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🍃Epílogo

《⏳》

Terminó de bajar el último escalón, se detuvo un instante y prestó atención a lo que sucedía a su alrededor… la música, risas y charlas amenas se escuchaban por todo el lugar. El aroma a comida se hallaba por todos lados y la felicidad finalmente predominaba en todos los aspectos…

Los pasos de un par de niños corriendo resonaban por toda la casa, acompañado de sus dulces risas. Sonrió al verlos pasar frente a él, demostrando toda su inocencia y alegría que solo un niño podría tener… 

Todos sus amigos —al menos la mayoría— se hallaban cómodamente en el jardín trasero, y de verdad que le alegraba escuchar las risas por todos lados, cuando ocho meses atrás, pensó que todo estaba perdido. 

Todo lucía diferente… aún le costaba acostumbrarse a la nueva casa a la que se habían mudado hace cinco meses atrás. A pesar de que extrañaría su antiguo hogar, donde había creado recuerdos hermosos, como la primera vez que llegaron después de su luna de miel… también se habían encargado de bautizar cada parte de la casa, amándose. 

Su lugar favorito, definitivamente fue su cuarto de baño, su tina… Se encargaron de volver ese lugar, su nido de amor, su lugar privado, su lugar especial... Ahí mismo se amaron tantas veces, se mimaron, se abrazaron, lloraron, rieron… ese fue el lugar donde probablemente su hija fue concebida, también donde Jimin le dio la noticia a su amado de que estaba en la dulce espera y lo más hermoso e inesperado fue, que su pequeño rayo de luz había nacido en ese lugar.

Sonrió enormemente al ver al dueño de su corazón acercarse con una expresión preocupada. Este llegó hasta él, tomando una de sus manos y la otra, posandola en el redondo y cálido vientre de nueve meses. —Cariño, te perdí de vista un buen rato… vine porque Jin me dijo que te sentías mal ¿Todo bien?

Asintió dejando una suave caricia en su pancita. —Solo me sentía un poco cansado, tranquilo. —informó con una pequeña sonrisa, viendo como la expresión en su rostro se relajaba—Mis piernas y espalda dolían por estar tanto tiempo de pie, así que fui arriba a reposar un ratito… 

—Está bien —se relajó— me hubieras dicho para acompañarte… 

—Claro que no —se rió tomando el brazo de su amado— el anfitrión no puede dejar a sus invitados.

—Ellos lo entenderían… —abultó sus labios.

—Ya no importa, Yoonie… —le restó importancia, uniendo sus labios en un corto besito, pues al ver la manera en que su esposo hacía un puchero, no pudo resistirse. Soltó un bajo jadeo. —A-Alguien está pateando…

—Lo sentí… —sonrió colocando ambas manos en el redondo vientre. —Jihun~ no tan fuerte hijo, lastimas a papi.

Jimin soltó una baja risita. Al parecer, Jihun tenía la misma costumbre de patear costillas, al igual que su hermana mayor. Pobre Jimin. Además de que aún se encontraba bajo de peso. Estaba mucho más delgado que en su embarazo anterior donde sí subió varios kilos. El motivo es por el suceso de hace meses atrás, Jimin estaba realmente mal, delgado, anémico… a pesar de que después de la tormenta, comenzó a alimentarse mejor y a cuidarse más, todos los nutrientes eran absorbidos por su bebé.

Había sido muy difícil para el joven padre, subir cinco kilos durante estos ocho meses. Se alegraba de que su bebé se encontrara bien, y que estuviera sanito. Pero no le dejaba nada a su padre, Jihun absorbía absolutamente todo. Sus mejillas habían regresado, y estas tenían un bonito rubor, pero el resto de su cuerpo se mantenía delgado, a excepción de su vientre, que a decir verdad no era tan grande como se supone que un vientre de nueve meses tenía que ser. Pero a pesar de que todo se encontraba bien, Jimin se mantenía monitoreado. No quería que pasara algo malo.

—¿Dónde está SunMi?

YoonGi no alcanzó a responder, cuando Hoseok entró a la casa muy cargado. En ambos brazos cargaba dos pequeños cuerpecitos. En su hombro izquierdo descansaba su hija, TaeRin y en el lado derecho, SunMi también yacía cómodamente dormida. Tanto YoonGi como Jimin sonrieron al ver a su amigo acercarse.

—Hey chicos, miren quienes ya se cansaron.

—¿Cuantas veces se cayeron? —preguntó Jimin divertido.

Resulta que SunMi, TaeRin y TaeHoo, ya intentaban querer caminar, pero apenas lograban sostenerse unos segundos de pie, y dar un par de pasitos, cuando rápidamente caían sobre sus traseritos.

—Esta vez no las conté —comentó Hoseok con una risita, permitiendo que YoonGi tomara a SunMi en sus brazos.

La pequeña se removió, pero YoonGi fue más rápido comenzando a mecerse lado a lado, palmeando su espaldita. Decidieron extender el sofá cama del living y recostar al lindo par con unas almohadas y cojines en las orillas. Jimin se iba a quedar con ellas, pero entonces Namjoon apareció con su pequeño Soobin en brazos, luego tomó asiento en el sofá de a lado para disponerse a darle su biberón a su bebé y también dormirlo.

YoonGi, Jimin & Hoseok, regresaron al jardín trasero, donde se encontraban sus amigos, pasando un rato agradable, entre charlas amenas, música a un volumen no tan fuerte, y risas contagiosas. Taehyung y Baekhyun conversaban animadamente, mientras comían bocadillos y consentían al pequeño TaeHoo. Un poco más allá, se encontraban Jungkook y SeokJin quienes charlaban mientras movían la carne en el asador. Por otro lado, se hallaban Yugyeom y Chanyeol jugando a las escondidas con Yeri y JunHyun.

Afortunadamente el cumpleaños de YoonGi había caído en domingo, así todos ellos podían asistir y pasar un rato agradable en compañía de todos.

Hoseok se sentó a lado de su amado esposo, para dejarle un besito en la mejilla y tomar la manita de su hijo con una sonrisita. —Namjoon se quedó con TaeRin y SunMi… —otro besito. —él está intentando hacer dormir a Soobin.

—Está bien. —Tae sonrió plantando un pequeño beso en los labios de su pareja. TaeHoo pasó a los brazos de su otro padre, dejando salir adorables gorgojeos que hizo sonreír a ambos. Jung tomó a su hijo entre sus manos, entonces tanto Taehyung como Hoseok, llenaron de besitos, cada mejilla de su adorado bebé, haciéndolo reír.

Jimin se sentó junto a Baekhyun, mientras acariciaba su vientre, sintiendo las inquietas pataditas de su hijo. Byun sonrió llevando sus manos a la redonda barriga de su amigo, asombrándose de los movimientos. —¿Cuando nace tu bebé?

—Supuestamente, en una semana —se carcajeó bajito. —pero al ya tener los nueve meses, mi Jihunnie podría llegar en cualquier momento.

Baekhyun se llevó una mano a su boca. —¿No te da miedo que llegue de manera inesperada? 

Hizo una mueca. —Un poco, no te lo voy a negar. —acarició la parte baja de su vientre. —SunMi también se adelantó a la fecha programada así que, creo que ya estoy algo mentalizado por si sucede lo mismo con Jihun.

—Jimin ya tenía los nueve meses cuando pasó lo de SunMi. —se metió Taehyung a la conversación. Acomodó a TaeHoo en sus brazos, mientras Hoseok se iba con YoonGi y los demás al asador. —¡Yo tenía siete meses cuando mis gemelos decidieron nacer! ¿Recuerdas cuando nos conocimos en el baño de aquel restaurante? 

Baekhyun asintió. —Estabas sintiendo incomodidad según recuerdo…  ¡No me digas qué fue esa noche!

—¡Sí! —exclamó. —Y no solo eso, fue en pleno restaurante donde rompí fuente.

—¡Noooo! —exclamó completamente sorprendido.

Jimin se rió al escuchar la manera en que su mejor amigo relataba todo y como Baekhyun se mantenía asombrado. El joven embarazado, ya había escuchado la historia muchísimas veces y a pesar de que las primeras veces se había sentido asustado por su amigo, ahora le causaba risa la manera en que Taehyung contaba su anécdota.

—¡Y que Hoseok se desmaya!

🍃⏳🍃

Con algo de dificultad, terminó de subir las escaleras con su niña en brazos. SunMi había ensuciado su linda ropita con papilla, así que tendría que vestirla con otro vestidito, también aprovecharía para cambiarle el pañal.

Pasó enfrente de la puerta abierta de la habitación de él y su esposo, donde se detuvo casi al instante al ver a su querido YoonGi, con el torso desnudo, dejando ver su marcado abdomen. Jimin no pudo evitar relamer sus labios y sonrojarse… No podían culparlo, el embarazo tenía sus hormonas demasiado alborotadas, además de que tenían dos meses sin tener sexo.

