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Tercera Facción: La Resistencia

No esperaron que esto sería lo que los recibiría cuando llegaron a Rumanía. Sólo creyeron que al llegar, si bien habría una guerra civil, no esperaron que fuera tan activa o que en verdad haya una batalla. Primera vez que ven algo así...

Azazel no era nuevo a la vista que tenía frente a sus ojos. Era casi un recordatorio a la guerra civil que hubo en la facción de los demonios. Sólo que aquí, en vez de dos bandos, hay tres frentes. Algo nuevo si le permiten decirlo.

-Que cruel...

AJ miraba como algunos vampiros eran atendidos con lo que tenían. Con lo poco que pueden usar, dado los limitados recursos. Más si están en una casona más que vieja y sucia. No usada en años por lo que pueden ver.

Los jóvenes con sus adultos acompañantes, miraban como algunos vampiros pasaban a sus lados, sin prestar ninguna atención. Centrados únicamente en lo que ellos saben, es la labor médica.

-Es lo mejor que podemos hacer. Dado nuestro límite de recursos. – Euhimilde sacó a todos de sus pensamientos con sus palabras, algo frías, pero que mostraban en algo... su sentir. – Esto es lo que pasa al tener la minoría de personas.

-Euhimilde-sama. – uno de los vampiros se acercó a la muchacha, quién lo vio con una ceja alzada. – Hemos preparado un cuarto para que puedan hablar.

-Gracias. – el vampiro dio una reverencia, una que mostraba todo el respeto que le tenían a la chica ahí presente.

Ella por su lado, le hizo una seña a los recién llegados, de que la sigan. Y eso hicieron. La casona no era grande, pero bastaba para tener varias habitaciones y que haya gente que la ocupe sin que parezca... poco.

No les tomó mucho llegar a donde sería, su improvisado, cuarto de reunión. El cual era uno simple, espacioso, eso sí, pero tenía solo una mesa grande. De seguro para mostrar planos o mapas.

Uno a uno fue ingresando al lugar, la vampiro alzó una ceja al ver a Kurama entrar también, el cual se mostraba muy profesional.

-Que sea un lobo, no significa que no sepa lo que hace. Es parte de mi séquito y él puede oír y captar lo que dirás.

Las palabras de Rias sacaron a Euhimilde de sus dudas, para luego tomar un suspiro. No estaba acostumbrada a esto...

-Lamento ante todo, el mal recibimiento que han tenido. En otras ocasiones de seguro los hubieran dejado estar en una casa con comodidades. Lamentablemente, eso no es posible desde que la batalla inició meses atrás. – la vampiresa se cruzó de brazos para luego ver a Evangeline, quién estaba sería. – Debe ser consciente de que... ambos bandos tienen sus opiniones.

-Si. Uno quiere el control absoluto... pensar que algo tan tonto como ver si el líder total es un hombre o una mujer nos llevó a esto.

-No se equivoca Lady Evangeline. Pero hay más motivos. Unos muy perversos. – Euhimilde sacó lo que era un papel y lo puso sobre la mesa. – En este, hay anotaciones y muchas cosas más sobre algo que los vampiros, no deberían hacer.

-¿Y es?

-Jugar a ser Dios. – Raynare alzó una ceja al oír ello. – Sé que saben de las Longinus y demás. ¿Pero son conscientes de sus poderes totales?

-¿De qué hablas? Sabemos el poder que tienen. Pero no aclara nada.

-Tonta. – Aki la vio con rabia por como lo llamó. – Sólo especulan el poder que tienen. Una Longinus, a todo su poder, no tiene límites para crecer. No importa si son de clase baja, media o alta. Todas tienen la misma capacidad. Evolución. Y eso es algo que se ha sabido hace años. En especial uno de nosotros.

El silencio sólo le dio pase a la chica de seguir con su... exposición.

-Ejemplo. Boosted Gear. El más peligroso de los Longinus debido a la carga que genera en el cuerpo. Puede generar la muerte, si vas más allá de tu límite. Pero entrenado y perfeccionado... hasta un tonto como el Sekiryuutei actual puede hacer algo bueno.

La vampiresa sonrió con gracia al ver como la cara de varias cambió a una de rabia. Tontas. Emocionales a más no poder. Pero eso no la molesta de ningún modo. Aunque ver como dos en especial se aguantaban en querer ir por ella y su cuello.

-No vinimos a oír los racimos de los vampiros. ¿Qué tiene que ver lo que dices con esto?

-Simple ex gobernador. Una Longinus cayó en posición de la facción Tepes. Siendo más clara, el Santo Grial. – la cara de Azazel fue una de sorpresa y horror. – Si, el Sephiroth Grial. El que permite que uno aprenda los secretos de la vida y la muerte. El que se dice, fue donde Jesucristo bebió en la última cena. Eso, es algo que tiene poder e impacto en los creyentes de dicha religión.

-¿Cómo es que poseen algo así? Sólo los de descendencia humana...

-Ja. ¿Creen que por ser como somos, algunos vampiros no se divierten con humanos? No es raro... pero si es algo que se ve como asqueroso si hay un resultado... nada deseable. – Elmenhilde miró a Xenovia con una sonrisa burlona. – El placer carnal es algo que muchos buscan, sin importar que. Y eso nos llevó a esto. Dos Damphir que tienen Sacred Gear... ambos temibles. Pero, eso sólo alimentó el deseo de un miembro de la Facción Tepes de querer investigar sobre ellos. Y eso nos llevó a esto.

-¿De qué persona estás hablando? – Ayane no estaba para que esta chica alargue las cosas.

-Que impaciencia... Bueno. El nombre de ese hombre es Marius Tepes. El hijo del líder de la casa Tepes y por lo tanto, medio hermano mayor de quién tiene el Sephiroth Grial, Valerie Tepes.

-¿Valerie...? Rias... esa chica...

-Lo sé Akeno... Gasper habló de ella más de una vez y... ¿Le pasó algo?

Elmenhilde suspiró para luego cruzarse de brazos antes de hablar, pensando en que decir sin que todo... se vaya al demonio.

-Entiendan esto. No es algo que... pudiéramos prever, hasta algunos miembros de nuestro bando estaban... asqueados.

-¿Asqueados? ¿No me digas que...?

