La caída de un Reino
Eran sólo cuestión de días para que la boda entre Himmel y Charllotte se llevara a cabo. Si alguna vez se dijo que el novio es normalmente el más nervioso antes de una boda, pues ese alguien acertó. Himmel estaba hecho un manubrio de nervios, no por nada sufría de pánico ante los momentos que antes nunca habría enfrentado.
Mikleo no podía creer que alguien como él, quien puede enfrentar a seres que van más allá de lo ordinario, le tema a su propia boda. Claro, siempre estaba el miedo de que meta la pata en medio de sus votos matrimoniales, que se desmaye, que le de unas ganas de vomitar por los nervios, mejor no come ese día... pero no hacerlo podría hacer que se desmaye y... ¿Y si Charllotte se arrepiente? Habían acordado casarse porque ya no había más opciones y ella siempre le ha dicho que lo prefiere a él mil veces que a cualquier otro. Pero si no es así... ¡Lo sabía, ya estaba entrando en pánico!
Un golpe en su cara por parte de Mikleo lo sacó de su crisis, mientras Aura reía al ver la escena, Mikleo le dijo que se calme, que de seguir va a enloquecer. Ambos habían retomado el buen trato de sus días de adolescencia, la muerte de Zaveid y Lavenza había influido un poco, pero ambos acordaron que era una idiotez actuar como lo hacían. Eso sí, Himmel a veces detestaba que el tipo no lo respete como su superior, acaba de sufrir una agresión que siendo cualquier otro lo habría mandado a limpiar el castillo con un simple cepillo por golpear a un oficial superior...
Aura por su lado estaba feliz haciendo los adornos de flores que se usarán en la boda. Ella les comentó a ambos varones que Charllotte también estaba nerviosa, pero lo disimulaba muy bien. Era más que obvio que estaba encantada de casarse con la persona que quería, Himmel había captado que debe decirle a Charllotte lo que siente... ¿Qué mejor momento que la boda? Es más, los nobles han mostrado su apoyo a la unión de ambos. Era obvio que sus hazañas habían influido, pero también el trato distinto que empezó a tener con la mayoría debe de contar, en algo al menos. Lo que si le preocupa es como serán sus responsabilidades a partir de ahora, la idea de gobernar un reino... prefiere quedarse como capitán de la guardia, es más fácil.
Lo que nadie esperó fue que Himmel recibió una notificación de otro de los 8 Infinitos, nombre que Skeith le dijo que era como se llamaban en grupo ahora que lo recuerda, no cree haber tardado tanto para recordar algo tan simple. Justo unos días antes de la boda, no había otra... tras informar que iba a ir hacia el lugar indicado para no demorar en tener todo bajo control, Charllotte le hizo prometer que regrese un día antes de la boda, no quiere que se casen con él tan sucio y herido.
Prometiendo volver lo más rápido posible, Himmel tomó rumbo al que sería su nuevo objetivo. No estaba lejos, estaba a un día de camino... nada que algo de velocidad no reduzca. Últimamente había tenido más tiempo de practicar sus poderes junto a Skeith y se ha sorprendido de que en efecto, usarlos con su Poder de la Oscuridad le da un incremento abismal de poder... uno que el mismo Skeith dice que logra sólo porque su cuerpo se ha adaptado al poder, no sólo ello, como X-Rounder era capaz de una evolución mayor que ningún mortal común podría, aún así... admite que el cuerpo de Himmel es muy adaptable, demasiado, hasta el punto que se ha hecho la pregunta de si en verdad era un humano.
Himmel no le tomó mucha importancia a eso, lo único que quería era saldar el asunto, Macha parece ser la que sigue, pero había algo que lo confundía. ¿Por qué no siente la presencia de Macha? Solo había silencio y paz en esta pradera, no había ningún tipo de rastro de la energía que normalmente siente cuando está apunto de enfrentar a...
Fue en eso que su X-Pulse se activó y le advirtió sobre el ataque que venía hacia su persona. Creó un domo de oscuridad para bloquear las lanzas que fueron hacia él... lo que no podía concebir es que eran Dioses, lo sabe.. Pero son Dioses menores, esa esencia... ¿El aura de Ares? Los hombres en frente suyo eran gemelos, ambos de cabello castaño y ojos marrón rojizos. Llevaban en sus manos espadas, lanzas y escudos clásicos de los ejércitos griegos y romanos sino mal recuerda.
-Parece que padre se equivocó, el tipo este tiene habilidad. – el que llevaba una lanza se limitó a ver a Himmel quien sacó a Oblivion y se puso en guardia.
-Bah, es sólo un idiota crédulo. Dile que hay uno de esos seres que busca y vendrá como un perro. – El de la espada sonreía. – Será divertido que se entregue al miedo.
Himmel en eso pudo captar algo, había leído en unos de los libros del Castillo que Ares tenía hijos con quien es la Diosa del Amor, Afrodita. Estos dos idiotas son Dioses, hijos de Ares.
-Febos y Deimos... los hijos de Ares. – Ambos sonrieron al ver que el humano no era tan tonto. - ¿Qué desean conmigo?
-Matarte, así de simple. – Deimos apuntó con su lanza al cuello de Himmel. – Nuestro padre te desea muerto.
-¿Y por qué no vino él en persona? ¿Asustado de pelear conmigo?
-¡Jajaja, no es eso mortal tonto! ¿¡No crees que es mucha coincidencia que estemos aquí contigo!? – Febos simplemente sonrió burlón, mientras Himmel al fin captaba lo que pasaba... no... - ¡Así es, nuestro padre ahora mismo está yendo a atacar al reino donde vives para llevarse a tu princesa!
-¡Todo era una trampa, padre investigó todo de ti en estos años, Haou! ¡El asesino de los entes extraños que aparecen en el reino, el héroe! ¡Un idiota total, tanto fue tu deseo de seguir manteniendo la paz que mordiste el anzuelo! – Deimos rio a carcajadas mientras que Himmel...
Una trampa, una vil trampa por parte de Ares para alejarlos del reino para... para...
-¡Charllotte! – Himmel iba a tomar el camino de regreso sólo para ser interrumpido por ambos hermanos que se pusieron en su camino. - ¡Agh largo! ¡No tengo tiempo para luchar con ustedes! – El tiempo apremia, debe de ser rápido o sino...
-Lo sentimos, tu reino y su gente pronto estarán en el olvido. A nuestro padre siempre le ha gustado lo que Lord Zeus manda, el hecho de que desee a la princesa de ese lugar basta para él. – Himmel no creía lo que oía, incluso ese imbécil va contra las órdenes del mismo Zeus.
Ver como ambos hermanos lo atacaban con una velocidad y fuerza más allá de lo humanamente posible, Himmel sacó a Oathkeeper y se defendió del ataque conjunto de ambos hermanos, quienes se mostraron sorprendidos al ver esa espada blanca. No había tiempo que perder, Himmel empezó a atacar a ambos Dioses con cortes precisos y veloces. Ambos se mostraron sorprendidos por tal destreza y poder, cada vez que se cubrían sentían sus manos entumirse por la fuerza de los golpes. Inmediatamente, ambos Dioses se hartaron de jugar...
Con un movimiento conjunto, ambos bloquearon el ataque de Himmel y lo golpearon en la cara usando sus escudos al mismo tiempo. Himmel sintió su cabeza latir, eso si lo afectó.
-¡Idiota, saca más poder! – Skeith sabía que no hacer eso, era suicidio. - ¡No pierdas tiempo con estos dos idiotas! ¡Charllotte, Aura, todos necesitan de tu ayuda! – Himmel afilo la mirada, era verdad... Debe volver, sin importar el precio...
Inmediatamente, Himmel empezó a sacar más poder. El poder de los otros 4 que yacen en el fondo de su alma. Rara vez los usa porque teme perder el control, hoy eso es lo de menos para él. Su armadura cambió un poco al mismo tiempo que esta cubría un poco más de su cuerpo y en su espalda salían 4 espadas hechas de energía que parecían imitar lo que serían alas. Con ello, Himmel desapareció de la vista de ambos hermanos, quienes no creían que él...
En eso, Himmel reapareció en frente de ellos... esta vez había dos de ellos... ¿Una ilusión? No, era real. La copia de Himmel atacó en conjunto con el real y ambos dieron una ráfaga de golpes tan veloces que ninguno de los hermanos tuvo la oportunidad de bloquear o de defenderse. Luego de ello, Himmel creó un cubo hecho de magia que encerró a ambos Dioses, para que de todas las caras de dicho objeto, salgan ráfagas de magia que impactaron en sus objetivos sin ningún tipo de restricción.
Al ver que ambos Dioses seguían vivos, pero fuera de combate por ahora. Himmel uso las espadas de energía en su espalda para alzar vuelo y poder volver hacia el reino. Todo mientras...
-¡De nada servirá! ¡Todo será en vano mortal, ya que nuestro padre acabará contigo! – Himmel sólo siguió su camino, ojalá no sea tarde...
Aún con la velocidad que tiene, Himmel sabía que le tomará su tiempo llegar a la ciudadela. Maldita sea, ¿cómo pudo ser tan idiota?
-Ese sujeto se aprovechó de que siempre vas al lugar donde mis hermanos aparecen y los enfrentas. Táctica sucia, pero muy realista. – No quería admitir que tenía razón, maldición... - De nada servirá que te quejes. Aumenta la velocidad, al paso que vamos será muy tarde. – Haciendo caso a la sugerencia de Skeith, Himmel aumentó la velocidad y siguió avanzando.
No le tomó mucho ver de nuevo la ciudadela... o lo que queda de ella. Se horrorizo al ver que... estaba en llamas, siendo atacada por bestias que sólo aparecen en territorio de los Dioses del Olimpo y...
-Veo que ese par de idiotas no te pudieron contener, Rey Supremo. – Himmel volteó al escuchar una voz femenina.
Al hacerlo, se vio con una mujer que estaba en el aire con una gran cantidad de armas de batalla en su espalda. Estaba prácticamente desnuda, sólo cubriendo sus partes más íntimas con un velo transparente... sería una vista digna de ver, sino fuera porque está cubierta de sangre y su mirada denotaba que disfruta del Caos, su cabello rojizo le hace recordar a Ares.
-Jeje, veo que mi hermano se equivocó. Eres fuerte para haber logrado escapar del ataque conjunto de esos dos idiotas, ya que juntos son una fuerza de temer. Es más... eres apuesto. – Se lamio los labios al decir ello y Himmel no pudo evitar sentir que esta mujer estaba loca. – Me llamo Enio, Diosa del Horror, hermana de Ares.
-¿Hermana... el muy bastado tenía hermana? – la mujer sonrió ante la ignorancia del joven.
-Así es. Muy pocos saben de mí, prefiero estar escondida y en las sombras, pero siempre ayudo a mi hermano cuando debe pelear, todas estas armas no se llevarán solas. – Himmel se puso en guardia en caso de que ella. – Relájate, estoy de espectadora, nada más... Te recomiendo que si deseas actuar, hazlo ya... ¡Mi hermano pronto hallará a tu princesa, jajajaja! – Himmel no perdió tiempo y fue hacia donde debía de ir primero. - ¡Por cierto, si deseas tener a una mujer de verdad, ven a verme!
-Tú si que sabes atraer a las locas... - Himmel sólo se enfocó en ir hacia donde Amane y Yuuji, ojalá el plan de evacuación que habían preparado meses atrás se esté cumpliendo.
....
Ver la casa que sirvió como su hogar y orfanato años arder era... maldijo a Ares por todo esto, jura que lo hará pagar por todo esto. Fue en eso que vio a Lailah y Edna destruyendo a unos de esos perros o lobos monstruosos que las atacaban a ella y el grupo que protegían.
Lailah lanzó varios hechizos de fuego mientras Edna usaba la tierra para crear estacas hechas de esta y así poder tener a raya a esos animales. Ver que estaban sacando a unos sobrevivientes del ataque... bajó de inmediato y se deshizo de esos animales usando varias ráfagas de poder elemental, gracias al poder de Fidchell, para luego ver a sus amigas que se mostraban más que felices de verlo de nuevo.
-¡Himmel, gracias al cielo que has vuelto! – Lailah se acercó a él rápidamente. - ¡Estamos sacando a todos los sobrevivientes de la ciudadela tal como se acordó!
-¡Es probable que hallan más, pero hay demasiados enemigos! – Edna se mostraba cansada, nunca espero que esto pasaría. El día se veía tan normal...
-¿¡Dónde está Amane, Yuuji, Alisha y Aura!?
-En el punto de encuentro con los demás niños del orfanato, ellos fueron los primeros en llegar al estar fuera de la ciudadela. – Himmel asintió en respuesta a lo que Lailah le dijo. – Mikleo y otros más se quedaron en busca de supervivientes. Incluso Alfred...
-¿¡Qué!? ¡Ridículo, lo matarán! – Himmel iba a empezar su marcha hacia la ciudadela. - ¡Si no vuelvo en 3 horas se marchan, sin peros! – Ambas asintieron con la cabeza, Himmel les deseo buena suerte y tomó marcha hacia la ciudadela.
-¡Charllotte sigue en el castillo, no te demores! – Oír el grito de Edna hizo que el joven esté tentado en ir al castillo de una vez, pero... debe hallar y salvar a los que pueda.
...
La ciudadela era un mar de fuego, si el infierno estaba hecho de este... el lugar sería una buena descripción gráfica. Todo ardía, casas, puestos de ventas de distintas cosas, personas... Apretó los puños al ver que el bastado de Ares no ha tenido piedad con nadie... ver el cuerpo de personas de distintas edades, de quienes trataron de huir o de salvar a quienes podían, arder por este fuego. Esto no era algo que él en verdad podría aceptar, nunca.
Ver como una familia trataba de huir pero que era atacada por lo que él reconoce como arpías, hizo que actúe de inmediato. Fue hacia donde estaban y con rapidez se deshizo de los enemigos.
-¿¡Alguien más vivo de donde vienen!? – Ver como ellos negaban con la cabeza le hizo suspirar. – Ok... ¡Vayan a la puerta este y sigan el camino recto, hallarán a gente ya refugiada! ¡El lugar ese está libre de enemigos, no pueden perder tiempo!
-¡Hay gente, una mujer en la zona pobre del pueblo estaba ayudando a unos ancianos a huir! – Himmel asintió a las palabras del niño, parece que él si noto algo que el resto no... o tal vez los adultos no lo mencionaron porque sólo valoran sus vidas. Típica actitud humana... este niño aún tiene la inocencia de su edad con él.
-¡Váyanse, YA! – él solo pudo observar como la familia se iba y al perderlos de vista, Himmel continuó su camino. Esta vez a la zona pobre del lugar.
Himmel corrió y corrió, eliminando todos los enemigos que hallaba en frente. En verdad eran demasiados, le extraña ver que no hay soldados en el lugar... No vaya a ser que... Si es lo que cree, el rey era más idiota de lo que creyó al inicio.
-No me sorprendería, siempre tuve la sensación de que era un rey sin personalidad. Debió tomar la decisión de proteger el castillo, pero no a los del pueblo. – Himmel trataba de hallar sobrevivientes, pero nada... sólo cadáveres. – Tal vez no haya nadie, esta es la zona más alejada del pueblo y fueron los primeros en ser atacados. – Tal vez era cierto, maldición...
Oír el grito de una mujer hizo que pose su vista en la dirección de donde se originó. Ver como una chica que no pasaba de los 18 y que vestía como una de las prostitutas del lugar era atacada por una jauría de lobos monstruosos hizo que vaya en su ayuda de inmediato. Bien llegó, pateo al animal que tenía cerca para ponerse en frente de la mujer quien se sorprendió al verlo.
-¡Vete! ¡Sea lo que hayas venido a hacer olvídalo!
-Pero... ¡En mi casa, mis abuelos! – Himmel pudo sentir dos presencias en dicha casa que ella señalaba... estaban muriendo y... - ¡No puedo dejarlos...!
-¡Ellos no querrían que murieras por ellos! – Himmel golpeó a uno de los lobos que lo atacó para luego lanzar una ráfaga de magia de oscuridad a otro. - ¡Ellos querrían que vivas... Ellos ya cumplieron su tiempo en este mundo, tú no! – La chica trató de decir algo pero no pudo... Himmel sabía que estaba siendo rudo, pero no había nada que hacer, más ahora que sintió ambas presencias en esa casa desaparecer... - ¡VETE!
La chica corrió hacia donde él le indicó, sin poder evitar llorar un poco. Himmel se deshizo de los animales esos a los segundos que vio a la chica ya a salvo. Inmediatamente entró a dicha casa para ver que... esos dos ancianos habían muerto por el humo y las quemaduras, ambos en cama... sin la oportunidad de haber intentado huir.
No pudo hacer más, salió del lugar para dejar que el fuego siga con su trabajo. Ver que no quedaba nadie más con vida en la zona, lo hizo apresurar su paso hacia dónde debe de estar ahora. La zona más importante de la ciudadela, en verdad no puede creer que deba ir al terreno de los nobles. Tal vez muchos no sean de su agrado, pero no puede dejarlos morir. Salvará a cuántos pueda.
Su recorrido hacia dicha zona fue rápido, no habían tantos enemigos como antes. Eso sólo significa que...
-¡Mikleo! – Himmel pudo ver a su amigo, quien estaba con un grupo de soldados mientras protegían a unos sobrevivientes, la mayoría nobles. - ¿¡Quien les ordenó venir aquí y dejar el resto del lugar desprotegido!?
-¡El rey mandó la protección de todo lo cercano al castillo, yo tampoco estuve de acuerdo! – El joven lanzó un dragón de agua hacia otras de esas bestias... un cíclope, genial. - ¡Además, estos idiotas no hacen el trabajo más fácil!
-¡Más respeto plebeyo, somos de una de las familias más importantes del reino! – el que parecía ser el jefe de la familia sonó arrogante, pero...
-Dirás, era una de las más importantes idiota. El reino está acabado, no hay nada salvable... nada. – Himmel vio como el noble se quedó mudo, no esperaba que... - ¿Alguien más ahí dentro?
-No que yo sepa, puede que si, puede que no. Lo único que tengo seguro es que... los reyes y la princesa siguen en castillo. – Eso era todo lo que él necesitaba oír. – Sé que ir contigo me volverá una carga, por lo tanto yo ayudaré en la evacuación de los que halle, así como matar a tantas de esas cosas como pueda. Tú ve y haz lo que debas hacer.
-Mikleo... Bien, ni se te ocurra morir.
-Lo mismo digo. – Himmel partió de inmediato, esta vez... más que listo para afrontar lo que sea que tenga al frente.
....
En su avance, Himmel se pudo fijar de la gran cantidad de cadáveres, en la mayoría soldados y no pudo evitar sentir pena por ellos, en verdad no merecían morir de este. Ingreso al castillo tras tirar la puerta principal abajo, no había tiempo. El lugar entero se estaba incendiando, a lo mucho tendrá...
Mejor trata de hallar a los reyes y Charllotte antes de tener que pensar en estas cosas. Corrió por los pasillos que estaban ardiendo por el fuego, agradecía que la máscara de su casco filtra solo el oxígeno. Fue en eso que sintió una presencia familiar en el comedor. Justo pasaba por ahí, la reina estaba ahí... débil. Le dio una patada a la puerta para darse prisa y poder sacarla de ahí, pero lo que vio lo dejó sin palabras... La reina estaba sentada contra la pared, respirando lentamente, pero a la vez ya entrecortado. Tenía una herida en el abdomen de la cual salía mucha sangre y al lado de ella... el cadáver del rey.
-¡Su majestad! – Himmel le importó poco el fuego, corrió a través de este para llegar con la mujer quien sonrió al verlo. – Resista, ahora mismo la voy a...
-No... No hay tiempo... Mi hija... debes hallar a Charllotte... Ares va tras ella. – La mujer tosió sangre al intentar hablar. – Fue una emboscada... Nadie lo espero... todo fue tan rápido... mi esposo... Ares lo mató primero y a mi... me hizo esto, para que muera lentamente. – Himmel vio que en efecto, la herida era grave... pero hecha para que ella muera lentamente. – Tenías razón Himmel... El reino estaba destinado a perecer, te pido... que cumplas tu promesa hacia mi... destruye todo... cualquier indicio de nuestra existencia. Si debemos ser mitos... que así sea.
-Reina Helba... yo...
-Tenía razón en haberte aceptado Himmel, vi potencial en ti a pesar del camino tan espinado que ibas a tener. Aún tras todo... siento que conocerte y aceptarte como soldado, fue la mejor decisión de mi vida. – la mujer tosió de nuevo y esta vez más sangre salió de su boca. – Hazlo... sabes que hacer. – Himmel bajó la cabeza y sacó a Oathkeeper, la mujer sonrió al ver las lágrimas salir de los ojos del joven que fue su protegido años y a la vez, su amigo. – Cuídala Himmel... Cumple tus metas... llega a lo más alto... el cielo es el límite y a la vez, este es eterno.
-Adiós... Helba. – Himmel clavó la espada blanca en el pecho de la mujer quien solo sintió un dolor breve para luego cerrar los ojos para siempre.
Oathkeeper tiene el poder de purificar el alma de quienes mueren por su hoja, que vayan al más allá sin pecado alguno. Himmel sacó su arma del pecho de la reina y bajó la cabeza en señal de respeto y luto, para finalmente dejar ambos cuerpos en el lugar... que el fuego haga que regresen a las cenizas.
Himmel siguió corriendo, mientras lo hacía, destruía todo lo que era importante. Armas, planos, pergaminos... todo era destrozado. No debía dejar ninguna evidencia de este lugar, más salvo cosas que son pequeñas, sin importancia.
Fue en eso que escuchó un grito, era Charllotte... Corrió a toda velocidad con Oblivion en mano y al llegar a la zona del trono, vio como Ares la iba a atacar. Su cuerpo reaccionó primero y logró llegar para bloquear el ataque del Dios a la chica quien sonrió al ver al joven y Ares se mostraba ligeramente sorprendido.
Himmel pasó a ver el cadáver de Alfred, el viejo soldado había luchado valientemente hasta el final. Apretó los puños para calmar en algo su ira, en verdad no puede perdonar a este tipo, ver como este se burlaba de él... De todos, no tenía honor... No podía creer que ni porque su religión está siendo arrasada poco a poco por la de Elohim, el Dios que un pueblo que se hacen llamar judíos adora.
Lo que en verdad no espero fue que el muy bastardo se diera de sus sentimientos por Charllotte y que lo dijera en voz alta. Mantuvo su expresión firme para poder seguir en la pelea, aunque sabe que tiene mucho que explicar después.
Oír la voz de Charllotte, algo dudosa pero feliz, le hizo recordar el predicamento en que estaban. No importa ahora sus sentimientos, debe sacarla de aquí. Por lo que no perdió tiempo y le pidió a la chica que se vaya. Ver la negación de ella lo obligó a alzar la voz y expulsar algo de su poder para que ella haga caso. Odiaba tener que tratarla así, pero no tenía más opción.
Ella aceptó, de malas, pero aceptó irse. No sin antes pedirle que regrese... la princesa del caído reino salió por un compartimiento secreto que había tras el trono del lugar, dejando a ambos contendientes solos.
