Princesa y Examen
-¿En serio hermano? – Lavenza miraba a su hermano mayor quien estaba más que listo para su gran hazaña. – Es el plan más estúpido que has tenido hasta la fecha.
El joven sonrió algo complicado, su plan de querer entrar al castillo para tomar "prestado" el siguiente volumen que su hermana había estado leyendo hace unos meses. Sobra decir que Himmel parecía ya un ladrón listo para entrar en su labor.
-Oh vamos, sé que deseas ese libro. – la chica quiso refutar pero no pudo... Estaba deseosa de saber lo que seguía ya que había asimilado a la perfección lo que había leído y desea saber más. – Es más, no será tan difícil.
-¡Deseas entrar al castillo cabeza hueca, claro que lo es! – Lavenza tosió un poco tras ese grito. – Ugh... tú harás que mi vida se acorte...
-Con esas cosas no se juega Lavenza... - El joven no desea tener ese escenario en su mente. – es más, es perfecto... Amane está ocupada con Yuuji, sabes lo mucho que ella le encanta darle... servicios gratis.
La chica se sonrojo a esas palabras, imaginar a su guardiana haciendo eso en el piso de abajo... Suerte que aprendió a aplicar un hechizo para filtrar sonidos, suerte que es uno básico... ver a su hermano ir a la ventana hizo que tome un suspiro, sabe que no lo va a detener.
-Sólo ten cuidado. – Himmel asintió para luego dar un salto hacia afuera del lugar.
Al pisar tierra, inició su travesía hacia el castillo. Debe de darse prisa, no querrá tardar mucho y regresar en la noche. Además, siempre evade a esos tontos guardias todos los días...
¿Qué tan difícil puede ser?
...
-La próxima... me tragare mis palabras y no tentare al destino. – Decir eso de uno de los arbustos que yacen en el jardín real... no es buen modo de decir que tu plan va de viento en popa.
Himmel notaba que estos guardias estaban más entrenados que los idiotas con los que trata día a día... estos tipos deben de ser la élite. Muy bien, no es un mal reto...
Al ver el camino libre, el joven salió de su escondite para poder ir finalmente subir uno de los muros. Con una velocidad y agilidad felina, el joven se puso sobre el techo a donde el muro lo llevó y empezó a buscar su próximo camino.
Fue en eso que escucho como gritos de entrenamiento, eso llamó su atención y se acercó lo más que pudo ya que no desea ser descubierto. Al ver el origen del sonido, se pudo ver que en efecto... era un hombre alto y robusto entrando a un grupo de niños.
La mayoría se notaba que eran nacidos en cuna alta, mientras unos pocos eran tal vez a lo mucho unos simples prospectos a reclutas... No duda que de entre los 30 que hay aquí... sólo unos 3 pasarán que sean por esfuerzo ya que... los hijos de noble ya tienen acceso seguro y no entrenan como se debe. Que idiotez... esos dos chicos... El de cabello celeste claro y el de cabello gris largo... parecen ser como él, pero al menos deben tener una mejor economía... maldita sea su suerte.
-Tch... no tengo tiempo para esto. – Dejó a un lado sus sentimientos de rabia y se enfocó en buscar la biblioteca.
Tras lograr entrar al interior del lugar, por una de las ventanas, era bueno que al final estaba en un lugar que... que le dé más fuerza a la pisada ya que normalmente anda de techo en techo...
Caminaba con cuidado para finalmente entrar al lugar que parecía ser un gran comedor, iba en silencio ya que no desea alertar a nadi...
-¡No apoyo esto! – Himmel dio un grito silencioso y se escondió bajo la mesa a toda velocidad mientras se tapaba la boca. - ¡Apeiron, nuestra hija aún no cumple 12 y ya estás hablando de casarla!
-Entiende, es por la estabilidad del reino y por lograr un punto de acuerdo. – el que parece ser el rey, sonaba algo cansado.
Himmel pudo ver en efecto que ambos reyes se sentaron... en la zona dónde él yacía escondido.... Maldita sea suerte. No ayudaba que la reina usara unos vestidos que dejaban poco a la imaginación.. Esas bellas piernas...
-¡Noooo, no soy un pervertido! – Por algún tipo de motivo siente que este será un problema que lo seguirá toda la vida.
-¡Tonterías, lo que pasa es que eres un blandengue! ¡Eres el Rey maldición, muestra que tienes algo en la entrepierna! – Se nota que la reina es la que tiene las riendas en esta relación... Himmel contuvo la carcajada que quería dar ya que... Era demasiado.... - ¡Charlotte no sabe por qué le estamos haciendo esto!
-Lo entenderá cuando crezca, es por el bien del reino... Este cada día está peor, sabes que los Dioses de los otros lugares están en algo preocupados por la constante actividad de ese Dios... quien les quita más y más creyentes sin intentarlo... - Himmel había oído de ello, al parecer algo grande estaba cambiando en el mundo allá afuera. – Charllotte no debe de...
-La proteges demasiado, es una chica fuerte... puede ser infantil a veces pero es muy perceptiva... No la estas ayudando a crecer. Un día, ella te lo dirá en la cara. – Al parecer la reina cree en su hija. – Es más, quisiera que ella tuviera la misma oportunidad que tuvimos nosotros, de elegir con quien casarse...- Parece que el tema del matrimonio va tener para rato.
Ambos reyes siguieron charlando varios minutos hasta que finalmente optaron por salir del lugar. Bien se oyó el sonido de la puerta cerrarse, Himmel no perdió tiempo en salir de ahí... estaba más que seguro que quedarse más tiempo puede ser malo para él. Siguió en su búsqueda de la biblioteca para poder tomar ese bendito libro y largarse... El problema yacía en que el lugar era un maldito laberinto y estaba en todo, menos cerca de hallar la dichosa biblioteca... al contrario, se vio en un maldito jardín algo pequeño... de seguro el jardín personal de alguien.... Oh...
-¿Quién anda ahí...? – Himmel se dio media vuelta al verse atrapado, listo para afrontar a quien sea que... fue en eso que la vio... ese cabello plateado, la piel de un rosa suave y esos ojos azules... era ella, era la princesa. – Ahm... ¿Estás bien? Tienes la cara roja.
Esas palabras bastaron para que el joven reacciona.... ¿Acaso se quedó como un idiota viéndola...? ¡Maldita pubertad! La princesa llevaba un vestido blanco de una sola pieza, se notaba que aún era joven pero ya se veían signos de crecimiento en ciertas áreas... en especial los pech... ¿¡Qué le está pasando!? ¡Ha visto los de Amane varias veces y...! Ahí yacía su respuesta, parece que desarrollo una afición por los pechos sin querer.... Oh la dicha...
-No... Estoy bien.... – Fue en eso que notó que había sido descubierto el muy idiota... ¡Su plan de infiltración ha fallado! Mientras se maldecía con todas las palabras mal sonantes de su vocabulario, logró ver que la princesa tenía en sus manos el libro que él estaba buscando. – Ese libro...
-¿Oh, esto? Es un libro que mi papá me dio, pero no entiendo nada de lo que dice... - La niña infló sus mejillas y lanzó el libro a su derecha. - ¡Estúpido libro!
-¡Oe, así no debes tratar un regalo!
-¡Hmph, este libro se lo dio el tipo que desea que me case con su hijo! ¡No me casaré con él, digan lo que digan! – Himmel no creía lo que oía, esta niña no era lo que pensaba que era... Se notaba a leguas que lo de princesa lo tiene solo de título. – Es más...
Himmel no supo si era una ilusión óptica o similar... Pero puede jurar que alrededor de la princesa hay rosas y destellos de luz mientras ella miraba el cielo con ensoñación...
-¡Charllotte desea casarse con un caballero de brillante armadura! - ¿Por qué referirse a ella en tercera persona? ¿Por qué todas las mujeres tienen esa ensoñación? Y en serio... ¿¡De donde salió todo el decorado!?
-Claro... Como diga princesa...
-Charllotte, llámame Charllotte... - la niña le sonrió, cosa que lo sacó de cuadro ya que nunca nadie aparte de su hermana y Amane habían... - ¿Y tú eres...?
-Himmel... - la princesa se sorprendió al oír eso...
-"Cielo"... tu nombre significa cielo. – La niña sonrió y el joven se mostraba cada vez más encantado con la sonrisa de la niña, se notaba que era pura... algo que ya casi no existe en este mundo. – Oh... lo olvidaba, mejor sal de aquí... mis padres ya vienen.
-Oh claro... Ahm... el libro... Como no lo quieres ¿Me lo puedo quedar? – ella asintió y el joven no tardó en tomar dicho libro para empezar a subir el muro y emplear la huida.
-¡Estoy aquí todos los días antes de la puesta de sol Himmel! ¡No dudes en visitarme! – Oír a la princesa decirle eso... No pudo evitar sonreír.
Al final, salir fue mucho más sencillo que entrar. Obvio, ya conocía el camino que debía tomar y cuando se vio al final libre de los muros del castillo, el joven soltó un largo suspiro... Fue en eso que se dio cuenta de algo... ¿Cómo es que ella...? Tal vez sus ropas le digan que él no era del lugar pero aún así... Cómo supo que entro de hurtadillas. Fue en eso que recordó lo que oyó de la Reina... que la princesa era más perceptiva de lo que le dan crédito.
Luego de ello, Himmel le entregó a Lavenza el libro y la chica estaba más que encantada de poder seguir con su lectura. No sólo eso, ya cada cierto número de días era costumbre de Himmel ir al castillo y escabullirse en el castillo para ver a Charllotte, tal como le prometió. La princesa se mostraba feliz cada vez que él venía, se mostraba que la chica no era común... Era muy noble, algo que nadie ve en estos días. Hasta ella le daba los libros que parecen ser la continuación del que se llevó.
Fue en esos días que ambos aprendieron del otro, ella aprendió que él era huérfano y que sólo tenía a su hermana como única familia directa. No sólo ello, que incluso podía sentir que en ella podía ver una amiga de verdad... Cuando le comentó que vivía con una... prostituta, la niña le pregunto que era eso... Obviamente sintió una incomodidad enorme ya que no desea ser la persona que mancille la mente pura e inocente de la princesa.
Por otro lado, también él aprendió mucho de ella. Ver que era muy perceptiva para su corta edad y que además lograba captar cosas que otros fallaban, tenía un don para entender a las personas y poder conocerlas como ningún otro que había visto. Charllotte admitía que la idea de tener un amigo de verdad era algo que la ponía muy feliz, hasta deseaba poder conocer a la hermana de su nuevo amigo, oír que era muy lista le daba curiosidad.
Los días fueron así por mucho tiempo.... Sin que lo notaran, Himmel estaba ya cerca de su cumpleaños número 13, la edad en la que cualquiera podía hacer el examen de ingreso a la guardia real... Y la idea había estado en la mente del joven por un tiempo, no por la fama u otras cosas materiales... sino para sacar a Lavenza y Amane de ese lugar... Darle una mejor calidad de vida a su hermana y de hacer que Amane al fin salga de... ese mundo en el que estaba.
-¿Seguro de esto Himmel? – Yujin estaba en frente del chico, había terminado de tener su tiempo con Amane y estaba saliendo del lugar. – La vida de un soldado no es placentera.
-Lo haré... Quiero darle algo mejor a Lavenza y a Amane... ella también merece ser feliz luego de haber hecho tanto por nosotros. – el soldado miró al joven con su clásica mirada fría pero sonrió al final.
-Bien... si tanto lo deseas, hazlo... no te juzgare. Eso sí, no esperes que sea benevolente contigo por ser conocidos... Soy el capitán de la guardia a fin de cuentas. – el soldado se empezó a retirar no sin antes... - Con respecto a Amane... no es claro pero estoy en charlas para cancelar mi compromiso. – Himmel se sorprendió al oír eso. – Créeme, no estoy con ella sólo por su cuerpo... No le digas nada, no hasta que tenga algo ya definido.
Himmel sonrió al ver que tal vez... Con esa noticia, el joven se empezó a preparar para lo que sería la prueba, una que es llevada frente a una gran multitud... de paso para que el reino vea a sus futuros guardianes y en otro ámbito, mostrar el poder de los hijos de los nobles... Himmel sabía que debía hacer... se había entrenado en secreto para poder pelear... Desde ese día hace 4 años... Alejó el recuerdo de su mente ya que no necesita tenerlo ahora... tenía varios días para prepararse, debía entrenar...
Un día antes de las pruebas, Himmel había visitado a Charllotte para informarle lo que iba hacer para que no se sorprenda cuando lo vea en las pruebas, ya que es común que la familia real este presente para ver a sus posibles nuevos reclutas.
-¿Seguro de querer hacer esto Himmel? – Charllotte miraba a su amigo quien tenía las manos vendadas por haber practicado tanto. – No quiero que te lastimen...
-Estoy bien, soy más duro de lo que aparento. – Golpear su palma con su puño no fue una muy buena idea... - Oh rayos...
-Es sólo que... Las pruebas para reclutas de soldados no son tan fáciles... sólo 6 entran y 3 de los puestos ya están tomados por los 3 hijos de los líderes del consejo de mis padres. – Charllotte sabía que había trampa en todo esto, era muy perceptiva y Himmel lo había visto de nuevo. – Sólo podrías entrar si es que...
-Lo sé, eso es lo que planeo hacer desde un inicio... Vaya que será divertido. – Charllotte había aprendido a ver que su amigo puede ser un gran tonto... - Además, esto lo hago por razones que van más allá de mi... lo hago por ellas, para que tengan una vida mejor. Y... - Miró a la chica, como deseaba poder decir que para poder protegerla también, con los días la había considerado una gran amiga... Vaya que los nervios ganan... - Y deseo poder hacer más por este reino y quienes lo dirigen y dirigirán.
Charllotte sonrió a esas palabras, nada podía hacer para detenerlo... sólo desearle a su amigo buena suerte y que en verdad logre lo que se propone. Era lo único que podía hacer por él...
Era el día en que las audiciones se hicieron, el lugar entero estaba repleto de gente. Todos jóvenes de su edad que estaban deseosos de entrar a la guardia del Reino. Se era bien sabido que ser un soldado que sirve directamente al rey da paso a varios privilegios, entre ellos tener un ingreso para que tu familia tenga una mejor vida sin importar si eres de clase baja.
-Ahm... hermano, creo que lo mejor es irnos. – Lavenza se mostraba asustada de ver que habían varios contendientes y algunos eran más grandes que su hermano, algo ridículo si piensas que todos aquí tienen 13 años...
-No dudes de mí Lavenza... - El joven se mostraba algo ofendido de que su hermana dude de él...
-Ya... Lavenza, hemos venido a apoyar a tu hermano... aunque no me guste la idea de que él haga estas endemoniadas pruebas. – Amane consideraba al chico el hijo que nunca tuvo, la idea que se una a la milicia sólo para que ellas... - Sólo ten cuidado Himmel.
-Lo tendré, esto será sencillo. – Himmel sonrió confiado, él mismo sabía de sus habilidades y duda que haya muchos aquí que puedan ganar.
-No suenes confiado... - El joven volteó al escuchar la voz de alguien, ver que era el mismo chico de cabello celesta que vio entrenar el primer día que se coló dentro del castillo. – Se nota que eres un corriente...
Himmel contuvo sus deseos de ir y golpear al idiota en frente suyo... lo admite, no es el de los mejores modales pero él jamás juzga al resto sin conocerlos mejor... Justo en eso, el otro chico que vio ese mismo día, el de cabello largo y gris... ¿Por qué tiene el torso desnudo....?
-Jaja, vamos Mikleo. No juzgues al chico, puede que solo tenga nervios. – Pasó a ver a Himmel y sonrió con burla. – Aunque con lo enano y flaco que es... - Oír la palabra enano si lo hizo sentirse mal... Lo de flaco lo atribuye a que no come lo necesario a diario pero lo de enano... eso si duele...
-¡Oigan, no molesten a mi hermano! – Lavenza apareció en defensa de su hermano mayor, ella nunca dejará que alguien lo discrimine. - ¡Cuiden sus palabras! – Lavenza era la más pequeña pero vaya que tenía carácter...
-Esta enana tiene caract... ¡Of!
-¡NO ME LLAMES ENANA! – Y la palabra enana es tabú para ella, el joven sin la camisa lo aprendió a la mala.
-Te lo merecías Zaveid... - el chico llamado Mikleo solo vio como su amigo trataba de recuperar aire tras el buen golpe de Lavenza. – Da igual, no pierdas tu tiempo aquí chico. No pasarás de las preliminares, no malgastes tu tiempo.
Dicho eso, el joven se fue con el tal Zaveid a sus lugares de espera mientras Himmel echaba humo... Esto era una burla a su persona y eso es algo que él jamás le permitirá a nadie... excepto su hermana y Amane... Charllotte también... ¡Pero aparte de ellas 3, nadie más puede!
-Grr, ya verán.... Haré que se traguen sus palabras...
-Así se habla Himmel, no todo lo que importa es la estatura. – el joven se quedó piedra ante el comentario de Amane quien soltó una risita tras decir eso.
-Creo que no era necesario ese comentario... - Lavenza vio como su hermano trataba de salir del shock de que le llamen enano...
Al final, todos los candidatos estaban ya en su lugar en la gran arena del lugar con todos ya los candidatos... Se veía que la mayoría de ellos eran de clase media... él parece ser el único de clase baja, las ropas lo delatan. Vino con lo mejor que tenía, pero los cortes y la ligera suciedad en esta no eran posibles de ocultar. Al menos Lavenza y Amane vinieron con algo que las hace pasar mejor que él... En eso alzó la vista al ver que en efecto, los reyes y Charllotte estaban ahí. La princesa lo vio y se notó el intento de la chica por aguantar el deseo de saludarlo y desearle la mejor de las suertes.
A un lado apartado de los candidatos, Himmel pudo ver a 3 chicas que estaban mirando todo... de su edad sino lo ve mal. Una era de cabello corto rojizo y ojos verdes, la otra de cabello blanco atado en cola de caballo y ojos azules cielo. La tercer de la talla de Lavenza, de cabello rubio corto y ojos azul zafiro. ¿Por qué están...?
-Ella están dentro, no deben pasar por un examen porque fueron elegidas para ser las damas de compañía de la princesa. – El chico llamado Zaveid estaba a su lado y le informo sobre la duda que tenía. – Fueron seleccionadas por la Reina misma, que se sabe es una gran guerrera.
-Ya veo.... ¿Por qué me comentas de esto? – Zaveid sonrió a la pregunta de Himmel.
-Simplemente me sentí generoso. Observa... - señaló con la mirada a los 3 de adelante. – Esos 3 son hijos de los líderes del consejo, ellos ya tienen puestos ganados por lo que de los 6 que normalmente son, solo hay 3 disponibles... sólo porque sus padres son muy amigos del rey. – Señaló donde los reyes estaban, se podía ver a los nobles ahí sentados... muy tranquilos. – Tch, dan rabia.
-¿Cuál es la razón de la que estén aquí? ¿Presumir que ya tienen hijos en la guardia real?
-Puede ser... aunque el que ves ahí. – el joven señalo a un chico que era muy alto para la edad que tenían, parece de 16. – Es el hijo del Jefe del Consejo y el prometido de la princesa, Hart es su nombre y créeme... es odioso... Se cree la gran cosa porque sabe magia avanzada.
Himmel miró al tipo y notaba como pasaba a ver a Charllotte quien no lo miraba, la chica estaba viendo a su amigo y parece que el noble lo noto. Parece que tendrá un gran embrollo... Mikleo se acercó a ellos, miró a Himmel con algo de desprecio, de seguro porque no lo considera digno para estar aquí. Sólo se puso a un lado en silencio.
-Tu amigo me odia...
-No le hagas caso, lo que si debes de centrarte es que serán muy estrictos contigo por ser.... Bueno, tú entiendes... - Himmel asintió a esas palabras, sabe que por ser de clase baja no la tendrá fácil. – Te deseo suerte chico, la necesitaras.
-Gracias... al menos uno aquí es algo amable. – Himmel pasó a ver al frente ya que el capitán de la guardia real, quien él ya conocía porque era el "amante" de Amane. – Parece que es como dijo, las conexiones no sirven para los que no somos nobles, hora de ponerse serios. – Himmel se preparó para lo que venía, aquí se decidía lo que hará el resto de su vida.
-¡Atención a todos, el examen va a comenzar! – Yuuji si que se mostraba animado... o eso es lo que Himmel desea creer. - ¡Los exámenes serán vistos en persona por los mismos Reyes y sus consejeros para que vean a los que serán sus posibles soldados.
El sonido del público estaba dividido, unos hablaban de que todo esto era un circo para hacer ver bien a los hijos de los nobles en el grupo. Otros veían las cosas desde un punto de vista más positivo... la oportunidad de que jóvenes promesas hallen una oportunidad de crecer. Himmel estaba seguro que podía hacerlo, se había entrenado arduamente estos meses y además... Gracias al cielo que Lavenza puede simplificar lo que dicen esos tontos libros.
El joven noto los nervios en la mayoría de los presentes, excepto 5... los 3 nobles y los 2 jóvenes que conoció. Esto le hace entender que tiene que ser notado.
-El primer examen es simple, deben de mostrar potencial mágico. – A esas palabras, de uno de los soldados al lado de Yuuji, hicieron que Himmel lo vea con ojos abiertos.
¿Potencial mágico? Pero casi nadie aquí sabe siquiera poder canalizar su energía... eso es algo que pocos pueden hacer de modo natural y otros que son enseñados. Pasó a ver al capitán quien con los ojos señaló a los de arriba... los nobles.
-¡Maldita sea! Los muy bastardos han arreglado los exámenes... La mayoría aquí será eliminada y pocos serán los que avancen. – Ver como los 3 chicos nobles lograban mostrar su poder mágico hizo que el joven pase a ver al resto...
Mikleo y Zaveid no mostraron ningún inconveniente, el aura celeste y verde alrededor de ellos decía que tenían esto en la bolsa... Himmel en cambio... no sabía si lo que sabe bastará. No tenía más opción más que simplemente arriesgarse... tomó aire y concentró poder en su cuerpo... alrededor de él se formó una ligera capa de energía de color negro... era muy delgada pero bastó para que el examinador le diera el pase.
Lavenza y Amane sonrieron al verlo avanzar, Charllotte estaba feliz por su amigo pero la reina se vio sorprendida... esa ligera capa tal vez a simple vista era débil... pero a sus ojos denotaba qué el chico tenía un gran potencial, no por lo delgada sino por el poder bruto que sintió de ella... tal vez ese delgado estado era su límite para no hacer un daño... no lo sabe, debe estar atenta a ese muchacho.
La siguiente etapa del examen pasó a ser una de inteligencia... era obvio que no aceptarán a alguien sin conocimientos...
-¿Tu hermano estará bien? – Amane miro a la chica quien estaba sudando nerviosa.
Lavenza adoraba a su hermano, era su familia y la persona más importante para ella, siempre iba a estar de su lado sin importar qué... pero no puede ser ciega a la verdad... Himmel es pésimo cuando se refiere a usar el cerebro. Se veía como el joven trataba de resolver una fórmula mágica, el temblor en su mano y el humo que salía de su cabeza era designio de que el pobre estaba al límite...
-Espero que si. – La chica sólo pudo rezar y rogar que el cerebro de su hermano no quede dañado luego de esto...
Al mismo tiempo, la reina Helba miraba al muchacho. Le resultaba algo gracioso como el chico usaba sus dedos para contar lo que sea que esté calculando. Pasó a ver el resto, pudo notar que Hart y sus amigos estaban más que tranquilos poniendo las respuestas que de seguro ya sabían de antemano. Vio a Mikleo y Zaveid respondiendo, conoce al primero y él tratará de hacer lo más posible y el segundo... sólo responderá lo justo y necesario.
El resto de chicos estaban con los ánimos por los suelos, unos pocos parecen en verdad saber algo pero... la mayoría ya había desistido de intentarlo. Era justo esto lo que no le gustaba de los exámenes, mandan a resolver conocimientos que normalmente sólo un noble puede conocer o aplicar magia cuando la enseñanza a esta es estrictamente única de los de alta cuna... Hace años no era así, el mejor soldado que tienen, Yuuji, no sabía nada cuando se enlisto, le enseñaron desde cero y ahora era el mejor soldado que tenían...
Pasó a ver el chico que llamó su atención y pudo ver que no se había rendido... trataba de hacer lo más que podía y eso era admirable en verdad. Más porque demuestra que tiene espíritu.
-¿Cómo se llama? – la mujer preguntó al guardia que tiene a un lado, este la miro confuso. – Ese chico, su nombre... debió ponerlo cuando se inscribió.
-Oh... Es... - el soldado buscó en la lista que tenía en mano, recuerda al muchacho porque fue el último en inscribirse. – Himmel, no tiene apellido... su majestad.
-Entiendo. No es raro que alguien de clase baja no tenga apellido, tal vez no tenga padres tampoco pero ahí está, esforzándose para desafiar la vida que le tocó vivir. – La reina no pudo evitar sonreír al ver como leía cada pregunta, como deseando hallar una que le la certeza de pasar. – De ser sólo mi decisión, hubiera hecho pasar al muchacho pero ahora... debes demostrar lo que tienes chico, esta es tu prueba.
Charllotte se sorprendió al oír a su madre decir eso pero... sonrió al ver que ella tiene esperanzas de que Himmel pase, ella sabe que lo hará... Está segura.
-¡No voy a pasar! – En cambio el mencionado ya estaba al borde de la desesperación... - Nada, no hallo otra pregunta que pueda responder... - Había leído tres veces el examen y ninguna pregunta aparte de las que respondió le daban confianza. – Piensa Himmel, piensa... debes de ver más allá de lo obvio... Copiar... Imposible, tengo a todos los soldados del lugar viendo y sumado a la reina que se sabe es una maga espectacular... Descartado... Responder por mi cuenta, menos... no sé más... - Himmel se quería jalar los cabellos... miro a los costados y pudo ver que ya algunos estaban ya tranquilos...
No hay otra, deberá ir a la parte del ensayo, esa que normalmente nadie toca porque es de un tema que simplemente nadie ve y es un extra más que nada, las preguntas teóricas son las que normalmente se responden... dio vuelta a la hoja y se sorprendió al ver el tema... sonrió al ver que... Tras salir de esto le dará a su hermana un gran abrazo.
Empezó a escribir lo más rápido que podía ya que sabía que tiempo no tiene. Sólo podrá escribir lo que su memoria tenga, eso puede ser malo pero es lo que le queda... suerte que este tema si lo vio con Lavenza con atención porque le pareció interesante y más porque su hermana se lo había demostrado.
Con ya el tiempo en contra, Himmel logró escribir todo lo que tenía que decir... suspiró al ver que lo logró a tiempo... el examen había acabado, su mano le dolía, su mente desea explotar. Cayó sobre su mesa con el humo ya saliendo de su cabeza mientras todos veían con una gota de sudor como el joven acabó...
-Tómense unos minutos... se deben de revisar las respuestas... - Yuuji trataba de no reír ya que en verdad la imagen era graciosa.
La reina rio sin reparos ante la cara curiosa de los que estaban a su lado, ese chico era interesante... no duda que les dará una gran sorpresa.
-Cielos hermano... te sobre exigiste. – Lavenza le daba algo de agua a su hermano en uno de los pasillos. El pobre tenía jaqueca.
-No tan fuerte... me duele la cabeza...
-No es como si tuvieras migraña Himmel. – Ámame sonrió al ver como el chico se había esforzado, cualquier otro se habría rendido. – Muy bien hecho Himmel.
-No hablen como si fuera a fallar... Estoy confiado en lo que puse en esa pregunta. – Himmel sin duda se mostraba confiado.
-No es por ofender hermano... pero eres un cabeza hueca. Dudo que algo que pienses ayude. – el joven se mostró dolido de que su adorable hermana le diga eso... debe de ser la pubertad, si eso debe ser.
–Además, lo que preguntaron me vino de gracia. Más porque use tus palabras mi adorable hermana. – Lavenza se sorprendió al oír eso... ¿Acaso él...? – Justo de lo que me hablabas ayer.
La chica sonrió un poco para luego reír sin importar que le diera tos, su hermano tiene la suerte del diablo...
Mientras eso pasaba, Mikleo y Zaveid no entendían porque el chico ese reía con su hermana... era raro...
Ya en la última ronda, Himmel se veía muy feliz de haber sido de los pocos que habían pasado. Del total de 100 que hubo al inicio sólo quedaban 10... Él incluido. La prueba final era la más sencilla... al menos para él. Pelear, eso era lo que debían hacer. Demostrar sus habilidades de pelea y los mejores serán los que se queden. Como él ya sabe, la competencia real será entre él y los otros 7, pero no duda que esos dos ya están con un pie adentro... tuvo mucha suerte en la última, apenas pasó el examen y el anterior a ese pues... Duda haber pasado con honores. Esta es su última oportunidad...
-La parte final del examen es una pelea de práctica entre ustedes, las parejas son elegidas al azar para que no haya ninguna intención de trampa. – Eso era más que obvio... veamos con quien le toca pelear.
A los pocos minutos, las parejas ya habían sido elegidas y no duda que el mundo le tiene una cólera... justo le tuvo que tocar con el idiota ese que es el prometido de Charllotte.
Su pelea era al final, ahora mismo debe de ver al resto pelear... no le sorprende que ese chico Mikleo sepa usar el agua, le daba esa impresión... más porque podía usarla de distintos modos y más con el movimiento de ese báculo que parece comandar al agua. Zaveid, el viento... la idea de usar un péndulo para simplemente concentrar la corriente de viento y guiar al objeto... muy impresionante. Los dos oponentes de ellos no tuvieron ninguna oportunidad, era obvio que debías saber algo de magia para esta parte del examen... justo lo que le faltaba, no sabe si es magia pero...
-Oye, reacciona. Ya casi te toca. – Himmel pasó a ver a Zaveid quien le sonreía. - ¿Nervioso?
-Sólo pensaba en mis opciones... - Himmel no mentía, tenía que pensar en su plan de ataque.
-Me sorprende que hallas llegado hasta aquí, admito que tienes suerte... pero esta ya se te acabó. – Mikleo pasó a ver las peleas... no, esas no pueden ser llamadas peleas... era una lucha de un solo lado. – Detesto a esos 3 pero tienen habilidad y ni con tu suerte podrás superar este reto.
-Lo que mi amigo trata de decir, es que Hart tiene talento y ha practicado magia desde niño, junto a esos 2 bufones... podemos odiar a los nobles pero reconocemos habilidad cuando la vemos. – Zaveid pasó a ver donde las 3 chicas de antes estaban, mirando la pelea con aburrimiento.
-En verdad, creo que es ridículo que pongan a esos chicos ricos a pelear con unos que no saben ni lo básico. – Himmel se puso de pie, listo para ir a dar su batalla.
-No pierdas tiempo, alguien de tu clase no puede hacer nada. – Himmel miró a Mikleo con molestia. – No puede cambiar el resultado de todo esto.
-Quizás... pero creo que es mejor luchar y fallar, que sentarse y aceptar lo que el resto diga de ti. – Himmel continuó su camino hacia el centro de la arena.
Al ponerse en medio de esta, pudo notar que el chico que era su oponente se veía confiado. El resto de los espectadores ya esperaban que el resultado fuera el que todos esperan, con él en el suelo, derrotado. No les iba a dar ese gusto, si cae... lo hará peleando y demostrando que no todo el que recibe todo sin esfuerzo es quien manda.
La reina miraba atenta la batalla, a diferencia de su esposo y el resto, ella veía algo en el muchacho... tal vez no talento, pero si algo que muchos carecen. Determinación y voluntad, él no duda en hacerle frente a la adversidad con tal de acercarse a su meta. Algo digno de admirar sin duda alguna... además, pudo notar que su hija miraba al muchacho con interés y preocupación... interesante.
Lavenza por su parte rezaba porque su hermano salga con bien de esto, no le importa si falla... Sólo lo quiere a salvo. Amane también estaba preocupada, el chico tenía de oponente a alguien que lo superaba en todo... Himmel solo tiene un ataque mágico que practicó con Lavenza... no cree que eso baste.
-Muy bien mocoso, es hora de que vuelvas a casa a llorar con tu mami. – el intento de ofensa de Hart a Himmel estuvo muy fuera de contexto, más porque el chico no tenía a su madre con él... no luego de ese día...
Himmel apretó el puño al oír eso, sabía que era un insulto para hacerlo perder la concentración... aún así. Recordar el día en que sus padres fueron asesinados por unos bandidos... sólo él y Lavenza lograron sobrevivir... recordar ese día bastaba para que la ira del joven alimente sus deseos de usar todo su poder. Llámenlo inmaduro, pero nadie podría soportar todo eso sin reaccionar de algún modo... este era uno de esos casos. Himmel alzó la vista y se pudo ver un ligero destello en sus ojos... uno casi imperceptible pero que bastó para hacer que Hart trague saliva con nervios.
-¡Himmel, no dejes que lo que dice te afecte! – ver como su hermana le pedía calma, hizo que el sentimiento oscuro que crecía dentro de él se apacigüe... es cierto, no debe caer en su provocación.
La reina lo pudo ver, el chico tenía en su cuerpo un elemento que muchos dejan que los dome por lo fácil que la negatividad los absorbe, este chico no era distinto... pero esa chica, por lo que tiene claro es su hermana... ella emana un aura opuesta a la de él y lo ayuda a estar en calma... Dos hermanos que tienen fuerzas que balancean a la otra... Era... extraño. Pasó a ver como Hart quien en verdad se había asustado, pareciera que tiene en frente de él... una bestia lista para atacar...
-Je, mal por ti... mi madre murió hace años imbécil. – Himmel sonrió de manera algo tétrica al decir eso. – Pero gracias por decir eso, me acabas de quitar toda razón para no masacrarte. – Se puso en guardia, listo para la pelear.
Hart sentía... no, su cuerpo entero le decía que huya, que ese chico lo haría sufrir de una manera horrible. Pero no, el orgullo del noble era más fuerte que su instinto de supervivencia... volvió a poner su actitud confiada y se puso en guardia.
Cuando se indicó el inicio del combate, Himmel tomó aire... debía calmarse, no atacar para lastimar de gravedad a este idiota. No mientras los padres de este vean todo, no puede dar motivos para que lo descalifiquen... sólo queda atacar con todo.
-¡Acabare contigo rata de la calle! – justo cuando iba a atacar...
-¡Hablas demasiado! – Himmel canalizó poder en su puño derecho y...
Lanzó su puño al aire y de este salieron centenares de destellos de energía que fueron a impactar a Hart a una velocidad y fuerzas de gran magnitud. El impacto de estas era tal que uno podría jurar que se oía como los huesos del cuerpo de Hart se hacían pedazos... no pasaron ni 3 segundos para que el noble caiga al suelo, inconsciente...
-Una cosa más... nunca hables de mi madre para burlarte de mí, idiota. – Himmel escupió al suelo en señal de burla mientras el resto estaba atónito.
Los soldados fueron a ver al noble quien yacía en el suelo, estaba vivo pero se notaba a leguas que no se iba a levantar de ninguna manera. El grito de la madre del chico y del resto de personas en el lugar denotaba que nadie esperó esto. Lavenza en su lugar sabía que su hermano se había pasado con eso pero... no lo culpa, él siempre ha sido sensible con el tema de sus padres... al más pequeño intento de provocación esto sucede.
El grito de los padres de Hart de que apresen al muchacho fue ignorado por la reina quien con la mirada le dijo a su esposo que este callado. Él sabía que, en los temas de este examen, ella es quien tiene la última palabra. La reina pudo ver que su hija estaba algo... complicada, parece que no espero que su amigo hiciera algo así.
-¡Silencio! – el grito de la reina hizo que todos los presentes se callen. La mujer pasó a ver a Himmel quien seguía con esos ojos serios y hasta fríos... ¿En serio tenía 13? Esos son ojos de un adulto... La mujer señaló al joven. – Tú, hablaré contigo en privado... Mañana temprano se hará conocimiento de los resultados. Retírense. – si bien se vio la intención de los padres de Hart de reclamar, ella tenía la mirada firme y clara... No iba a cambiar lo que iba a hacer. – Lleven al chico ante mí, estaré en la oficina. – Los soldados entendieron a que se refería, esto era mejor... Así no tendrán hacer mucho.
Himmel por un lado... Supo que su mal carácter lo había metido en problemas, de nuevo.
Llegar al lugar donde la reina lo esperaba, era para ponerlo de los mil nervios... Himmel ya estaba preparado para el castigo que iba a recibir.
-Pasa, la reina te espera. – Yuuji le dio pase al joven quien asintió con algo de miedo. – No temas, la reina es muy comprensiva, además... el chico se lo merecía.
-Aún así... no reaccioné bien. – Himmel sabe que actuó mal, dejó que la rabia lo ciegue, esta pudo ser peor si su hermana no lo hubiera calmado...
-Anda ve, yo le haré compañía a Amane y tu hermana.
-¿Seguro...? Recuerda que...
-Sobre eso... soy un hombre sin compromiso ahora. – Himmel se sorprendió al oír eso, eso significa que... - Me verás más seguido... además de que ayudaré a Amane con ustedes, ella ya no debe hacer esas cosas.
-Hazla llorar y quedarás peor que el idiota ese. – Yuuji sonrió ante la amenaza del joven para luego irse del lugar, dejándolo a él... frente a la puerta... Rayos. – Ahí voy...
Himmel abrió la puerta para finalmente entrar a la oficina y verse cara a cara con la reina... la mujer sin duda alguna era muy bella, si lo tiene que decir. Es una Charllotte más adulta de cabello rosa claro y ojos verdes, su figura sin duda te hace dudar de que tuvo una hija. Se le ve muy joven...
-Pasa. – aunque su voz denotaba autoridad y eso lo puso de nervios. – No temas, si quisiera lastimarte lo habría hecho ahí en la arena frente a todos. – Eso no ayudaba en nada... - Sólo deseo hacerte unas preguntas. Anda, siéntate.
El joven tomó asiento para finalmente ponerse algo asustado, esta mujer tenía una expresión más fría que el hielo más helado y eso era ser amable en palabras. Himmel pudo notar que la mujer tenía en sus manos, su examen escrito.
-Seré sincera niño... ¿Cómo respondiste esto? – La mujer señaló la parte de su ensayo. – Y no me mientas, sé detectar una mentira cuando la oigo. – Himmel trago saliva, estaba condenado... - ¿Bien?
-La verdad... la idea no es mía... es de mi hermana. – la reina alzó una ceja al oír eso. – Verá, mi hermana leyó una serie de libros en relación a este tema y le surgió la idea que está aquí presente... yo sólo la puse porque no tenía más opciones.
-¿Le robaste la idea?
-¡NO! – el joven gritó de inmediato. - ¡Jamás tomaría la idea de mi hermana sin su permiso...! Ella es el genio en el campo de la magia, yo lo soy en pelear y otras cosas... - la reina asintió al oír su respuesta, era sincero... Se nota que adora a su hermana, lo ve en el tono de sus palabras.
-Muy bien... ¿Cuántos años tiene? Para que haya podido dar una teoría de esta clase, una en la que recomienda agregar emblemas o símbolos en los círculos mágicos para simplificar sus usos y enseñanzas... la vi en medio de los espectadores, me cuesta creerlo en verdad...
-Tiene 11 y es la verdad, ella es un genio en el campo... Si pudiera, la mandaría a la escuela de magia que hay aquí pero para ello se necesita dinero y... Que ella esté sana. – la reina no entendió ese punto...? ¿Sana? – Es muy enfermiza... cada cierto tiempo se enferma y para mucho tiempo en cama, hoy se sintió bien y por ello vino a ver el examen, aunque puede que mañana tenga que estar en cama.
-Ya veo... que lástima, un intelecto de esa clase desperdiciado por su mala salud. – La reina estaba planeando algo... él lo puede ver. – Aún así, la teoría la debe de haber leído... Esto no lo sacó de la nada. – Ahora si era el momento para que él se ponga nervioso. – Los únicos libros que hablan de estas ideas y el tema en profundidad están en el castillo... Mi castillo. ¿Cómo ella pudo saber del tema sin leerlos...?
-La verdad... yo... ¿Me creería si le digo que me escabullí en el castillo y los tome? – la reina lo vio con fiereza... parece que es su fin... sólo que ver como la reina reía a carcajadas hizo que se muestre muy confundido.
-Jaja jaja, calma niño... no te voy a ahorcar. – Se alegra de que sea así... ¿Pero por qué se ríe? – La verdad, mi hija al saber que iba a hablar contigo, me comentó todo de ti... Incluso que te metías en el castillo sin que nadie lo note, bueno... por parte de los guardias. Yo sabia que mi hija tenía un amigo que la visitaba cada cierto tiempo en su jardín personal, incluso Yuuji lo sabía, pero él no dijo nada, ahora sé porque... Él confía en ti.
¿En serio? Eso significa que todos sus intentos para pasar desapercibido eran en vano... aunque la reina si que tenía un extraño sentido del humor.
-Por eso hable con él antes de que vengas, él me habló de ti y que sólo reaccionaste así porque el tema de tus padres biológicos es un tema sensible para ti. Entendible... pero no justifica que reacciones así siempre que suceda algo así. Debes aprender a controlar tu carácter.
-Lo sé... Lamento mi actitud allá afuera. – La reina sonrió al ver que el chico sin duda es alguien que admite sus errores, eso es bueno...
-Ahora, con relación al examen... deseo saber porque deseas ser parte de la milicia de este reino. Por lo que vi, tienes un buen corazón, amas a tu hermana y los que son cercanos a ti. Pero también he visto un chico de actitud rebelde, fácil de enfurecer y muy burlón. No son buenas cualidades para un soldado, mucho menos para un miembro de la guardia real, quienes son los más cercanos a la familia real. – Helba deseaba ver la reacción del muchacho.
-No me importa ser un miembro de la guardia real en si... Solo deseo poder darle a mi hermana y a la mujer quien se tomó el cuidado de cuidarnos... Una vida mejor de la que tienen.
-Entiendo... Entendible y noble, de tu hermana lo comprendo... pero esa mujer. Sino tengo mal entendido es una prostituta, la mejor del reino... ¿Cómo es que ella terminó cuidándolos? – no había un tono de asco u horror como el que espero, parece que ella no discrimina a las que trabajan en ese rubro.
-Mi hermana y yo... ambos no somos de este reino, somos extranjeros... La verdad, no recuerdo exactamente de donde somos, ni mi hermana lo recuerda con claridad... el único recuerdo claro que tenemos luego de que nuestros padres murieron por protegernos de unos bandidos fue el de... vagar en las calles de la parte pobre del reino. – Himmel miró a la Reina con algo de tristeza y la mujer pudo ver que en efecto, el tema era algo sensible para él. – Una de las tantas noches que pasamos en la calle... vimos como Amane era acosada por uno de los nobles... no sé que le decía, pero se notaba que ella estaba asqueada por lo que le decía y por ello se trataba de ir. El tipo no lo hacía y fue ahí que... bueno le lancé una piedra en la cara... - La reina pudo ver que en efecto, el chico no tenía ningún respeto por los de alta posición... - Luego de ello, Amane le dio una patada en la entrepierna y salió corriendo de ahí, no sin antes decirnos que la sigamos... Cuando nos preguntó si teníamos un lugar donde quedarnos y saber que no, nos dijo que nos podíamos quedar con ella... Y eso hemos hecho casi 2 años.
-Entiendo, es interesante ver la clase de mujer que tiene a nuestro capitán del guardia tan encantado, ahora lo puedo ver. Por ello pidió con tanto fervor cancelar el compromiso en el que lo deseaban meter... no lo culpo, que traten de forzarte a casarte con alguien quien no amas me parece una estupidez. – La reina pasó a ver al joven quien entendía que ella tampoco deseaba esa clase de vida para él. – Bueno, dejando de lado tu carácter algo explosivo y demás, eres un buen chico... tienes las bases para ser entrenado para ser miembro de la guardia, eso sí... Tengo un trato para ti. – Himmel no entendía... ¿Un trato para él? – Obviamente, el dinero que recibes por ser parte del programa irá a tu hermana y esa mujer. Pero, siento que el talento de tu hermana sería desperdiciado si no le damos la oportunidad de desarrollarlo... Ahora, ya me dijiste que ella no está en una facultad física capaz de ir a un ambiente externo para estudiar, propongo que ella y tu guardiana se muden a una mejor casa en otra zona, eso puede facilitar a que tu hermana no se enferme tanto.
-¿Eh...?
-Además, por lo que me dijiste y vi esta teoría que ella propuso, puedo concluir que ella no necesita de un estudio personalizado, tal vez sólo una que otra verificación de sus avances y ya, sólo necesita los libros para leer. – La reina tenía algo en mente y él ya lo estaba notando. – Acepto que ingreses a los reclutas de la guardia, siempre y cuando dejes que le dé a tu hermana la educación necesaria para que alcance todo su potencial.
-Pero... ¿Por qué hacer algo así por...?
-No me malentiendas chico, yo apoyo a las personas que tienen potencial o demuestran la voluntad de superar retos. Tú me has demostrado lo último y tu hermana lo primero, es un beneficio para el reino también, a largo plazo. - La reina era una mujer astuta, sabe que ayudar a estos chicos puede ser beneficioso a largo plazo... No sólo lo hace por buena caridad, no del todo. – Además que vivirás en el interior del castillo, podrás ver a mi hija las veces que quieras.... – Himmel se avergonzó a esas palabras, no niega que le encanta pasar tiempo con la princesa pero... ¿Por qué ella lo dice como si hubiera algo más de por medio? – Además que no dudo que Yuuji los ayudará... Tendrán doble ayuda... ¿Qué me dices chico? – la mujer extendió su mano hacia el joven quien, si bien lo medito unos segundos, sabía que no era una oferta que pueda rechazar por lo que tomó la mano de la reina en señal de que... esta de acuerdo. – Excelente, será un honor ver tu progreso Himmel.
El joven asintió para luego recibir el permiso de retirarse, no sin antes...
-Ese ataque que hiciste... ¿Cómo lo aprendiste?
-Lavenza sólo me explicó unos detalles técnicos... No puedo usar mucha magia pero eso fue lo mejor que se me ocurrió para no... perder el control de la poca que sé usar. – La reina asintió y dejó que el joven se marche... aunque la mujer tenía algunas ideas en su cabeza.
-No es que no puedas usar magia... es que no la sabes controlar, tu poder puro es demasiado grande para tu cuerpo tan joven y no dudo, por lo que sentí, que tu hermana es igual... Ambos tienen mucho potencial... Himmel y Lavenza, siento que ellos serán personas que dejarán una huella imborrable en el mundo. – La reina sólo vio al joven cerrar la puerta, ya mañana debe poner los resultados y ya se imagina la locura que habrá.
Ya afuera del estadio, Himmel se reunió con su hermana, Amane y Yuuji... no podía esperar a contar lo que hablado con la reina...
-Sí, fue ese año... donde conocí a Charrllotte, donde di el examen para ser miembro de la guardia real, donde conocí a la reina, quien se volvería una figura importante en mi vida. Nunca imagine que también sería el año de inicio de mi camino a un mundo que estaba en un caos cambiante sin que lo notáramos... El día que mi vida cambiaría para siempre, sería en 2 años... en mi cumpleaños número 15, ese año... mi vida daría ese giro sin retorno, al igual que el resto del mundo.
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