-Experimento con ella. – Twilight no terminó su preguntar y sintió un vacío en el estómago. – Marius quería usar el poder del Sephiroth Grial... algo que puede darte un control sobre la vida. Traer almas del más allá... es un Sacred Gear de gran poder. Pero su uso excesivo trae horribles consecuencias.

-¿Consecuencias?

-Es algo que se descubrió hace poco. – Rossweisse observó cómo Azazel parecía hacer memoria. – Hace años, nuestra organización hizo contacto con el último poseedor de dicha Longinus. Era un detective del mundo humano, considerado el mejor por su capacidad de resolver casos en relación a asesinatos. Se descubrió su secreto... poesía el Sephiroth Grial y lo usaba para llamar el alma de los asesinados y preguntar qué pasó. Se hizo de una fama increíble en pocos años.

-Lei sobre eso hace años. – Fay recordó algo importante. – Pero... según lo que leí, su salud se deterioró y él...

-Así es... El efecto secundario del Sephiroth Grial es que... pierdas la capacidad de diferenciar entre los vivos y muertos, si es que lo usas de un modo indiscriminado. En el caso de este detective, las almas de los muertos le hablaban con tanta insistencia que se volvió loco. Tratamos de ayudarlo, pero fue inútil. Un día no soportó más y se pegó un tiro en la cabeza.

No era la historia más linda del mundo. Dio algo de escalofríos. Más al pensar lo que... este objeto podía hacer.

-El caso de Valerie difiere mucho de... el anterior. Ella no tiene un solo cáliz. Tiene 3.

-¿¡Una sub especie de Sacred Gear!? – la reacción de Azazel era la de todos. Eso no era...

-Como Sigfrido... sólo que este caso es una Longinus. – Kiba recordó al miembro de la Khaos Brigade, parece que es algo similar.

-Si... al tener tres, puede soportar más los efectos... claro. Era así hasta que les quitaron dos de los tres y ella... está en un estado de coma.

-¿Coma? Eso es...

-Eso fue una de las razones por las que se creó está resistencia. Entiendan esto. Si bien puedo ser muchas cosas. Lo que vi lo que ese sujeto le hizo a Valerie, no lo perdonaré. Nunca. Su propio hermano le arrancó los dos cáliz y uso el poder para hacerse de la Facción, de la cual Valerie había sido elegida líder. No sólo ello, expulsó al anterior líder y al hijo mayor de este... y trató de quitarle a Valerie el cáliz que le quedaba.

-¿Y eso cómo se relaciona contigo? – Irina no entendia la razón tras la creación de la resistencia, aún.

-... Había ido a hablar con Valerie sobre... unas ideas para mejorar la relación de nuestras casas. Ya había notado el cambio en ella, parecía muy ida y hasta perdida en su mundo. Llegué a su habitación para hablar con ella, cuando ese sujeto apareció...

Elmenhilde apretó el puño al recordar esa noche...

Flashback

-Valerie, vamos. Deja de hablar al aire.

Elmenhilde ya miraba con preocupación como la líder de la Facción Tepes parecía sonreír y hablar con algo que no estaba ahí. Es más, puede jurar que es peor que antes.

No es que le tenga un gran aprecio a ella... Pero si le preocupa que su estado complique la situación delicada entre las facciones. Las cuales cada vez son cada vez más... agresivas contra el otro.

Tocó su hombro para tratar de sacarle de su estado, sólo para oír la puerta abrirse.

-¿Qué haces tú aquí?

-Lord Marius... sólo vine a hablar con Valerie de algunas cosas...

-Lo que sea que tengas que hablar, será en otro momento. Largo.

Elmenhilde no soportaba que este tipo ni nadie le diga que hacer. Merece respeto, es una miembro de la casa Carmilla, no una cualquiera. Y justo cuando le iba a decir algo... notó algo en la mano del sujeto. Dos cálices...

Algo en ella reaccionó por instinto. Como ligando esos objetos a Valerie, quien los miraba en trance. Como si fueran...

-¿Qué es eso...?

-¿De qué hablas...?

-¡No se haga el idiota conmigo! Esos cálices... tienen el aura de Valerie... ¿Por qué?

La chica estaba segura que esos dos objetos eran importantes. Pero al ver la cara del vampiro ahí presente, hizo que todo sea más complejo... más cuándo... este sonrió de un modo que no le gustaba nada.

-Niña tonta... hubiera sido más fácil si te hubieras largado.

¿De qué estaba...? Lo único que ella sintió luego de ello, fue como su cuerpo impactaba contra la pared de la habitación y caía al suelo. Tosió con fuerza, escupiendo sangre debido al daño recibido. Para sólo ver a Marius acercarse a ella a paso lento.

-Creo que deberé adelantar mis planes. Matarte lo hará todo más fácil. Sólo es... apresurar el avance...

-*Cough* ¿Qué...?

-Ya es momento que las cosas estén bajo una sola mano. El hecho de que hayan elegido a esta mocosa sobre mí, para liderar la Facción... que idiotez. Esto es algo que se debe de hacer...

No entendía que pasaba... ¿De qué habla este tipo? No lo sabe, no lo quiere saber... porque su mente está centrada en querer mover su cuerpo. Pero el pie del tipo ese sobre su espalda le impide moverse.

-Pensándolo bien... me divertiré contigo antes de matarte.

... Ahora sí tenía miedo. No... No quería que él... quiso gritar, pero una patada en su estómago la calló. Maldita sea... Ella... alzó la vista para ver su inevitable destino. Pero se sorprendió al ver como Valerie tomaba el brazo de Marius, que estaba más que sorprendido al ver a la chica moverse.

-¡Suéltame estúpida muñeca!

El golpe que le dio a la chica, hizo que algo en ella se estremeciera... ¿Qué era esto...? ¿Deseos de vivir? ¿Auto preservación? No lo sabe... sólo sabe que no puede... estar aquí más tiempo.

Por alguna razón, su mente le mostró imágenes de una mujer vestida de blanco como la nieve en el invierno. Extendiendo su mano hacia ella... No sabe quién era. Pero no dudó en tomarla, a lo que la mujer sonrió.

-Pacto completo. El poder del invierno es tuyo.

Tras esas palabras, Elmenhilde sintió un incremento abrupto en su poder mágico y... Su mente ya sabía que hacer. Era como respirar...natural. Concentró su mente en crear frío... mucho frío. La temperatura en el lugar empezó a hacerse más fría para luego hacer que mucho viento se cree en el lugar, de la nada, a pesar de lo angosto que era.

-¿¡Qué está...!? – la sorpresa y el miedo que se oyó en la voz del vampiro era lo que necesitó para empujarlo y alejarlo de ella y correr hacia Valerie. - ¡Mocosa de...!

-¡Aléjate! – el poder que tenía ahora se liberó de golpe. Y el aire frío envolvió al vampiro con tal fuerza que lo volví un cubo de hielo en segundos.

Lo que este vio antes de verse encerrado en ese trozo de hielo, fue el brillo blanco en los ojos de Elmenhilde, quién tomó aire al ver a ese bastardo encerrado... pero no durará para siempre. Lo intuye... debe de...

-Valerie... vamos...

Trató de levantar a la chica, pero estaba inconsciente. Maldiciendo todo, Elmenhilde se soltó el cabello y se deshizo de sus finos zapatos, que sin duda le molestaran al hacer esto. Tomó a la inconsciente chica del brazo y la alzó para que se apoye en ella y su hombro. Al diablo la diferencia de estatura.

Caminó como pudo a la puerta y la abrió para salir de ese cuarto, debe darse prisa y...

-¡Alto ahí! – Mierda...

Notó que eran miembros de la Facción Terpes, ¿Qué están haciendo aquí? ¿Acaso...? No... El muy bastardo de Marius quería matar a Valerie primero, dejar el cuerpo y que cuando ella llegue... estos sujetos la vean en la escena del crimen. ¡Maldito hijo de puta!

Elmenhilde alzó su mano derecha, esperando algo similar a lo anterior. Sintió de nuevo ese poder venir de su interior y hacer que, esta vez, de su mano salga fuego. Este fue hacia los vampiros y no tardó en atraparlos en lo que parecía ser una barrera de fuego. Incapaces de avanzar.

... Servirá, no es hora de ser quisquillosa. Ignorando los gritos de esos tipos de que se detenga, siguió su camino. No sin antes hacer lo mismo con cada pasillo, en caso un gracioso se le ocurra venir y molestar. A este paso...

-Ngh... no saldré de aquí sí sigo a este paso. – Escuchó pasos acercarse a ella. No... no ahora. Electricidad se concentró en su mano, lista para atacar, sólo para ver que era...

-Lady Elmenhilde, ¿Qué está pasando?

-¡Lord Vladi! ¡Qué bueno que ya está aquí! – Primera vez en su vida que se alegra de verlo... - ¡Rápido, Marius Tepes quiere matar a Valerie!

-¿Qué...? – el vampiro, cabeza de la casa Vladi, tardó un segundo en procesar lo que le dijeron. - ¿De qué...?

-¡Sé que es una locura! ¡Créame, lo vi tratar de matarla y querer violarme!

A esas palabras, la cara del vampiro se hizo más seria, algo de ira se veía en sus ojos. Este oyó más pasos y supo que pronto estarían rodeados. Tomó a Valerie en sus brazos, librando a la pequeña de su carga. Para luego verla.

-Sígueme. Conozco un lugar donde podemos salir de aquí.

-¿Me cree?

-Niña... acabas de darme lo que necesitábamos para hacer lo necesario. Tu acto, por sí solo, hará que la casa Tepes declare la guerra a la casa Carmilla. – era verdad, en teoría atacó a un miembro de la casa. Y estos bastardos dirán que está secuestrando a Valerie. – Por lo que un tercer grupo debe actuar.

-¿Tercero...?

No lo sabía. Pero su acción había cambiado el estatus Quo de los vampiros.

Fin Flashback

La historia de Elmenhilde era increíble, más al saber que el bastardo, que ahora guía la casa Terpes, trató de hacer algo así.

-Lord Vladi me dijo muchas cosas, que al inicio no creí. Pero la evidencia estaba.

-¿Cómo el poder de las Elemental Maidens? – Sunset sorprendió a todos por lo que acaba de decir. – Es algo que oí en mi tiempo fuera. 4 mujeres, un mago. El poder de controlar los elementos. Cada Maiden puede usarlos, pero su fuerza aumenta si la estación que representa está presente. Y viendo que aquí ya es invierno o la mayor parte del tiempo es frío... tu poder como Winter Maiden aumenta.

-Inteligente para una humana. – Elmenhilde rio burlona para verla con más seriedad. – Tú y otras aquí son como yo. Una fuerza que se cree un mito. Perdida en la historia del mundo. No sé porque tengo este poder o porque me eligió. Sólo sé, que el poder de una Maiden, pasa a otra cuando esta muere. A quien la mató, una mujer, caso que sea un hombre, va a alguien al azar. Tiene sus ventajas.

-¿Y eso cómo te afecta como vampiro? – Rarity pudo ver una diferencia en ella que con el resto. Su piel era algo más colorada.

-Mi necesidad por la sangre ya no es para alimentarme. Puedo beberla y usar sus beneficios, pero ya no necesito de ella obligatoriamente. Este poder... aún no lo entiendo. Pero lo necesito.

-¿Para qué? ¿Hay algo más que no nos has dicho? – Pinkie no confiaba en esta chica, más por lo que dijo de Ise.

-La guerra entre Facciones es mayor. A este paso... o nos hacemos visibles para el mundo. O nos destruimos. La situación no ha mejorado, no desde que esos Grimm han llegado.

-¿Cómo sabes de los Grimms nya?

-Cuando la resistencia se creó, varios vampiros se nos unieron. Cansados de la situación, buscando un cambio. O para salvar sus cuellos. Y eso fue lo que hizo que unos nos dé una información que no esperábamos. Marius trabaja para alguien y le dio uno de los cálices a cambio de poder y ayuda para su golpe al poder.

-Significa que la situación es peor... De seguir así, quién sabe será el destino de los vampiros.

-Tratamos de tener a los humanos lejos. Por eso la tormenta, es lo mejor que pude crear con mi poder. Pero no durará siempre. – Azazel vio sentido en las palabras de la chica.

-¿Qué hay de Lord Vladi? – Rias aprovecho en tratar de hallar información del líder de dicha casa.

-En su hogar. Mantiene la apariencia por ahora. Es nuestro informante. Pero temo que pronto lo descubran. Y eso me lleva a esta situación. – Se pudo ver algo de desdén y resistencia en ella. Pero era lo único que se le ocurre. – Necesito que nos ayuden.

-¿Perdón? ¿Oí bien? ¿Pides ayuda a quienes no son vampiros? – Evangeline sonrió burlona a la chica, quien tenía la cara totalmente roja. - ¡Jajajaja, nunca creí vivir para ver esto!

-¡Es necesario! – Elmenhilde golpeó la mesa para tomar la atención de todos. - ¡Odio pedirles ayuda a ustedes! ¡Puedo querer cambiar el destino de mi raza, pero eso no significa que los acepte! ¡Pido esto como un prospecto de alianza!

-¿Alianza? Niña, no estás en la posición de pedirnos nada. – Raynare se mostraba complacida por alguna razón.

-Es cierto... No puedes. No luego de mostrar esa actitud arrogante. – Ayane se cruzó de brazos y se acercó a la vampiro con sus ojos brillando en verde. – Y más tras insultar al hombre que amo.

Elmenhilde le devolvió la mirada con el destello de su poder como Maiden y se pudo sentir la tensión. Kurama ladró para sacar a ambas de esas miradas que se estaban dando. El lobo sabía que no era el momento de pelear entre ellos, por más que desee morder a esa chica.

-Es verdad... Los insultos no son necesarios. Pero no puedo hacerme de la vista gorda. – Rias miró a la chica con desdén. – Por como lo veo, apoyar a la Resistencia y traer paz aquí, será un buen modo de afianzar una futura Alianza.

-Sin contar que... estamos atrapados aquí. – Twilight lo notó. – Esa tormenta... la hiciste para que nadie salga. ¿no?

-Si. Es lo único que se me ocurrió.

Genial. Estaban atrapados hasta que la tormenta acabé. Y no saben cuándo será eso. Por lo que... ¿Qué les quedaba?

-Esos Grimm... ¿Aparecen de tiempo en tiempo?

Elmenhilde no ocultó su sorpresa al oír la pregunta de Irina. Más el resto nunca había oído el tono lleno de rabia y desprecio de la castaña.

-Si... esa mujer que apareció ante ustedes los llama. Y está aliada con Marius y quien lo dirige. ¿Por qué?

-Por nada. Sólo curiosidad. – Irina camino hacia la puerta ignorando las miradas de sus amigas. – Ahora necesito pensar unas cosas.

La castaña salió del lugar, sin ver a nadie. Xenovia dijo que iría a ver como estaba, dejando el lugar en silencio.

-... Hablaremos de tu oferta.

-Como quieran. Sólo no tarden demasiado. – Elmenhilde se iba retirarse, para poder descansar un poco.

-¿Podemos ver el estado de Valerie? – Akeno detuvo el avance de la chica, quién la miró unos segundos para luego...

-Por aquí.

Akeno la siguió, para que luego Ayane, Fay, Raynare y Sunset vayan tras sus pasos. Dejando el lugar en un silencio nada tranquilo.

-Bueno... pudo ser peor. Al menos no estamos dentro de la casa del enemigo.

-Aki... no bromees con eso.

-Perdón... - la chica bajó la cabeza con pena ante el ligero regaño de Rossweisse. – Es sólo que... Hemos terminado en algo grande de nuevo.

-Ni que los digas, supuestamente era para preguntar por Gasper y ver el estado de la Facción de Vampiros. No para involucrarse en la guerra que están teniendo. – AJ no estaba... cómoda con esto. - ¿Qué opinan ustedes dos?

-No lo sé. Me parece que... la situación es muy buena para ser verdad. Y que esa chica Elmenhilde sea una de las Elemental Maidens... las cuáles aún no sabemos mucho.

-Dejando de lado eso. – Azazel interrumpió a Twilight, quién hizo un puchero al verse interrumpida. - ¿Qué desean hacer?

-Yo no me iré sin hablar con Lord Vladi, ese es un hecho.

La posición de Rias era firme. Pero al mismo tiempo, sabía que de hacer esto, quedarse, sólo equivale a pelear de nuevo.

Evangeline, por su lado y desde su posición, pudo ver algo que es natural. El cansancio de pelear de modo constante. No había descanso para ellos. Todos estaban ya cansados a un nivel psicológico. No los culpa. Ha sido un año intenso para ellos. Puede que sean la promesa de una nueva generación. Pero son adolescentes. Quieren disfrutar sus vidas. Hacer cosas que la gente a su edad hace. Pero aquí estaban, luchando batallas que no eran suyas, porque no tenían más opciones. La moral que tenía les impedía huir de hacer algo así. No era fácil ser quienes eran...

-Ok. Primero descansen y luego veremos qué deciden. Yo por mi lado iré a explorar la zona.

-¿Segura de eso Evangeline?

-Tsk. Azazel, se necesita más que unos Grimms y otras cosas para matarme. Soy más ruda que la mayoría de seres aquí. Y ya lo demostré. Es más. Necesito recolectar información. Algo no me gusta. Más si Salem está en esto.

-¿Quién es Salem? – Rossweisse no pudo más con su curiosidad e hizo la pregunta a la mujer, quién cerró los ojos. - ¿Evangeline-sama?

-Luego. Ahora céntrense en descansar, sin peros. Necesitaran mucha energía en caso... haya que luchar. Yo ya regreso.

La mujer se retiró del lugar, sin dejar que alguien le haga una pregunta. Porque no estaba segura de responderles o no. Ni ella tenía la certeza de... confiar en sus palabras. Porque si Salem estaba metida en esto, significa que las cosas serán más complejas. Años de estar oculta deben de haber hecho que esa mujer sea más poderosa y astuta que antes. Y de ser así... vaya que necesitarán de la ayuda de todos lo que estén disponible. Es más, esos Ephitaph sin duda serán necesarios, el poder de eliminar el alma es algo que necesitan... más al ver que puede que necesiten pelear con seres traídos de la muerte.

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Por otro lado...

Irina caminaba por los pasillos de la casona a un paso algo apresurado. Algo no común en su persona, más al notarse la expresión en su rostro. Uno que denotaba rabia y frustración.

-¡Irina! ¡Oye! – Xenovia logró alcanzarla, haciendo que la castaña se detenga y la pase a ver.

-Xenovia... no es necesario que me sigas.

-¿No? ¿has visto la expresión que tienes?

Irina miró hacia otro lado para que la chica ni la viera. Detesta que tenga que pasar por esto. Xenovia por su lado, trata de hallar las palabras correctas para que su amiga no se sienta... más de ese modo.

-Olvídalo Xenovia... sólo quería...

-¿Segura de querer ocultarlo? No sería la primera vez...

-¿Qué quieres que diga? Qué hace años tuve un encuentro con seres raros, que nunca antes había visto y esos mataron a mi compañera original... - Si, no suena tan bien cuando lo pones de ese modo. – No sólo ello, el Vaticano me lo ocultó. Me dijo que lo olvidara, que no sabían que eran esas cosas. ¡Pero lo sabían!

-Sabes como son los de arriba ahí.

-¡Y eso me da rabia! – Irina alzó la voz ante la sorpresa de su amiga. - ¡Toda mi vida me preparé para ayudar a la Iglesia a eliminar a los enemigos de la humanidad! ¡Lo hacía porque creía estar haciendo un bien!

-Irina. Nada hubiera cambiado...

-¿Y si pude hacer algo? Tal vez... - la chica sacudió su cabeza para seguir con lo suyo. – No sólo estoy molesta por ello Xenovia. Lo estoy, porque aún tras años, ellos siguen ocultando cosas. Hasta hay algunas personas de ahí que prefieren la lucha que ir por la paz. Y tú lo sabes. La Iglesia sólo ha sido decepciones estos años para mí.

-Y eso que antes éramos fieles seguidoras. Pero no olvides que no es a la gente de la Institución a quién les tenemos fe. Sino a las palabras de quién la fundó. Y ya viste cómo era...

-Si. Pero no soy capaz de olvidar Xenovia. Nunca lo haré. No cuando, por ocultar información, perdí a una buena amiga.

Xenovia no sabía que poder decir para que... Irina se sienta mejor. La entiende. En lo poco que conoció a la compañera original de ella, se denotaba la buena persona que era. Hábil y muy amable. Pero que tenía su modo de ver las cosas. Su modo de ver el mundo. Algo que la Iglesia no aceptaba. Y eso hizo que el par se ganará varios problemas.

-Irina...

-No Xenovia. Los Grimms están aquí. Servirá para desquitarme en algo, hasta finalmente logre saciar está sensación de rabia que tengo guardada años.

-¿Qué pasó con eso de poner la otra mejilla? – Un pasaje de la Biblia. Cierto, había olvidado ello. Pero...

-Ojo por ojo, diente por diente. Ese también es un pasaje de la Biblia.

Tras decir ello, Irina se dio media vuelta para empezar a irse y estar sola. Xenovia, por su parte, no la siguió. Ni quiso hacerlo. Sabía que nada de lo que diga, hará que la chica se calme o, en otro modo de decirlo, deje ir la rabia que ahora mismo la invade. Una qué está logrando contener para no caer y perder su estatus como Ángel.

Miró hacia la ventana, notando la ventisca que estaba presente allá afuera. Como un símbolo del estado del corazón de Irina, nublado por una emoción que ella normalmente desprecia. Pero ahora acepta, porque le da lo que necesita para hacer frente a... todo lo que vendrá.

-Ise. Si estuvieras aquí, lograrías calmar el corazón de Irina. Yo no puedo hacer eso.

En momentos como estos, le gustaría saber más de como tratar con las personas. Se siente inútil.

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Akeno no quitaba sus ojos de la espalda de Elmenhilde, quién guiaba al pequeño grupo hacia la habitación donde estaba Valerie.

La vampiresa se detuvo en una puerta, donde había dos guardias en cada lado de esta, quiénes vieron a las chicas con algo de desdén.

-Vienen conmigo. – bastó con las palabras de Elmenhilde para calmar los humos.

Al abrir la puerta y entrar, ninguna perdió tiempo en seguirla. Y al estar dentro, vieron en cama a una chica de su edad, durmiendo de un modo tranquilo. Parecía de lo más normal. Aunque...

-Su flujo de energía es irregular. – Ayane examinó a la chica con sus ojos. Era extraño lo que estaba viendo.

-Espero que, sea lo que buscan, puedan ayudarla. – Elmenhilde se dirigió a la puerta para poder retirarse y hacer otras cosas que requieren de toda su atención. – Dejaré a los guardias, por si acaso.

-Si, si. Sólo diles que no nos molesten.

Tras las palabras de Raynare, además del nada amable gesto con la mano de la vampiresa, el cuarto sólo quedó con ellas y la inconsciente chica. La cual empezó a ser revisada por Fay y Sunset. Ambas tomando sus brazos para ver su pulso y demás. Pero las caras de ambas denotaban que... había algo más a lo que se ve a simple vista.

-¿Qué pasa? – Akeno ya se preocupó al ver las caras de ambas. - ¿Es algo malo?

-Yo diría que peor. – Sunset abrió el ojo derecho de Valerie. – Como lo supuse, dilatación de sus pupilas y el flujo tan irregular de magia.

-Además del estado de coma. Es algo que su propio Sacred Gear le indujo. – Fay sacó de su saco una libreta de anotaciones. Las necesitaba.

-¿El Sacred Gear le indujo el coma? ¿Es eso posible?

-Lo es. – Ayane miró a Sunset con una ceja alzada. – Ya deben de intuir que los Sacred Gear son... raros en ciertas cosas. Pero hay algo en común. Están enlazados a sus usuarios.

-¿Dices que el coma es porque... su Sacred Gear lo vio necesario?

-No Raynare. No sólo eso. – Fay sacó una hoja de papel con unas runas. – Lo hizo para evitar una degradación en su poseedor. Es auto preservación. No quiere que ella muera hasta que recupere sus otras partes arrancadas. Recuerda que ella sólo tiene unos de los 3 cálices que debería poseer.

Akeno pudo, en cierto modo, captar lo que sus amigas, amiga y conocida, decían. Por lo que han visto, los Sacred Gear poseen secretos que van más allá de lo qué pensaron posible en un inicio. En menos de un año, todo lo que creyeron, se desmoronó.

Aún así... ¿Qué pueden hacer para ayudar a esta chica? ¿El Soul Regeneration? No. Es un caso distinto... es más, hay probabilidades de que no sirva.

-¿Qué podemos hacer nosotras?

-Estoy sacando una muestra de su aura, para así poder usar nuestros poderes como miembros de la Onda. Podré sacar una conclusión y tal vez hacer que despierte. Pero...

-Pero al final, debemos devolverle al menos un cáliz. Si queremos que muestre una mejoría.

Sunset empezó a ayudar a la maga, quién agradeció la ayuda. Dejando a las otras tres chicas en espera. Las cuales aprovecharon en sentarse en las sillas o sillones que estaban en el cuarto, mientras dejaban a esas dos trabajar.

-Odio admitirlo. Pero Sunset sabe su rubro.

-Ray... cállate. Y déjame dormir.

La kunoichi, echada sobre el sillón, empezó a cerrar los ojos. Estaba algo cansada y toda la información que estaba en su mente hacía que en verdad desee dormir. La caído no tardó en seguirla en dicha idea, para que esas dos se hagan cargo de sus cosas. Ya las despertarán si las necesitan.

Akeno observó unos segundos a esas dos, se notaba que, aún con algo de tensión entre ellas, podían trabajar en equipo. Sabe que... son miembros de la misma Onda que generará cambios al mundo. Quieran o no... deben trabajar juntos. Sunset trata de cambiar y acercarse a ellas... tal vez sea hora de que ellas empiecen a cooperar. No tardó mucho antes que ella también caiga dormida. También estaba cansada.

Y por el lado de las dos chicas, Sunset miraba con atención las runas que Fay había puesto en los brazos de la chica, para ver su estado de salud.

-Gracias por la ayuda. – la voz de Fay la hizo alzar la cabeza. – Es bueno tener una mano en estas cosas.

-No es nada. De seguro Twilight podría ayudarte más. Este es su campo. – la maga negó con la cabeza, dando a entender que no era cierto.

-Es verdad que Twilight, cómo ya sabemos, es una genio en la magia. Pero en este campo, sus teorías pueden fallar ya que no posee el mismo poder que nosotras, como miembros de la Onda. Está limitada...

-Yo aún no me creo que me haya tocado portar un poder tan peligroso. – Sunset seguía con sus dudas. No la culpa. – Es decir... Twilight me contó todo. De quién poseyó este poder, lo que hizo y... como murió. Y me cuesta creerlo aún.

-¿Por qué?

-Porque no me siento digna de este. De tener una parte del poder que salvó el mundo y fue parte del héroe más grande que ha existido.

Fay sonrió a esas palabras. No lo notado. Pero era ese pensamiento lo que... la hacía más merecedora del poder.

-Adivino. Antes te hubieras jactado de este, ¿verdad? – la chica asintió con vergüenza a la pregunta de la maga. – Ahora, no te sientes digna del poder.

-¿Cuál es tu punto?

-Jejeje. Qué estás mostrando que lo mereces. – no le sorprendió ver la cara de confusión de Sunset, se la esperaba, a decir verdad. – Ninguna se siente digna de este poder. Es más, diría que sentimos la carga.

-¿Carga?

-Si... Somos conscientes, ahora más que nunca, que tenemos parte del poder que moldeó el mundo como es ahora. Y que puede usarse para moldearlo de nuevo. Es aterrador. Tememos equivocarnos. Y creo que... eso es lo que hace que seamos más conscientes de lo que hacemos. De qué podemos causar dependiendo de nuestras decisiones.

Sunset notaba algo de miedo en las palabras de Fay. Quién se notaba de modo inconsciente el muslo derecho, lugar donde tenía la marca. Ella hizo lo mismo con su hombro izquierdo. Una marca tan simple, con tanto peso. Vaya que tienen una suerte.

-Yo lamento todo lo que pasó.

-Olvídalo. El pasado es el pasado. El ahora es lo que importa. De ahí depende lo que verás mañana. Eso es algo que aprendimos a la fuerza. – Fay quitó unas runas para poder hacer el examen. - ¿Me ayudas?

Asintiendo, Sunset optó por ser de utilidad a la maga. De seguro para poder redimir algo más de sus tantos pecados en el pasado.

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-Repite lo que has dicho Red.

En el espacio personal de los Epitaph, donde pueden conversar sin que sus otros yo los oigan o molesten, los 5 seres presentes con la obvia ausencia de Skeith debido a su lejanía, no creyeron lo que oyeron de Red Gorre, quién estaba cruzada de brazos, harta de repetirse. Ya parece disco rayado.

-¡Como ya dije! ¡Esos Grimms tienen la misma esencia que el poder que me poseyó! ¡No sólo ello, es como si pudieran olernos!

-Fidchell, la higiene.

-No es hora de tus bromas Magus. Esto es serio. – el ente alzó las manos en señal de rendición debido al tono del Profeta. – Eso significa que...

-Recordemos que Gorre fue víctima de un ataque similar en el pasado. – Macha sonaba algo preocupada. – Eso sólo significa que hay seres que desean nuestro poder.

-¿Quién? Nosotros somos existencias que nadie debería conocer. Al menos en el pasado. – Blue Gorre habló con algo de miedo, sólo para recibir de su hermana un cocacho. - ¡Au! ¿¡Por qué!?

-¡Valor Blue! ¡Debemos ser firmes! ¡Si nos dejamos amedrentar, acabaremos como la última vez!

-Red tiene razón. Ahora mismo, debemos estar más alertas que nunca. Hemos dejado que nuestros otros yo tomen más control, pero creo que ya es hora de mostrar más actividad, como Skeith lo hace.

-Magus... Skeith adora pelear. – Había olvidado eso... - Pero tienes razón. Debemos ayudarlos. Darles más pautas para usar nuestros poderes como deben. Aún no tienen acceso total a ellos.

-¿Por qué pasa eso? – Macha interrumpió lo que Fidchell decía. – No tiene sentido. No estamos conteniendo nuestro poder. Y ellos no nos ponen límites.

-Es Skeith. – todos pasaron a ver a Innis, quién había estado en silencio todo el rato. – Ese idiota, sin querer nos ha puesto una limitación.

-¿Limitación? ¿a qué te refieres?

-Piensa Macha. ¿Por qué crees que el otro yo de Skeith es el único que no tiene un Avatar Trigger? Es porque el poder lo mataría ya que lo debe usar con su Sacred Gear.

-Lógico. Contando el poder de Skeith, sumado al que tiene el muchacho actualmente, sería una gran carga.

-Exacto. – Innis asintió las palabras de Fidchell, gracias al cielo hay uno de lógica aquí. – Y por ello, es que el chico no accede totalmente al poder de Skeith. Y al ser él quien tomó algo de nuestro poder para estabilizar el nexo con nuestros otros yo...

