Devilish Angel of Deceit
La batalla que se estaba llevando acabó en lo que sería una isla frente a las costas del Atlántico en Cuba, era algo que puede uno considerar, como sacado de un pasaje bíblico del Libro del Apocalipsis.
El mar se tornaba en rojo, al verse como Rahab estaba atacando con sus hordas de demonios de sangre.
Akeno, Kiba y Casper debían de hacerse cargo de esas cosas primero, antes de tener que pelear con el demonio de Sangre. El que se dice, regia todo el Mar Rojo en el pasado.
Akeno lanzó ráfagas de electricidad y luz hacia su oponente, a la vez que pensaba que estas cosas en serio eran peor que la plaga. Eran seres sin alma, no pensaban ni sentían. Hasta los Grimms parecían tener algo en su ser de instinto base... como el deseo de la supervivencia o de querer comer.
Pero estas cosas no. Eran como simples muñecos, que solo siguen lo que el titiritero quería que haga. Esa era la sensación que tenía. Una que crecía con el paso de los minutos...
Akeno giró su vista, estaba tratando de evitar que esas cosas le den. Usar el Avatar Trigger era una opción, pero la desea salvar para el momento adecuado. Combinó la luz y el trueno para lanzar una ráfaga de sus manos que eran como dragones orientales. Estos devoraron a los que eran sus presas.
A su vez, Gasper estaba usando sus bestias de oscuridad para acabar con esas cosas. El pequeño Vampiro no había perlado de manera directa con Rahab, a diferencia de su Senpai, pero tenía una idea de la clase de monstruo que era. Lo que era capaz de hacer y demás..
Alzó la mirada, alzó vuelo al ver como la isla se empezaba a llenar de lo que eran esas cosas. La isla se tornaba rojo sangre, por la gran cantidad de esas cosas que se estaban apilando en ese lugar. Era algo increíble la verdad. Le daba cosa.... Pero admitía estar más que impresionado.
Su mano se extendió y de esta emergió una gran masa de oscuridad que rico la forma de un dragón oriental con dos bocas. Una sobre la que todo ser vivo debería de tener. Y de ambas bocas, salieron ráfagas oscuras que le dieron de lleno a esas criaturas malignas. Eliminando unas cuantas, pero el asunto estaba lejos de acabar.
Ya que del mar rojizo emergían más. Eran como zombies... era una ridiculez. Una que en verdad estaba mostrando cansar a uno.
-Es como querer contar las estrellas del Cielo. A menos que acabemos con Rahab, esas cosas no dejarán de aparecer.
Balor tenía razón. A este paso, ellos...
Por su lado, en el aire, se veía como Kiba estaba peleando contra el demonio de sangre, que llevaba una espada hecha del líquido rojo que corre por sus venas, para bloquear los ataques de las espadas sacro demoníacas de Kiba. El chico estaba seguro que se estaba conteniendo. Era como si quisiera disfrutar de esto. Alargar la batalla... alargar la agonía y la desesperación que podían sentir. Era eso lo que su X-Pulse le decía. Era como un sensor de emociones ahora para su persona, dada su naturaleza como espadachín, saber el estado emocional del oponente era vital.
-Se nota tu mejoría desde nuestro último encuentro. – Rahab hablo con cierto tono que a Kiba no le gustó. Era como hablara con burla y aburrimiento. – Pero eso poco o nada te servirá. Ya que soy más poderoso también.
Era molesto que hablara con ese tono... un tono que denotaba su orgullo, así como su deseo de querer burlarse. Sólo porque si. Muy fastidioso... pero hará que se trague sus palabras.
Canalizó poder en la espada. El efecto Cheat se activó. La espada brilló con un deseo en mente, destruir al sujeto que tenía a unos metros. Todas las propiedades se vieron incrementadas, que eso debe de bastar para quitarle la sonrisa a ese tipo y que vea, que no jugaba. Él ni nadie.
Y la batalla prosiguió. El choque de las espadas de ambos oponentes, era tal, que el aire era vaciado. El oxígeno se iba, porque el choque era intenso. Sumado a la velocidad con que se mueven, es que uno se puede dar la idea de lo que pasaba.
Kiba era veloz... eso nadie lo pone en tela de juicio. De por sí, ser tan veloz por habilidad natural, demuestra la clase de monstruo que es el demonio Gremory.
Pero hasta él sabía que ese poder... esa velocidad, eran nada contra Rahab. Quien estaba moviéndose tan rápido como él. Tanto, que era una locura que esto esté pasando.
Kiba no era orgulloso o egocéntrico. Pero tenía orgullo de su velocidad. De que en verdad pocos le pueden seguir el ritmo a menos que sean seres clase Maou o Dios. Pero este tipo...
Alzó su mano derecha e invocó a Gram. La espada demoníaca soltó un pulso, ya que sentía como su amo requería de su ayuda. Y la espada no iba ir contra ese deseo.
El impacto de la espada demoníaca más poderosa de todas en la espada de sangre de Rahab, sólo hizo que está se vea destrozada por la fuerza del impacto.
Tanto así, que Rahab fue mandando hacia atrás. Algo esperado, dado que Gram posee el poder destructivo de Durandal. El demonio se detuvo en el aire, afectado en algo por lo que pasó. Pero sonrió al ver que...
-No esperé en verdad ver a Gram. La legendaria espada demoníaca más poderosa en manos de un niño como tú. – Kiba apretó el mango de la espada. – Pero hasta yo veo como limitas su poder... si. No deseas perder tu vida, así que usas la espada que creas como un filtro para que el poder se limite y no te afecte la vida. -¿supo eso con solo ver todo una vez? – Ja. Niño... he vivido mucho. Y soy de los que vieron el nacimiento de espadas así. Lucifer quería matar dragones con poder destructivo... por eso ordenó a crear esa espada. Pero... nunca fue capaz de usarla. Por la misma razón que tú la limitas.... No deseaba morir. Pocos han usado esa espada en la historia. Pero todos... sin excepción, han muerto por la maldición de esta. No eres diferente a ellos...
Quizás no.... Quizás la muerte sea algo que le espera si es que sigue usando a Gram. Pero ahora mismo, eso no importa. El mundo entero...la gente... Rarity... todos están en riesgo. No puede pensar en él solamente... si debe de poner su vida en bandeja. Lo hará.
Se movió con gran velocidad en el aire. Era una velocidad muy superior a la del sonido. Pero a su vez, era algo que Rahab era capaz de ver. Alzó la mano y detuvo el ataque de Gram. No puede ser...
-Gram es una buena espada para usar contra mí. Dado que es destructiva, además de sus propiedades Dragon Slayer. Pero... - Se vio como el brazo parecía abandonar el rojo y se tornaba negro, con venas rojas, así como huesos. – También soy parte Grimm ahora. El sólo cambiar la propiedad en partes de mi cuerpo, me permite hacer esto y más.
Kiba no pudo evitar el golpe que recibió. Fue tan poderoso que sintió que iba a vomitar cada órgano de su cuerpo. El impacto de su cuerpo contra la isla, creo una onda tan poderosa que hasta los demonios de sangre ahí, se vieron hecho polvo.
El muchacho ni oyó las voces de sus amigos, ya que trataba de no vomitar algo que no sea su sangre o el contenido de su estómago. Y como dolía... era una sensación horrible.
Alzó la vista y vio a Rahab ir contra él. Pero un rayo lo detuvo. Akeno...
-La hija de Baraquiel. – Vio a la chica, que estaba flotando frente suyo. Su mirada decía mucho... - Se nota que tienes deseos de ir con tu padre.
Akeno apretó los dientes. Sus ojos brillaron al oír esa burla. Ese bastardo...
-¡No dejes que sus palabras te afecten mi otra yo! ¡Recuerda que sus palabras son nada! – Innis trató de que la chica se centre en lo que importa. Que no pierda los papeles.
Si... es verdad. No debe de perder la cabeza. De ninguna manera... lo que debe de hacer es... tomó aire y el destello en sus ojos se volvió más intenso. En un segundo, el Avatar Trigger incompleto emergió. Se vio el incremento de poder en Akeno, pero Rahab no lo vio como un peligro para su persona.
-Si eso deseas... - Rahab creó lanzas con su sangre y se lanzó al ataque.
Akeno sacó sus espadas de energía azul y las envolvió con luz, ya que eso es lo que la puede salvar. Espera que baste... espera eso le permita salir de esta con vida.
En la isla, Kiba vio a esas cosas acercarse a él de modo lento. Sin duda alguna, lo ven como su almuerzo y eso no era bueno... al menos para él. Pero en eso, una bestia oscura, un lobo con dos cabezas atacó a las bestias rojizas. Eso era...
Alzó la mirada... Gasper descendió a su lado y se agachó...
-¡Senpai! ¿¡Puedes ponerte de pie!? – la tos y sangre que salieron de la boca de Kiba decían todo. – Demonios. Un golpe y...
Kiba no quería admitirlo, pero si no fuera porque reforzó su resistencia con el factor dureza de la espada que creó, le habría atravesado el estómago.
Gasper alzó la mano y creo un círculo mágico en la zona herida. A la vez que de su sombra emergían más bestias oscuras. Estas parecían saber que hacer. Las que eran como lobos o seres terrestres, fueron a alejar a las bestias que estaban cerca de ellos, mientras los que eran como aves y dragones, alzaron vuelo para ir a ayudar a Akeno.
-Eso debe de bastar. Al menos nos dará tiempo de...
-Tiempo... eso no... eso no es lo que... - Trató de hablar, pero el dolor era agudo. Como una punzada. – Akeno... no tiene eso. Ya usó el...
-Lo sé... pero no se me ocurre otra cosa. – Gasper vio a Balor, el cual parecía entender... - Quizás usar eso, sea lo que me queda.
Kiba lo miró con sorpresa... si usa eso... puede que... pero era verdad que en estos momentos, sus vidas estaban en riesgo. Todo estaba en riesgo... quizás sólo quedaba ir con todo y esperar que las cosas salgan bien.
...
En el aire, se veía como Akeno chocaba armas contra el demonio. Se notaba la superioridad... aún yendo a la velocidad que le daba el Avatar Trigger, no lograba superar la de Rahab. Pero era de esperarse, dado que es más veloz que Kiba... que era un poco más veloz que ella en esta forma. Maldición...
Pero lo que si era obvio, es que Akeno estaba sudando a más no poder. No por el choque de armas o lanzar su magia, sino por la presión. La tensión de la que estaba siendo víctima. Tanto era así, que en verdad quería sólo alejarse y descansar. Pero de hacerlo, le daría a ese tipo....
-¡No logras nada niña! ¡Al final, sólo alargas lo inevitable! – Rahab logró superar su defensa y le dio una patada en la cara que la mandó al mar, pero sus alas la detuvieron en el aire. Estuvo cerca... - Nadie puede huir de la realidad. No te hagas ilusiones de que puedes ganar. De que pueden salvar este mundo.
Akeno se limpió la sangre de la cara y volvió al aire, a la altura de ese tipo. Estaban a la misma altura. Tanto era así, que Akeno podía ver con claridad las facciones de ese demonio. La expresión maligna que tenía... no había ni pizca de un ser moral ahí. Quizás nunca la hubo. Pero...
-¿Por qué...? ¿¡Que ganas con destruir el mundo!?
No pudo contener más esa pregunta de su ser. Ya no... era más que obvio que ella... que ella no puede creer que en verdad alguien desee acabar con su propio mundo.
-Simple. La oportunidad de nuevo en otro lugar. – Rahab le respondió con calma. – Sólo deseo una cosa para mí... el control de todo lo que tenga al alcance de mi mano. Y si no lo puedo tener en este mundo, lo buscaré en otro. Y si para llegar a este, debo destruir este mundo que ya no me da nada... lo haré. No hay gran ciencia mocosa. Soy un demonio. Es parte de lo que soy. Y eso lo debes de saber tú.
-¡No! Yo nunca...
Akeno quiso decir algo... pero una parte de ella, sabía que era eso. No aceptar que las cosas en tu vida no estén controladas. Que... era mejor vivir una ilusión. Era mejor eso que afrontar la realidad tan dolorosa. Ella no... ¿Tiene el derecho de juzgar? ¿Cuándo una parte de ella deseaba cambiar todo por la oportunidad de salvar a su padre? ¿De ver a su madre una vez más?
Fue ese momento de duda que Rahab aprovecho en atacar. Akeno reaccionó tarde a la ráfaga demoníaca que le lanzaron. Sabía que un movimiento en falso y estaba muerta. Que si no hacía algo... estaba... Dios.
En eso, las bestias de Gasper aparecieron. Unas cuantas tomaron el impacto que era para ella.... Perecieron. Como era de esperarse. Pero... pero lo que pasaba por la mente de Akeno no se había ido. Para nada.
La chica vio a las bestias lanzarse hacia Rahab, quien no hizo más que reírse al ver el intento vano de esas cosas de defender a la muchacha. No sólo eso... se notaba que en verdad estaban seguras de que podían hacer algo. Pero no es así. Nada pueden hacer para ayudar... nada. Y Rahab solo se vio en la tarea más que placentera, de mostrarles lo inútil de sus esfuerzos.
