34 - Ábreme
Golpeé la puerta varias veces. Sara seguía negándose a contestar mis mensajes y no la había podido encontrar en todo el campus, así que concluí que estaba en su hogar, pero al parecer me había equivocado. Cuando ya daba un paso hacia el ascensor, dándome por vencido, escuché el mecanismo de la puerta entrar en acción. Me volví sonriente.
Danilo estaba parado frente a mí.
—¿Qué quieres? —preguntó sin abrir completamente la puerta.
—Hablar con Sara. ¿Tú qué haces aquí? —Mi sonrisa se había disuelto y esta vez sí estaba sintiendo celos de este conchadesumadre. ¿Por qué había tardado tanto en abrir? Apoyé la mano y un pie en la puerta para impedir que me la cerrara en la cara.
—Ella me pidió que viniera. Y no quiere hablar contigo, así que ándate.
—Y yo no quiero hablar contigo, así que hazte a un lado. No necesito intérpretes para entenderme con mi novia.
—Solo se puede tener una novia a la vez ¿sabías eso?
Apreté los dientes conteniendo las ganas de plantarle un puñetazo en su estúpida y arrogante cara.
—¡Sara, por favor dame la oportunidad de explicarte lo del domingo! —grité hacia adentro.
—¡Ándate a la mierda! —respondió ella a viva voz.
—Ya oíste. —Danilo empujó la puerta con más fuerza, ganándome el forcejeo. Metí la mano de golpe y lo agarré del cuello. Él retrocedió sorprendido, dejando que la puerta se abriera un poco más, pero luego le dio un furioso empellón que me atrapó el brazo. Aullé de dolor. Lejos de soltarme, sentí que el hijo de puta presionaba más y más fuerte.
Escuché pasos acelerados dentro del departamento y luego la voz de Sara.
—¡DÉJALO! —gritó y abrió la puerta, liberando mi brazo. Lo recogí inmediatamente. La piel pulsaba y sentía cosquilleo en la punta de mis dedos.
Sara tomó mi brazo y miró con furia a Danilo, que dio un paso atrás con rostro culpable.
—¡Él me atacó! —explicó.
—Lo sé, pero es mejor que hable a solas con Gabriel. ¿Nos dejas, por favor? —dijo tomándome del brazo bueno y guiándome al sofá, para luego sentarse a mi lado.
Danilo apretó los labios y se dirigió a la puerta. Sentí el deseo de sacarle la lengua como un preescolar.
—Bueno, pero me voy a quedar cerca, por si me necesitas. Mucho cuidado, Gabriel. —Me lanzó una mirada amenazante y cerró tras de sí.
Se produjo un largo silencio.
—¿Duele mucho?
—Ya menos —dije arremangando mi camisa para examinar el brazo, ensayando empuñar y abrir la mano. Tenía una gruesa línea roja, pero nada más—. ¿Qué hacía aquí ese payaso?
—¿Qué hacías tú con Adela el domingo? —retrucó endureciendo su rostro.
Suspiré mirando al techo.
—Más vale que te explique desde el principio.
Extraje mi teléfono y busqué el mensaje de Lauren para mostrárselo. A continuación le expliqué todo lo sucedido, aunque bajándole varios grados a lo ocurrido frente a la piscina. Sara escuchó con los labios apretados y rostro sombrío.
—No te quise contar anoche porque sabía que te afectaría y pensé que el capítulo estaba cerrado. Después de lo que pasó con la tarjeta, le expliqué a Adela que somos novios y le pedí que se mantenga lejos... dentro de lo posible, considerando que tenemos que preparar las entregas de Taller. Y eso es todo. Nada de esto fue mi culpa.
—¿Cómo no? Aún así me mentiste. No me dijiste que tu clase grupal era con ellas.
—Sí... es verdad. ¿Pero qué esperabas? No puedo siquiera nombrar a Adela sin que te pongas celosa. De haberlo mencionado hubiese arruinado la mañana.
—Es que ni siquiera debiste aceptar ir.
—Sara, era solo una clase.
—¿Sí? ¿Era? Sabes que no es por eso que fuiste.
—¡Ya está! —me puse de pie, exasperado—. Tú eres mi novia. Tú. Te elegí a ti. Pero tengo que trabajar con Adela en Taller y tengo que hacer clases para pagarme la universidad. Si no puedes confiar en mí y te vas a poner celosa cada vez que lo haga, lo nuestro no va a resultar. Tienes que empezar a confiar en mí.
Se quedó en silencio mirando sus manos.
—Tienes razón. Perdona.
Me dejé caer en el sofá a su lado y pasé el brazo por sus hombros. Se volvió a mí con mirada triste.
—Perdóname tú a mí, si igual esto es más que nada culpa mía. Evitar conflictos no puede ser excusa para no ser honesto —admití—. Perdón por no ser sincero. De ahora en adelante no te ocultaré nada.
Me dio una leve sonrisa y puso un beso en mis labios.
—Te amo —dijo bajito apenas nuestros labios se separaron.
Tomé su nuca para acercarla otra vez. Volvimos a besarnos, esta vez más largo y con más pasión. Y otra vez. Y otra. Su mano acarició mi rostro y mi pelo. Yo deslicé la mía por su cintura. Nos separamos un segundo, acordando con la mirada lo que ocurriría a continuación. La acosté sobre el sofá, desabotonando su blusa. Ella envolvió mi cuello con sus brazos y mi cintura con sus piernas.
Desde la puerta escuché el sonido de pasos alejándose.
------------ 👻👻👻👻👻 ------------
¿Ya notaron ese sellito morado en la esquina inferior de la portada?
Sucede que la cuenta @BuenasHistoriasES que se dedica a recomendar historias de Wattpad que merecen leerse, tuvo la gentileza de incluir a Selección Múltiple entre sus recomendaciones. 💪
¡Yey! ¡Gracias gente linda! 😘
Próximo capítulo: sábado 28 de septiembre.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro