Puertas de la Rebelión
Hoy era el día en donde el grupo DxD iba a pelear contra el grupo rebelde de la Igleisa y contra el Ejercito Atlesiano, lo que ponía a los que iban a pelear más que listos para esto. No sólo ello, el día entero, se lo habían pasado preparándose. Lo bueno es que era sábado...
Dejando de lado eso, el que Xenovia e Irina se muestren algo incómodas por las miradas de la mayoría, solo daba a entender que lo que hicieron, ya era de conocimiento público en toda la casa. Ya que Rias y Twilight murmuraban cosas como de demostrar quienes eran las mejores... Algo de mujeres y su orgullo.
-¿Estás bien Ise? – Yang miró al muchacho, quien se sobaba la espalda. - ¿Mucha acción?
El Sekiryuutei miró a la chica con algo de molestia, solo para soltar un suspiro y murmurar algo de que no es buena idea cargar y moverse al mismo tiempo. A lo que la rubia lo vio con la boca abierta.
-... Ustedes dos, deben de moverse rápido.
Ruby y Blake la vieron con fastidio, a lo que Weiss solo negó con la cabeza. Claro, que cuando el destello de alguien viniendo a través de un círculo, la detuvo... solo para ver a quien no esperó. Odiaba sentir que las palabras se le quedaron en la boca al ver a...
-¡Va-kun!
Obvio, Pinkie se lanzó al Hakuryuukou, quien ya rendido, solo aceptó el abrazo de su novia, quien en verdad estaba feliz de verlo. Así como el resto del grupo...
-¡Onii-sama! – Fay corrió donde su hermano, quien sonrió al ver a la chica.
-Fay... me alegro de verte bien. Se nota que te has hecho más fuerte.
La maga negó con la cabeza, se veía que su hermano seguía con esas prioridades. Pero la que estaba feliz de ver a todos, era Rin, quien saludó a Kurama, ya que el lobo la recibió con cariño, así como Fefnir, quien le dio al cachorro un asentimiento.
-Veo que llegamos para la fiesta.
-Algo así. – Rainbow asintió a las palabras de Bikou, quien alzó una ceja al notar la cara de todos. – Esta vez la batalla será algo más intensa.
-Mejor para nosotros. – Esdeath sonrió al pensar que... - ¿Dejan que nos unamos? AL menos eso es lo que Vali quiere.
-Siente que debe de estar en esta batalla y no somos nadie para detenerlo. – Merlina también dijo lo que pensaba, a lo que...
-¡Queremos ayudar! ¡Somos aliados! – Teepo habló con entusiasmo, lo que hizo que todos suelten una risa y la maga, que era su creadora, se sonroje un poco.
-Sería de gran ayuda tenerlos en esta batalla. – Ise se acercó a Vali, quien logró librarse de PInkie. – Es bueno verte Vali.
-Igual. Solo espero que la batalla de hoy, sea buena.
Rias negó con la cabeza al ver a esos dos. No cambian. Es más, se notaba que ya era casi la hora. Vali le dijo a Rin que se quede en la casa con Venelana, además de que Fefnir la cuide. Algo que el lobo aceptó de mala gana.
La batalla iba a ser a la medianoche, por lo que...
-Azazel está esperando por todos ustedes. – Rean habló, mostrando su presencia a todos los presentes, junto con Venelana, Celestia, Luna y Celine. – Sona y su sequito están ahí también. Por lo que... aquí separamos caminos. – EL hombre les sonrió a todos... - Sé que van a ganar, por lo que esto es más que... obvio. Pero quiero decirles esto, antes de que se vayan... - Todos, hasta los recién llegados, vieron a Rean con... interés. – Es raro decirles esto... pero luego de esto, yo ya no podré unirme a ustedes en batalla, nunca más.
-¿¡Qué!? – Esa fue la reacción de muchos, Celine lo vio como entendiendo que...
-Como han visto, no he estado en la mejor de la salud. Por lo que me han recomendado dejar de pelear de un modo intenso al menos un tiempo. – Rean sonrió al ver la cara de todos. – No pongan esa cara, no es que me vaya a morir.
-¡No bromee con eso!
-Perdón. – Se sorprendió un poco por el grito de Asia y Fluttershy, pero era un lindo gesto. – Lamentablemente, luego de que acaben la pelea, yo no estaré aquí unos días. Tengo que hacer un trabajo menor en Grecia. Luego de ello, oficializaré mi retiro de las líneas frontales.
-Eso es... Jamás pensamos que usted... - Akeno se quedó sin palabras. – Rean-san, nosotros... lo respetamos mucho. En verdad... nos hubiera gustado que...
-Soy un simple humano, a pesar de mi inusual poder y he abusado de este mucho, las consecuencias vienen... no hay poder sin riesgo. Por ello, les quiero decir esto, antes que se vayan, para que tengan esto bien en claro al pelear. - Todos quedaron en silencio. - ...Rias... tú y tu sequito son lo mejor que los demonios han generado en años. No dudo que en solo unos pocos años, serán de los mejores en el Inframundo. Solo no olviden sus motivaciones para luchar... y que no importa lo que pasa, no hay imposibles para el que se esfuerza todos los días.
Rias y su sequito, sin excepción, se vieron sorprendidos por esas palabras. No supieron si fue la intensidad de estas... o el raro momento para decirlo, pero todos dieron una ligera reverencia al humano, quien hizo lo mismo.
-Los Elementos de la Armonía... ustedes son lo mejor de la isla donde han nacido, ha generado. Humanas de gran talento y objetos de un poder increíble, que han sabido unirse no sólo entre ustedes, sino con otras personas y razas, demostrando que el potencial humano, es enorme. Que a veces, un poco de amistad, puede hacer que una persona cambie para bien.
Twilight y su grupo sonrieron. Sentían que este hombre, al que ya conocían meses, pero era como un mentor para ellas, les diga eso, solo les hizo dar una reverencia hacia él. Un signo de respeto.
-El equipo RWBY, no las conozco tanto como al resto. Pero en lo que he visto, me han demostrado ser... lo mejor de una generación de cazadores de tanto demonios como Grimms. No les importó lo difícil de la situación, siguieron adelante. Demostrando que no importan las circunstancias, la determinación de seguir... puede crear milagros.
