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Sekiryuutei Vs Sekiryuutei -Revancha

Lo que estaba en el cielo del Inframundo, eran dos seres que en cierto modo, comparten un título. Pero había diferencias. Uno nació con este, el otro lo tomó sin permiso.

El título de Sekiryuutei, es algo que unos pueden decir es maldito por todo el caos y el dolor que trae. Pero para uno, es parte de lo que es, de lo que lo hace quién es actualmente. Y la idea de que un bastardo lo use también, le da rabia.

Hyoudo Issei, el actual Sekiryuutei, miraba a su oponente, Euclid Lucifuge, el Sekiryuutei falso, quién era más talentoso que él en el uso del poder. Pero era un bastardo de primera. No sólo mato a inocentes. Mató a la madre de Ruby. Por su culpa Grayfia está siendo vigilada... Por él, Rossweisse estaba sufriendo. Por él, Blake tuvo que recordar todo el dolor y la culpa de su pasado.

No podía perdonar a este bastardo. Y le importa poco si se queda ciego de por vida, su meta es detenerlo. No importa lo que deba hacer.

Ise se centró en sentir el aura de su oponente. Era lo único que lo iba a ayudar ahora. Sin su X-Pulse contra este sujeto, si estaba ciego. Voló hacia él para lanzar un golpe, uno que Euclid bloqueo fácilmente. El demonio alzó su pierna para lanzar una patada al muchacho. Quién sintió el aura de su oponente centrarse en la parte baja... una patada.

Ise se dio un impulso en el aire para elevarse y esquivar la patada. Sintió la fuerza del impacto. Pero no se iba a amedrentar. Lanzó varias ráfagas de aura a su oponente, para luego moverse. No puede quedarse mucho tiempo ahí.

Euclid desvió todos los ataques a su persona sin problema alguno. Le dio risa el tener que ver como ese mocoso trata de pelear sin ver. Es inútil. Aumentó su aura y voló hacia él. Se puso a unos centímetros de él para alzar su puño y lanzar un golpe.

El Sekiryuutei Supremo alzó ambos brazos y los cruzó. Recibió el impacto, uno que lo mandó al suelo con fuerza. El choque lo hizo rebotar un poco. Haciendo que este se retuerza del dolor. Sintió su armadura en la zona de los brazos dañada. No estaba logrando nada.

-¡Ise-kun! – Rossweisse gritó horrorizada al verlo en el suelo, eso era algo que no quería creer. Él nunca...

Euclid descendió un poco, viendo con aburrimiento al muchacho. Quién aún trataba de ponerse en pie. ¿Por qué lo sigue intentando? No le ve el sentido. Su fuerza no basta para hacerle frente. Y eso es algo que él le dejará en claro con su poder.

Bajó en picada hacia su oponente, quién escuchó como el aire era afectando por el veloz descenso de ese demonio. Ise dio un salto hacia un lado para esquivar el ataque, pero Euclid alzó una patada hacia él. La recibió en todo el pecho, dañando la armadura en dicha zona.

El Sekiryuutei retrocedió tambaleándose por la falta de aire que sentía. Pero ni tiempo tuvo para recuperarse cuando sintió un golpe en la cara. Luego en el abdomen, una patada en la rodilla derecha que lo hizo arrodillarse sin querer. Para luego recibir un golpe ascendente en el mentón.

Eso sí lo mandó hacia atrás, el casco de su armadura destrozado por lo último. Sangre saliendo de su boca. El daño era tal, que era increíble ver que seguía despierto.

-Lo ves ahora. Tus esfuerzos son en vano. – Euclid pateó al muchacho en el estómago, quién seguía en el suelo. – No eres nada.

-Ngh... Bastardo...

-¿Quieres saber por qué hago esto? ¿Por qué deseo destrozarte? Porque representas todo lo que el mundo ve como bello y lo pone en los más alto. Un ídolo para todos. – Euclid alzó su pie y piso la cabeza de Ise con tal fuerza que está se estrelló contra el suelo. La fuerza fue tal, que se hizo un pequeño cráter que se empezó a ver manchado por la sangre.

-¡No! ¡Ya déjalo! – Rossweisse trató de liberarse, quería dejar de ver al hombre que amaba siendo herido por querer salvarla. - ¡Ya me tienes a mí! ¡Déjalo en paz!

-Y eso es lo que generan tus acciones. Qué otros te vean con aprecio. Y que verte sufrir les duela. – Puso más presión en su pie, haciendo que Ise se queje. – Valor y determinación... eso que representas, algo que inspira a todos. Algo que te hace querido... incluso entre los demonios. Y eso es algo que no soporto. Los demonios somos seres que hacemos lo que queremos. No por un bien mayor. Sólo porque queremos. Aunque eso destruya al mundo.

Euclid bajo su pie, para tomar a Ise del cabello y alzarlo. Lo puso a su altura. Y notaba que sus ojos no estaban muertos. No había miedo... sólo fuerza de levantarse una y otra vez. Y eso... Ahora ve el porque Rizevim lo detesta. Esa mirada le da asco.

Lanzó al muchacho al aire y antes de caer, le dio una patada que lo mandó al suelo hacia un costado. Este aún en el suelo, hizo esfuerzos en querer levantarse. Euclid caminó hacia él a paso lento.

-Y eres como él. Como ese demonio que mi hermana tanto aprecia. Ver el mundo en que vives de un modo distinto. Querer cambiarlo para que haya un futuro mejor. Eso no existe... sólo hay caos... un mundo que un día será destruido por los mismos que lo habitan. Ese es el error de los que son como tú. Héroes que ven el bien en el mundo. Que luchan porque creen en un futuro. Y eso... me da asco. Más al ver lo que esas acciones hacen. Sólo aplazar lo que es inevitable.

Ise se logró poner de pie, sólo para alzar el puño y lanzarlo a la cara de Euclid. Este lo atrapó, soltando un suspiro de cansancio. No entendía el porque el chico aún no se rendía. Hizo presión en su mano para dañar la de su oponente, quien se quejó por el obvio dolor del que ahora era víctima. No sólo ello, hasta le dio un rodillazo para que se retuerza del dolor. Y no conforme con eso, le dio en la cara con una ráfaga de magia. Una que mandó al Sekiryuutei al suelo... su cara toda ensangrentada por lo último.