Ninguno perdió tiempo y fue contra el otro para iniciar la batalla. Ambas espadas impactaron y provocaron que el dañado edifico caiga más rápido. Himmel sabía que el choque de armas sólo le daría desventaja, el lugar se viene abajo. Optó por usar el poder de Magus y propagar sus sentidos para que pueda sentir lo que se viene con mayor facilidad. Sentir el calor y el fuego son una molestia, pero logró lo que quería, su X-Pulse también se vio repotenciado y con ello sus reflejos de esquivar, Himmel logró evitar los choques de armas que tal vez Ares buscaba para complicar su vida.
Con un giro bien preciso, logró darle al Dios una patada en la cara sólo para tener que bloquear un ataque del Dios con sus brazos usándolos en forma de X. Himmel cayó al suelo y rodo un poco para luego sacar a Oblivion para frenar el avance inmediatamente. Con ello, Himmel sintió un ardor en los brazos, están fracturados...
-¡Céntrate en la pelea, usaré el poder de los otros para curar tu cuerpo! – Agradeció el apoyo de Skeith y de inmediato sacó más poder, al menos el dolor en los brazos había disminuido.
Sacó a Oblivion de nuevo y esta vez, lanzó varias esferas hechas de oscuridad que le permitieron mantener al Dios a raya. Este por su lado, lo admitía... El chico es hábil, pero nada que él no pueda enfrentar. Creo una lanza de relámpagos rojos de nuevo y la mando hacia el Humano. Himmel se vio obligado y a esquivar los ataques como podía. Justo cuando los tenía cerca es que se vio obligado a cubrirse con sus manos, pero la fuerza fue tal que derrumbó el muro tras el impacto.
Se reincorporó rápidamente a pesar del dolor en su cuerpo. No cabe duda de que el tipo es un Dios, pero eso no significa que por ello se vaya a rendir. Su X-Pulse le advirtió sobre el ataque que venía, alzó la espada y creó una onda de corte al agitarla que simplemente superó el ataque enemigo ante la sorpresa de Ares.
Himmel lo había decidido, no más juegos... Se lanzó al ataque hacia su enemigo y tras hacer la finta de querer lanzar un golpe, finta que Ares se creyó, retrajo su brazo izquierdo de inmediato para lanzar una patada con la pierna izquierda justo en el mentón del Dios y lo alzó al aire. En eso, Himmel cargó poder en su puño izquierdo y lanzó un golpe hacia su oponente del cual salió una enorme esfera hecha de energía de color rojizo. El impacto del ataque sacudió más los cimientos del lugar y mando a Ares al suelo, herido.
Este no podía creer lo que pasaba, ningún simple mortal debería tener tal poder. Era absurdo... Y justo ahora tenía en frente suyo, uno que lo estaba igualando y hasta logró herirlo de modo serio tras una finta. Se puso de pie, furioso, sentía la sangre en su cara... el muy bastado había logrado herirlo hasta el punto que lo hizo sangrar.
-Maldito humano... Pensaba ser benevolente contigo ¡Pero ahora te haré pedazos! – Ares dejó salir más de su poder, este bastaba para hacer caer el lugar.
Himmel por su lado, sólo se puso en guardia. Listo para cualquier movimiento por parte de... Ya no estaba, no lo veía... Pero sabía que estaba aquí, de seguro sólo tratando de tomarlo por sorpresa. Su X-Pulse le dio la señal que debía moverse a un lado, lo hizo en el momento preciso ya que Ares había lanzado un corte con su espada a la cabeza del joven. Si bien logró esquivar dicho ataque por los pelos, su mejilla izquierda fue cortada a pesar de usar la máscara que lo protegía. Era absurdo ver todo el poder que el tipo este tenía.
Seguro de que lo último dejará marca, Himmel alzó su mano izquierda y Oathkeeper apareció lista para el ataque. Ares se sorprendió al ver esa espada... No había oído de ella y no había nada de esta en la información que había recolectado. La espada blanca choco con el escudo del Dios quien contuvo el ataque del humano, era fuerte.
El choque fue tal que las llamas del lugar de vieron casi apagadas debido al vacío de oxígeno que se había creado. Luego vino otro y uno más... todos los vacíos de aire creados por el choque de ambos con sus armas. Oblivion y Oathkeeper lograban tener a raya la espada de Ares y su escudo... armas que fueron forjadas por el mismo Dios Herrero del Olimpo. ¿Qué clase de espadas eran esas? Ambas espadas brillaron un segundo, como comunicándose con la otra. Acto seguido, Oathkeeper brilló más y Himmel clavó el arma en el suelo, de esta emergió una ráfaga eléctrica que fue hacia el Dios.
Este saltó hacia arriba para esquivar el ataque, sólo para verse con una gran esfera de Oscuridad yendo a su persona. Se cubrió con su escudo para bloquear dicho ataque y de paso evitar un daño severo. La esfera siguió su camino hacia arriba, destruyendo techos y demás hasta hacer que el Dios salga del lugar. Himmel se preparó para alzar vuelo... sólo para ver una vez más este lugar. Lo volvió a hacer arder con un hechizo de fuego, este lugar debe arder... prometió destruir todo lo relacionado con ellos. Volvió a alzar vuelo para ir tras Ares quien finalmente había desviado esa esfera hecha de oscuridad. El Dios se veía más que furioso, fue en eso que ambos chocaron armas en el aire y se enfrascaron en una lucha encarnizada con sus armas en el cielo.
El choque de poderes que había generaba que el cielo relampaguee, que la tierra tiemble por los rayos que caían a tierra así como que esta se eleve un poco, destruyendo poco a poco la ciudadela que fue el hogar del joven muchos años. Ares le dio a Himmel una patada que lo mandó a tierra, tras impactar con varias casas y hacer que caigan... Himmel se puso de pie de inmediato y sin perder un segundo, lanzó una onda de corte en forma de X hacia el Dios. Esta fue bloqueada, pero solo fue una distracción... Himmel clavó a Oblivion en el suelo y la oscuridad de la espada pasó al suelo del cual emergieron 9 Dragones Orientales de oscuridad.
Ares no pudo evitar sentir miedo... ¿Qué clase de mortal era capaz de esto? Los 9 Dragones fueron tras su presa, Ares no dudó en esquivar y cortar esas cosas cuando las tenía cerca. Lo que no esperó fue que Himmel aparezca sobre él y lo ataque con ambas espadas. Alzó su escudo por puro instinto y lo que vio lo horrorizo, el escudo se había hecho pedazos tras el impacto con las espadas. El Dios cayó al suelo por el impacto del ataque de Himmel, tras caer destruyó más de los abandonados e incinerados edificios que habían.
El joven piso tierra para esperar lo que sea que venga. Lo único que esperó fue ver a Ares ir hacia su persona a paso lento y calmado. Si algo ha aprendido, es que los que explotan en ira son muy predecibles, los que muestran calma al estar furiosos, esos son los más problemáticos. Se puso en guardia, sólo para sentir un golpe en la cara de la nada.... Rodó varias veces en el suelo, sintió su casco romperse al intentar ponerse de pie de nuevo, pero esta vez su X-Pulse le advirtió del peligro. Alzó las manos para bloquear la patada que vino a su persona, sólo para sentir otro golpe en la cara nuevamente, luego otro y uno más. Sentía su armadura romperse a pedazos por el ametrallador ataque del Dios, quien había dejado los juegos.
Lo había captado, este chico era peligroso. Que un humano tenga el poder de dañar a un Dios de este modo, no puede dejarlo vivo ya que sería una amenaza. Una amenaza que no duda, será un problema para todos los Dioses en el futuro.
-¡Saca más poder, deja de contenerte! – Himmel oyó las palabras de Skeith, es verdad que se contiene... Es que... - ¡Ya no hay nadie, todos se han ido! ¡Usa todo el poder que tengas a disposición o estarás más que muerto! ¡No importa si el tipo no es uno de los 8 Infinitos, es un Dios y él no irá con juegos contigo! ¡Ya no!
Sin duda, Ares ya no está jugando con él. Está atacando con todo su poder para poder matarlo, si no hace algo... Bien, le demostrará el poder que sólo ha demostrado a esos seres, que cada vez que derrota a uno... se hace más fuerte.
Justo cuando Ares lanzó un nuevo golpe, Himmel detuvo el ataque con su mano. El Dios se vio sorprendido y algo horrorizado al ver las extrañas marcas rojas que estaban apareciendo sobre el cuerpo del humano, sus ojos amarillos se tornaron rojos, como la sangre y pudo jurar que sobre el joven veía algo... un ente que le recordaba a una parca con 3 ojos. En eso, sintió el golpe de Himmel en la cara, este fue tal que lo mandó a volar unos metros para luego detenerse usando la fricción que hizo sus pies con el suelo.
Ares vio como la armadura del chico ganó más partes filosas y se hacía más marcada. Las marcas rojas la estaban haciendo cambiar, al alzar la mano. Himmel invocó la guadaña de Skeith y se puso en guardia. Creó con el arma una onda de corte gigante que forzó a Ares a volar, momento que le dio a Himmel la oportunidad de atacar. Esta vez yendo hacia el Dios con su arma en mano, la sacudió para lograr generar un daño severo, pero Ares la bloqueó con su espada. Ambos se vieron intimidantes hacia el otro, para que de inmediato ambos se enfrasquen en una encarnizada lucha sobre el aire en un solo punto. Ninguno se movía de su posición, eran tan veloces al atacar que se podía ver como parecía que tenían más brazos atacando. Con un movimiento, más acrobático, Himmel fue capaz de darle al Dios un corte en el hombro, este sintió un ardor horrible... Esa guadaña, si recibe un corte directo de ella, no está seguro de poder...
Fue en eso que sintió la patada de Himmel en el estómago, eso le vino muy bien al humano quien de inmediato lanzó varias ráfagas de energía de su mano hacia el Dios. Los impactos eran más que mortales, Ares por primera vez en su vida estaba siendo igualado y hasta superado por alguien quien no era un Dios. ¿Cómo podía estar pasando esto?
Cayó al suelo luego de que Himmel detuviera su ataque. Mientras el humano se preparaba para lo que venía, se mostró sorprendido al ver a Ares de rodillas, sin hacer nada. ¿Qué está planeando?
-¿Qué eres...? – Ares pasó a ver a Himmel de un modo que este no espero... desconcierto. Desconcierto de lo que es... - No hay mortal con el poder que tienes tú, este es... raro. No es nada que haya sentido en este mundo. Me atrevería a decir que va más allá del mundo conocido.
-¿Quién sabe? Hace años que dejé de hacerme esas preguntas, ya que en verdad me da igual. – Himmel sólo se mostró más que tranquilo. – Tú... ¿Qué deseas de Charllotte? ¿Qué deseas de ella para haber querido destruir este reino que nada tenía que hacer con el resto del mundo?
-¿Qué quería? El acceso al conocimiento de este lugar, este que no dudo está más allá del que cualquier otra sociedad humana que existe. Al tenerla, habría tenido acceso a todos esos conocimientos. Ella como princesa es una biblioteca viva, ya que debe de leer todo lo que hay en este lugar. – Himmel le tuvo que dar la razón, más porque Charllotte poseía memoria fotográfica. Recordada todo con detalles, tal vez no entendía la teoría mucho pero si tenía la información en su cerebro. – Por eso hice esto, para tener ese conocimiento y a ella de paso, una bella mujer como ella debe de ser disfrutada de todos modos.
Himmel expulsó más aura ante esas palabras, maldita sea... no debe dejar que su temperamento saque lo mejor de él. Ares sonrió un poco, pero no con burla, ya no. Ahora era conscientes que este chico le dará pelea y a muchos otros Dioses, debe matarlo. De no hacerlo, puede que se meta en su camino...
-¿Para qué deseas el poder?
-Debes saber que en mi panteón, no es raro que el hijo se haga con lo que una vez fue del padre. – Himmel abrió los ojos con horror, el muy bastardo...
-¿Deseas destronar a Zeus? Que locura, se sabe que es un mujeriego y demás, pero es tu padre... ¿No sientes ni una pizca de remordimiento por lo que planeas hacer?
-¿Remordimiento? ¡Jajaja, claro que no! ¡El muy idiota ya tiene a sus preferencias, Apollo y Atenea! ¡Ambos idiotas que no ven más allá, de la oportunidad de que podemos hacer del mundo nuestro! ¡Con el poder que tenemos, de obligar a los mortales de seguirnos! ¡Así evitarnos el problema de perder creyentes ante ese Dios! – Parece que el rencor guía sus acciones.
Himmel era consciente de que si no acaba esto rápido, puede que no tenga otra oportunidad. Debe de saber como acabar esto. Fue en eso que se le vino una idea, una muy loca idea pero que puede venirle bien. Pudo sentir que el fuego ya estaba consumiendo todo... era hora.
Ambos oponentes expulsaron poder y fueron contra el otro para enfrascarse en una pelea de puño limpio. Himmel sintió el impacto en su estómago, para luego dar uno en la cara del Dios, luego una patada, otro golpe, de nuevo una patada. La batalla estaba en su recta final, así eran las batallas de este final. El poder es lo que define cuanto dura una pelea entre dos seres de clase Dios, Himmel había tenido práctica, la lucha con Skeith, Innis, Magus, Fidchell y Gorre lo habían preparado mentalmente y físicamente para tener una batalla de estas proporciones.
Con un movimiento rápido, ambos se dieron golpes en la cara. Se pudo escuchar el sonido del hueso craneal romperse, pero no bastaba. Volvieron a darse golpes de nuevo en la cara, si Himmel alguna vez había sentido que el cerebro se le apagaba... pues este era dicho momento... Como duele, ya en un punto era sólo su cuerpo reaccionando a los ataques y su X-Pulse guiando su maltrecho cuerpo... Sintió como Ares logró vencerlo en ese último intercambio de golpes y... ¿Acaso no puede ganar...? No... No, no puede pensar de ese modo. Sólo necesita de una oportunidad, la más pequeña para poder acabar esto de un solo ataque.
Como oyendo sus plegarias, pudo ver que Ares alzó de nuevo su brazo derecho para atacarlo, sólo que este era ligeramente más lento que antes... El cansancio, finalmente el cansancio y las heridas habían...
Sonrió instintivamente y tras un destello de luz, Himmel creó una copia de él hecha de esta luz. Ares se sorprendió al ver dicho poder... ¿Cómo lo hizo? Vio a la copia apresarlo con fuerza al mismo tiempo que el original sacaba a Oblivion y Oathkeeper. Ver como las espadas brillaban hizo que el Dios por primera vez en toda su vida... tenga miedo.
Himmel fue hacia Ares con las espadas cargadas de poder y tras dar varios cortes fugaces en el cuerpo del Dios, terminó su ataque con un corte en forma de X. Uno que hizo a Ares gritar del dolor como nunca antes lo había hecho. El Dios fue lanzado hacia atrás por la fuerza del ataque para finalmente impactar con una de las pocas casas en pie, tirándola abajo...
-Keiga Soujinranbu... Espero que te haya gustado Imbécil. – Himmel estaba listo para seguir con la pelea, estaba acostumbrado a recuperarse en medio de la lucha por experiencia.
Lo que no espero fue ver a Ares pararse y tambalearse un poco. ¿Acaso había...? Camino lentamente hacia el Dios, no bajaba la guardia porque bien todo podía ser una trampa por parte de este para acabar con él. Ese pensamiento murió al ver el cansancio en sus ojos, no tenía fuerza ni para ponerse de pie.
-Imposible... Yo... un Dios... derrotado por un mortal... es absurdo. – Ares no podía creer lo que estaba pasando, esto no era posible. Él, el Dios de la Guerra, derrotado por un simple mortal.
Himmel lo tenía, solo necesitaba alzar su espada y... acabar con él. Al hacerlo, listo para dar el golpe de gracia, dudó... Dudó en matarlo, había matado miles de veces sin segundos pensamientos... pero este caso difiere al de los otros. Es un Dios, quien debe de matar ahora era un Dios... Él sabía que hacer algo así, era un tabú para los mortales. Nadie en su sano juicio mataría un Dios, aunque se lo merezca por miedo a las represalias de las otras deidades. ¿Será perseguido por los Olímpicos luego de matar a Ares? ¿Se verá en la obligación de matar a más Dioses? ¿Podrá cargar con el peso que significa llevar las manos manchadas por la sangre de un Dios?
-¡Himmel reacciona! – la voz de Skeith lo sacó de sus dudas para ver que era atacado por un par de lanzas.
Esquivó el ataque y retrocedió un poco. Pudo ver que Febos y Deimos fueron quienes lo atacaron, la hermana de Ares, Enio, lo ayudaba a ponerse de pie. Tardó demasiado... maldita sea...
-No puedo creer que este mortal haya...
-Parece que debemos atacar con todo.
Ambos hermanos no podían creer que su padre fuera derrotado por un simple mortal. Himmel se preparó para seguir la pelea, estaba cansado pero aún podía seguir luchando.
-¡No! – Ares alzó la voz al ya estar de pie de nuevo, aunque se mostraba débil y cansado. – Nos vamos... todos. Ya no hay nada que hacer aquí.
-¿Seguro...? Tus hijos podrían...
-¡Dije que nos vamos! – Ares le gritó a su hermana, quien calló de inmediato. – Ese mortal... yo mismo me haré cargo de que pague por esta humillación.
Los dos hijos del Dios de la guerra obedecieron a las órdenes de su padre de mala gana. Retrocedieron para reunirse con su padre y tía mientras Himmel...
