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Decisiones para el Mañana

Un nuevo día, un nuevo día escolar.... Hurra...

Ise estaba sentado viendo la clase de historia que tenían, según lo que el profesor decía, algo de esta clase vendrá al examen próximo, por lo que muchos estaban prestando mucha atención y haciendo apuntes. Él, la verdad sea dicha, tiene otros asuntos que pensar en estos instantes. Estaba con los pensamientos en lo que Azazel le comentó ayer.

Flash Back

-¿A qué te refieres con eso Azazel?

El joven conversaba a un lado del resto con el caído, todos estaban ya haciendo planes para ayudar a Akeno y Kiba en sus estudios para los exámenes que hará que asciendan demonio de clase media. El caído en verdad mostraba una preocupación nada normal en su semblante.

-Lo que oíste Ise, tengo la sensación de que la Khaos Brigade se está partiendo desde adentro. – Ise miro a un lado para verificar que nadie los oiga. – Mira, es conjetura mía solamente. Pero me parece muy raro que Cao Cao haya actuado por su cuenta en Kyoto, eso de querer invocar al Great Red y demás, me pareció muy sospechoso desde el inicio.

-¿Por qué lo dices? Él mismo dijo que ese era su plan desde el inicio. – Ise recordó lo que ese sujeto dijo, que quería usar al Dragon Eater con el poderoso dragón... sólo pensar en ese nombre le daba escalofríos por alguna razón.

-Ise... Nada es infalible. – el joven no pudo refutar esas palabras. En verdad no es que dude de su mentor, pero...

-Ok, pero Ophis... no está siendo esto fácil al tenerla a nuestro lado Azazel. Cuando la vemos parece que en verdad no demuestra nada y eso en verdad, pone de nervios a algunos. – Azazel le tuvo que dar la razón al Sekiryuutei.

Desde que tiene memoria y todas las veces que ha interactuado con Ophis, siempre se mostró como un ser frío y sin la capacidad de mostrar una pizca de emoción. Si bien a veces sonríe, sabe que sólo lo hace por el imitar lo que vio en el mundo humano todos estos años, ya que tras esa sonrisa... no hay alegría.

-Solo no te rindas con ella Ise, te aseguro que si hay alguien quien puede ayudarla a descubrir lo que busca, eres tú. – el caído le dio al joven una palmada en el hombro. – Ahora sólo queda esperar que todo salga bien.

Ojalá fuera así, aunque al final.... Intuye que algo puede pasar y no sería la primera vez.

Fin Flash Back

Soltó un suspiro al recordar la conversación de anoche, vaya que estaba metido en un embrollo... ¿Cómo lo estará llevando su maestro en cuidar a Ophis y el resto?

-Hyoydo-kun, parece que tiene algo en mente.

-La verdad si, he tenido algunos problemas y... - El joven abrió los ojos con sorpresa al oír a quien era el profesor. Giró la cabeza con algo de miedo, ver como dicho profesor lo ve con rabia era suficiente para saber que estaba en problemas. – Ahm... jajaja, hola...

-Oh, veo que aún tiene su sentido del humor. ¡Entonces téngalo en el pasillo sujetando dos cubetas de agua lo que resta de la clase! – Ise se levantó en medio segundo, se disculpó y salió de inmediato para cumplir su castigo.

La risa de todos ante esa escena solo hizo que Twilight suspire algo molesta... ¿Qué le pasa al idiota?

-Parece que Ise-san está pensando en la situación con Ophis-san. – Asia le susurró a la chica. – Tal vez debamos ayudar un poco.

Twilight tuvo que asentir a esas palabras, no era justo que él cargue con todo. Eso sí, debe seguir atendiendo la clase, no puede bajar de su promedio perfecto.

-¡Señorita Pie, deje sus malabares improvisados para cuando acabe la clase o acabará como el joven Hyoudo!

-Aaaawww... - Pinkie guardó dichas pelotas en su maleta y puso su mentón en la carpeta, que clase tan aburrida.

Ray le pasó a Twilight unas pastillas de menta, sabe que eso la calma. Aunque también lo hace con ella... ambas tomaron de dichas pastillas para seguir atendiendo la clase. Todo mientras Irina trataba de despertar Xenovia y evitar que sea atrapada por el maestro... decir que era una suerte que Aki cubriera a su amiga con su cuerpo era una ayuda lo suficientemente útil. Aunque el librazo que Kaori le dio a la peliazul si le pareció una exageración, pero cumplió su meta de despertar a la dormilona.

Mientras que afuera...

-Espero que el resto este mejor que yo. – Ise estaba cargando dichas cubetas sin mucho esfuerzo. Mejor, estaba aburrido de la clase...

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-Vamos Fluttershy, arriba el ánimo. – Rainbow le daba a su amiga unos pequeños codazos para que se anime.

-Pero.... – la chica en verdad se sentía algo vacía, sin la presencia de Gasper aquí.

Tenían la fortuna de que la profesora de ciencias estuvo indispuesta hoy y tenían una hora libre. Una que algunos consideran una desgracia, ya que deseaban absolver unas dudas que tenían, miras al examen que viene.

-Ya Rainbow, déjala. Sabes muy bien que ella y Gasper siempre han sido cercanos desde el momento uno. – Ravel leía un libro, desea aprovechar el tiempo que tiene. – A diferencia tuya, Tsundere.

-¡Mira quien habla! – mientras ambas se veían retadoramente...

-Ya ya... Ustedes dos dejen de discutir. – Fay llamó a la calma, estaba ayudando a Koneko a hacer unos ejercicios de matemática. – Pero tienen razón Fluttershy, no puedes estar siempre así.

-Además... Gya-kun no le gustaría verte así. – Koneko habló sin alzar la mirada, estaba centrada en su libro. – Por cierto... ¿Qué te gusta de él?

-¿¡E-Eh!? – la chica se sorprendió ante la repentina pregunta, es más... las otras tres la vieron también con interés. - ¡P-Pues...! Uuuhhh... - se puede jurar que la chica se hace más chiquita con cada segundo...

-Oye... vamos Fluttershy, ya debes de superar tu timidez con nosotras. – Rainbow le dio a su amiga una palmada en el hombro que hizo que esta de sobe el hombro. – Anda, no nos reiremos.

-Ahm... OK... Pues... Supongo que... es valiente... - Todas la vieron con duda. – es decir... Es igual de tímido que yo, quizás un poco más. – Muy cierto. – Pero... sabe actuar cuando es necesario. Sabe lo que quiere y no puedo evitar admirar eso. Cuando lo conocí, sentí que podía ser un buen amigo... alguien quien podía entender como soy. Pero con el paso del tiempo, vi como se esforzaba para ser más valiente y hábil, para poder ayudar y no quedarse atrás. Poco a poco me vi... viéndolo sin notarlo... Y tras lo que pasó con Loki... yo... al creerlo muerto... me di cuenta de lo que sentía... - La chica pasó a ver a sus amigas, todas viéndola con asombro. - ¿Q-Que?

-Primera vez que te oigo hablar de corrido, sin estar en batalla o en una situación seria... - Koneko sonrió con malicia al decir eso. – Oh bueno... Se nota que puedo dejar a Gya-kun a tu cuidado... ya se hace tedioso tener que cuidarlo y sacarlo de su caja de vez en cuando.

La risa de Fay y Ravel hizo que la pelirrosa también ria un poco. Se sentía mejor tras haber soltado lo que tenía en su cabeza, eso sí... sabe que un día deberá de decirlo. Sea cual sea el resultado.

Rainbow por su lado no pudo evitar sentir orgullo y algo de envidia por su amiga... al menos ella si tenía valor de decir lo que sentía sin miedo al que dirán... Rayos, momentos como estos desearía ser un poco más femenina.

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En el salón de los de tercer año, uno normalmente juraría que ciertas alumnas estén en clase, pero la verdad era otra. Rias, Akeno, Sona, Tsubaki, Ak, Rarity y Ayane estaban en el tejado... saltándose las clases.

-¡No puedo creer que me hayas convencido Rias! – Sona miraba a su amiga con mucha rabia. - ¡Soy la Presidenta del Consejo Estudiantil! ¿¡Qué dirán si me ven saltándome clases!?

-Pues sólo di que es por asuntos de tu puesto y ya. No te hagas problemas. – Rias se sentía muy bien al haber salido de clases, en verdad estaba algo estresada.

-Fufu, creo que simplemente Buchou sólo desea saber lo que se siente romper las reglas, para variar. – La mencionada rodó los ojos al oír ello, odiaba cuando Akeno tenía razón.

-Yo creo que hicieron bien, la clase estaba bien aburrida. ¿A quién le interesa la literatura?

-A mí. – Magus respondió a la pregunta al aire de Innis. – Es más, esos poemas son muy profundos y llenos de sentimientos.

-Como sea... - Mientras Akeno y Ayane se veían las caras para luego suspirar...

-Sabes, es muy raro ver lo distinto que son esos dos con respecto con lo que vimos en un inicio. – Ayane miro el cielo con algo de nostalgia por alguna razón. – Tal vez... los estamos influyendo de algún modo. – Akeno se encogió de hombros, ni ella tenía la respuesta a esa interrogante.

-Es interesante ver como algo que ninguno creía posible... este pasando frente a nuestros ojos. – Aj se quitó el sombrero para dejar que el viento mueva su cabello. – Saben... Si no hubiera sido por Himmel y Lavenza, no estaríamos aquí. – Todas le tuvieron que dar la razón a la rubia. Incluso Tsubaki, quien recién se había enterado de lo que hablaban porque Sona se lo comentó.

Es verdad que... Himmel marcó un cambio, pero al final no influyó mucho en el mundo de los demonios o similares, por lo que Rias está segura que hubiera conocido a sus siervos de todos modos... tal vez a Ise, aunque con circunstancias distintas. Pero lo de Lavenza con sus Elementos... eso si cambió algo tal vez lo que ya estaba pre escrito y no se queja por ello. Incluido con Skeith y los otros, si bien no los oye, sabe que ellos son de vital importancia ahora para todos. Porque han ayudado a los que los tienen, a ver algo y entender lo que se negaban a admitir. Lo que si le preocupa ahora es...

-Espero que todo esté bien en casa.

-Relájate querida, lo estará. – Rarity le dio una palmada a su amiga. – Lo que debemos hacer ahora es seguir hacia adelante y no vacilar, como siempre lo hemos hecho.

-Pienso tomar tu consejo Belle-san. – la demonio ya sabía de la relación de la portadora del Elemento de la Generosidad con Kiba... si bien le dio rabia, también le dio la oportunidad de atacar ya que... al joven parece si interesarle una relación.

-Ugh... Sabía que abrirías la boca. Ahora te entiendo Rias querida.

La pelirroja rio a esas palabras, más porque en verdad ve esto como algo muy divertido y que no puede dejar pasar de ver. Todas lo pensaban así. Lo que si tiene en mente es una cosa... ¿habrá algo de paz en sus vidas al menos unos días?

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-A ver... - Rean jugaba Ajedrez con Ophis, todo mientras Venelana, Celestia y Luna preparan el almuerzo. – Listo, te toca.

-Hmmm....- el Dios Dragón tomó su caballo y tomó la Torre rival – Jaque.

Rean miraba con horror como estaba siendo destrozado por Ophis en ajedrez. Celine quién estaba acostada a un lado suyo en el sillón, simplemente sonreía al ver lo apaleado que Rean estaba en el juego.

-¿Algo de jugo? – Emma apareció frente a ellos, Rean asintió por ambos ya que Ophis ni la miro. Tras dejar ambos vasos para los dos, la mujer se retiró para ir a la cocina. Desea ayudar en lo que puede.

Ya en la cocina, Fie trataba de pelar las papas para hacer el estofado... pero en verdad no sabía lo difícil que era penar una simple hortaliza. Luna sonrió al ver el intento de la demonio, mientras que Celestia y Venelana preparan lo esencial.

-Gracias por el apoyo Emma.

-No hay de que, en verdad es mi modo de ayudar ya que yo soy una visita en la casa. – La mujer dejó a un lado la bandeja y se puso a lavar las verduras que ambas mujeres habían pelado.

