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15


Fui la última en dormir y la primera en despertar, osa continúa durmiendo ella no tenía cosas que pensar sobre sus acciones repentinas y...

–Erróneas– Lave mi cara y busque algo de ropa tenía que hablar con Junmyeon. Y disculparme adecuadamente. Me detuve en hacer todo lo que pretendía hacer.
–Una simple llamada telefónica Bae– Me decía para calmarme, pero eso esperaría ahora necesitaba un baño.

Ni siquiera en tener mis manos ocupadas en mi cabeza con el shampoo podía dejar de pensar en los labios de Suho, sino hubiésemos tomado ese abrazo quizás no hubiese actuado sin pensar. El jabón cae en mi ojo y mi mal humor comienza.
–¿Estas bien?– Seulgi entra al baño, estaba lavando su cara.
–No...– Me corregí molesta –Si, porsupuesto– Ella sale y termine mi baño.

–Fue muy bueno ayer– Se acerca a mí con un plato de frutas, mientras continuaba secando mi cabello.
–No tengo apetito, lo siento– Empuje el plato, ella come lo que no quise.

–Tendré una videollamada con un amigo, espero no te moleste que hoy no pasemos el día juntas, es que tiene un problema con su obra y me pide consejos– Asentí –No hay problema Kang, estaré bien– Termine de secar y comencé a cepillar mi cabello. Mire la hora de mi reloj 10:00 AM, limpie un poco a mi alrededor eso me tomó cerca de una hora, mientras, Seulgi se aseaba.

Tome asiento, me quedé así por un gran rato entonces encendí mi celular no mostraba ninguna notificación, envié un mensaje a Yeri y contesto de inmediato con que ella y mamá estaban en la sala conversando. Y haciendo énfasis en que ah hecho un buen trabajo y yo lo sabía perfectamente.

Salí del chat con Yeri y mi dedo se quedó sobre el contacto de Suho sin presionar aún, acaricie mi sien sin saber que hacer para remediar lo que hice. Abrí el chat y comencé a escribir.

Hola...

El no estaba en línea o conectado, solo era una simple palomita que me dejaba ansiosa. Solo podía mirar a Seulgi a lo lejos ordenar la habitación y tarareando una canción. Suspiré cansada quería contarle pero no sabría cómo reaccionaría.

–¡Hey! Seulgi– La interrumpí de sus actividades y vino hasta mí. –¿Qué pasa?– Luce tan linda sin esfuerzo en parecerlo, ella lo tiene naturalmente.
–Ayer, fue un buen día lo admito pero hice algo malo a Suho– Ella reaccionó un poco asustada. –¿Que le hiciste?– Su tono se intensificó.

–Bueno... Ni siquiera yo sé porque lo hice pero...– Kang coloca sus manos sobre su cintura con una mirada sería sobre mí, siento que oprime mi garganta sin siquiera tocarla. –Yo lo bese...– Trague saliva me costó tanto decirlo.

–¿Qué? Lo siento tu voz parecía que se ahogaba– Se sentó junto a mi. –Bese a Suho– Cubrí mi cara con mis manos, no escuché nada ni un regaño o broma. Y mi teléfono acaba de notificarme un mensaje.

–¿Eso es malo?– Su risilla fue lo siguiente que oí. Y me abrazo. –¡Fuiste tú!– Asentí aún con mi cara tapada.

–Dices que no sabes el, ¿Por qué?– Solo continuaba asintiendo y quite mis manos sobre mi rostro, aunque yo sabía muy en el fondo el porque lo hice. Me acurrucó junto a ella y nos recostamos, su aura de diversión bajo repentinamente.

–Bueno Bae, te lo dije hace unos días Kim Junmyeon está mostrando su mejor lado hacia tí, pero lo dudas ya que él es atento con todo el mundo, pero percibo algo muy especial contigo. Estos días de algún modo has convivido con Suho quizás inconscientemente ambos buscan algo que los haga volver de nuevo. Como tú mejor amiga puedo decirte que a mí perspectiva estás siendo otra Irene a la cual eh visto con otros hombres y lamentablemente no puedo comparar tu actitud con tu prometido a con Suho– Me levantó quedando sentada sobre la orilla de la cama, Seulgi copia mi acción.