-Cuando vi como influías en los mismos demonios, me puse a preguntar... ¿Dónde quedaron los demonios de la Biblia? Esos que estábamos decididos a destruir todo lo que no nos gustara. AL contrario... nos volvimos una raza conformista. Una que busca ser igual a las otras que viven en este mundo. – Euclid miró al cielo, ese cielo tan diferente al del mundo humano. – Por eso, cuando vi la oportunidad... La oportunidad de acabar con esas creencias tan tontas que tu mera presencia crea, supe que no la debía de desperdiciar.

Ise se puso de pie, al mismo tiempo que oía al sujeto. Sacudió su cabeza para retomar su sentido de la orientación. No creyendo que este sujeto en verdad crea lo que le está diciendo. ¿Esa es la razón por la que hace todo esto? ¿Por qué no le gusta como los demonios han cambiado para poder seguir existiendo? Era una ridiculez... una que él no estaba dispuesto a permitir que siga pasando. Y cuando sintió que algo cambiaba en su interior, en el Boosted Gear, supo que era su oportunidad.

Euclid vio a Ise aún de pie... ya estaba harto de ese mocoso. Concentró magia en su puño para darle otro golpe al muchacho, pero esta vez.... Él hizo lo mismo. Un intento vano por parte de un ser débil por querer sobrevivir. Los puños de ambos hicieron un choque simultaneo... uno que Euclid, para la sorpresa general, perdió. El demonio vio su puño siendo rechazado como si nada por el del chico. Fue tanta esa sorpresa, que bajó la guardia unos segundos... unos que bastaron para que Ise le lance una patada en el abdomen, haciendo que este sea lanzado a un lado. Pero el daño no era severo... Pero el shock psicológico hacía esto algo más... impactante.

Es más, ver la sonrisa del muchacho lo hizo fruncir el ceño. Pero no fue hasta que vio lo que flotaba alrededor de él, que supo que pasaba. Era el mismo pequeño Wyvern de la última vez, solo que esta vez no era plata. Era de color rojo... Y ese uno, se volvió ocho. Ahora eran 8 Wyverns, pero intercalaban de colores entre el rojo y el blanco. ¿Cómo era eso posible? Se supone que ese poder fue creado por el poder del Hakuryuukou. Pero estaba usando el del Sekiryuutei... No era posible.

-¿Sorprendido...? Sí, me imagino tu cara y Ddraig es tan amable de decirme como estas en estos momentos. – Ise sabía que la llegada de esos 3, o 1, fue más que precisa en estos momentos. – A la hora que apareces.

[Fue un viaje algo extraño. Estar dentro de otro Sacred Gear fue una experiencia interesante] – Omega había vuelto en el momento mejor posible. Los que lo componen, Alfa, Beta y Gamma, al volver al Boosted Gear, se volvieron Omega. Lo que mostraba que Ise estaba usando todo su poder. Y vaya que había una razón para ello. – [Pensar que estarías peleando con ese sujeto. Que bueno que hemos logrado mejorar en algo la eficiencia de los Wyvern debido a la información adquirida del Divine Dividing. No sólo ello, hay más cosas. Pero ya será dicho cuando acabemos con esa copia barata]

-Bien dicho. – Los Wyvern volaron alrededor de Ise para poder prepararse.

Estos volaron en direcciones más que aleatorios, pero con el objetivo de Euclid en sus mentes, unas que eran dirigidas por Omega. Al parecer, los pequeños dragones, estaban más enlazados a los Cosmic Packs que a Ise. Pero eso le quitaba a él una carga. Puede ahora centrarse en atacar, más que en otra cosa.

Lanzó varias ráfagas de Dragon Shoots hacia el demonio, quien las esquivaba. Pero los pequeños Dragones aparecían para devolver los ataques con un...

[REFLECT]

El comando del poder sellado del Hakuryuukou, servía para redirigir los disparos fallidos. Pero no era todo, porque unos Wyverns se ponían frente a los disparos, para luego...

[BOOST]

Varias veces se oyó ese comando. Y más de una vez, estos dieron en su objetivo. Euclid no era capaz de predecir los ataques de Ise, estos eran muy aleatorios, lanzaba ráfagas de energía solo por lanzar. Eran los Wyvern quienes redirigían todos los ataques. Y era Omega quien se hacía cargo de eso. No era algo que él pueda predecir.

-Maldición... - Euclid logró salir de lo que se había vuelto una jaula de pura energía roja. Esos ataques eran peligrosos por esos Wyvern. Paso a ver a Ise, quien parecía más recuperado de lo que estaba pasando. Había tomado el respiro que necesitaba. – Pagarás por eso.

Euclid sabía que de no ir en serio, solo lograría darle a ese chico la oportunidad de sacar algo de la manga. Y no estaba dispuesto a dejar que haga ello. Debe de acabar esto... Ahora.

Y con eso, las gemas de la armadura copia del Boosted Gear, empezaron a brillar. Eso solo significa una cosa...

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Ise sintió el enorme incremento de poder que Euclid tenía. En momentos como estos, quisiera tener su X-Pulse para poder enfrentarlo. Con solo sentir el aura de Euclid, que se parece a la de él, no logrará mucho. Por su lado, Rossweisse, sintió miedo al ver que el poder de ese demonio había llegado a un punto tan alto... que lo podía comparar con Sombra.... Y eso no era bueno. Solo vencieron a ese sujeto porque todos trabajaron en conjunto y hubo un plan. Esta vez, no hay uno... No hay plan.

-Hora de acabar esto, Sekiryuutei. – Euclid estaba seguro de su victoria.

Voló a una velocidad más que anormal hacia Ise, quien tuvo la buena fortuna que Omega puso un Wyvern frente a él, para generar un Reflect. Uno que logró evitar algo del daño que le iban a dar. Algo... Porque de todos modos, salió volando...

Ise logró recuperarse en medio del aire, solo para que sienta otro golpe en la cara. Luego le lanzaron varias ráfagas de magia hacia su persona. Omega mandó a los Wyverns a actuar de escudo para lograr disminuir el daño. Algo que se ha logrado por suerte, pero el Sekiryuutei sentía que su cabeza zumbaba. No era fácil tratar de esto estando ciego.