Akeno vio a las bestias de oscuridad atacar. Pero ella no se podía mover... era como si la hubieran amarrado de pies y manos. Tanto era ese sentimiento, que hasta respirar era difícil.
No sabía que pensar...no sabía que decir. ¿Era ella igual a Rahab? ¿Era igual por desear cambiar las cosas en el mundo sin importarle que? ¿Era mala sólo por eso?
-¡No digas tonterías! ¡Claro que no lo eres! – Innis la sacó de sus pensamientos. - ¡No creas lo que ese loco dice! ¡Lo que él hace no está bien! ¡eso lo sabes bien!
Pero... lo entendía. Podía empatizar en algo con su meta. Ya que... ella...
El rugido de una bestia siendo destruida por Rahab, la sacó de sus pensamientos, a la vez que... que la hacía ponerse en guardia. Pero... el ímpetu del inicio, no estaba. Las dudas estaba en sus ojos.
El choque de armas en medio de la velocidad de vuelo, era intenso. Pero Rahab lo sabía. Tenía ventaja... ya que la chica estaba dudando. Lanzó ráfagas de poder demoníaco hacia ella. Para luego moverse a donde quería.
Akeno se movió a toda velocidad para esquivar los ataques. Pero no vio a donde iba hasta que fue tarde.
-¡Esto te pasa por distraída!
El grito de Rahab, sumado al grito de advertencia de Innis, la hizo ver hacia atrás y... estaba a sólo unos metros del mar rojizo. Vio con horror como del agua salían como.... Como estacas de sangre que iban hacia ella.
Su grito vino primero... antes de que ella pudiera siquiera pensar en moverse. El grito era tan agudo, que en verdad se podía oír a kilómetros.
Las estacas atravesaron sus muslos, un hombro y el lado izquierdo del abdomen. Sus alas... 4 de ellas habían sido atravesadas. Lo que demostraba que el poder de esas cosas era increíble.
-¡AGH! – Akeno trato de tocar esas cosas para librarse... pero el mero contacto con sus manos, era como tocar aceite. Ardía... - Maldición...
La risa de Rahab, sólo la hizo alzar la visión. Lo vio a unos pocos metros de ella.
-Te ataque a matar... es raro que no le haya dado a un punto vital.
Akeno también pensó que era raro. ¿Fue suerte? No... sabe que no fue eso. Sentía los gemidos de dolor de Innis en su cabeza...ella la salvo. Logró mover su cuerpo para que no le dieran en un punto vital. Pero estaba atrapada... ella...
-Pero no importa. No importa que hagas ahora niña... sólo debes de tener esto claro. Tu suerte se acabó. Así como la de todos... - la lanza que creó, demostraba que le iba a dar el golpe de gracia.
Akeno se preparó para lo inevitable. La muerte... ¿Cómo sería? ¿Sería...?
Cerró los ojos al ver la lanza ir contra ella, pero el choque de una espada contra la lanza, la hizo alzar la visión... Kiba estaba usando a Gram para bloquear la espada.
-Tú... - el demonio no se veía nada feliz..
Kiba se mostraba serio. No estaba dispuesto a permitir que su amiga muera de esta manera si puede evitarlo. Gasper apareció al lado de ella, usando su oscuridad para destruir las lanzas que la tenían apresada y la atrapó para que no caiga al suelo.
-¡Ayúdala Gasper! ¡Deja que yo me haga cargo de este tipo!
No había mucho que decir. Gasper asintió y se llevó a Akeno hacia la isla donde la podía ayudar a curar. Sus bestias de oscuridad se encargarán de tener a esas cosas en su lugar. Y una vez quedaron ellos dos ...
-Admito que eres insistente niño. Eso se admira. Pero debes de entender cuando estás fuera de tu liga. – Rahab se veía confiado, más al ver que Kiba seguía como si nada... no había una mejora. Eso era imposible de hacer en sólo unos minutos.
Pero el demonio sonrió. No dijo nada. Sólo creo a sus caballeros. 4 de ellos al frente y dos a su lado. Rahab no le veía el caso a esto... era una pérdida total de su tiempo.
-Puede que tengas razón. En poder no te puedo superar... - Dos de los caballeros brillaron y se volvieron partículas que se unieron a las piernas del chico, se crearon como unas botas que tenían unas turbinas... propulsores. – Pero si lo puedo hacer en velocidad.
Rahab no vio en que momento el chico se movió, pero ya lo tenía detrás. Esa velocidad.... Claro. Es un Knight. ¡Es su especialidad!
Kiba había creado esto, gracias a la idea de que por naturaleza, uno solo puede llegar a cierto nivel de velocidad. Pero con ayuda, puede llegar a más. Él lo sabe. Puede hacerlo... tiene que hacerlo.
En el suelo, Gasper empezó a curar a Akeno, quien estaba siendo ayudada por Innis. Pero la misma Fase estaba molesta por haber bajado la maldita guardia. Esto no era lo que se supone, debía de pasar. Maldición.
-¡Resista Akeno-san!
La chica miró a Gasper. Se notaba el cambio de personalidad. Antes no era capaz de hablar sin trabarse. Y ahora... ahora estaba peleando sin dudar. Y ella aquí... dudando. Patético.
Las bestias sangrientas estaban moviéndose a toda velocidad, mientras que las de Gasper trataban de evitar que las cosas se salgan de control. Pero se notaba la diferencia... el hecho de que estén así, sólo demuestra que estaban peleando algo que puede ser llamado... el momento más horrible de sus vidas.
El cielo estaba oscuro por las nubes... a la vez que los Grimms ahí, peleaban con quiénes trataba de evitar que sean vistos por el mundo humano. Se sentía... como un Apocalipsis de verdad. Pero lo que más le afectaba, era el pensar que... dudó. Dudó... que una parte de ella, en verdad aún anhelaba vivir esa ilusión... la ilusión de que tendría a sus padres con ella de nuevo... que una parte... daría lo que sea para poder... poder tenerlos a su lado. Se sentía... débil.
-... Sé que no sabemos que sientes Akeno-san. Pero no creo que sea malo que una parte de ti, crea eso. – Akeno lo miró. – Todos tenemos nuestros momentos de debilidad, aún cuando creemos haber llegado a decidir que queremos hacer. Pero... eso no nos hace débiles. Débil es el que deja que esa pequeña parte crezca y lo domine.
Gasper se puso de pie... listo para defender a la chica. Quien trató de decirle algo. Pero... no pudo. La sangre aún salía de su garganta.
Y justo cuando estaba por atacar. Una ráfaga de agua apareció. Un mural los rodeó para poder protegerlos. Ambos se sorprendieron de ver eso.