Un balbuceo de SunMi, llamó la atención de ambos padres. Las mejillas de Jimin se pusieron más rojas al haber sido atrapado. —SunMi, me has expuesto… tu, pequeña traidora. 

Murmuró con un pequeño puchero. Más abrazó a su hija, cuando YoonGi se acercó, colocándose una camiseta interior, que se apegaba muy bien a su figura. —Hey ¿Subiste tú solo?

Jimin asintió adentrándose a la habitación. Al parecer YoonGi no se había dado cuenta que su hormonal esposo lo había estado observando de manera indecorosa. —SunMi ensució su vestido, además, creo que necesita un cambio de pañal.

—Hubieras esperado a que yo bajara, cariño… —dijo recibiendo a su niña en brazos, quien estaba estirando sus manitas hacia él. —Eres como tu papá ¿Verdad?

El embarazado rió al escuchar la voz aguda que hacía YoonGi al hablar con su hija. —No te encontré, así que decidí venir yo. No sabía que estabas aquí arriba… ¿También ensuciaste tu ropa?

—Sí. —se rió tocando la naricita de SunMi. —Estaba en la cocina, y accidentalmente mojé mi camisa con ponche. No fue mucho, pero si se vería la mancha. —revisó el pañal de su bebé e hizo una mueca. —Uff, creo que en definitiva, alguien necesita un cambio. Iré yo a limpiarla y vestirla ¿Podrías buscarme otra camisa bonita? Tu tienes mejor gusto que yo, cariño.

Jimin asintió con una risita viendo a su amado esposo irse a la habitación de su hija, mientras hablaba con ella haciéndola reír. Dejó salir un suspiro, para abrir el armario y buscar alguna otra camisa linda. Cuando al fin encontró una que no se veía arrugada, le quitó el gancho y la extendió sobre la cama. Sin embargo, se tuvo que sentar en la orilla al sentir una pequeña punzada en su abdomen bajo que lo hizo soltar un bajito quejido.

Llevó sus manos a ese área y suspiró comenzando a sentirse nervioso. —No hoy, bebé… es el cumpleaños de tu padre… espera un poco más, por favor.

Los nervios comenzaron a apoderarse de Jimin al pensar que a su bebé podría ocurrírsele nacer hoy… una lágrima se le escapó, acompañada de un jadeo, al momento en que sintió una fuerte patadita. Al estar bajo de peso, las pataditas le dolían aún más, también los movimientos bruscos de su niño le lastimaban. 

Trató de tranquilizarse a sí mismo, inhalando y exhalando una y otra vez, dedicando caricias a su abultado vientre. Pero se apresuró a limpiar sus lágrimas con su antebrazo, cuando escuchó la voz y los pasos de su amado esposo acercarse.

—Sí, lo sé —decía YoonGi entrando a la habitación, mientras charlaba con su hija, quien solo soltaba lindos balbuceos. —Eres la niña más hermosa del mundo y papi está de acuerdo conmigo ¿Verdad?

—¿Uh? —llevó su mirada al pelinegro que ya se encontraba de pie a su lado. Jimin restregó sus manos en su rostro, tratando de librarse de cualquier rastro de lágrimas, aunque su nariz rojiza lo delataría de cualquier forma.

—Heeey… —se inclinó frente a Jimin y entonces sujetó con preocupación una de sus pequeñas manos. —¿Qué pasó? ¿Te sientes bien? ¿Te duele algo? —el castaño mordió sus labios ante las preguntas, más se contuvo de responder, porque sentía que si abría sus labios, se pondría a llorar y no quería preocupar más a su esposo. Quién al parecer comprendió, así que él mismo sacó sus propias conclusiones. —¿Está pateando? ¿Te lastimó?

Un enorme puchero apareció en los labios de Jimin al momento en que su esposo dio en el clavo. Asintió con sus labios temblorosos y sus ojitos cristalizandose de nueva cuenta. YoonGi hizo una mueca y dejó un besito en la mano de su amado, para después dejar leves caricias con su pulgar. Colocó a SunMi en el suelo, quien comenzó a gatear hasta alcanzar un lindo sonajero que estaba tirado a lado del tocador.