Venelana asintió a esas palabras, la verdad es que la ayuda extra estaba viniendo de maravilla para ella y el resto. Ya están sintiendo esos deseos de dormir que es normal en los embarazos. Aunque las náuseas y la sensibilidad a olores las sigue odiando...

-Fufu, aunque veo que Rean está perdiendo contra Ophis. – Celestia miraba de reojo el cómo Rean trata de remontar su situación. – Ya debería admitir que perdió.

-Ya lo conoces hermana, es terco y un idiota. Roguemos que nuestros hijos no hereden esos rasgos. – Todas las mujeres rieron a esas palabras. - ¿Dónde están esas dos?

-Están durmiendo Luna-sama. – Fie respondió, aún tratando de pelar la papa que tiene en su poder casi 10 minutos. – Al parecer, tenían un sobre uso de magia y ayer en la noche al fin cayeron rendidas.

Luna asintió a esas palabras, sabe que Teepo estaba ligado a Merlina por lo que aún debe de seguir dormido. Kurama está entrenando con Skoll y Hati, así como con Fenrir. El lobo parece muy interesado en darle al más joven todo el conocimiento y poder que necesita... como si espere algo de él a futuro.

-Saben, me pregunto como esos dos se conocieron. – la pregunta de Celestia era válida. Ella sabía que debió ser antes de que entrene a Ise... ¿Cuándo habrá sido?

Rean miraba a Ophis, quien pensaba su próxima jugada. Le cuesta creer que de haya cruzado de nuevo en el camino del Dios Dragón... ya el primer encuentro lo vio como una jugada burlona de la vida misma.

Flash Back

En Italia, Rean vigilaba de modo cuidadoso una de las Iglesias que había en Napoles. Bella ciudad y en verdad le encanta la cercanía al mar que tienen, pero no vino de turismo. Debe robar eso y salir rápidamente de ahí... no puede permitir que se queden con esa roca de Oricalco. Sabe muy bien que la ciencia actual considera eso como un metal inservible, simplemente hecho de zinc, plomo y cobre. Lo que no saben es que ese el Oricalco normal por así decirlo, el que es el metal legendario que se usaba en la Atlántida, reino de Posesión, se le llama Oricalco Estelar, su brillo característico de incluso iluminar por su cuenta, es el único medio de ver la diferencia entre ambos objetos a simple vista y no por exámenes. Aunque con un estudio, se puede ver la capacidad mágica que tiene el metal.

Al saber que había un trozo enorme de este metal en manos de una de las Facciones más radicales del Vaticano, supo que debía actuar rápidamente. No duda que trataran de crear su propia espada sagrada, ya que los 7 trozos de Excalibur, o están perdidas, o sólo pueden usarse con permiso de los altos mandos. Y hay gente que no soporta eso, esos deseos de exterminar a quienes ellos llaman enemigos del mundo, nubla su juicio.

Rean bajo del techo donde estaba para ponerse a disposición de la sombra del pasillo donde estaba y agradecer que hoy la Luna está oculta, eso ayuda a su camino. Lo que si en verdad lo tenía sorprendido era el escaso número de personas para cuidar ese metal. Oh bueno, mejor para él. Observó atentamente a que uno de los vigías pase de largo para poder correr y dar un salto, uno que le permitió cruzar el muro y pisar tierra.

Al hacerlo, pudo sentir la gran carga de magia que había en el lugar. Producto de ese metal, con eso sus sospechas de que era falso se han ido. Debe tomarla y dársela a Azazel, para que este se la dé a Poseidon. El Dios no se veía nada feliz con que unos humanos hallan logrado hallar algo de esos metales, si bien antes aceptó que algo de ellas se usen en el pasado, con su permiso, ahora era más reacio y con justa razón.

Ver como la vigilancia ahora era mayor, le hizo entender que saben que es mejor tener el metal más asegurado de cerca que de lejos. El edificio donde está el metal era una gran torre, que a simple vista es como una atracción turística. Sólo a la luz del día... porque sabe que adentro de esta se hacen planes y demás, para usar ese metal. Lo único que le queda ahora es ir, acercarse y buscar un modo de entrar sin que lo vean.

Eso fue lo que hizo, como agradece que Luna le haya enseñado un poco de magia de sombras. Usar la oscuridad de la noche para ocultar sus huellas o presencia, es algo que le viene de maravilla hoy. Aunque aún le cuesta creer que esas dos le hayan pedido algo así... ¿Compartir? Vaya... la idea le agrada demasiado, pero hay varios motivos que lo hacen dudar de si aceptar o no...

Sacudió la cabeza, no es hora de pensar en estas cosas. Tiene trabajo que hacer y debe de aprovechar que los dos vigilantes de la puerta están viendo a otro lado para entrar a la torre. Sólo un ligero impulso de velocidad y...

Como si se tratara de una brisa, Rean pasó en medio de ambos y al fin se vio dentro de la gran torre. De inmediato se escondió en las sombras, ya que ambos vigilantes se vieron sorprendidos por el fuerte viento que pasó cerca de ellos. Miraron a todos lados y al ver que no había nada ni nadie... le quitaron importancia.

Rean suspiro al ver que su infiltración aún no había sido descubierta, no tiene ganas de pelear ahora. Se puso la capucha que tiene la casaca que usa, para si que pelea no reconozcan su cara... odia ser un criminal buscado por el Vaticano. Oh bueno, así es la vida...

Tras ver que tiene pase libre, empezó a subir las escaleras. Le sorprende de ver lo poco resguardadas que están. Aunque no le molesta, más fácil para él. Lo que si le está preocupando ahora es... ¿Cómo saldrá? Intuye que algo de tanta importancia como ese metal tenga uno o dos dispositivos de alerta en caso alguien lo tome sin ningún permiso...

NAH, ya lo pensará cuando lo halle y ya verá. Aunque parece que no le tomará mucho hallar el lugar donde está ese maldito metal porque cada vez que sube un piso más, siente la energía de este con más fuerza. Y fue así, al llegar a la parte más alta de la torre. Y en medio de este, estaba el cofre con dicho metal. Estaba seguro de ello... ahora sólo tiene que...

-Parece que tenemos un intruso muchachos. – Claro... debió suponer que todo estaba muy tranquilo y sencillo...