–Es suficiente Seulgi– Ella negó.

–Desde que llegamos y conociste a Suho, tus mejillas no dejan de tornarse en un leve rojo, tu sonrisa no cesa y quizás tú ánimo ah mejorado considerablemente. Y lo asombroso es que en una semana Junmyeon consigue traerte calma y quizás algo más– Toma mi mano y hace que la miré.

–Ambos están confundidos lo entiendo, pero necesitan aclarar todo esto, o realmente ya no habrá algo que los haga volver a verse y entonces es cuando odiarán no haber dicho lo que tienen ahí– Presiona suavemente mi pecho. –Con respecto al tema que no quieres tocar desde que llegamos, es momento de que tomes la mejor decisión para tu vida porque estás privando deseos que se te son concedidos y solo existe una oportunidad– Acaricia mi cabello. Acerca mi teléfono celular hasta mis manos.

–No estás engañando a tu prometido Irene, te estás engañando a ti misma– Beso mi frente y volvió a su habitación. En cuanto me dejó sola encendí mi celular.

Hola

Escuché la voz animada de Kang saludar a la pantalla de su laptop.

Suho necesito aclarar lo que sucedió.

No demoró en responder en cuanto lo envíe, las palomillas azules me dieron semáforo verde de que el estaba atento.

Bien, iré hasta el hotel por tí ¿Podría, invitarte a desayunar?

Me quedé pensando si la opción era buena. Mi estómago pedía alimento así que acepte con solo enviar un emoji con el pulgar hacia arriba.
Seulgi dejaba de prestar atención con ver alistarme para salir. Cuando cruzaba fuera de la habitación Kang me llamo.

–Te quiero mucho– Sonreí y salí de ahí.

Camine apresurada esperaba no haber demorado, me detuve y camine con más tranquilidad con la plática de Seulgi ahora me doy cuenta, antes no solía preocuparme por ciertas cosas como esas. Cuando uno de los empleados del hotel me ayudó con la puerta, Junmyeon estaba esperándome sus manos se mantenían guardadas en los bolsillos de su pantalón no mostré una sonrisa, estaba molesta.

–Hola, Irene– Parecía tan normal, como si lo de anoche no hubiese ocurrido eso me molestó aún más.

–¿Que tal?– Fui brusca, el solo se mantenía normal.

–¿Vamos?– Asentí y camine a su lado, trate de no acercarme, mirarle o hablar.

Estaba molesta conmigo misma, a estas alturas de mi vida Junmyeon se aparece en mi camino cuando yo tengo problemas que me hacen sentir límites en mis acciones.
Mi entrecejo no se iba, cuando nos sentamos en la mesa que él escogió al verme su mirada fue puesta en la mesa, fue mejor que visualizará a los comensales que ya disfrutaban sus alimentos. Volví mi vista a Suho el parecía decaído y sentí como mis cejas se relajan y mis hombros caen al respaldo de la silla.

–Lo siento...– Me disculpe y Suho me mira –¿Por qué?– Me cuestiona.

–Mi mala actitud– Jugaba con mis pulgares y gracias al cielo el mesero interfirío con lo que me gustaría ordenar. Después de pasados diez minutos el servicio se muestra eficiente con disfrutar nuestros platillos. El sabor era bueno pero no tanto como el toque que le da Byun Baekhyun a la comida.
Y por lo visto Suho amaba el café tomó el doble de tazas que yo, no toleraba que fuera tan caliente era inevitable no reír al verlo quemarse sus labios con un pequeño sorbo su cara parecía la de un bebé probando el limón.
–Vamos toma esto– Le acerque mi vaso con jugo de naranja para que su boca dejara de arder.

–Gracias, no tenías que darme tu jugo– Negué, acercándole una servilleta. –Al menos te hice reír– Mi sonrisa se mantuvo por un minuto pero la deshice.

Continuamos con comer, evite tener contacto visual con él y creo que lo entendió solo dos ocasiones subí mi vista y bueno, logré ver algunos detalles como que sus ojos tenían pequeñas ojeras y uno de sus nudillos parecía lastimado.