YoonGi se levantó y se sentó a lado de su amado, llevando una mano a su mejilla, limpiando una traviesa lágrima que comenzaba a bajar. —Me duele verte sufrir, sé que tú y tú cuerpo no estaban listos para otro bebé…

Y era cierto, pues una semana después de la tormenta, YoonGi se sentó a hablar con Jimin sobre el tema del embarazo. Jimin no se encontraba muy bien de salud tanto física como mental y le tomaría un tiempo recuperarse de ambas. Un embarazo conlleva más cansancio, esfuerzo físico y mental… así que debido a todo lo recién acontecido, para Jimin sería difícil. YoonGi estaba preocupado, y a pesar de que en ese momento ya sabía que el bebé era suyo, el pálido había pensado en una interrupción.

No porque no lo quisiera, no. Él amaba a su hijo, mucho y estaba muy feliz de que su Jiminnie y él hayan creado otra criaturita. Pero YoonGi pensaba en las complicaciones que podrían haber durante el pasar de los meses. Jimin no se hallaba en condiciones, así que después de que hablaran con Jungkook, este les dijo que el embarazo podría ser de alto riesgo debido a la salud de Jimin. Eso era a lo que le temía YoonGi, pues si era de alto riesgo, la vida de Jimin y del bebé corren peligro.

Pero Jimin se negó a pesar de los riesgos. Él decidió seguir con el embarazo y YoonGi, por supuesto que lo apoyó en su decisión, a pesar de tener miedo… fue difícil que el castaño consiguiera ganar un poco de peso, pues aún en el noveno mes, las costillas se le notaban. Todos los nutrientes los absorbía su pequeño Jihun… Jimin seguía teniendo pequeños colapsos durante el pasar de los meses. Las náuseas estaban acabando con él las primeras semanas y aún tenía pesadillas sobre aquél fatídico día. YoonGi no hacía otra cosas más que morir de preocupación todo el tiempo… así que antes de llegar a la última semana en la que era posible llevar a cabo una interrupción, el pálido volvió a hablar con su esposo.

Jimin volvió a negarse, él quería llevar a cabo todo el embarazo… Jimin le expuso a su esposo su trauma, de aquella vez que perdieron a su bebito y YoonGi no hizo nada más que golpearse mentalmente por olvidar ese importante detalle. Esa vez se sintió pésimo consigo mismo por plantearle a su pequeño la posibilidad de interrumpir el embarazo. YoonGi se disculpó con él, lo abrazó y lloró… entonces él también le expuso sus miedos de perderlo… de perder al amor de su vida… estaba muy preocupado por su salud y no sabía qué haría si su amado Jimin muriera.

A pesar de que adoraba ver a su precioso Minnie embarazado, YoonGi en serio deseaba que su bebé naciera lo más pronto posible. Últimamente Jimin lloraba con unas simples pataditas, ya era demasiado para él… así que lo que hizo, al verlo sentado ahí en la cama, soltando lágrimas, fue abrazarlo y llenarlo de besos, acompañados de palabras de amor, y apoyo.

—Pronto acabará todo esto, amor mío..  —besó su sien, sin dejar de acariciar la delgada espalda, logrando sentir la columna vertebral. Suspiró. —Eres muy fuerte, te amo tanto… 

Jimin se dejó mimar por su amado esposo, permitiendo que acariciara su espalda y vientre. Recibiendo dulces besitos en sus labios y mejillas uno tras otro, mientras ambos sonreían enternecidos al ver a su niña sacudir el sonajero, balbuceando alegremente.

Minutos después, Jimin ya tranquilo, tomó la camiseta de su amado. YoonGi sonrió con un agradecimiento, pero mientras se la colocaba, Jimin se quedó viendo la pequeña cicatriz en su brazo derecho. Con sus dedos, tocó la ligera piel irregular, para entonces suspirar. El pálido se dio cuenta de ello, así que se colocó bien la prenda, y así cubrir aquella marca.

—Está bien, cariño… ya pasó. —terminó de abrochar los botones. —No te angusties por ello, ya no volverán a hacernos daño.

Min volvió a sentarse a lado de su pequeño, pero esta vez, con su hijita sentada en su regazo. Ella continuaba sacudiendo su sonajero muy feliz, ajena a lo que estaban hablando sus padres.

—Aún así… —recargó su cabeza en el hombro de su mayor, posando una mano en su vientre. —fue horrible todo lo que nos sucedió a causa de ellos, todo lo que nos hicieron.

—Lo sé, cariño… —besó su cabeza. —No volverá a pasar, te lo prometo.

Poco después, de que YoonGi fuera a salvar a su hija y que el detective Wang y sus hombres arrestaran a los dos responsables de toda esa odisea, se llevó a cabo un juicio, donde al tener tantas pruebas en su contra, ni siquiera pudieron defenderse. Lee Jongsuk fue sentenciado a treinta años de prisión con cargos de agresión sexual y ser cómplice del secuestro de un menor. Pero al haber cooperado con la policía para entregar a Taeyeon y rescatar a SunMi, le redujeron la sentencia a veinticinco años, junto con una orden de restricción a la familia Min, para cuando sea liberado.

Por otra parte, el abogado de Taeyeon defendía que ella se encontraba fuera de sus facultades mentales. Aún así, todas las pruebas tiraban en su contra, no había nada que defender. Taeyeon fue recluida a un centro psiquiátrico penitenciario, por el resto de su vida. Pues por más tratamiento que lograra recibir, el trastorno obsesivo que tenía hacia YoonGi, no se iba a curar jamás y si lograba salir libre, podría nuevamente intentar atentar contra él y su familia. La vida de Taeyeon, tristemente no volverá a ser normal, jamás 

🍃⏳🍃

—Hey chicos —llegó Jungkook hasta ellos, con la pequeña Yeri sobre sus hombros jugando con sus oscuros cabellos. —Los estábamos buscando.

—Lamentamos la tardanza, SunMi y yo tuvimos un cambio de outfit —el pálido soltó una carcajada bajita que hizo reír a su niña en brazos.

—¡Jimin! —llamó SeokJin desde lejos.

—Oh… —se asomó hacia fuera viendo las señales que Jin le hacía para que saliera. —Iré donde Jin, chicos.

Jimin se retiró y YoonGi se quedó viendo a su esposo caminar con calma con una mano en su espalda. Jungkook se dio cuenta de ello así que no pudo contenerse a preguntar. —¿Jimin está bien?

El pálido rascó su nuca. —El bebé lo lástima cuando patea o se mueve… Jungkook ¿Crees que sea posible inducir el parto el día de mañana? Jimin está sufriendo mucho… 

—Lo entiendo… —se quedó pensando. —Creo que ya es necesario, el bebé se encuentra sano, así que no veo que haya problema con que ya nazca. Mañana haré todos los movimientos necesarios y te llamaré para que lleves a Jimin a la clínica.

YoonGi suspiró más tranquilo. —En serio, muchísimas gracias, Kook.

—Hombre, no tienes por qué agradecer, somos amigos, prácticamente familia… —Jeon palmeó el hombro amistosamente. —Anda, vamos afuera, el cumpleañero no puede faltar.

Min negó divertido, comenzando a caminar a lado de su amigo. Aaah~ en serio adoraba a todos ellos, siempre han estado a su lado, apoyándolo.

—¡Tío Suga! —llamó Yeri aún sobre los hombros de JK. —¿Ya podemos comer pastel?

—Mmm… creo que ya es hora —se rió dándole un suave pellizco a la regordeta mejilla de su sobrina.

—¡Sí! —exclamó la pequeña emocionada, sacándole unas carcajadas a sus adorados tíos.

Los tres regresaron al jardín trasero, donde las charlas y risas se hicieron notar. Yeri sonrió al ver a su tío Gummy, así que estiró sus bracitos, pidiendo ser cargada por él. Yugyeom por supuesto la tomó en sus brazos, haciéndole cosquillas en su barriguita, en tanto Jungkook lo abrazaba desde atrás con cariño.

Por otra parte, SeokJin se hallaba sentado a lado de Jimin, con su pequeño Soobin en brazos. Junto a ellos dos, se encontraba el matrimonio Jung, cada uno con un gemelito en brazos. TaeRin en los brazos de su padre Hobi como la niña consentida que es y TaeHoo en los brazos de papi Tae, siendo cubierto de besitos y riendo.

YoonGi se había ido a la linda mesa decorada, para destapar el delicioso pastel de chocolate con fresas. Namjoon se hallaba un poco alejado del resto, charlando con Chanyeol y Baekhyun, al parecer tenían dudas respecto a su próxima boda y pues… Namjoon era excelente aconsejando. El pequeño Junhyun se hallaba sentado en el césped a lado de ellos, mientras jugaba con sus figuras de acción.

Yeri llegó corriendo hasta donde su padre, sorprendiéndolo. —¡Papá! —exclamó la pequeña pegándose a sus piernas. —¡Tío Suga dijo que ya podíamos comer pastel!

—¿En serio? —sonrió tomándola en brazos. Ella asintió entusiasmada, mostrando sus lindos hoyuelos, maravillosa herencia de Nam.