Volteó para ver que tenía a varios exorcistas de distintas facciones del Vaticano ahí presente. Lo puede notar por las ropas que visten, cada grupo usa ropas de colores distintos para poder diferenciarse y... En verdad nunca le importó eso o simplemente se quedo dormido en esa clase... va más por lo último.

-Si es el famoso traidor. Perfecto, justo que estamos necesitados de dinero. El Vaticano ofrece una gran recompensa por tu cabeza y por la espada qué tienes contigo. – la tachi de Rean estaba hecha de un material único, muy similar con la cual de fabricaron las Excalibur. El Zemurian es escaso y que su espada este hecha de ese preciado metal sólo fortalece más los deseos del Vaticano de tomar su arma.

Rean miró a los que querían atacar y supo que no eran rivales para él. Sólo debe de... mejor aún...

-¿Por qué el interés por este metal? – siempre funciona hablar cuando te crean atrapado, siempre hablaran porque creen que luego nunca podrás decir nada.

-Sencillo... deseamos crear nuestra propia espada. Una que nos permita acabar de una vez con los demonios y los caídos, esta tregua es una estupidez. – Uno de los presentes habló con odio... De seguro víctima de algún modo de los miembros de esas razas. – Me uní a la Iglesia para acabar con ellos... ¡No para esto!

-Estar unidos a la institución de Dios equivale a velar por la gente y actuar por el bien mayor. No por una venganza personal. – Rean creía que había gente buena en el Vaticano, el Papa era uno de ellos, aunque actualmente... siente que los del consejo son el problema.

Al ver que en verdad ninguno ahí parece feliz con lo que dijo y que no van a hacer su salida algo muy fácil de realizar. Mejor... acaba con ellos, les hará a los del Vaticano un favor, aunque no quiera, tipos como estos no tardarán en... traicionar a la institución de manera legal.

Como si de un destello de luz se tratara, Rean desapareció y acabó con dos de los 10 presentes con solo un movimiento de su arma. Luego de sentir el ataque de las espadas de luz que usan los exorcistas, las bloqueó con su espada para inmediatamente patear a los que lo atacaron en la nuca, justo en el punto donde un simple golpe puede fracturar el hueso y romperlo. Aunque las balas que iban hacia él, cortesía de las pistolas que los exorcistas también usan para matar demonios, hizo que salte y use la pared como impulso, así logrando ir hacia los enemigos que lo acaban de atacar y destrozar sus cráneos sin piedad. Al ver que estaban muertos, cerró los ojos para tratar de asimilar sus recuerdos y...

-Nada... en verdad nada. – Ver que sus enemigos recientes no tenían nada de valor en sus cabezas, solo deseos de atacar y matar indiscriminadamente a una raza entera, le hizo sentirse más que triste por el rumbo actual que el mundo tenía.

Sacudir su arma para sacar la sangre en esta y al fin poder dirigirse hacia donde estaba el cofre y abrirlo... se sorprendió al ver el metal. Sin duda era dorado como las leyendas dicen que es... Al menos en su apariencia. Lo que si le asombra más, es la cantidad de magia que hay en esta cosa. Lo suficientemente grande como para crear o un arma o una armadura de gran capacidad. Lo que parece ser malo si queda en las manos equivocadas.

Tomó el metal y lo guardo rápidamente en el pequeño bolso que llevaba consigo para al fin notar como el lugar entero temblaba. Ya suponía que era algo de esta clase. Lo mejor será salir...

El temblor, que en efecto era la torre entera viniéndose abajo, sin importar a quienes mate o quienes sean víctimas de lo que esté pasando, era una señal clara de que... estos tipos no miden consecuencias y... lo mejor es saltar por una de las ventanas. Ver como la escalera se vino abajo le hizo reafirmar su idea de escape... se dirigió a dicha ventana. Miro que tan alto estaba en relación con el suelo... muy alto, aun con su resistencia se romperá los huesos de las piernas y no puede dejar que lo atrapen... ni ellos, ni la policía. Pasó a ver el frente, si da un salto hacia donde estaban esas casas justo en el techo de unas de ellas... tal vez una fisura o similar, pero mejor que la primera opción que ha tenido. Tomó aire, retrocedió un poco y dio un salto con impulso hacia dichas casas, rogando lograr aterrizar sobre su objetivo. Oír el sonido de la torre viniéndose abajo, el grito de las personas que se despertaron por el ruido o vieron lo que pasó era el menor de sus problemas...

-¡Of! – Caer de hombro sobre el lugar donde pensó aterrizar y dislocárselo, si era su problema. – Maldita sea... mi suerte...

Rean se puso de pie como pudo, tal vez sea muy resistente, pero sigue siendo un humano y es más propenso a sufrir heridas de manera seria y fácil. Oír las sirenas, tanto de policías como de los bomberos, le hizo darse prisa. No duda que, si lo ven, tendrá varios problemas. Se alegra que sus piernas estén en un estado perfecto.

Con fastidio, logró bajar del techo en donde estaba sin ser visto y se puso en marcha hacia la playa, tal vez ahí tenga algo de paz para poder descansar y hablar con Azazel.

....

Le dolía el maldito hombro, parece que no sólo se lo disloco, puede que lo tenga fracturado y hasta roto. Su típica suerte....

Al menos no llamó mucho la atención, ojalá no haya habido víctimas serias en el intento de esos sujetos por evitar que se lleve el Oricalco. Como odia cuándo tipos como ellos se sienten con el derecho de ser jueces y verdugos. Se sentó en la playa para descansar al menos unos minutos. Azazel se las pagará, ojalá esto tenga un beneficio para él cuando le entregue el maldito metal.

-¿Por qué lo haces? – Rean escucho una voz a su lado.

Al mirar a la derecha, se sorprendió de ver que era... una niña que vestía de lolita gótica. Pero había algo en ella, un poder enorme que jamás había sentido en su vida... superior al de cualquier Dios que haya visto o conocido. No podía ser...

-Tú eres... Ophis. – Recordó lo que Azazel le comentó sobre este ser y la típica aura que emana, es como sentir el vacío, la nada. Eso era el infinito. - ¿Por qué un ser de tu categoría habla conmigo? ¿Y por qué estás aquí?