-Que bueno... llegue a tiempo. – Konoka estaba con su traje y sus abanicos, había logrado llegar. – Lamento la tardanza, pero en verdad las cosas se pusieron feas para nosotros en la escuela. Atacaban de todos lados, pero hemos logrado detenerlos lo suficiente para que tres podamos venir a ayudarlos.
-¡Es bueno verla! – Gasper se alegró. Sabe que con ella aquí, es más probable de que puedan curar a Akeno. - ¿Puede...?
-Yo la cuido. Ve y ayuda a tu amigo. Se ve que está sufriendo contra ese demonio.
Gasper agradeció ello. Dio una reverencia y emprendió vuelo. Sus alas lo llevaron lo más rápido que pudo donde debía de estar.
Konoka vio a las bestias oscuras atacar a las de sangre, a la vez que el agua que las rodeaba los repelía. Eso debe de bastar. Se arrodilló al lado de Akeno y soltó un aire curativo.
-Dame unos minutos. Y podrás ayudarlos. – Le sonrió a la chica. – Es como él dijo... todos tenemos nuestros momentos de debilidad. La cosa... es no dejar que esa ilusión negativa sea una realidad.
Abriendo los ojos con sorpresa. Akeno sintió que había entendido algo que era... simple. Pero vital para todo ser vivo. Quizás para ella no lo era por como vivió años. Pero aquí estaba.... Quizás su respuesta.
...
En el aire, se veía como Kiba estaba atacando con sus caballeros como simples señuelos, usando las demás espadas demoníacas, mientras él atacaba con Gram. Se notaba que esa pequeña adición, podía cambiar las hordas de la lucha en algo. Al menos eso es lo que quiero creer el muchacho. Ya que aún con su velocidad, no era rival total para Rahab, quien con su magia y poder puro, demostraba ser un oponente difícil. Muy capaz de...ir contra él y quién sea que le haga frente.
Lo peor de todo, es que no estaba limitando el poder de Gram. La espada estaba usando todo su poder, a la vez que le quitaba de modo lento la vida. No le importa perder mil o dos mil años... si con eso, puede acabar con este idiota.
El demonio sangriento por su lado lo estaba disfrutando. La cara de desesperación del muchacho. Bloqueó un ataque más, para luego poder moverse a un lado y darle una patada, que Kiba esquivó gracias a las turbinas. Pero lo que vino luego, era que el chico estaba tosiendo sangre... el uso de estas cosas, los caballeros y Gram... sumado a que usa su X-Pulse para poder ver lo que los caballeros ven, es un estrés tan grande que... sentía que se desmayaba. Sólo por eso es que no ha caído... aún tras tantos meses, no está al nivel de este sujeto.
-Mas fuerte que antes. Pero no basta niño... No para derrotarme. – Rahab se preparaba para atacar, pero lo que vino fue una bestia de oscuridad...un dragón.
El demonio esquivó el ataque. Esta vez viendo a Gasper, quien había llegado en el mejor de los momentos. Ya que Kiba dudaba poder seguir más tiempo en la lucha, sólo.
-No creas que hemos terminado... Rahab. – Gasper afiló la mirada. – Nosotros no sabemos cuándo rendirnos. Eso es lo que nos enseñó el hombre que te derrotó.
El recuerdo de Rean era amargo para el demonio. Quien recordaba con claridad, el como el humano ese lo derrotó. Su expresión facial, ya mostraba un gesto que no era el que habían visto hasta la fecha. La ira. Odio... desprecio.
Gasper vio como Kiba sufría del estrés que tenía en su cuerpo. Era de esperarse, dado que esto era mucho para cualquiera... y aún así, arriesga la vida. Y él hará lo mismo.
-¡Ahora Balor! ¡Devoremos la maldad en las tinieblas!
-¡Así será! ¡Full Cloak!
Se vio como Balor, se unió a Gasper... lo cubrió, como lo haría un manto. Un manto oscuro, que tomó poco a poco la forma de un ser humanoide, con grandes garras en manos y pies, así como al cabeza de un toro demoníaco. El ser abrió la boca y...
-¡Muere!
Como si nada, oscuridad emergió del cielo y atacó a Rahab, quien apenas pudo reaccionar. El daño en su hombro fue severo por la lanza de oscuridad que le dio. Miro al niño y pudo saberlo... eso era un monstruo. Trató de moverse, pero el tercer ojo en la cabeza del demonio lo detuvo. El poder del Forbidden Balor View.
Y si bien logró liberarse gracias a sus poderes al segundo que recibió la mirada, ese segundo bastó para que Kiba aparezca a su lado y con un movimiento de su espada, logre cortarle un brazo.
Rahab retrocedió varios metros... su brazo perdido, cayendo al mar rojizo. Pero la sorpresa era algo que se podía ver en sus expresiones. Si... eso era lo que en verdad llamaba la atención... era el poder que ambos tenían. No eran seres clase Dios, pero serían capaces de darle lucha a seres clase Maou. Y dos de ellos, de por si ya hace las cosas más complicadas para su persona. Más cuando ambos lanzaron a atacar sin perder el tiempo, ya que eso era lo que no tenían.
Ya que nadie podría entender el sufrimiento que estaban sintiendo los dos. Estaban padeciendo del dolor más grande de sus vidas. Estos poderes los crearon para superar la limitación que tenían... ellos saben que sus cuerpos tienen límites. Y estos poderes ayudaban a quitarlos... pero el precio era grande.
Gasper sentía como la oscuridad empezaba poco a poco a devorarlo. Si se queda así mucho rato, será consumido. A pesar de que el incremento de todos sus factores era grande. Estaba pasando por algo que no le desea a nadie.
Kiba sentía sus piernas arder. Debe de tener destrozados los ligamentos y músculos. Hasta los huesos... además de que estaba perdiendo salud por el uso de Gram y su cabeza le dolía por el uso tan constante que le daba a su X-Pulse con los caballeros.
Ninguno de los dos se ha desmayado porque en fin. Pero ninguno se los dos estaba dispuesto a perder... a dejar que el dolor los abrume. Pueden acabar con este sujeto... pueden hacerlo. ¡tienen que hacerlo!
El destello de poder de los dos demonios contra el demonio sangriento era prueba clara de que estaban dando todo de ellos. Hasta sus vidas de ser algo necesario. Y eso era algo que Rahab no entendía.
No entendía porque peleaban. Como uno movía la espada a pesar de saber que lo puede matar. Uno usaba una oscuridad que puede consumirlo. ¿Qué era lo que en verdad los hacía así de fuertes? No lo entendía. Dados de jamás en su vida. Había pasado por algo.... Jamás había pensado de ese modo en la vida de las personas que estaban debajo de él. Y no le interesa.