-Puso un límite en nosotros... Rayos. Skeith nos ha complicado la vida.

-No Magus. Creo que fue lo mejor. Si tuviéramos nuestro poder total, creo que exageraríamos.

-Uy sí. Siempre del lado de Skeith. Eres una arrastrada.

-Al menos yo sí tengo algo que mostrar.

Ver como Macha y Red Gorre se querían arrancar los ojos, sólo les hizo preguntarse el porque de tantas cosas. En especial, que esas niñas al menos tratan de hacer las paces.

-Uhm... llévense bien...

-¡TÚ NO TE METAS!

El grito de ambas hacia Blue hizo que ella vaya donde Innis y llore. La bruja de las ilusiones acarició la cabeza de la más pequeña en señal de pena... ¿Por qué tiene que ser ella la más madura de este grupito?

-Espero que tengas más suerte por tu lado Skeith...

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-¡Maldigo mi suerte!

-Ya Skeith, no hay nada que podamos hacer.

-¿¡Nada!? ¡Estamos pescando hace horas y ni un bendito pez muerde el anzuelo!

[Tal vez debimos usar algo más llamativo que una lombriz]

El Sekiryuutei suspiró ante el grito de desesperación de Skeith, quien debe aprender de la paciencia, mientras que Gamma parecía disfrutar de la actividad reciente. Alfa y Beta estaban examinando el interior del Boosted Gear con Ddraig, queriendo examinar eso que los Sekiryuutei pasados dejaron antes de irse. Eso sí, su suerte es mala... porque tiene de compañera a alguien que hace que lo divertido, sea aburrido...

-Vamos Ise, debes cuidarte. No querrás pescar un resfrío.

-Yang... esa fue pésima.

-Meh.

Yang Xiao Long era lo que llamarías una bomba sexy. Una qué no duda en mostrar lo que tiene. Y vaya que tiene para mostrar...

-¿Ves algo que te guste guapo?

-Si... ¡Digo no!... Tal vez...

Ver como la chica reía no ayudó en su vergüenza. Había estado con dos chicas y una tenía el pecho más grande... ¿Qué le pasa? ... Aunque, como dice el dicho... ver las cosas de un modo distinto es... Ugh... estúpida casaca que muestra la parte de arriba de estos.

-Oye...

-¡No veo nada!

-...Eres idiota. – no lo niega. – No me molesta que veas. Mientras no toques. – Al menos hay límites. – Gracias por ayudar a Ruby.

-Oh. No es...

-Nada. Lo sé. Blake me lo dijo. Pero debo ser justa y con esto, me quito el peso de encima.

El Sekiryuutei se encogió de hombros, para luego seguir en su inútil intento de atrapar un maldito pez. El silencio siguió unos segundos hasta que...

-Blake... Ayuda a Blake.

-¿Qué dijiste? – Ise vio como la chica miraba el lago con melancolía.

-Mis problemas y los de Weiss son algo que... hemos sabido llevar. A ella ya la de igual estar desheredada. A mí lo que digan de mis preferencias...

-¿Preferencias...?

-Que voy a ambas bandas. – Yang vio la cara de confusión de Ise. – Que pateo con ambos pies.

-¿En el soccer? – este chico...

-¡Soy bisexual!

-... Oh... ¡Oh! ¡Entiendo, entiendo! Aviso que eso no me importa...

-Lo sé. Y no te preocupes, no me meteré en tu Harem... ¡No lo niegues! – Mierda... - Es más, no quiero nada en estos momentos. En fin, mi punto... mis problemas son nada. Ruby y Blake los tienen. Con Ruby hiciste lo que tratábamos por meses... que ría como antes. No sé qué hiciste, pero ella... por eso te agradezco que la hayas ayudado.

-Oye...

-Por eso, ayuda a Blake. Ella... ella ha sufrido mucho. Ya debes saber que el líder de White Fang fue su ex. – Hablando de poesía poética... - Si. Hacer equipo con el que mató a su ex. Gracioso no. La vida es una perra maldita.

-Lenguaje Yang.

-Bah... - la rubia volvió a lanzar su anzuelo. – Creo que estás de acuerdo conmigo. Mira lo que te toco. Me sorprende que... sigas cuerdo.

-Quejarse no ayudará en nada. Sólo seguir adelante. Es más, creo que ya tuve suficiente de lamentos en esta vida y la pasada.

-Y aún es cool que seas reencarnación de alguien tan poderoso.

-Ahora entiendo porque tú y Rainbow se llevan tan bien. Sólo ustedes usan esa palabra...

-Jajaja, verdad. – ambos rieron unos segundos para luego... - Ayuda a Blake. Ella... Ya sabes...

-... ¿Sabías que estaba ahí?

-Tengo buen ojo... Pero en serio, te agradecería que ayudaras a mi compañera. Puede ser muchas cosas, pero es mi amiga y la aprecio más de lo que uno puede imaginar.

-Me lo imagino... Veré que puedo hacer. No aseguro nada. No soy psicólogo y... yo también tengo mis propios demonios.

-Y eso mi guapetón amigo, es el porque todos confían en ti.

-Creo que deberían dejar de depender tanto de mí. No soy lo que uno llamaría, un rol a seguir.

Yang contuvo la risa al oír lo que acaba de decir. ¿Habla en serio? Notaba su densidad para tratar con las chicas, a pesar de que ya sabe lo que es estar con una, pero se ve que no se cree eso de que todos los que lo conocen lo seguirían hasta el fin del mundo. En lo poco que ha tratado con él, puede ver que tiene un rol de líder que no se ve seguido. Ni Ruby lo tiene. Es más, si quisiera, de seguro podría tener su ejército personal.

-Oye, te diré esto del modo más serio que mi persona puede darte. Deja de ser tan idiota y entiende que eres el líder de tus amigos. Y mientras nosotras estemos con ustedes, eres el nuestro. Y creo en lo que puedes hacer. Sólo... créetelo un poco más.

Ise miraba a la chica con sorpresa para luego reír un poco, acto que ella siguió. Se notaba que era una chica que decía las cosas sin medias tintas.

-Jajaja, vale. Trataré. A este paso, siento que las mujeres que me rodean me patearan el trasero por mi actitud.