-¿Qué hago...? ¿Ataco o dejo que se vayan? – Sintió su cuerpo tensarse un poco, está ya sufriendo la carga de poder...
Ares miró una vez más al mortal que lo había derrotado. Jurando venganza en contra de él, desapareció con sus hijos y hermana de la vista de Himmel quien soltó un respiro. Estuvo cerca...
-¡Imbécil, lo dejaste ir! – Skeith sonaba furioso, parece que no le gustó como terminó todo. - ¡Debiste matarlo, debiste hacerlo! ¡Ahora tendrá la oportunidad de atacarnos de nuevo! ¿¡Por qué dudaste Himmel!?
-Yo... Yo no sabía como serían las cosas si lo mataba... nunca nadie ha matado un Dios Skeith. Que un mortal haga tal cosa es... impensable. De hacerlo, cometería el pecado y tabú más grande del mundo.
-Ya lo hiciste, alzaste tus puños contra un Dios. Ese ya es un crimen por si sólo. Lo que no me cuadra, es que dudaras... Dios o no, él no merece vivir. Mira lo que ha hecho... todas las vidas que ha apagado por su ambición. ¿Alguien así merece vivir? – Himmel no pudo decir nada ante las palabras de Skeith... Él... - Las enseñanzas de Lavenza puedes ser ciertas, para muchos... pero te recuerdo que la Armonía no es total, el Caos existe y te aseguro que no todos se arrepienten de lo que hacen, aunque este mal. No digo que mates a todos, pero entiende... no todos merecen ser salvados o perdonados, esa es la realidad.
-Lo sé... aunque eso es la hace igual de triste. – Himmel sabía eso en el fondo, debió matar a Ares... Al diablo las consecuencias.
Ahora tenía un enemigo que desea matarlo, tal vez el panteón griego vaya tras él y... Ganó contra Ares, pero duda poder hacer lo mismo con Zeus y Poseidon... debe hallar a los 3 que quedan, si halla al sexto... obtendrá nuevo poder y... pasó a ver todo el lugar, el fuego se estaba apagando... ya casi no había nada. Alzó la vista y pudo notar que el cielo se estaba llenando de nubes, pronto lloverá.
-Haz lo que debas hacer. – Himmel asintió a las palabras de Skeith y...
Tras salir de la Ciudadela y comprobar que en verdad no había nadie más, Himmel alzó vuelo y preparó el Soul Drain, sólo que esta vez estaba concentrado en lo que parecía un cañón. Himmel cargó más poder antes de ver por última vez todo... el lugar que fue su hogar años. Tomó aire y...
-Drain Arc. – una esfera de color rojizo fue lanzada hacia la Ciudadela y la devoró en segundos para luego volverla polvo, con todo lo que estaba ahí. Repitió el proceso, esta vez con zonas más alejadas de la Ciudadela pero con algo de relación con ella. Sabía que ahora podía... Tras varios disparos, tras verificar que todo era destruido hasta no dejar ni un solo rastro... Himmel se calmó, dio un vistazo a la ahora llanura que era este lugar. Sin un vestigio de lo que una vez hubo aquí... Le había cumplido su promesa a la reina, ahora debía volver con el resto.
Himmel tomó vuelo para reunirse con el resto, sabiendo que... ya no volverá aquí.
Tras finalmente llegar con todos los sobrevivientes en una zona boscosa a kilómetros del reino ya destruido, las reacciones a su persona fueron de alegría en su mayoría. Muchos agradeciendo de haber sido salvados por él. Incluso la chica quien ayudó antes de ir al castillo, aunque se veía algo triste.
Ver como Amane, Lailah, Alisha y Aura lo abrazaban por volver sano y salvo bastaba para saber que todo había acabado por ahora. Las miradas de entendimiento de Mikleo, Edna y Yuuji mostraban que luego escucharan lo que tenía que decir, ahora mismo sólo quería ver a...
-¡Himmel! – Oír su voz bastó para que él pase a verla, la princesa se veía sucia y algo cansada. Su fino vestido rasgado, de seguro para poder caminar más rápido. - ¡Himmel!
La mujer abrazo al guerrero que hace menos de una hora había enfrentado y vencido al Dios de la Guerra. La chica al verlo tan herido y cansado, no soportó más y le quitó el casco y la máscara que estaban casi destruidos y lo beso ante el asombro de los presentes y del mismo Himmel que no espero tal recibimiento, no es que se queje a decir verdad... Charllotte terminó con el beso y lo miro, soltó una risa al ver su cara de incrédulo.
-Himmel... al diablo el matrimonio arreglado. Ya no importa, deseo estar contigo porque es lo que en verdad deseo... Te amo.
Decir que Himmel se sintió como el idiota más grande del mundo entero al no haberse creído lo que le decían años atrás era un hecho, pero no importaba ahora... Abrazó a la mujer en respuesta y ella hizo lo mismo. Aura se unió al abrazo, feliz de tener una tía con quien jugar.
El joven paso a ver quienes quedaban... No eran muchos... el reino estaba destruido, todo vestigio de este hecho polvo para siempre. Siendo ellos el único recuerdo de que una vez existió. Aún así... vivirán, huir no era una opción. Ahora mismo... deben ir en busca de un nuevo hogar... a iniciar de nuevo.
-Ese día, el lugar que fue mi hogar murió... Luché con Ares y vencí apenas, tuve suerte. En esos días mi poder bastaba para vencer a Dioses de su nivel. Sabía que me debía hacer aún más fuerte. Sabía que no era el fin de mis problemas, aunque en ese momento deseaba poder descansar un poco y estar con quienes eran importantes para mí, aunque sea tener algo de paz... Lo que nunca me imaginé fue que, no matar a Ares, se convertiría en el error más grande de mi vida... que haberlo dejado vivo, significaba que lo más valioso para mí, ya estaba en peligro... Ese error y culpa, las cargo hasta el día de hoy.
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