Logró pisar tierra, algo adolorido. Solo para escuchar pasos rápidos alrededor de él. No sólo en el suelo, sino en el aire también. Y no le estaba gustando donde estaba yendo todo esto. Ese bastardo aprovecha que su oído era su único medio para ayudarlo en la lucha. Por eso, nada pudo hacer para evitar los golpes que ahora estaban viniendo de todos lados. Ni siquiera era capaz de defenderse por los impactos.

Era algo que no podía evitar... Por lo que optó aumentar los factores Alfa, Beta y Gamma para poder acumular rápidamente el poder para usar el Omega Burst. Pero los segundos parecían ser eternos.

Y Euclid parecía saber lo que estaba pensando, por lo que la fuerza de sus ataques se hizo mayor. Ise ya parecía estar al borde del colapso, porque su cuerpo entero estaba muy adolorido. Y mucha sangre salían de sus heridas. Era algo que en verdad no esperaba que tuviera resistir o pasar... Otro se habría rendido al dolor. Pero él no... él seguía en pie. A pesar del dolor... Porque sabe que este dolor no es nada... Nada si lo compara con el de los que murieron por la locura de este tipo, de sus familias. Del dolor de Blake al recordar sus pecados y sus errores. De Ruby... quien tuvo que saber que esta basura mató a su madre. De Sona... quien anhelaba tanto este momento, de mostrar lo que su escuela podía hacer... De Grayfia, quien sufre por los pecados de su hermano menor... quien aún parece querer a pesar de todo. De Rossweisse... quien sentía culpa por lo que pasó... Quien desea que esto acabe. Que no lo lastimen más. Hasta puede jurar que puede escuchar sus gritos pidiendo que se rinda.

¿Rendirse...? ¿Cuándo esa palabra empezó a ser tan horrible para él? ¿Cuándo se quedó sin infancia? ¿Cuándo supo que vivir lo valía...? ¿Cuándo entendió que el futuro vale la pena por luchar...? No lo sabe. No le importa.... Al diablo si este sujeto es más fuerte que él. No importa si debe destrozar sus huesos. Si debe de ir más allá de sus límites... Hará pagar a este hijo de puta todo el mal que ha hecho... Le hará ver... ¡Qué él es el único y verdadero Sekiryuutei!

[OMEGA BURST]

Las llamas que salieron de su dañada armadura, hicieron que Euclid detenga su ametrallador ataque. El demonio vio las llamas que salían del muchacho, más como un intento más que inútil de querer aplazar lo inevitable. Sonrió burlón al ver que era un intento vano.

-¿Es todo lo que harás? Esas llamas no te sirven de nada. La última vez, solo sirvió porque me contuve. Ahora estoy yendo con todo mi poder. Y a diferencia tuya, no tengo el problema de que mi cuerpo no resista el incremento del poder. ¿Por qué sigues luchando?

-Porque... - Ise alzó la cara, toda manchada por su sangre, llena de moretones y demás. – Porque has hecho llorar a quienes me importan. Y eso no te lo perdonaré jamás...

Los Wyverns que estaban alrededor suyo, se tornaron de un color rojo. Estos se aferraron a piernas, brazos y alas del Sekiryuutei. Empezaron a brillar, al mismo tiempo que de las colas de estos salían energía pura. Y eso era algo que Euclid no esperaba ver... Rossweisse por su lado, veía lo que Ise estaba pensando hacer. ¿Por qué se muestra tan confiado a pesar de la clara desventaja?

-¿Qué estás...?

-Sabes... Esto es algo que Vali ideó... y se lo agradezco. Porque puedo hacer esto... - La salida de energía de las llamas se hizo mayor.

[OMEGA BURST] [X2]

Se vio el incremento de poder del Sekiryuutei. Y Euclid supo que no era nada para él. Pero... Sentía que algo más venía. Y no le estaba gustando nada a donde iba. Fue en eso que sintió como de repente, el poder siguió creciendo. 3 veces el poder de salida... 4 veces... 5 veces...

-¡10 veces! – Ise dio un grito al llegar al nivel de poder que quería. - ¡Este es el poder del Omega Burst activado 10 veces!

[OMEGA BURST] [X10]

Cuando eso pasó, las llamas del cuerpo de Ise se hicieron muy grandes. Tan concentradas que parecía que era un mar de fuego. Y Euclid supo que había cometido un error... Lo subestimó de nuevo. Su poder ahora... era cercano al de él.

-¡NGH! – El impacto del golpe en su cara, bastó para que este se resienta y retroceda un paso. Pero la situación no quedó ahí.

Ise le dio unas ráfagas de golpes y patadas con tal fuerza y velocidad que el demonio no sabía como lo estaba haciendo. Se supone que no puede ver... ¡Debería estar con la ventaja por ese simple factor!

Pero no era así, Ise le lanzó al demonio una patada que lo lanzó al aire. Acto seguido, fue tras él para seguir con la batalla. Pero el demonio alzó su puño para lanzar un golpe. Uno que Ise devolvió. El choque de golpes hizo que todo el lugar tiemble. Ambos vieron que tenían una fuerza igual. Y Euclid no lo quería creer. Ambos retrocedieron para empezar a una batalla en el aire que parecían ser destellos plata y llamas chocar el uno contra el otro en el aire. Cada impacto, mandaba energía al suelo y lo abría.

Rossweisse soltó un grito al ver que esos dos estaban atacándose a matar. La chica no lograba aún digerir que Ise, este logrando igualar a ese monstruo... ¿Cómo era eso posible?

-El cuerpo de Great Red. – Recordó en eso algo que oyó hablar a Azazel. El cuerpo de Ise, más que darle más poder... solo le permite soportar más de su propia fuerza. Toda la que esta guardada y sellada porque sería demasiado para él usarla de golpe. Con ese cuerpo, podía usar poco a poco... más del enorme mar que debe de ser su poder. – Increíble.

Y era así... en potencia, Ise tenía el poder bruto para vencer a ese monstruo. Pero no lo sabía sacar... la idea de usar los Wyvern como reemplazo de los Condensers de esa vez... era brillante. No pudo evitar sonreír y hasta llorar al ver que, a pesar de todo, Ise era un genio en su ley... un genio para adaptarse con sus recursos. Y era digno de admirar.

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Por su lado, Starlight veía con asombro como el Sekiryuutei logró equiparar las cosas. Todo se le veía mal al inicio. Pero este logró sacar un as... uno que le ha permitido luchar a mano con ese sujeto.