Sólo vela por lo que él quiere. Le dieron la oportunidad de hacerse de eso sí iba a otro mundo.... Y de paso acabar con este... no era una oferta rechazable. Aún cuando tenía que aceptar la ayuda de un humano. Pero luego de que este acabe con lo suyo, él hará lo que desea así de simple en ese otro mundo.
Y para ello, debe de acabar con estos niños. Y eso lo iba a hacer.
Rahab lanzó varias ráfagas demoniacas hacia los dos. Gasper lanzó orbes de oscuridad que al chocar contra las ráfagas, las devoraban y las hacían nada. Dejando pase a que Kiba vaya tras él.
El choque de velocidad entre ambos era intenso. Tanto que se veía el cómo la energía caía al mar. Los caballeros de Kiba trataban de ayudar, pero Rahab no tardó en hacerlos pedazos con ráfagas de magia. Eso no era bueno...
Pero lo que si era claro, es que Gasper no se rindió. Ahí estaba la oportunidad de que ambos puedan acabar con Rahab. Canalizó poder en sus manos, la concentración de oscuridad era tal que sintió su conciencia casi ser devorada por esta. Pero no debía de rendirse. No lo haría... no ahora.
Lanzó la esfera de oscuridad hacia el demonio, a la vez que creó varias ráfagas de oscuridad para que lo distraigan.
El demonio no se amedrentó. Sólo creo una esfera de magia con su gran poder demoníaco y lo lanzó hacia su encuentro con la esfera de oscuridad.
El choque de energías era tal que el mar pareció abrirse como lo hizo el mar Rojo en el texto bíblico. Era una vista impresionante. Pero que a la vez, era temible.
Ningún ataque parecía querer superar al otro. La oscuridad del ataque de Gasper ayudaba un poco a igualar las cosas. Pero... pero no bastaba para igualar las cosas. Para nada.
Por lo que era obvio, lo que estaba por pasar... la oportunidad de oro para atacar. Ya que Rahab estaba tan centrado en su ataque, que no vio a Kiba ir hacia él. Al menos eso es lo que le hizo creer, ya que al sentir la presencia del Knight, es que ordenó al agua emerger y tratar de empalarlo. Pero Kiba reaccionó rápido gracias al poder de las turbinas, su X-Pulse y la espada sacro demoníaca que tenía el Cheat que le permitía maximizar el poder de Gram mientras anhelaba la maldición de esta. Un trabajo conjunto con Irina, que solo puede usar unos pocos segundos... pero que bastará para esto.
-¡No puede ser!
Ver cómo reaccionaba, que no le importó romperse las piernas para poder esquivar el ataque... sólo bastó para que sienta miedo de verdad. Y el ataque de Kiba, que era como ver el de Xenovia con Durandal, mostraba lo similar que era el poder de ambas espadas.
El impacto de Gram en su espalda, la explosión y sumado a que fue mandado a donde estaba ocurriendo el choque de energías, bastó. Ya que en verdad, no lo esperó.
Casero vio la oportunidad dorada. Alzó ambas manos e hizo que la masa oscura se vuelva como una capa fina que devoró a lo ataque de Rahab y al mismo demonio.
El plan era aplastarlo. Que muera ahí. Si. Podía hacerlo. Sólo debe de... cerrar la mano y....
Pero lo que no esperó, fue el ver cómo la esfera oscuro era destruida desde el interior y que de esta emerja, lo que sería un dragón oriental. Sólo que sus alas eran como los del Grimm Wyvern, su cuerpo era más Grimm... pero el poder de por sí, ya era otro nivel. Era clase Dios... Rahab había decidido usar su verdadero poder.
-Pensar que me obligarían a esto. Usar mi verdadero poder y forma. No niego que pensé que eran... sólo mocosos. Pero pueden darle lucha ahora a seres clase Maou con esos poderes suyos. – la boca de la bestia mostró una sonrisa más que oscura y cruel.
Abrió la boca y dejó salir una llamarada... una que en verdad casi los atrapa. Se veía como esa llama podría tapar el cielo del lugar. Ya que... en serio. Era una locura.
Gasper usó la oscuridad para lograr atrapar a Kiba, quien ya no estaba ni en condiciones de luchar. Sus piernas estaban destrozadas. Y él menos... sólo una parte de su cara tenía el poder de Balor. Pero hasta él sentía que no le quedaba nada.
Rahab parecía erguirse con orgullo, como un pavo real que muestra que es superior a los demás. Volvió a abrir la boca para acabar esto, pero en eso se vio como un destello de luz cubrió el cielo unos segundos hasta que se calmó.
-¿Y eso...? ¿HM? – Rahab alzó la mirada y... - No puede ser.... ¿¡Sellaron el pozo de Grimms!? – lo sabía... ya que el trozo de Trixeha sobre ellos, ya no sacaba más Grimms....y los que estaban en el cielo, luchando.... Estaban siendo destruidos por la energía que salió de esa luz, dejando solo a los Evil Dragons para pelear. ¿¡Como lo hicieron!?
Kiba y Gasper supusieron que las chicas tuvieron éxito en su misión. Eso era bueno. Ya que en verdad temieron lo peor, pero... las cosas no habían acabado. Rahab estaba furioso. Abrió la boca para lanzar una llamarada hacia ellos, de seguro con la intensión de acabar esto de una vez y poder ir a acabar con los enemigos que estaban en el cielo.
Pero las cosas no estaban por terminar a su manera. De ninguna manera.
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En el suelo, Akeno ya casi se había recuperado. Estaba viendo la pelea de sus amigos contra Rahab. Era impresionante lo mucho que habían mejorado. Es más... hasta daba algo de envidia. El como atacaban a pesar del riesgo. Ella... ella en verdad quisiera quitarse ese lado suyo... el que siempre deseaba una ilusión sobre la verdad de la realidad. Era más sencillo, se decía. Pero no correcto. Eso lo sabe.
Pero no es que los seres vivos sean conocidos por hacer lo correcto, ¿N o? Ella lo sabe... todos lo saben. El sentimiento de curación de Konoka, era agradable. Era como si te echarán agua fría a unos tensados músculos, tras un día intenso de entrenamiento extremo. Refrescante, casi era como.... Como si le diera sueño.
Quizás por eso se imaginaba ver esos pensamientos que siempre tuvo en su vida desde ese momento. El día que su familia fue destruida. El día en que vivió solo ilusiones, para así poder tener algo de corduras en sus acciones. No era lo correcto. No era o mejor, pero era lo que tenía. Era lo que debía de hacer si no deseaba perder la cabeza. Y de todos modos... era un sentimiento de culpa que jamás la dejó del todo... No cuando....
Cuando veía a gente ser real a lo que sentían y pensaban. No debían de ocultar sus dolores... nadie la entendía. Al menos eso pensó... porque con el tiempo, entendió que... hay cosas que en verdad van más allá de eso.
Vaya que era algo tonto el solo darse cuenta, de que....
-¿Al fin lo captas? – Abrió los ojos y vio a Innis a unos pasos de ella, sobre el vitral de antes. - ¿Entiendes lo que debes de hacer? ¿Qué es lo tienes que ver?
Lo hacía. Ahora más que nunca. Más que cualquiera... Sonrió al sentirse idiota. Al notar que idiota. Todos son débiles... todos viven un momento una ilusión.... Viven engañados al menos un segundo de sus vidas. Pero lo que importaba, era ver más allá de ese engaño. De esa ilusión. Y cuando veías más allá de esos, es que eras capaz de ver un poder que en verdad creías no tener. Y eso era algo, que Akeno captó al final.
Soñar no era mala, ya que eso permite a uno luchar por lo que crees, lo malo era dejar que esos sueños sean ilusiones que no pueden alejar del mundo real. Que nos engañen.... Que nos hagan hacer ojos ciegos a lo que pasa en el mundo. A lo que otros pueden necesitar.... Una ilusión, era creer que el resto no importa. Claro que importa... porque todos viven en el mismo mundo. Y traicionar ese deseo, era algo que no puede perdonar o permitir... lo que Rahab estaba haciendo, era algo que no puede permitir.
-... Si Innis.... Sé que debo de hacer... lo que debemos de hacer.
Innis asintió. Y la visión de ella, desapareció.
Akeno se vio de nuevo en el mundo real. Vio a Konoka, quien sonrió aliviada.
-.... Que bueno, pensé que habías perdido la conciencia.
Necesito solo un parpadeo, no era la gran cosa. Al menos eso era lo que se decía. El ver lo que sería a Rahab, liberando su verdadera forma, a la ve que estaba por atacar a sus amigos. Bastó para que se ponga de pie, a pesar del dolor que sentía. No solo eso, bastó para que ella...
-... ¿Puedes curarlos? Haré que vengan aquí... se nota que no pueden más.
-Haré lo que pueda. – eso bastaba para ella.
Akeno alzó vuelo. Sus alas la llevaron tan rápido como pudieron hacia el cielo.... lanzó una ráfaga de trueno hacia la cabeza dragónica de Rahab, lo que a su vez, mostraba que los demás no estaban en las mejores de las condiciones, si es que notabas el estado en que estaban sus caras. Si, eso es algo que Akeno era capaz de ver y no se necesitaba ser un genio para verlo, para nada. Afiló la mirada al notar la sonrisa que el demonio de sangre en forma de dragón le daba.
-No esta vez Rahab... ¡No cumplirás tu meta!
-¿Y que puedes hacer tú? No tienes el poder para derrotarme. Esos dos lo intentaron, eran más fuertes que tú, pero míralos ahora. – Rahab afiló la mirada. – Nada puede detenerme... Ninguno de ustedes.
-... Quizás.... Pero deja que te diga algo... no nos hemos rendido. – Akeno cargó electricidad en las manos. – Puedo entender algo de lo que has dicho. Todos tenemos nuestros anhelos, sueños e ilusiones, pero.... Darle la espalda a la realidad, no es lo correcto. Huir del mundo solo porque no te gustan las cosas es algo que solo haría un cobarde. Y te seré sincera Rahab... yo no soy eso... ya no.
Akeno estaba dispuesta a morir de ser necesario, no porque sienta que al hacerlo, verá a sus padres, sino porque sabe que debe de luchar para evitar que el mundo se hunda en las ilusiones y engaños de este grupo de seres. No importa lo que haga... ¡Destruirá esas ilusiones para ver la realidad a la cara!
Al pensar ello, sintió como algo en su mente pareció conectarse con.... ¿Los demás?
Sentía los pensamientos de las demás Fases. Estaban como ella.... Heridos, cansados, pero la determinación de luchar por lo que creen, estaba ahí... presente. Cada uno, con su propia razón. Pero todos unidos a una voz.
Futuro... eso es lo que desean ver. Lo que desean labrar con sus propias manos y eso es lo que harán. Ella.... Todos....
-Entienden que el poder de ir a futuro no es fácil. – Esa voz... es... - Pero a su vez, es de admirar el ver como una generación puede superar lo que una hizo en el pasado. Tienen algo que yo no... están juntos. Así que... muestren el poder que va más alá de este mundo. ¡El que los lleve más allá del Cielo!
Akeno sonrió a las palabras de Himmel. Eso era.... Si... ¡Es lo que harán todos!
-¡Rahab, sé testigo del poder para romper los engaños y las ilusiones! ¡De afrontar la realidad, en cara al futuro!
La marca en su mano derecha brilló con fuerza, a la vez que las marcas celestes emergían de su cuerpo. El destello de energía era tan fuerte, que se pudo ver como se creaba un pilar de energía que abrió el cielo sobre ella.
Tal era esa energía que la cola de caballo de la chica se vio desecha. Todos los que veían eso, no pudieron evitar notar como detrás de Akeno, aparecía Innis hecha de la energía que salía de la chica. Y lo que se vio era....
Yo, aquel que despertará, soy la Fase que ve más allá de las Ilusiones.
Rechazó los engaños, afronto la realidad.
Anhelo un mundo donde no existan espejismos y mentiras.
Al decir esas palabras, se pudo ver como la energía celeste alrededor de Akeno estaba empezando a tomar forma. Las alas se volvieron 12. 6 de un caído. 6 de un demonio. Pero todas compartían ese brillo celeste intenso. Pero el cambio siguió, poco a poco, empezaron a hacerse partes de armadura que empezaron a cubrir el cuerpo de Akeno, como si fuera un Scale Mail, pero a la vez, se notaba las diferencias. El celeste era un color que predominaba, pero había zonas blancas, así como unas pocas zonas negras. Era como una armadura medieval, femenina, que iba acorde con el físico de la persona, dejando solo visible algo de sus muslos y antebrazos. Apareció un casco celeste con decorados blancos, que elevó su caballo a la cola de caballo que siempre usa. No solo, eso, la máscara que cubría toda su cara, solo dejaba ver unos intensos ojos de color celeste. Akeno agitó sus manos, creando las espadas de energía celeste que siempre usaba.
¡Y estoy aquí para surcar un Cielo libre de Espejismos!
