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Prologo

Había un niño sentado frente a una gran mesa llena de diferentes objetos, mismos que no se atrevia a tocar, solo veia hacia el anciano al otro lado de la mesa con la mayor sonrisa que tenía, una que daba a entender el respeto y el cariño que tenía al anciano que giro su mirada al niño.

- ¿No deberías asistir a las Clases de tu Padre? - Pregunto el Anciano mientras dejaba a un lado su libro.

- Aún si estoy ahí no me hace caso, solo se concentra en mis hermanos mayores que mejoran rápidamente - Dijo el niño mientras el anciano reía.

- ¿Y eso que importa? Tu padre tampoco era diestro en la Magia, el se tuvo que ir esforzando todos los días hasta que fue capaz de hacer Magia correctamente a su manera - Dijo el anciano que miro el puchero de su nieto.

- Pues olvidaría eso por que solo ignora mi presencia en las prácticas, incluso el otro día olvido que fue mi cumpleaños - Dijo el niño con tristeza. - El único que llegó fue Shidou... Ni siquiera Oka-san llegó, incluso tu faltaste.

El anciano miró con pena a su nieto, el sabía mejor que nadie lo que significaba quedarse solo. Así que tocó suavemente el cajón a su izquierda, algo que sacó un suspiro antes de decir.

- Se que te falle Issei, pero tu padre no me dejo asistir, todo por complacer a esos caprichosos que tienes como tus hermanos al querer conocer a... - Dijo mientras Issei decía.

- Lo se, aun así me habría gustado que llegaras a tiempo - Dijo el pequeño Issei que bajo la mirada triste.

- Ya se, en compensación te mostraré algo impresionante ¿Que dices? - Dijo con alegría el anciano.

- ¡¿Enserió?! ¡¿Que vas a mostrarme?! - Dijo el pequeño Issei mientras sus ojos de iluminaban.

- ¡Por supuesto! - Dijo el anciano ante la mirada emocionada de su nieto, así que sin dudarlo abrió el cajón a su izquierda antes de hacerle señas al pequeño.

Quién sin pensarlo bajo de su silla y se acercó a su abuelo, quien sacó una caja del cajón antes de cerrarlo. Para luego tomar al chico y sentarlo en una de sus piernas, mientras sostenía la caja frente a él.

- Escucha Issei, en esta caja están todas las dos razones por la que los Hyoudou se volvieron una Familia reconocida en la comunidad entre de Magos - Dijo el anciano con la seriedad que un niño pudiera entender.

- ¿Te refieres al Tesoro Familiar de los Hyoudou? - Pregunto el pequeño Issei mientras su abuelo asentía. - Creí que eso estaba en manos de Oto-San.

- Nah~ - Dijo con una sonrisa el viejo. - Jamás se lo mencione o mostré, esto no puede caer en las manos equivocadas y tu padre les habría dado un uso que no es correcto.

- ¿Entonces por qué me lo muestras? - Pregunto el pequeño Issei.

- Por qué ya soy viejo, no se cuanto me queda en este mundo, así que antes del día que muera te entrego esto Issei, tu serás el Guardian del Tesoro Familiar, ¿Aceptas esta responsabilidad? - Dijo con seriedad mientras el pequeño Issei asentía vigorosamente.

- ¡Si! ¡Cuidare del Tesoro Familiar! ¡No dejaré que nadie lo toque! - Dijo con la mayor seguridad el pequeño Issei.

- Me parece perfecto - Dijo el anciano que abrió la caja para mostrarle que contenia a Issei.- Aunque si algún día necesitas de sus ayuda, no lo dudes y llamalos, van a serte fieles ante toda orden que les des.

- ¿Cumpliran calquier orden que les de? - Pregunto el pequeño Issei.

- Si, es por eso que usalos con sabiduría Issei, promete que lo harás - Dijo con la misma sonrisa amable. - Si demuestras ser digno... Ellas te guiarán hacia aquel verdadero tesoro, uno que yo no pude obtener, pero si eres tu probablemente consigas despertar ambas cosas.

Una sonrisa que lentamente comenzó a hacerse borrosa, antes de desaparecer junto con toda la habitación dejando un solo espacio oscuro frente a Issei que el sentir la oscuridad cerró los ojos antes de abrirlos.

