Pensamientos Antes de Fin de Año
El viento que corría en el lugar donde estaba, era tan intenso que te hacía pensar que era ocasionado por un huracán. Solo miraba con calma lo que era el cielo, le hacía a veces pensar que... Era extraño.
-¿Viendo de nuevo el Cielo desde lo más alto?
Volteó a ver a quien lo llamaba. Era la mujer que lo había tenido en este lugar más tiempo del que esperó. La única persona que él podía llamar un mentor. A pesar de que sea una Reina, para él... era una mujer que había actuado más como una figura importante en lo personal.
-Solo quería ver el cielo antes de que...
-Lo sé. ¿No quieres hablar de ello?
-No... Creo que prefiero tenerlo como algo mío. No quiero molestarla con algo que...
-Tonterías. – La mujer dio una sonrisa. Una que era rara de ver... NO, era rara verla fuera del círculo de familia o de amistad que había alrededor de ella. – Cargas mucho. Tanto, que temo que vayas explotar.
No era eso lo que quería transmitirle a ella ni nadie. Pero siempre... siempre tuvo un velo oscuro alrededor de su corazón, porque temía lo que puede pasar si deja que las emociones que sabe que tiene, salgan a la luz. Teme que se vuelva algo... peor. Sentir como ella se sentaba a su lado, sin importar la suciedad que puede haber en su vestido, solo demostraba que esta mujer solo tenía su título por rango. Por dentro, era una mujer muy humilde.
-¿Sabes lo que todos dicen? Que ella mereció vivir más. – No lo niega. – Pero en lo que yo pienso, creo que ella era la clase de mujeres que preferían estar en el recuerdo que solo vivir una vida por pedazos.
Era cierto... Ella... ella siempre dijo que detestaba estar en cama. Le gustaba explorar, vivir... que estos meses antes de su muerte, para ella debieron de ser eternos. La mujer a su lado solo pensó en lo que pasaba por la cabeza del joven.
-Sufres demasiado.
-¿No es lo normal cuando alguien cercano muere?
Era una pregunta que tenía como respuesta algo... obvio. Si, la respuesta era sí. Duele. Más de lo que uno puede creer. EL saber que jamás verás de nuevo a esa persona u oír su voz. Te hace pensar que... No lo sabía. NO puedes igualar el dolor con algo tan mundano como una comparación.
-Lo es... - Ella sabía que esa era la verdad, pero... - Pero debes aprender una cosa. A veces, debes de dejar ir las cosas.
-¿Qué deje ir a la gente?
-Si. – ella sonrió en algo al ver su cara. Con duda, pero a la vez algo ofendido. – Entiende, que nada es eterno. Todo acaba una vez. Y la vida es una de esas cosas que terminan. A veces... no puedes evitar que algo así pase. No eres un ser todopoderoso, a pesar del gran poder que posees. Eres... mortal. Y a veces, solo queda entender que... cuando algo se debe de ir, debes de dejar que así sea. Porque aferrarte a ellas... solo trae más dolor y sufrimiento.
-¿Qué trata de decirme?
-Que... - Sonrió al saber que estas palabras eran difíciles para él. Dada su edad... era muy joven. – Cuando sea la hora, no debes sufrir tanto por la perdida. No... alégrate de los momentos que pasaron, por las experiencias vividas. Llóralos. Pero no tires tu vida por la tristeza por la pérdida. NO es fácil, pero es el modo más... correcto de hacer las cosas. El simple hecho de querer atar a la gente a ti, solo te hace egoísta. Y eso te puede llevar a hacer cosas horribles. O alejar a todos.... Entiende, que si ganas algo... debes perder algo más. Y tú lo sabes de primera mano.
El silencio del muchacho era de entenderse. No quería que recordara algo tan horrible. Un recuerdo tan... intenso que, a su vez, era doloroso. Uno que, a pesar del tiempo, aún tiene su marca y su dolor. Si que era algo que no se pueden dar el lujo de... pensar tan seguido. Ella miró de nuevo el cielo, pensando en lo mucho que quería que fuera su vida... de diferente.
-No siempre quise esto. Si... me casé, pero era algo arreglado. Algo que... nunca tuve ni voz ni voto. No creas que no he sufrido por ello. El perder mi libertad es... algo que no quiero que ella pasara. Por eso fui tan firme y fuerte en esto... en que ella pudiera al menos elegir con quien casarse.
-¿Nunca quiso tirar todo a la borda?
-Miles de veces. Pero... tengo mis responsabilidades. – Él notaba como ella soltaba un suspiro contenido. – Hay gente que cuenta conmigo. El dolor... está ahí. Estaba siempre ahí. Pero me tuve que poner firme y avanzar. Porque hay más en este mundo, que sólo yo. Y con eso, no quiero que pienses que no sentir es lo correcto. Lo que está mal, es dejar que el dolor te hunda y te controle.
El muchacho siguió viéndola. Ella se notaba tan comprensiva... casi tanto como ella. Notaba de donde había sacado ella esta... amabilidad y don de la palabra. Es más, notaba que ella lo veía de un modo... intenso.
-¿Nunca se enamoró? Digo... su esposo...
-Nunca amé a mi esposo... Somos amigos y hemos estado juntos, solo para tener un heredero. Nada más... pero jamás ha sido por algo más. Tenemos una apariencia que mantener, pero él tiene su amante por ahí.
La vida de la realeza era un lío. Era algo que no quería ni comprender ni sufrir. ¿Era este el otro extremo de alguien quien solo ve sobre sus responsabilidades? ¿El sacrificar hasta tu felicidad? Era triste de pensar.
-Me refiero a si... no está enamorada ahora. – Verla soltar una risa triste, lo hizo ver que sí... pero notaba que era un amor imposible.
-Lo estoy... Lo malo es que él no se da cuenta. Pero... a su vez, soy lo suficientemente mayor como para ser su madre. Además de que siempre tiene la cabeza en otro lado. Pero... Es alguien quien a pesar de todo, es muy humano. Y me alegra llamarlo mi amigo.
Sintió como la mujer se le acercó y le dio un beso cerca a los labios. Un gesto que lo sorprendió. La vio ponerse de pie y...
-Vamos. Ya debes de ver los arreglos de la boda. Además... no dejes que esto afecte lo que debes de hacer.
¿Estaba correcto no preguntar nada en relación a lo que acababa de pasar? Pero la mirada que ella le dio, lo hizo callar. Como si le dijera que no debe de decir nada. Que aplique eso que le acaba de decir. Dejar ir.
Quiso decir algo... Pero no pudo. Se sintió incapaz de decirle algo a la mujer que tenía un lugar especial en él. Porque ella parecía haber venido para decirle esto... que debe de dejar de ir las cosas. Y que... ella es de esas cosas que debe de dejar ir.
... Si, estaba bien dejar ir algunas cosas. Pero... ¿Estaba bien pensar que no debías hacer nada? No lo sabe. A veces... no es sencillo. Pero a su vez... eso es lo que hace que la vida sea eso... un árbol de decisiones.
-¿Vienes? Debes de hablar con mi hija, Himmel.
Oír su nombre salir de la boca de ella, solo lo hizo asentir y dar un salto. Para caer al suelo. Vio a la mujer, quien le seguía sonriendo, pero con ese dejo de tristeza.
-Claro, Reina Helba.
No dijo nada al final... Porque no pudo. Se sentía... un cobarde.
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Abrir los ojos solo hizo que el Sekiryuutei, solo pueda quejarse. Ya era de mañana. Ya era muy temprano... y detestaba la idea de tener que ponerse de pie. No quería. Pero era algo que debía. Miró a sus lados y notaba como Rias y Twilight estaban abrazándolo con fuerza. Cierto... hoy les tocó dormir con él y... bueno... ya saben...
Notaba que bajo las sábanas, ellas no llevaban nada. Signo claro de lo que hicieron. Pero a su vez, era algo que a veces lo hacía no querer levantarse. Pero debe de hacerlo... debe ponerse de pie.
Y con algo de esfuerzo, pudo librarse del agarre de ambas y deslizarse para salir de la cama por la parte baja. Dejando que ellas sigan con su sueño, pero que notaba que sentían la falta de calor. Pero se acomodaron para abrazar las almohadas. Buen sustituto.
Ahora... debe recoger su ropa....
[Hay que admitir que fue intenso lo de anoche]
No lo iba a negar. Ise sabía que Ddrag había visto a sus predecesores en estas ocasiones más de una vez. Pero el mismo dragón admite que jamás había visto algo tan real. Dado que la mayoría de sus poseedores era... muy frívolo.
Pero eso no le hizo olvidar su tarea actual. El de ponerse la ropa y salir de su habitación para poder seguir su camino para ir a la cocina. Muere de hambre. Pero fue en eso, en el instante en que bajó... que vio como su maestro parecía leer algo.
-¿Maestro...?
-Oh. Hola Ise. – el humano sonrió al verlo, pero se vio como bajó la nota y la quiso ocultar de él. – Y ese milagro de estar despierto.
-Ya no pude dormir. – Se era sabido que... bueno, esas cosas pasan aquí. – Es peor dado que Rias y Twilight deben cambiar de sitios con Rose e Irina ahora.
-Los problemas de tener más de una pareja. Pero olvidemos eso... ¿Té? – El muchacho asintió. Porque sabía que eso era lo que su maestro siempre le daba para cuando hacía frío. Y este ya es más fuerte... se acercaba el fin del año.
El silencio que los rodeo, solo hizo que ambos estén en más calma. Pero a su vez, era una oportunidad de conversar.
-Sabes que luego de fin de año, haremos el examen de tu maestría.
-SI... Ahm... ¿Está bien que lo haga? – Rean miró al muchacho, no entendiendo la pregunta del todo. – Digo... una vez pase esto... Yo...
-Si. Tú serás el maestro del estilo y yo dejare el título. No es necesario dos maestros de la misma escuela al mismo tiempo.
-Lo sé... pero... ¿Estoy listo para algo así?
Rean sonrió a las dudas del muchacho. Era de esperarse. Es más, se era bien sabido que esto era algo que todos ven como apresurado. Pero no lo era... no para él.
-Yo no estaba listo cuando lo hice. Pero al final... mi maestro me dijo que todo en la vida es solo un salto de fe... nunca vas a estar seguro de que algo te saldrá bien, si no lo intentas. Y que caer... es parte de la vida. Y vaya que he caído.
Rean soltó una risa al recordar que... habían pasado muchas cosas. Además de que había recibido noticias variadas. Muy variadas...
-Pensar que voy a tener que hacerme a la idea de cambiar más pañales.
-¿Por qué lo dice? – Ise vio como su mentor sonreía con algo de... complejidad. Hasta que captó que... - ¿En serio...?
-Eva me mandó un mensaje en la mañana. Estaba... como una loca. Además de que... Emma y Fie acaban de confirmarlo.
-Woah...
-Y Laura desea que conozca a su hija - ¿En serio...? – Al parecer, dice que es para evitar problemas futuros, no sé de que habla. Pero quiere estar segura de que su hija no.... ¿Por qué te me quedas viendo?
-Porque estoy esperando si le hizo algo a Millium...
Rean parpadeó unos segundos antes de soltar una carcajada. Una que Ise no veía con tanta gracia.
-No... Millium y yo dejamos en claro que lo nuestro es platónico. Aún ahora. Es más, ella misma dice que no tiene tiempo para cuidar a alguien más que no es ella. El ejército Atlesiano no la deja descansar.
-¿El qué...?
-Oh. Verdad. No sabes de esa organización. Es algo que siempre quise obviar que sepas, pero dado que estamos en tiempos difíciles, hay que decirlo. – Rean bebió del té que tenía. – Es una organización creada por varios de los gobiernos en el mundo. La mayoría de los países del primer mundo. Están en relación con otras organizaciones. La CIA, tú elige. Pero... a diferencia de lo que puedes pensar, son un ejército autónomo. Pero tienen políticas algo extremas...
-¿Qué tan extremas?
-Bueno... para empezar, diré que en sus filas no aceptan a seres que no sean humanos. En eso se parecen a la Facción de Héroes, pero son algo más abiertos. Cualquiera que quiera unirse, puede hacerlo.
-¿Por qué esa discriminación contra otras especies?
-No lo sé. Creo que es algo más por... ideas del pasado, que por una razón más concreta y real. A veces no se necesita de nada más para hacer que el mundo quiera que veas las cosas a tu modo. Pero es lo de menos... Son una organización que no todos quieren tener contacto. No he tenido tacto con ellos, pero Millium trabaja para ellos de modo independiente.
-Oh. Eso es algo interesante de saber... Creo. – Rean asintió a esas palabras. No era mentira. – Pero... ¿Creen que nos den problemas?