—¡Sí! —saltó Junhyun en su lugar, comenzando a dar saltitos. —¡Pastel!

Chanyeol rió cargando al pequeño Byun, recargando su peso en su cadera. —Pero a ustedes no les gusta el pastel. —habló Yeol con una risita.

—¡Sí me gusta! —dijeron ambos pequeños al unísono haciendo que los tres adultos junto a ellos comenzaran a reír.

—¡Todos! —llamó YoonGi la atención. Cada uno de los pared de ojos ahí presentes voltearon a verlo ante el llamado. —Ya me dieron ganas de soplar las velas ¿Me acompañan? 

Risas, ligeros aplausos y grititos emocionados por parte de los niños se hicieron presentes. Todos comenzaron a acercarse, rodeando al cumpleañero con emoción. YoonGi se movió a los lados viendo a su hijita reír con una manita en su boca. Dejó un besito en su frente con dulzura, justo cuando una mano se colocó en su hombro. Volteó con una sonrisa al darse cuenta de que era su hermano mayor.

Jin se puso de pie seguido por Jimin. Pero detuvo sus pasos, cuando escuchó un quejido. Inmediatamente volteó, encontrándose con Jimin levemente encorvado y una mano en su bajo vientre, acompañado de una expresión de dolor. Este rápidamente se acercó al menor muy preocupado.

—¡Jimin! ¿Estás bien? —cuestionó con una mano en su espalda.

El castaño soltó el aire contenido y con un leve asentimiento, enderezó su postura lentamente. —Solo… solo se está moviendo y también está pateando, descuida…

—¿Seguro? —Jimin asintió moviendo su mano restándole importancia. SeokJin hizo una mueca preocupado.

—Vamos, que… —suspiró colocando una mano en su espalda baja. —...yo también quiero un poco de ese pastel de chocolate.

Jimin se sujetó del brazo de Jin, así ambos comenzaron a caminar hasta donde se hallaban los demás, rodeando al festejado. YoonGi sonrió al ver a su amado frente a la mesa, que le hizo una seña para que se acercara a su lado. Jimin negó sacando su celular, para poder tomarle video desde ese ángulo. Las velas con el número veintiséis, fueron encendidas y todos comenzaron a corear el típico "cumpleaños feliz". 

—Es hora de que pidas tu deseo, hermanito—le dijo Namjoon a su lado.

—¿Qué puedo pedir? —suspiró con una sonrisa, mirando con ojitos brillantes a cada uno de los presentes ahí. —Solo deseo que la felicidad predomine en nuestras vidas, todos estén saludables… —miró a SunMi quien aplaudía alegremente. —que mi familia sea feliz, que mi niña crezca con mucha alegría y con mucha salud… —volteó a ver a Jimin con una enorme sonrisa— también deseo que mi pequeño Jihunnie nazca ya, para que mi precioso Jiminnie pueda dormir cómodo… —te amo, articuló en un susurro que solo Jimin entendió. —Y bueno… creo que es todo.

Sin más preámbulos, sopló las velitas, siendo recibido con una ola de aplausos y vitoreos. Sorpresivamente, un quejido también resonó por el lugar. Todos voltearon inmediatamente a ver al joven embarazado, quien ahora tenía sus pantaloncillos húmedos, junto con una expresión asustada. Ahora los aplausos fueron reemplazados por jadeos sorprendidos.

—¡Jimin! —exclamó YoonGi al ver cómo SeokJin y Jungkook lo sujetaban. El pálido se acercó con una increíble velocidad hasta quedar frente a él.

—Rompió fuente —informó Jungkook perplejo.

—¡Tenías que pedir ese deseo justo ahora, YoonGi! —exclamó Taehyung asustado, refiriéndose al deseo donde Min pedía que su hijo ya naciera.

Jimin mordió su labio inferior al ver el rostro preocupado de su amado YoonGi, y el de los demás. ¿Tenía que pasar justo ahora? El pobre quería llorar y no de dolor… bueno también de eso.

—Papá ¿Tío Chimchim se hizo pis? —preguntó Yeri con inocencia.

—¿Eh? No, no princesa. —Namjoon la colocó en el suelo y palmeó su cabecita. —Quédate aquí con Junnie ¿Sí?