Al hacerlo pudo observar el techo de su cama, algo que lo desconcertó antes del recordatorio de donde estaba ahora, un sentimiento que lo hizo boztezar antes de parpadear un par de veces para así acostumbrarse a la oscuridad dentro de su habitación.

- Cierto... Ayer fue el cumpleaños de la idiota de Melissa - Dijo Issei dentro de un susurro al ver el reloj sobre la mesa junto a la cama que marcaban las 1:46 AM. - Demonios...

Por lo que se sento sobre su cama con cansancio antes de estirarse y ver a su alrededor, notando la habitación casi vacía. Algo que no le importaba, por lo que se arrastro hasta la orilla antes de caminar hacia la puerta, notando con claridad el frío de la noche.

Uno que le hizo suspirar mientras salía de su habitación, encontrando un gran pasillo, uno que conocía bastante bien, por lo que camino lentamente mientras se rascaba la cabeza.

- "La próxima vez encontraré alguna excusa para no venir otra vez" - Pensó Issei mientras veía la primera puerta del pasillo, el cual daba al cuarto de la anteriormente cumpleañera.

Algo que simplemente ignoraria sino fuera por que apenas paso frente a la puerta se detuvo, esto al haber oído a su tercera hermana en su interior

- "¿Acaso eso fue...?" - Pensó Issei mientras se acercaba un paso a la puerta.

Donde aún no lograba distinguir bien que habia oído, por lo que al dar otro paso para poder acercarse se detuvo abruptamente al identificar el sonido que oía desde su interior.

- ¡Ah~! ¡Si así~! ¡Ah~! ¡Más Fuerte~! ¡No te detengas Tomoya~! - Gimió una voz femenina desde el interior.

Una que Issei sabía bien se trataba de su hermana Melissa Hyoudou, y aquel chico que nombro, era su Prometido, Tomoya Gensai un joven talentoso que venía de una Familia de Magos que se encontraban al servicio de la Familia Hyoudou.

Issei lo conocía desde hace tres años y aun con todo ese tiempo seguía sin ser agradable con el, esto por que Tomoya tenia una actitud desagradable cuando hablaba con el en ocasiones. Issei, aún si era un Hyoudou su poder mágico no era tan excepcional como el de sus tres hermanos, sino todo lo contrario, era el peor de los tres.

Sus reservas mágicas eran mediocres al punto que cualquiera en la Academia lo podía vencer, era por esa razón que las Organizaciones u Academias de un alto estatus no lo reconocian como miembro de la Familia Hyoudou, solo reconocian a sus Tres Hermanos mayores que eran conocidos por sus grandes talentos.

Talentos que Issei no tenía, era por eso que incluso sus padres no tenían tanta atención hacia el, más su padre Gorou, que en más de una ocasión ignoro con creces su existencia. Sólo su abuela así como su madre Miki llegaban a tener en cuenta su existencia, por esa razón no vivía en la Mansión Hyoudou, sino fuera de esta en un lugar en donde su apellido no fuera importante.

Por esa razón se alejo un par de pasos de la puerta, para luego alejarse de ahí lo más silencioso posible, esto por que no quería hacerle saber a su Hermana que la habia oído gemir el nombre de su Prometido varias veces.

Por lo que siguió su camino pasando a lado de la puerta del cuarto que tenía su primera hermana, el cual ahora se encontraba en silencio. Por lo que sin molestarse siguió por el pasillo, antes de pasar frente a la puerta del cuarto de su segundo hermano, quien como Issei esperaba se encontraba todavía despierto altas horas de la noche, en donde suponía estaba haciendo lo mismo que Melissa.

Solo que a diferencia de Melissa, el no se molesto en cerrar correctamente la puerta, la cual se encontraba dejando salir la luz de su interior al ester entre abierta. Donde al detenerse pudo ver perfectamente lo que pasaba adentro, causándole una dura punsada dentro de su corazón.

- ¿Enserió tenemos que hacer esto? - Dijo una voz femenina que Issei identifico al instante como la segunda prometida de su hermano.

- Vamos no seas tímida, ya hemos hecho muchas cosas diferentes que te gustaron antes ¿No? - Dijo otra voz femenina que Issei rápidamente identifico como la de la primera prometida.

Quien parecía querer forzar a la otra a hacer algo frente al castaño sentando a la orilla de la cama, el cual sonreía con cierta lujuria al ver la apariencia de las dos chicas.