Al término de todo, llamo al mesero para el pago de la cuenta, del bolso de mi pantalón saqué algo de dinero pero Kim fue muy hábil y entrego el dinero al mesero, además de que el joven agradeció su propina.

–En el mensaje mencioné que sería una invitación– Guarde lo que había sacado, ya que él tenía razón.

–¿Quieres ir a caminar?– Ví la hora en mi reloj 12:30 PM. Supuse que Kang seguiría en su videollamada y estaría sola en la cama.

–Claro, además quiero...– Junmyeon me interrumpe y primero sale del lugar.
–De acuerdo, caminemos– Lo seguí, ni siquiera caminábamos juntos más bien lo seguía. Estaba usando una camisa negra con rayas plateadas, que se podía ver su nuca y entonces la sensación de su piel vuelve a mi mano al recordar lo de anoche. En su otro brazo cargaba con una chaqueta y su pantalón de vestir lo hacía lucir de manera indirecta muy presentable, como si se tratara de una cita. Reí ante mi mal pensamiento pero de manera automática mire lo que yo estaba usando, solo era una blusa blanca con unos jeans. Junmyeon disminuye su ritmo de caminata y ahora estamos hombro a hombro. Me ofrece su brazo y mi mano lo sostiene.

–Junmyeon, quiero que sepas– Estaba distraído mirando hacia un establecimiento –¿Quieres ir a ese lugar?– Señaló donde jóvenes se reunían, pero espere que me escuchará con respecto a lo de anoche no me sentiré bien sino le pido una disculpa.

–No– Contesté, lo solté y cruce mis brazos. –¿Te gustaría ir a algún lugar en especial?– La verdad no me sentía cómoda con mis disculpas en medio de tanta gente y solo asentí.

–¿Queda muy lejos?– Señale donde fue nuestro viaje a el relieve con maravillosa naturaleza. –El negó y caminamos.

Quizás no me importaba que fuera lejos solo quería ver ese mundo verde y precioso por una última ocasión. Suho estaba tomando atajos de ese modo no demorariamos, incluso había comprado un par de botellas de agua.

–¿Estas bien?– Me preguntaba cada cinco minutos como aquella ocasión. –Si, no te preocupes– Observé mi reloj, eran ya 3:00 PM. Realmente el tiempo pasaba tan rápido. Nos deteníamos por breves momentos para descansar.

Y por fin nos quedamos recostados donde la sombra de un árbol gigante nos ofrecía una brisa con algunas hojas cayendo a nuestros cuerpos. Mis párpados pesaban y entonces me quedé dormida.







Cuando desperté solo ví pasto a mi alrededor de inmediato me senté y busque a Junmyeon, suspiré aliviada en cuanto di vuelta él estaba sentado dándome la espalda, sobre mí había puesto su chaqueta; aún tenía sueño pero no podía quedarme ahí, talle mis párpados y me levante sin hacer ruido. Pero Suho al tener la sensación de mí en movimiento voltea.
–¿Cómo estás?– Tome asiento y le di su chaqueta
–Estoy bien, gracias por esto. Lo siento no pude conciliar el sueño anoche– Bostece y cubrí mi boca.

–Yo tampoco– Lo mire sin saber que decir era el momento adecuado. Observe el reloj en mi muñeca, dormí como 3 horas y toque mi frente estaba mal de algún modo no física sino sentimentalmente. Mire a mi alrededor y ahí estaba el ejército de girasoles que ame.

–Es hora de irnos está atardeciendo– Estaba a punto de levantarse pero tome su mano.

–Suho, has interrumpido lo que quiero decirte en todo el día y es muy importante que lo sepas– Él se sentó frente a mí. –Sabia que si no te interrumpía, no hubiese pasado este día contigo– Él hace esto más difícil.

–Suho...

–Tengo el presentimiento de que será la última vez definitivamente–

–Lo siento– Él sonríe ¿Por qué lo hace? –Lo de anoche fue algo que no debió suceder y yo soy la culpable porque...