Ruby quiso decir algo, así como Yang... por alguna razón, sentían que... él decía esto por algo. Pero ambas, como sus amigas, repitieron la acción de los dos grupos anteriores.
-Bueno... ustedes.... – Miró a Ravel, Fay, Kuroka, Ayane, Ray, Sunset e Irina... - Tal vez no son de un grupo en sí. Pero han demostrado que, a pesar de tener ideas variadas, de grupos diferentes... que pueden trabajar con todos por una meta común, a pesar de la diferencia de... ideas. De personalidades. Ojalá hubiera más gente como ustedes.
Las chicas se avergonzaron un poco por el halago, pero dieron su muestra de respeto al hombre a unos pasos de ellas.
-Bueno... El grupo del Hakuryuukou, no los conozco a fondo. Pero son guerreros increíbles. Talentosos... además de que tienen un gran líder. Uno que aprendió de ustedes. Y eso es digno de admirar. Vali, no eres como tus ancestros... eres mejor que ellos. – el híbrido se sorprendió al oír eso. – Por eso, es contigo que debe de haber un cambio en el nombre de Lucifer. Un Renacer... para que el mundo no lo vea con miedo, sino con respeto. Sé que lo lograrás... y sigue siendo amigo de Ise.
Todos rieron un poco al ver la cara de vergüenza de ambos Dragones Celestiales, pero el efecto estaba. Ise pasó a ver a su maestro, quien soltó un suspiro.
-... Te entrené 5 años Ise. Ha sido lo mejor que he hecho en mi vida. Si me piden que lo repita, lo haré con gusto un millón de veces. Solo recuerda que... Con valor, puedes superar lo que sea. Y que no importa lo que pase, yo siempre estaré contigo. Eres el hijo que siempre quise... no lo olvides.
-Maestro... - El Sekiryuutei no supo que decir a esas palabras. – Yo...
Rean le dio una palmada al chico en la cabeza. El gesto que demostraba todo entre ellos... ese simple gesto. Decía más que mil palabras. E Ise sonrió.
-No importa lo que pase... Estoy orgulloso de ti. – En eso, el círculo de transporte que los llevaría a donde deben reunirse con el resto, apareció. – Vayan. Es la hora. Demuestren que el futuro es de quienes afrontan las dificultades sin ser presas del pasado.
Con una fuerte afirmación, todos se dieron media vuelta, para poder irse... solo que, al borde del círculo, Ise se detuvo. No sabiendo que lo poseyó para hacer lo que...
-Maestro. – Pasó a ver a Rean, quien le sonrió con calma. – Yo... Yo me siento orgulloso de haber sido su alumno. Y más... al saber que soy un hijo para usted.
No hubo nada más... el silencio era palpable. Se vio como Rean abrió la boca para decir algo, solo para soltar un suspiro y sonreírle al muchacho una vez más.
-Ve. Ya hablamos más cuando regrese. Ve y demuestra lo que el Sekiryuutei of The Blazing Blood puede hacer.
Con eso dicho, Ise asintió con una sonrisa e ingreso al círculo con el resto. Y cuando se iban a ir...
-¿Pasa algo? – Kiba le murmuró a su amigo, quien...
-... Sentía que... debía decirlo. No sé porque... pero debía hacerlo.
El rubio no entendió el porque de esas palabras... nadie, ni el mismo chico lo hacía. Pero en eso, el destello se hizo presente y todos desaparecieron en un destello de luz.
Una vez se fueron... Rean soltó un suspiro... uno cansado. Vaya... Era la hora...
-Bueno. Yo también me voy. Si todo va bien, vuelvo en 3 días. Justo el día en que Xenovia sea elegida como nueva presidenta.
-Estas confiado que ganará, ¿No? – Luna le sonrió burlona. Pero... - ¿Seguro que debes ir? ¿No puedes llevar a alguien más? No es bueno que vayas solo.
-No iré solo. Celine irá conmigo y ella vale un ejército.
-Muy gracioso... - Celine se posó en el hombro de su amigo. – Será fácil.
-Solo ten cuidado Rean. No me importa si es una misión sencilla. Quiero que estés bien.
-Lo estaré Celestia. No es la primera vez que hago un trabajo menor. Azazel sabe de esto... él y los demás me dieron el permiso de investigar una cosa pequeña. Nada del otro mundo.
-Igual... Nos preocupamos por ti. – Venelana dio un paso al frente. – Solo cuídate. Y vuelve con nosotras.
-Lo haré. Tampoco deseo que Eva o el resto me maldigan hasta en el más allá. – Rean sonrió con gracia, pero el ver las caras de las 3. – Oigan... Vamos, no es para tanto. Vengan.
El hombre les dio un abrazo a las tres... ellas solo aceptaron el gesto con... intensidad. Tanto era esto, que en cierta manera, querían que el tiempo se detuviera en ese momento. Que sea eterno. Pero no era así... Rean, con algo de dificultad, se alejó de ellas y...
-Volveré en tres días. Y luego, podemos ir a un sitio... el que quieran. – ellas asintieron con una sonrisa. – Rin, ve con ellas a ver televisión o algo... cuida que no vean muchos dramas. Estoy seguro que Cheese, quien está en su jaula, sufriría si pasa de nuevo por ese infierno.
-¡OK! – La niña asintió con energía, haciendo que Fefnir se ponga de pie. – Vamos. ¿Podemos ver caricaturas o animes?
Las 3 mujeres sonrieron al oír ello, solo para seguir a la niña a otro lado de la casa, dejando a Rean con Celine...
-... ¿Te vas? – Ophis, quien había estado fuera de la visión de todos, estaba con el huevo de dragón en sus manos. - ¿Debes de hacerlo?
-Si... Puedo lograr que tengamos la ventaja Ophis. Solo yo puedo hacerlo.
-¿Sabiendo lo que se viene para ti? – Sabía que no le podía mentir al Dragon God. – Rean... puedo verlo en tus ojos. Sabes que...
-Yo elijo esto Ophis. Y pase lo que pase. No es culpa de nadie más, sino mía... si algo malo pasa. No es mi objetivo, pero estoy listo para todas las opciones.
-... Entiendo. – Ophis miró el huevo en sus manos. – Si... pasa algo. Estaré con Ise... en todo momento.
-Es... lo mejor que me puedes prometer Ophis. – Lo que él ni Celine esperaron, fue el ver como Ophis puso el huevo en el suelo y abrazó al humano. – Ophis...
-... Es... lo correcto, ¿No? El despedir a alguien con un abrazo.
Rean sonrió. Lo era... Abrazó al pequeño ser. El Dragon God, que al fin sabía lo que era la paz. Un amigo.
-... Cuando traigan a LIlith aquí. Sé su amiga Ophis. Ella es como tú. Se necesitan ambas.
-... Lo hare. Lo prometo. – Ophis terminó el abrazo. Tomó de nuevo el huevo y caminó hacia la salida, no sin antes... - Rean... Ad... Hasta luego.
-... Hasta luego, Ophis.
Sabía que ella iba a decir otra cosa. Pero lo cambio, quizás como un intento de que él regrese con ellos. Y ese era el plan. Siempre lo fue. Solo quedaba una cosa... y él lo sabía.
-... Es la hora Rean. – Celine apresuró a su amigo. – Si queremos volver en 3 días, hay que irnos ya.
-... SI. No me quiero perder la celebración por la Presidencia de Xenovia.
Con eso dicho, Celine creó un círculo de transporte, en el cual... Rean vio una vez más el lugar. Como tratando de... marcarlo en su memoria. Soltó un suspiro más, preparándose para lo que se le viene. Pase lo que pase, no quiere arrepentimientos. Dio un paso al frente, entrando en el círculo. Y con un destello, ambos desaparecieron, en dirección de su misión final.
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Al llegar al lugar de reunión, donde estaban Azazel, el personal del Cielo, Ikuse Tobio, así como Sona y su séquito. Ellos eran el soporte, como se había acordado. Dado que, en términos de ofensiva y demás, se era obvio que el grupo de recién llegados era el más apto para la pelea. Y que en verdad, si hay problemas o ataques de otros flancos, los del soporte, atacarán.
Azazel se sorprendió al ver a Vali y su grupo aquí, pero no se quejaba... era una ayuda más que bienvenida para todos ellos. Y al ver que todos estaban listos...
-Escuchen, esta vez nos enfrentamos al grupo rebelde de la Iglesia y el ejército Atlesiano. La ubicación se construyó apresuradamente para esta batalla en el estilo de un juego de clasificación e iremos allí a través de un círculo mágico. El otro lado ha aceptado esto, ya que esta batalla ciertamente será más intensa que la anterior. Aunque hubo algo de negativa por parte de... el ejército.
-Parece que no gustaron de como hemos hecho las cosas. Pero Strada convenció al líder de... aceptar las condiciones. – Griselda rellenó la información.
-Todo está programado para comenzar a la medianoche. Nuestros oponentes usarán el círculo mágico que preparamos para ser transportados al lugar de la batalla. – Sona dijo eso con seriedad...
-Ya fuera el lugar de la batalla o nosotros preparando el círculo mágico para el transporte al lugar, realmente no estábamos seguros de que lo aceptarían. Como Griselda-san dijo, solo el general parecía reacio a la idea. – Saji sonrió complicado al decir eso.
-No es algo que nos deba de sorprender. En cierta manera es como si tuviéramos la ventaja. – Sunset se mostró seria al decir ello. – Tuvimos suerte que aceptaran todo esto.
-Pero eso implica que usarán todo de ellos para esta batalla, ¿No? – Ruby miró a Azazel, quien asintió. – Entonces no debemos contenernos.
-El lado de la Iglesia supuso que no usaríamos tales métodos, después de todo, cuando empecemos a pelear, el impacto no será pequeño. Si es una pelea, entonces deberíamos aceptar la realidad. Ambas partes ya entienden que la rebelión de la Iglesia ha llegado a un punto sin retorno. – Azazel sonrió algo complicado al responder. – Pero el ejercito... se ve que piensan de modo militar.
-Al final somos guerreros. – Aki habló con seriedad. – Hemos superado varias cosas por fuerza propia. No necesitamos de trucos sucios para demostrar que somos mejores que ellos. Es insultante que esos soldados piensen eso.
-Ni que lo digas. – Blake asintió. – Puede que no estemos en esto tanto tiempo como ustedes. Pero tenemos nuestro honor. Y lo vamos a respetar hasta el final. Sin importar que...
Todos asintieron a las palabras de la chica. Para que luego...
-Lo siento mucho, por hacerles sacar la pajita corta. Sin embargo, Strada y Cristaldi ciertamente trajeron consigo algo más que guerreros descontentos. Aunque el hecho de que los guerreros esperen descargar su ira contra nosotros no es una mentira, los tres cardenales deben tener otro motivo. ... He recibido información de la sede del Vaticano. Me dejó entender ... que ellos eran los verdaderos idiotas.
-No es algo que nos sorprenda Azazel. – AJ sonrió al oír ello. – Algo me dice que... has descubierto el verdadero motivo detrás de ese anciano y el desafío a nosotros, ¿No?
-... Perceptiva como siempre AJ. – la rubia se encogió de hombros, como diciendo que es lo de siempre. – Prometí no decirlo...
-Da igual. Lo sabremos en batalla. – Rarity se amarró el cabello al decir eso. – Así es mejor. ¿Podemos pasar a lo que importa en verdad?
-Cierto... - Sona le pidió a Tsubaki que use su propia magia para convocar un gran espejo en el aire y luego comenzar a explicar el plan. El espejo mostraba un mapa de toda el área que sería el escenario de la batalla.
-Admito que tus poderes son increíbles Tsubaki. – Ray vio a la chica con... mucho respeto, algo que la Queen agradeció con un asentimiento de cabeza. Sona inicio...
-El escenario para esta batalla usa el área dentro de un radio de diez kilómetros de la Academia Kuoh como plantilla. La creación de esta etapa es todo gracias a la ayuda de Rossweisse-sensei.
Todos miraron a la mujer con sorpresa, quien parpadeó algo apenada. Kurama ladró, como diciendo que ella era genial...
-Estoy de acuerdo con Kurama... eres increíble... - Koneko le sonrió a la mujer, quien solo pudo reír un poco.
-Es solo algo base... El escenario de esta batalla utiliza una aplicación de la técnica de sellado para Trihexa que todavía estoy investigando. ... Pero espero que los resultados sean buenos... Al menos sirve como prueba...
-EL simple hecho de usar algo así, una técnica que nunca se ha visto... demuestra tu gran talento Rossweisse... - Twilight no pudo evitar sonar celosa. – Me gustaría poder hacer algo de este nivel. Aun así, bien hecho... Sin duda nos ayudará mucho.
-Sin duda... Pero volviendo a lo central... - Tsubaki mostró la imagen de algo que llamó la atención de todos. - El lado de la Iglesia dividirá sus fuerzas en dos escuadrones. Ewald Cristaldi y Vasco Strada actuarán como líderes de cada escuadrón.
-Para ello, lo mejor sería separarnos en los mismos grupos. Pero aquí yace la diferencia. – Ise señaló el grupo enorme separado de los demás. – No cabe duda que el ejercito tiene sus planes. Y han traído sus juguetes.
-Así es... Según la información de Millium, son máquinas alimentadas con Runas máquinas. Les llaman Paladins Atlesianos. Máquinas autónomas, creadas para destruir objetivos designados.
-¿Son como Lamy? – Azazel negó con la cabeza, a la pregunta de Ayane. - ¿Y como los crearon entonces? ¿Cómo mezclaron mecánica con runas mágicas? Es algo imposible.
-... No si tienen lo que pienso que tienen. – Weiss murmuró con rabia. – Si mi hermana les dio eso, entonces en verdad está dispuesta a todo. Se supone que es un secreto de la familia Schnee.
-De todos modos... creo que las cosas deben de ser así. – Ravel habló con fuerza. – Dulio-san y Griselda con Ikuse y el grupo Sitri, estarán en las zonas algo relegadas, para hacerse cargo de los que son los que atacan a distancia. Porque no dudo los habrán escondidos.
-Significa que seremos los rastreadores. – Sona sonrió complicada. – Pero queda con las habilidades que tenemos.
-Con eso en mente... tenemos el lado de Ewald Cristaldi. El cual nos haremos cargo nosotras, con Irina y Sunset. – Las chicas del grupo asintieron. – Del ejército, creo que podemos dejárselo a los Elementos de la Armonía y el equipo RWBY.
-Eso ni se pregunta.
-¡Lo haremos!
Las líderes de ambos grupos aceptaron las órdenes. A lo que Ravel siguió.. viendo el grupo que quedaba...
-De Vasco... el grupo Gremory, con el equipo de Vali-sama e Ise-sama... siento que es lo que nos puede permitir luchar contra la habilidad de Vasco Strada. De este modo...
-Quiero pedir un favor... - Kiba habló con determinación a Ravel, quien asintió. - ¿Puedo ir con el lado de ustedes?
-... Es Excalibur, ¿No? – Kuroka entendía el sentimiento de Kiba.
-Escuché que Cristaldi es el ex portador de Excalibur. – Kiba miró a Griselda, quien...
-Sí, aunque ahora está retirado, de hecho es una persona rara, naturalmente capaz de manejar Excalibur. Se dice que en su juventud, pudo usar tres de Excalibur simultáneamente. No es algo que muchos puedan jactarse. También es la única persona a la que el Papa regaló una réplica de Excalibur durante la producción de Ex-Durandal.
-¿Una réplica? – Kaori se sorprendió al oír eso. – Pero, tenemos a la verdadera aquí con Xenovia. ¿Qué tan fuerte es la réplica?
-Escuché que después de reunir las siete espadas Excalibur, querían crear una réplica que contuviera el mismo poder. Por lo que recuerdo, la potencia real de la réplica era menos de una quinta parte de la original. – Rias respondió con calma, para ver a Xenovia. – Ellos no saben de que Xenovia logró recrear la espada. Y ahí tenemos un as. Aprovéchalo Xenovia.
-Lo haré.
-No solo ello... - Griselda siguió...- Su Eminence Strada también debería haber recibido una réplica de Durandal de manera similar.
-Wow... Eso es algo intenso. Pero supongo que al ser réplicas, no se comparan con las originales. – Yang dio un buen punto. – Aun así, a manos de personas que usaban las originales... de seguro son letales.
-De eso no hay duda. – Azazel habló con seriedad. – Tenemos las armas originales, pero ya saben por experiencia, que una réplica, en manos de alguien hábil, puede ser un peligro.
-Me da igual... - Irina habló con seriedad. – No me importa si es una Excalibur Real o una réplica... Haré que sientan el poder del The Avenger... y entiendan el error de sus acciones pasadas. – Los ojos de la chica brillaron, así como el de los demás miembros de la Onda en el grupo.
-Sé que tienen sus razones... Pero la mía es diferente... - Kiba apretó el puño. - Por favor, déjenme luchar contra él. Quiero superar a Excalibur de nuevo, superar al portador de Excalibur. ¡Esto no es una venganza, sino un desafío!
-Yuuto... - Rarity vio a su novio. Podía notar la determinación en sus ojos... - Veo que no puedo detenerte...
-Lo siento Rarity.... Pero es algo que debo de hacer, si quiero dejar el pasado atrás de modo definitivo.
Todos vieron al muchacho con... expresiones mezcladas. Rias sobre todo, porque podía ver que esto era algo que su siervo debía de hacer. Quería que lo haga, pero no era su decisión... era la de Ise, quien era el líder del grupo.
-Aniki... ¿Qué dices? – Gasper miró al Sekiryuutei, quien solo... - Puede que sea... como contigo y tu examen. Que sea el momento de senpai de... hallar ese algo que le falta.
Ise miró a Gasper con una ligera sorpresa, solo para sonreír y... caminar donde su amigo y darle un golpe en el hombro.
-No puedo decir que no si estas tan decidido. Es hora de que halles tu respuesta Kiba. Supera a Excalibur de una buena vez.
-Ise-kun... - el Knight miró a su amigo con sorpresa.
-No mueras niño bonito. Quiero un día pelear contra el que superó a un usuario de Excalibur en un duelo de espadas. – El Sekiryuutei alzó su puño para que Kiba lo choque con el suyo. – Además, eres la espada del Grupo Gremory. No puedes perder.
-Claro... Así será. Gracias mi amigo.
Se pudo ver la confianza que ambos se tenían. Es más, se notaba la hermandad entre ambos. Y con eso dicho, Kiba se mostró más calmado. Y con eso ya decidido, todos se pusieron a esperar a que sea la medianoche, conversando entre ellos.
Ise, por su lado, pasó a ver a la persona que también debe de tener sentimientos encontrados en lo que está por pasar. Asia estaba rezando en un lado donde nadie la molestaría, ella sintió la presencia del Sekiryuutei y le sonrió.
-Tenemos que luchar contra esa gente de la Iglesia ¿no? Y también con esos humanos, ¿verdad? Es algo... cruel el como las cosas se tornan por una decisión que no todos aceptan.
-Si es demasiado difícil para ti, no tienes que ir. ... Aunque vendrás de todos modos incluso si digo eso. – Ise le sonrió a la chica, quien soltó una risa ligera.
-No puedo huir de esto. Debo de demostrar... que los caminos del pasado, no son los correctos en esta nueva era.
-Fafnir aún no se ha recuperado del todo, por lo que tendrás que confiar en los cuatro dragones malvados para protegerte. Solo puedes usar a Fafnir, en emergencia...
-Lo sé. Pero estoy lista. Confío en todos... Es más, Los dragones malvados también son muy amables, ¡así que eso significa que puedo concentrarme en sanar! – la chica se mostró decidida y lista para lo que se les viene.
En otro lado, Vali vio como Weiss parecía murmurar algo... debe de tener que ver con su hermana, quien está en esto también. No supo que lo poseyó, pero le dijo a Pinkie que debía de hablar con alguien un rato y...
-¿Preocupada por tu hermana? – Weiss alzó la vista, para ver al Hakuryuukou, quien... - ¿Segura de poder hacerle frente?
-En parte. Es solo que... - Weiss miró a un lado. – Me cuesta creer que, si es lo que pienso, lo haya dado para que lo usen en esas máquinas. Se supone que... jamás debía salir. Pero creo que mi padre debió de hacer un trato y Winter ayudó como intermediaria.
-¿Qué es eso que es tan importante?
-... Una tecnología mágica tan secreta, que unos dicen que... el primer Schnee, la obtuvo de alguien quien le pidió protegerla. Pero... al parecer, mi padre destruyó eso. Y también mi hermana... no puedo permitir que lo usen. No de este modo. Y haré lo que deba de hacer, para detenerla...
-No dudo que lo harás. Según oí, ayudaste en detener una Fase de la Onda, eso dice mucho. – Vali le sonrió a la muchacha, quien hizo lo mismo, solo que algo más apenada. – Solo sigue tu instinto Weiss Schnee.
-Weiss... solo llámame por mi nombre, Vali. – La chica no supo que la poseyó en decir eso con una clara sonrisa, una que el demonio devolvió. Mostrando que había un buen ambiente ahí, uno que...
-Sería malo interrumpir...
-No lo sé... pero me da envidia.
-... Se supone que es mi momento con Va-kun.
Vali sintió las miradas Merlina, Esdeath y Pinkie en su cuello. Con que esto es lo que Ise siente.... Es más, Weiss no tuvo el valor de ver a donde sabe, están sus amigos viéndola con algo de burla. Rayos...
Por su lado, Xenovia estaba teniendo una charla con Griselda, quien se mostraba muy seria...
-Xenovia, tu oponente es Su Eminencia Strada. Entiendes esto al 120%, ¿verdad?
-UH Huh. Por supuesto. Lucharé con respeto. A-Absolutamente no seré irrespetuosa ni nada por el estilo... Pero daré todo de mí. – Xenovia sonrió algo nerviosa por la mirada de Griselda, quien, para sorpresa de la misma, la abrazo. - ¿Eh?
-Tenía que decir eso primero. Entiende, Xenovia. El poder de una mujer no es su fuerza física como chica. Pero son sus habilidades y destrezas en el hogar. Y también lo buena que es en la noche... - Xenovia se sonrojo al oír ello. – Se nota que ya no eres una niña... en ese lado. Lo veo en tu andar...
-Yo... Esto... Ahm... - Era sorpresa para todos el ver a Xenovia hecha un manubrio de nervios... - ¡Usé protección! ¡Fue idea de Irina!
La tos de varios y el sonrojo de Ise solo hizo que todos vean a la chica como si hubiera enloquecido, aunque...
-¡Traidora! – la traicionada miró a su amiga con rabia. - ¡Tuve que meterme para que todo haya sido equitativo entre las dos!
Las miradas sobre Ise, solo hicieron que el pobre quiera que la tierra se abra y se lo trague... esas dos...
[Bueno... al menos han dicho que quedaron muy satisfechas con lo de anoche. Hurra por ti compañero]
-Púdrete Ddraig... - En verdad, odia su vida en momentos como estos...
Griselda por su lado, solo pudo sonreír al ver la interacción entre ambas. Cielos, estos jóvenes de hoy en día.
-Xenovia... Te has vuelto una gran chica, lo que me alegra mucho. Solía ser por Dios, por tu fe que constantemente manejabas Durandal y tus ojos nunca veían nada fuera de la batalla. Aunque se podría decir que no tuviste elección desde su nacimiento ... Pero la actual Xenovia es mucho más sorprendente para mí.
-Hermana... yo...
-Eres la fuente de mis problemas, la persona que me preocupa. – se vio como varios puñales cayeron sobre la pobre Xenovia, que Irina acarició su cabeza para que esté mejor. - ... y también mi linda hermana. – A esas palabras, Xenovia se recuperó. - Si eres tú, deberías poder convertirte en la nueva presidente del Consejo Estudiantil y también superar a Su Eminencia Strada.
-Trabajaré duro para convertirme en la hermana de la que estarás orgullosa. – Xenovia sonrió algo apenada, solo para que...
-Y eso sí... que bueno que usaste protección. No quiero ser tía aun...
-¡OK! ¡Basta! ¡Ya acabó el momento en que hablan a expensas de mí! – Ise alzó la voz, porque esto era demasiado. La vergüenza y las miradas llenas de rabia de la mayoría. Vali solo lo miraba con gracia. – Hay que irnos...
-Es cierto. Ya es medianoche. – Sona dejó de lado sus celos, para... - Vamos al campo de batalla.
-Estaremos atentos a cualquier anomalía. Les deseo éxitos. – Azazel les sonrió a los presentes, quienes asintieron. – Muy bien Ise. Como líder, es hora de las palabras de aliento.
-Ugh... Odio eso. – El Sekiryuutei supo que era parte del trabajo. Pero de todos modos, no le gusta del todo. – Solo diré que... esta batalla, si bien no es algo que ponga en peligro a gente inocente, es una que pone nuestros ideales contra el de otros. No importa cuales sean los motivos de nuestros oponentes. Hay que demostrarles que el camino que hemos tomado, no es algo fácil. Es más difícil crear una paz y una alianza entre seres que eran enemigos, que seguir una guerra eterna. Solo queda confiar en nosotros. ¡Demostremos el poder de nuestras convicciones!
-¡Si!
Tras ello, todos se reunieron en el centro del círculo mágico para su transporte. Era hora de acabar con esta batalla sin sentido de una buena vez.
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En otro lado, podemos ver como Strada y sus seguidores, así como los demás Cardinales, estaban en medio de su planeamiento final.
El hombre estaba listo para llevar a cabo su plan... su modo de penitencia para... Sacudió la cabeza, al saber que las cosas habían tornado un punto que... no iba a cambiar jamás. Ya que, en cierto modo, puede expiar esas culpas en su vida. Una que estaba llena de varias culpas. Así como de grandes momentos. Unos que pueden considerarse, legendarios. No todos los días, uno puede decir que peleó mano a mano con uno de los líderes de Grigori y salir bien parado. Aunque...
-¿Aun pensando en ese momento? – Cristaldi caminó hacia donde estaba su viejo amigo, quien lo miró con... cierto fastidio. – Creo que ya han sido años desde ese día... y sigues actuando como si fuera ayer.
-Mate a alguien quien no debía.
-La orden era matarlos si se rehusaban Vasco. – El hombre miró al anciano. – Eran órdenes.
-Que no iba a seguir... - El hombre, la leyenda viva del Vaticano, miró la réplica en su mano. – Los iba a lastimar... ese corte que estaba por darle a Rean, solo era para incapacitarlo. Pero Crow... él se metió y recibió la onda que iba a desaparecer en el aire. Él no merecía morir... no de ese modo. Y Rean no merecía ser perseguido de ese modo por más de 10 años.
Cristaldi guardó silencio. Sabía que... en cierta manera, la culpa de su amigo era entendible. La culpa de haber matado una vida tan joven, que todo esto lo sigue consumiendo. La vida seguía... y también.
-Hacemos esto por una razón Strada. Es para que el camino que hemos seguido, siga en pie.
-¿Cuál...? ¿La de matar cada demonio que vemos solo por vivir en este mundo? – Cristaldi miró al anciano, con rabia. – No culpes a esa chica, que no esté de acuerdo.
-... La influencia de esos demonios...
-¿Influencia? No seas idiota. – Vasco se mostró aún más serio. – Sino mal recuerdo, se descubrió una red de pedofilia en el mismo Vaticano. Bajo nuestras narices. Y su compañera fue víctima de esta, para luego ser asesinada. ¿En verdad esperabas que todo sea igual? No seas iluso.
-¿Y está bien que mandemos a la basura todo lo que hemos hecho Strada? – se notaba la tensión palpable entre ambos. – Es como si le dijeras a un zapatero que ya no debe haber zapatos, porque ya no son necesarios. Esta es nuestra vida. La ha sido todos estos años.
-¿Y eso nos da derecho a seguir imponiendo nuestras ideas en una generación que se ve, es mejor que nosotros de otro modo? Ellos saben lo que es trabajar en conjunto con otras especies. No solo demonios y caídos. Ángeles, humanos... Creo que entiendo en algo, lo que Rean me dijo esa vez. Que la paz que protegíamos... era una farsa. Solo era una guerra que estaba al límite de estallar de nuevo.
-No me digas que te estas arrepintiendo...
-Je. – el viejo soltó una risa calmada. – Para nada. Sabes porque hago esto. Tú tienes tus razones... tu mente tan cerrada, que pones como malignos a seres por solo tener alas negras, me da igual. Teodoro es un niño... perdió sus padres a manos de un demonio, pero... ¿Eso significa que deba odiar toda una raza por solo uno?
-... Son convicciones como esas, que nos dan fuerza.
-... Si. Y esos chicos la tienen también. – Vasco miró el cielo del lugar. – Debo de admitirlo. Pero en verdad envidio a esos chicos. Han tenido la oportunidad de tener una vida muy diferente a la nuestra. Pueden confiar más en otros, no limitándose en una raza. Y creo que... mi viejo amigo me lo trataba de decir. Que el tiempo de nosotros, se acababa.
-¿Hablas del Maestro de Rean? Ese viejo era... raro. Pero no niego sus habilidades. Lástima que murió. La edad es una batalla que no podemos vencer jamás. Aun así... No puedo compartir tus ideas y las de él. He vivido de esta manera siempre... No voy a cambiar ahora.
-... Como quieras. – Vasco no iba a hacer que este hombre madure. No iba a gastar su saliva. – Solo espero que no pongas excusas, una vez seas derrotado por esos niños.
-Hablas como si tuvieran la capacidad.
-¿Crees que no la tienen...? Je. Tus palabras me dan a entender, que la batalla quizás sea más corta de la que esperamos. – la risa de Vasco, solo hizo que el otro humano muestre molestia.
En ese momento, la llegada de Legrenzi, quien descendió usando sus alas blancas, solo les hizo entender que...
-Casi es medianoche. – Ambos vieron al niño, quien... - Todos ya esperan el momento para... la batalla. Y... ese General, tiene sus máquinas listas. Y con estas, a sus guerreros de confianza.
-Es sorprendente que esa mujer Schnee haya liberado algo que su familia ha tenido oculto. Incluso al Vaticano.
-JE. Su padre solo desea hacerse de más poder. Si con eso, logramos ganar... El riesgo lo vale. – Cristaldi no pudo negar nada a las palabras de Vasco.
-Lady Schnee nos da el poder para poder luchar por nuestra causa...
-No Legrenzi... - Vasco debía de decirlo en cierto modo, este niño puede tener un aire majestuoso... pero es ingenuo. Demasiado... - Solo lo hace para su beneficio y el de sus aliados, nosotros solo somos... una herramienta que se puede romper.
-... Con tal que cumplamos nuestras metas... Lo aceptaré.
-¿En serio? – Vasco le sonrió al niño. - ¿Y una vez la cumplas, que sigue? Tu odio... no cesará. Tu lucha no acabará... ¿No te entristece eso?
-... Nací por una razón. Y... - el niño apretó los puños mientras temblaba. – No puedo perdonar a los demonios por...
-Si... Lo sabemos. – Vasco soltó un suspiro cansado. Sabía que la mentalidad de este niño, no cambiará con sus palabras. Jamás. – Vamos... Nos esperan. Es la hora.
A esas palabras, los 3 caminaron en dirección con el resto del grupo de guerreros, listos para la pelea. No había marcha atrás.
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En otro lado, Millium estaba oyendo el plan final... Se notaba que Azazel había logrado un buen modo de comunicarse con ella. La mujer sabía que debe de hacer, pero... Jamás pensó que el plan final, de su bando, sería este.
-¿Qué desean hacer qué...?
-Debemos eliminarlos Millium.
Vio a Winter como si estuviera loca. No era... ¡Eso no era lo que acordaron! Se supone que solo iban a pelear... nadie dijo de matar a nadie.
-Ósea que por eso trajeron esos muñecos. – Señalo a las máquinas, que estaban esperando la orden de... moverse. – Es... ¡Es absurdo! Se supone que... ¿¡Por qué desean esto con tanto fervor!? Se supone que todos los presentes aquí, tenemos la misma idea. El bien del futuro.
-Son demonios y seres sobrenaturales Millium. Ellos no deben de regir el destino del mundo de los humanos...
-¿¡Y cuando los humanos han hecho algo bien por si solos Winter!? – La mujer de rango se sorprendió al oír como le alzó la voz. - ¿¡Acaso no lo ves!? Estamos actuando como esos seres que... dices odiar. Como los demonios que creen ser mejores que el resto. Yo... No me pidas que este de acuerdo contigo y el General... No puedo...
-¿En serio crees que puedes simplemente decir no Millium? – Winter se le acercó a la chica con fiereza. – Estas aquí por algo. Y debes cumplirlo. Es una orden.
Millium apretó los dientes al oír esas palabras. Tanta era su rabia, que jamás pensó que diría lo que salió de su boca a los segundos.
-¿Orden? Bah. Ya empiezas a hablar como tu padre... - Winter se mostró horrorizada al oírla. – Hablaste con él para poder usar eso... Eso que tu familia protegió con recelo por propia avaricia, ahora tu padre lo desea usar para ganar poder... y tú aceptas para hacer lo mismo Winter... Dices que lo odias, pero al final... estas actuando como él. Eres un hipócrita.
No supo cuando fue que cayo al suelo o como el sabor del hierro llegó a sus labios. Pero cuando el segundo de mareo se fue, supo que Winter la había golpeado con tal fuerza, que la mandó al piso. Millium pasó de la sorpresa, al horror... a la rabia en una fracción de segundo.
-Tú...
-¡Jamás! – Winter trató de calmar su voz, pero se notaba por el color de su cara y como algunas de sus venas del cuello se hinchaban, de que estaba de todo, menos calmada. - ¡Jamás me compares con ese bastardo! – Se vio como la mujer levantó a Millium del cuello del uniforme, para luego... - ¡Harás lo que debes de hacer Millium, es una orden como tu superior!
-... Púdrete.
Antes que las dos se lancen a los golpes, ambas sintieron como eran separadas por la fuerza de los dos hombres que las acompañaban. Elliot tomó a su esposa y el general a Millium, ambas tratándose de zafar de ellos, para poder hacer lo que querían... matarse a puño limpio.
-¡Suéltenme! ¡Le enseñaré a esa mal agradecida lo que se merece!
-¡He estado en esta organización desde que nací, estúpida! – Millium pateaba al aire, porque estaba harta. - ¡Y he visto como sus ideas solo han empeorado todo! ¡Y tú...! – Miró a Elliot con lágrimas en los ojos. - ¡Se supone que eras amigo de Rean! ¡Pero tu odio pesó más! ¡Hasta el punto que vas a pelear contra lo que él ha luchado con tanto esmero! ¡Eres un bastardo!
-Lo hago por la gente que merece justicia... los que perdieron algo por culpa de lo sobrenatural Millium. No espero que lo entiendas.
La frialdad de las palabras de Elliot, solo hicieron que Millium entienda que no había otra. Su camino, su decisión... todo se decidió en ese mero momento. Ella, con mucho esfuerzo, se libró de los brazos del General. Lo miró...
-... Pelearé en esta batalla. Pero luego de que acabe, sea cual sea el resultado... Me iré. Renuncio.
El hombre miró a la chica con frialdad. Tanto... que ella se mostró incomoda. Tanto que... hasta sintió que deseaba vomitar por el peso de las emociones que la estaban envolviendo en estos momentos.
-... Acepto tu renuncia Millium. – Ella asintió. – Pero lucharás en esta batalla, como una última vez. Y lo harás, siguiendo lo que planeamos.
La mujer se mordió la lengua... porque estaba segura que si no hacía presión, iba a decir todo lo que tenía en la cabeza. Y no era el momento. Asintió con los deseos menos honestos en la historia de la humanidad, porque debe de estar ahí... debe de hacerlo, si quiere que el plan salga como... se debe.
-¿Por qué tanto desprecio a razas que están tratando de ayudar a que el mundo sea mejor...?
-Porque... - El general, miró a la chica, como diciendo que era obvio. – El destino de los humanos, debe ser regido por ellos. No por Dioses, ni por seres que en el pasado trataron de destruirlo. Los humanos podemos lograr grandes cosas, sin necesidad de usar lo sobrenatural. Con nuestro ingenio y tecnología, podemos lograrlo... Ser los mejores.
Millium quiso decir algo... era una estupidez. Pero estaba segura que hay miles de personas en el mundo, que creen que no necesitan de nada más que lo que este hombre dijo. Era... horrible el pensar que, como en el mundo sobrenatural, hay seres que ven a los humanos como simples esclavos o seres inferiores, entre los mismos humanos, hayan personas que ven a los seres sobrenaturales, como simples monstruos sin sentimientos o malvados de por sí. Era irónico, lo que la supremacía de uno puede llegar... Ven solo las diferencias que odian, que no notan los similares que son.
Millium solo se calló. Asintió, como diciendo que hará lo que se acordó... Para luego escuchar lo que siguió...
-La hora a llegado. Nosotros bastamos para acabar esta batalla de manera exitosa. No sólo ello, tenemos el equipo necesario, así como la ventaja numérica. Esos seres no sabrán que los golpeó. Y con esto, podremos demostrarles a todos los gobiernos, que solo necesitan de nuestro apoyo y poder... No a esos seres.
Winter y Elliot asintieron a las palabras del hombre, solo para seguirlo a donde ya estaba por iniciar todo esto. Millium por su lado, solo miró de reojo las cosas que van a usar. Además, de la fuente de energía que tienen... ¿Qué no necesitan de los seres sobrenaturales? Que buena broma, porque estaban usando una energía creada por estos, para mover esos muñecos. Pero no importa... Hará lo que debe de hacer.
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Finalmente, era la hora... Crow estaba seguro que el cielo estaba con una tonalidad y una pureza, fuera de este mundo. Podía ver las estrellas. Podía ver... que bello era el cielo de los humanos. Tan vasto, tan brillante por los astros que dan su luz a miles de años luz de este planeta.
Era raro pensar, que antes no lo habría notado. Pero la muerte ha sido algo... que le ha hecho entender, el valor de la vida misma. Que nunca es tarde para que cada uno tenga un... renacer. Y no hablaba del sentido literal de la palabra. Hablaba de...
-Pensando de nuevo en eso... - la voz de Corbenik, quien en cierto modo, parecía entenderlo... sonaba con algo de... tristeza. – No puedes cambiar lo que está por pasar o lo que ha pasado. Es algo más grande que tú. Pero si puedes dirigir el camino por donde se irá.
-Siempre sentí que... mi muerte tuvo un sentido. Creo que ahora lo he visto. El saber que Rean logró tanto, que sus acciones influyeron en el mundo, solo me hace entender que... hice bien. Pero en verdad, me hubiera gustado...
-Lo sé. Es más que obvio, que tú no eres con quien debía de estar... Pero me alegro que tuviéramos el tiempo de hacerlo. Porque estoy seguro, que en otra vida, quizás este lazo que tenemos, no se debió crear de modo artificial.
Era lo mejor que él le había dicho en las semanas que ha estado aquí... Pero le bastaba. Más de lo que puede imaginar. Su mirada se tornó más seria, al sentir que la hora se acercaba.
-¿Está aquí? ¿La persona con la que debes de ir?
-... Si. Lo está. Parece que sintió mi llamado... Es bueno. Con esto, podremos hacer que la batalla valga la pena. Solo espero que el otro yo de Skeith tenga la capacidad de hacer esto. Porque, si ese viejo hizo lo que hizo, del modo que creo... entonces una vez lo usemos, no habrá límites. Será ir con todo... y espero que la dimensión donde estamos por pelear... resista lo que se viene.
-Tengo entendido que así será. Parece que la crearon con la idea poder soportar a seres de clase Dios o más alto.
-Si es así... me basta. Ya queda el resto en manos de esos niños. Pero no creas que, porque quiero liberarme de la prisión en la que estamos, que les pondré la cosa fácil. Esta es la prueba final... de ver si estos chicos, son dignos de ser considerados, los sucesores del hombre que moldeó al mundo.
Se notaba que, a pesar de que no participó de modo directo en el pasado, como uno pensaría. Corbenik sentía orgullo en haber sido parte del poder de ese hombre. Del Rey Supremo. De que ayudó en moldear el mundo. En hacer que nazca y crezca como lo ha hecho hasta la fecha. Con sus errores, sus caídas... así como sus logros y puntos buenos. A fin de cuentas, el mundo se crea en balance al orden y el caos.
Los Dioses eran el orden natural... Pero fueron las Fases de la Onda, los que crearon ese caos necesario para que el mundo cambiara. Y era el momento que lo hagan de nuevo. Crow lo sabía. Sabía su parte en esto... su parte, como un simple peón desechable, pero que servirá para que las piezas importantes, puedan darse el Jaque Mate.
El ver como el destello de luz, que era el círculo que lo llevaría al campo de batalla, se creaba, lo hizo entender que... era la última vez que vería este cielo. Porque...
-Muy bien Corbenik. Hagamos esto...
-Si. Por el camino que debemos tomar.
Crow se puso la máscara que tenía en mano, listo para lo que se venía. Alzó la vista de nuevo, viendo el cielo y sonriendo, como despidiendo a un amigo de toda la vida. Es más, solo espera que...
-Rean... espero que me perdones por todo. Que los que han estado contigo todo este tiempo, lo hagan... Pero es necesario... Porque el mundo debe de cambiar y solo tú, puedes abrir esa pequeña puerta, para que esos chicos, se alcen con la victoria futura.
Dicho eso, Crow desapareció en medio del destello de luz que trajo el círculo. Era la hora de la batalla. Del Renacer de una voluntad que moldeó el mundo 2000 años atrás.
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