-Seré la primera en hacerlo.... Lo de Blake, hazlo por favor. No quiero que intente la misma idiotez de antes.

-Hare lo que pueda Yang. No lo creas... entiendo lo que sientes y lo que Blake debió sentir... he estado en ambos lados.

-¿En serio...? ¿Cómo es que...? No, temas personales no los tocaré hasta que seamos más amigos. Recién iniciamos la amistad, así que pondré límites. Y tú harás lo mismo... en especial con Ruby.

-¿A qué te refieres con eso? No le haré nada malo a ella.

-Alabada sea tu densidad. Me ahorras problemas.

¿De qué habla está mujer? En fin, en lo poco que han hablado, parece que se han hecho más amigos y ese es un perfecto en su lista. Aunque aún no entiende lo que le quiso decir en relación a Ruby. No importa, no se romperá la cabeza. Fue en eso que ambos vieron como la caña de Ise se tensó. ¡Pico uno! ¡Al fin!

-¡Of, es grande! – el joven hizo esfuerzos para tratar de jalar esa cosa hacia él.

-¡No lo sueltes! – Yang fue para ayudarlo y jalar juntos.

El esfuerzo conjunto estaba dando sus resultados, estaban a punto de sacar su premio... cuando algo empezó a crujir.

-...Ise...

-¿Si...?

-Estamos sobre un muelle, ¿verdad?

-Si...

-Un viejo muelle. Dónde también peleamos...

-Si...

-Mierda...

Ambos cayeron a la helada agua cuando el muelle del mal sucumbió a su estado tan malo. Ambos jóvenes salieron a la superficie, empapados hasta los huesos...

-Hablando de enfriar la charla...

-Yang... cállate...

Por primera vez... hizo caso. Tenía mucho frío como para molestarse... que frío... Pero al escuchar la risa del Sekiryuutei, quién no pudo más con la carcajada, ella hizo igual.

Ahora ve el porque su hermana tiene un cariño hacia este chico. Puede parecer alguien que no se cree lo que ha logrado, no porque se menosprecie, sino porque lo ve como algo que cualquiera haría con un sentido moral tan alto, que para él es natural ayudar a la gente. Y eso lo agradece. Sabe que él podrá cuidar a su hermana cuando la situación se dé. No le molesta la idea de tenerlo de cuñado.

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Dentro de la cabaña donde todos estaban esperando que esos dos regresen con algo. Mientras que...

-¿En serio?

-Si Ruby. Qrown estaba enamorado de tu madre. Pero ella tenía ojos en tu padre.

La chica no sabía que cara poner... la idea es bizarra. Pero se alegraba de poder conversar con su padrino, quién le contaba cosas que su madre había hecho de más joven. Así como las aventuras de jóvenes que tuvieron. Eso sí, lo hacía con detalles. Y eso le gustaba.

-¿Cómo se conocieron tú e Ise? – la pregunta de la chica sorprendió al adulto, quién miró hacia donde estaban los demás, haciendo sus cosas. No les prestaban atención.

-¿Por qué la pregunta Ruby?

-Ahm... curiosidad... - la chica junto sus dedos en señal de timidez.

Ese tic... como el de Summer cuando ella preguntaba por el idiota ese que se volvió su marido... Demonios Ise. ¿Qué tienes para que toda chica que ayudas se interese en ti? Tampoco es que sea un Casanova... pero esto ya es ridículo.

-Fue por medio de un amigo. Ya lo conocerán.

-¡Genial! ¡No puedo esperar a conocerlos! No me mal entiendas. Adoro estar con Yang, Blake y, a veces, Weiss.

-¡Hey! – Que buen oído...

-Pero conocer gente nueva es lo mejor.

-Solo desea ver si tienen armas interesantes.

-¡No puedes probar nada! – Blake sonrió burlona hacia su amiga, quién le sacó la lengua.

-Le diré a Kiba-senpai que guarde sus espadas.

-¿¡Espadas!?

-Bien ahí Koneko-chan. Ahora el príncipe será víctima de ella. Espero que Rarity no se ponga celosa.

-Senpai... mírela.

Kaori miró a la chica, quién balbuceaba cosas en relación a las armas y demás.... Verdad, no hay de que preocuparse.

-Agh... yo quiero comer...

-Paciencia Rainbow. Ya llegarán.

La chica estaba harta de esperar. El hecho de que Asia esté cocinando la cena, una simple sopa, no cambia nada. Quiere carne... carneeeee.

El sonido de la puerta de abrió, para dejar ver a...

-Ise-sama... dígame con una muy buena razón... ¿Por qué tiene un pez de más de un metro de largo en sus brazos? Además de que estén empapados hasta los huesos.

Todos vieron como... esos dos estaban húmedos. Como si se hubieran lanzado al agua.

-Opte por lanzarme al agua y probar suerte.

-Jajaja, esa me gustó.

Las tres chicas que sabían el mal hábito de Yang, gruñeron al ver que esos dos se hicieron más amigos y tenían la mala maña de... hacer bromas tontas. Al menos las de Ise son más divertidas

Ugh... sólo esperan que las cosas sean mejores y...

-¡No me interesa! ¡Dense un baño, ahora!

Weiss tenía razón... un baño de agua caliente no mataría. Más si aún deben esperar unas horas... Hablando de horas... ¿Dónde están Loup y Bennia?

...

-¿En serio?

-Si Sona-sama. Es lo que hemos descubierto y lo que haremos.

Loup, gracias a Lammy, le dio a Sona toda la información que necesitaba. Con que lo que Venelana le dijo a los altos mandos es verdad.

-Ya veo...

-¿Qué hacemos Sona-sama? – Bennia miraba a su ama ansiosa, porque no quiere regresar en medio de una buena aventura.

-Sigan con ellos. Ayuden en todo lo que puedan y pase lo que pase... estén a salvo.

-¡Sí madame!

Loup rodó los ojos ante la actitud de la chica, pero asintió a las órdenes de su ama, quién sonrió en respuesta. Para luego cortar la comunicación. Laura y Millium, quienes supervisaron la charla, sabían que esto no será fácil.

-En momentos así... me gustaría que aún estuviéramos todos.

-Igual yo Milli... igual yo.

El pasado... pasaba factura en el presente. Lo que hicieron no lo iban a cambiar... por más que duela. Pero pueden mejorar. E iniciarán con ayudar a estos niños que son la esperanza de una nueva generación.

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