Ophis miraba el cielo, la luna. Le parecía muy interesante y hasta hermosa por instinto. Pasó a ver al humano y sólo pudo decir...

-No lo sé. Sólo quise. No hay nada más que eso. – Sin duda se ve como Ophis es un ser de una mentalidad algo rara. - ¿Por qué estás aquí humano? ¿Lo eres? Emanas un aire distinto al de los humanos normales, ni los híbridos tienen tu aura. Casi parece la de un demonio. – lo pudo ver con sólo un segundo de interactuar con él...

-Tenía algo que hacer aquí, por ello estoy en este país. Donde soy buscado. – Rean respondió por inercia. – Aunque, tal vez busco algo inconscientemente... mi razón de vivir. – siempre se cuestionó el porque aún vive, debió morir él esa noche... no Crow.

-No entiendo... ¿Qué mal es eso algo natural en los mortales?

-Je... no. Algunos se cuestionan el porque aún respiran, porque sienten que están siendo un gasto innecesario de oxígeno. Los mortales son seres muy complejos, las emociones los hacen así. – Ver la expresión del Dios Dragón, que era neutro, le hizo entender que. – No sabes que son las emociones ¿verdad?

-No... No las entiendo, ni siquiera sé si las tengo. He oído mucho de ellas, pero nunca las he experimentado. Lo que si me confunde es... ¿Por qué unos las quieren y otros no? ¿Qué no son buenas?

Rean parecía captar la duda que tenía. Las emociones son muy complejas, hay buenas, malas, felices, tristes... ya depende de cada uno si está dispuesto a afrontar lo que es ser un emocional conlleva. Lamentablemente, la experiencia es el único medio de que pueda entender cosas que normalmente... sólo uno puede sentir.

-Depende de cada uno. Unos las aceptan con todo lo que conllevan, otros no pueden y prefieren rehuirlas. Es decisión personal.

-¿Y tú? ¿Las aceptas o huyes de ellas? - ¿Por qué está teniendo esta charla con este ser de gran poder? No lo entiende, sólo puede sentir que con ella puede... hablar de temas que con otros no. Como si fuera un viejo amigo.

-Acepto lo que conlleva sentir... aunque eso significa sufrir más de lo que eres feliz. – Rean hablaba por experiencia. – pero, los momentos en que sientes felicidad, valen el esfuerzo y sacrificio que has padecido. Hasta el dolor y las caídas... Sólo necesitas ponerte de pie... más fácil de decir que de hacer.

Ophis volvió a mirar el cielo, esta vez con más detenimiento.

-¿Pudiste... levantarte sólo? – Rean negó con la cabeza. - ¿Quién te ayudó?

-Personas a quienes agradezco haberme ayudado. En especial dos mujeres que me salvaron de morir y una loca que tras su apariencia, es una bella persona. – Rean simplemente se puso de pie para ver al Dios Dragón. Le llevaba casi medio cuerpo de altura y se ve tan inocente. Como si tuviera tantos deseos de ver y aprender el mundo, pero no puede por algún motivo... como si algo la detuviera. - ¿Por qué?

-¿Por qué la gente busca ayuda, son tan débiles para hacer las cosas solos?

-Eso depende de cada uno. Algunos prefieren estar solos, otros en compañía. Pero varios seres en armonía, pueden superar a uno que se cree absoluto. Eso es algo que entendí tras años.

Ophis asintió, no le entendió, pero agradecía su sinceridad. Tal vez algo que no ha visto en años. Tal vez por eso le habló cuando lo vio aquí... viajar a través del mundo y ver tanto, pocas son las cosas que llaman su atención y justo hoy por mera casualidad halló algo que llamó su atención. Un mortal extraño, que se tomó el tiempo de hablarle... Sin ninguna intención oculta. Ella no podía distinguir una verdad de una mentira, de un acto noble de uno que tiene doble intención. Pero algo en ella, le dice que le crea... Que este hombre le está diciendo toda la verdad. Y eso es algo que, sin saber, agradece.

-¿Cuál es... tu nombre? – la sorpresa de que el Dios Dragón le pregunte su nombre... sacó una sonrisa a Rean.

-Rean Schawzer, es bueno que hayas tenido la decencia de venir a hablar con un mortal insignificante como yo. – Ophis se dio media vuelta y empezó a caminar por la orilla.

-No... No eres insignificante. – Un fuerte viento sopló haciendo que Rean se cubra los ojos para que la arena no entre ellos.

Al abrirlos, pudo percatarse de que... no estaba. Ophis se había ido a Dios sabe donde. Eso si que fue raro, incluso para él. Oh bueno, con esto puede afirmar una cosa, Ophis no es como muchos la pintan. Se nota la inocencia y pureza en sus ojos, sólo desea aprender algo... y algo más. No sabe que es, pero se da una ligera idea. Oh bueno, mejor va con Azazel y le entrega este metal para finalmente saber que desea con él...

-¿Tengo alguien a quien deseo presentarte? Ojalá no se trate de una de sus jugadas para que me meta con una mujer, lo de Suiza aún no se lo perdono. – Rean empezó a caminar para irse a un lugar más desolado y activar el círculo de Transporte a Grigori... ha sido un largo día.

Fin Flash Back

Rean sonrió por inercia. La verdad, es un recuerdo que ha llegado a apreciar mucho, porque ese día conoció al que sería su alumno y su hijo.

-Jaque Mate. – las palabras de Ophis lo sacaron de sus pensamientos. Ver que en efecto había perdido hizo que suspire. – Gané.

-Ya lo veo. Sabes, podrías darle a un amigo mío una buena pelea. – Ophis siguió viendo el tablero. - ¿Deseas otro juego? – verla asentir hizo que ria un poco y se ponga a arreglar las piezas para empezar de nuevo. – Sabes, este estilo de vida no es tan malo.

-¿? – ver como el Dios Dragón la miraba con una gran interrogante sobre su cabeza le sacó una gota de sudor.

-Lo que trato de decir es que... estoy más que seguro que estás más tranquila aquí, que con ellos ¿no? – Ophis pareció captar a que se refería y asintió. - ¿Eres feliz?

-Aún no sé que es ser feliz. No siento felicidad como ustedes lo expresan. No sé. – Ophis movió un peón para iniciar el juego.

-La felicidad de uno, no es la misma que la del resto. A mí me pone feliz estar con quienes quiero y tener un lugar que llamar hogar. – Rean también hizo su jugada.

-Aun así, no sé que es la felicidad. Ni la tristeza, ni el odio... ni la rabia. – Volvió a mover otra pieza. Sin notarlo, Rean pudo ver algo en el fondo de sus ojos... soledad.

Se siente sola. Es una existencia única, sólo igualada por uno que es su enemigo auto jurado. No sabe lo que es eso, sabe lo que es estar solo. Pero no al punto de sentir que eres el único que te aceptará.

-Espero que logres hallar tu respuesta Ophis. – Rean movió otra pieza, esta vez haciendo que el Dios Dragón vea con más atención el tablero.

-Por eso busqué a Ddraig. Él puede tener la clave. Lo que necesito. – Ophis parecía pensar su próximo movimiento. – Él, cambió. No es el mismo. Antes era arrogante, orgulloso. Ahora es calmado y amigable. El contenedor tiene la clave.

-¿Por qué el interés en Ise? Si Vali está sufriendo el mismo cambio que él. – Ver como ella tomaba su Caballo tras una buena jugada le importa poco, está logrando sacar más información.

-Porque él no es natural. – Esas palabras sorprendieron a Rean. – Vali emana luz demoníaca por naturaleza, nació así y eso es lo que ha hecho el cambio. Pero el contenedor de Ddraig es... distinto. Posee oscuridad, poder divino y a la vez se siente que hay más... La oscuridad y la divinidad por naturaleza no se mezclan, pero él lo logró. ¿Por qué un ser que atrae el Caos pudo tocar la divinidad aunque sea un poco? Debo entenderlo. Porque tal vez pueda descubrir, porque nací. – Rean movió otra pieza y ella siguió con lo suyo. – Los Dos Dragones Celestiales son únicos en esta era. Vali es la definición de Milagro, nació de modo natural para usar el poder de Albion a su máximo. Pero ese chico no... no nació para ser contenedor de Ddraig, pero aprendió a serlo a través de un poder único y raro... Una Abominación, eso es lo que es. Un ser que la misma naturaleza no puede tener bajo su control. – Rean no pudo refutar las palabras del Dios Dragón.

El silencio continuó unos minutos mientras seguían con su partida de ajedrez. Ophis tenía la clara ventaja, Rean simplemente sonreía al notar que ella se divertía, sin entender que eso estaba pasando.

Ver como perdió de nuevo hizo que se rasque la nuca y simplemente le proponga a Ophis ver Televisión, ella asintió sin decir más. Mejor para él, ya está cansado de tanto pensar.

Aunque no lo noto, las mujeres presentes en la cocina vieron todo con asombro. Ver como Rean trataba a la deidad de los Dragones les hizo reír, casi parece que un pariente tratando con un niño que no ven hace años. Aunque era una escena más que graciosa, ellas lo hallaban muy adorable.

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En la zona de entretenimiento, Kurama jadeaba. Estaba teniendo una pelea de práctica con Fenrir, quien a pesar de su claro estado debilitado, era un oponente que el pequeño no lograba igualar en ningún segundo. La experiencia en combate y demás eran un factor que estaba pesando sobre ellos, Kurama ya ha peleado más de una vez con seres de otros lados... pero no ha tenido los oponentes que Fenrir ha tenido.

Volvió a atacar, esta vez lanzando ráfagas de fuego de su boca, sólo para que el lobo mayor se deshaga de dichas ráfagas con un aullido. Uno que sacudió los oídos de Kurama, momento que Fenrir aprovechó en ir y golpearlo, usando todo su cuerpo. El impacto hizo que el pequeño caiga al suelo, ya herido y cansado, incapaz de ponerse de pie.

-Bien, basta por hoy. – Fenrir optó por darle un descanso al pequeño quien aún tras todo el daño, se quiso poner de pie, oír que tendrá un descanso lo hizo caer al suelo ya rendido. – Lo han entrenado bien, tiene resistencia.

-Lo sabemos padre, pero le falta aprender más. – Hati respondió a las palabras de su padre. – Hemos estado pensando en aumentar el ritmo de peleas de práctica, para que así esté más acostumbrado a peleas de mayor nivel.

Fenrir asintió a esas palabras, para finalmente mirar a Kurama. El pequeño trataba de ponerse de pie por su cuenta, aún en ese estado es muy terco. Se sentía raro tener ese sentimiento de orgullo que este pequeño le produce. Oh bueno, no se queja de este. Ha aprendido a ser más humano en el tiempo que ha estado viajando con Vali y el resto.

-Padre, hemos pensado también en que... Sería buena idea que le enseñe esa técnica. – Fenrir miro a Skoll con duda.... ¿Habla en serio? – Sabemos que es muy joven aún, pero que la vea de seguro servirá para que su meta, un día, sea lograr realizarla. Sentimos que él tiene el potencial para hacerlo – Era verdad... tal vez no sería mala idea. Una motivación siempre ha sido bienvenida, más en su situación actual.

Fenrir empezó a caminar hacia Kurama, quien al fin se había puesto de pie. El pequeño notó que Fenrir ya estaba a sólo unos pasos de él... ¿Ahora qué...?

-Observa bien esto niño. Este ataque es algo que sólo yo puedo hacer, ni Skoll ni Hati lo pueden realizar. – Fenrir empezó a cargar poder en su cuerpo ante el asombro de Kurama. – Sólo lo haré una vez, así que mira bien.

Kurama asintió y no quito la vista en ningún segundo. Memorizar cada paso y el flujo de energías necesario era una cosa, pero lo que vio luego fuego...

....

Kurama simplemente abrió los ojos, el destello de Luz que se generó fue tal que lo cegó un instante. Al abrirlos, se sorprendió al ver lo que el ataque de Fenrir hizo... el suelo... los alrededores... estaban hechos pedazos... fue como si un meteoro haya impactado el suelo y dejado una onda de destrucción a su paso. Kurama pasó a ver a Fenrir quien se notaba algo agitado, como maldice no estar a su máximo poder, eso y que además, no generó el daño que quiso. Oh bueno, al menos mostró lo que debía...

-Eso es...

-Mi técnica suprema. Sólo la uso cuando estoy deseoso de destruir algo de verdad. En la batalla que tuve contra esos mortales no la use porque Loki quiso que los mantuviera ocupados, si bien estuve a segundos de hacerla... fui apresado y derrotado. – Fenrir miro a Kurama con seriedad. – Tu meta es un día hacer esta técnica, mis hijos no pueden. Pero siento que tú sí.

-Pero... ¿Por qué cree eso? Recién estoy aprendiendo a usar mis poderes. – la duda de Kurama era más que fundamentada. No posee la experiencia o el poder de todos ellos...

-Porque tu meta es superarme un día. – Kurama se sorprendió al oír ello... ¿Superarlo a él? ¿Un Top 10? ¿Era posible algo así? – Con los compañeros que tienes, siento que la posibilidad es mayor. Con ellos aprenderás más que sólo. Un día, pelearás contra mí. Eso te lo puedo asegurar. – Antes que Kurama diga algo más, Fenrir se dio media vuelta para empezar a subir las escaleras.

-¿Yo superarlo...?

-Padre ve potencial en ti. – Skoll se acercó a él y simplemente le dio un empujón con su cuerpo. – Todos lo vemos, eres capaz de lograr eso.

-Un día nos superaras a nosotros, es más que natural que el siguiente en la lista sea padre. Quien aún con su poder sellado, sigue teniendo su lugar entre los 10 más poderosos del mundo. – Hati habló desde donde estaba, viendo las escaleras.

-Es que aún no me cuadra eso. ¿Cómo yo puedo tener la posibilidad de ser más fuerte que él? No lo veo muy creíble.

-Si tu amo ha logrado lo que muchos consideran imposible. ¿Por qué tú no? – las palabras de Skoll retumbaron en el corazón del pequeño. – Recuerda Kurama, el destino de las nuevas generaciones es superar a las viejas. Padre ve en ti, el próximo lobo God Slayer.

Kurama miró el suelo unos segundos... ¿él, el próximo lobo God Slayer? Pensándolo bien, si su amo es uno y la reencarnación de otro. ¿Por qué no ser uno él también? Alzó la vista con una clara determinación en sus ojos, unos que Skoll y Hati reconocen. Los mismos que el Sekiryuutei, tanto mascota como amo son idiotas. Kurama estaba decidido, no importa cuanto le tome... un día superará a Fenrir. Un día.

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Dentro del Gimnasio de la escuela, donde el club de Kendo practica...

-¿Seguras de querer dejarlo definitivamente? – la capitana del club de Kendo miraba a las dos chicas con algo de tristeza. – Ambas tienen un prometedor futuro y hasta ofertas de becas.

-Lo lamentamos Kaichou, pero en verdad ya no tenemos el tiempo suficiente como para... Seguir. – Aki se disculpó con la chica. – Pero tenemos ahora otras metas en nuestras vidas.

-Y nos queremos centrar en ellas. No queremos hacer cosas a medias. Lo hemos pensado bien y esta es nuestra decisión. Queríamos esperar a que terminara el Festival Escolar para informarle todo de modo oficial. – Kaori entregó su formulario de retiro del club así como su amiga.

La chica de tercer año tomó ambos formularios, los leyó y suspiro. En verdad estas dos ya habían tomado su decisión. No lo entendía, ambas siempre decían que llegar a hacer una carrera en el Kendo era su sueño... lo dijeron desde la escuela media que es donde las conoció. Pero ahora...

-¿Qué ha hecho que cambien de opinión? – ambas chicas se vieron las caras para luego reír con algo de nerviosismo.

-La verdad... hemos tenido nuestros momentos en donde, hemos visto otras posibilidades.

-Y queremos seguirlas, no es nada personal Kaichou, pero aun sin nosotras. El club tiene buenas competidoras. – Aki dijo eso con una sonrisa triste – Mejor hacer esto ahora, antes de la competencia por las nacionales.

-Si, iremos a apoyarlos. También no dude en llamar si necesita una mano, siempre estamos en el ORC luego de clases. – Kaori trató de sonar casual, sólo para evitar que las lágrimas se le salgan.

La chica de tercer año lo pudo ver... ellas...

-¡Kyyaaa, pervertidos! – el grito de una de las chicas hizo que todas se pongan alertas, aunque ya sabían quienes eran.

-¡TRAS ELLOS! – el grito de la capitana bastó para que todas las miembros del club vayan hacia la cacería de unos pervertidos.

Todo ante la mirada de sorpresa de Aki y Kaori. Quienes se vieron las caras con algo de duda. ¿Actuaban así en serio? Que pena.

-Sabes... ahora me da un poco de pena esos dos.

-Si... pero se lo han buscado.

Ambas fueron hacia afuera del edificio para ver lo que estaba por suceder.

....

-¡Oh maldición, ahí vienen! – Motohama corría a toda velocidad, no quería ser atrapado.

-¡Te dije que la risa de enfermo que ponías nos delataría idiota! – Mientras que Matsuda regañaba a su amigo por lo que estaba pasando.

Ambos jóvenes corrían a toda velocidad, mientras huían del club de Kendo. Una escena que ya no era nueva para los estudiantes de la escuela. Y si bien, antes les daba asco y rabia, ahora les da mucha risa ver a esos dos ser perseguidos por dicho club, que ahora mismo pareciera que los ha poseído los mismos demonios. Aunque...

-Oye... Motoyama y Katase no están entre ellas...

-¿¡Y eso crees que me importa!? ¡Sigue corriendo!

Mejor dicho imposible, correr por todo el campus, todos los días, hace que uno gane físico sin desearlo y lo que si estaba más que claro era que...

-¡ISE! – necesitan protección.

-¿Oh? – Ise estaba yendo hacia el gimnasio, Aki y Kaori lo habían llamado por alguna razón. - ¿Pero qué...? – Aunque ver como esos dos se escondían atrás de él era algo inesperado. – Ustedes...

-¡Protégenos!

-¡Si, nos quieren matar!

