En la Port Mafia, había únicamente un omega; el resto de integrantes de tal organización eran puros alfas, y solo había uno que otro beta.

Lo lógico sería pensar que todos los alfas codiciaban del omega por ser débil y que se aprovechaban de este cada que podían, pero eso no era ni cercano a la realidad.

Ese omega no era nada más ni nada menos que Osamu Dazai. Era alguien intocable y muy difícil de alcanzar. Las personas que llegaban a tan siquiera a tocarlo no sobrevivía, meterse con él garantizaba la ruina absoluta.

Y tan siquiera era complicado poder acercarse a él.

Muchos alfas llegaron a intentar algo con él, y ninguno de ellos sobrevivió para contarlo...

Por estas razones, cuando se vió a Dazai juntarse mucho con un alfa pelirrojo, todos comenzaron a especular una gran diversidad de cosas.

¿Al fin el omega más temido había encontrado a alguien? La curiosidad de muchos hizo presencia, pero claramente nadie se atrevería a averiguarlo.

Porque Dazai no era el único con aires de ser un peligro, sino el alfa pelirrojo llamado Chuuya Nakahara también tenía pintas de tener grandes capacidades.

Y si era cercano con Osamu, al punto que compartían un apartamento hasta que se le pudiera conseguir uno propio al pelirrojo, era por algo.

Aunque Chuuya realmente era un alfa poco desarrollado, eso muy pocos los sabían. Era un alfa que ni siquiera había tenido su primer celo y que tampoco sabía cómo controlar sus feromonas.