor de hacer lo que estaba haciendo.
Solo pude pensar en que la chica de pelo corto era muy guapa. En realidad, tenía un cuerpo hermoso. Me pillo mirándola y enseguida desvié la mirada. «Qué vergüenza. Ojalá que no se haya dado cuenta de que la estaba observando».
Hice un ademán para invitarla a acercarse. La escasa luz de la Luna me dio una vista de su cuerpo entero. Me sentí hipnotizada por su palidezq «¿Es que acaso es una inmortal?».
Al llegar hasta mí lo primero que hizo fue tirarme agua en la cara, lo cual no pude esquivar porque mis manos estaban tapando mis pechos, me avergonzaba dejarlos al aire libre. Mientras ella con su ropa interior estilo deportivo negro hacía que su piel blanca resaltará.
— ¿A qué le tienes miedo?, No muerdo —. Se acercó aún más a mí y puso sus manos sobre mis brazos, ejerciendo un poco de fuerza para qué los quitará, Su cercanía me puso más nerviosa - Tranquila no es cosa del otro mundo, yo tengo lo mismo. Me quitaré el mío - se desabrochó el sujetador y lo tiró hasta la orilla.
Se liberaron sus pechos grandes y por lo frío del agua sus pezones rosados se empezaron a poner erectos. ¿Cómo puede ser tan liberal?, no le preocupa nada.
— Vez, no pasa nada, solo son un par de tetas - sonrió y me volvió a tirar agua.
— Sigue siendo extraño - reímos al mismo tiempo.
— Fue tu idea nadar - Respondió.
— Admito que fue una mala idea, el agua está muy helada para mi gusto - Me abrace para retener un poco de calor en mi cuerpo.
— ¿Quiere ver algo? - Me vio divertida.
—¿Que cosa?.
Sus dos manos llegaron a mis hombros impulsando mi cuerpo hacia abajo del agua, enseguida sentí la falta de aire hacia mis pulmones; asustándome, ¿Que acaso me quería matar? ¿Tenía razón era una inmortal? ¿Iba a ser su cena?. Por qué rayos no hacía caso a los concejos de mamá, al decirme que nunca me fuera con desconocidos; todo esto era culpa del idiota de Diego, me iban a matar por culpa de él.
Agarró mi mano y la apretó suave para que enseguida abriera mis ojos. Me sentía asustada, pero entendí de inmediato que quería mostrarme. La luna era la responsable por el paisaje delante de mis ojos o era la naturaleza, tal vez era ¿magia?; de una cosa estaba muy segura, esto jamás lo había visto y era claro que también jamás lo iba a olvidar.
Todo estaba iluminado con un resplandor azul fluorescente, sabía que era brillo marino, era común en esta parte del mar, nunca la había observado tan de cerca. Era tan irreal, un poco más, al fondo de nosotras había montañas rocosas con anémonas de mar, esponjas y corales de colores. Sentí la necesidad de salir por qué mis pulmones pedían oxígeno, así que nadé a la superficie, apenas podía aguantar tres minutos.
—¿Cómo encontraste esto? - señalé abajo.
— Bueno, un amigo me trajo a esta playa, pero este paisaje —Señaló, hacia abajó - lo descubrí una vez que me sentía muy enojada, vine para estar sola y no sabía qué hacer para calmar mi enojo; entonces me quité toda la ropa y nadé por un buen rato hasta que se me ocurrió ir más abajo del agua, en ese momento pensé que tal vez el mar se podía llevar mis penas cosa que funcionó por qué cuando abrí los ojos. Todo el paisaje de noche se hizo presente delante de mí, me hizo olvidar todo, incluso hasta que tenía que respirar - se burló de sí misma - por poco me ahogo, valió la pena, ¿Te gustó?
—Sí, todo parece irreal, incluso creí que… Me querías matar - empecé a morder mi labio, lo hacía cuando estaba nerviosa.
Sus ojos y los míos se conectaron, apenas los veía, pero el reflejo de la luna en el agua hacía que el verde tuvieran un brillo que la hacía ver muy hermosa - ahí estaba otra vez mi corazón latiendo rápido, provocando sensaciones extrañas, ¿podría ser que está chica me estaba empezando a gustar?
— JA, JA, JA - su risa sonó algo fuerte; sin embargo, su tono fue delicado - Me descubriste, deberías huir por qué hoy es luna llena, un perfecto día para morir.
— ¿Qué ahora eres bruja? Por qué te advierto de una vez que no soy virgen - levanté mis cejas.
— Qué paranoica eres, vamos nademos un poco más, tienes suerte hoy - Respondió Seline.
—¿Por qué?.
— Han pasado dos años desde que lo encontré y no sé por qué hoy tuviste suerte de admirarlo, ¿Tú eres como un amuleto de la suerte?.