Todos en la zona vieron con asombro la apariencia de la mujer, no solo eso... se podía sentir en sus pieles, el enorme poder que sale de esta armadura. Era algo fuera de este mundo, pero a la vez... se sentía protector.
-Eso es... - Había recibido el reporte de ese poder...el poder de...
-Este es mi True Avatar Trigger... Devilish Angel of Deceit. – Akeno lo miró con calma. – Deja que destruya tus ilusiones con el poder de un diabólico ángel caído.
Nadie vio el segundo en que Akeno apareció sobre su enemigo y le dio una patada con tal poder que lo mandó al agua. Rahab nada pudo hacer para no caer, tanto así.... Que era en verdad impresionante que haya hecho eso.
-¡Vayan con Konoka! ¡Que los cure! ¡Él es mío!
Y sin perder el tiempo, Akeno voló hacia donde hacia caído el demonio, dejando a los dos chicos en shock. No sólo eso, habían sido testigos de...
-... Con que lo logro....
-Ya era hora.
Sentían que con esto, pueden ganar.
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En el mar, Rahab emergió de las aguas, a la vez que estaba furiosos, esa niña... ¿¡Como se atrevía a...!?
-¡Rahab! – Akeno apareció en su cara, su aura celeste demostraba tal densidad que te hacía entender que ese nivel era el de... - Esta vez... No más dudas o palabras... ¡Pelea!
Akeno creó varios círculos mágicos de los que emergieron truenos del tamaño de trenes de carga, que le dieron de lleno al demonio, quien no estaba feliz de que ese ataque lo haya dañado de tal manera, en que casi se ve en la necesidad de sumergiré para huir del daño.
Abrió la boca y salieron llamas que habrían cubierto el cielo, sino no fuera porque Akeno, con un movimiento de la espada en su mano derecha, lo cortó sin problema alguno, al mismo tiempo que la onda de corte, le dio de lleno al demonio, quien recibió un corte severo en su cuerpo.
-¡Eso no es posible! – Rahab empezó a utilizar el agua rojiza del mar, para crear objetos con los que pueda atacar a la chica, quien se movió a toda velocidad.
La velocidad con que se movía, era como si vieras solo un destello y ella aparece en otro lado. Rahab alzó vuelo para ir tras ella y Akeno no perdió la oportunidad de ir a un choque de poderes con el demonio sangriento.
El choque de los ataques, era tal que se veía el cielo y el mar abrirse con cada choque de los cuerpos de los dos. Si bien Rahab medía casi 30 metros, Akeno no se amedrentaba. El poder del Avatar Trigger era impresionante. Estaba yendo a la par de este sujeto.
Y ella, como el resto lo podían sentir. El poder de un Dios... eso era lo que ella tenía. El de un Dios de rango medio, ya que eso era lo que les habían dichas las otras Fases, que esa era el poder base de 6 de las Fases. Y aun ahora, era difícil de creer.
Aun cuando estaban chocando entre ellos, la cara de Rahab era de incredulidad, de que esta niña lo esté igualando a él, un ser clase Maou que se hizo más poderosos por medios anormales y sacrificando el orgullo que poseía como demonio. Pero el poder lo valía, eso era lo que pensaba... pero que esta niña lo esté igualando... ¡No lo podía permitir!
Se separó de ella. Dio un rugido y se vio como varios círculos mágicos aparecieron, listos para dar un ametrallador ataque de todo su poder. Pero lo que no esperó, fue el ver como con un movimiento de sus manos, Akeno un sinfín de ilusiones de si misma, de seguro con el intento de querer confundirlo.
Y eso era algo que Rahab no estaba por permitir, de ninguna manera. Lanzó a toda potencia sus ataques, a la vez que Akeno volaba, siendo seguida de las ilusiones, que lo hacían de tal manera, que imitaban los movimientos de la real para confundir.
El impacto de las explosiones fue tal, que era un milagro que no se viera en la costa de Cuba, pero estaba ahí, cada explosión era intensa.... De gran poder. Los que veían todo, esperaban que la chica estuviera bien.
Rahab dejó de atacar, pensando que eso debe de haber bastado.... Pero no. No era así. No veía ni signo de la muchacha. Y estuvo centrado en buscarla. Que no vio como detrás de él, como si se quitara una capa invisible, Akeno apareció y le dio un corte en su ala derecha, logrando sacarle un grito de dolor.
-¿¡Como!?
-Soy la Fase que representa los espejismos, las Ilusiones... ¿Crees que no puedo hacer algo de esta clase sin ningún problema? Pues te equivocas... esta es mi especialidad.... Como Fase de la Onda. Esta... - Akeno alzó la mano y creó un enorme círculo mágico sobre su cabeza. – Es la mía.
Bajó la mano con fuerza. Del cielo descendió un enorme dragón de un color amarillo brillante, como si fuera luz hecho forma física. La bestia abrió sus fauces y agarró a Rahab del cuello para luego soltar en este una descarga intensa de electricidad.
El demonio rugió del dolor, pero logró toma el poder necesario como para poder liberarse de su aprensión. Aún así, el solo era tal que.... Sus heridas demostraban que no estaba bien. Akeno siguió viéndolo sin decir más.... No.... No era posible...
-¿¡Como...!? – Sangre salió de su boca al decirlo. - ¿¡Como una mocosa como tú tiene todo este poder!? ¿¡Crees que solo por eso, tienes el derecho de criticarme!? ¿¡De decir que lo que hago está mal, cuando millones de seres lo hacen!?
Rahab alzó vuelo, viendo a la chica, quien estaba seria tras la máscara que lleva. Pero algo de pena le daba el cómo se desesperaba en querer aferrarse al etilo de vida que ha tenido miles de años. ¿Habría sido ella algo similar de no ser que cambió?
Quizás.... Quizás lo sería. Pero el mundo no se rige de supuestos o fantasías o ilusiones que no dan cabida a la realidad. Y eso era lo que ella entiende... no puedes pensar en el supuesto de algo, menos pensar que tus ilusiones de grandeza.... Hagan algo así. Un futuro destructivo no es lo que desea ver. Desea ver uno donde ella pueda verse, feliz... con todos.... Con Ise.... Con hijos. Ese era su sueño... su más pura ilusión. Y podía hacerla realidad, si hace lo correcto, sin huir de la realidad. Pero Rahab.... Solo vela por él. Solo vive por él. No le interesa nada más. Es destructivo... él, su vida... todo.
Y así es como Akeno alzó la mano y creó de nuevo las espadas de energía. De hecho, es que no puede.... Permitir que....
-Rápido mi otra yo. Si bien no es como el otro yo de Sekith, el uso del Avatar Trigger te puede dejar cansada. No sé cuánto puedes durar si sigues yendo con todo.