Ver como ambos intercambiaban golpes y patadas en medio del aire, era digno de ver. Pensar que sabía sentir o reconocer el aura... No, parece que es algo que se forzó a aprender para esta batalla en específico. Al ver que su instinto X-Rounder no sirve con ese tipo, aún con la vista pudo ser una clara desventaja... Y estar ciego lo hizo aprenderla más rápido. Y la estaba perfeccionando en medio de la lucha.

Se tuvo que cubrir la cara al ver como ambos oponentes se lanzaron energía contra el otro. Eran igual... el poder puro era igual... Y se veía que el verdadero Sekiryuutei estaba peleando con algo más de técnica. Mientras que el otro con poder mágico superior. Pasó a ver a Cao Cao, quien seguía viendo la lucha de estos dos titanes sin parpadear. Solo lo vio sonreír. Y eso le sacó a ella una duda...

-¿Feliz de ver que ese monstruo que deseas derrotar se hace más poderoso?

-Si... De lo contrario, no habría ninguna gracia en querer derrotarlo.

Era oficial, este chico estaba completamente loco. Y ella aún no era capaz de entender como esto puede ser divertido. Debe de ser cosa de hombres. No lo sabe. No le importa. Solo sabe, que la batalla se estaba poniendo más interesante. Más al ver que el Sekiryuutei sacó a su espada, Ascalon. Veamos como va todo esto.

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Ise agitó a Ascalon, sabiendo que esta le puede dar una ventaja. La espada dio un pulso de poder, sabiendo que estaba frente de un enemigo que le puede dar mucha satisfacción. Esta fue sacudida para lanzar una onda de corte hacia el falso Sekiryuutei, quien esquivó el corte. Pero en eso, Ascalon fue lanzada hacia este.

Euclid al ver ello, supo la estrategia del chico. Usar de nuevo la espada para querer acabar esto como la última vez. Pero esta vez no será así. Lanzó una ráfaga enorme de energía a la espada, la cual atravesó el ataque. Pero le dio al demonio el tiempo de dar un cambio de dirección y de ir donde el Sekiryuutei.

Este oyó de Ddraig de que no podía hacer que Ascalon vuelva tan rápido a su mano para que lo ayude en esta ocasión. Por lo que tuvo que alzar el brazo izquierdo para bloquear el impacto al sentir que por ahí venía el ataque, el Wyvern que estaba en ese brazo cambió de color para volverse plata. Lo que le permitió usar el otro poder...

[REFLECT]

El choque fue repelido. Mandando a ambos hacia distintas direcciones, opuestas. Pero eso mostraba que ambos estaban logrando igualar las cosas. Euclid voló hacia Ise, quien hizo lo mismo. Ambos estaban listos para dar un buen golpe... El demonio cargó magia en su puño derecho, mientras que Ise activó el Beta Knuckles para concentrar poder en el brazo derecho. Y ambos al estar cerca del otro, atacaron.

Los golpes dieron en sus respectivos objetivos. En la cara de ambos... Pero fue Euclid quien estaba incrédulo por lo que pasó... el casco de su armadura se vio destrozado por el golpe. Ambos, aún desorientados por lo que no sabían que pasaba. En eso, Euclid retomó su sentido de la orientación y fue hacia Ise, quien al oír a Ddaig y Omega de que debe de hacer algo, hizo que Ascalon, la cual estaba en caída como ambos contrincantes, vuelva hacia él con su aura. La espada fue rápido hacia su mano, pero Ddraig le recomendó que haga que la hoja de la espada sea la que venga hacia él, por lo que con un movimiento de su mano la hizo girar.

Euclid soltó un grito de dolor al sentir como la maldita espada se clavó en su abdomen, en el maldito mismo lugar que el de la última vez. Eso lo puso furioso. Expulsó aura para mandar a ese chico hacia abajo, cosa que logró, para luego tomar la espada de su espalda e importarle poco si esta le hace arder la mano con la que lo tomó, la lanzó hacia Ise, quien estaba ya en el suelo, logró pisar tierra a pesar del sorpresivo ataque. Alzó la mano al sentir a Ascalon volver a él, para invocar el círculo del espacio mágico de la espada para hacer que esta vuelva a su lugar. Logrando evitar un ataque de su propia arma. Que cerca...

-Maldito niño...

-Jejejeje... Parece que ya no te es tan fácil, ¿No?

Ise pudo oír el tono de Euclid... ¿Sin emociones? Bah. El idiota solo niega lo inevitable. Sus emociones se estaban empezando a hacer más presentes. Tal vez no había nunca enfrentado a alguien que puede seguir su ritmo... o quizás... Porque...

-¿Es todo Euclid? Pensé que por ser hermano de Grayfia, serías más fuerte.

-¿Qué has dicho...? – Pico el anzuelo.

-Grayfia es poderosa. Y pensé que tú estarías a su nivel. Pero veo que no es así. Eres más débil... y eso se nota en tu estilo de lucha. – El Sekiryuutei sabe que con como está ahora, puede igualar las cosas. Pero no le conviene alargar tanto la batalla... puede sentir su cuerpo sufrir por el esfuerzo de usar este poder. Debe de... hacer que ese sujeto muestre sus deseos de atacarlo. Como sea... ¿Y qué mejor que el factor psicológico?

El aura alrededor de Euclid creció, no sabe si le sirvió la burla... pero...

-Ngh... - Recibió un golpe en la cara... dio un paso hacia atrás. Se limpió la boca para sacarse la sangre...

Eso es... Toma el anzuelo idiota...

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-Díganme que son todos... - Rainbow se limpió la frente.

La verdad, ninguno tenía el deseo de decir algo... estaban exhaustos. Es más, juran que es un verdadero milagro el seguir de pie. Estaban deseosos de lanzarse al suelo y no levantarse más.

-Así parece. – Rean desapareció su armadura, para luego ver el área. – Muy bien hecho chicos. Hemos eliminado a todos los Grimms y los Evil Dragons.

-No todos... Quedan estos 4. – Weiss señaló a los dragones que estaban con Asia. Estos miraron a la chica con duda. – Ugh... no me vean así. Solo digo lo obvio.

-No están molestos Weiss-san. Es sólo que... tienen curiosidad de como tu pelo es tan blanco.