De inmediato me ruboricé.
Me volvió a tirar agua, yo no me quedé atrás y se lo devolví. Empezamos una guerra de agua como si fuéramos niñas pequeñas nadando y disfrutando del paisaje a la luz de la luna en un mar, ¿dónde los deseos se cumplían?, una noche que fue testigo del futuro amor que dos chicas empezaban a sentir entre ellas, la inseguridad y el miedo se quedaban atrás para dejar el camino libre a los sentimientos.
Yo nunca imaginaría estar casi desnuda enfrente de ella, no verla de manera sexual y no es que la viera de manera, pero con Seline era diferente, la desnudez entre mujeres no era como ver a Karina o a las gemelas en ropa interior o sin sujetador por qué ellas eran mis hermanas y Seline bueno ella era la chica que me empezaba a gustar o solo me atraía, eso me tenía confundida.
Siempre he pensado que no importa el género de una persona, mientras te sientas seguro y bien a su lado, que te apoye en todo momento, te dé su cariño incondicional; que es lo más importante. Porque no vas por la vida esperando que una persona que no sea la indicada te arrastre a un mundo dónde te hará infeliz, opino que la persona correcta te hará sentir especial y esta chica me hace sentir que yo soy especial, sin embargo, en mi cabeza todo es complicado.
Ahora me encuentro en una posición difícil, donde no sé qué hacer. Me siento muy confundida, no he tenido demasiadas relaciones amorosas para saber que es lo que estoy haciendo, apenas he tenido dos novios, aparte creí estar enamorada de Diego obvio me dolió que se fuera por qué me acostumbré a tenerlo cerca; antes de ser novios éramos amigos muy cercanos y una cosa llevo a la otra, no miento cuando digo que me atraía físicamente, pero ahora que lo pienso me enamoré de él en verdad o solo confundí el cariño de una amistad de años porque desde que tengo memoria hemos sido cercanos incluso nuestros padres son grandes amigos.
Y si es simple curiosidad la que siento, no quiero lastimar a Seline, por saber que se siente estar con una mujer; culpar a mis hormonas descontroladas sería muy cobarde de mi parte. «¿Me arriesgo?.»
Me había cansado ya de estar nadando, así que pare, mis brazos y piernas no daban para más.
—Me cansé, ¿vienés? saldré ya - hablé para que me prestara atención, pero encontré que me observaba, no me había dado cuenta por estar inmersa en mis pensamientos ¿Cuánto tiempo habrá estado observándome?.
«Otra vez esa sensación de cosquilleo en todo el cuerpo.»
—Si vamos, fue lo único que respondió.
Salimos rápido del agua, al pegarnos el aire helado de la noche, fue lo peor; Seline recogió su sujetador, antes que el agua se lo llevará y corrió a su moto, en donde tenía una toalla en el maletín café de cuero, me la entregó para secarme. Realice la acción rápida porque vi que estaba temblando del frío, me vestí rápidamente y me senté en la arena a esperarla porque también se estaba vistiendo, cuando terminó se acercó por detrás colocando otra vez su chaqueta encima de mí.
— Úsala, hay frío y tú solo traes un vestido - Al momento que la colocó en mí, sentí el olor a cuero mezclado con su perfume, inhalé como si de una droga se tratara. Le sonreí y le agradecí por el gesto. — Dime ¿Quién era el tipo con el que Karina estaba peleando? - Habló, sentándose a la par mía.
— Es mi exnovio, no me esperaba que se apareciera en mí cumpleaños.
—Vaya sorpresa la que te dio, ¿Todo termino mal entre ustedes?.
— No, pero piensa que él puede ir y venir cuando se le dé la gana de Londres y que yo estaré como idiota esperando siempre, eso me molesta mucho por qué fue mi primer amor - Me quedé callada un buen rato y ella por su parte no dijo nada.
«Que estará pensando…»
— ¿Pero tú lo quieres?, volvió hablar.
— Ya no, pero me sigue afectando porque el cree que estamos hechos el uno para el otro - Realmente ya no estaba segura de que tanto me afectaba. — gracias por ayudarme.
— ¿Ayudarte? - me miró confundida.
—No quería lidiar con mi ex, a eso me refiero, además fue algo nuevo participar en una competencia de motos ilegales - Me reí moviendo mis manos para quitar toda la arena.
— Sorprendiste a todos - dijo sería, volvió a mirar el horizonte.
Sentí que le había afectado el hecho que le haya comentado, que me molestaba la mera presencia del idiota de Diego.
— Fue una experiencia gratificante.
Se levantó sin decir nada, me tendió la mano para ayudarme a realizar la misma acción.
— Te llevaré a casa —. Fue lo único que dijo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro