Última Misión
La guerra entre los tres bandos de la Religión Católica siguió, no había ninguna duda que ninguno de los tres iba a dar su brazo a torcer, no hasta que un bando emerja victorioso. Aunque dos seres sabían que esta batalla, no tendría ganador.
Himmel había ido a cumplir su última misión, antes de tener que enfrentar su destino. Su primer objetivo fue Egipto, más por la cercanía al lugar donde partió y que... en serio detestaba lo que oyó de Rahab. Un demonio que usaba una especie de ritual para que, cada vez que muera, sean sus esposas e hijos los que lo hagan en su lugar.
Himmel lo enfrentó en una ardua batalla, una donde este no tomó mucho esfuerzo en ganar sino algo de dificultad moral. Matar a quienes no eran sus objetivos, sólo porque el idiota este los usaba de sacrificio, no era algo que le agradaba. Pero estaba dispuesto a hacerlo, estaba dispuesto a cargar con esa culpa, porque sabe que no puede dejar a este ser libre y vivo.
Al final, logró derrotarlo, tras haberlo matado más de 100 veces. No duda que dejó una fuerte impresión en el Demonio, pero eso no le importaba más. Con el cuerpo de Rahab destruido, la ciudadela sobre el Mar Rojo donde este habitaba viniéndose abajo, Himmel dejó al demonio para que comparta destino con este lugar... tenía mejores cosas que hacer.
Egipto fue su objetivo luego de esa ardua batalla, tenía que tratar el tema con Ra. Sabía muy bien que el Dios en verdad no desea pelear, a pesar de lo que se diga de él... Ra lo recibió en su palacio con mucha calma, sólo Seth entre los presentes Dioses, lo veía con desconfianza y algo de odio.
Himmel vino a dar sus puntos, que la era de ellos, los Dioses de Egipto, había llegado a su fin. Ya no eran venerados como antes y no sólo ello, ya había indicios que los de su pueblo estaban empezando a creer en otra deidad. Pidió de modo amable que dejen Egipto, porque no desea que haya una guerra que afecte a los humanos cuando ya nadie los venere.
Si bien la reacción fue la esperada, la del rechazo y la rabia por parte de varios Dioses presentes, Ra llamó a la calma y simplemente meditó el problema. Himmel sabía que el Dios líder de aquí pensaba seriamente en su propuesta, ya que era irse de modo pacifico o luchar con ellos.
Ra lo notaba, el mortal en frente de ellos era poderoso... más que él, un Dios. No sabe que tan poderoso es en realidad, pero no deseaba averiguarlo. Iba a dar su veredicto, cuando Seth mostró su disconformidad con todo esto. Que no debían hacerle caso a un simple mortal, que ellos eran dueños de estas tierras y su gente.
Obviamente, Himmel le advirtió que guarde silencio, sino desea terminar mal. Seth rio a esa amenaza y aún contra las palabras de Ra de que no pelee, lo hizo. Himmel y Seth tuvieron una pelea relativamente corta, corta porque Himmel usó más del 50% de su poder contra el Dios y lo derrotó a los 10 minutos, además de que Ra apresó a su hijo, quien deseaba seguir la pelea a pesar del gran dolor que tenía tras recibir un golpe de Himmel en todo el estómago.
Ver como Seth fue derrotado, mostraba claramente que el mortal en frente de ellos era poderoso y hasta amable en cierto punto, Osiris vio como Himmel tuvo más de una oportunidad de matar a Seth pero no lo hizo, no lo hizo porque sabe la importancia de los Dioses en el mundo, su hermano no estaba bien de la cabeza, más por lo que mandó a crear años atrás, pero esto bastaba para demostrar que... Himmel podía pelear con todos ellos y ganar si se lo proponía... admitir eso, le dio pavor... ese humano era un monstruo.
Luego de ello, Ra dio su veredicto... Que estaba de acuerdo con lo dicho por Himmel y que en verdad ya no había razón para que ellos sigan ahí, una tierra donde poco a poco son olvidados y dejados de venerar. Himmel agradeció la buena decisión del Dios, que era lo mejor ya que la guerra que se llevaba a cabo entre los tres frentes de una Facción, ya era suficiente problema en la actualidad.
-¿A dónde iras muchacho? – Ra le hizo la pregunta al humano quien se detuvo unos segundos. – Siento en tu corazón que... esta es tu última misión antes de partir al mundo del descanso eterno.
-Iré a donde el viento me lleve, así de simple. Es todo lo que me queda. – Himmel pasó a ver al Dios líder de aquí con una mirada cansada. – A veces, es mejor aceptar que tu hora está próxima... Que es hora de que duermas al fin tras tanto, al menos eso creo yo. – Ra asintió a esas palabras y lo dejó marcharse, no sin antes desearle buena suerte.
El nombre de Haou, no lo olvidaría jamás... ya que indirectamente, él estaba marcando como será el futuro a partir de ahora.
El reino de los Dioses Nórdicos era enorme, 9 reinos. Eso era mucho en opinión de Himmel, pero Asgard era donde estaba actualmente. Ahora mismo esperaba la audiencia con Odin y Frigg. No podía creer que para entrar aquí haya tenido que usar uno de los tantos hechizos que Lavenza creó, con algo del conocimiento de los libros que Charllotte había memorizado.
El lugar donde estaba era conocido como Valhalla, un gran salón donde se dice vienen los elegidos por Odin para la gran batalla por el mundo, la verdad le da igual. No tiene tiempo para escuchar estupideces de esa clase, además que para poder entrar aquí tuvo que abrirse paso entre los Dioses presentes como Tyr y Baldur, vaya que eran tercos.... Y como pegan, no fue hasta que Frigg llegó que evitó que la pelea pasara a mayores, en verdad había estado cerca de llevarlo en serio. Pero, no podía negar que el arte aquí y las pinturas son increíbles... no sabe de arte, pero esto es algo que hasta alguien como él acepta que es bueno.
-Me alegro de ver que... te gusta esa pintura. – Himmel volteó al escuchar a Frigg, la bella Diosa caminaba hacia él con ropas que dejaban poco a la imaginación. - ¿Te gusta lo que ves?
-Sería una gran mentira decir no. – la mujer rio ligeramente al oír lo que decía, al fin alguien con humor. – Es bueno verla de nuevo Lady Frigg.
-Himmel, soy amiga de tu hermana... no debes ser tan formal. – Fuerza del hábito, Himmel era respetuoso con quienes él considera buenos Dioses... ella era una, fue amiga de Lavenza años y esa era prueba suficiente para él. – Es bueno verte bien, luego de tantos años... Escuché lo que pasó en el reino y... lamento lo de Charllotte.
-Gracias... Yo... he aprendido a llevarlo, más no a dejarlo ir. – Himmel siguió viendo la pintura que tenía en frente suyo. – Esos son...
-Lo mandé a hacer luego de... la muerte de Lavenza, es una especie de recordatorio. Lo que ella deseaba para el mundo con lo que creó. – En la pintura, se podía ver 5 gemas actuando como raíces para un árbol y sobre este, como su fruto, estaba una gran estrella en 6 puntas de color lavanda. – Lavenza los creó por algo, los he tenido oculto tal como lo prometí. – la mujer sonrió al ver como Himmel se limpiaba los ojos, parece que la emoción le ganó. – Es natural extrañarla, ella siempre fue... Única.
-Lo fue, siempre pensando en el resto... aún al final. – Himmel extendió la mano para tratar de tocar la pintura, pero rápidamente la bajó... - Sólo espero que lo que hago... la haga sentirse orgullosa.
-No lo dudo, siempre habló de ti con un gran sentimiento de admiración... como siempre hablara de su propio héroe. – Himmel rio al escuchar eso... ¿Él un héroe? Ridículo... - Lo que si me sorprendió es oír como derrotaste a Ares... pero hay rumores de que hiciste más contra él... ¿Es cierto eso? – el silencio de Himmel era respuesta suficiente para ella. – Entiendo... No te preocupes, son rumores y nadie los toma en cuenta en estos días... Aún
-Sólo hice lo que debía hacer, no más. – Himmel le quitó importancia a las palabras de Frigg. – Es más, ya debes intuir porque estoy aquí.
-Algo, la verdad... lo que está pasando ahí abajo es conocido por todos y se ve como una oportunidad de actuar y hacer lo que desean, hacerse del poder absoluto. No es raro ver eso en las mitologías que poco a poco se ven menguados por... una sola religión.
-Elohim nunca deseó opacar nada. Él mismo admite que no esperó que... sus palabras llegaran tan lejos y tocaran el corazón de tanta gente. – Frigg le creyó, se alegra de ver que cree en él. - ¿Y cómo va todo con Odin?
-Ugh... no me hables de eso... ¡Estoy pensando seriamente en separarme de él! – Himmel la vio con sorpresa, normalmente desea mantener su perfil serio y frío cuando lleva la máscara, pero se podía ver como se agradaron sus ojos a esas palabras. - ¡Estoy harta de que se la pase viendo el trasero de otras mujeres! ¿¡Acaso yo no basto!? ¡Dime Himmel, me falta algo para ser deseada!
Himmel miro a la Diosa, sería ofensivo decir lo que tiene en la cabeza, más al ver esos pechos cubiertos solo por una tela... los pezones casi visibles y... sacudió la cabeza al ver donde estaban yendo sus pensamientos. Maldita sea... su cuerpo aún es joven por lo que... aún tiene esa clase de deseos.
-La verdad... La veo muy deseable mi Lady... es decir, es bella mujer que sería el deseo de cualquier hombre... digo, no hay hombre que no desee pasar una noche con usted y... Lo que trato de decir....
-Cállate... te defiendes más estando en silencio. – Hasta para que Skeith le diga eso... vaya que era cierto.
Ver como Frigg reía le hizo sentir vergüenza, maldita sea su aún falta de conocimiento social. Siempre fallándole cuando más lo necesita, aunque era bueno ver como la mujer se mostraba más calmada.
-Jajaja, te tomaré la palabra entonces. Pero creo que mejor tomamos esta charla luego, ya están aquí. - ¿Están...? Habló en plural...
Himmel pasó a ver la entrada y se pudo ver al líder de los nórdicos caminando tranquilamente, mirando a su esposa quien desvió la mirada de un modo nada sutil, sacando un suspiro al Dios y a Himmel una ligera risa. Lo que si fue la sorpresa fue ver a Thor, el hijo de Odin, aquí... Parece que no será una charla tan tranquila como creyó...
-Bueno mocoso, si bien es bueno verte de nuevo. Estoy seguro que no es sólo por una visita social. ¿Qué tienes en mente? – Himmel asintió a las palabras de Odin para comenzar su relato.
No tomó mucho tiempo, sólo explicó que no desea que ellos, los Dioses nórdicos, se metan en la guerra que está ocurriendo en la Facción a la que Elohim pertenece. Odin se sorprendió a esas palabras, conocía al Dios hebreo, habían hablado en más de una ocasión... parece que el tema debe ser muy serio para que este, en verdad pida que no se metan, no lo culpa a decir verdad.
Sabe que de estar en su lugar, pediría lo mismo. Aunque, lo que le preocupa en realidad ahora es... ¿cómo se lo tomará su hijo aquí presente? Sabe muy bien que Thor es algo adicto al combate, él mismo decía que era una oportunidad clara para mostrar lo que ellos son capaces y no seguir estando ocultos. Ver como este se acercaba a Himmel hizo que se prepare en caso de que...
Himmel alzó la vista, Thor era casi un gigante... media más de dos metros... pero el tamaño no lo intimida de ningún modo. Ni siquiera el martillo que tiene en mano, lo que si le molesta es que muestre esa aura llena de rayos como un intento amenazante de su parte... que molesto.
-¿Y quién te crees tú para venir a decirnos que hacer mortal? – Himmel alzó una ceja al oír eso. ¿Hablaba en serio?
-Mira grandulón, no he venido aquí a pelear. Por el respeto que le tengo a Odin y Frigg, te daré la opción de que te des media vuelta, camines donde tu padre... y asunto arreglado. No quiero tener que recurrir a la fuerza bruta. – Thor sonrió a esas palabras, no creía que él fuera una amenaza. – Contaré hasta 3... 1...
-¡Ja, no te creas tanto mortal! ¡Nosotros no tenemos que escuchar lo que digas!
-2... - el aura alrededor de Himmel se concentró en su cuerpo, tanto Odin como Frigg notaron que... ver como Thor lo iba a atacar con su martillo... - 3...
-¡Thor no, no hagas una idiotez! – ver como su hijo recibía un golpe en la cara cuando fue a atacar y como era mandado contra uno de los muros del sitio, para luego caer inconsciente al piso... le sacó un gran suspiro. – En serio.... Este chico tiene que aprender a controlar su carácter y ser menos orgulloso...
-Yo se lo advertí, tiene suerte que sólo usé el 60% en ese golpe. – ambos Dioses lo vieron con asombro y algo de miedo... ¿hablaba en serio? – Me han pasado muchas cosas viejo, todo lo que he pasado... me ha hecho fuerte.
-Lo puedo ver... - Odin medito lo dicho, en verdad no desea tener problemas... mucho menos con este chico. Ambos desean una solución pacífica a este embrollo y sabe como darla. – Bien, no haremos ningún movimiento en contra de la guerra que esos tres bandos tienen, no es de nuestra incumbencia. Es más, estaba pensando en eso justamente antes que llegaras y ahora me has dado más motivos para no luchar una pelea que no nos involucra de ningún modo.
Himmel asintió con alegría lo que Odin dijo, este simplemente pidió a sus hijos, quienes oían todo tras la puerta, de que se lleven a Thor a que duerma plácidamente en sus aposentos.
Lo gracioso de todo, era ver como los hermanos de Thor veían a Himmel con algo de miedo. Tal vez exageró un poco con ese golpe, pero él se lo había buscado. Y al ver que sólo quedan ellos tres... Odin empezó a reír ante la obvia confusión de Himmel. Frigg por su lado reía ligeramente, pero en serio.... Alguien le puede informar ¿qué es tan gracioso?
-Jajaja, hace años que no reía así. Debo admitirlo chico, tú si sabes como hacer que las cosas sean más divertidas. Y aún tienes esa facultad tuya de no respetar a los que te ofenden.
-Ok... tal vez si exagere con ese golpe, pero él se lo busco. Había oído de que Thor podía ser irrespetuoso, pero hasta el punto de amenazarme.... – Himmel se cruzó de brazos para dar su punto.
-Como sea... anda, quítate ese estúpido casco y máscara para hablar y beber algo, supongo que eso podrás hacer. – Himmel hizo caso a la sugerencia del Dios y mosto su rostro a ambas deidades, quienes se sorprendieron de ver como tenía el cabello.
-Sabes, no es una mala idea... - Himmel en verdad deseaba algo de paz y quietud para variar.
....
Ok, quizás el mundo en verdad lo odia y disfruta ponerlo en situaciones de esta clase. No espero que, tras contar todo lo que vivió estos años, como era ser amigo de dos Dioses tan distintos y las cosas que enfrentó, que fue una sorpresa para ambos Dioses, el vino y demás se les haya subido a la cabeza a esos dos.
Odin estaba muy normal, tranquilo, se nota que beber no es novedad para él... pero Frigg...
-¡Y es así... ni en frente mío deja de mirar los traseros de las Valkirias! ¿¡Puedes creerlo!? - Frigg estaba apoyada en él, con copa de vino en mano, totalmente ebria. Diciendo todo lo que detesta que haga su marido. - ¡Para empeorar todo, el muy bastardo les da nalgadas sutiles!
-¡No es verdad!
-¡Cállate, que contigo no estoy hablando! – La Diosa lo calló de un grito, vaya... - ¿¡Ves!? ¡Ni me respeta cuando hablo con alguien! ¡Buuuuaaaa! – la Diosa abrazó a Himmel quien se mostraba más que nervioso y avergonzado... tiene una suerte...
-¿Cómo acabamos así? Nosotros, el único God Slayer, como terapeuta de parejas y... Ni yo sé de donde saqué esa palabra. – Himmel podía sentir el fastidio de su otro yo, él estaba igual por los mil demonios... él no firmó para esto.
-Ya Frigg... Sabes bien que... Odin puede ser un pervertido, mañoso, de mal trato, pocos detalles...
-¡No me estás ayudando mocoso! – No lo hacía, en verdad él estaba disfrutando de la situación.
-Pero... Te ama y creo que eso no lo puedes negar. – Frigg pasó a ver al humano con algo de vergüenza. – Eso se nota a leguas y no creo que... por algo que puede ser controlado y/o cambiado, debas terminar tu matrimonio. – Odin lo vio con sorpresa, en verdad lo estaba ayudando. – eso si, creo que los términos deben quedar entre ustedes y no más...
-Si... Es verdad... - Frigg miró a su esposo y pudo ver que... en efecto estaba arrepentido de sus actitudes. – Yo... debemos hablar sobre ello Odin.
-Sabes que si bien puedo no ser... el mejor esposo del mundo, lo que siento por ti es real Frigg... si mis actitudes fuera de lugar te hacen sentir mal, las dejaré a un lado. – la Diosa sonrió y asintió a esas palabras, ya hablaran luego con más calma.
-Y ahora que la terapia de pareja acabó... - Himmel se tuvo que tragar 3 horas de esto, un trauma más a su larga lista. – Creo que lo mejor es que me vaya... Debo de darle una visita a Shiva e Indra... será algo digno de recalcar. – Himmel se puso de pie para emplear marcha, pero Frigg lo detuvo.
-Espera... Ve a la zona de las raíces del Gran Árbol, ahí yace enterrado las gemas que Lavenza me dio. Llévatelas, puede que las necesites en tu misión. – Himmel iba a hablar para refutar, pero ella no aceptó el no como respuesta. – Hazlo, las gemas volverán luego de que tú...
-Entiendo, si es así... creo que llevarme el recuerdo de mi hermana para esto, es buena idea... uno nunca sabe. – Himmel miro a ambos Dioses, sabiendo que esta será la última vez que se vean en esta vida que tiene. – Adiós... Gracias por... ser mis amigos.
Ambos Dioses no dijeron nada, solo sonrieron y vieron como Himmel salía de la recámara en donde estaban para poder continuar su marcha a su última batalla. Sólo pudieron desearle, buena suerte.
....
En las raíces del Yggdrasill, Himmel encontró en la zona indicada, enterrada, el cofre donde Frigg había guardado y escondido los elementos de la Armonía. Abrió la pequeña caja y pudo ver las 6 gemas, las 5 de con forma Octagonal y la que parecía una estrella lavanda de 6 puntas. Sonrió al ver como los elementos de la Armonía brillaban, como alegrándose de verlo... quizás la esencia de Lavenza en ellos es lo que produce esta reacción.
-Espero que me apoyes una vez más hermana, el futuro del mundo... Depende de nosotros ahora. – las 6 gemas se elevaron y fueron hacia él, uniéndose a la armadura de Oscuridad que lleva consigo, ocultándose para estar a salvo.
Himmel devolvió el cofre donde pertenecía, ya que él una vez cumpla su meta... estos volverán al interior de este. Tras terminar su labor, Himmel emprendió marcha hacia... donde seguro tendrá problemas.
Si algo detesta, es ver cuando alguien se cree superior al resto. Indra entraba perfectamente a esa categoría, bien llegó a su territorio el Dios actuó arrogante con él. Tal vez por su origen y que el poder que tiene no es suyo originalmente, sino tomado de los seres que absorbió en cada batalla. Pero lo que si tenía seguro era una cosa, nunca se había sentido tan bien de haber derrotado a alguien... En verdad se alegraba de ver el rostro de rabia e incredulidad de Indra. Ni siquiera las mujeres que antes de la dicha batalla, sino mal recuerda se llaman Apsaras, Rambhá y Menaká, mandó a seducirlo para que se desconcentre, sirvió. Había estado con una mujer cuya belleza, en su opinión, supera la de estas mujeres que se acuestan con cualquiera... nunca ellas estarán al nivel de Charllotte...
Al ver su plan fallar, Indra se lanzó al ataque y se vio con la sorpresa de que los rayos que lanzó fueron repelidos por la misma sombra del humano. Himmel agradecía que Skeith se haga cargo de esas cosas, él sólo dio un paso veloz para estar frente al Dios y darle un buen golpe en la cara con el 80% de su poder. La fuerza y el exceso de confianza de Indra ocasionó que fuera derrotado de inmediato. Himmel sólo se acercó al adolorido Dios para luego expulsar su aura.
-Creo que ya sabes a lo que vine.... Mantente alejado de la Gran Guerra que se está llevando acabo, no me hagas acabar contigo... Ya debes saber que tengo el poder para ello. – Indra no quería darle motivos a este mortal de creer que tiene miedo... Aunque en el fondo en verdad temía que este cumpla su palabra. – Te lo advierto Indra, si haces algo indebido... lo sabré. Y tu cabeza rodará por los suelos, no eres un Dios Primordial por lo que... no me molestaría matarte, pero no deseo dar desbalances al mundo. Estás advertido... - Himmel se dio media vuelta para irse, podía ver como esas tres mujeres lo veían con miedo, pero le daba igual... este era el papel que había optado tener ante el mundo sobrenatural.
-Bien tratado ahí... Se nota que el tipo nunca había sido derrotado de ese modo. - Skeith le habló a su otro yo, en verdad el ente estuvo más que contento de ver como ese Dios arrogante era derrotado. – Ahora sólo nos queda Shiva y podremos ir a hablar con los griegos.
Himmel le daba la razón a su otro yo, en verdad espera que la charla con Shiva sea mucho más calmada que la que acaba de tener con Indra... Se tomó el hombro de señal de fastidio, aún sin que ese rayo lo toque... logró lastimarlo, sin duda Indra era un Dios poderoso.
.....
-No puedo creer que en verdad me hayas pedido pelear contigo por diversión... - Himmel se sobaba la cara, tenía un ojo morado y varios moretones. Su armadura hecha un desastre, en el suelo... con el Dios de la Destrucción de la religión hinduista en un estado similar al suyo. – Estás loco...
-Jejeje, bueno... necesito un cambio de ambientes. No siempre se puede pelear con alguien que este a mi nivel sin miedo de que se haga una guerra. – El Dios de la Destrucción, a pesar de su apariencia de niño, era un de las existencias más poderosas del mundo... La idea de luchar con él y lograr seguir en una pieza era impensable. – Pero no usaste todo tu poder...
-Lo mismo puedo decir de ti... Bastardo... Más de una vez pudiste dejar todo hecho cenizas, pero te contenías para poder tener más tiempo de lucha.
Shiva rio a esas palabras, sólo para levantarse y sentarse en el suelo. Se puso a ver el cielo, costaba creer que ya hayan pasado casi años desde que la guerra de esos 3 bandos haya iniciado y aún siga en marcha.
-Supongo que oíste que los 2 Dragones Celestiales lucharon en medio del campo de batalla donde la Guerra se estaba llevando a cabo. – Himmel también se sentó y pasó a ver al Dios, sus heridas ya sanando gracias a su poder regenerativo. – Sabes lo más gracioso que es todo esto, que los 3 bandos unieron fuerzas para detener a esos 2 Dragones y destruir sus cuerpos. El alma de los 2 ahora son Sacred Gears, esos objetos que Él creó y van con los humanos. ¿Te lo imaginas? Mortales con el poder de 2 de los seres más poderosos del mundo... No hay duda que será una locura a partir de ahora.
-Elohim siempre ha tenido ideas raras, estoy seguro que tiene algo en mente para esos 2. Ddraig y Albion, estoy seguro que algo grande les espera a esos 2. Elohim lo sabe, siempre se dice que tiene un odio enorme a los Dragones por lo que pasó con esa tal serpiente y demás.... Pero no es así... dudo que él odie a alguien de verdad.
-Lo sé, pero no dejemos de lado que hay muchas cosas no se pueden pasar por alto. Tal vez él no sea de matar a sus enemigos, pero si de mandar poderosos castigos que hasta pueden ser crueles... Sodoma y Gomorra son un claro ejemplo de ello. – Himmel asintió a esas palabras, Elohim le comentó lo que hizo con esa ciudad... La verdad, no estaba en contra de lo que su amigo hizo en el pasado, al contrario... siente que a veces debes ser duro y cruel para enseñar una lección a las personas. Ya que el mundo no es solo amabilidad, a veces ser duro es lo único que puedes hacer.
Ambos se quedaron sentados viendo el cielo, ver como el atardecer hacía que el cielo se torne de rojo, hizo que entendieran que no hay más tiempo. Debe de...
-Mejor ve a hablar con los Griegos, son los que te faltan... - Shiva se puso de pie y se limpió la cara porque la sangre en esta ya fastidiaba demasiado. – Atenea y Hades son los únicos que no te odian, además... los hijos de Ares, buscarían venganza contra si es que no estuvieran tan asustados de los que les puedes hacer.
-Esos 2 idiotas son unos cobardes, solo atacaran a seres mucho más débiles que ellos, la hermana de Ares menos ya que no es guerrera y Afrodita... Je, la única persona en mi corazón está muerta... no hay nada que pueda hacer.
-Y tienes suerte que... ella sabe defenderse sola. – Himmel rio un poco, parece que... no puede ocultar eso. – Haz lo que debas hacer, no te preocupes de que... Indra no haga caso a tu advertencia, yo me encargaré de él.
-Gracias Lord Shiva, se agradece el gesto...
-Shiva... alguien que se ha ganado mi respeto no necesita llamarme de modo tan formal. – El Dios le extendió la mano al humano quien la aceptó con gusto. – Suerte en tu misión Himmel, siento que... lo que estás haciendo cambiará el mundo.
Himmel sonrió a esas palabras, en verdad duda que sea eso... Pero ojalá lo que está haciendo ayude a que el mundo, esté a salvo. Sólo por eso, es que está haciendo todo esto.
-Lamento que las cosas tengan que ser así Atenea... – Himmel estaba frente a la Diosa en el templo donde ella habita en una zona oculta en Grecia para todos los mortales. – Pero las cosas son así...
La mujer miraba a su amigo desde el trono donde estaba, todas las amazonas, guerreras que si bien sirven a Atenea en la mayoría de veces desde que ella derrotó a su reina para ganar control sobre estas para evitar que sigan cometiendo más actos atroces por sus creencias, que estaban en el lugar lo veían con odio. No sólo por ser un hombre, que de lejos se ve es más poderoso que todas ellas juntas, sino que la misma Diosa de la Sabiduría tiene un lado... suave con él.
Atenea soltó un suspiro, a veces maldice ser una Diosa... Siempre pensó en lo afortunada que fue Charllote, que fuera amada por alguien como Himmel, alguien tan humano... con virtudes y defectos. Bajó la cabeza porque intuía que él... venía a despedirse después de decirle y hasta pedirle que le diga a Zeus de que no se metan en la guerra que estaba pasando. La Diosa sabía que su padre no iba a actuar, después de lo que pasó con Ares hace casi 50 años... ha hecho que sea más cuidadoso en lo que hace y dice, pero el odio que le tiene a Himmel está presente. No sólo porque mató a Ares, la mayoría en el Olimpo no lo apreciaban, sino porque en verdad... los humilló a todos al subir y entrar al Olimpo sin que nadie lo viera. Atenea sabía que debía hacer...
-Déjennos solos... Ahora. - La Diosa habló con voz de mando al notar que las guerreras no se mostraban conformes con dejarla con un hombre. Cuando solo quedaron ellos dos... - No sólo viniste a pedirme que hable con mi padre, también viniste a despedirte ¿Verdad? – Himmel bajó la cabeza y el silencio fue su única respuesta. - ¿Por qué... qué harás?
-Lo que debo de hacer, desde hace años me preparo para esto. Hay una gran amenaza que vendrá a destruir el mundo como lo conocemos y sólo yo poseo el poder para detenerlo. Ya que los Dioses de las demás facciones nunca aceptaran trabajar juntos en la actualidad, este es el único camino que me queda. – Himmel pudo ver lágrimas en los ojos de la mujer. – No llores, sabes muy bien que... sea lo que sientas por mí, nunca sucederá. Eres una Diosa cuya fama yace en su pureza y conocimiento, no puedes centrar tus emociones en un mortal como yo.
-Sabes bien que si pudiera... alejaría estas emociones de mi corazón. Pero no me pidas lo imposible Himmel, hemos sido amigos por años. Y cuando Chrallotte murió, estuve ahí para oírte y hablar cuando a Él no le podías contar algunas cosas. – La mujer se acercó a él hasta quedar sólo unos pasos cerca de su persona. – Fue en esos años de tanta charla y conocernos que yo...
-Lo siento Atenea... Pero no puede haber nada entre nosotros, aunque yo lo desee. Tú tienes tus deberes y yo tengo los míos, esta misión que tengo ahora... será la última para mí. – Atenea bajó la cabeza y asintió, sabiendo que no había nada que pudiera hacer... Nada iba a hacer que él cambie de opinión. – Lo lamento.
-No digas más... sólo... sólo haz lo que debas hacer. Ojalá eso te haga feliz Himmel, es lo único que deseo para ti.
Himmel alzó la mano para tratar de acariciar las mejillas bañadas en lágrimas de la Diosa, pero no lo hizo... Sabía que nada de lo que haga la hará sentirse mejor. Asintió y se dio media vuelta para poder retirarse... no sin antes...
-Te amo... no importa que tu corazón sea de Charllotte, este sentimiento que tengo... lo atesorare siempre porque me hace sentir muy humana. – Himmel no volteó a verla, hacerlo lo haría todo más difícil.
-Adiós Atenea. – Con eso dicho, Himmel salió del templo. Cruzándose con las miradas de las mujeres ahí presentes, en especial las de dos que lo veían con tal intensidad que puedes jurar que desean matarlo.
Le quitó importancia, siguió su camino hasta perderse en la oscuridad de la noche. Hora de ir a Mu...
-¿Estás bien? – Skeith le hizo la pregunta a su otro yo, este miraba desde tierra el cielo. – Ese tal Yaldbaoth si que fue un oponente tenaz, a pesar de ser un gran muñeco.
-Lo estoy... sólo no puedo evitar ver similitudes entre la cultura de Mu y la nuestra. Ahora entiendo porque Lavenza pensaba que este surgió de la gente de Mu que vino a Tierra.
-Además de lo que hallamos... una guerra que ocurrió entre bandos dentro del mismo continente. Parece que construyeron esa cosa por el simple motivo de... destruir algo. ¿Será esa cosa que Elohim nos comentó?
Himmel no supo responder a la duda de Skeith, es probable... aunque no niega que sea tal vez los otros dos seres que se dicen son más poderosos que cualquier existencia en el mundo.
-Sabes... antes de luchar contigo tuve un encuentro con un anciano muy raro. Me dijo algo sobre querer volver a casa y me preguntó si yo sabía como... te juro que solo verlo me hizo notar que, era más poderoso que yo. Mucho más poderoso. – Himmel se sorprendió al oír eso, él conocía de primera mano el poder de Skeith y para que él diga eso. – Creo que seguir viendo el cielo no hará ningún cambio, cumpliste la última misión encomendada por Elohim... ahora sólo queda esa cosa. Puedo sentir como algo de gran poder se acerca a este mundo.... Esperemos que la barrera creada por la muerte de tu amigo sirva para contener nuestra batalla con eso.
Himmel no pudo decir nada... al fin era la hora. Tras meses de preparación, tras meses de amenazar y salvar a gente de la opresión de muchos seres divinos, Himmel al fin había llegado a la etapa final de esto... su último combate. Sabe que será difícil, más ahora que... no puede evitar pensar que debe darse un tiempo, uno que le permita poner las ideas claras.
-¿Cuánto hasta que esa cosa...?
-24 horas, es todo lo que nos queda... - Himmel asintió a esas palabras, debe verla... aunque sea una vez más. Antes de partir. Y sabe dónde hallarla, siempre lo supo y siempre la visitó aun cuando ella no lo sabía...
....
Tras varias horas de vuelo, Himmel se vio frente a una pequeña casa a las afueras de una ciudadela romana. Esta era pequeña pero reconfortante, con algo de pesar dio los primeros pasos de camino hacia la casa. Sentía que la única presencia despierta en el lugar yacía en cama... en silencio, ingreso al lugar y camino hacia la habitación donde quería ir.
Al estar frente a ella, pudo ver a una mujer anciana en cama, viendo las estrellas por la ventana que había cerca suyo. Ella sintió que alguien la observaba, volteó a ver quien era y se sorprendió al ver que era... alguien quien no veía años. Sonrió con algo de nostalgia y tristeza, él no había cambiado nada y ella... mucho... los años habían sido generosos con él.
-Tío Himmel...
-Aura...
Himmel se acercó a la anciana y tomó la silla más cercana para poder sentarse en frente de ella. La mujer se acomodó mejor en su cama y miro a su tío, casi conteniendo las lágrimas.
-Es bueno ver... que al fin me visitas directamente. – Himmel rio un poco, ella lo noto... - Lo podía notar, alguien viéndome a lo lejos... cuando me case, cuando tuve a mi primer hijo, cuando lo criaba, cuando tuve a mi hija... año a año, aunque sea una vez podía sentir que me observabas tío Himmel.
-Sabes que no podía presentarme ante ti, con todo lo que pasaba y demás... era peligroso y no podía ponerte en peligro Aura, a ti no. – la mujer sonrió triste al ver que él seguía siendo el mismo de siempre.
-Siempre cargas con todo tío, tu dolor, el de los demás, el del mundo. Siempre piensas en ti como un sacrificio necesario para que el mundo sea mejor día a día... ahora entiendo porque mi mamá y la tía Charllotte te gritaban tanto. – Himmel sonrió a esas palabras. – Pero... Quisiera ver tu rostro, ver cuánto has cambiado físicamente y no sólo con la armadura.
Himmel hizo caso sin rechistar, hizo desaparecer el casco y la máscara. Aura se sorprendió al verlo igual a como recuerda, sólo que con el cabello blanco y unos mechones negros. A parte de ello, estaba igual... sonrió con tristeza al ver que tras esa apariencia joven, yace el alma de un hombre de 100 años, que ha visto y vivido tanto... El dolor en sus ojos era claro como el agua, pero en el fondo de ellos estaba ahí... esperanza. La esperanza de ver un mundo mejor, de que no todo estaba perdido.
-Te ves cansado, como si no hubieras podido dormir en mucho tiempo. – Himmel tomó la mano algo arrugada de su sobrina, ella apretó la mano de su tío para luego soltar unas lágrimas. - ¿Aún te duele lo de la tía Charllotte?
-El dolor nunca se va Aura... sólo aprendes a vivir con él. Alguien como yo que camina por la luz y la oscuridad, debe de cargar eso... aceptar tus errores y culpas, perdonarte por ellos, pero nunca olvidarlos... porque eso es lo que te la capacidad de saber que hacer y que no, para no equivocarte de nuevo. Me tomó años entender eso, así como la muerte de gente que tanto ame. – Himmel pudo ver como la anciana lloraba a esas palabras. Él hace años que no llora... - ¿Estuvieron bien...? ¿Amane, Yuuji, Mikleo, Enda, Lailah... Alisha...?
-Se fueron... sólo con el arrepentimiento de no haberte visto una vez más. – Himmel suspiro a esas palabras. – Alisha... ella se fue luego de la muerte de sus padres con su familia a otro lugar, Solaris se quedó aquí... Siempre le comenté de ti cuando me preguntaba quien me dio esto. – La mujer mostró en su cuello ambos collares. – Los he guardado como lo prometí... y se los daré a mis nietos cuando sea mi hora... siento que será dentro de poco.
Himmel abrazo a la mujer y acarició su cabello, podía sentir algo de miedo en ella. El miedo a la muerte es natural, pero es algo que pasa siempre... Nadie escapa de ella, todo en este enorme mundo debe morir. Es la ley de la vida, Himmel lo sabía porque la ha visto muchas veces...
-Es como dormir Aura, sólo cerrarás los ojos. No dolerá, te lo aseguro... - La mujer asintió a esas palabras mientras él la pasaba a ver. – Has tenido una buena vida, una gran familia, has hecho lo que tus padres y yo no hemos podido, ser felices al lado de los que aman hasta el final. Siéntete orgullosa de ello...
-Lo sé... es sólo que en el fondo siempre desee que mi madre, mi padre... Que todos hallamos estado juntos siempre. – Himmel también deseaba eso... pero no fue así... la vida tuvo otros planes para él.
Años de lucha y vida, le habían enseñado a que... no existen cosas al azar. Todo pasa por alguna razón, pero depende de cada uno si es que ese algo lo afecta de un modo u otro. Él eligió su camino en base a lo vivido, no puede cambiar nada... Sólo avanzar. Él lo sabe...
-Tengo una última cosa que hacer antes de... poder descansar un tiempo. Luego de esto, el mundo estará en una paz relativamente existente... Lamentablemente no podré ver lo que los humanos harán, aunque espero que no destruyan nada mientras duermo. – Aura miro a su tío con confusión... ¿dormir? – Yo... tengo algo en mente, no te preocupes.
-¿Estarás bien...?
Himmel asintió a esas palabras, estaba seguro que ella le preguntará más cosas. Por lo que sacó de su armadura las 6 gemas de colores, los Elementos de la Armonía que Lavenza creó y estos brillaron para luego flotar al frente de Aura. Ella sonrió con nostalgia y tristeza...
-La misma luz de mamá... tan pura y brillante. Como si purificara tu ser de sólo verla... - Aura puso su mano al frente y la gema lavanda se posó sobre su mano. – Ella está aquí tío... lo puedo sentir. Mi mamá está en estas gemas, velando por nosotros y el mundo....
Himmel asintió a esas palabras, sentía que era así. Que el alma de su hermana yace dentro de los Elementos de la Armonía, solo que aun duerme. Suspiro al ver que ya era casi la hora de... guardo los Elementos de la Armonía en su lugar nuevamente, Aura al ver ello supo que era la hora del adiós.
-Es hora de que me vaya Aura, debo de prepararme para lo que viene. Te aseguro que tus nietos, tu descendencia tendrá un futuro. – Himmel apuntó a ambos collares. – Estos objetos... sé que un día se separaran, pasa con toda familia que tiene una larga línea de sangre, pero un día... estarán juntos de nuevo. A manos de quienes hallan heredado tu buen corazón.
-Y cuando ese día llegue... regresarán contigo. Ellos siempre son parte de ti, con ellos... te sentía cerca de mí. – Aura se sentía cansada, Himmel lo noto y puso a la mujer recostada en cama... la cubrió en las mantas que tenía como si fuera una niña y ella sonrió a los recuerdos que esto le traía en su mente. - ¿Ya te vas?
-Si, hora de que me prepare... deseo ver el amanecer una vez más antes de pelear una última vez. – Himmel acarició la cabeza de la mujer, ella solo aceptó el gesto con gusto. – Debo irme Aura, este es el adiós.
-Adiós Tío Himmel... te quiero.
-Y yo a ti pequeña... y yo a ti.
Himmel se puso de pie para poder salir del lugar. No sin antes darle un último vistazo a la casa donde su sobrina yacía durmiendo... sabe que ella dentro de poco... Sólo siguió caminando, desea un buen lugar para ver el amanecer.
Tras ya varias horas de caminar, Himmel se sentó sobre una roca que yacía sobre el mar. El mar estaba tranquilo, como en paz... Eso le daba pie a seguir viendo sin ningún tipo de interrupción. Sentía el poder lejano de quienes luchaban en la guerra, al parecer Azazel hizo caso a su advertencia y salió de la batalla con sus hombres. Sonrió al imaginar la cara del Imbécil de Kokabiel. Estaba seguro de que... las cosas acabarán dentro de poco... parece que tres Maou ya están...
-Es extraño, imaginar que todo lo que hemos pasado ha sido cosa de... algo de suerte, destino y algo de crueldad por parte del mundo. – Himmel miro a su lado, Skeith estaba ahí en una forma espectral... viendo el horizonte al igual que él. – Sabes, te odie desde un principio. Odie que alguien como tú me haya hecho sentir esto, lo que ustedes los humanos llaman... emociones. No sólo ello, que tu dolor haya sido el mío... Que aún tras todos estos años, me hayas hecho sentir que esto fue para mejor. Para que ambos aprendamos mucho del otro...
Himmel sólo guardó silencio ante las palabras de Skeith, sabía que esta era la única oportunidad que iban a tener para poder hablar y soltar todo lo que sienten. Él pensaba lo mismo, un tiempo odio a Skeith, lo hizo ser distinto... arrogante, solitario... pero a la vez lo hizo más fuerte. Aprendió mucho de él como este de su persona. Estaban al final de todo, la última morada para ambos... Estaba asustado, era natural según él. Porque no puede evitar sentir ese miedo a la muerte, su parte de sobrevivencia le dice que no vaya... que no luche. Pero ese lado suyo, ese que desarrolló tras tantas batallas, tras tantas pérdidas, le decía que era lo que debía hacer... que era su deber. Y si bien nada ni nadie lo obligaba a hacer esto, lo hará. Porque siente que es lo correcto, que con esto se sentirá feliz consigo mismo y que podrá al fin ver... el propósito de su vida, del porque está aquí... vivo, cuando muchos han muerto teniendo más oportunidades que alguien como él. No desea tentar al destino, no desea sonar presumido.... Pero siente que, tras tanto, él es especial de algún modo. Que todo ser en este mundo lo es... sólo debe de creer en ello. Sólo debe de estar consciente que... es único y hay cosas que solo él puede hacer. ¿Qué importa si no puedes hacer lo que el otro? Sin duda serás capaz de un día hallar ese talento único que tienes, aunque sea tras tanto esfuerzo, de tantas caídas y dolores. De ver que... eres especial, tal vez no ante los ojos del mundo entero, pero si de alguien... y eso bastará para que sigas intentando, porque ese alguien cree en ti.
La palabra creer se había vuelto importante para él, porque sabe que no hay nada seguro tras todo esto. Sabe que puede que el mundo no mejore o cambie, pero cree en lo que ha visto.... Cree en el potencial de los que viven en este mundo, cree en que... tras tantas batallas, haya seres que entiendan lo inútil de las enemistades que tienen, que juntos son capaces de más cosas, que luchar sólo por una creencia de superioridad... No da nada, sólo dolor y penurias.
-Tras todo esto, creo que ellos se darán cuenta de ello, de que el mundo debe de cambiar. Dudo que sigan la lucha, ya muchos de los suyos han muerto. De seguir la lucha, se extinguirán... Él tiene algo en mente para que la batalla pare de una vez por todas. – Himmel le dio la razón a Skeith, sabe que Elohim no desea el exterminio de ningún bando... debe tener algo en mente... aunque no sabe lo que es con exactitud. Sólo puede imaginar una cosa...
Mientras pensaba eso, los primeros rayos de sol se mostraron. Himmel vio como el astro salía para iluminar una vez más el mundo, sonrió al captar por primera vez en tantos años, lo bello que es... había visto tantos, pero este era especial. Porque sería el último que vería con sus propios ojos... se puso de pie para finalmente prepararse para el gran final, de ver lo que se enfrentará y evitar que este destruya al mundo.
-Skeith... todo lo que dijiste... lo sé, yo siento lo mismo que tú y es momento de que ambos le demos un fin a esta aventura que hemos tenido años. Que acabe de la mejor manera, para ambos y así poder dormir sin ningún remordimiento. – Himmel sacó las 8 espadas de energía rojo que usaba como alas. - ¿Listo para el gran final de nuestra historia?
-Creo que la respuesta es más que clara, vamos.
A esas palabras Himmel alzó vuelo y los Elementos de la Armonía se elevaron para abrir una puerta a la brecha dimensional... ver el espacio vacío en frente suyo le hizo entender que... no había vuelta atrás. Volteo a ver la tierra, el mar, el sol... era el adiós. Justo cuando iba a cruzar el portal, sintió la presencia de esos dos desaparecer... eso fue...
-Adiós Elohim... Cumpliré mi palabra. – Con eso dicho, Himmel cruzó el portal para finalmente ir a su última batalla.
El espacio donde Himmel se hallaba actualmente le hacía recordar en algo a la noche. Totalmente oscura con pequeños orbes de luz en el lugar, le servían para ver a donde iba. Los Elementos de la Armonía parecían guiarlo a donde su enemigo parecía estar y no había tiempo para dudar de la capacidad de estas gemas.
Sin previo aviso, Himmel llegó a una zona con piso. Zona que le hizo recordar a las partes rocosas de las montañas debido a la sensación y sonido que daban cada vez que él daba un paso...
-Muy bien, me han traído hasta aquí por una razón. ¿Dónde está? – Mientras Himmel buscaba a su oponente, no pudo evitar sentir un escalofrío recorrer su espina dorsal. Como si algo lo viera desde las sombras. – Oh rayos...
Volteó con miedo al sentir un par de ojos verlo en toda esta oscuridad. Lo que vio fue un enorme cráneo de forma extraña con 4 ojos de color verde. Se pudo ver que lo que estaba debajo de esa cosa eran como raíces de un color que daban apariencia a un cuerpo humanoide o al menos tratar de darle una apariencia de ese tipo. Lo que no espero es que sus pies estuvieran unidos al suelo... Un segundo... No era el suelo...
-El lugar entero... ¡este lugar es él totalmente! – La bestia dio un poderoso rugido, uno que sacudió todo. - ¡Agh, imposible... tiene poder divino y demoníaco!
-Debe ser por lo que le pasó a Elohim y Lucifer... si lo que sentimos al final es verdad, no hay nada que impida la unión de poderes que en teoría son opuestos. – Skeith sentía miedo... miedo de esa cosa. – La he visto antes... Su sed de destrucción, su nulo raciocinio.... Esa cosa es un monstruo en todo el sentido de la palabra.
El ser en frente de ellos los observaba, no... miraba las 8 esencias dentro de Himmel. Esas 8 energías eran lo que lo hicieron nacer y para estar completo, debe devorarlas. Con un rugido, del suelo emergieron más de esas raíces azules, estaban construyendo un tipo de construcción. Uno que... poco a poco lo elevaba para estar en lo más alto. Himmel sacó sus armas Oblivion y Oathkeeper, estaba listo para la pelea que se venía... los Elementos de la Armonía alrededor suyo, como diciendo...
-Lavenza, tú también deseas luchar... ¿verdad? – Himmel sonrió al ver como su hermana, aún muerta, vela por él. – Muy bien, hora de acabar esto Skeith.
-Hora del todo o nada... Esta cosa... no, Cubia debe desaparecer aquí y ahora. Por el bien del futuro. – Con eso dicho, Himmel corrió hacia el tipo de escalera que las raíces habían creado.
Su batalla contra Cubia, la Anti Existencia nacida del desbalance del mundo, había un comenzado.
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