Las cuales únicamente vestían lencería erotica, algo que normalmente la joven de cabellera rubia no vestiría. Algo que Issei sabía perfectamente, puesto que el la conocía desde hace mucho tiempo, al igual que la otra joven, que sonreía con deseo al ver las reacciones de la joven.

- P-Pero... - Dijo la joven rubia antes de ser callada por un beso de la otra chica.

- Deja de preocuparte Lydia, lo que pase aquí, se queda aquí, nadie más sabrá lo que pasó - Dijo con una sonrisa coqueta mientras el castaño sentado en la cama se levantaba.

- Naomi tiene razón Lydia, lo que pase aquí se queda entre nosotros, nadie se enterara de esto - Dijo el castaño que tomó del mentón a Lydia para luego besarla.

Algo que la joven correspondió, ante lo cual Naomi no tardo en unirse, algo de lo que cualquiera podría estar celoso al verlo. Menos Issei, que pase a estar con una mala posición para ver no sintió la más mínima envidia o celos al verlo, lo único que sintió era dolor.

Puesto que la joven llamada Lydia era la antigua Prometida de Issei, y la otra joven llamada Naomi era su hermana mayor, ambas pertenecían a un Linaje Familiar de Magos similar a la Familia Hyoudou.

Naomi Fontaine y Lydia Fontaine eran las únicas hijas del actual patriarca de la Familia Fontaine, y ambas hace seis meses habían sido comprometidas con ambos varones Hyoudou. Esto gracias al acuerdo que tuvo su madre Miki con Kyllian Fontaine, el padre de ambas, el cual accedió a comprometer a ambas a los Hijos Hyoudou.

Naomi Fontaine era la mayor, por lo tanto, la comprometieron con Yusei Hyoudou, su hermano mayor. Quien estuvo de acuerdo con eso, algo que Issei también estuvo de acuerdo con sólo ver que su Prometida era Lydia Fontaine, una de las pocas chicas de toda la Academia que no se burlo o llegó a hacerle de menos ante su ya poco talento.

La química entre Issei y Lydia fue una de las mejores, tanto que Issei no tardo en enamorarse de la chica, quien ante sus reacciones así como emociones al estar con Issei era fácil suponer que la chica sentía lo mismo. La vida de Issei parecía haberse vuelto más feliz, pero esa felicidad solo duró tres meses, una noche Issei regreso tarde de una de las actividades de la Academia.

Retrasandolo para la primera vez que Lydia se quedaría en la Mansión, algo que Naomi había hecho varias veces, por lo que Issei sentía que ambos sin duda ya estaban listos para dar otro paso en sus relación. Regreso tarde y apenas llego una de las Maids le dijo que Lydia había regresado a su hogar debido a un asunto privado, algo que llegó a decepcionarlo.

Por lo que simplemente subió hacia su cuarto, pasando cerca del cuarto de su hermano Yusei, en donde escucho más de un gemido salir. Algo que lo dejo de cierta forma sorprendido, dado que no era la primera vez que que Yusei tenía sexo con Naomi, así que decidió el solo ignorarlo para ir a su habitación, pero al pasar junto a la puerta del baño se encontró con Naomi.

Quien solo vestía una toalla sobre su cuerpo, indicando que había tomado una ducha hace unos instantes, algo que confundió a Issei al verlo, eso al haber oído los gemidos dentro de la habitación de Yusei. No dijo nada se limito a seguir su camino, algo que a Naomi no le importo, ya que siguió caminando hacia la habitación de su prometido.

Durante las siguientes horas Issei no se movió de su habitación al no querer oír los gemidos de Naomi que al parecer le parecía bien compartir a Yusei. Algo de lo que Issei no sintió celos al tener a su lado a Lydia, algo que murió cuando se movió de su habitación para ir a comer algo, ya que observo como Lydia salía de la habitación de Yusei quien aún si estaban en el pasillo la beso.

Sin importarle si era la prometida de su hermano menor, quien en ese instante sintió como sus sentimientos llegaban a romperse, mismos que se volvieron en una gran fuente de ira. En su vida el no había sido feliz del todo, y cuando el al fin creyó encontrar una fuente que iba a darle felicidad le fue arrebatada por su hermano.

Estaba dispuesto a encarar a Yusei en ese lugar pero Naomi se lo impidió, al parecer había estado esperando aquel momento con ansias. Esto por que con sólo conjurar un leve hechizo lo dejo inmovilizado, mientras oía sus suaves palabras en su oído.

"Si crees ser capaz de vencer a Yusei atacalo con todo, quiero ver el rostro que pondras al ver que Lydia lo va a defender de ti~".

Oír eso elemino toda esperanza que el castaño tenía, Issei creyó que Yusei sin lugar a duda la había amenazado. Pero ver como ella sonreía al sentir como la mano de Yusei tocaba su trasero, como se adentraba bajo su falda aún dentro de ese beso apasionado donde se podía distinguir un duelo de lenguas, le dejo claro que esto lo hacía por su propia voluntad.

El recuerdo de ese día aún estaba en la mente de Issei, por lo que siguió con su camino ignorando lo que ellos estaban por hacer a esas horas. Avanzo hasta al fin llegar a las escaleras, donde bajo de forma tranquila viendo la decoración y lujos de la mansión en que estaba.

Mismos que observo unos momentos antes de seguir su camino a la sala de aquella Mansión, misma que estaba a oscuras. Algo que no le importo tanto debido a la luz de la luna que entraba por la ventana iluminando el lugar y usando eso camino a donde estaba un estante de libros, en donde observo y tomar un libro que jalo ligeramente.

Ocasionando un débil ruido que decía que algo se había abierto, por lo que se limito a dar un paso atrás mientras su mano tomaba el borde del estante que no tardo en jalar, velenado que detrás de eso estaba una escalera. A la cual se limito a entrar lentamente, donde justo se cerraba la entrada detrás de él, sin esperar comenzó su decenso por todas las escaleras hasta llegar al final.

Donde apenas puso un pie ahí, varias de las antorchas se encendieron de un segundo a otro revelando una oficina así como un laboratorio en el lugar. Al cual uno podría notar que nada había ido a ese lugar por varios años debido al polvo sobre las mesas, sillas, libros y utensilios para fabricar pociones.

- "No a cambiado mucho..." - Pensó con nostalgia Issei mientras caminaba a la mesa más cercana.

Donde tomó uno de los libros abiertos, mismo que comenzó a leer antes de oír un suspiro detrás de él causandole una ligera sorpresa al momento de girar.

- Si Oto-sama se llega a enterar de que bajaste aquí se pondrá furioso - Dijo la mujer detrás de Issei con calma.

- Da igual, puesto que hoy regreso a la casa que el Abuelo me dejó - Dijo Issei mientras miraba a la mujer. - Aunque deberías ser consciente de que Gorou, también te regañara por bajar aquí.

Apenas dijo eso una sorpresa apareció sobre el rostro de esa mujer, la cual ni siquiera había considerado eso antes.

- Buen punto - Dijo la mujer que rasco ligeramente su cabeza.

Eso al no haber considerado eso, algo que causó el suspiro de Issei al ver el lado descuidado de su hermana que ocasionalmente tenía. Como hermana mayor entre los cuatro, debía tener a consideración el análisis de algunos o varios puntos de lo que podría pasar cuando tomaba alguna decisión.

- Parece que nunca cambiaras ese lado tuyo Isabelle - Dijo Issei que cerró con calma el libro.

- Considerarlo todo no es mi estilo - Dijo Isabelle mientras se cruzaba de brazos al ver la actitud de su hermano menor. - Cualquier cosa que no se relacione a la Magia o la Alquimia pierde mi interés.

- Supongo que esa fue la razón por la que Gorou no te eligió como sucesora de la Familia Hyoudou - Dijo Issei a lo cual Isabelle soltó un suspiro.

- No me eligió por que yo se lo dije, ser la líder de la familia no va conmigo de ninguna manera, ademas Yusei estaba interesado en el puesto así que dárselo estaba bien para mi - Dijo Isabelle ante lo cual puso sus manos en su cadera al notar algo. - Además... ¿Desde cuando llamas a Oto-sama por su nombre?.

- Desde que comenzó a ignorar que yo existo - Dijo Issei ante lo cual Isabelle suspiro nuevamente. - Me quedare un par de minutos más aquí, deberías de volver a tu habitación.