-No lo creo. Al menos que les demos razones. La Alianza entre poderes que se creó, no es vista del mismo modo por todo el mundo. Unos lo ven como un intento de solo tener a tus enemigos cerca para luego atacar. Otros lo ven como solo una movida política. Pero si está clara una cosa, es que esta Alianza ha movido las creencias de varios. En especial en las zonas de importancia de la Iglesia.
-Hablando de Iglesia... ¿Qué ha pasado con la información que Irina dio?
No era sorpresa para nadie, el ver que habían actuado de modo inmediato. Luego de Navidad, el padre de Irina vino a verla para solo pedirle disculpas por todo lo que había pasado. Fue algo muy privado, pero Irina pareció aceptar lo que su padre dijo. Pero se veía que algo de la confianza que había entre ellos estaba fracturada. Y eso era obvio. Pero a su vez...
-Pueden iniciar de nuevo. – Ise sabía que Irina quería tener una mejor relación con su padre, sin las mentiras de por medio. Quizás... - Parece que actuará ahora por lo que cree correcto, más que por lo que ha pasado en el Vaticano.
Rean sabía que... las enseñanzas del Vaticano son... volubles. Han cambiado con el tiempo. Pero a su vez, sabe que no puede decir nada... Cada quien cree en lo que quiere creer. Por algo existe la diversidad y la libertad de expresión en este mundo. Pero...
-Lo que Miguel recibió... Azazel me dijo que jamás lo había visto tan molesto. Muchas cabezas están rodando. Al parecer solo los que estaban en la cima, como el Papa, no sabían nada de lo que pasaba. Obvio... una organización tan grande, estaba lejos de ser... perfecta en su control de acciones.
-¿Qué pasará ahora...? Según tengo entendido... el lazo entre el Cielo y el Vaticano, era lo que permitían los trabajos.
-No lo sé. Pero si es seguro que no habrá más misiones de exterminio de demonios o similares desde ahora. Y eso puede ser... preocupante.
-¿Por qué....?
Rean no sabía si tener que decir esto, no sabía si... Lo que pasaba por su cabeza era algo que en verdad no quería revelar. No ahora... Pero dado que estaban en esto...
-¿Cómo crees que reaccionarías si te digo que no vas a hacer por lo que has entrenado toda la vida? ¿Para lo que has sacrificado todo?
El Sekiryuutei no dijo nada... se quedó mudo. Como sabiendo la respuesta de antemano. Y Rean podía ver algo de entendimiento en sus ojos. Pero a su vez... no quería que pensara que...
-No todos se metieron a la Iglesia para matar demonios o seres sobrenaturales por un bien mayor Ise. Algunos lo hicieron por la adrenalina de ser conocidos como héroes. Otros por el calor de la batalla. Las razones varían... Todos tenemos nuestras razones. No siempre es noble. Aunque hay algunos que sí... Vasco Strada es un hombre que ama el combate, pero lucha por lo que cree correcto.
-¿No lo odia a pesar de...?
-¿Sirve eso ahora? – Rean lo miró con... paciencia. – Odiar es algo que es pesado Ise. Si, él mató a mi amigo, pero al mismo tiempo... si lo pongo desde otro punto de vista, él cumplía su trabajo. No digo que si lo veo, actuaré como si nada pasara. No puedo ver al tipo y olvidar lo que pasó... no soy de piedra. Pero creo que eso es algo que debes de saber, ¿No?
Si... era verdad. Recuerda claramente la primera lección de su maestro. El de sus emociones. No era sorpresa para ambos, el saber la ira que cada uno tenía en su ser. Por diferentes motivos, pero eran muy propensos a esa emoción. Y en ellos, seres que usan la oscuridad, es algo letal. Porque los puede hundir. Todo el tiempo, deben caminar en medio de esa línea tan delgada de la luz y la oscuridad, porque eso era lo que hacían. Y a su vez, era su carga.
-Olvídalo. ¿Por qué no vas a darte una ducha? Recuerda que acordaste ir al Mall más tarde con los demás.
-Oh. Es verdad. Gracias.
Rean vio a su alumno irse a uno de los baños del lugar, sin duda el muchacho había crecido. Aún recuerda cuando lo conoció. Aun recuerda el vacío en sus ojos y como... Supo que había crecido mucho en este último año sobretodo. Sentía que... Pronto él ya no...
Miró el papel que había estado viendo y soltó un suspiro. Ya lo sabía... Ya sabía que...
-No les va a gustar cuando se enteren de esto. A nadie.
Sabía que la batalla con Ladon, ambas, fueron demasiado para él y su cuerpo. Aún con la armadura... EL poder ya había logrado empezar a superar la defensa del metal. Y él sabía que... esto él lo había buscado. Porque las palabras en el papel eran claras...
Diagnóstico: Positivo a división celular en la zona de los pulmones.
.... Cáncer... Lo que le faltaba.
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Por otro lado, en la casa del equipo RWBY, la líder de dicho grupo estaba ordenando algunas cosas. De entre ellas, las pocas pertenencias que tenía de niña. Vaya que tenía poco... o se llevó lo poco que tuvo a la mano.
-¿Qué ves? – LA chica volteó al oír la voz de... - ¿Algo que no desees mostrar?
-No... - La chica no sabía como actuar frente a Akeno. Se veía que la chica era capaz de ver a través de tus mentiras. – Ok... solo veía unas fotos que tenía.
Akeno alzó una ceja al oír ello. Ella había venido con Ravel, Fay e Irina a ordenar algunas cosas que se habían... bueno... destruido o roto en el ataque de rabia de Irina. La castaña hasta se postró ante las cuatro para pedir perdón... Fue algo excesivo. Eso piensa.
-¿Así? ¿Cuales?
-Ahm... no son la gran cosa. – Abrió el álbum. – Son de mi primer año en la Academia y... Solo sentí nostalgia.
Akeno tomó el álbum y lo empezó a ver. Se notaba la diferencia de los últimos 2 años. En la imagen se veía a Ruby con un cabello algo más corto, con un estilo diferente además de otras ropas. No pudo evitar reír al ver que...
-Eras bien pequeña.
-¡Hey! – Eso si dolió. - ¡Crecí 6 centímetros y mi pecho también creció! – Ruby pasó a ver el de su amiga y... - Aunque no me comparo contigo...
-Ara Ara... Mi caso difiere porque es herencia. Pero creo que los tienes bien.... Es por Ise, ¿No?
-¿¡AH!? ¡N-No! ¡Ahm...! – Akeno sonrió de un modo algo sádico, mientras veía a la niña entrar en pánico.
-Eres cruel mi otra yo... ¡Me encanta! – Innis solo parecía disfrutar de la desgracia de las personas.
-¡AH! ¡Te ríes de mí! – Akeno soltó una risa al no poder contenerse más. - ¡Que mala! – Y el puchero que hizo, no ayudaba.
-¡Jajaja! ¡Perdón! Es que.... Jajaja. – Akeno se limpió la lágrima que había salido. – Es que... Es raro pensar que tras todo, podamos hablar de temas normales. – Pasó a ver de nuevo las fotos.
-Es cierto... Eso es bueno.
Ruby sabía que... estos meses no fueron fáciles. Pero... se había alegrado de haber venido a este lugar. Miró también las fotos. Veía a su hermana con otras ropas, además de que si tenía su brazo real. A Blake con el cabello más largo y Weiss con un vestido más fino. Se veía el cambio en sus apariencias. Además de...
Cuando Akeno volteó la página, vio la foto de otras personas. Por lo que puede deducir, era la madre de Ruby, además de otros. Pero la foto que llamó su atención, fue la que la mujer tenía con... un Rean más joven.
-Mamá me hablaba de él cuando era muy pequeña. Tenía 5 años y... - Oh... entiende. – Por eso lo reconocí al verlo. Solo su cabello es distinto al de la foto.
-Lo es... Se nota el porque llamaba la atención de varias chicas. – Akeno no era ciega. Sabe que Rean era apuesto y el aura de misterio que daba, solo ayudaba a que las mujeres mayores se queden encantadas con él. – Se le ve... feliz.
-Si. Mi mamá también. – Ruby soltó un suspiro algo... triste. - ¿Crees que todo salga bien?
-¿Eh? – Akeno no entendía el porque de la pregunta tan fuera de lugar.
-Yo... Ahm... Solo no quiero imaginar lo que sería... perder a alguien de nuevo. Es todo... Es...
Akeno la miró con una mirada triste. Puso su mano en su hombro, como tratando de ser un apoyo... como tratando de... querer decir que todo iba a salir bien. Pero a su vez... no sabía si se puede creer algo así.
-¿Qué hacen? – En la puerta de la habitación, se vio como Irina cargaba varias cajas.
-La pregunta es... ¿Qué llevas ahí? – Akeno veía con horror la gran cantidad de cosas que la castaña llevaba. Era absurdo...
Pero el ver como la chica derramó lágrimas a cantaros, solo hizo que las dos chicas no sepan que cara poner. Parece que algo paso...
-Weiss... me dijo que ponga esto en su habitación.... – Tantas cajas solo para una persona...
-Compró online de nuevo, ¿No? – Ruby tenía una gota de sudor al ver esto...
-He de admitir que la pecho plano sabe dar miedo... sus ojos eran como dos icebergs.
-Bueno. El poder de las de la alta alcurnia es increíble.
-Verdad... Aunque la del pecho monstruo que tienes de otro yo, no se queda atrás.
-... En verdad deseas que te golpee, ¿No?
Tarvos e Innis parecieron hablar de lo más tranquilas. Y se notaba que, de cierto modo, tras todo lo que habían pasado.
-.... Siento lo que dijo Akeno-san....
-No... No pasa nada. – No niega que se siente algo ofendida...
Ruby vio a ambas chicas con confusión. Debe ser muy interesante el tener a seres hablar en tu cabeza. Pero volviendo a lo central...
-¿Y mi hermana y las demás?
-Se fueron a otro lado. – Fay apareció al lado de Irina, esta vez con varios libros. – Al parecer quieren remodelar la casa.
-¿¡Por qué lo dices de ese modo para sentirme culpable Fay!? – Irina miró a la maga con rabia, quien solo le dijo...
-Simple... Es novia de Ise-sama. Me da todo el derecho hasta que yo sea una también.
La respuesta la dejó fría. Además... Se notaba que alguien hallaba esto como algo divertido.
-Bueno... los celos son algo feo. ¿No?
-No molestes Fidchell. Vamos, hay que seguir con estas cosas. Ya luego me vengaré de Ravel por haberse ido. Maldita cerebro de pájaro. – LA maga siguió su camino, dejando a todos con la boca abierta.
-... Fay-chan tiene una boca lisa.
-Creo que estamos siendo mal influenciados.
-Lamento que las mañas de mi hermana y compañera se les haya pegado. Aceptaré el castigo de modo humilde. – La chica se postró ante ellas...
-¿¡Se postró!? / ¿¡Se postró!?
Eso no se lo esperaban. Pero la risa que dieron bastó para que Ruby se apene un poco. Demostrando que a pesar de todo, estaban en una situación más fácil de tratar. Estaban en un lugar donde podían ser ellas mismas. Y eso era algo que la chica siempre iba a apreciar. Sin importar que...
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Yendo a otro lado de la ciudad, Yang caminaba al lado de Pinkie, quien parecía tener unas bolsas de compras, además de que también las acompaña Aki, Xenovia y AJ.
-Lamento que me hayan tenido que acompañar.
-Para nada. Es divertido salir de la casa para varias. Además, con este frío... - Aki alzó la vista. – Me gusta el invierno, no sé porque.
-¡A mí igual! ¡Ya quiero terminar mi hombre de nieve! – Pinkie sonaba alegre al decir eso. Su obra maestra estaba casi lista.
-Aún no sé como es que pudo hacer una versión de la estatua de Atlas con solo nieve...
-No preguntes. Es Pinkie. – Aj le dio a Yang una palmada en la espalda, para que no lo piense demasiado. – Pero volviendo a lo real... ¿Para que hemos comprado todo esto Pinkie?
-¿¡Como que para que!? ¡Iremos a Kyoto el día de año nuevo!
Si... ¿Era necesario todo el escandalo? Pero no se puede negar que la idea de ir a Kyoto suena más que bien. Aunque...
-¿Es necesario ponernos estas cosas...?
-¡Yang! – Aki alzó la voz, algo molesta de que ella... - ¡Es la tradición en Japón de que una chica, no importa el lugar, al visitar un templo la noche de Fin de año, que vaya en un kimono! ¡No dejaré que manches las tradiciones japonesas!
La rubia se vio algo amedrentada ante la mirada de la castaña. Pasó a ver al resto y...
-Lo siento. Pero tiene razón. No soy japonesa, pero quiero probar la tradición.
-¡Y nos veremos muy bien en esos kimonos!
Claro... AJ y Pinkie no la van a ayudar en esto, ¿No? Oh bueno, como dice el dicho. Estas en Roma... haz lo que hacen los romanos.
-Ok... lo haré. Solo espero verme sexy en este.
-... NI creas que dejaremos que te enganches a un chico... o una chica...
-Aburridas. – Yang hizo un puchero. Claro. Esa no era su intención, pero nunca estaba de más hacer una bromita. Hasta que...
-Oigan... - Todas se detuvieron al ver que Pinkie miraba el cielo. - ¿No sienten que... estamos haciendo las cosas bien?
-¿En que sentido? – Aki no entendía lo que trataba de decir su amiga, pero...
-Es que... No lo sé. Es solo un presentimiento de que... quizás las cosas no serán las mismas luego de todo esto.
-¿Segura que no estás exagerando Pinks? – Yang no entendía el porque la chica estaba hablando de este modo. Pero a su vez, creía que solo era su imaginación.
-Eso espero...
-Hey. No pongas esa cara mi querida amiga. – AJ le dio a su amiga un ligero empujón. – Sonríe. Estas son fechas para celebrar. Además de que será una oportunidad única, ¿no?
Era cierto, no pueden ponerse a pensar en lo que puede ser, ¿no? Es más, es solo un presentimiento. Nada más.
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Yendo a otro lado, esta vez en la residencia Hyoudo, en especial la zona del sótano, se ve como Twilight estaba leyendo unos apuntes. Mientras se sobaba las piernas...
-Maldito Ise... ¿Cómo se le ocurre hacerme eso? – Se sonrojo un poco al recordar lo de anoche. Bueno... ni que se haya quejado en el momento. Pero volviendo a lo central, tomó un lapicero y escribió lo que estaba en su cabeza. – Aplicar esto no servirá...
La muchacha analizaba lo que les habían dado para... el estudio de la mejora de los Elementos de la Armonía. Sabía que era lo que debía de hacer en caso necesiten más poder. Pero estaba estancada. La cantidad de Oricalcon basta, pero no puede genera la cantidad de energía necesaria para poder generar el cambio.
-¿Sigues en esto? – Sunset se paró al lado de su amiga, se veía que la muchacha había salido de la ducha por lo poco que lleva. Y a su vez, que algo de agua goteaba de su cabello.
-Lo hago... y sécate el cabello. – Sunset rodó los ojos. – Estos papeles son importantes.
-Claro... - la chica se acomodó en el asiento que tenía cerca suyo. - ¿Qué has hallado?
-Nada.
-Lo supuse... - Sunset veía como su amiga parecía mirar sus anotaciones con odio puro. – Si tuvieras mirada láser, habrías derretido ese bendito papel mi querida amiga.
-¡UGH! ¡Estoy en un bloqueo de esos que deseo matar todo lo que vea Sunset! ¡No me estas ayudando!
-No era mi intención hacerlo. – Sunset se burló, alzando los brazos al ver como Twilight la miraba. – Ok. Calma. Pero estar así hará que pierdas la cabeza.
-Estoy al borde de ello...
-El punto, es que no debes de dejar que esto te sofoque. Necesitar relajarte.
-¿Lo de ayer ayuda?
Sunset la miró feo. Ahí estaba, presumiendo de que puede disfrutar de un novio... Miserable. Pero lo dejó pasar, para luego seguir leyendo lo que su amiga había estado haciendo. La verdad sea dicha... lo que hay en estas fórmulas es algo que ella no puede negar, son tan avanzadas, que de por sí son algo que ella no puede imitar.
-Se nota que estas metida en esto Twilight.
-Debo de estarlo. Sino... ¿Cómo voy a superar esta barrera? Digo... ¿Cómo más puedo ser más fuerte? – Twilight miró su propio elemento. – Soy una humana... y a diferencia de ti, no poseo un Sacred Gear o tengo una de las fases en mi cuerpo. Los Elementos son ahora, lo único que me queda para poder ser más fuerte. Es lo único que... puedo hacer.
-Imitar lo que Lavenza hizo esa vez, no será fácil. Pero... de todos modos, es algo que debemos de tratar. ¿No? – Sunset se acomodó, lista para... - Dos cerebros son mejor que uno. ¿No crees?
Twilight no pudo negar que le agradaba la idea de que su amiga la ayude. Es algo que en verdad aprecia mucho. Pero al mismo tiempo...
-¿Vas a decir algo más...?
-No... No ahora. Solo sigamos.
Ambas empezaron a ver las formulas, en busca de lo que sería, sin duda alguna, una larga y fructífera investigación.
-Al menos estas avanzando en algo mi otra yo.
Macha optó seguir viendo esto... el ver como Sunset volvía a ser como era antes de todo... Tener ese corazón tan grande como dar un gran amor.
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Por otra parte, tenemos al grupo conformado por Rainbow, Rarity, Xenovia y Koneko, notando que hay cosas que en verdad no pueden entender del todo. Ver como Weiss y Ravel conversaban de algo, que parece tener relación con algo de las altas cunas, no saben que es eso, pero suena importante.
-Entiendo. Puede que ayude...
-Lo ha hecho con mi familia.
Ravel parecía saber en algo lo que Weiss había pasado, pero al mismo tiempo, veía en todo esto, como una oportunidad. Una que sabe, no se presenta a menudo. Sabe que la familia Schnee, es de las más influyentes en el mundo. Tanta era dichosa influencia, que en verdad se sabe que pueden tener en su poder gran parte del comercio mundial, además de varios procesos industriales. Así de influyentes son.
Pero volviendo a la otra parte...
-¿Que estarán conversando?
-De seguro de algo importante, que los mortales no podremos entender.
Xenovia le dio la razón a Rainbow, quien estaba jugando con su celular. Aunque la chica en verdad pensaba que...
-Espero que los kimonos sean perfectos para nosotras.
-Rarity... ¿Para que vamos a usar kimonos? – Koneko no quería usar esas cosas. La hacen ver más pequeña de lo que ya es. Y lo detesta.
-Porque, es algo importante. La cultura japonesa es muy específica en decir que hay cosas que se deben de usar si o si en los templos en ciertas fechas, para que haya buena suerte. Y los kimonos son de esos. Por eso es que pedí las medidas de todas. Y solicite todo online.
Todas la vieron con una gran gota de sudor... eso no se lo esperaban, a decir verdad. Pero eran más que conscientes de que Rarity era... una amante de la moda y que ella siempre verá eso como importante. Aunque no lo sea.
-¿Cómo iremos a Kyoto en realidad? – Weiss salió de su charla con Ravel, no ocultando su interés en pasar esas fechas en la que era la ciudad de la cultura en Japón.
-Simple. Pase mágico. Tenemos ese pase desde que hemos ayudado en la invasión que ocurrió hace unos meses. – Xenovia recordó ese día con algo rabia y algo de resentimiento. – Estúpido Heracles... que sufra lo que sea que le esté pasando.
Se veía lo vengativa que podía ser la chica, pero volviendo a lo central....
-Es bueno saber que Yasaka-san nos dará un tour. – Ravel había organizado el viaje, con ayuda de Ayane, quien había estado en contacto con la sede de Kyoto. – Será digno de nosotras amigas.
-Casi pareciera que has separado todo el templo para nosotras... - Koneko notó como Ravel meditó la idea. - ¡Era una broma Yakitori!
-¿Lo es? – Weiss puso la cabeza a un lado de modo confusa. – Una vez separé todo Disney World de Paris para mis amigas y yo por mi cumpleaños.
... El silencio que las invadió era de esperarse, no ayudaba que Ravel decía que esa no era mala idea. Que hasta podía separar el estadio de Tokio para hacer un evento ahí. A lo que Weiss dijo que la idea le agradaba.
-No entiendo la mente de la gente con dinero. – Rarity sabía que esto no sería fácil, pero bueno... puede sacarle el provecho... - ¿¡Podemos contratar un desfile de modas privado!?
-¿¡Rarity!?
Se nota que habrá que poner límites en los tratos con lo que se harán transacciones... esa tarjeta de crédito Black Platinum se queda donde esta....
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Pero yendo a la parte del tejado...
-Si mamá... No mamá... ¿¡Que!? ¡No! ¡No tendrás nietos aún! ¿¡Que!? ¡Dile a mi hermana que ese no es su problema! ¿¡Por qué no le pides a ella lo mismo!? ¡Que yo sepa ella está sola...! ¿¡Como que ya tiene novio!? ¿¡Quien!?
Kuroka, Blake, Kaori y Fluttershy veía con una gran gota de sudor, el como Ayane hablaba con su madre. Se notaba que la pobre estaba sufriendo en esta charla. Bueno, no ayudaba que en verdad la pobre estaba roja... Pero optaron por seguir en su juego de mesa.
-Debe de estar preguntando por su relación con Ise nya...
-¿En serio quiere que ella entre en una relación de esa clase? – Blake no creía lo que oyó. Vaya...
-Según vimos, a Ayame-san solo le importa que su hija sea feliz tras todo lo que pasó. Además, le agrada Ise. – Kaori recordaba como la mujer parecía encantando con que el Sekiryuutei sea el interés amoroso de su hija. – Pero no podemos negar que es algo raro de oír...
-¿Cómo será tu caso? – Fluttershy miró a su amiga con algo de malicia.
-Ngh... Eres mala Fluttershy.
-Lo sé. Pero volviendo a lo central. Ya quiero ver como son los templos de Kyoto.
-Yo los he visto. Tengo entendido que son muy lindos. – Blake recordó cuando estuvo en la ciudad siendo una niña. – Mis padres me llevaron de niña, antes de que... bueno...
-Nya... no pensemos en cosas tristes. Te aseguro que será una experiencia genial. Comida y demás...
-... ¿Eso es lo que llama tu atención...? – Kaori no podía creer lo que oyó. Esto era absurdo... Más de lo que uno puede llegar a pensar.
-Pero... es bueno que podamos relajarnos un poco. Navidad estuvo bien... pero siempre me ha gustado más el año nuevo. Recuerdo el del año pasado... Fuimos a la casa de Aj, que era grande, y la pasamos ahí... La cidra no fue una buena idea... - Todas la vieron como si no entendían... - PInkie...
... Eso explica todo... Pero a la vez, sienten que han ganado una nueva pesadilla. Claro, nadie dijo nada hasta que Blake dijo algo que no le gustó a nadie...
-Uso esta carta para hacerme del terreno de todas.
-¿¡Que!? – Vieron como la desgraciada sonrió al ver que había comprado todo... ¡Todo!
Ayane soltó un suspiro al ver que sus amigas estaban en lo suyo y...
-No mamá. Mis amigas haciendo lo suyo... no te preocupes. Si... Si... Nos veremos pronto. Si... también deseo ver a Kasumi. Lo sé... Si... Saludos a Yasaka-sama y Kunou-chan. Si mamá... yo también te quiero.
Tras acabar la conversación solo para ver a las demás ordenando las cosas para empezar un nuevo juego. Invitándola a que se una a ellas. Ella solo pudo reír y hasta casi soltar una carcajada... Si, no era mala idea.
-Je... parece que ya no dudas niña. Muy bien...
Magus veía como Ayane ahora sabía que... tenía amigos de verdad. Y que la relación con su madre, era real.
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Ahora nos dirigimos a otra parte. Rossweisse miraba lo que estaba pasando enfrente de ella... como Kurama estaba entrenando con Rias, además de que Asia parecía darle una que otra orden a los dragones con que tenía un pacto. Si... se ve que estaban en algo muy serio y muy importante.
Ver a la heredera del clan Gremory desviar los ataques de Kurama con la espada que lograba crear con su energía, solo la hizo ver que el talento de Rias era también en el campo de las armas. Y que su amigo lobo en verdad estaba mejorando en sus ataques con su magia, a pesar de ser un lobo. Parece que se preocupaba por nada.
-Oh, que bueno. Están entrenando de un modo suave.
Asia caminó hacia el lado de la mujer, quien sonrió complicada... si a eso puedes llamar suave, no quiere imaginarse cuando lo hagan de un modo más serio. Pero no le quitaba esa sensación de que en verdad...
-¿Pasa algo Rossweisse-san?
-No... Solo pensaba en algunas cosas que mi abuela me dijo. Es raro... pero creo que ahora puedo entenderlas mejor.
La mujer veía que, en efecto, conformarse con lo que tenían, solo era algo que alguien sin ambición puede hacer. Y ellos no querían eso, porque saben que hay cosas superiores a ellos aún. El terreno de los Dioses, es algo que desean tocar... alcanzar. No porque quieran el poder... sino porque han visto que no es un terreno imposible de alcanzar.
-Ngh... - Pero se veía que Rias estaba molesta con algo... su progreso era bueno. Pero al mismo tiempo, desea más. - ¿Por qué...?
-¿Ocurre algo malo Rias-san? – Rossweisse se acercó a la muchacha, quien se detuvo al igual que Kurama.
-No logró hacer más fina la salida de energía de mis manos. – La pelirroja miró sus manos y... - LO he intentado, pero no logro crear un flujo fijo.
-¿Para que desea hacer eso Onee-sama? – Asia empezó a curar a Kurama, quien tenía un corte en la pata. AL verse curado, le dio a la rubia una lamida en la cara como señal de gracias. – Oh, de nada chico.
-Deseo hacer la espada más delgada. Y a la vez, más densa.
Rossweisse alzó una ceja. Eso no era fácil de hacer. Era como... tratar de cortar un trozo de plomo en una ligera lamina. Era complicado. Si, el tamaño de la espada que ella creaba paso de ser lo que llamarían más un hacha a algo más versátil. Pero estaba lejos de ser una espada en sí... se notaba que el tamaño, el grosor, aún era demasiado para que sea considerada una...
Pero la mujer notaba que... Oh. Eso puede ayudar...
-¿Qué están haciendo? – Ray llegó a escena, se veía que había estado en el área de los caídos, por como vestía, ya que ahí era normal que todos usaran ropa de oficina.
-Viendo como podemos ayudar a Onee-sama en sus poderes.
-¿Ah? ¿En serio? Pensar que tendrías estos inconvenientes Rias.
La demonio miró a su amiga con fastidio. Le sacó la lengua en respuesta, mientras que Ray solo hizo lo que era lo más maduro... hacer lo mismo.
Asia rio al ver como esas dos actuaban, mientras que Rossweisse soltaba un suspiro. Kurama ladraba feliz, por alguna razón. Era más que obvio que esas dos se estimaban demasiado, nunca lo iban a admitir. Pero si comparas el como actuaban en el pasado, con lo de ahora, la diferencia era enorme. Se veía que... habían aprendido a convivir.
-¿Pasó algo Ray? Es raro que te llamen de la sede central.
-Nada importante. – La caído se aflojo los botones de la blusa, mostrando su escote. – Parece que quieren ver que haré una vez acabe mis estudios.
-¿Piensas ir a la Universidad?
-... No deben de sonar tan sorprendidas. – La caído miró a sus amigas con algo de molestia. – Claro que quiero ir. Deseo al menos estudiar algo... No sé que aún, pero al menos quiero acabar mi vida de estudiante.
-Eso suena... bien. – Rossweisse sonrió al ver que Ray pensaba seguir con sus estudios. Eso era bueno, dejar fluir las cosas es a veces la mejor... oportunidad... Oh. - ¡Lo tengo!
Todas dieron un salto al oír a Rossweisse gritar de ese modo, casi les da un infarto. Pero la mujer pasó a ver a Rias con un brillo siniestro en los ojos, algo que la pelirroja vio con miedo. No le va a gustar esto de ninguna manera.
-¿Por qué me ves...? ¡Ah! ¿¡A donde me llevas!?
-¡A completar tu técnica! ¡Aunque debas quemarte las manos!
-¿¡Qué!? – Rias miró con miedo, el como Rossweisse parecía dispuesta a... hacerla un conejillo de indias. - ¡Ayuda! ¡Raynare, Asia, Kurama! ¡No dejen que me lleve!
Los 3 vieron con una clara gota de sudor lo que estaba pasando. Se vieron las caras unos segundos, para luego...
-¿Vemos que no pase nada malo?
-Si... Por Onee-sama...
-*Woof...*
Parece que el camino a la grandeza, tiene más caminos con espinas, de los que creyeron en un inicio. Aunque Ray sabía que eso era lo interesante, más si es que tenía amigos así.
-Mira Blue. Nuestra otro yo sabe cuando calmar sus ansias y deseos de querer lo que desea.
-Si... parece que ha madurado. Como nosotras.
Ambas Gorre sabían que, lo que pasaba por la mente de Raynare, era un signo claro de que había madurado. Como todos.
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Pero yendo a la zona final, la que en verdad es la de gente que no sabe que hacer... pues, tenemos que pasar a ver las caras que tienen.
-¿¡Que vamos a hacer!?
Ise miró a Kiba y Gasper, ambos tenían la misma cara que él. Estaban en el mall simplemente para comprar algo. Un simple regalo. Pero estaban en cero. Nada. Nothing. Esto es absurdo... ¿¡Que tan difícil puede ser elegir un regalo de año nuevo a las que son las chicas que les gusta!? Mucho al parecer.
-Ahm... ¿Y si les damos flores?
-No. Muy obvio y fácil... En mi experiencia, pensaran que lo hicimos a última hora. – Kiba habló con un aire de nostalgia...
-Rarity te lo dijo en su primer mes juntos, ¿Verdad..?
-Si...
Bueno, eso explica mucho. Pero sabían que debían de ser más rápidos y decididos. Sino hacen esto bien... Sus cuellos peligraran. Los tres adolescentes sabían que esto no será fácil. Pero no pueden rendirse. Han peleado con cosas peores en su vida... ¡Pueden hacerlo!
...
-¡NO podemos hacerlo! – Gasper entró en la desesperación absoluta al estar en la banca donde estaban descansando.
Sus amigos estaban cansados. Se habían pasado casi toda la tarde en lograr hacerse con un regalo. Pero nada venía a sus cabezas. Esto no les podía estar pasando.
Claro... no ayuda que era la primera vez que pasaban año nuevo en una relación o tratando de mostrar lo que sientes hacia alguien. Ugh... es peor de lo que creyeron. Pero... deben de hacer algo. Hasta que a Gasper pareció venirle la iluminación.
-¡Ya sé! ¡Compraré una planta!
-¿Una planta? – Sus amigos lo vieron con extrañeza, ¿Eso le va a servir?
-¡Si! A Fluttershy le gustan las plantas.
... No era una mala idea. Compra algo que sabes que les gustan, solo para luego llevarlo a una nueva expresión. Esto puede ser bueno. Los tres acordaron separarse para luego ir a los lugares que deben, aunque Ise...