Namjoon se fue adentro de la casa, siguiendo a YoonGi quien llevaba a Jimin en brazos, acompañado de Jin, Jungkook, Hoseok, Taehyung… en fin, todos, a excepción de los niños. Ellos se quedaron en el jardín trasero, dedicándose unas miradas cómplices, para así acercarse al delicioso pastel de chocolate, aprovechando que los adultos se habían metido a la casa.

No lograron su cometido, pues casi todos regresaron, a excepción de Jimin, YoonGi, Jungkook, Yugyeom y SeokJin. Habían recostado al adolorido embarazado en el sofá cama, para que así Jeon pudiera revisarlo rápido. Jin y Yugyeom subieron a la habitación de la pareja y así buscar un pantalón seco para Jimin. Yugyeom fue al cuarto del bebé y tomó el bolso que tenían listo desde hace casi dos semanas.

—Dios… ¿En serio no te habías dado cuenta de que estabas en trabajo de parto, Jimin? —cuestionó Jungkook asombrado. —Tienes… la dilatación exacta, tu hijo ya está listo para nacer.

—¡¿Qué?! —exclamó YoonGi.

Los ojitos de Jimin se cristalizaron, al ver al pálido. Un sollozo salió de sus labios, llamando la atención de los dos ahí. —L-Lo sientooooo —lloró. —Yo s-sí sentía incomodidad, pero… pero es el cumpleaños de YoonGi y yo no quería arruinar el festejo.

—No, no, cariño. —sujetó sus manos con rapidez. Jin y Yugyeom llegaron con las cosas. —No arruinaste nada ¿No te das cuenta? Estás por darme el mejor regalo de cumpleaños del mundo ¡Nuestro bebito ya va a nacer!

—No tenías por qué esconder tus síntomas, Jimin… —habló Jungkook ayudando a Jin a colocarle el pantalón de algodón. —Creo que lo mejor es irnos ya a la clínica. Al menos que quieran otro parto en casa —comentó en broma. Jimin y YoonGi compartieron miradas. —Oh… oigan no lo decía en serio… ¿E-están seguros? No traje mi material para… —suspiró. —Subamos a Jimin a su habitación… 

🍃⏳🍃

Y como si de un deja vu se tratase, ahí se encontraban como en aquella fría madrugada del cinco de diciembre, dentro del cuarto de baño, más específico, dentro de la nueva tina. 

YoonGi se hallaba dentro del agua, detrás de Jimin, sosteniéndolo e intentando brindarle fuerzas. Jungkook estaba entre las piernas del embarazado viendo como la cabecita del bebé comenzaba a asomarse, mientras tanto Yugyeom a un lado, ponía en práctica nuevamente su papel de asistente, listo para recibir al bebé.

Por otra parte, Taehyung y SeokJin se hallaban dentro de la habitación, pero la puerta del baño estaba cerrada. Ellos solo se encogian en su lugar, cada vez que escuchaban a Jimin gritar. Nunca lo habían escuchado de esa manera. Jimin era tranquilo, así que escucharlo gritar de dolor, en serio los tenía con los nervios de punta. El resto de los invitados, se encontraban en el jardín trasero, con la incertidumbre a flor de piel. Los gritos de Jimin no se escuchaban hasta allá, pues SeokJin y Taehyung se habían encargado de cerrar las puertas y ventanas de toda la casa.

Y si algo salía mal con Jimin o con el bebé, Namjoon y Hoseok tenían las llaves de sus autos a la mano, y así conducir lo más rápido posible a la clínica. Afortunadamente, cinco de los presentes eran médicos, cada uno especialista en su rama, además, se encontraba Chanyeol quien era experto en situaciones de urgencias.

—¡Aaaah! —el grito de Jimin retumbó en las cuatro paredes, aturdiendo a las tres personas que se encontraban con él.

—Está bien, lo estás haciendo bien, cariño. —animó YoonGi con una mueca, sintiendo como su mano era fuertemente presionada, mientras que su mano libre la paseaba bajo el agua, por las piernas y vientre de su amado en un vago intento por relajarlo.

La frente de Jimin se hallaba perlada de sudor y sus cabellos adheridos a ella. Su pecho subía y bajaba con irregularidad, arrepintiéndose de tomar el parto en su hogar y no en la clínica, pues comenzaba a sentirse mal. Las mejillas que mantenía rojas por el esfuerzo, comenzaban a perder su color, no se necesitaba ser un experto para saber que la presión de Jimin estaba bajando a niveles exorbitantes y que en cualquier momento podría terminar desmayado.