–Me gustas Irene– Y algo se alivia no se de qué se trata pero es como si lo que me hacía sentir decaída se desvanece y siento cosquilleo en mis mejillas. Me estoy sintiendo ansiosa no de manera perjudicial.
–Lo que sucedió anoche fue lo que estamos conteniendo por el hecho de lo que podría pensar uno de otro o los demás– No puedo hablar no hay palabras para hacer que esto parara.
–Se lo que pensarás Irene es tonto que con tan pocos días este enamorado de tí– No es tonto, pensaba más no hablaba. –Quizás el tiempo no es el problema más bien los involucrados.

–Suho– Nos levantamos de donde estábamos sentados.

–No quiero que te disculpes por ello, porque yo quiero tomar toda la culpa y admito que quería que sucediera.– Se acercaba, yo no me movía no quería hacerlo.

–Junmyeon– No podía pronunciar más de una palabra.

–Bae Joohyun, no te vayas...– Su mano se posó en mi mejilla, lo que sucedió la noche anterior, fue un beso tonto, no aprecie su rostro y lo que sus ojos me transmiten.

–No puedo quedarme...– Susurré cerca de sus labios. Y entonces el fue hacia los míos, mis brazos se aferraron a su cuello.

No podía pensar en nada más, no me importó la hora o el lugar más bien solo quería, deseaba y me gustaba estar con él.
Mi orgullo y límite fueron corrompidos por Junmyeon.

–Vámonos– Asentí al separarnos, el atardecer comenzaba. Él se para frente a mí y se agacha.

–Sube a mi espalda debes estar cansada– No me opuse, me sujete en su cuello, tomo mis piernas y recargue mi cabeza en su nuca. Su caminata fue apresurada y en menos de una hora y media estábamos cerca del hotel. Le pedí que me bajara una cuadra antes de llegar.

El atardecer estaba en su máximo esplendor.
Mis pies estaban cansados no me imagino los de Suho, su mano quería tomar la mía entonces yo tome su mano y entrelazamos nuestros dedos, la sensación era nueva, no me sentía incómoda. Yo solo la sujete con confianza.

Hasta que el camino término. Soltó mi mano, y sujeto mis hombros.
–¿Puedo venir mañana?– No respondí más bien me apegue a su pecho, podía escuchar sus latidos. Sus manos acariciaban mi cabello y desee que todo esto fuese tan fácil. Quería llorar y no sabía si era ¿Felicidad? O ¿Enojo? Conmigo misma.

–Si, por favor– Era tiempo de que me fuera. Estaba por dar media vuelta sin embargo, sujeto mi brazo y volvimos a la posición de estar abrazados. El atardecer casi culminaba, y me di cuenta después de que beso mi frente, es que no podía pensar en nadie más. Solo Junmyeon y yo.

–Descansa– Me separe, Suho permaneció en el mismo lugar hasta que pude ir a mi habitación y verlo a través del gran vidrio, sacudí levemente mi mano en forma de despedida y el imitó mi acción.

–Descansa Junmyeon...– Seulgi toca mi espalda, con media vuelta fue suficiente para que comenzará a sacudirme y pedirme una explicación.

–Los ví y no intentes ocultarlo o decir alguna otra cosa– Infle mis mejillas pero mi sonrisa deshizo mis pequeños globos.

–Hice lo que no debía hacer– Oculte mi rostro. –Termine haciendo lo contrario– Pero esta vez mi mejor amiga sabía que no me sentía mal.

–Bae, hiciste lo correcto y ambas lo sabemos– Los abrazos abundaban este día.

–Tengo miedo de lo que puede llegar a suceder– Seulgi mantenía el abrazo acariciando mi espalda.

–¿Lo dices por tu madre y prometido?– Asentí sosteniendo mi frente en su hombro. –Y por Junmyeon, me pidió que no me fuera, pero cuando se entere que tengo un compromiso de matrimonio el jamás querrá verme de nuevo– Era un nuevo temor

–Se que lo entenderá, sí él te escucha– Nunca faltará el optimismo de Seulgi.
–Volveremos a este lugar Irene, te lo prometo– Las promesas de Kang son las más sólidas y creíbles que puedo tener.
Hasta la media noche tuve para contarle mi día y la confesión que no estaba en posibilidades que podrían suceder. Después de ello quedamos dormidas esperando a un nuevo día, un día menos para enfrentar lo que ocasione.

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