Ambos jóvenes deseaban usar al Sekiryuutei como escudo... ¿era una broma? Ver como las verdugas, es decir, las chicas que perseguían a este par llegar hizo que entienda la situación.

-¡A un lado Hyoudo-kun, ellos deben sufrir nuestra justicia! – la capitana estaba con su espada de madera lista para la masacre.

-Ahm... Tal vez podamos hablar esto con como gente civilizada y llegar a un acuerdo... - Ise trataba de ser un buen mediador. Sabe que estos dos han actuado mal, pero tampoco dejará que los linchen hasta morir.

-Eso Ise, apóyanos. – el Sekiryuutei miro a su amigo con rabia, este calló al notar que su ayuda ahora no era querida.

-¿Qué propones? – la chica estaba dispuesta a oír lo que el chico quería decir.

-Simple, que hagan trabajos para ustedes. O en su caso, sólo los golpean. – ambos los vieron con horror ¿¡qué clase de ayuda es esa!? – Piénsenlo, los golpean y ellos vuelven de todos modos. ¿Por qué no intentan otro modo de castigo? Tal vez hacer labores físicas, extremas, ayude.

La chica y, por consiguiente, el resto de ellas, sonrieron con malicia. Les gusta el plan y tienen el medio perfecto para la venganza.

-¡Hecho!

-¿¡Qué!? – ambos varones fueron apresados a una velocidad inhumana, una que sorprendió al Sekiryuutei, para ser amarrados con una soga y arrastrados hacia el gimnasio. - ¡Iseeeee!

-¡Me lo agradecerán, mejor eso que cientos de espadas de bambú en la cara! – el joven vio como sus, inusuales y raros, amigos eran arrastrados hacia su desgracia. – Y si no es así, les regalare las OVA Hentai del mes, siempre funciona.

Con eso dicho, Ise estuvo a pasos de seguir su camino. Solo para ver que Aki y Kaori llegaron donde estaba. No les veía muy felices.

-Oh, chicas. Justo me iba a encontrar con ustedes y.... ¿Pasa algo malo? – ver la expresión de tristeza en ambas era...

-Oh nada... nada. Sólo... - Aki trató de decir lo que pasaba, sólo para esta vez tratar de contener las lágrimas.

-Se acabó... ya renunciamos al club de Kendo. – Oír a Kaori decir ello con la voz entrecortada, le hizo entender que...

No supo que más decir, sólo mirar a los alrededores en busca de que si hay algún fisgón. Al ver que no es así, extendió los brazos y ellas al instante captaron lo que pasaba. No dudaron en llorar en el pecho del Sekiryuutei quien no supo que más hacer... admite que... Se siente muy culpable.

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Era la hora del almuerzo e Irina quién estaba ayudando a cargar unas cosas, por petición del profesor de química, estaba en su camino hacia el laboratorio cuando choco con alguien.

-¡Oh, perdón! – la castaña miro como pudo al extraño y se sorprendió de ver que era... - Ise-kun.

-Hey Irina. – el joven la saludo con poco ánimo, uno que ella captó al instante.

-¿Pasa algo? Y no me digas que nada, esa mentira no te la creo. – Irina quiso ponerse las manos en las caderas... No podía. – Ugh... ¿me ayudas?

El joven no tardó en ayudar a la chica con las cajas. Ella agradeció el gesto y simplemente le pidió que la acompañe a llevarlas a su destino mientras el comenta lo sucedido.

Oír que Aki y Kaori al fin hicieron oficial su salida del club de Kendo fue una sorpresa, pero no algo tan inesperado. Ella ya lo intuía... lo que si le sorprendió fue oír que ambas lloraron al decírselo. Ella en verdad...

-¿Dónde están?

-Me pidieron que las deje solas. Que necesitan su tiempo para pensar, bueno... eso tras pedirme hablar. Creo que no reaccionaron como esperaron.

-No me sorprende, la verdad... las entiendo un poco. Abandonar tu sueño es... difícil. Aún más si has trabajado tanto por este. – llegaron al salón de química para poder dejar lo que le habían encargado a la chica.

Con la ayuda de Ise, lograron poner todo lo que estaba en dichas cajas en sus respectivos lugares, incluso los frascos con cosas raras. Todo en silencio, como si uno esperara que el otro diga algo. Y así fue...

-Pero... tal como leí o escuché una vez. Para hacer lo que crees correcto, hay que ser firmes y tomar dicho camino, aunque nos duela. Aunque tengamos que sacrificar lo que más anhelamos, incluido los sueños. – Ise volteó a ver a la chica con sorpresa, ella miraba la ventana y sonrió con nostalgia. – Ya no somos niños Ise-kun, creo que la época donde todo era fácil murió. Sólo nos queda estar firmes y no flaquear ante lo que sea que el mundo nos mande a enfrentar.

-Irina... - La castaña rio algo nerviosa, ella no era de hacer estas cosas o dar estos discursos.

-Hablaré con ellas, de seguro conmigo podrán hablar de temas más variados que contigo. Las chicas debemos estar juntas. – el Sekiryuutei rio un poco a esas palabras. – Anda Ise-kun, yo haré que esas dos vuelvan a sonreír. Déjalo todo en mis capaces manos.

-Y es eso lo que me da más miedo...

-¡Oye! – ambos no pudieron evitar reír ante la escena que estaban armando, casi recordando esos días donde se la pasaban jugando y bromeando. – Hey... ¿Crees que... podamos ir a un lado tú y yo? Claro, luego de los exámenes.

Ise se mostró sorprendido a la proposición de la chica, pero...

-Claro, solos tú y yo. Como los viejos tiempos. – la sonrisa que Irina le dio, bastó para saber que había hecho bien.

-¡O-Ok, esperaré con ansias ese día! ¡Vamos, hay que volver a clases!

Verla salir con esa gran sonrisa, le hizo darse cuenta que eso es lo que desea ver en quienes son cercanos a él. Tal vez sea egoísta lo que está pensando, pero... si un día llega el día en que deba pesar en vivir o la felicidad y bienestar del resto... ya sabe su respuesta. Y no importa si lo odian... Él hará lo que deba hacer.

Fue tras su amiga, sólo rogando que ese momento nunca llegue. 

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