el síndrome de san clemente
Call me by your name
i'll call you by mine.
La brisa marina les daba un cálido abrazo de bienvenida, agitaba sus melenas para ocultarse del sonrojado sol y la vista de esa reluciente playa les hacÃa esa sensación de entrelazar sus manos y fluir con el tiempo. Paseando en distintos jardines y prados, deteniéndose en heladerÃas y florerÃas para llegar a su casa del árbol. Era un bonito dÃa para salir en una cita con su prÃncipe azul, sentir por fin sus bocas bailando en una interminable fantasÃa erotica y apreciar su cuerpo desnudo contra el suyo, un intenso contraste del yin y yang. Experimentar el sabor de su imaginable elixir y su delicioso orgasmo salido de sus suaves labios. Rebalsar su corazón con el amor que le daba su amante, nutrirse del potente sentimiento y nacer entre las melodÃas que florecen. La eterna espera de tenerse en los brazos del otro, de pedir su mano para colocar esos ansiados anillos de fresa en sus tropicales dedos. Terminar de sembrar sus únicas semillas de aromos para cultivar esa energÃa latente con colores vivos y en armonÃa. Vivir felices hasta el final de sus dÃas en castillos de arena que ellos crearÃan.
Un leve roce microscópico, mejillas rojizas en pedazos de una nave espacial y una tierna caricia de su luna de miel. Abrazos por detrás de la espalda mientras se susurraban al oÃdo que se amaban perdidamente como dos rubÃes alegres en su nido de amor entregándose el uno al otro. Noches veraniegas recordando su noche de bodas, amándose al contemplar una lluvia de cometas que pasaban por los ventanales, acurrucados viendo a esas estrellas sonreÃr victoriosas por sus enamorados. Duele pero es dulce caer a pedazos por tu persona destinada, oler el aroma de su limonada en filamentos de astros recordándose mutuamente, estrellas binarias que orbitan en una misma lÃnea para reencontrarse siempre. Ese gusto de escuchar sus corazones acelerados en sincronÃa, respirar en un idéntico aire cuando hacÃan el amor y a la vez bailar ballet en nubes pasteles del paraÃso, maravillas de un reino que prueba esas frescas mañanas de primavera. Esa vÃa láctea en los labios de cada uno que gusta saborear, ambos seres que se fusionan en uno solo.
First love.
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