-... ¿En serio...? – Asia se encogió de hombros. Ella tampoco entendía el porque estos dragones pensaban eso. – Por favor, que no sea un fetiche de cabello...

-Tras Fafnir... Creo que todo es posible. – AJ rio por el pensamiento. – Oye... Bien hecho Sairaorg.

-Igualmente AJ. Vaya manera de usar tus llamas.

La rubia sonrió algo apenada a las palabras del demonio, quien agradecía a Regulus toda la ayuda. Algo que Kuisha no vio con mucho agrado, no gustando que su amo se lleve tan bien con una humana. Debe de hacer algo...

-Oigan... ¿Creen que Ise haya logrado salvar a Rossweisse? – Yang bajó del cadáver del dragón que había matado con ayuda de Ayane. – Digo... ya ha pasado un rato.

-¿Deberíamos ir a ver? – la kunoichi miró la dirección donde de seguro se estaba generando la batalla.

-La verdad... no sería una mala idea. – Ravel se limpió el vestido. – No sabemos que puede pasar. Pero no hay que ir todos.

-No es una mala idea. – Aki señalo a Xenovia, Irina y Kaori... - Algunos ya no podemos movernos. Y un gran número no es conveniente.

-Hay que ir en un buen número... ¿Qué dices Twillight? – Sunset miró a su amiga, quien le estaba dando el mensaje claro.

-... Sí. Ise necesita de una mano... ¿Rias?

La demonio pasó a ver a todos. Notaba que Kiba, Gasper y Kurama ya no se podían mover. Habían sido la fuerza de ataque principal, con Fay, Raynare, Koneko y Kuroka. Dado al poder que tienen y el Senjutsu de las demás. De paso, vio como Fluttershy curaba las heridas del grupo Sitri, con la ayuda de Asia. Ambas no podían ir. Rarity, Rainbow y Pinkie menos... habían perdido sus trajes. Habían hecho mucho. Esto demostraba que no estaban hechos para peleas tan largas y difíciles. Aún...

Luego pasó a ver al grupo de su primo... ellos menos. Habían luchado con todo lo que tenían. Los únicos que se podían mover entre todos eran...

-Rias... Vamos. Ise puede necesitar ayuda. – Akeno camino hacia su amiga. Estaba llena de heridas, pero era la que estaba en mejor condición de luchar.

-Si... Lo sé. Ese Euclid, por más que lo odie, es fuerte.

-Yo voy también. – Ruby dio un salto para estar al lado de las 4 chicas que estaban dispuestas a ir. – Puedo ayudar en algo con mi velocidad y mis ojos.

-¿Podrás usarlos? – Twilight le hizo la pregunta, no duda de ella. Pero por lo poco que ha visto, son difíciles de usar esos poderes... - Será una batalla difícil. Ya viste de lo que ese tipo es capaz.

-Lo sé... pero no puedo dejar a Ise sólo... No puedo...

-Y no lo harás. Yo iré también. – Blake se puso al lado de su amiga, quien se mostró sorprendida. – Le debo a Ise mucho. Se vería malo que no lo ayude.

Todas la vieron con duda... ella por su lado, al notar que era el centro de atención, se avergonzó un poco. Detesta que todos se le queden viendo. Ella dio una tos para que todos vuelvan a lo central, solo para que todos sientan un incremento de poder en la zona donde se ve que la batalla entre esos dos se lleva a cabo.

-Ese poder es de...

-¡Es Euclid!

Tsubaki y Sona podían sentir, a pesar de la lejanía, el enorme poder de ese sujeto. Era increíble...

-Este empezando a superar el poder de un Maou... Es increíble pensar que una mera copia de un Sacred Gear, sea capaz de tal cosa. – Gondur dijo eso tras ver que la reencarnación de su antiguo amor estaba en problemas.

Vio a esas 6 chicas ir rápidamente en esa dirección. No pudo evitar sonreír al ver que ese chico tenía el mismo talento que Himmel para las mujeres. Y era por el enorme parecido, que sabe que él podrá salir de esta situación... al fin y al cabo, Himmel también lo hacía.

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Ise bloqueaba y esquivaba todos los golpes que Euclid le estaba lanzando. El demonio ya no se andaba con juegos. Se ve que quiere matarlo. No sólo ello, quiere pulverizarlo. Dio un salto a un costado para luego alzar vuelo, necesita ganar espacio. Pero pudo sentir la presencia del bastardo ese ir tras él a una velocidad más que envidiable. Por lo que tuvo que lanzar varias ráfagas de energía de sus manos para poder ganar algo de terreno. No puede dejar que lo acorrale.

Ordenó a los Wyverns en sus alas que lancen ráfagas de energía, pequeñas como son dan mucho daño y Euclid lo sabía. Porque esquivó las ráfagas de energía para luego girar en el aire y concentrar poder demoniaco en sus manos y lanzarlo. Estas ráfagas plata eran tan veloces, que el Sekiryuutei se veía en la obligación de tener que hacer piruetas, hasta movimientos ortodoxos para poder esquivarlos. Pero no lo lograba en su totalidad, unos ataques le daban en la espalda o en las alas. Debido a que no podía desprender los Wyverns de su cuerpo, porque de hacerlo perdería el control sobre el Omega Burst.

Los impactos le dieron de lleno, haciendo que caiga en picada. No sólo ello, oyó a Euclid ir hacia él. Nada pudo hacer para bloquear el golpe que el sujeto le dio en la cara, uno que no dudo le sacudió todo el cerebro, además de la patada al estilo hacha que le dio para hacer que descenso sea más doloroso.

Lo único que sintió fue como su cuerpo entero cayó al suelo, creando un enorme cráter. Uno que mostraba que Euclid ya no jugaba. Sin ver, le costaba seguirlo a pesar de que puede sentir su aura. Eso demostraba que aún le faltaba mucho para estar en un nivel de maestría... su propio poder y resistencia es lo que lo tiene vivo aún... Al menos eso es lo que puede captar. Pero... puede sentirlo, está funcionando su plan.

Se puso de pie como pudo, haciendo que Euclid no crea lo que veía. Era imposible que pueda soportar tal castigo y se pueda levantar de nuevo. ¡No puede ser!

-¿¡Por qué no te mueres de una maldita vez!?