Innis tenía razón... estaba sintiendo la fatiga. Maldición... Si sigue yendo al máximo, perderá el Avatar Trigger... debe acabar esto con el siguiente ataque. No importa lo que pase....
Rahab dio un rugido lleno de rabia, de desesperación. Lo que se vio, fue el como el demonio lanzó todo el poder mágico del que era dueño en esos segundos. Akeno se movió con una agilidad que haría a Rainbow sentiré más que orgullosa. Cortaba los ataques que no era capaz de esquivar. Y de todos modos... la chica sentía que se iba a quedar sin poder, antes que de.... logre acabar esto.
Pero claro, no estaba sola....
Una gran masa de agua se aferró al cuello del demonio, quien parecía gemir por la falta de aire. Akeno se dio cuenta que era Konoka, quien estaba usando todo su poder mágico para poder crear esta oportunidad. Una que.... No se perdió en ningún segundo.
Kiba apareció al lado del demonio, con Gram brillando a todo su resplandor, a la ver que Gasper lo hizo con un brazo de oscuridad gigante creado por el poder de Balor. Ambos estaban a cada lado del demonio. El corte y el impacto bastaron para hacer que, sumado con el agua que lo aferraba en el cuello y le quitaba el aire, que no pueda hacer nada... el daño era severo. Esos dos habían usado todo lo que les quedaba para lograr ello... Les importó poco lastimarse de nuevo, con tal de acabar con esta batalla.
Y nada pudo hacer, para lo que se vino. Akeno voló hacia él con tal velocidad, que hasta las ilusiones que iban tras ella parecían ser reales... o quizás lo eran. Ya no se sabía. Cada ilusión dio cortes precisos y perfectos. El impacto de estos, era tal que... nada del cuerpo estaba quedando limpio de los cortes. Nada.... Y con un corte final en X, Akeno terminó...
-¡Devilish Confusion Flight! – la versión mejorada del ataque definitivo de su Avatar Trigger, había logrado dañar de manera severa al demonio Rahab.
Este se estaba desangrando... el daño era severo. Debía de irse. Huir. Era lo único que lo mantendría con vida. Pero en el instante que lo quiso hacer, vio como un domo verde se creó y se hizo pedazos. El Protect Break se había creado y eso marcaba el fin de la batalla. Ya que Akeno no perdió el tiempo y extendió su mano derecha para crear las espadas de energía celeste, que servían para realizar el Soul Drain.
Rahab quiso decir algo... lo que sea. Pero no pudo... Su anhelo. Todo lo que quería... destruido. Por estos niños que creen en algo tan efímero como... un futuro sin engaños... que estupidez.
-¡SOUL DRAIN!
Las ráfagas multi color le dieron de lleno al demonio, quien no tardó en sentir lo que sería.... El sentimiento de que tu cuerpo... cada célula de tu ser, sea destruida sin dejar rastro alguno. Akeno vio como de Rahab, no quedaba nada... solo un orbe de luz, que representaba su alma.
Vio como Kiba lo cortó con Gram, asegurándose de que era imposible de que el demonio vuelva de un modo u otro... ya no quedaba nada del demonio Rahab. Al fin, habían acabado con él. Era una victoria, que no podían evitar, pensar que era muy significativa para ellos. Valía mucho...
-¡Lo lograron! – Konoka los llamó desde la isla, done, hasta los demonios de sangre desaparecieron tras la muerte de su amo. - ¡Lo hicieron genial!
Los 3 volaron hacia donde estaba ella, a la vez que el mar dejaba de ser rojizo... Akeno pisó tierra e Innis de inmediato minimizó el poder para que no la siga afectando y pierda el Avatar Trigger. Puede que lo necesite más adelante. Vio a Kiba sentarse sus piernas no pudiendo soportar su peso. Gasper vomitó sangre... no se encontraba bien.
-¿Deseas que te cure?
-No... - Akeno deshizo el casco y la máscara, para respirar, su cabello cayó suelto al no tener nada que lo sostenga. – Trátalos a ellos... están peor que yo.
Era verdad.... Kiba y Gasper no parecían estar en condiciones de seguir. Pero sabían que debían de estar listos para lo que sea. Alzó la mirada, solo para notar como el cielo aun tenía esa energía... parece que el uso de la máquina para destruir Grimms, sirvió. Significa que el pozo fue sellado.
-Esas 6 son fuertes.... No olvides que son sucesoras de Lavenza... Así como tú eres una sucesora de Himmel. – Akeno se sorprendió al oír ello. – Vamos.... Es más que claro.... Tú y todos los demás, lo han logrado. Debes de sentirlo... las 8 Fases, lo han logrado. Y la voz que oíste... ¿Crees que él no les hubiera dicho eso, no creyendo de que son dignos sucesores del poder que tuvo una vez?
Eso la alegraba un poco.... Tanto, que en verdad no quiso indagar más en lo que pensaba, que puede ser algo raro, si no tiene cuidado.
-Felicidades, Akeno-san.
-Gracias Yuto... Pero no lo habría logrado sin ustedes. – el Knight sonrió. – Ese último ataque, fue de todos....
-Logramos eliminar al jefe de esta área. Solo debemos ir a apoyar a los que están en el Cielo y... - Gasper sonaba mas esperanzado de lo que uno podía pensar, hasta que... - ¿¡Y eso!?
Los 4 sintieron la Tierra temblar.... No solo eso, oyeron el rugido de la parte de Trixeha que estaba sobre ellos y como l cielo se abrió. Dejando ver al fin la cara de la bestia que estaba escondida. Su rugido... era raro. Era como el... una bestia dolida. ¿Qué estaba pasando?
-No sé que este pasando. Pero ese brillo no me gusta.... Mucho menos el hecho de que se esta elevando hacia fuera de la atmosfera de la Tierra.
Y era así... ascendía... como si buscara estar fuera del planeta. Y Akeno, no necesitaba a Innis o su True Avatar Trigger para saber una cosa...
Algo grande estaba por pasar. Y no iba a ser agradable. Pero esto solo reafirma una cosa... Al parecer, es momento de que las 8 Fases se unan para una lucha final contra la Bestia del Apocalipsis.
Si era así... Bien. le mostrara a esa bestia lo que The Mirage of Deceit puede hacer.
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Nota aparte: Bueno, que comiencen los combates centrales de esta parte del Arco. Hemos llegado con este cap a 300 capítulo del fic en general. Un camino largo, pero creo que ha valido la pena y ha sido divertido.
Da algo de tristeza llegar casi al final, pero es parte de la vida. Espero que los que han llegado hasta aquí, sigan hasta el final del fic.
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