- No gracias, no quiero oír como Yusei hace gemir a sus Prometidas por unas horas... - Dijo Isabelle antes detenerse, esto por que noto el cambio sobre los ojos de Issei. - Disculpa, lo olvide.

- No importa - Dijo Issei mientras veía hacia uno de los estantes. - Detrás del escritorio hay un sillon, descansa ahí por algunas horas si no quieres ir a tu habitación.

Dijo Issei mientras caminaba hacia el estante donde tomó otro libro, algo de lo que Isabelle no se molesto en ver o preguntar. Simplemente camino hacia el sillón que había dicho Issei, mismo que estaba cubierto de polvo, pero con un simple movimiento de su mano este desaparecio, dejando limpio el sillón.

- Cuando vayas a subir me despiertas, no quiero pasar la noche aquí - Dijo Isabelle que se acostó sobre el sillón.

- Como quieras - Dijo Issei mientras se enfocaba en en libro en sus manos.

Algo que Isabelle observo antes de que se quitara los lentes, antes de dejarlos sobre la mesa de centro. Dandose una ligera mirada a la espalda de Issei por un segundo antes de girarse, donde el recuerdo de un viejo apareció.

- "Me preguntó cómo habría actuado el Abuelo Juzo si viera lo que pasó con tu prometida y con tu pocision dentro del Linaje de la Familia Hyoudou" - Penso Isabelle antes de cerrar los ojos.

Dado que su Padre, Gorou Hyoudou no sólo había ignorado la existencia de su hijo, sino que lo había borrado de todo archivo familiar. Para cada uno de los futuros descendientes, Gorou Hyoudou solo había llegado a tener tres Hijos, en su matrimonio con Miki Hyoudou.

Ya que en los Registros sólo se hablaría de sus tres primeros hijos, primero del nacimiento de su Primogénita, Isabelle Hyoudou, también de su segundo Hijo, Yusei Hyoudou, y de su última hija en nacer, Melissa Hyoudou. El nacimiento de Issei no sería registrado en ninguna parte de los registros, para hacer como si nunca hubiera existido dentro de su Familia, algo que Issei sabía, ya que se entero cuando su padre Comprometió sin preguntarle a Lydia con Yusei.

Desde entonces Issei dejó de vivir en la Mansión Hyoudou, podía quedarse ahí si lo deseaba, pero prefería vivir en las montañas donde estaba la cabaña de su abuelo. Quien se lo había heredado en su Testamento, algo que no molesto a la Familia Hyoudou, solo algunos vieron la partida de Issei como algo injusto.

Era por ellos que Issei se presentó en la Fiesta de Cumpleaños de Melissa, no se preocupo por no aparecer en la Fiesta, simplemente se limito a saludar a cada una de esas personas antes de irse a su cuarto. Lo único que esperaba era que amaneciera para así irse lo más pronto posible de ese lugar, ya habia aceptado que su destino no era destacar, por ese motivo había decidido vivir solo en esa cabaña hasta su vejez.

Con esos pensamientos continuo con su lectura por tres horas más antes de ver el reloj en el lugar, el cual marcaba las 5:26 AM. Por lo que suspiro antes de ir a despertar a su hermana, la cual ya se encontraba verdaderamente dormida, por lo que simplemente la cargo hacia su habitación.

Conocía a Isabelle, ella no despertaría aún si lo intentaba por varios minutos, por lo que simplemente decidió llevar su dormido cuerpo a su habitación. Lo cual le llevó a pasar una vez más a lado del cuarto de Yusei, el cual estaba ya en completo silencio, así que ignoro eso y se enfoco en llevar a su hermana a su habitación.

- "Si sigue con un sueño así de pesado, alguien terminara tomando ventaja de su cuerpo en algún momento" - Pensó Issei mientras empujaba la puerta del cuarto de Isabelle.

Donde al entrar rápidamente camino y la dejo sobre la cama, notando así que la ropa de su hermana estaba casi por mostrar más de lo que debía mostrar.

- Que fácil sería aprovecharme de ti en este momento - Dijo Issei mientras sus manos tomaban las cobijas de la cama.

Las cuales movió para cubrir el cuerpo de su hermana, la cual seguía dormida aún cuando la habian movido bastante en el trayecto. Algo que Issei se espero, así que dejo los lentes de su hermana a lado sobre la mesa de centro, donde se limito a verla una vez antes de caminar a la puerta y salir, cerrandola durante el proceso, dejando un leve silencio en ese cuarto que después de segundos se rompió por un débil susurro.

- Si eres tu quien se aprovecha de mí, no me molestaria en lo absoluto - Dijo casi inaudible Isabelle que abrio los ojos un momento. - Seria una forma de pedirte disculpas por todo.

Susurro antes de quedarse dormida en su cama, mientras que Issei regreso sin prisa a su habitación, en donde sólo vio sus cosas antes de comenzar a guardar la mayoría. Lo que quedaba ahí era lo último de todas sus cosas, por lo que se limito a guardarlas para llevárselas de una vez por todas, algo que le llevó un par de minutos, y terminó cuando el sol comenzó a salir.

Viendo eso Issei suspiro antes de ir a la habitación Conjunta, lugar donde tenía su baño. Donde al entrar decidió tomar la última ducha que tomaria dentro de esa casa, los minutos pasaron, mismos que no tardaron en volverse un par de horas al no sólo terminar su ducha.

Sino que también regreso a tomar unos libros de la antigua oficina de su abuelo Juzo, mismos que guardo en una de sus mochilas en su habitación. Tenía todo a la mano, lo único que le faltaba era un último desayuno en ese lugar, así que se llevó sus pocas cosas hacia la entrada de la mansión.

- "Son todas las cosas que me faltaban, ya no queda nada mío en esta Mansión como para volver otra vez" - Pensó sin lamentos Issei.

Que después de asegurarse de que ya nada le faltaba camino hacia donde se encontraba la cocina para comer algo, pero durante su camino una Maid le dijo que su desayuno iba ser servido dentro del comedor principal.

Algo que extraño a Issei, al recordar la última vez que comió ahí, por lo que se encaminó a ese lugar pensando que su última comida sería en el comedor en donde le habían prohibido comer hace tiempo.

- "Supongo que es obra de Lilia" - Pensó Issei al recordar a la Maid que lo trató bien durante su niñez.

Con eso en mente llegó a la gran puerta que daba al comedor, donde solo dio un leve suspiro antes de entrar, notando la gran mesa. Una en la que podrían estar sin problemas alrededor de veinte o al menos veintitrés personas, por lo que decidió comer en el lugar que antes era suyo, pero antes de tomar asiento oyó la leve risa de un joven.

- ¿Enserió vas a comer en el Comedor? Tal parece que has olvidado tu lugar si piensas comer aquí con nosotros - Dijo el joven sentando a lado de la ventana.

El cual acaricio con suavidad al perro en sus brazos, algo que tenso a Issei al ver al chico ahí observándolo. Este era el Prometido de Melissa Hyoudou, una de las personas que Issei más detestaba dentro de esa casa, Tomoya Gensai.

- No te preocupes por eso, desayunare algo antes de irme - Dijo Issei mientras se sentaba.

- ¿Te vas a ir? ¡Que triste! Y yo creí que te quedarías hasta el día de mi Boda en dos meses y medio - Dijo Tomoya a Issei con falso dolor.

- Hmp~ no te preocupes Tomoya, que el día de tu Boda... - Dijo Issei antes de oír la puerta abrirse, llamando la atención de los dos que giraron su mirada.

- Lamento la tardanza - Dijo una voz alegre, la cual se volvió de sorpresa al ver a Issei sentado. - Oh vaya~ Issei no esperaba verte aquí.

Dijo la joven causando que Issei solo la mirara antes de regresar su mirada de nuevo a la mesa, donde solo se limito a responder.

- A pasado tiempo Melissa - Dijo Issei a su tercera hermana mayor.

- Digo lo mismo Issei, escuché por las Maids que viniste a mi fiesta ayer, sin embargo no te vi en ella - Dijo Melissa mientras se acomodaba los lentes.

- No quise arruinar el ambiente de tu fiesta con mi presencia - Dijo Issei sin que ellos se percataran de que estaba nervioso. - "¿Por qué están ellos aquí? Son a lo mucho las siete de la mañana, así que aún tienen tres horas para irse para la Academia, que se levanten con este horario es inusual".

- Que considerado - Dijo Melissa antes de mirar hacia su prometido, quien le sonrió con cariño. - ¿Te hice esperar?.

- No, pero da igual, te esperaria todo el tiempo necesario - Dijo Tomoya que se levantó de su lugar para acercarse a su prometida.

La cual sonrió antes de sentir como su amado la tomaba de la cintura para el poder besarla, algo que Issei ignoro al instante. Oír como ambos se besaban, así como su hermana suspiraba por el muy probable manoseo de Tomoya, lo ponía realmente incómodo.

- "De saber que estarían aquí me habría dirigido a la Cocina a comer - Pensó con incomodidad Issei que escucho como el dúo detrás de él se susurraban.

Algo que realmente lo incomodaba en ese momento, así que no queriendo el sentimiento incómodo se dispuso para levantarse e irse de ahi. Pero apenas y de iba a poner de pie cuando la puerta se abrió nuevamente, donde tres tipos de voces entraron, las cuales dejaron a Issei inmóvil en su lugar.

- Que nos levanten tan temprano es en verdad molesto - Dijo la voz de Naomi.

- Vamos no digas eso Hermana, nos dijeron que se trataba de un asunto importante - Dijo la voz de Lydia.

- Es verdad, así que entre más pronto sepamos lo que pasa, más pronto nos iremos a la Academia - Dijo la voz de Yusei.

Quien sin mirar quien estaba a su lado se sentó junto a Issei, ya que ese era su lugar correspondiente. Algo que Lydia junto con Naomi imitaron al sentarse a la izquierda de Yusei, que noto al que se encontraba sentado a su derecha.

- Oh~ que inesperado, no esperaba tu presencia durante el desayuno - Dijo Yusei con una sonrisa tranquila a su pequeño hermano. - Hermanito Issei.

Apenas dijo eso, el duo de hermanas se percató de la presencia de Issei, lo cual causó la sorpresa de ambas e incluso el nerviosismo de una de ellas. Algo que a Issei no pudo importarle menos, esto al estar arrepintiendose por haber venido al comedor y no a la cocina a comer.

- Demonios, levantarme tan temprano ciertamente no es mi estilo en ningún sentido - Dijo Isabelle que entro con el mismo aburrimiento al comedor.

Solo que ahora vestía su traje usual de mago, algo que Naomi y Lydia también vestían. Sin embargo Issei no estaba en lo más mínimo interesado en eso, sino que pensaba irse de ahí al ver como su hermana Melissa se sentaban en frente a ellos junto con Tomoya, quien sólo se limito a sonreír al ver la situación.

- Vaya~ a pasado mucho tiempo desde que todos comimos juntos, deberia de pasar más seguido, ¿No creen? - Dijo Tomoya mientras sonreía.

- Es verdad, si que se extrañaba ver a todos en la misma mesa - Dijo Melissa mientras veía a sus hermanos.

- Habla por ti, me da igual si como sola o acompañada de ustedes - Dijo con el mismo aburrimiento Isabelle que fue a sentarse a lado de Issei.

Quien para este punto decidio no decir nada, simplemente se quedaría ahí en silencio hasta que el desayuno fuera a terminar. Ya que el no estaba dispuesto a mostrarle a sus hermanos que aún se encontraba afectado por lo sucedido y tampoco quería que Lydia dijera algo para intentar hablar con el al terminar de desayunar.

- Eso es cruel Isabelle - Dijo Yusei con una sonrisa. - A mi me pone feliz que todos los hermanos Hyoudou estemos aquí para desayunar~.

- Concuerdo con Yusei - Dijo Tomoya al momento de tomar la mano de Melissa suavemente. - Desayunar en Familia es lo mejor~.

- Es verdad, pronto seremos Hyoudou también así que llamarnos Familia un poco antes no esta mal - Dijo Naomi al momento de girar para ver a Lydia, la cual tenía la mirada sobre la mesa con un rostro nervioso. - ¿Cierto Lydia?.

- ¿Eh? - Respondió Lydia que levantó su mirada antes de responder. - Si, en uno o dos meses más seremos Hyoudou, así que llamarnos familia ahora está bien.

Diciendo eso comenzaron a hablar de la Boda que cada uno tendría, algo en donde Issei no deseaba formar parte, incluso pensaba irse de ahí pero ante ese pensamiento la puerta se volvió a abrir. Sólo que esta vez se trataba de ambos padres Hyoudou, los cuales se encontraban acompañados de varios asistentes.