-Lo siento... para hacer ello... deberás esforzarte más... - Sabía que lo decía para molestarlo, porque sabe que no puede seguir con esta charada más tiempo. Le duele todo... - Es más... Creo que al fin entiendo una cosa de ti... No haces esto porque odies el mundo por... las razones de los Old Maou... Lo haces, porque en este mundo, Grayfia no te ama como tu deseas que sea. – Pudo sentir el respiro fuerte de su oponente. Sí, eso es... - Admítelo... Euclid... Todo... Todo lo que has hecho... no fue por... Rizevim... ni por eso de conquistar... lo haces... porque no soportas vivir en un mundo... Donde tu hermana no te vea como lo más importante. Odias... que su corazón ame a otro...

Oír esas palabras, no gustaron en nada en el Demonio. Quién empezó a usar una vez más su velocidad para confundir el oído del muchacho. Su velocidad era tal, que simplemente Ise no era capaz de hacer otra cosa... más que alzar los brazos y defenderse de todos los ataques. Esperando que... su plan resulte. Porque sino, estaba en problemas.

Euclid por su lado, no quería admitir la verdad de las palabras de ese chico. Lo recuerda muy bien. A su amada hermana. Bella y fuerte. Era el orgullo de la familia Lucifuge. De quiénes estaban bajo las órdenes directas de la familia del Lucifer original. Ver cómo ella simplemente hacía todo por el bien de la familia... lo llenaba de orgullo. Lo llenaba de admiración a dicha mujer. Qué no pudo evitar verla como una mujer perfecta. La epítome de todo.

Pero todo eso se vino abajo cuándo apareció ese sujeto. Ese heredero de la casa Gremory. Este era tan fuerte, que su hermana no negaba en admirar esa fuerza cada vez que peleaban. Pero a su vez, se veía que ella poco a poco empezaba a ver las cosas de su manera. Y un día, cuando las acciones del bando de ellos, de los Old Maou llegó a un punto en que Grayfia no soportó más estar con ellos... sintió un dolor horrible al enterarse no sólo que ella se fue con el enemigo, sino que había estado con ese sujeto...

La idea de que su perfecta y pura hermana estuviera con el enemigo, rompió algo en su cabeza. Destrozó, quizás, lo poco de normal que había en él. Siempre supo que su modo de actuar, de pensar, era algo que no estaba bien según su hermana. Eso de querer torturar, sólo por placer... Pero sin ella, ¿qué valía retenerlo? ¿Qué valía tener emociones? ¿Qué valía el resto? Sin ella... nada más le importaba.

Por eso, cuando la guerra civil estuve en su punto más alto, él optó por desaparecer. Fingir su muerte. Así, estaría sólo... lejos de todo. Odiando el mundo donde vivía... Donde no había nada más que tuviera valor para él.

Y así fue unos años... hasta que Rizevim le dio la oportunidad de destruir este mundo. De hacer sufrir a quienes lo habían dañado. Y eso quería... quería ver al mundo de los humanos arder en la desesperación. Quería ver al gobierno de los demonios, incapaces de actuar. A la Alianza... impotente. A su hermana... que sufra por haberlo dejado. A quién la alejó de él.... A todos. Pero sobre todo, a este chico...

Le volvió a dar un golpe, luego una patada, para luego lanzarle una ráfaga mágica, una que daño lo poco de armadura que le quedaba. Pero este seguía en pie...

Y lo odiaba por ello. Lo odiaba por representar lo que él no podía hacer. Lo que jamás podría hacer. Luchar sin importar que. A pesar de que todo esté en tu contra. De luchar... por lo que quieres. Odiaba que un simple mocoso, con sus actitudes, pueda hacer que todos se rindan ante él. Si él hubiera tenido esa capacidad... ese poder. Él habría sido capaz de... no haberse hundido tanto tiempo en la miseria. De haber sido más fuerte...

Lo odia... Lo odia tanto... ¡Porque él tiene lo que él no! ¡Odia que sea más fuerte que él! ¡Aún con el talento que él tiene, ¿Por qué se siente tan miserable?!

Matarlo... Si. Si lo mata... dejará de sentir está rabia. Estas emociones que tuvo selladas años. Porque es su culpa... Suya... ¡Suya! ¡Es su culpa que todo el dolor que ha ocultado y sellado en él esté volviendo de golpe!

Apretó los dientes al sentir esa masa de rabia en su estómago. Esa sensación de querer golpear algo y de hacer que desaparezca. De que... quiere que muera.... ¡Qué muera! ¡QUE MUERA!

-¡MUERE!

Su voz, llena de rabia, de emociones, fue oída por el Sekiryuutei, quién sintió ese pulso familiar en su nuca. ¡Ahí estaba!

Ise giró rápidamente, dejando que su cuerpo siga su instinto y alzó su puño para darle al demonio un fuerte golpe en el estómago, logrando esquivar el golpe cargado que este le quiso dar en la cara. Euclid se vio estático en el aire por lo último, la armadura de su pecho dañada por la fuerza del ataque. Hasta lo que estaba atrás de él se vio elevado por el tremendo poder de ese golpe.

Este tomó su estómago. Retrocedió unos pasos... viendo cómo de su boca salía una mezcla de vómito, sangre y saliva. No... No era posible... ¿Cómo lo supo...? Alzó la vista y se sorprendió al ver que había un destello en los ojos del mocoso... ese destello... X-Pulse.... No. Era imposible. Se supone que...

-Tú... lo hiciste adrede...

-Si. Sabía que si te hacía enfurecer, tendrías verdaderos deseos de acabar conmigo. – Ise miraba a la nada, dado que no veía. Pero había... ¿lástima en su mirada? – Tu rabia... tus deseos de atacarme por primera vez, se hicieron presentes y mi X-Pulse lo reconoció. Ahora, puedo igualar las cosas aún con la ceguera. Porque no sería la primera vez que lo hago.

-Eres un... Maldito...

-¿Por qué tanto resentimiento? – los ojos de Euclid se abrieron al oír esas palabras. – Lo supe cuando sentí tus emociones y te ataqué. Pude sentir que... hay dolor...rabia... mucha rabia. Pero algo de tristeza... de resentimiento. No siento Arrepentimiento, pero si un pequeño... dolor del pasado.

Euclid soltó una risa. Con que este es el instinto X-Rounder. Ese que es capaz de hacerte ver algo del oponente. Ver lo que hay en su corazón. Y eso le daba rabia...