Jungkook les dijo una vez llegaron a la habitación, que le preocupaba la salud de Jimin. Jeon insistía en llevarlo a la clínica a dar a luz allá, pero Jimin sentía que no podría llegar hasta allá, su bebé quería salir ya. Así que ahí se encontraba, dentro de la tina, intentando dar su mayor esfuerzo en traer a su bebito al mundo.

—Chicos… —jadeó dejando caer su espalda pesadamente en el pecho de su esposo. —Me siento mal… —relamió sus labios. —Veo… veo borroso… 

YoonGi sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. Comenzó a pasar su mano por el rostro de Jimin, el cual comenzaba a tornarse pálido. El embarazado sudaba frío y el aire comenzaba a faltarle.

—Yugyeom —llamó Jeon. —No, olvídalo, ya tienes tus manos esterilizadas. ¡Taehyung! ¡Jin! —gritó. Los pasos se escucharon rápidamente, hasta que la puerta fue abierta, ambos chicos se asomaron, impactándose con la escena ahí dentro. —Diganle a Namjoon o a Hoseok que tengan el auto listo, Jimin se está poniendo mal.

—J-Jiminnie… —los ojitos de Taehyung se cristalizaron. Pero no pudo decir nada más, SeokJin lo tomó del brazo alejándolo de ahí.

La puerta se cerró nuevamente y Jungkook observó como YoonGi trataba de animar a su esposo. —Jimin. —llamó. —Escucha, sé que te sientes mal, por favor, inhala y exhala… —el nombrado obedeció con algo de lentitud. YoonGi lo acompañaba, haciendo las respiraciones con él. —Eso es… Escúchame, necesito que reúnas todas tus fuerzas para que tú bebé finalmente nazca y así poderte llevar a la clínica. Ya casi terminas, dos o tres empujes más y lo lograrás, te lo aseguro.

Jimin asintió jadeante. Sus ojos cubiertos de lágrimas, pero no sé animaba a llorar, eso solo lo cansaría más. YoonGi beso su mejilla mientras sujetaba ambas manos sobre el vientre, dedicándole palabras de amor y fuerza.

—Vamos, mi vida… —besó su sien. —Tu puedes, yo sé que tú puedes, eres muy fuerte.

Y sin saber cómo, Jimin reunió fuerzas, y la cabecita salió. Más lágrimas comenzaron a escaparse y entonces pujó una vez más. El agua de la tina se tiñó de rojo y entonces Jungkook sostuvo a un pequeño bebé de piel grisácea, que comenzaba a sacudir sus piecitos, acompañado del tan esperado llanto que hizo respirar a todos tranquilos.

El agotado padre se dejó caer sobre el pecho de su amado esposo, quien lo abrazó de inmediato, con las lágrimas corriendo sin parar por sus mejillas. —¡Lo lograste, Jiminnie! Oh por Dios… mi amor, lo hiciste, gracias… —lloró. —g-gracias, eres muy fuerte, eres asombroso, te amo tanto… gracias. 

Yugyeom les entregó a su hijo, después de cortar el cordón umbilical y limpiarlo. Jimin sostuvo a su bebito por primera vez, con brazos temblorosos y un enorme nudo en la garganta. YoonGi estaba por el mismo estilo ¡Se habían convertido en padres por segunda vez!

—M-Mi bebé… —sollozó sintiéndolo removerse en su pecho, sin dejar de llorar. —Hola… hola, Jihunnie… 

—Bienvenido, hijo mío… —murmuró el pálido completamente conmovido. —Estábamos ansiosos por conocerte…

Jimin sorbió su nariz enternecido por las palabras de su esposo. —YoonGi… f-feliz cumpleaños…

El pálido sonrió enormemente, con más lágrimas brotando. Tomó la mano de su hijito, y besó la mejilla de su amado. —Este… es el mejor regalo de cumpleaños del mundo. —lloró. —Me has convertido en padre por segunda vez… Jimin, te amo tanto… no me alcanzará la vida para agradecerte, gracias por tanto...

¡Ya nació! —el grito de Taehyung se escuchó. Al parecer había salido al balcón de la habitación al momento en que escuchó el llanto del bebé, para dar la tan esperada noticia. Los gritos y vitoreos no se hicieron esperar, tal como los aplausos de emoción.

Mientras Jimin sollozaba, se dejaba mimar por los besitos y caricias de su amado esposo, acompañado de palabras de amor y agradecimiento… el cansado padre, sintió sus párpados pesar, así que sin evitarlo, cerró esos ojitos y en solo unos segundos, se sumió en un profundo sueño…

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—Sony💚

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