-Oh, esto va a ser largo.
-Jaja. Nadie dijo que sería sencillo. Tienes varias en que pensar. – Himmel pareció reírse de su desgracia, pero...
-¿Alguna vez pensaste de un modo distinto de la reina?
Sintió, mientras caminaba, como su vida pasada se tensaba un poco. Como algo dentro de él, parecía no asimilar lo recientemente preguntado. Era curioso, el ver esto...
-No puedo decir que no. Pero al mismo tiempo, pensaba que era una persona que era... diferente. Era la madre de mi esposa, pero al mismo tiempo mi mentora. Nunca se me pasó por la cabeza lo mucho que significaba para mí. Al menos no hasta que tuvimos cierta charla. Pero paso lo de Ares y... Ya sabes el resto.
-Eh.. ¿Cuántas personas has...?
-... No lo recuerdo tan claro. Si, Atenea y Gondur eran unas de ellas. Pero siempre limite mi relación con los demás... Las mujeres siempre fueron un tema que costó tratar. Aunque si tuve uno que otro encuentro... Pero jamás tuve el deseo de rehacer mi vida... porque sabía que me iba a pasar. No quería darle a nadie una falsa esperanza.
-... Ellas aun te aman... y las demás de seguro lo hicieron.
-Lo sé. Pero... mi decisión era la muerte para salvar al resto. Eso hizo que me cerrará a varias cosas. Es algo que muchos pueden ver como tonto, pero no queremos dar sufrimiento a nadie, aun sabiendo que nuestro fin está cerca. Es un pensamiento egoísta, pero así es el corazón.
Notaba como su vida pasada sonaba melancólico, casi arrepentido. Pero eso era lo que... había aprendido a ver tras tanto. De todos modos...
-Solo muestra lo que te importa... un pequeño acto, dice mucho. Es más... ¿No sería mala idea para mostrar a las nuevas lo que empiezas a sentir?
-.... Te odio...
-Hey. Ser joven es algo que yo no disfrute, pero tengo experiencia. Y para tu información, muy bien lo de ayer. Las dos no supieron que hacer. Jajaja.
No supo que decir... no supo que fue peor, que todos lo vean sin entender el porque estaba totalmente rojo, o estar furioso de que su vida pasada sea un payaso... Al diablo, tiene regalos que comprar y decisiones que tomar. Al diablo si eso rimó, hay que trabajar con entusiasmo.... ¡Mierda!
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Yendo del lado de nuestros héroes y los protectores de este mundo, tenemos que ir a la otra cara de la moneda. Los tubos de ensayo y demás, eran cada vez más molestos para cierta persona, quien sentía como todos los exámenes que recibía, lo estaban poniendo de los mil humores.
-Es algo que debes de pasar. Recuerda que no tienes muchas opción. – La voz en su cabeza no ayudaba. Porque tenía razón... Este viejo loco, parece saber lo que está haciendo. Y eso es decir mucho...
-Veo que no hay problemas con tu cuerpo. Además, de que estas logrando un avance. Solo unos días más, dos semanas a lo mucho y podrás moverte como siempre lo hacías antes de tu muerte.
-¿Para que me desean usar? – Preguntó con un tono serio y bordeando lo frío. - ¿Qué ganan de esto?
-Mucho mi amigo. La verdad, es que deseamos hacer algo grande.
-¿Que? ¿Destruir el mundo?
-No... No... - Weil lo miró con una sonrisa, una que no denotaba maldad. – Rizevim puede desear eso. Pero está loco... Ya lo viste. – Es verdad. – Yo deseo... algo más.
-¿Qué cosa? – Ver al viejo sentarse enfrente de él, casi con una mirada cansada, lo hizo ver que en verdad tenía a un hombre de mucha edad.
-¿No estás cansado de las injusticias de este mundo?
-No te entiendo...
-A que... ¿No te molestas saber que a pesar de tu muerte las cosas no cambiaron en nada? Si, salvaste a tu amigo. Pero al final, por lo que los cazaron, no ha sido aún destruido.
-Creí oír de una alianza...
-LA hay. Pero... Aquí yace lo divertido. De esa alianza, hay sectores que no les gusta lo que ha pasado. Y además, desean usar todo lo que tienen para revelarse. ¿No lo ves? No importa lo que hayas hecho o hagas... Nada cambia al final. Todo queda igual... hasta la crueldad.
-.... ¿Por qué me dices esto? – Sabía que este hombre desea algo. Algo distinto que el demonio que lo está ayudando. ¿Un conflicto de intereses?
-Que me ayudes a destruir a los que son el único obstáculo para hacernos con el poder de cambiar el mundo. Con el poder, de acabar con esta realidad.
-... ¿Qué trata de decir...?
-Quiero que... mates a unos mocosos. Y sé muy bien que puedo controlarte. Que puedo hacer que hagas lo que quiero. Lo que tienes aquí. – le señaló el pecho. – ME lo puede permitir. Pero quiero que hagas esto por voluntad propia. Porque podrás usar a su máximo, el poder de ese ser.
-¿Su poder...? – Tenía curiosidad... mucha. Si, se sentía más poderoso...
-Así es. Y quiero que veas esto de un modo distinto... ¿Sirve pelear por algo que te destruyó en un principio...?
Pensó y pensó... sabe que debe de hacer. Es más, la voz en su cabeza parece estar de acuerdo con él. Muy bien...
-¿Puedo pensarlo? – Weil sonrió... como sintiendo que la respuesta era clara. Que ya la sabía.
-Claro muchacho... claro... - Se puso de pie, para poder irse. Aunque...
-¿Quién lidera a esos tipos que dices quieren ocasionar una rebelión?
Weil volteó y lo miró. Sonrió de un modo más siniestro, como sabiendo que las próximas palabras, dirán todo... que marcarán su destino y el de otros.
-Vasco Strada... es el líder de la parte de exorcistas que desean rebelarse... y el ejército Atlesiano parece darles apoyo. Y ya debes de saber quien es su líder. ¿No?
Weil vio como apretaba los puños y sus ojos brillaban de un azul muy oscuro. Como un zafiro... Se retiró sin decir nada más. Pero sabía una cosa, la respuesta era clara.
-... ¿Seguro de lo que estamos por hacer?
-Si...
-Muy bien.
Ambos se pusieron de acuerdo en una cosa... van a actuar.
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