-No sabes nada... - Euclid se irguió una vez pasó el dolor. – No lo entiendes.

-No... No lo hago. No entiendo tus deseos de destruir. Tú obsesión con Rossweisse. ¡No entiendo nada de lo que haces o sientes! ¡Porque todo lo que has hecho, ha sido para vengarte de alguien que aún ahora desea verte! ¡Porque a pesar de que tienes algo maravilloso frente tuyo, dejas que el odio y el resentimiento te guíen!

-¡Porque es todo lo que tengo! ¡Todo lo que me ha guiado! – Euclid expulsó su aura. La fuerza de esta era tal, que creó un pilar de energía pura. No iba con juegos. - ¡Y no me voy a retractar! ¡Seguiré con esto, hasta el final! ¡Y eso incluye acabar contigo Sekiryuutei!

Ise afilo la mirada. Aún sin ver al tipo este, sabía que debía ir con todo. Él hizo lo mismo, expulsar su aura hasta que está se hizo enorme. Euclid vio eso con rabia... este niño. Aún tras todo... ¿Lo desea superar...? ¡Jamás!

Ninguno esperó un segundo, fueron contra el otro para chocar puños. Eso hizo que la tierra bajo de ellos se vuelva un cráter gigante. Para acto seguido, ambos conectar manos y hacer fuerza pura para tratar de superar al otro. Si bien no es la gran cosa, al estar ambos en el aire, hacía que la energía que debería ir por debajo de ellos, sólo sea lanzada al ambiente. Provocando que todo el lugar empiece a temblar.

-¡KYA! – Rossweisse dio un grito al ver como la tierra bajo ella se abría.

Logró rodar para evitar caer cuándo esta se abrió. La chica vio con miedo lo que pasaba. Como la energía de ambos era tal, que el ambiente se estaba viendo alterado. Este viento... esos truenos. No era algo que esperaba ver. ¿Esto es lo que conlleva el choque entre dos seres que ya están al nivel Maou...? No... ambos ya están superando eso. Ya están más y más cerca de la clase Dios.

Ver cómo ambos rompían el choque de fuerza que tenían, para alzar vuelo y empezar un choque de velocidad y poder puro. No sólo ello, se vio como ambos iniciaban una pelea de puños y patadas a tal velocidad que a ella le costaba seguirles el ritmo. Era algo que no había pensado ver jamás. Con su X-Pulse devuelta, Ise era capaz de poner las cosas un poco más a su favor. Pero Euclid aún era capaz de hacer que la batalla sea difícil. El talento de ese sujeto, no era broma. No lo era. Y se ve que su poder es de temer.

Ise recibió un golpe en el estómago por parte de Euclid, sólo para tomar el brazo de su enemigo, para lanzarlo hacia un lado e ir tras él. El demonio se detuvo en medio del aire, sólo para recibir una patada en toda la cara por parte del Sekiryuutei quién no feliz con eso, le lanzó un Dragon Shoot para que lo tenga más presente.

El demonio, furioso, alzó su mano para lanzar varias ráfagas de magia al aire. Estas se quedaron en su lugar unos segundos ante de que, con un movimiento de su mano, haga que estás vayan hacia Ise. Quién sintió su X-Pulse advertirle del potencial riesgo que estaba presente.

Este sólo optó por esquivar todos los ataques que Euclid le lanzaba, algunos hasta eran teledirigidos. Eso lo complicaba todo. Por lo que debía de ser más ingenioso. Le pidió a Omega que concentre el poder de los Wyvern. Hora de usar un truco viejo.

Colocándose en un punto en el aire, el Sekiryuutei esperó que todas las ráfagas de poder demoníaco fueran hacia él, sólo para hacer que los Wyvern cambien a un color plata y...

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Varias veces, uso el poder de división que le robo a Vali, para hacer que las ráfagas que lo estaban por impactar, se vieran reducidas al tamaño de un simple destello. Algo que le bastó a él, para sólo expulsar su aura y hacer que las ráfagas fueran eliminadas de la existencia.

El Sekiryuutei, sabía que eso debe de haber afectado en algo la mente de Euclid. Porque era capaz de sentir la rabia del tipo. Y con eso, ambos volvieron a iniciar su combate a puños.

Mientras que lejos de ahí, Cao Cao y Starlight seguían viendo todo lo que pasaba. Era algo que la chica no podía creer del todo.

-Lo hizo enfurecer, para hacer que este reaccione con emociones. Devolviéndole su X-Pulse para esta batalla...

-Mas que eso .. el X-Pulse reconoció a Euclid como un enemigo. Algo que no había hecho en un inicio. – Cao Cao no dejaba de ver lo que pasaba. – Euclid cayó en la treta... Mostró su deseo de acabar con Hyoudo Issei, haciendo que el X-Pulse lo marque como amenaza.

El humano veía como Ise lograba de darle al demonio varias patadas, para luego girar y darle una patada en el cuello. Eso sí debió doler... hasta se vio como la sangre que salía de la nariz de Euclid, demostraba la fiereza de la lucha. No sólo ello, a la vez lograba hacer que este pierda poco a poco la paciencia. Haciendo que los ataques sean cada vez más obvios. Eso, sumado al X-Pulse, hacía que el Sekiryuutei verdadero, empiece a ganar poco a poco a terreno. Pero...

-Debe acabar esto ya. – Starlight tenía razón. Se veía como Ise ya sufría de usar ese modo súper forzado del Omega Burst. La sangre que salía de su nariz, era visible... pero quién sabe que efectos secundarios hay en su cuerpo. El hecho de estar usando un poder que va más allá del que puedes soportar.

Y eso era lo que pasaba. Ise bloqueó un golpe de Euclid, pero sentía como su brazo sufría por lo reciente. De seguir así... se quedará sin energía. Debía de agradecer al Primero por el entrenamiento que le dio, porque en otra situación... ahora mismo se estaría retorciendo en el suelo.

Optó por alejarse de Euclid y lanzarle varias ráfagas de energía. Este las desvío todas, pero el acto fue en sí una treta... una que le dé la capacidad de poder usar un ataque mejor.

Tenía energía acumulada en su mano derecha para lanzar un Gaea Force estilo Dragon Shoot. Y vaya que lo iba a sorprender. Sólo necesita esperar el momento para...