Quienes cargaban con varios tipo de documentos, mismos que hacian a la pareja Hyoudou firmar antes que los guardarán en una carpeta diferente.

- Al parecer estamos todos - Dijo con seriedad Gorou al ver a los jóvenes.

Quienes simplemente se centraron en el, algo que Issei no hizo mientras solo se limitaba a mirar al lado contrario al no tener nada que ver ahí.

- Escuchen todos, los llame aqui para discutir sus futuro como Magos de la Familia Hyoudou - Dijo Gorou ante lo cual Issei suspiro. - Como sabrán este mes estuve bastante ocupado.

- Ambos lo estuvimos - Dijo Miki con un ligero suspiro. - La razón de esto, es por que tuvimos más de una reunión con el Líder del Inframundo.

- ¿Eh? ¿Hablaste con Lord Lucifer? - Preguntó Isabella con sorpresa a su padre. - ¿Uno de los cuatro Maous?.

- Así es, nos reunimos por algunos de nuestros acuerdos relacionados con nuestros antepasados, donde se dio a conocer un tema importante... - Dijo Goruo antes de parar y ver a Miki.

- Tal parece que la Hermana menor de Lucifer le mencionó deseaba pactar en algún momento con un Mago, algo que parece influyó en sus amigos, familia y conocidos - Dijo Miki mientras firmaba otro papel que le daba su asistente. - Y hace unos días nos dijo que al ser una Familia de alto nivel y estatus, estaría agradecido si alguno de ustedes pacta con su hermana o con sus conocidos o amigos.

- Parece ser que sus grandes Talentos llegaron a los oídos de los Demonios, muchos jóvenes que no han pactado con un Mago, quieren hacerlo con al menos uno de ustedes - Dijo Gorou a todos los jóvenes que sonrieron.

- Ustedes siete tendrán la oportunidad de pactar un contrato con alguno de... - Dijo Miki antes de detenerse.

Y la razón de eso era por que Issei sin importarle se había puesto de pie aun cuando la Matriaca Hyoudou hablaba, algo que capto la atención de todos los presentes.

- Ya que se trata de algo relacionado al pacto de un Mago, mi presencia aquí y oportunidad no son necesarias... - Dijo Issei mientras se daba la vuelta para el salir del comedor. - Así que me voy, les deseo suerte a...

- No creo haberte dado permiso para levantarte e irte Issei - Dijo Gorou de forma seria sorprendiendo al castaño.

- ¿Permiso? ¿Acaso lo necesito? Hoy es mi último día en esta casa, así que aún si no tengo tu permiso yo... - Respondió Issei antes de sentir el poder mágico de su padre aparecer en la sala.

- Te dije... Que no te había dado... - Dijo Gorou mientras Issei sentía pesado su cuerpo.

- Y yo te digo que no lo... - Respondió Issei sin temor.

- ¡Es suficiente! - Grito Miki causando un silencio total en la sala.

Todos tenían diferentes reacciones, la de Isabelle era de preocupación, Yusei simplemente sonreía al ver la actitud de Issei, algo similar en Naomi que se río ligeramente, Tomoya solo mostró una sonrisa de desprecio mientras que Melissa sólo suspiro de decepción, en cuando a Lydia observo temerosa las acciones de Issei.

- Gorou, no olvides lo que dijo Sirzechs antes - Dijo Miki causando que Gorou suspirara. - El quiere que los siete sean los candidatos a pacto.

- ¿Siete? - Dijo Issei sorprendido al ver que habían seis sentados en la mesa. - Eso significa que yo...

- Así es, eres un Candidato a Pacto con los Demonios Jóvenes del Inframundo, así que no desaproveches esto... - Dijo Miki mientras Issei se quedaba con un rostro sorprendido. - Issei.

Una sorpresa que todos imitaron al oír eso, el Hyoudou más débil e inútil iba a ser candidato a pacto con los Demonios dentro de un par de días. Algo que dejo claro que el futuro era incierto para las personas, un incierto donde al parecer todo era posible.

Continuará...

Aqui BlackRedZX con otro fic, para ser sincero este fic tendrá una que otra similitud con otro de mis fics, más no será la mismo. Ya que la idea planteada aquí será totalmente diferente, así que sin nada más que decir me despido.

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