-¡No te daré el tiempo para que te recuperes! – Euclid concentró magia en ambas manos y...

[¡La oportunidad que buscabas!]

[¡Céntrate en atacar! ¡Lo demás déjanos a nosotros!]

Y así iba a ser... lo admite. Sin Ddraig y Omega... no habría durado en este combate nada... Pero eso era lo que lo hacía distinto a los demás Sekiryuutei. No era uno el que usó este poder. Son todos los que están aquí... lo que lo han creado. Lo que han hecho que este sea cada vez más grande y poderoso... y por ello...

Llevando su poder al máximo. Ise lanzó de su mano la ráfaga concentrada del poder de la Gaea Force hacia el ataque demoníaco que Euclid le lanzó. El choque de energías bastó para que haya un momento de impase. Pero eso era de esperarse. Y Ddraig estaba listo.

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A diferencia de Euclid, ellos no habían tocado límite aún... ¡Por lo que aún pueden aumentar algo de poder! ¡Esa es la capacidad de un Sacred Gear original!

La ráfaga de llamas y energía carmesí, empezaron a superar el ataque rojo y plata del Demonio. Quién a pesar de todos sus esfuerzos, nada pudo hacer para evitar el ataque que iba hacia él.

Solo se vio en el cielo como un mar de fuego se hacía presente. Era un espectáculo de verdad, uno que muchos no quisieran perder. Ya que el cielo del Inframundo, nunca se había visto de un color tan similar como el atardecer del mundo humano.

Ise esperó unos segundos, a ver si había logrado derrotar a Euclid. Pero...

[Aún sigue en pie el bastardo...]

Lo que no quería oír. Se nota que el tipo es más persistente de lo que creyó. Pero, lo que no sabía... era que Euclid estaba al límite. Estaba herido... cansado. Furioso. Tal era la rabia en su ser, que su cara ya no demostraba nada de la tranquilidad que siempre lo caracterizaba. Su cara llena de moretones y con sangre, su cabello ya desarreglado... todo de él, mostraba que la pelea no era fácil. Qué.. ese niño le estaba dando la paliza de su vida. Y él lo sabe...

Pasó a verlo... veía las llamas que lo envolvían, aún presentes... Era como si fueran prueba de su espíritu... que a pesar de todo...arden... a pesar de haberlo dejado ciego... de haber querido destrozar su espíritu... No cae... ¡No cae...! ¡El muy maldito no cae! ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué no se rinde!?

-¿¡Por qué no te mueres!? – el grito lleno de rabia y desesperación que salió de su ser, bastó para hacer que Ise alce una ceja al estar muy confundido. - ¡Deberías estar muerto! ¡Desesperado! ¿¡Por qué sigues luchando!? ¿¡Por qué!?

El Sekiryuutei parpadeó al no captar de que habla ese sujeto. Pero...

-Porque es lo que hago. Seguir hacia adelante... a pesar del dolor. Porque eso significa vivir en este mundo.

Sus palabras parecieron acabar con toda la paciencia que el demonio tenía. Con todo.... Estaba tan furioso, que dio un grito de desesperación. Al mismo tiempo que su aura salía disparada de un modo, que Ise reconoció... No... No era posible.

-¡No puede ser! ¡ME niego a pensar que sea superior a mí! ¡ME NIEGO!

Tras su grito lleno de rabia, se veía como la armadura de Euclid se reparaba. Pero el aura que salía de esta era sombría. Mucho más que el de las veces anteriores. Era...

Yo, aquel que despertará, soy el falso Dragón Celestial que desea la Dominación.

Ansío los sueños, anhelo la Infinita Destrucción.

Para volverme el Dragón Rojo de la Miseria.

No hubo palabras que expresen lo que está sintiendo. Sólo hubo sonido y poder. El sonido del cuerpo de Euclid sufriendo la transformación. El poder que crecía de un modo tan anormal, que Ise empezó a sudar frío. Pensar que hasta eso sería recreado... el poder que él rechazó. El poder que él no quería... ¿¡Como es que estaba pasando esto!?

[¡Es imposible!]

[Pensar que hasta eso estaría presente...]

-La batalla estaba a nuestro favor... ¡Maldita sea!

-Ise... espero que tengas un plan. Porque nuestras probabilidades, no me están gustando nada de nada.

Le tenía que dar la razón a todos... sólo supo una cosa tras oír ese sonido... ese comando que hace tanto no oye.

¡Y hundir todo en la destrucción para que sea consumido por el Purgatorio Carmesí!

[JUGGERNAUT CHAOS DRIVE]

Sabía que estaba en problemas... y en unos muy grandes.

---

-¿Hm? – Weil, en su laboratorio, notó una señal. Una que indicaba que... - Oh. Lo uso. Pensar que usaría el Juggernaut que le di a esa réplica del Boosted Gear.

El doctor sabía que ese estado, falso, no era nada en comparación del verdadero Juggernaut Drive. Pero daba un buen incremento de poder. Además de que daba más tamaño sin afectar la velocidad. Sí, es algo que pensó en que sea... una opción extra. No pensó que lo usaría de verdad. De seguro estaba luchando con el Sekiryuutei. Oh bueno, no importa. Eso no afecta en nada sus planes... en nada.

Al contrario, le permite ver que el Sekiryuutei es lo que pensó. Una amenaza. Una que Rizevim no ha eliminado aún... pero que se arrepentirá de no haberlo hecho en su momento.

Lo que le queda por ahora es esperar. Ver cómo acabará todo y ver la reacción de ese demonio. Es más, puede que...

-Oh. Has vuelto... Ilia.

-... Lamento la tardanza.

El científico vio el estado de la muchacha y supo que le costó salir de dónde estaba. Pero... ella le mostró el aparato donde estaban...

-Es... lo que querías. El resto lo tienen Rizevim...

-Excelente...Muy bien. Tu paga será la acordada. Es más, sigue con el trabajo... esperar la oportunidad para... iniciar nuestro plan.

-Claro... Mi Lord. – la chica desapareció en las sombras, dejando al anciano sólo con sus pensamientos.

Con lo que tenía en mano, ya no necesitaba de Rizevim... ya no. Pero... ¿Por qué cortar una buena fuente de ingresos tan pronto? Sólo un poco más... sólo un poco más.

Será tan divertido cuando su plan... inicie.

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